Jackson Pollock y Ruth Kligman en 1956. Kligman dijo que el artista pintó "Red, Black and Silver" para ella ese año |
The New York Times
Durante casi sesenta años, una pequeña pintura con espirales y manchones rojos, negros y plateados es el símbolo de la enemistad entre dos mujeres: Lee Krasner, la viuda de Jackson Pollock, y Ruth Kligman, su amante.
Hasta su muerte, en 2010, Kligman insistió en que la pintura era una carta de amor a ella creada por Pollock en el verano de 1956, apenas unas semanas antes de la muerte del artista en un choque. Pero un panel de especialistas designado por una fundación organizada por Krasner rechazó la pintura mientras autenticaba y catalogaba la obra de Pollock.
En noviembre, parecía que la disputa que duró más que la vida de ambas mujeres finalmente estaba resuelta. Los herederos de Kligman dijeron que las pruebas forenses –por las que se compararon muestras de los mocasines que llevaba puestos Pollock cuando murió, sus alfombras y su jardín– habían relacionado la pintura con Pollock y su casa. Pero, en lugar de resolver la disputa, estas conclusiones sólo dieron lugar a otra, en la que se enfrentan las formas tradicionales de determinar si una obra es auténtica con tecnologías más nuevas.
De un lado se ubica Francis V. O’Connor, un aristocrático entendido de estilo Viejo Mundo que cree que la erudición y el ojo experto son fundamentales para juzgar la autenticidad. O’Connor, coeditor del catálogo definitivo de Pollock y miembro del comité de autentificación ahora disuelto de la Fundación Pollock- Krasner, dijo que Rojo, negro y plata no tiene el aspecto de un Pollock. Del otro está Nicholas D. K. Petraco, detective retirado de la ciudad de Nueva York y especialista forense que examinó la pintura a pedido de los herederos de Kligman.
Abordando la tela como si fuera un cadáver en una escena del crimen, Petraco señaló que no tenía dudas de que la pintura se había realizado en la casa de Pollock y estaba vinculada con Pollock. "He tenido casos con menos materiales que este en los que las personas pasaron de 25 a 30 años en la cárcel”, aseguró. Pero la ciencia tiene sus límites. La pintura o el papel pueden ayudar a fijar la fecha de una obra, mientras que el cabello y las fibras pueden ayudar a determinar dónde fue hecha.
Hasta su muerte, en 2010, Kligman insistió en que la pintura era una carta de amor a ella creada por Pollock en el verano de 1956, apenas unas semanas antes de la muerte del artista en un choque. Pero un panel de especialistas designado por una fundación organizada por Krasner rechazó la pintura mientras autenticaba y catalogaba la obra de Pollock.
En noviembre, parecía que la disputa que duró más que la vida de ambas mujeres finalmente estaba resuelta. Los herederos de Kligman dijeron que las pruebas forenses –por las que se compararon muestras de los mocasines que llevaba puestos Pollock cuando murió, sus alfombras y su jardín– habían relacionado la pintura con Pollock y su casa. Pero, en lugar de resolver la disputa, estas conclusiones sólo dieron lugar a otra, en la que se enfrentan las formas tradicionales de determinar si una obra es auténtica con tecnologías más nuevas.
De un lado se ubica Francis V. O’Connor, un aristocrático entendido de estilo Viejo Mundo que cree que la erudición y el ojo experto son fundamentales para juzgar la autenticidad. O’Connor, coeditor del catálogo definitivo de Pollock y miembro del comité de autentificación ahora disuelto de la Fundación Pollock- Krasner, dijo que Rojo, negro y plata no tiene el aspecto de un Pollock. Del otro está Nicholas D. K. Petraco, detective retirado de la ciudad de Nueva York y especialista forense que examinó la pintura a pedido de los herederos de Kligman.
Abordando la tela como si fuera un cadáver en una escena del crimen, Petraco señaló que no tenía dudas de que la pintura se había realizado en la casa de Pollock y estaba vinculada con Pollock. "He tenido casos con menos materiales que este en los que las personas pasaron de 25 a 30 años en la cárcel”, aseguró. Pero la ciencia tiene sus límites. La pintura o el papel pueden ayudar a fijar la fecha de una obra, mientras que el cabello y las fibras pueden ayudar a determinar dónde fue hecha.
"Red, Black and Silver", la pintura de la discordia. |
Pero la procedencia de una obra también debe ser verificada. Los entendidos afirman que la verdadera autoría no puede establecerse sin una evaluación especializada de la composición y las pinceladas que revelan la “firma” de un artista. La diferencia de opinión podría valer millones de dólares. De no ser autentificada, Rojo, negro y plata figuraría como “atribuida a Pollock” y no costaría más de 50.000 dólares, dijo Patricia G. Hambrecht de la casa de subastas Phillips, donde la pintura se halla en consignación. Si se la considerara un verdadero Pollock, su valor estimado treparía a más de un millón de dólares, agregó.
El relato de Kligman sobre la pintura se remonta al verano de 1956 cuando ella tenía 26 años y vivía en la casa de Pollock en East Hampton, Nueva York, luego de que Krasner, tras encontrar juntos a los amantes, partiera a Europa en barco. Pollock en ese momento consumía alcohol de manera descontrolada y no había pintado en dos años. Como detalló Kligman en una nueva introducción a la edición 1999 de sus memorias, Love Affair: A Memoir of Jackson Pollock, el artista estaba sobre el césped cuando ella le trajo las pinturas y los palos que usaba. Después de terminar, él le dijo: “Aquí tienes tu pintura, tu propio Pollock”.
Al examinar la pieza, Petraco, el detective, buscó polvo, pelos, fibras y otros desechos en la superficie y bajo la pintura. El factor decisivo, explicó, fue descubrir un pelo de oso polar, algo extraño en un país que había prohibido la importación de productos de oso polar hacía más de cuarenta años. Una alfombra de oso polar que había estado en el living en 1956 seguía en la buhardilla de East Hampton.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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