ART BASEL:
EL NEGOCIO LE GANA AL ACTIVISMO

 

Una fiesta del arte en Miami Beach se vuelve conservadora.

La artista Jen DeNike presentó una performance en la playa.
"Vespa", obra en técnica mixta de Mark Handforth.


POR KAREN ROSENBERG - The New York Times

MIAMI BEACH --¿La edición de este año de Art Basel Miami sería un espectáculo privado o público? Me lo preguntaba mientras me dirigía hacia ese ritual del mundo del arte de una semana dando vueltas mirando, mostrándose y coqueteando con el poder, que lleva ya una década.
Ciertamente, son los coleccionistas más importantes los que dominan la agenda, los que animan el recinto de ventas y presiden lo que a veces son lúdicas exhibiciones de privilegio.
Sin embargo, quienes eligen como principal actividad ver arte tienen muchas más opciones a su alcance. Una de las más importantes es la feria propiamente dicha, que creció hasta incluir a unos 260 expositores internacionales y un programa completo de escultura al aire libre, video y arte en vivo.
No se puede negar que este evento ha revitalizado la cultura de Miami en los últimos 10 años.
(Tanto el Miami Art Museum como el MoCA North Miami tienen nuevos edificios en curso, y el distrito de Wynwood está lleno de galerías, talleres y arte callejero.) Nadie parecía preocupado por las protestas o por la eurozona en la presentación previa de la feria para invitados V.I.P. en el Centro de Convenciones de Miami Beach.
La obra presentada, sin embargo, resultó más conservadora que en años anteriores.
Abundaron las selecciones de primer nivel, como por ejemplo un elegante despliegue de esculturas de Calder y Miró (en Helly Nahmad) y una exposición un poco acartonada pero gratificante de Modigliani, Soutine y otros artistas de la Escuela de París (en Galerie Thomas). Los que buscaban una atmósfera más de fiesta podían encontrarla en Mary Boone, donde enormes textos murales de Barbara Kruger gritaban "El dinero hace dinero" y otras expresiones sobre el tema del lucro obsceno. Cruzando el pasillo.
L&M tenía un stand igualmente elegante empapelado con vacas de Warhol y decorado con una amplia selección de sus dibujos.
Muchos otros expositores se volcaron al tamaño para hacer una declaración. Edward Tyler Nahmen dedicó su stand a "Khurasan Gate Variation III", una obra de Frank Stella de unos 3,50 metros de largo, de 1968.
El mensaje, en líneas generales, fue "Estamos acá para hacer negocios", no "¿Qué significa todo esto?" Sólo unos pocos marchands, como Peter Blum, dispararon contra el entorno de la feria.
En su stand, dos pinturas de una serie llamada "Bankrupt Banks", del grupo de artistas daneses Superflex, atrajeron más de una vez las miradas con sus destacados logos empresariales.
Algunos de los despliegues más ambiciosos se vieron en la sección "Art Nova", donde las restricciones oficiales ­solamente obras realizadas en los tres últimos años y no más de dos o tres artistas por expositor- fomentaron, al parecer, la creatividad.
La pequeñez de los stands no fue impedimento para Untitled, que albergaba una atractiva maraña de pintura, fotografía y placa de yeso de Brendan Fowler y Matthew Chambers, ni para Overduin and Kite, dominado por la alianza que hace Dianna Molzan de delicados pasteles y formalismo enérgico.
La única verdadera decepción en el centro de convenciones fue, no obstante, "Art Positions", la sección dedicada a artistas y galerías emergentes. Buena parte de las obras parecían sumisas y carentes de originalidad, con la excepción de "Banana Market/ Art Market" de Paulo Nazareth, una camioneta Volkswagen con una pila enorme de bananas.
Por su parte, Theaster Gates y Emily Sundblad confirmaron, él en sus esculturas y ella en sus pinturas, que son más excitantes como intérpretes que como realizadores de objetos.
La feria New Art Dealers Gates, en el Hotel Deauville, parecía ser un lugar más saludable para el talento joven (y algunos no tan jóvenes; Leo Koenig exponía fotos de Sigmar Polke.) Se vio mucha pintura, en su mayor parte bastante buena aunque no particularmente arriesgada.
Pero la escultura, el video y la performance también tuvieron sus momentos. El stand de Sean Bluechel con cerámicas tipo cacto fue un éxito, al igual que la reluciente instalación de video abstracto de Tom Thayer (en Eleven Rivington). Y On Stellar Rays presentó fotos nuevas de la retrospectiva actual de MoMA PS1 del artista de performance Clifford Owens.
Y para los que buscaban una verdadera experiencia de museo, la exposición de Faith Ringgold del Miami Art Museum presentó su serie de los años 1960 "American People" ­una exploración temeraria y franca de la época de la lucha por los derechos civiles. Si alguien había pasado demasiado tiempo entre los trofeos brillantes del centro de convenciones, "Die" la obra tamaño mural, con su fondo gris sereno y la escena de tiroteo rojo candente, se lo hacía saber.
La exposición en la Rubell Family Collection también prometía un diálogo nacional, dentro de la línea de la muestra de Rubells de 2009 "30 Americans" (actualmente en la Corcoran Gallery de Washington). Pero el título "American Exuberance" resultó ser un gancho para las últimas adquisiciones. Sólo el salón de columnas y pórticos pintados en dorado y cubiertos de basura, con su aire "Últimos días de Pompeya", atravesaba la charla entre cócteles.
Con ese espíritu se lleva a cabo la mini-feria renegada SEVEN, donde la entrada es gratis, y las galerías comparten espacio en un "muro de salón". Allí, una máquina expendedora de la artista Jennifer Dalton entregaba pulseras como las que se utilizan para poder cruzar las cuerdas de terciopelo. Decían "Lo que dice esto no importa".

