MEMORIA DE LA ESCLAVITUD PORTEÑA
Una escultura de Cafferata refleja en Palermo las huellas de una práctica despreciable.
Por Eduardo Parise
No tiene las dimensiones de los grandes monumentos de Buenos
Aires. Tampoco está muy a la vista de quienes recorren una de las zonas
más lindas de la Ciudad. Y hasta es probable que su ubicación también
tenga algo que ver con el repudiable contenido de la historia que
contiene la imagen. Porque, aunque se trate de una bella obra de arte,
lo que refleja este monumento, realizado en 1881, es un tema doloroso de
nuestro pasado.
Se titula “La esclavitud”, aunque algunos lo
conocen como “El esclavo”. Para encontrarlo hay que llegar hasta Palermo
y buscarlo cerca del cruce de las avenidas Sarmiento y Figueroa
Alcorta. Está instalado en la plaza Sicilia, a unos metros de la avenida
Intendente Berro (la que pasa frente al Jardín Japonés), detrás de un
viejo chalet que alguna vez fue orgullosa edificación y que ahora
muestra un estado de abandono lamentable.
La escultura, del tamaño
real de una figura humana, fue realizada por Francisco Cafferata, un
artista nacido el 28 de febrero de 1861 en La Boca, un barrio por
entonces con mayoría de inmigrantes italianos, como sus padres.
Cafferata estudió dibujo con Julio Laguens y luego, en su adolescencia,
vivió ocho años en Florencia, donde se formó con los escultores Urbano
Lucchesi y Augusto Pasaglia. Su vida tuvo un trágico final: se suicidó
el 28 de noviembre de 1890.
Pero entre sus muchas obras dejó “La
esclavitud”, que realizó cuando tenía 20 años. Se hizo, como está
grabado en su base, en la “Fundición de A. Jonis — Calle Malavia (sic)
434 — Bs. As.”. Y en 1882 fue exhibida y premiada con la medalla de oro
en la Exposición Continental desarrollada en la Capital. El municipio
porteño la compró en 1905.
La figura (un hombre de raza negra,
desnudo) muestra sus muñecas encadenadas y aparece caída, en una actitud
de total resignación. El equilibrio del trabajo, realizado en bronce,
está rematado por la cabeza, de una gran belleza, y que merece
apreciarse desde todos los ángulos. El artista consideró que aquella
doliente imagen del esclavo no debía estar de pie sino abatida y llena
de impotencia, reflejando su situación de persona vencida.
Los
primeros esclavos negros fueron traídos a Buenos Aires en 1587, apenas
siete años después de la segunda fundación. Y se estima que hacia fines
del siglo XVIII el 35% de su población era de esa raza. Sometidos a los
peores trabajos, en la piel de muchos estaban las huellas del carimbado.
Es decir: el herrado a fuego con la marca del “importador” y luego la
del “propietario”.
Los principales “mercados de venta de
esclavos” en la Ciudad estuvieron en la zona de Retiro y del Parque
Lezama. Aunque en 1813 hubo avances con la declaración de la libertad de
vientres (determinaba que los hijos de esclavos ya nacían libres), la
abolición total en la Argentina recién se logró con la Constitución
Nacional de 1853. De todas maneras, 131 años después de su realización,
la obra de Francisco Cafferata sigue allí en un sector del Parque Tres
de Febrero, reflejando aquella situación que vivieron y sufrieron miles
de personas.
Diferente es el símbolo que, cruzando la avenida
Berro, se encuentra en la plaza Irán. Es la réplica de una gran columna
como las que sostenían el techo de la Apadana de Persépolis, que era la
sala de audiencias de los emperadores de la antigua Persia. Aquel
edificio se comenzó a construir, por pedido de Darío I El Grande, cerca
del 512 a. C. El capitel de la de Buenos Aires, a 20 metros de altura,
está rematado por dos grandes cabezas de buey. Esta columna, realizada
en piedra, fue donada por Irán a la Municipalidad de Buenos Aires el 12
de mayo de 1965, aunque recién se inauguró una década después. Pero esa
es otra historia.
