Es una obra del pintor Gustavo Masó, que recrea con técnicas surrealistas el abrazo interreligioso del papa con un rabino y un musulmán en Tierra Santa.
El Papa Francisco revivió hoy en el sagrato
de la basílica de San Pedro, frente a la multitud reunida para la
audiencia general de los miércoles en la plaza del mismo nombre, su
histórico abrazo con un rabino y un líder musulmán argentinos frente al
Muro de los Lamentos, en su visita a Tierra Santa, el 26 de mayo de
2014.
Jorge Bergoglio hizo colocar en las escalinatas el cuadro del pintor argentino Gustavo Masó que
evoca aquel momento interreligioso con una lectura de inspiración
surrealista que incluye imágenes de los protagonistas, de la Biblia, la
Toráh y el Corán, con la palabra paz en español, hebreo y árabe.
Masó, que estaba acompañado por su familia, posó con Francisco junto al cuadro,
que le gustó mucho al Papa por el significado de "atravesar lo
invisible" de aquel encuentro histórico entre tres amigos", dijo el
pintor a Clarín.
Al Papa argentino "le pareció muy
interesante la trascendencia de esa especie de pacto de paz que fue un
flash. De alguna manera la imagen pictórica representa lo que no se vió
en del abrazo, el encuentro real de tres religiones. Yo quise plasmar ese lado invisible, profundo, pues el arte te lo permite".
En
la imagen, en la que se ven a Francisco, al rabino Abraham Skorka y al
líder musulmán Omar Abboud, "los tres están conectados por puentes con
unas lupas pegadas y unos espejitos que representan la expansión y la
introspección con uno mismo".
El cuadro será exhibido unos días en el Vaticano y Gustavo Masó quiere llevarlo luego a Buenos Aires
para mostrarlo en nuestro país. "Uno de los objetivos principales del
cuadro es amplificar el mensaje del abrazo de los tres y moviendo la
pintura esto es mucho más viable".
Masó explicó el empleo de
técnicas surrealistas y señaló que la obra está firmada por los tres
protgonistas. El Papa firmó ayer ante la multitud en la audiencia
general.
También el rabino Skorka había firmado la Torah en Buenos
Aires. Para el jeque Abboud "que por su religión no puede intervenir
sobre el Corán, pegamos una filmina de plástico transparente encima para
que no haya problemas de tipo religioso", concluyó el pintor argentino.
En
abril del año pasado, durante la canonización en la sala Nervi de Juan
XXIII y Juan Pablo II, en la proclamación por parte de Francisco fueron
colocados dos cuadros con los nuevos santos, pintados por Gustavo Masó.
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