NICANOR PARRA GANA EL PREMIO NERUDA
Y ANUNCIA QUERELLA CONTRA LOS RESPONSABLES



Gente observando una exposición retrospectiva dedicada al poeta chileno Nicanor Parra, en el Centro Cultural del Palacio Presidencial de La Moneda, el 18 de agosto de 2006.

Por Martín Bernetti

El laureado poeta chileno Nicanor Parra, ganador del premio Cervantes 2011, obtuvo el premio Iberoamericano de poesía Pablo Neruda 2012, que entrega el Gobierno de Chile, y por el cual, el antipoeta anunció una querella contra los responsables de haberlo elegido.
"Muchas gracias por darme un premio que no merezco. Hay una serie de candidatos que podrían tenerlo. Me voy a querellar contra los responsables de haberme elegido", declaró muy en su estilo Parra, después de que el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, le comunicara la noticia, vía telefónica.
"Ganó por unanimidad", aseveró el ministro Cruz-Coke, quien agregó que esperan entregarle el galardón el 12 de junio -fecha en la que se conmemora el nacimiento de Neruda- en el gubernamental Palacio de La Moneda, o en la Feria del Libro de Guadalajara en noviembre, en la que Chile será el país invitado.
El jurado fundó su veredicto en la gran trayectoria de Parra, su aporte al enriquecimiento del lenguaje poético latinoamericano, su humor, y por la extraordinaria diversidad de su 'antipoesía', caracterizada por el uso de un tono mundano y sencillo para hablar de temas cotidianos.
Parra plasmó su antipoesía en obras como 'Poemas y Antipoemas' y 'Hojas de Parra', que le valieron obtener el premio Cervantes-2011, y que fue recibido en abril pasado en España por su nieto, Cristóbal Ugarte, mientras que Parra esperó en su vivienda del poblado de Las Cruces, en el litoral central chileno.
El premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda fue creado en 2004 por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes con el respaldo de la Fundación Pablo Neruda, consta de una medalla y 60.000 dólares, y fue ganado por poetas como el chileno Óscar Hahn (2011), el nicaraguense Ernesto Cardenas (2009), o el mexicano José Pacheco (2004).


Fuente: AFP

POESÍA Y EMOCIÓN
POR LA NUEVA YORK DE GARCÍA LORCA
JUNTO A SU SOBRINA LAURA




Una placa en memoria del poeta Federico García Lorca y de todas las víctimas de la Guerra Civil instalada en el parque que lleva su nombre en Alfacar, cerca de Granada.

