CUANDO LAS FUENTES CUENTAN HISTORIAS



Desde los desnudos de Las Nereidas a las tragedias de la Carta Magna: leyendas en las calles porteñas.

La mítica Fuente de las Nereidas de Lola Mora.

Por Romina Smith

De tragedias, mudanzas y cuerpos desnudos

En algunas plazas había bancos para sentarse a mirarlas. Algunos, más animados, les arrojaban monedas esperando que el agua o el manantial les cumpliera los deseos. Y a veces había tantas monedas que el agua brillaba bajo el sol. Hoy ya no hay muchos que tengan esa costumbre, pero la mayoría de las fuentes porteñas aún sigue en pie, monumentales, cada una con su historia . Y siete de ellas, que hasta hace poco estaban secas, sucias o deterioradas, volverán a funcionar en los próximos días como si fueran nuevas.
El plan de recuperación de las fuentes incluyó a varias que son consideradas obras de arte. Entre ellas, a Las Nereidas, la famosa obra de Lola Mora que nació con polémica por sus desnudos y descansa sin paz en la Costanera Sur, donde cada tanto, el vandalismo y los robos obligan a restaurarla. Esta vez, los trabajos costaron casi $ 300 mil y fueron exhaustivos.
No será la única que volverá a funcionar: la fuente de Los Angelitos (en 9 de julio y Avenida De Mayo) y la del monumento a la Carta Magna (“de los Españoles”), dos de las fuentes más valiosas de la Ciudad , también quedaron a punto. La primera es una de las que sufrieron las insólitas mudanzas . Realizada en hierro fundido por la firma francesa Du Vall D’Osne, su primera versión estaba decorada con Neptunos, Náyades, niños, mascarones, volutas y cartelas. Pasó poco tiempo por lo que es hoy es Puerto Madero y finalmente, la instalaron en el cruce de 9 de Julio y avenida De Mayo. Y con el tiempo siguió padeciendo los robos y mutilaciones . Se invirtieron $ 294.300 para repararla.
El Monumento Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas (en Sarmiento y Del Libertador) ostenta la fama de ser el más grande de la Ciudad, pero también esconde más de una tragedia : su autor, el escultor catalán Agustín Querol, murió un año después de terminar los bocetos. Lo mismo ocurrió con su sucesor. Y no terminó ahí: la escultura recién pudo ser terminada en 1927, 17 años después de lo previsto por otra serie de hechos trágicos. Su recuperación y puesta en valor demandó $ 308.530.
Las otras fuentes recuperadas son las Ornamental I y II, en Córdoba y Carlos Pellegrini, y Córdoba y Cerrito (dos que nacieron juntas, las separaron y volvieron a estar unidas con el tiempo); la fuente Roque Sáenz Peña, en Juan B. Justo y Boyacá; y la de la plaza Campaña del Desierto, en Armenia y Costa Rica, que hasta hace poco era usada como pista de skate .
Algunas no funcionaban, o lo hacían a medias, y todas padecieron el vandalismo y la acumulación de basura. Además, muchas de ellas no habían sido arregladas en los últimos cuatro años. En total, los arreglos costaron $ 2.400.000 y contaron con el apoyo de expertos y especialistas en restauración.
“En Buenos Aires aún siguen en pie 108 fuentes, pero cuando empezó esta gestión sólo funcionaban 56 . Durante el último año se repararon doce, entre ellas la de la Plaza Congreso, y ahora sumamos estas siete, que están entre las más importantes de la Ciudad”, explicó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, el área que estuvo a cargo de los trabajos. Y agregó: “Todavía faltan algunas más para arreglar, pero lo iremos haciendo de a poco. La idea es darle vida a las calles con sus fuentes. Además se recupera la belleza y parte de la historia de la Ciudad”.



Fuente texto: clarin. com

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