Cultura
El año que viene lo emplazarán en Diagonal Norte, entre Cerrito y Libertad
El escultor Carlos Martínez y la maqueta de su obra. Foto: LA NACIÓN / E. Lasalvia |
Doce años después de que una ley obligara a emplazarlo en Avenida del Libertador y Callao, dentro del parque Thays, finalmente el monumento homenaje al músico Ástor Piazzolla verá la luz en 2015. Pero lo hará en otro escenario: la cuadra de la peatonal Diagonal Norte, entre Cerrito y Libertad.
Así lo confirmaron fuentes del Ministerio de Cultura porteño y del despacho de la diputada oficialista Lía Rueda, que en los próximos días presentará un proyecto para modificar el artículo de la mencionada norma (ley N° 1132) que designa el sitio elegido para instalarlo.
Según los voceros, la reforma será aprobada antes de fines de año y cerraría una historia de demoras y desidia que impidieron durante más de una década que la ciudad rindiera un justo tributo al gran compositor y bandoneonista.
Precisamente, el monumento homenaje simboliza la silueta de un bandoneón en una serie de doce cuadros desplazados a lo largo de una curva. Será construido en acero inoxidable, con un peso aproximado de 200 kilos, y se montará sobre dos bases rectangulares. Fue ideado por el artista plástico Carlos Martínez, quien en 2009, hace ya cinco años, ganó el concurso convocado por una comisión ad hoc que integraron representantes del gobierno de la ciudad y de la Fundación Ástor Piazzolla.
Ya habían pasado para entonces seis años desde que, en 2003, la ley 1132 había establecido emplazar el monumento en el espacio verde situado en Libertador y Callao, con una leyenda que recordara la letra de "Balada para un loco" (Piazzolla-Horacio Ferrer), cuando dice: "Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao, no ves que va la luna rodando por Callao; que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!"
Pero, luego de la convocatoria al concurso y la selección de la propuesta ganadora, se advirtió que, en el lugar escogido para colocar el homenaje ya había -y hay- un monumento dedicado al jefe de policía coronel Ramón L. Falcón.
Esa estatua fue dispuesta allí por la ley nacional 8928, de 1912; pero posteriormente, por la ley nacional 18.110, de 1969, se autorizó a la Policía Federal a trasladar el monumento al Departamento Central de Policía. La mudanza, como es evidente, jamás se concretó.
En mayo de 2011, una resolución emitida por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad insistió ante el Ministerio de Cultura porteño en que agilizara la confección del homenaje a Piazzolla y ante el Ministerio de Espacio Público en que arbitrara los medios necesarios para efectivizar el desplazamiento del monumento a Falcón. A la vez, puso en conocimiento de las actuaciones administrativas a la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré.
Las gestiones no avanzaron. Por último, explicaron fuentes del Ministerio de Cultura, para poder cumplir con el merecido homenaje al maestro se decidió buscar un nuevo sitio de emplazamiento. Entre los muchos evaluados, la balanza se inclinó por la cuadra de Diagonal Norte tendida entre Cerrito y Libertad, bautizada informalmente como pasaje Ástor Piazzolla.
Carlos Martínez, el artista plástico ganador del concurso, confirmó a LA NACION que ya reformuló el proyecto del monumento para adecuarlo al que será, si prosperan las iniciativas, su morada definitiva, en el microcentro. La pieza tendrá una altura de alrededor de cuatro metros y su confección demandará, estimó, unos 90 días.
El último costo estimado por el escultor fue, el año pasado, de un millón de pesos. Deberá actualizarse y, probablemente, se le asignará una partida en el presupuesto oficial para 2015.
El nieto del compositor, Daniel "Pipi" Piazzolla, baterista del grupo Escalandrum, celebró los avances: "No me preocupa que se hayan demorado 12 años en instalar la estatua; lo importante es que finalmente se concrete".
Marplatense, innovador y revolucionario
Ástor Piazzolla
Músico y compositor.
Este comentario aparecido en el diario La Nación, de Buenos Aires, expresa cabalmente nuestro parecer sobre este particular.
El homenaje a Astor Piazzolla, está, por supuesto más que justificado.
Eso es indiscutible, no está en tela de juicio.
Eso es indiscutible, no está en tela de juicio.
Lo que es un disparate, un contrasentido total desde el punto de vista plástico, visual, escultórico y como entorpecimiento de la libre circulación de las personas, es el lugar elegido para instalar el monumento al gran Piazzolla, ya que, en esa corta cuadra de la Diagonal Norte, ya están emplazadas la Fuente Diagonal I, en la Diagonal Norte y Libertad, y la Fuente Diagonal II, en la Diagonal Norte y Cerrito, de dudosa estética, cuya autora es la mediática artista plástica Marta Minujín.