Fuente: clarin.com
TRES CUADRAS DE COLA PARA VER A RAFAEL Y A TIZIANO A PESAR DEL FRÍO
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Furor por la inauguración de la muestra que reúne cuarenta y seis obras de 600 años de pintura italiana. |
Por Bárbara Álvarez Plá
Ni siquiera el frío de la tarde pudo disuadir a todos los que
esperaban ansiosos para ver la muestra. Una fila de casi tres cuadras
parecía no menguar nunca, El sábado, el día de la inauguración,
acudieron 1200 personas. Ayer más de 2000 pasaron por el Museo Nacional
de Arte Decorativo (Av. Libertador 1902) para ver Meraviglie dalle Marche , la muestra que hasta el 30 de septiembre reúne 46 obras que relatan 600 años de arte italiano.
“Ya
desde afuera se disfruta” decía Elba, una maestra jardinera que
esperaba, como todos, para entrar. “Yo nunca vine acá antes y sólo con
ver el edificio estoy feliz”, agregó mientras señala el Palacio
Errázuriz Alvear.
Paredes de tonos violetas, arañas, música de
cámara, y silencio. Ese silencio que se genera cuando uno no puede
cerrar la boca de asombro. Esa era la atmósfera en el segundo día de la
muestra. “Quería saber qué se siente al tener delante uno de estos
cuadros. Esto es algo invaluable para los que no tenemos oportunidad de
ir a Europa. “No tiene precio”, comentó Gladys, profesora de inglés.
Jóvenes, adultos, ancianos y familias enteras querían ver de cerca las
obras de Tiziano, Rafael y Rubens. “Lo que hay acá son pinturas de gente
que sabía pintar, no como el arte moderno”, sentenció Ivanky, que
acudió con su hija Florencia, profesora de dibujo.
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Una fila larga pero dinámica. Al público no le importó el frío. Había familias enteras. Juan Manuel Foglia.
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Fuente: clarin.com
CAE UNA BANDA DE FALSIFICADORES
DE PICASSO, SOROLLA Y GOYA EN ESPAÑA
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JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA |
Agentes de la Policía Nacional de España desbarataron una banda
que falsificaba obras de grandes pintores para venderlas en el mercado
negro., según informó la agencia Europa–Press.
Durante la
operación nueve personas quedaron detenidas –4 en Madrid, 4 en Córdoba y
una en Albacete– y se incautaron sesenta obras falsificadas y
“atribuidas” a Goya, Picasso, Sorolla, Menchu Gal, B. Palencia o Viola,
entre otros pintores.
Fuentes policiales consignaron el modus
operandi de la banda. Un anticuario de Madrid encargaba a un pintor con
residencia de la provincia española de Córdoba la confección de las
pinturas sin firmar, principalmente de los siglos XVI al XIX.
Las
obras eran envejecidas y el coleccionista las vendía como auténticas
después de dotarlas de certificados falsos firmados por expertos a
cambio de una suma económica. Los cuadros se ofrecían en subastas,
anticuarios, y a clientes particulares.
La investigación se
originó tras una denuncia realizada por los titulares de los derechos de
propiedad intelectual de varias obras.
En los allanamientos,
además de las 60 reproducciones se incautaron numerosos certificados de
autentificación falsos, 4 colmillos de elefante, 30 piezas de marfil, 35
lingotes de oro y una pistola 9 milímetros Parabéllum.
Fuente: clarín.com
EXPERTOS EN ARTE, TEMEROSOS DE LOS JUICIOS
Cuando el mercado del arte mueve sumas espectaculares y un veredicto puede hacer o destruir una fortuna, el miedo a los juicios disuade a los expertos de autenticar obras de arte.