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL NUEVO MUSEO DE BELLAS ARTES

Con la reapertura de la Sala de Exposiciones Temporarias, avanza en su nuevo guión y en su plan de modernizarse y alcanzar estándares internacionales. Detalles del proyecto que renueva un emblema de la cultura argentina.
No parece el mismo museo éste donde la gente conversa frente a una pared vidriada que tiene la apariencia de una enorme foto mural de la Facultad de Derecho. No es una fotografía, claro. Es la facultad misma ahí enfrente, sobre Figueroa Alcorta. En el mediodía de uno de los primeros días de diciembre, el sol que entra por ese gigantesco ventanal es un invitado más en este nuevo espacio del museo donde transcurre la reunión de prensa, con doble presentación: la muestra La tradición del arte. Italia en la Colección del MNBA, 1860-1945 y la Sala de Exposiciones Temporarias, el primer piso del habitualmente llamado “el pabellón”, una construcción de 1960, ahora completamente rediseñada y renovada. Son 1.000 metros cuadrados de espacio de exhibición que permitirán ir mostrando de la mejor manera el patrimonio del museo –como en este caso– que desde hace décadas está en su mayor parte fuera de circulación, en los depósitos, y otras exposiciones temporarias nacionales o internacionales que, se sabe, son las que hoy, en todo el mundo, le dan vida a un museo y acercan a la gente.
La nueva sala luce como la de cualquier museo de primer nivel en el mundo, con nueva iluminación, piso de parquet, techos de mayor altura, largas paredes blancas que –al menos en esta muestra– hicieron innecesario instalar paneles. Pero quizá la mayor sorpresa para los habitués del museo sea el espacio contiguo, apenas separado de la sala, éste lleno de luz, visualmente conectado con el parque y el entorno del museo, donde a corto plazo funcionará la librería. Por increíble que parezca, este espacio era hasta hace meses un depósito. Se desperdiciaba esta vista, este vínculo del museo con una de las zonas más bellas de Buenos Aires, para guardar cosas que no se utilizaban.
La reapertura de la Sala de Exposiciones Temporarias es parte de un plan integral de reforma edilicia que tuvo su primer momento clave hace cinco meses, en julio pasado, con la reinauguración de las 24 salas de la planta baja con nuevo guión y nuevo diseño museográfico, y que continuará con otro hito en mayo o junio de 2012, con las salas del primer piso del edificio principal, en este momento en plena reforma.
El guión del museo quedará entonces totalmente reformulado. Lo explica Guillermo Alonso, su director ejecutivo: “El guión anterior era problemático. En la planta baja uno recorría desde la Virgen con Niño del siglo XII, que siempre fue el punto de partida, hasta el tajo de Lucio Fontana. Y el recorrido seguía en el primer piso, empezando por Manuellita Rosas, de Prilidiano Pueyrredón y terminando con Kuitca. Y en esa planta también estaba el arte precolombino con piezas del siglo V antes de Cristo. Hoy, en la planta baja está el arte básicametne europeo, desde el siglo XII, y termina en el arte argentino del siglo XIX. Y en el primer piso se va a exhibir todo el siglo XX del museo, nacional e internacional”.
Los cambios ya ejecutados y los que están en proceso responden a diferentes necesidades: no sólo de guión, sino también de mayor espacio expositivo y de imprescindible actualización técnica, después de treinta años de no realizarse ningún trabajo de restauración significativo en el edificio construido por Bustillo en los años 30 ni en el anexo diseñado por Ianello en 1960.
La insuficiente capacidad de exhibición es el déficit que más preocupa a la Asociación de Amigos del Museo que preside Julio César Crivelli. “Normalmente, los museos del mundo –dice Crivelli– tienen una capacidad de exhibición del orden del 20 o 22 por ciento del patrimonio. Ese es el estándar internacional. Cuando uno entra en un museo, lo que está viendo es el 20 por ciento de lo que ese museo tiene. El nuestro está muy por debajo, en un orden del 7 o el 8 por ciento. Y además está muy venido a menos, porque hacía muchos años que no tenía obras de mantenimiento y restauración”.
