Los textos estaban en un papiro que un coleccionista le mostró a un experto de la Universidad de Oxford.
Por Charlotte Higgins
Safo es una de las poetas más misteriosas –también una de las más amadas– de la Grecia antigua. Sólo uno de sus poemas, de un total calculado en nueve volúmenes, ha sobrevivido completamente intacto. Por lo demás, se la conoce por fragmentos y retazos de versos, y aun así se la adora por sus delicadas composiciones de amor, añoranza y deseo.
Safo es una de las poetas más misteriosas –también una de las más amadas– de la Grecia antigua. Sólo uno de sus poemas, de un total calculado en nueve volúmenes, ha sobrevivido completamente intacto. Por lo demás, se la conoce por fragmentos y retazos de versos, y aun así se la adora por sus delicadas composiciones de amor, añoranza y deseo.
Pero ahora se han descubierto dos obras desconocidas
de la poeta lírica de Lesbos que vivió en el siglo VI a.C. Una es un
poema prácticamente completo sobre sus hermanos; la otra, una pieza
sumamente fragmentaria que aparentemente habla de un amor no
correspondido.
Los poemas salieron a la luz cuando un
coleccionista anónimo de Londres le mostró un trozo de papiro al Doctor
Dirk Obbink, papirólogo de la Universidad de Oxford. Según Obbink, en un
artículo que se publicará en los próximos meses, los poemas,
conservados en lo que probablemente sea un papiro del siglo III d.C.,
“indudablemente” son de Safo.
No sólo los elementos del poema más
largo se relacionan con fragmentos ya atribuidos a ella sino que además
el metro y el dialecto en que están escritas ambas composiciones apuntan
a la poeta griega.
El dato decisivo es la referencia a uno de sus
tres hermanos, llamado Caraxo, cuya existencia merece dudas desde hace
mucho, ya que nunca se lo menciona en fragmentos de Safo descubiertos
con anterioridad.
Sin embargo, Herodoto, el historiador del siglo V
a.C., nombró a ese hermano al describir un poema de Safo que cuenta una
historia de amor entre Caraxo y una esclava en Egipto.
En este
poema –aunque no es precisamente el que menciona Herodoto–, la escritora
se dirige a sus oyentes al parecer para amonestarlos por dar por
sentado el regreso de Caraxo por barco de un viaje de negocios.
Récenle
a Hera, dice el narrador, “para que Caraxo pueda regresar aquí con su
nave intacta; que lo demás quede en manos de los dioses, porque a menudo
la calma rápidamente sigue a una gran tempestad”.
El poema luego
dice que aquellos a quienes el dios Zeus elige salvar de las grandes
tormentas están verdaderamente bendecidos y gozan de “una suerte sin
par”. Y termina con la esperanza de que otro hermano, Larico, llegue a
ser un hombre, “librándonos de una gran preocupación”.
Según Tim
Whitmarsh, profesor de lenguas antiguas de la Universidad de Oxford, el
poema puede leerse como un juego que trabaja sobre la Odisea de
Homero y la idea de Penélope, que espera pacientemente en su casa el
regreso de Odiseo. Safo con frecuencia reelaboraba temas homéricos en
sus poemas.
Safo, que nació alrededor de 630 a.C., es famosa por sus poemas líricos de añoranza, a menudo dirigidos a mujeres y niñas.
La
mención de sus hermanos Caraxo y Larico por nombre es un agregado
importante a un conocimiento muy fragmentario de la vida de la poeta.
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com
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