Por no saber emplazar monumentos y fuentes, están obstruyendo física y visualmente la Diagonal Norte, que fuera hecha peatonal hace un tiempo.
Y el monumento a Piazzolla quedará visualmente menoscabado por las dos fuentes de Minujín, lo que le hará perder peso como el homenaje que pretende ser.
Esa cuadra de la Diagonal Norte va a parecer un catálogo de venta de ornamentos para jardín.
La compulsión de los supuestos especialistas por llenar cuanto espacio vacío encuentran al emplazar monumentos, sin ponderar debidamente cómo interactúa la obra escultórica con el espacio que la rodea, inevitablemente remite al "horror vacui" - horror al vacío - de los pobladores del Antiguo Egipto, que en ellos estaba justificado por el temor que les daba la infinitud del desierto, pero no en nuestra Ciudad, ubicada en la pampa húmeda actual.
En definitiva, están pejando lo que estaba despejado.
Lógicamente, si no se recurre a los especialistas y privan razones intelectuales, afectivas o políticas al momento de emplazar monumentos, los resultados serán pobres, ineficaces y más bien se harán notar por lo inapropiados.
Es recomendable dejar espacios libres.
Cómo en la música, en lo visual, el silencio valoriza a la nota.
Conviene a esta altura recordar el célebre dicho: "Zapatero, a tus zapatos".
Por otro lado, debería considerarse la fuerte presencia - por cierto muy próxima - del Obelisco, monumento que, como ocurre con la Torre Eiffel con París, con el Big Ben con Londres o con la Estatua de la Libertad con Nueva York, identifica a Buenos Aires y se la asocia con él.
Conviene permitir que, donde está, el Obelisco siga siendo el centro de todo. Los esfuerzos visuales deberían conducir a reforzarlo como protagonista escénico absoluto, no llenándolo de obras escultóricas u ornamentales que pueblen o saturen los espacios que lo rodean y distraigan la atención del observador. En eso, también, aunque el principio no siempre se cumple, como decía el brillante arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies van der Rohe (Alemania, 1886 – E.E.U.U.,1969), "Menos es más".
Llenar espacios públicos o privados con elementos al tun tun, lo puede hacer cualquiera. Pero, para hacerlo adecuadamente y con eficacia, hace falta tener un determinado "know how", conocer ciertas reglas básicas que rigen lo visual y que siempre, inevitablemente se cumplen.
Y el monumento a Piazzolla quedará visualmente menoscabado por las dos fuentes de Minujín, lo que le hará perder peso como el homenaje que pretende ser.
Esa cuadra de la Diagonal Norte va a parecer un catálogo de venta de ornamentos para jardín.
La compulsión de los supuestos especialistas por llenar cuanto espacio vacío encuentran al emplazar monumentos, sin ponderar debidamente cómo interactúa la obra escultórica con el espacio que la rodea, inevitablemente remite al "horror vacui" - horror al vacío - de los pobladores del Antiguo Egipto, que en ellos estaba justificado por el temor que les daba la infinitud del desierto, pero no en nuestra Ciudad, ubicada en la pampa húmeda actual.
En definitiva, están pejando lo que estaba despejado.
Lógicamente, si no se recurre a los especialistas y privan razones intelectuales, afectivas o políticas al momento de emplazar monumentos, los resultados serán pobres, ineficaces y más bien se harán notar por lo inapropiados.
Es recomendable dejar espacios libres.
Cómo en la música, en lo visual, el silencio valoriza a la nota.
Conviene a esta altura recordar el célebre dicho: "Zapatero, a tus zapatos".
Por otro lado, debería considerarse la fuerte presencia - por cierto muy próxima - del Obelisco, monumento que, como ocurre con la Torre Eiffel con París, con el Big Ben con Londres o con la Estatua de la Libertad con Nueva York, identifica a Buenos Aires y se la asocia con él.
Conviene permitir que, donde está, el Obelisco siga siendo el centro de todo. Los esfuerzos visuales deberían conducir a reforzarlo como protagonista escénico absoluto, no llenándolo de obras escultóricas u ornamentales que pueblen o saturen los espacios que lo rodean y distraigan la atención del observador. En eso, también, aunque el principio no siempre se cumple, como decía el brillante arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies van der Rohe (Alemania, 1886 – E.E.U.U.,1969), "Menos es más".
Llenar espacios públicos o privados con elementos al tun tun, lo puede hacer cualquiera. Pero, para hacerlo adecuadamente y con eficacia, hace falta tener un determinado "know how", conocer ciertas reglas básicas que rigen lo visual y que siempre, inevitablemente se cumplen.
Appoint
Fuente: lanacion.com
Marta Minujín - Fuente Diagonal I. Diagonal Norte y Libertad.
|
Marta Minujín - Fuente Diagonal II. Diagonal Norte y Cerrito. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario