Una parte de la colectividad no acepta el pacto entre los Gobiernos nacional y porteño.
Acostada. La estatua permanece así desde junio, cuando fue desmontada de su pedestal. /GUSTAVO ORTIZ |
Por Romina Smith
El principio de acuerdo no duró mucho: pese a que Ciudad y Nación habían decidido avalar el traslado del monumento a Colón de la plaza que lleva su nombre, detrás de la Casa Rosada, a otro sitio de la Capital, una parte de la colectividad italiana pidió más tiempo para analizarlo, la más dura se puso en pie de guerra y, otra vez, la negociación quedó trabada. Así, con presión de todos los sectores, por ahora Colón seguirá como está: acostado y atado, como lo dejaron desde que lo bajaron para sacarlo y reemplazarlo por otra escultura de Juana Azurduy. Un pedido que surgió desde la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y que, meses después, aún no tiene solución. Solo problemas, cruces, críticas y desacuerdos.
El principio de acuerdo no duró mucho: pese a que Ciudad y Nación habían decidido avalar el traslado del monumento a Colón de la plaza que lleva su nombre, detrás de la Casa Rosada, a otro sitio de la Capital, una parte de la colectividad italiana pidió más tiempo para analizarlo, la más dura se puso en pie de guerra y, otra vez, la negociación quedó trabada. Así, con presión de todos los sectores, por ahora Colón seguirá como está: acostado y atado, como lo dejaron desde que lo bajaron para sacarlo y reemplazarlo por otra escultura de Juana Azurduy. Un pedido que surgió desde la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y que, meses después, aún no tiene solución. Solo problemas, cruces, críticas y desacuerdos.
El 16 de diciembre, hace solo una semana, Clarín anticipó lo que después confirmaron desde el Gobierno porteño y el nacional: ese día, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta y su par en la Nación, Jorge Capitanich, confirmaron que Colón no iba a ir a Mar del Plata, como se intentó en un principio, sino que se le buscará una nueva ubicación en un espacio verde porteño. “No se va de la Ciudad, eso no está más en discusión, pero se planteó la posibilidad de trasladarla a otra parte”, dijo en su momento Rodríguez Larreta. Y Capitanich llegó a definir que fue “un acuerdo importante y apropiado” para dar luz verde a Azurduy. Sin embargo, después de una reunión con descendientes de italianos, las tres cabezas máximas de la colectividad (el Comité de los Italianos, Fediba y Feditalia) pidieron tiempo para analizar junto a sus bases. Estas tres, son, finalmente, las que están dialogando con el Gobierno. Y aún no se expidieron, según explicaron ayer. Pero por otro lado, las ONG que impulsaron la causa judicial que todavía frena la mudanza adelantaron que están en contra de este acuerdo, y dijeron que va por “afuera del reclamo que plantearon en los tribunales”.
Ante esta postura, Rodríguez Larreta reconoció que la mudanza volvió a trabarse. “Estas situaciones se resuelven dialogando, únicamente, y eso es lo que estamos haciendo”. Y remarcó: “Nuestra idea siempre fue muy clara: mudarlo sólo iba a ser posible contando con el consenso de la comunidad italiana, que fue quien donó este monumento a la Ciudad en 1921, y que este consenso se llevara a la Justicia”. Según el funcionario, hasta ahora no hubo respuestas positivas “por lo cual el monumento se queda donde está”.
Fuente: clarin.com
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