La Asociación de Amigos se impuso entonces dos grandes líneas de trabajo: una para la ampliación y otra para la restauración. “En esas dos áreas –dice Crivelli– se ha hecho un trabajo muy importante financiado por la Asociación con fondos propios y fondos aportados por American Express: la restauración de las 24 salas de planta baja, y el pabellón de exhibiciones temporarias que se acaba de inaugurar”.
Crivelli considera que una de las tareas más importantes de la Asociación es convencer a las empresas argentinas de que su aporte financiero para tener un Museo Nacional de Bellas Artes en condiciones es fundamental. “Si hay que nombrar diez emblemas de la cultura argentina, el museo sin duda está en la lista. De modo que para nosotros es muy importante que el sector privado se haga cargo de las necesidades del museo”.
La dirección del museo ha conseguido del Gobierno nacional un aporte de unos 2 millones de dólares para reformular el primero y el segundo piso del edificio principal. En una recorrida por el primer piso, que está en plena reconstrucción y que tiene finalización prevista en mayo del año próximo, Alonso se entusiasma explicando el proyecto. “Acá estaban –dice mientras caminamos por la obra– la Colección Bemberg, la sala de arte precolombino, el ex auditorio, las pinturas de Cándido López, el arte argetnino del siglo XIX... Y después, la gran sala que se inauguró en el 80, que es donde estaba alojado el arte argentino del siglo XX. Se construyó como un open space, que era lo que se hacía en los museos en los años 70 y 80. Pero después, en 2004, se le asignó como destino contener la colección permanente de arte argentino. Cuando se tomó esa decisión de cambiarle el destino a una sala que funciona muy bien abierta para muestra temporaria, no se le pensó un proyecto arquitectónico. Entonces fue muy difícil resolver museográficamente esa situación”. Por eso, el proyecto de reforma, que incluye toda la superficie del primer piso e incorpora tecnología, equipos de aire, control de humedad, etc., prevé hacer salas. La idea es unificar el criterio del museo con un gran hall de distribución y que el visitante vaya entrando y saliendo de cada sala. “El concepto –explica Alonso– es que uno entre en la sala, recorra un tema, lo vea claramente, lo entienda sin dificultad... Todo lo que estamos haciendo es para facilitar lo que yo ceo que es una actividad intelectualmente muy compleja, que es visitar un gran museo. Hoy en la planta baja y en el pabellón donde está la muestra de arte italiano hay exhibidas casi mil obras de arte. La actividad de apreciarlas es tan compleja, que uno no tiene que tener, además, el problema de saber por dónde camina, por dónde llega , por dónde va... Toda la arquitectura tiene que llevar al espectador y facilitarle el recorrido. Esa es un poco la búsqueda”.
En el segundo piso, donde hoy hay una pequeña sala de fotografía y dos terrazas, se proyecta una gran sala para mostrar la colección de arte precolombino del museo, que es muy importante y ha sido poco exhibida. También en esa planta, sobre Libertador, con unos 1.300 metros cuadrados de superficie, se prevé en principio hacer la confitería-restaurante del museo.
Pero eso es el futuro. Ahora, Alonso piensa en el nuevo espacio que antes ocupaba un depósito. “Ese espacio será un punto de descanso en el recorrido y probablemente, librería. Todos los museos tienen un lugar donde uno se sienta, mira el mapa, reflexiona, piensa en lo que vio y vuelve para seguir con su recorrido. Yo aspiro a que ése se convierta en un lugar de encuentro en el museo”.

Fuente: Revista Ñ Clarín

JOAQUÍN SOROLLA,
ENTRE LA PINTURA Y LA MODA.



Exposición en Nueva York



 
NUEVA YORK (EFE).- La visión artística que Joaquín Sorolla tenía de los trajes regionales de España junto a creaciones inspiradas en ellos de modistos como Balenciaga, Yves Saint Laurent o Christian Lacroix integra la exposición en el Instituto Español Reina Sofía de Nueva York. "Joaquín Sorolla y la gloria del traje español" estará abierta hasta el 10 de marzo de 2012, dedicada a la exactitud con la que reflejó los diferentes estilos del traje regional español.
Fuente: lanacion.com

"HAY QUE CREAR NUEVOS MUSEOS PARA LA SOCIEDAD DE LA REVOLUCIÓN DIGITAL"

 

Marcello Dantas.                                                                                                               Diseñó nueve museos y explica la necesidad de utilizar las nuevas tecnologías en los espacios de arte.

