El esqueleto de un particular caballo ocupa desde anteayer el pedestal de la esquina noroeste de Trafalgar Square, la famosa plaza londinense que tiene en sus otros tres ángulos monumentos dedicados a personajes históricos.
Es que esta escultura de bronce de casi cuatro metros de altura ocupa un lugar históricamente reservado para una estatua de Guillermo IV que nunca llegó.
Obra del artista alemán Hans Haacke, de 78 años, el caballo gigante tiene en una pata una pinza digital que informa en directo las cotizaciones de la Bolsa local.
Para aclarar sus intenciones, el autor tituló la escultura Gift Horse: una reflexión sobre el entrecruzamiento de los lazos entre el poder, el dinero y la historia.
El emplazamiento de esta pieza fue un revés definitivo para los sectores conservadores de la ciudad que vienen manifestándose en contra de las demostraciones de arte contemporáneo que desde hace una década encontraron lugar en ese espacio vacante. Incluso, algunas voces del partido tory al que pertenece el alcalde de Londres, Boris Johnson, habían sugerido emplazar allí una estatua en memoria de la ex primera ministra Margaret Thatcher, fallecida en 2013. Todo lo contrario: Johnson mantuvo ese pedestal para las nuevas propuestas artísticas.
"Entrelazar nuestra historia con lo contemporáneo, estimulando además el
debate, es lo que hace de Londres una capital cultural tan dinámica",
justificó el jueves, en la presentación de Caballo regalado.
Es que esta escultura de bronce de casi cuatro metros de altura ocupa un lugar históricamente reservado para una estatua de Guillermo IV que nunca llegó.
Obra del artista alemán Hans Haacke, de 78 años, el caballo gigante tiene en una pata una pinza digital que informa en directo las cotizaciones de la Bolsa local.
Para aclarar sus intenciones, el autor tituló la escultura Gift Horse: una reflexión sobre el entrecruzamiento de los lazos entre el poder, el dinero y la historia.
El emplazamiento de esta pieza fue un revés definitivo para los sectores conservadores de la ciudad que vienen manifestándose en contra de las demostraciones de arte contemporáneo que desde hace una década encontraron lugar en ese espacio vacante. Incluso, algunas voces del partido tory al que pertenece el alcalde de Londres, Boris Johnson, habían sugerido emplazar allí una estatua en memoria de la ex primera ministra Margaret Thatcher, fallecida en 2013. Todo lo contrario: Johnson mantuvo ese pedestal para las nuevas propuestas artísticas. "Entrelazar nuestra historia con lo contemporáneo, estimulando además el debate, es lo que hace de Londres una capital cultural tan dinámica", justificó el jueves, en la presentación de Caballo regalado.
Fuente: lanacion.com
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