Por Mariano Andrade

Laura García Lorca no puede contener las lágrimas cuando la caminata en homenaje a su tío se detiene en la puerta de la iglesia de la avenida Riverside Drive, cerca de donde ella se ha criado y que el poeta visitó durante su célebre estancia en Nueva York, más de 80 años atrás.
"Es muy emocionate. De alguna forma, para mí cierra un poco un círculo", dice a la AFP la sobrina de Federico García Lorca cuando la emoción le da tregua en esta caminata organizada para conmemorar el 114º aniversario del natalicio del poeta, nacido un 5 de junio cerca de Granada y que vivió brevemente en Nueva York entre 1929 y 1930.
"Nací aquí, viví aquí hasta los once años y luego volví otra vez de los 30 a los 35 años. Es más mi ciudad que ninguna", explica quien es directora del Centro García Lorca, fundado cuando la familia del poeta donó todos sus archivos y cuya sede en Granada aún no ha sido inaugurada por demoras en sus obras.
Entre las "muchas razones" que la han traído otra vez a Nueva York, se encontraba la de "acompañar en esta visita a los lugares lorquianos", idea que se lleva a cabo por segundo año de la mano del investigador de Lorca y periodista mexicano Norberto Bogard.
A su lado, Bogard no oculta su "enorme júbilo" por la invitada especial que tiene este año: "Laura es una persona que quiere respetar de una manera muy legítima la imagen de Federico y que siga multiplicando la belleza, siempre decían de Lorca que era un gran multiplicador de la belleza", afirma.
La cita para los aficionados de García Lorca es frente a la entrada principal de la Universidad de Columbia, situada en el Upper West Side de Manhattan y a la que llegó para estudiar inglés, en una estancia que terminó dando lugar a una de sus obras cumbre, 'Poeta en Nueva York'.
La experiencia neoyorquina de García Lorca estuvo marcada por una crisis personal que traía de España y el golpe con la modernidad y la sociedad tecnológica estadounidense, lo que generó una mezcla de dolor y sorpresa reflejada en ese poemario que significa un rompimiento con su estilo tradicional.
Lorca, que ya era un autor conocido en España tras la publicación de 'Canciones' (1927) y 'Primer romancero gitano' (1928), nunca logró aprender inglés, pero aprovechó su estancia en Nueva York para explorar un mundo desconocido para él, con una especial atención en el jazz y la música negra de Harlem, barrio vecino a la Universidad de Columbia.
El recorrido, acompañado por poesías y canciones, pasó entre otras puntos por el Barnard College -la facultad de arte para mujeres de Columbia-, la Casa Hispánica, donde el poeta daba conciertos de piano, y la avenida Riverside Drive, junto al Río Hudson, para concluir en un parque de Harlem.
Considerado uno de los poetas de mayor influencia en lengua española en el siglo XX, Federico García Lorca formó parte de la llamada Generación del 27 y fue un declarado partidario de la República. Fue fusilado al inicio de la Guerra Civil, en agosto de 1936.
Para los lorquianos, Nueva York es una de la cinco ciudades que marcaron la vida del poeta, junto a Granada, Madrid, La Habana y Buenos Aires.
La 'Ruta de García Lorca' forma parte de la agenda de actividades del Instituto Cervantes de Nueva York para conmemorar al poeta y que incluye la muestra 'Geografía postal', centrada en la colección de postales que intercambiaron las familias García Lorca y de los Ríos entre 1910 y 1960.
Laura García Lorca, cuya familia materna es de los Ríos, explicó que se encuentra trabajando actualmente en un proyecto con la Biblioteca Pública de Nueva York para una gran exposición dedicada a su tío en abril de 2013.

Fuente: AFP

DETENIDOS EN GRECIA DOS PRESUNTOS TRAFICANTES CON JOYAS DE ORO ANTIGUAS



La corona y un brazalete de oro de 2.400 años de antigüedad robados por presuntos traficantes y recuperados por la policía de Salónica, en el norte de Grecia, este viernes 8 de junio.

La policía de Salónica, en el norte de Grecia, detuvo a dos presuntos traficantes que tenían en su posesión una corona y un brazalete de oro de 2.400 años de antigüedad, anunció este viernes.
Los dos presuntos traficantes, de nacionalidad griega, fueron detenidos el jueves al cabo de una larga investigación cuando transportaban en vehículo el botín escondido en una caja de zapatos. Uno de los dos detenidos es un policía retirado.
Las joyas, una corona que representa dos ramas de roble entrelazadas y un brazalete decorado con una piedra semipreciosa, son ambas del siglo IV antes de la era cristiana. Fueron hallados en búsquedas arqueológicas no autorizadas y estaban probablemente destinados a ser vendidos a coleccionistas, según la policía.
El norte del país, que alberga grandes centros del reino antiguo de Macedonia, alberga valiosos sitios que sólo han sido parcialmente excavados por los servicios oficiales.
La vigilancia de estos sitios, a menudo denunciada como insuficiente por los arqueólogos, sufrió nuevamente la reducción de puestos de guardia por la cura de austeridad impuesta a Grecia desde hace dos años.

Fuente: AFP 

EL PRADO Y EL LOUVRE,
JUNTOS PARA ILUMINAR A "EL ÚLTIMO RAFAEL"




Dos vírgenes del pintor renacentista italiano Rafael expuestas en el Museo del Prado, en Madrid, en el marco de la muestra 'El último Rafael', este viernes 8 de junio.