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YESOS ATRIBUIDOS A DEGAS. Es posible que circulen más falsificaciones porque los expertos temen demandas. Yesos atribuidos a Degas. |
Por Patricia Cohen - The New York Times
La celebrada libertad de expresión del arte tal vez deje de extenderse a las opiniones de los expertos en materia de autenticidad. En momentos en que el mercado del arte mueve sumas espectaculares y el veredicto de un experto puede hacer o destruir una fortuna, varios casos legales destacados han llevado a los eruditos a autocensurarse por temor a verse envueltos en juicios.
La Fundación andy Warhol para las artes Visuales, la Fundación roy Lichtenstein y el Museo Noguchi, todos en Nueva York, han dejado de autentificar obras para evitar litigios. en enero, el instituto de arte Courauld en Londres mencionó "la posibilidad de acciones legales" cuando canceló un foro sobre una controvertida serie integrada por alrededor de 600 dibujos atribuidos a Francis bacon. Y los principales expertos en Degas evitaron decir si 74 yesos atribuidos al artista constituyen un nuevo hallazgo estupendo o un engaño.
La ansiedad ha llegado incluso al catálogo razonado, el compendio académico definitivo de la obra de un artista.
Las casas de subastas a veces se niegan a manejar obras no catalogadas.
A raíz de esto, autores de catálogos razonados han sido objeto de juicios, sin hablar de sobornos y hasta amenazas de muerte. No obstante, en tanto la suba sorprendente en los precios del arte transformó el análisis del costobeneficio de los juicios, el fraude se volvió más rentable, dijo Nancy Mowll Mathews, presidenta de la Catalogue raisonné scholars association.
Hay quienes advierten que la renuencia cada vez mayor a declarar públicamente la autenticidad podría mantener falsificaciones y obras mal atribuidas en circulación no reconociendo a la vez obras recientemente descubiertas.
Se generó un debate ético puntual: en caso de detectar una obra sospechosa ¿es mejor hablar o callar como recomiendan los abogados? en 2005, después de ver que otras organizaciones afrontaban juicios, la fundación Lichtenstein compró un seguro sobre responsabilidad de terceros por us$ 5 millones y volvió más riguroso y transparente su proceso de autenticación, dijo su director ejecutivo Jack Cowart. Posteriormente, en 2011, la fundación Warhol reveló que había gastado us$ 7 millones defendiéndose en un juicio que involucraba una serigrafía que había rechazado para el catálogo razonado. Cuando Cowart llamó a su aseguradora para averiguar si la fundación Lichtenstein estaba protegida en caso de enfrentar un juicio similar, el agente le dijo que era imposible predecirlo. "Fue un momento muy esclarecedor", dijo Cowart.
Los miembros del directorio establecieron que los beneficios de autenticar no compensaban el riesgo de ser demandados. "¿Por qué ponerse frente a un auto que acelera?" dijo Cowart. "No es función de la Fundación Roy Lichtenstein" autenticar obras de arte.
Esa visión perturba a Jack Flam, presidente de la Fundación Dedalus, con sede en Nueva York, que está editando el catálogo razonado de Robert Motherwell y el año pasado fue demandada por cambiar de opinión respecto de la autenticidad de una pintura. "Si los expertos dejan de hablar, vamos a ver surgir más falsificaciones", dijo.
Cowart dijo que, de todos modos, los dictámenes del comité de autenticación no estaban retirando las falsificaciones del mercado.
Sharon Flescher, directora ejecutiva de la International Foundation for Art Research, duda que el número de juicios haya aumentado, pero admitió que esa percepción está teniendo un "efecto de enfriamiento". Son pocos los demandantes que ganan, pero aun así los expertos se sienten amedrentados por el tiempo y el gasto legal que implica. Por eso la College Art Association comenzó a ofrecer recientemente un seguro sobre responsabilidad de terceros accesible a sus miembros para autenticar obras de arte, señaló.
Peter R. Stern, un abogado de Nueva York especializado en arte, les dice a sus clientes que nunca arriesguen una opinión a menos que se la pidan formalmente los propietarios, y aun en ese caso deben asegurarse de que los propietarios firmen un descargo prometiendo no hacer ninguna demanda.
"La erudición artística está librando una batalla contra el comercio que lleva las de perder", dijo.
