El cilindro plástico para hacer rulos inspiró el nombre popular de una torre. Fea para muchos pero que no pasa desapercibida.
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La opinión de la gente parece inapelable: lo consideran el tercer
edificio más feo de la Ciudad. El dato surgió de una encuesta que la
Consultora D’Alessio Irol realizó entre 600 personas que no son ni
arquitectos ni constructores. La consulta fue para el suplemento ARQ y Clarín
la publicó ayer en la sección La Ciudad. El edificio tiene 100 metros
de altura y 30 de diámetro, está en la esquina de Carlos Pellegrini y
avenida Del Libertador, en Retiro, y su nombre es Torre Prourban. Sin
embargo, por su forma cilíndrica y desde hace muchos años, esa misma
gente lo denominó simplemente como “El Rulero”.
El porqué de esa
definición se basa en un elemento que, hasta hace no muchos años, fue
muy usado en las peluquerías de damas, para rizar el cabello. Era un
cilindro de plástico con un enrejado pequeño en el cual se enrollaba el
pelo y se dejaba por horas para después darle un marcado especial. Los
había de distinto tamaño. El edificio de Retiro se asemeja a uno de
aquellos instrumentos de “belleza” que se reemplazaron con las actuales
bucleras eléctricas.
Lo cierto es que la Torre Prourban o “El
Rulero” ya lleva 30 años en esa esquina porteña. Se empezó a construir
en 1979 y se terminó en 1983. Las empresas encargadas de la obra fueron
las constructoras Eugenio Grassetto SA y Sideco Americana SA. Se basaron
en el proyecto que en 1978 la desarrolladora Creaurban (era del Grupo
Socma, que lideraba el empresario Franco Macri) le había encargado al
estudio de Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefina Santos, Justo
Solsona y Rafael Viñoly, quienes tuvieron como arquitecto asociado a
Carlos Salaberry. Así surgió ese diseño tan particular de hacer un
edificio redondo. Los especialistas dicen que en los cuerpos centrales
del barrio Comandante Piedrabuena, en Villa Lugano, ya había alguna
construcción con ese formato. Pero el que primero se destacó aquí fue
éste.
El edificio de Retiro (su acceso se encuentra en el número
498 de avenida del Libertador) está construido en un terreno que tiene
unos 4.200 metros cuadrados. Pero no se usaron en su totalidad,
justamente para poder crecer en altura. La estructura está hecha en
hormigón opaco y moldeado con otras estructuras metálicas. Eso permitió
que quedaran las ventanas cuadradas que tienen vidrios de dos metros por
lado. El pórtico de la entrada está revestido en granito. Por allí se
accede a un hall (tiene 10 metros altura) desde el que se llega a dos
grandes paliers donde están los ocho ascensores que llevan a los 27
pisos destinados a oficinas. El hall principal tiene los pisos cubiertos
con lajas de San Luis y las paredes revestidas con mármol blanco.
Por
su forma redonda, todo lo relacionado con los servicios (escalera y
ascensores) queda en el centro del edificio, lo que permite que cada
planta tenga mayor espacio para las oficinas. Además, tiene tres
subsuelos que se usan para las cocheras y los pisos 28 y 29 se
destinaron a la sala de máquinas y el tanque de agua. Lo curioso de “El
Rulero” es que, en 1986, se convirtió en el edificio con el cartel de
publicidad colocado a mayor altura en la Ciudad La estructura de la
publicidad ocupaba una superficie de unos 600 metros cuadrados y para
construirla se usaron 20 toneladas de perfiles de hierro y 10 de chapa
galvanizada. Para iluminarla se colocaron unos 3.000 metros de tubos de
alta tensión que funcionaban a gas de neón. El gran cartel mostraba los
logotipos de las marcas Fiat y Peugeot, que por entonces fabricaba la
firma Sevel Argentina, también propiedad de Franco Macri. En la
actualidad, la publicidad es de la empresa de telefonía celular Claro.
Otra
curiosidad: esa estructura también sostiene un monorriel con una cabina
especial que puede moverse en forma horizontal o vertical. Esa cabina
la usaban los operarios encargados de la limpieza exterior del edificio.
A
pesar de todos esos aspectos técnicos, la Torre Prourban no gusta. Así
lo demostró la encuesta publicada ayer. Sin embargo, “El Rulero” no se
llevó el primer puesto entre los feos. El número 1 del podio le
correspondió al Chateau Libertador, una torre de 50 pisos y mansardas
francesas colocadas a gran altura. Está en Avenida del Libertador 7050,
en el barrio de Núñez y ocupa casi una manzana. Lo inauguraron en 2010 y
entre sus vecinos hay varios ricos y famosos. Pero esa es otra
historia.
Fuente: clarin.com
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