Por Dominique Faget

Los museos del Prado y del Louvre han unido sus fuerzas para llevar a cabo 'El último Rafael', la primera muestra que profundiza en la última etapa de este pintor renacentista y que se puede ver en el Museo del Prado de Madrid desde el 12 de junio al 16 de septiembre.
Rafael "es el artista que mejor encarna los ideales del Renacimiento", afirmó este viernes el director de la pinacoteca madrileña, Miguel Zugaza, en la presentación de la muestra.
"Es uno de los proyectos de investigación, restauración y exposición más complejos de los últimos años", añadió Zugaza, insistiendo en que la exhibición muestra al público "una apabullante número de obras tardías" del artista.
La exposición intenta poner orden en un "período poco comprendido del pintor", según Tom Henry, uno de los comisarios de la muestra, ya que sus cuadros de esta época presentan problemas de cronología y no trabaja solo, con lo que a veces es difícil separar su obra de la de sus pupilos, en especial Giulio Romano y Gianfresco Penni.
De hecho, la exposición cubre un recorrido que va desde 1513, "cuando Rafael llevaba trabajando en Roma cinco años decorando las monumentales estancias vaticanas en paralelo a otros importantes artistas italianos, como Miguel Ángel", hasta 1524, cuatro años después de la muerte del maestro, para incluir en la muestra parte de la obra realizada por sus pupilos.
La exposición, la primera que se hace sobre el periodo tardío del pintor, ha permitido reunir 44 pinturas, 28 dibujos, una pieza arqueológica y un tapiz, procedentes de 40 instituciones distintas, incluidos el Louvre y el Prado. "Entre el Louvre y el Prado reúnen un corpus grandísimo" de obras del pintor, afirmó Miguel Falomir, jefe del departamento de pintura italiana y francesa (hasta 1700) del Prado, quien hace cinco años tuvo la idea de realizar esta muestra.
La muestra se ha dividido en ámbitos temáticos como los cuadros de altar, Vírgenes y Sagradas Familias de gran formato, Vírgenes y Sagradas Familias de pequeño formato y retratos, así como un ámbito dedicado a su pupilo Giulio Romano y otro a la 'Transfiguración', cuadro que está en los Museos Vaticanos. La 'Transfiguración' que se exhibe en Madrid es una copia hecha por el taller del propio Rafael, que llegó a España en el siglo XVII.
Además, entre las obras expuestas destacan creaciones como 'La perla' o 'La Sagrada Familia de Francisco I', junto a retratos como el de 'Baldassare Castiglione', amigo del pintor, que se puede ver por primera vez en España. "Es una forma de saldar una cuenta pendiente con Rafael", aseguró Falomir, quien recordó que "cuando el museo del Prado abrió sus puertas en 1819, Rafael era la gran estrella" hasta que a finales, cambiaron los gustos y Velázquez superó al pintor renacentista.
La exposición será inaugurada el lunes por la reina Sofía, antes de su apertura al público el martes.


Fuente: AFP


LA MAGNOLIA HA MUERTO


    Pimpollo de Magnolia - Magnolia Grandiflora
      
 