Los temores de ser demandado pueden traer aparejados cambios en la naturaleza de los catálogos razonados, dijo Flescher. Mencionó las decisiones recientes de las fundaciones Calder y Lichtenstein y el Museo Noguchi de suprimir sus iniciativas de catálogos online y calificarlas de "trabajos en curso".
Shaina D. Larrivee, a cargo de la gestión del catálogo razonado de Isamu Noguchi, dijo "lo que estamos presentando es una combinación de investigación concluida e investigación pendiente". Y agregó "Tenemos muy en claro que la `investigación pendiente’ no garantiza la inclusión en el catálogo razonado definitivo, y que podemos retirar obras de arte si sale a la luz información nueva".
Alexander Rower, nieto de Alexander Calder y presidente de la Fundación Calder, decidió descartar la idea de un catálogo razonado prefiriendo una guía online, que pronto será subida. "Se determina si la obra es falsa o no con los datos que presentamos", dijo.
La fundación con sede en Nueva York no autentica, dijo, pero registrará y examinará un presunto Calder a pedido de su propietario.
Y la fundación sigue con mirada atenta el mercado. Rower viajó a la feria de arte de Basilea en Suiza en junio para fotografiar todos los Calder con el fin de realizar investigaciones futuras, dijo.
"No es cuestión de salir al mundo y decir `Es falso’", dijo Rower. "Lo correcto para mí es decirle a un marchand, `¿Presentó esta obra a la Fundación Calder?’ Y si dice que no, yo digo `Debería hacerlo’".
Fuente: Revista Ñ Clarín
CHIACHIO Y GIANNONE:
ARTE MAYOR CON EL BORDADO DE LA ABUELA
Exuberantes y vitales, los artistas retoman el hilo, la aguja y la porcelana para crear una obra en que lo culto y lo popular son uno. En la galería Ruth Benzacar, hasta el 10 de agosto.
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AUTORRETRATO. "Familia coyita", los dos artistas junto a su perro Piolín. |
Chiacchio & Giannone son dos artistas exuberantes como una
madraza italiana. Cualquiera de estas telas -¿cuadros bordados?- delatan
horas, días, meses de trabajo persistente y callado. Se escucha la
televisión de fondo, el cotorreo infinito de las conversaciones, las
carcajadas –trabajan con ayudantes y reciben amigos todo el tiempo, sin
por eso largar la aguja y el aro– pero más allá de estas estridencias,
que obviamente se traducen en la obra, la muestra en la galería Ruth
Benzacar trasmite tranquilidad hogareña. La pareja tiene un hijo-perro,
Piolín, un salchicha negro de ojitos brillosos. Se lo ve contento,
abrigadito y bien alimentado. Los tres aparecen retratados en distintas
secuencias de una vida fantaseada: en la cama con gorros de lana y
mitones, en la selva con flores, pájaros y monos, en un altar mexicano,
en medio de una ciudad en llamas rodeados por un ejército de bomberos
con los torsos desnudos. Hay en todas las escenas un exceso vital que
hasta el infierno más temido resulta optimista.
Leo Chiacchio
(Buenos Aires, 1969) y Daniel Giannone (Córdoba, 1964) se conocieron
hace diez años en el balcón de la casa de un amigo, durante una fiesta.
Cada uno por su lado, los dos bordaban. Fue el punto de encuentro.
Obviamente, esa misma noche se besaron. Desde entonces viven y trabajan
juntos. Su primera obra de a dos fue –en Estudio Abierto en Harrods,
2003– un viejo colchón matelaseado, con la imagen de los dos durmiendo
juntos, abrazados, rodeados de sapitos y vaquitas de San Antonio de
plástico. No habría mejor portada para este cuento de hadas queer y
tercermundista.