 
 EN BUENOS AIRES. DANTAS VINO A PARTICIPAR DE JORNADAS SOBRE MUSEOS.

Por Susana Reinoso 

Para definir de forma rotunda a este brasileño formado en Estados Unidos, curador y diseñador de museos interactivos, puede decirse que Marcello Dantas es “un creador de públicos” dentro de un concepto novedoso: museos inmersivos e interactivos. La popular revista Isto E, de Brasil, lo considera un “constructor de audiencias”. Dantas saltó a la fama luego del diseño y puesta en marcha del Museo de la Lengua Portuguesa, situado en la Estación de la Luz, en el casco histórico de San Pablo. Abierto en 2006, deslumbró por ser un portento de imaginación en un contexto inesperado. Dantas llegó a Buenos Aires para las Jornadas sobre “Museos y Cultura participativa”, convocadas por las fundaciones Telefónica y TYPA que preside Américo Castilla, en el Espacio Telefónica. Ante una concurrida audiencia, también participaron Sebastian Chan, del Powerhouse Museum, de Australia, y los artistas Mariano Sardón y Leo Nuñez, entre otros. En diálogo con Clarín, Dantas cuenta que ya diseñó nueve museos “de la identidad”, como los llama. Y entre ellos incluye, el Museo del Caribe, en Barranquilla, Colombia, el de la Independencia en Bogotá, el Museo Cocuruto, en la cima del Cerro Pan de Azúcar, Río de Janeiro, el de las Minas y el Metal, en Belo Horizonte, y el de las Telecomunicaciones en estas dos últimas ciudades. El curador conceptualiza así los museos que proyecta en diversos países: “Parto de la idea de que el público llega a un museo donde desconoce todo. Recurro a equipos de expertos que aportan la historia y los contenidos, y creo un lenguaje que le permita a la gente vivir una experiencia de inmersión. Mi objetivo es descubrir dónde está el territorio emocional de las personas. Me apoyo en la naturaleza, porque es parte fundamental de la cultura”.Todo comenzó con el Museo de la Lengua Portuguesa, porque el artista se convenció del gran aporte de Brasil en la supervivencia del idioma de Machado de Assis. “De los 220 millones de lusohablantes, 200 millones están en el vecino carioca”, dice Dantas.“La lengua es un regalo que la madre le hace al hijo para que este le haga al suyo. Es el sustrato de la cultura y un elemento fundamental de significación de una sociedad. Pero es una herencia inmaterial y su dificultad es cómo contarla” señala.Para Dantas lo correcto es hablar de nuevos museos que cuentan, desde diferentes perspectivas y con la tecnología como base del lenguaje multimedia, la identidad de una sociedad, de una provincia, de un país. “Todos son museos que celebran la identidad, que es lo que nos vincula como personas de una sociedad, lo que nos hace sentir que tenemos algo en común”, dice el curador.Dantas trabaja, en esencia, sobre un concepto: “interactivo e inmersivo”. La inmersión es el sentimiento de estar dentro de un sitio imaginario y que el visitante viva una experiencia inolvidable donde haya puentes que cruzan: la música, la literatura, el arte…después en la vida cotidiana reconoces en la calle lo que viviste en el museo. Eso crea un vínculo con los territorios recorridos. La creación de espacios simbólicos inmersivos abre una puerta magnífica”. Para ello, el curador recurre a una combinación de tecnologías que pone al servicio del arte. En el Museo del Caribe, por caso, resolvió de manera sorprendente la visualización de la cultura oral, con videoproyecciones, y la riqueza de la flora se recoge en diapositivas 3D. En ese museo hay una sala especial “Gabriel García Márquez”, cuya exhibición permanente nada tiene que envidiarle al realismo mágico del escritor. La prioridad de Dantas no son los contenidos, sino “el desarrollo de una gramática audiovisual. He curado más de 140 exposiciones y mi mayor interés está en crear un lenguaje, encontrar formas para contar la historia como artista: un léxico, instrumentos, elementos para transformar una historia”. De cara al futuro opina que, el museo tal y como lo conocemos no desaparecerá a causa de los museos interactivos ni los virtuales, pero “lo cierto es que no volverá a crearse otro Louvre”. El museo es el templo de las musas. Hay que crear nuevos museos para una sociedad atravesada por la revolución digital, convertir la inmaterialidad de la cultura en nuevos lenguajes expresivos”. 

Fuente: clarin.com

RECUERDAN
LA AMISTAD DE TAGORE Y VICTORIA OCAMPO




IV Festival de La India / En el Centro Cultural Borges.
El poeta indio fue homenajeado a 150 años de su nacimiento.


