EL CENTENARIO DE UN EDIFICIO
QUE ES PARTE DE LA IDENTIDAD DE TIGRE

Fue inaugurado en 1912.

Lo construyeron para el deporte y luego recibió grandes fiestas de la alta sociedad. Tras su restauración, fue reinaugurado en 2006 como sede del Museo de Arte local (MAT).
Por Martín Sánchez

Señorial, casi vanidoso, el bello edificio de estilo francés que contiene al Museo de Arte Tigre (MAT), se yergue triunfal de cara al río. Nadie le da ese siglo de vida que acaba de cumplir, pero por su superficie, entre sus sombras, late la historia de una sociedad, la de Tigre y la de la misma Buenos Aires, que reflejó en este edificio mítico sus vaivenes y contradicciones durante 100 años.
En 1909, los empresarios Ernesto Tornquist, Luis García y Emilio Mitre decidieron que hacía falta un club de regatas y fundaron el Tigre Club donde hoy está el Museo, para que la gente bien de Buenos Aires pudiera distenderse los fines de semana arriba de un bote, o jugando al tenis o al golf. En noviembre de 1912 quedó inaugurada la primera construcción, pero la actividad deportiva fue cediendo lugar al juego y la diversión nocturna cuando se asomaba la década del ’30. Una sociedad anónima compró parte de las instalaciones para levantar un casino y anexarlo al viejo hotel y entonces el actual Museo encontró su espíritu francés. Fueron convocados los arquitectos galos Luis Dubois y Pablo Pater, quienes habían diseñado la embajada de Francia, el actual Palacio Ortiz Basualdo. La diversión fue una constante con grandes bailes en las terrazas. “Me di el lujo de bailar en el Tigre Hotel al compás de las orquestas de Di Sarli y Pugliese”, recuerda don Chiche Soula a sus 83 años, uno de los personajes que perduran en Tigre, orgulloso con su flota de autos antiguos.
Pero la decandencia, ocurre. De ser un refugio de poetas como Rubén Darío, o de presidentes como Julio Roca, y de ser destino del turismo internacional, el palacio fue quedando en silencio, y fue herrumbre, cierre y olvido.
El intendente de Tigre, Sergio Massa, dice que “los 100 años del edificio del MAT tienen que ver con lo que significaba Tigre en las afueras de Buenos Aires. El lugar era el Tigre Club y estaba acompañado por un hotel. La comunidad profesa un orgullo especial por este museo, cuyo edificio, de principios del siglo XX, fue declarado Monumento Histórico Nacional gracias a sus valores patrimoniales y arquitectónicos”. Lo que dice Massa ocurrió en 1979, cuando fue preservado como Monumento Histórico, pero antes, en 1974, hubo una decisión crucial: el intendente de esa época, Néstor Pozzi, publicaba una ordenanza decidiendo la expropiación del edificio.
En 1997 se decidió por fin restaurar el palacio, que parecía esperar el peor final. Claro que la tarea no iba a ser sencilla. Y si bien demoró más de la cuenta la recuperación de este vanidoso que hoy mira desde arriba el paso del Río Luján, en nueve años, y tras diversas etapas de restauración, el edificio quedó reinaugurado. Fue en una gloriosa tarde tigrense de 2006. La tarea fue tan minuciosa, que por ejemplo, se pulieron a mano las 100 mil baldosas originales de mármol de Carrara.
El embajador de Francia en Argentina, Jean Pierre Asvazadourian, asegura que el Museo de Arte de Tigre “es un lugar bello que cuenta con una arquitectura impecable. Un estilo francés muy bien recuperado y mantenido, el mejor lugar para ofrecer arte.” Parecería que es nomás como dice ése múltiple artista que es Páez Vilaró: “Aquí en el MAT, entre tanta belleza del edificio y de su entorno, el arte es apenas una continuidad”.


Por el aniversario

Con un libro y una muestra

En las instalaciones del Museo Isaac Fernández Blanco de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó el lanzamiento del tercer libro del MAT, “Museo de Arte Tigre, cien años y más”, bajo la dirección editorial de Diana Saiegh. La publicación, que recopila la historia del edificio declarado patrimonio histórico y arquitectónico, aborda un análisis técnico y biográfico del arquitecto francés Paul Pater y su obra. Además, se presentó “De Tigre a Libertad”, una exhibición que homenajea a Pater, quien junto a Louis Dubois diseñó la actual sede del MAT.

Fuente: clarin.com

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