La tela más grande en la sala es un gobelino de
casi tres metros por cinco de largo. Técnicamente no es un tapiz porque
no fue tejido. Podría decirse que es una tela reprocesada. Sobre las
bases textiles, que pueden ser paños antiguos o estampados sintéticos,
se ejecutan distintas técnicas de bordado, algunas experimentales,
incluso superpuestas en capas, que terminan por configurar un nuevo tipo
género. Muchas de estas técnicas las aprendieron de Alicia, la
presidenta de la Asociación de Bordadoras Argentinas, una gran amiga que
murió el año pasado y con quien se pasaban tardes enteras bordando y
charlando. Ella solía decirles que habían llevado este arte menor a la
categoría de gran arte. Ellos le enseñaron que un error puede hacer
especial a un trabajo.
Ahí no queda la cosa. Porque si al rescatar
este artesanado típicamente femenino se pretendía poner en cuestión las
jerarquías estéticas y sociales, era necesario probar la tesis en otros
ámbitos. La muestra se completa con un conjunto de piezas de porcelana
que realizaron durante una temporada de trabajo en la fábrica Verbano,
en la localidad santafesina de Capitán Bermúdez. Durante dos meses, como
cualquier obrero, los artistas concurrieron a la planta de lunes a
sábado de siete de la mañana a seis de la tarde para experimentar con
los procesos industriales. La serie de los ekekos, con sus ropitas de
macramé, sus brazos altos en gesto dadivoso a lo Juan Domingo Perón y
sus cuerpos florecidos de hazas y picos de tetera, son el sumun de la
providencia; una suerte de matrimonio igualitario entre el rito pagano
sudamericano y la ceremonia arribista de abuela europea.
Las
estructuras y los conceptos, incluso en su altísimo grado de intensidad,
vienen a decir que nada está fijo, que no hay fronteras. Hibridación
total para el erotismo total, podría ser el primer mandamiento. Pasan
ante los ojos los cuadros modernos, los diseños precolombinos, las
películas de consumo global, los libros de antropología, los viajes por
el mundo y el folclore criollo. El mundo de Chiachio & Giannone está
en constante expansión como un manto vegetal que amenaza con
fagocitarse hasta el último producto de la cultura humana. Abajo quedará
sepultada la contraposición natural-artificial. La esencia, acá, es el
encuentro. Uno en dos. Dos en uno. En ese orden alternativo, estos
retratos de familia se leen como símbolo de una epopeya. Ya no importa
si se proyectan como guerreros aztecas, santos cristianos, samuráis,
marines, actores porno o próceres de mayo, de una u otra forma Chiachio
& Giannone y Piolín serán los embajadores de una épica
contemporánea.
Fuente: Revista Ñ Clarín
Fuente: Revista Ñ Clarín
LEÓN FERRARI: OBRAS PARA VER Y ACARICIAR
“El sexo es un homenaje a Dios”, dice el artista, de 92 años, en esta charla sobre su arte, la religión y la muestra que presentó en el Malba.
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León Ferrari. "Me gustaría volver a escribir poesía", dice el artista plástico. |
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Obras para ver y acariciar |
Por Marina Oybin
Esa lengua suave acaricia hasta el orgasmo mientras las letras
en braille rezan las máximas bíblicas (Sant. 3, 6-10) para dejarnos
claro que ese órgano muscular carmín, que esa “lengua es un mundo de
maldad, que está puesta entre nuestros miembros y contamina todo el
cuerpo e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por
el infierno (…)”. Más allá, el sexo apasionado junto a otra máxima: “De
cierto, de cierto os digo: el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero” (Jn. 53, 54).
Paradójicamente son textos ilegibles para nosotros, espectadores
videntes: por eso cada obra lleva un rótulo a su lado.
En Brailles
la tensión entre las imágenes (muchas son estampas eróticas
orientales) y los textos bíblicos sobreimpresos resulta hipnótica. Uno
se sorprende, varios días después, recordando citas e imágenes de esos
cruces fascinantes. “La serie –cuenta León Ferrari– surgió a partir de
las fotografías de mujeres desnudas que hacía mi padre, les puse encima
una poesía o diferentes textos en braille: uno acariciaba a la mujer
mientras leía”. Algunas obras pueden tocarse, tal como lo pensó el
artista, en un acto que viene a satisfacer ese deseo que muchas veces
despiertan pinturas y esculturas: un impulso casi físico, inevitable y
vedado.
