La resistencia a prestar a China el célebre óleo La libertad guiando al pueblo amenaza con una crisis diplomática
PARÍS.- Una crisis
diplomática amenaza las relaciones entre París y Pekín, debido a la
resistencia francesa de prestar el famoso cuadro La libertad guiando al
pueblo, pintado por Eugène Delacroix en 1830.
Si bien la fragilidad de ese óleo sobre tela de 3,25 x
2,60 metros explica oficialmente las resistencias que opone el Museo del
Louvre, donde es expuesto habitualmente, también hay sectores del
gobierno que se niegan a prestar esa obra, símbolo de la libertad, a un
país que está sometido a un régimen autoritario y represor.
El mismo problema político se había presentado en 1956,
cuando se proyectaba una gira de esa obra emblemática -popularmente
llamada solo La libertad- a Europa del Este, que preveía escalas en
Varsovia, Moscú y Leningrado (hoy San Petersburgo). El viaje fue anulado
cuando los tanques del Ejército Rojo reprimieron en forma implacable la
insurrección de Budapest.
Hasta ahora, no hubo en forma pública objeciones de
carácter político. Por el contrario, todos los argumentos invocados son
de orden técnico y científico. Pero nadie se engaña sobre el fondo del
debate.
Por su aspecto alegórico y su alcance político, ese
cuadro es utilizado con frecuencia como símbolo informal de la República
Francesa o de la democracia.
La mujer que avanza sobre las barricadas con los senos
desnudos y enarbolando una bandera fue, sin embargo, durante mucho
tiempo objeto de intensos debates de carácter moral en Francia por la
osadía de la representación.
El gigantesco cuadro de Delacroix debe viajar en 2014 a
Pekín, en principio, como parte de un programa de 380 proyectos
culturales organizados para conmemorar el 50° aniversario del
establecimiento de relaciones entre China y Francia.
En enero de 1964, 15 años después de la victoria
comunista, el presidente francés Charles de Gaulle fue el primer líder
occidental en reconocer a la República Popular China.
En ese marco, también habrá una gigantesca exposición
económica e industrial francesa en la Feria de Chengdu, algo que
interesa particularmente a los franceses, interesados en aumentar su
penetración en el mercado chino. En el contexto de esas celebraciones
también se prevé un viaje a París del presidente Xi Jinping, que podría
concretarse en el segundo trimestre del año próximo.
Para no herir la susceptibilidad china, el presidente
del Louvre, Jean-Luc Martínez -opuesto al desplazamiento de la obra-
argumentó que el cuadro es extremadamente frágil. "La última palabra la
tendrán los expertos", dijo.
El argumento invocado por Martínez no es falso. Desde
1958, el emblemático cuadro del Louvre está sometido a una "limitación
absoluta de desplazamientos y a una recomendación de prohibición de
préstamo".
Sin embargo, esas restricciones no le impidieron, en
todo caso, partir a Detroit y a Nueva York en 1974. Y nuevamente a Tokio
en 1999 por decisión del entonces presidente Jacques Chirac, cuya
voluntad era festejar dignamente el Año Francia-Japón.
Su último desplazamiento fue al Louvre de Lens,
sucursal del célebre museo parisino inaugurada hace un año en esa
ciudad, ubicada 150 kilómetros al norte de París. Fue un viaje que
terminó en drama, ya que un desconocido pintó un grafiti sobre La
libertad. El daño fue reparado felizmente por los especialistas.
El actual forcejeo dentro y fuera del gobierno será
resuelto en los próximos días y, al parecer, la decisión final será
adoptada por el presidente François Hollande en persona.
Fuente: lanacon.com
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