LA MAGNOLIA HA MUERTO

Veo en este mediodía gris que la vieja Magnolia de la Plaza Vicente López ha muerto.
Me entero al pasar por allí.
La noticia me invade, como las gotas de la lluvia, que caen, haciéndola más triste todavía.
Sus vecinos de años parecen presa del lógico duelo que les provoca la novedad.
Los más cercanos, el Palo Borracho y la Falsa Caoba, se han poblado de blancas flores,
como despidiendo a la yacente en forma anticipada.
Estaba mal.
Por prudencia, ni pregunté de qué murió. No sé si ahora no me arrepiento.
La están preparando. La patética escena conmueve.
Oigo que se le rendirán honores.
Unos proponen a Chopin, otros quieren Mahler.
El colosal Gomero, mientras comunica lo ocurrido a sus parientes de la Recoleta, dice preferir a Liszt.
Las Tipas cuchichean sobre el aspecto de la muerta.
Ultiman los detalles del entierro.
¿Cuándo será? ¿Habrá discursos de despedida?
¿Le agradecerán tanta belleza tan generosamente brindada,
el frescor y la tersura de sus pétalos,
el sutil perfume de sus flores poblando las tardes estivales?
¿A qué hora partirá el cortejo?
¿Hacia dónde trotarán los lustrosos zainos negros que imagino para ella?
¿Es que adónde van las Magnolias beneméritas cuando mueren?
¿Existe algún cielo que les pertenezca?
Me pregunto si la cremarán.
Las hojas crepitarían la despedida. Como queriendo vaciarla de tristeza.
Los brillosos verdes anversos cederán ante el avance de los opacos tierras de los reversos.
El pozo deberá ser bien hondo.
Y así y todo no alcanzará la hondura del pesar que provoca la noticia sobre la venerada planta.
El cercano Laurel de Flor se ha puesto más colorado que lo habitual.
¿Será de ira al ver qué poco se la asistido a su vieja amiga?
Dicen que la mataron el cemento, la indiferencia, el desamor.
Yo la creía eterna…
Las bocinas de los autos que pasan, parecen hoy potentes bronces de un urbano adiós masivo.
La contigua Grevillea, tan robusta como tímida e indecisa, mira la escena desde ahí nomás.
Espera el momento apropiado para integrarse.
La Santa Rita de la playa de estacionamiento, también hace su magno aporte.
Bueno será que, cuando llegue el momento, en silencio,
Y con el respeto que la anciana dama merece,
que sus vecinos unan sus ramas para portarla hasta el lugar
desde donde partirá en su definitiva vuelta a la Naturaleza.
¿Publicarán los diarios necrológicas de la Magnolia vencida?
¿Le habrán agradecido debidamente los viandantes de la plaza?
Estoica, la Magnolia nunca se quejó durante su larga agonía.
Sin duda el Palo Borracho querrá despedirla. Como su amiga lo merece.
Tantas tardes compartieron. Tantos idilios cobijaron. Tantos juegos acompañaron.
A tantos viejos alegraron.
¿Dónde la velarán? ¿La velarán?
¿Pasarán los que con ella gozaron a rendirle su homenaje?
¿Sería suficiente cualquiera que se le tributara?
¿Alcanzaría para retribuirle aunque fuera sólo en una mínima parte?
¿Rezará el cura de la iglesia de las Esclavas un responso por ella? ¿Bendecirá el cajón?
Sigue lloviendo y el gris plomizo de este día resulta más luto que el mismísimo negro.
Los fuertes truenos suenan como una salva de cañonazos en honor a la difunta.
Por favor, pídanles a los enterradores que no griten cuando se tensen las sogas y,
con ademán municipal, bajen el cajón a la fosa.
Cuando todo esto ocurra, allí estaré yo, donde se le rindan honores a la vieja y admirada Magnolia.
Ve entonces a pasear, Magnolia, y que, por fin, descanses en paz.


Pedro L. Baliña
Buenos Aires, febrero de 1999

ALFREDO HLITO:
EL HOMBRE QUE PINTÓ Y PENSÓ LA ABSTRACCIÓN
EN EL PAÍS



Se trata de pinturas y dibujos del legendario fundador de la Asociación de Arte Concreto.

La pieza del Malba. Este cuadro fue comprado en el último ArteBA.
Por Ana María Battistozzi 

Una de las noticias importantes que produjo ArteBA en su última edición fue la adquisición de una pintura de Alfredo Hlito que realizó la empresaria Silvia Breier y donó posteriormente al Malba. Importante no sólo porque con esa donación contribuyó a una presencia indispensable para la colección del museo, sino porque la acción de donar en sí misma, tan frecuente en otras sociedades, es extremadamente rara en nuestro país.
Raro es también que la obra en cuestión haya vuelto temporariamente ahora a la galería Mara, que la vendió, para integrar la exhibición antológica que le dedica al artista, como para empezar a despuntar el merecido homenaje que muy probablemente alguna institución le dedicará el año próximo, al cumplirse los veinte años de su muerte.
La exhibición está integrada por pinturas y dibujos sobre tela, tabla y papel. Pero también por una importante cantidad de bocetos, notas y documentos que le permitirán al público actualizar de una manera abarcadora la compleja experiencia de la obra de este artista que desde hace tiempo no aparecía en el horizonte de la escena local.
Figura fundamental de la vanguardia invencionista de los años cuarenta (ver recuadro) Hlito fue, con Tomás Maldonado y el poeta Edgar Bayley, uno de los que más contribuyeron a esclarecer la poética de la Asociación Arte Concreto-Invención en sus escritos. Básicamente orientada por una vocación revolucionaria en la que se mezclaban influencias del constructivismo ruso, del marxismo y de la teoría de la percepción, sin duda necesitaba de un apoyo semejante en el marco histórico en que apareció.
Artista extremadamente reflexivo y sensible, Hlito se ocupó tanto de los problemas teóricos de la pintura como de los prácticos. De este modo, plasmó sus inquietudes en dibujos y pinturas pero también en muchísimos de escritos, la mayor parte de ellos publicados entre 1953 y 1955 en la legendaria revista “Nueva Visión” que había fundado en 1951 con Tomás Maldonado y Carlos Méndez Mosquera.
Desde su temprana reflexión sobre “Representación e invención”, publicada en la Revista Arte Concreto en 1946, a los interesantes prólogos que escribió para la colección Ensayos Nueva Visión , los escritos de Hlito constituyen un capítulo indispensable para comprender los problemas de la pintura moderna pero fundamentalmente el modo como ingresó a nuestro país a partir de los años cuarenta. En ellos sobrevuela la influencia de la mejor tradición formalista que abordó u orilló la abstracción a lo largo de buena parte del arte del siglo XX.
No debiera extrañar entonces que de un pensamiento tan analítico haya derivado un trabajo en profundidad como el que el artista materializó en las sucesivas series Espectros , Simulacros , Esfinges que a su turno fueron planteando problemas del espacio, de la línea, curva o recta, el soporte o el color. Todas ellas están presentes en la selección que realizó Jorge Mara para esta exhibición. Y también en la serie de notas y cuadernos que funcionan como esbozos o apuntes de textos publicados. Todo eso ha sido magníficamente trasladado al libro que acompaña la muestra, otro de los lujos en que se empeña el galerista: una excelente edición en tapa dura con impecables reproducciones, un texto de la joven investigadora María Amalia García y una selección de textos del propio Hlito que realizó en 2007 el poeta y ensayista Rodolfo Alonso.

ARTE CONCRETO

Fundador. Hlito fue co- fundador del Movimiento de Arte Concreto-Invención y firmó, –en 1946, junto con Raúl Lozza, Enio Iommi, Lidy Prati, Manuel Espinosa, Claudio Girola y Tomás Maldonado– el Manifiesto Invencionista. Los entonces jóvenes y revolucionarios artistas afirmaban: “La ficción representativa llega a su fin La estética científica reemplazará a la milenaria estética especulativa e idealista. Las deliberaciones acerca de la naturaleza de ‘lo bello’ ya carecen de sentido. La metafísica de ‘lo bello’ se ha muerto de debilitación. Lo relevante ahora es la física de la belleza.” Iniciaron una corriente fundamental.

Fuente:clarin.com

MIRADAS CRUZADAS



El espacio expositivo no es el único territorio común de Pepe Mateos y Tony Valdez. Comparten también el interés por la mirada.

Pepe Mateos tiene la capacidad de meterse de lleno en los conflictos sociales para señalar la herida y, en un solo movimiento, dejar ahí expuesta la fractura social. Lo hace captando sutiles cruces de miradas, gestos amasados por la furia o el dolor, sombras de la vida. Cada imagen es fotoperiodismo puro, duro y poético. La mirada ida y el cuerpo como coraza de ese hombre que parece salido de una pintura de Otto Dix, en la estación de Glew, en medio de un paro de trenes. O esas dos mujeres del comedor popular de la Villa 31 en una especie de “Sin pan y sin trabajo” contemporáneo. Y qué decir de los pasajeros cruzando las vías del ferrocarril, escapando, entre el humo denso: una foto potente (en la que no se muestra el fuego) que fue tapa del diario.
A Mateos le tocó cubrir muchos incendios en trenes y en villas. Sus fotos son efectivas, precisas: ahí está ese hombre en primer plano abandonando el asentamiento en llamas de Bajo Flores donde cientos de vecinos quedaron sin casa. Lleva un toallón al cuello, carga un parlante y un par de bolsas chicas de nylon: es todo lo que le quedó. Y esa foto condensa toda una vida.