Al ingresar en la sala, junto a la imagen de una pera
vaginal, elemento de tortura atroz (extraída de Inquisición: guía
bilingüe de instrumentos de tortura desde la Edad Media a la época
industrial , de Robert Held), el texto en braille señala: “Entrad por la
puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella (…)” (Mt.7,
13-14). A unos pasos, sobre la reproducción de la dulcificada “Virgen de
San Jorge”, de Correggio, el texto en braille apunta: “Apartaos de mí,
malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo” (Jesús, Mt.
25,41).
Además, en la serie Relecturas de la Biblia , las
imágenes de la iconografía cristiana y de la historia del arte
yuxtapuestas a otras de la erótica oriental o de la historia
contemporánea, simbólicamente potentes, provocan una extraña disrupción
temporal.
En el Malba, Brailles y Relecturas de la Biblia , con
curaduría de Florencia Battiti, reúne 70 obras de las más de 300 que
integran estas dos series hasta en las que Ferrari trabajó tres décadas.
Hay acidez, juego, irreverencia, ningún prejuicio. El sello Ferrari.
Poderoso, heterodoxo, heterogéneo, Ferrari vuelve a interpelar sobre
religión, política, arte, sexo y goce. En escenas de masturbación como
“Amate” o “La lengua” el texto bíblico tensa la imagen, provocando desde
inquietud hasta sonrisas. Siguiendo esa operación estética y
conceptual, Ferrari nos lleva a ver obras de Gustave Doré, Miguel Angel,
Correggio y otros, desde nuevas aristas que, justamente, la belleza de
la imagen ocultaba y que ahora el texto viene a cuestionar. Como en
“Amad”, donde sobre ese amasijo de bellos cuerpos en escorzo y al tiempo
flagelados de “Los condenados”, de Lucas Signorelli, la escritura en
braille dispara: “Amad a quienes os aborrecen” (Jesús, Lc. 6, 27). O la
sobreimpresión del texto sobre la reproducción del impactante “Cristo en
el sepulcro” de Hans Holbein: “Yo tengo las llaves del infierno y de la
muerte” (Mt. 16, 18).
Con agudeza e ironía, las obras van
poniendo en relación el discurso bíblico con escenas de la historia del
arte occidental y con imágenes de estampas orientales donde el sexo es
vivido como puro goce. Es más: “El sexo es un homenaje a Dios”, explica
Ferrari cuando lo visito en su casa después de ver la muestra en el
Malba. En un piso alto con vista al edificio gótico de la Facultad de
Ingeniería en Avenida Las Heras. El living está lleno de sus esculturas
móviles y volátiles, caligrafías deformadas, estructuras soldadas
obsesivamente de las que hizo en los años 60, pinturas de su amigo Yuyo
Noé y otras de Augusto Ferrari, su padre, pintor, fotógrafo, arquitecto.
En las bibliotecas, junto a las novelas hay ensayos de temas
religiosos. Aquí, en su casa, este hombre que no ha perdido la ironía ni
el sentido del humor, recorre luces y sombras de su vida. Dueño de una
risa suave que remata los comentarios más ácidos, demostrará que, a sus
92 años, conserva intacta esa mirada que va contra el sentido común.
Lo
primero que le pregunto es cuándo empezó a cuestionar el dogma. Cuenta
que fue cuando estudiaba en el colegio católico Guadalupe: “Era la época
en que nació el nazismo, y en ese colegio eran antisemitas”. Ahí
comenzó a aprender qué era ese infierno que después puso en el centro de
la escena de algunas de sus obras con santos de yeso. “Son los mismos
santos que promocionan el infierno: los expuse en 2000 y en 2004. En esa
época se armó un gran revuelo cuando vino Rebecca Gomperts, la médica
holandesa que hace abortos en un barco acondicionado como clínica en
aguas internacionales. Los católicos hicieron un gran escándalo. No sé
por qué hacen escándalos.