A 150 años de su nacimiento, Rabindranath Tagore es el destinatario de un recuerdo especial en el IV Festival de la India, organizado por la embajada de ese país en la Argentina, y que culmina pasado mañana.
El festival ofrece en el Centro Cultural Borges un variado programa de películas, presentaciones musicales y de danzas, conferencias y una feria de artesanías. El misterio, la fascinación y los colores de la India se apoderan allí por un instante del visitante, en pleno centro porteño.
Tagore, el poeta, filósofo, dramaturgo y autor de himnos y canciones populares de la India y Bangladesh, quedó vinculado a Buenos Aires después de su visita de 1924, durante la cual escribió más de 20 poemas y se hizo de muchos amigos y, en especial, de la escritora y periodista Victoria Ocampo.
Premio Nobel de Literatura en 1913, Tagore había llegado a Buenos Aires en noviembre de 1924 de paso para llegar hasta Perú, donde participaría de un congreso. Pero una fuerte gripe y un cansancio extremo le impidieron viajar y permaneció en Buenos Aires hasta los primeros días de enero de 1925.
Por iniciativa de Victoria Ocampo, que para entonces aún no era la figura descollante de la sociedad porteña que sería unos años después, el poeta indio fue alojado en una quinta en San Isidro. Según escribió después Ocampo en Tagore en las barrancas de San Isidro , de Ediciones Fundación Sur, la llegada de Tagore al país fue uno de los grandes acontecimientos de su vida.
La lectura de los poemas de Tagore, el poeta que quizá con mayor claridad afirmó que el amor es el antipoder por excelencia, habían marcado a fuego el crecimiento de la periodista y escritora. Muchos vieron un romance en la amistad que surgió entre ellos, a partir de 1924. Pero, para Axel Díaz Maimone, un joven estudioso de la relación Tagore-Ocampo, no fue así. "La relación que los unió fue lo que los franceses llaman amistad amorosa. No fueron más que amigos", dijo Díaz Maimone a La Nacion.
De 26 años, Díaz Maimone fue invitado a disertar en Bangladesh, en mayo pasado, sobre el vínculo de Ocampo y el poeta último en Bangladesh en el marco del aniversario del nacimiento de Tagore.
"El se enamoró de ella, pero Victoria estaba enamoradísima de Julián Martínez; ella lo veía como el poeta que le cambió la forma de pensar y de ver el mundo", afirmó Díaz Maimone, que ayer ofreció una charla sobre este tema en Villa Ocampo, en San Isidro, como parte del Festival de la India.

En la educación

También dentro del programa del festival, pero en el Centro Cultural Borges, Hugo Labate, investigador en Ciencias de la Educación, especializado en la traducción de textos clásicos de la India, hablará pasado mañana, a las 18, sobre el aporte de Tagore al mundo de la educación. En ese mismo encuentro, Leonor Calvera, investigadora en el campo de las religiones comparadas, se referirá a Tagore como un poeta universal.
La propuesta educativa de Tagore tiene, según Labate, paralelos con las de educadores extranjeros como Dewey o Montessori, así como con la experiencia de las hermanas argentinas Cossettini. Tagore propone una "educacion a través del desarrollo de la sensibilidad y la emoción que causa el contacto directo con la naturaleza y la apreciación del arte, esperando para cada persona el florecimiento de lo mejor que tiene, con flexibilidad y sin adaptarse a un currículum estricto", dijo Labate a La Nacion.
"Como tal, es de plena actualidad en tanto propuesta inclusiva, menos centrada en los contenidos y más capaz de aprovechar las inteligencias múltiples, válida para la Argentina y también para otras culturas", agregó.

Fuente: lanacion.com

BABAR,
EL ELEFANTE MÁS FAMOSO
Y TRAJEADO DE LA LITERATURA,
CUMPLE 80 AÑOS



BABAR CUMPLE 80 AÑOS
Imagen cedida por el Museo de las Artes Decorativas de París de una acuarela original de Jean de Brunhoff, el creador de Babar, el elefante más famoso y trajeado de la literatura, que en 2011 cumple 80 años, lo que París celebra con dos exposiciones, la primera, inaugurada hoy en el citado museo de la capital francesa.