Miradas cruzadas

Las fotografías de Mateos son fragmentos que reconstruyen la última década. Son imágenes que conmueven, perturban, sublevan. Nunca anestesian. Tienen una potencia singular porque son parte de nuestra historia compartida. Y a veces, cuenta Mateos, por más que quiera, no puede olvidarlas.
Hay fotos que son como escenas de películas. En muchas se evidencia el vértigo de la cobertura y simultáneamente la precisión de la imagen que no necesita epígrafe. Algunas devinieron testimonio y prueba irrefutable. Ahí está una de las fotografías que capturó en el hall de la estación de Avellaneda. Mateos tomó más de 200 imágenes, que, junto a las de otros fotógrafos, fueron incorporadas a la causa. La secuencia mostró la entrada del ex comisario Alfredo Luis Fanchiotti en la estación de Avellaneda y los instantes finales de Darío Santillán. En la foto expuesta se ve al ex comisario apuntándole, itaka en mano, a Santillán, parado junto a Maximiliano Kosteki agonizando en el suelo. Además de suministrar las fotografías, Mateos declaró como testigo durante el juicio oral por la masacre.
La de Avellaneda es una de esas vivencias que, cuenta Mateos, se le quedan ahí, pegadas bajo la piel. Hubo otras con esa misma intensidad: la cobertura del 19 de diciembre de 2001 en Plaza de Mayo, en un momento en que estaba tomando fotos en otras secciones, como la de moda. Cuenta Mateos que estaba en la plaza y pensó que aquella jornada tenía que fotografiarla. Fue al diario a buscar el equipo: cuando volvió, la represión ya había comenzado. Y en 2009, una semana antes del veredicto del juicio por la tragedia de Cromañón, cuando entró en el local incendiado: “Las paredes estaban llenas de hollín donde quedaron grabadas las huellas de los cuerpos y las manos buscando la única puerta de salida en la oscuridad”, recuerda Mateos de esa foto que fue tapa del diario.
En algunas fotos hay cruces de miradas sublimes, como el de esas damas que toman el té en Las Violetas y las mujeres de sectores populares en la calle o el de la “mala junta” de sacerdotes y oficiales. A unos pasos, un chico inolvidable mira de frente al espectador en el incendio en Villa El Cartón. “Me fascina esa dinámica de los grupos que están ligados por algo que no puede definirse, algo invisible”, dice el fotógrafo.

Miradas cruzadas

Tony Valdez, por su parte, cuenta que los retratos le permiten mostrar una faceta menos conocida de su trabajo. Le gusta tomarse su tiempo, lograr cierta empatía con el personaje a fotografiar. Valdez también viene del fotoperiodismo. Cubrió las jornadas de protesta contra Pinochet mientras estaba en el gobierno. Hizo un ensayo fotográfico sobre el HIV poniendo el foco en la vida cotidiana de Roberto Jáuregui. Estuvo en El Salvador cuando terminaba la guerra civil y en el Amazonas boliviano durante la quema de cultivos de coca cuando intervinieron por primera vez los marines americanos.
Para esta muestra seleccionó medio centenar de retratos de los últimos treinta años. Valdez pone en el centro de sus fotografías la mirada: ahí, intuye, se devela y rebela lo más íntimo. Un núcleo estructural a veces ominoso, a veces trágico; en todos los casos, atractivo. Son fotografías tomadas en la Argentina para medios gráficos nacionales e internacionales, con distintas técnicas que van desde una cámara con cajón pasando por una digital hasta un iphone. Por ahí desfilan personajes del arte, la literatura, el cine, la política: George Soros, Andrés Calamaro, Lito Nebbia, Guillermo Kuitca, Raúl Alfonsín, Rep, Daniel Melingo, Francois Mitterrand, Salman Rushdie, Mijail Gorbachov, Luciano Pavarotti, Martin Parr, Fito Páez, Moshen Rabbani, el Tata Cedrón, Isabel Martínez, entre otros.
Hay primeros planos intensos: Alfredo Yabrán mirando hacia arriba (los bordes del negativo sin retocar provocan un efecto extraño), la expresión torva de Rico que se cruza a unas fotos de distancia con la mirada de Werner Herzog, transparente, de águila, dirá con precisión Valdez. Y un primerísimo plano de Bussi que impresiona: los ojos desorbitados de furia.
Más allá, Maradona, completamente abstraído, sonriendo solo mientras camina después de un entrenamiento. Otros, en cambio, posan. Hay tiempo para arreglarse, sí, pero, uno intuye, pocas posibilidades de controlar la mirada, el gesto. Como si la propia piel, frente a la cámara, los abandonara.
El martes 12 de junio a las 19 Tony Valdez realizara una visita guiada por su muestra.

Fuente: Revista Ñ Clarín