¿No cree que para muchos la religión es un alivio, una forma de dar sentido a la vida?
Posiblemente, sí. Lo extraño es que hay religiones crueles, como la religión católica con el infierno. El catecismo oficial católico está lleno de contradicciones: hay capítulos que dicen que están en contra de la tortura y hay uno en que están a favor. En la carta que le mandé al Papa le señalé eso para que lo corrigiera.
Posiblemente, sí. Lo extraño es que hay religiones crueles, como la religión católica con el infierno. El catecismo oficial católico está lleno de contradicciones: hay capítulos que dicen que están en contra de la tortura y hay uno en que están a favor. En la carta que le mandé al Papa le señalé eso para que lo corrigiera.
No hubo respuesta, obviamente.
No.
Usted
habló del aborto, creo que ése es el infierno al que condena hoy la
Iglesia y el Estado a una gran parte de las mujeres de sectores
populares.
Claro, pero creo que acá va a salir el aborto.
¿Le parece?
Sí. Hay algunos que están en contra. Pero con ese criterio sería un crimen usar preservativos. Una vez hice una obra con esculturas de preservativos llenos de chicos tratando de salir. Había también una escultura colgante, inflada, una especie de bandera en defensa del ministro de Salud Pública, que había dispuesto repartir preservativos a los muchachos y chicas. Y la Iglesia estaba furibunda.
Sí. Hay algunos que están en contra. Pero con ese criterio sería un crimen usar preservativos. Una vez hice una obra con esculturas de preservativos llenos de chicos tratando de salir. Había también una escultura colgante, inflada, una especie de bandera en defensa del ministro de Salud Pública, que había dispuesto repartir preservativos a los muchachos y chicas. Y la Iglesia estaba furibunda.
¿En qué está trabajando ahora?
Lo último que estuve haciendo es esto (señala una de sus deslumbrantes esculturas móviles con alambres y piedras) y tendría que hacer algunos dibujos. Ahora no estoy trabajando. Parece que a medida que pasan los días, ya no se puede decir años, sólo días como decía Proust, uno va caminando hacia la muerte.
Lo último que estuve haciendo es esto (señala una de sus deslumbrantes esculturas móviles con alambres y piedras) y tendría que hacer algunos dibujos. Ahora no estoy trabajando. Parece que a medida que pasan los días, ya no se puede decir años, sólo días como decía Proust, uno va caminando hacia la muerte.
¿Piensa en la muerte?
No, no me preocupa. He visto gente muriéndose: parecían contentos de dejar este mundo. Mi padre murió casi a los 99, y tengo un sobrino que me dijo, para satisfacerme, que antes el promedio de vida era de 75 años y ahora es de 106 (risas). Así que 106, yo tengo 92: todavía me quedan como 14 años. Tengo que pensar qué voy a hacer...
No, no me preocupa. He visto gente muriéndose: parecían contentos de dejar este mundo. Mi padre murió casi a los 99, y tengo un sobrino que me dijo, para satisfacerme, que antes el promedio de vida era de 75 años y ahora es de 106 (risas). Así que 106, yo tengo 92: todavía me quedan como 14 años. Tengo que pensar qué voy a hacer...
¿Qué lo
ilusiona? Hizo arte por teléfono, arte por correo, grabado, collage,
performances con esculturas sonoras, con poliuretano, videotexto,
produjo películas, actuó, ¿hay algo que le haya quedado pendiente, que
diga tengo ganas de seguir por acá?
Ya hace tiempo publiqué algunas poesías: me gustaría seguir escribiendo. Y tendría que seguir también con una de estas (señala una imagen de la virgen de las que usa para los collages que está en el bastidor).
Ya hace tiempo publiqué algunas poesías: me gustaría seguir escribiendo. Y tendría que seguir también con una de estas (señala una imagen de la virgen de las que usa para los collages que está en el bastidor).
¿Qué lo entristece?
Todos mis amigos se murieron. No sé por qué Dios elige a un ateo para que se quede.