Fuente: EFE

OTRA BUENÍSIMA NOTICIA DESDE EL PRADO


Una vez más, otra alegría para los amantes del Museo del Prado



Foto EFE

El Museo del Prado inaugura la exposición 'Bibliotheca Artis. Tesoros de la biblioteca del Museo del Prado' donde se muestra por primera vez al público las piezas más sobresalientes de la colección que atesora su biblioteca. La muestra narra tres siglos de la historia del arte de la mano de cuarenta libros y manuscritos.
La exposición pretende mostrar los hitos principales de la literatura artística de la Edad Moderna entre 1500 y 1750 Así, se expondrá por primera vez al público el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, recientemente descubierto entre los fondos de la biblioteca Madrazo. Por otra parte, de Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, podrá verse una pequeña sección con la primera edición de su Arte de la pintura (1649), acompañada de un rarísimo folleto.
Otras piezas extraordinarias, también expuestas por primera vez, serán el manuscrito de los Discursos de Jusepe Martínez (h. 1673-1675) o una de las planchas calcográficas realizadas para ilustrar El museo pictórico de Palomino (1715).
En este sentido, el director adjunto del Museo del Prado, Gabriele Finaldi, ha señalado que la exposición atesora "objetos de gran belleza" que habitualmente alberga la Biblioteca del Museo, y que se ha reforzado en los últimos años por las donaciones y adquisición de libros. Entre sus últimas adquisiciones ha destacado las colección de José María Cervelló y de la familia Madrazo. Con todo ello, el fondo de la biblioteca está compuesto en estos momentos por 4.500 volúmenes.
La exposición muestra la "estrecha relación" de las obras de pictóricas con las piezas expuestas en las vitrinas Así, la exposición pretende mostrar los hitos principales de la literatura artística de la Edad Moderna entre 1500 y 1750. Arranca con los grandes tratados del Renacimiento italiano y europeo, continúa con el Siglo de Oro español y prosigue con una selección de tratados de arquitectura. El apartado final refleja cómo los libros están íntimamente ligados al nacimiento de los museos.
Asimismo, durante el recorrido de la muestra, se pueden apreciar ocho cuadros, de autores como Tiziano, Velázquez o El Greco, que muestran la "estrecha relación" de las obras de pictóricas con las piezas expuestas en las vitrinas, según ha explicado Javier Docampo, jefe del Area de Biblioteca, Archivo y Documentación del Museo Nacional del Prado y comisario de la muestra.

Fuente: EFE

"EL VINO EN LA FIESTA DE SAN MARTÍN"
DE PIETER BRUEGHEL EL VIEJO,
EN EXPOSICIÓN EN EL MUSEO DEL PRADO



Música folclórica 
El cuadro "El vino en la fiesta de San Martín", del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo, va a ser expuesto el próximo lunes, día 12, por el Museo del Prado, por vez primera desde su restauración, que ha durado más de un año, ha informado la pinacoteca.


"El vino en la fiesta de San Martín", de Brueghel, en exposición en El Prado

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, durante la presentación en septiembre de 2010 en el Museo del Prado de Madrid de "El vino en la fiesta de San Martín". EFE/Archivo

Madrid, 8 dic (EFE).- El cuadro "El vino en la fiesta de San Martín", del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo, va a ser expuesto el próximo lunes, día 12, por el Museo del Prado, por vez primera desde su restauración, que ha durado más de un año, ha informado la pinacoteca.
El Prado ha anunciado que va a presentar ese día al patronato del museo esta pintura ya restaurada, que ha sido además "una de las adquisiciones más excepcionales de la historia de la institución".
"El vino en la fiesta de San Martín", una obra considerada de trascendental importancia en la Historia del Arte, pertenecía a la colección privada de una familia española hasta que el Ministerio de Cultura, dirigido por Ángeles Gónzalez-Sinde, lo adquirió por siete millones de euros el 20 de octubre de 2010.
De esta manera, el cuadro pasó a formar parte de los fondos del Prado, que era propietario únicamente de otra obra de Brueghel, el óleo sobre tabla "El triunfo de la muerte" (1952), que era además la única obra de este autor de la que se tenía constancia en España hasta que se descubrió "El vino en la fiesta de San Martín".
En el mercado internacional, este lienzo fue valorado en unos 20 ó 25 millones de euros por el belga Manfred Sellink, el máximo especialista en Brueghel el Viejo y director del Museo de Brujas (Bélgica), en una entrevista con Efe el pasado 24 de septiembre.
En aquella ocasión, Sellink indicó que "El vino en la fiesta de San Martín" era "uno de los descubrimientos más importantes de los últimos 30 ó 40 años" en la Historia del Arte.
El descubrimiento fue recibido con gran alegría por expertos mundiales en pintura flamenca, ya que hasta la fecha sólo se conocía la existencia de 43 cuadros de Brueghel El Viejo.
En el siglo XVII, la tela llegó a España por medio del duque de Medinaceli, que fue diplomático en Italia, donde la adquirió, según contó Silvia Maroto, experta del Prado en pintura flamenca, en el acto de presentación de ese cuadro, el 23 de septiembre de 2010 en El Prado.
"El vino en la fiesta de San Martín", de 148 x 270,5 centímetros, es el de mayor tamaño que se conserva de este pintor, conocido como "el nuevo Bosco".
Calificado de "creación magistral" por Maroto, el lienzo fue pintado por Pieter Brueghel el Viejo (1525/1530-1569) en Flandes entre 1565 y 1568 y retrata a un centenar de personas de clase baja que disfrutan de una fiesta del vino.
El cuadro se creía que había desaparecido por la fragilidad de su tela, un lino que fue pintado mediante una técnica inusual, al temple de cola, aunque se tenía constancia de su existencia por una copia depositada en el Museo de Bellas Artes de Bruselas pero no realizada por Brueghel El Viejo, confirmó a Efe Maroto.

