Henri Matisse trabajando para el Convento Dominico de St. Paul de Vence.
Los Museos
Vaticanos han estrenado una sala dedicada a la única obra religiosa que
desarrolló Henri Matisse.
En ella se muestran los bocetos realizados para
decorar la capilla del convento dominico de Vence, en el sur de Francia. El
artista, que nunca se distinguió por llevar una vida piadosa, los pintó tres
años antes de morir. Cuando terminó el trabajo, llegó a decir que creía en Dios
"siempre que pintaba", y que la Capilla del Rosario se había convertido en su
“obra maestra”.
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