Todos mis amigos se murieron. No sé por qué Dios elige a un ateo para que se quede.
¿Qué momentos de su vida recuerda con mayor intensidad?
Cuando salvé a mi hija Marialí. Cuando ella tuvo meningitis, la llevé a Florencia, a la “Casa di cura per bambini”, una especie de clínica. Siempre me acuerdo de esa calle: Via Manzini 43. Fue hace más de cincuenta años. Y me acuerdo de cuando a mi hijo Ariel, montonero, lo mataron. En fin, la vida tiene todo…Nosotros nos fuimos a Brasil en noviembre de 1976. Le dije que se viniera con nosotros. No hubo caso (silencio). No supimos nada hasta que una amiga de Ariel nos contó cómo había muerto: lo mató Astiz, lo dijo él mismo. Es desaparecido porque no se encuentra el cadáver. Lo que sé es que entró muerto en la ESMA el 27 de febrero de 1977, es lo único… Nos detenemos unos momentos a mirar el catálogo de su muestra y a conversar sobre algunas obras, luego seguimos.
Cuando salvé a mi hija Marialí. Cuando ella tuvo meningitis, la llevé a Florencia, a la “Casa di cura per bambini”, una especie de clínica. Siempre me acuerdo de esa calle: Via Manzini 43. Fue hace más de cincuenta años. Y me acuerdo de cuando a mi hijo Ariel, montonero, lo mataron. En fin, la vida tiene todo…Nosotros nos fuimos a Brasil en noviembre de 1976. Le dije que se viniera con nosotros. No hubo caso (silencio). No supimos nada hasta que una amiga de Ariel nos contó cómo había muerto: lo mató Astiz, lo dijo él mismo. Es desaparecido porque no se encuentra el cadáver. Lo que sé es que entró muerto en la ESMA el 27 de febrero de 1977, es lo único… Nos detenemos unos momentos a mirar el catálogo de su muestra y a conversar sobre algunas obras, luego seguimos.
Por esa función propagandística religiosa que cumplió
el arte, hay en sus obras cierta recriminación a Caravaggio, Correggio,
Signorelli, ¿piensa que podrían haber hecho algo diferente en ese
contexto?
Sí, sí, lo pensé mucho. La Iglesia se levantó con los pintores porque son los que le dieron capital intelectual, estético. Además ilustraron los crímenes de modo tal que ya no parecían crímenes: “El Juicio Final” de Miguel Angel y “El Diluvio” de Doré son propagandas, pero al mismo tiempo están tan bien pintados, son tan maravillosos, que uno pasa por encima.
Sí, sí, lo pensé mucho. La Iglesia se levantó con los pintores porque son los que le dieron capital intelectual, estético. Además ilustraron los crímenes de modo tal que ya no parecían crímenes: “El Juicio Final” de Miguel Angel y “El Diluvio” de Doré son propagandas, pero al mismo tiempo están tan bien pintados, son tan maravillosos, que uno pasa por encima.
Ferrari se detiene en la
escritura en braille sobre la reproducción de la “Virgen de la leche”,
de Robert Campin. Lee la frase: “Mataré a sus hijos con muerte”. “Es de
Jesús”, comenta.
Después de treinta años, ¿hay algunas obras que ya tenía olvidadas y redescubrió?
Sí (señala la imagen). Estos son lo incircuncisos. Los están mandando al infierno.
Sí (señala la imagen). Estos son lo incircuncisos. Los están mandando al infierno.
Ya
sobre el cierre de la entrevista, veo en una mesa, junto a una
miniatura de la emblemática “La civilización occidental y cristiana”, un
astronauta recubierto de finísimo material púrpura como terciopelo. Es
una obra que una de sus nietas compró en una galería y le regaló. León
le quita el casco y me muestra el rostro: es Jesús. Mientras caminamos
hacia la puerta para despedirnos dice: “El que no está conmigo está
contra mí, dijo Jesús. Eso después lo tomó Mussolini: Chi non è con noi è contro di no i”.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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