Fuente:Agencia EFE

IRAK RECUPERA TESOROS SAQUEADOS



Salvataje cultural

Se trata de 38.000 piezas arqueológicas robadas tras la caída de Saddam 


BAGDAD (ANSA).- Unas 38.000 piezas arqueológicas y antigüedades fueron recuperadas en Irak desde 2003, año de la caída de Saddam Hussein, tras haber sido saqueadas en medio de la anarquía y la violencia política e interconfesional que siguió a la invasión norteamericana.
Entre las piezas rescatadas, hay testimonios de civilizaciones antiquísimas, como los asirios, los babilonios, los partos y los sasánidas. La obra de salvataje cultural fue posible gracias a la cooperación de Italia, país al que, luego del derrocamiento del régimen de Saddam, se le confió el Departamento de Bienes Culturales del gobierno provisorio, gestionado por el diplomático Pietro Cordone.
Muhsin Hassan Ali, vicedirector general de la comisión gubernamental para las antigüedades y el patrimonio cultural, precisó, al momento en que las tropas estadounidenses se aprestan a dejar el país, que 4200 piezas recuperadas pertenecen al Museo Nacional de Bagdad, saqueado en los días sucesivos a la fuga de Saddam, en abril de 2003. Pero otros miles de piezas expuestas en el Museo por el momento están inhallables.
"Las antigüedades recuperadas -subrayó el funcionario- pertenecen a distintas épocas y comprenden platos y manufacturas de vidrio y cerámica, estatuas de piedra de diversas dimensiones y formas, sellos cilíndricos, cuchillos, armas y tabletas de arcilla con escritura cuneiforme."
Diversas piezas fueron secuestradas en los últimos años en países extranjeros, entre ellos Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos, adonde habían sido contrabandeadas por traficantes internacionales de arte.
El vocero del ministerio de Turismo y Antigüedades, Abdul Zahra al Taliqani, subrayó que en los últimos meses las fuerzas de seguridad iraquíes secuestraron en la ciudad de Najaf 63 objetos pertenecientes a las civilizaciones de los neobabilonios, partos y sasánidas, que estaban a punto de ser exportados.
Por su parte, Suiza encontró y entregó a Bagdad otras dos importantes piezas: se trata de tabletas de piedra que se remontan al 640 antes de Cristo aproximadamente, desaparecidas en los años 80 de uno de los antiguos palacios de la ciudad asiria de Nimrud.
Pero la búsqueda no se detiene. Ahmad Kamil Mohammad, vicedirector del Museo Nacional, dijo que una delegación del gobierno de Bagdad se encuentra en Berlín para negociar la restitución de 42 piezas secuestradas por la policía alemana a partir de 2003, mientras eran expuestas para ser vendidas en subastas públicas.

Fuente texto: lanacion.com

LAS ARTES DE LA MEMORIA



El máximo historiador cultural de la Argentina y el especialista en estética de fama mundial recorren la historia del arte, desde El Bosco a León Ferrari, para analizar las relaciones entre imágenes, textos y política y reinvindicar el poder de la imaginación.


José Emilio Burucúa e Ignacio Gómez de Liaño

Por Mercedes Pérez Bergliaffa


Eruditos. Eso son Ignacio Gómez de Liaño y José Emilio Burucúa. Lo pienso mientras escucho su diálogo en la galería de Jorge Mara. Fue un sábado a la mañana, cuando el galerista nos convocó a todos a una especie de reunión-cumbre donde se habló, durante horas, de una misma cosa: de arte. Más específicamente aún, de la historia del arte. Burucúa es uno de los máximos historiadores culturales de la Argentina y del mundo, sobre todo en temas vinculados al Renacimiento. Y Gómez de Liaño es un filósofo español reconocidísimo a nivel mundial, especializado en estética e historia de las ideas. Entonces, de esta reunión-cumbre no podía salir otra cosa que pensamientos, estímulo, conocimiento. Verdad. Y así fue.
Los invitados charlaron sin cesar desde el primer minuto en que se vieron. Y aunque conocían los trabajos respectivos, nunca se habían encontrado personalmente. Ya al primer saludo, a la primera mirada, habían establecido una especie de camaradería de pares. Y así como otros hablan del clima o del café, durante los momentos previos a la entrevista doble realizada por Ñ , a ellos se los escuchaba opinar –totalmente posicionados y acalorados– sobre Carlos III, el poeta Héctor Ciocchini o Athanasius Kircher, por ejemplo.
“Este va a ser un amplio, amplísimo paseo mental”, me dije a mí misma.
Ustedes son hombres que, en sus campos de saber, trabajan tanto con textos como con imágenes. Ellos serían como dos grandes raíces de las cuales se nutren y de donde derivan sus reflexiones. Me gustaría preguntarles cuál de los dos discursos creen que es más importante, ¿el de los textos o el de las imágenes?
JEB:–El del texto –responde inmediatamente y sin dudar Burucúa–. Creo que es del texto.
IGL:–Sí, el del texto, sí, sí –afirma Liaño, rotundo–.
¿Por qué se aferran de una manera tan contundente a los textos, a pesar de la importancia nuclear de las imágenes para sus disciplinas?
IGL:–En mi caso, me considero escritor y filósofo, así que el estilo literario es, para mí, fundamental. Lo que ocurre es que, como decía antes, los temas de la imaginación, de las imágenes o de los contenidos imaginales de la memoria, son los asuntos que más me ocupan, aparte de que desde muy joven tuve mucha relación con los artistas. Ese vínculo ha estado presente siempre. De hecho, tuve el privilegio de conocer en el año 78 a Salvador Dalí, y de mantener muchos encuentros con él, que luego dieron lugar a un par de libros. Con todo esto quiero decir que he tenido muy buenos interlocutores en el campo del arte. Claro que mi terreno es más el de la escritura, pero con una dimensión cultural grande.
JEB:–En mi caso hay una situación paradojal, si se quiere, porque mi primera formación fue como historiador del arte, es decir que para mí las imágenes tendrían que tener un peso fundamental y quizá prevalecer sobre los otros lenguajes. Pero de ninguna manera ha sido así. Digamos que mi evolución me ha llevado a pensar que siempre la última ratio de todo lo que yo estudio se encuentra en los textos. Si leo o hago una interpretación de una imagen, lo que trato siempre es de encontrar lo que podríamos llamar articulaciones y pruebas, incluso, textuales. Porque eso de que “una imagen vale lo que valen mil palabras” es absolutamente falso –y aquí estallan las risas de todos–. En realidad ¡es exactamente al revés!
¿Cómo podemos comprobar eso, de que una imagen no vale mil palabras, pero que una palabra sí vale mil imágenes?
JEB:–Bueno, podría dar algunos ejemplos de imágenes que habíamos creído que iban en un sentido y finalmente en el momento de su aparición iban exactamente en el opuesto. Voy a hablar de dos casos. Uno se refiere a Hieronymus Bosch, el Bosco. En el siglo XX hubo una tendencia a considerarlo un pintor con una carga trágica, motivo de un desasosiego que se transmitía al observador. Esta interpretación quizá fue muy influida por el psicoanálisis. Hubo un estudio de esa pintura que –en términos psicoanalíticos– hizo un francés que se llamaba Gauffreateau- Sevy en un libro que fue un gran éxito en los años 60. Pero hay trabajos de Gombrich que después han probado que durante el siglo XVI, por lo menos hasta que el rey Felipe II se transformó en un gran coleccionista de su obra –y tampoco podemos estar seguros de que allí se haya producido la inflexión hacia lo que podríamos llamar una “visión dramática” e incluso trágica del pintor–, pero hasta ese momento sin dudas –y aquí Burucúa acentúa las sílabas, cuando dice “sin dudas”–, cuando los hombres del s. XVI miraban El jardín… , les provocaba una risa incontenible. Esto es seguro, porque hay datos firmes que lo prueban: cuando el Cardenal de Aragón hizo todo un viaje por Europa entre 1517 y 1519, el que lo acompañaba –que era el secretario, Antonio de Beatis–, dejó un diario muy, muy minucioso. Y en él, en un momento cuenta que van a visitar el taller de Bosch. Dice entonces: “Fuimos para ver a este pintor que hacía, pues, el “piacevole figure”, es decir, figuras graciosas, vendría a ser la traducción. Nosotros, en cambio, no vemos eso en las figuras de Bosch. Buscamos otra cosa. El otro ejemplo es el famoso Zuccone de Donatello, el escultor renacentista. Recuerdo muy bien que cuando los grandes estudiosos de la cultura hacían su clasificación en los años 60, colocaban al Zuccone entre la obra expresionista del escultor. Como si la obra tuviera una carga de pathos (una carga que, en realidad, parece que no tenía). Porque parece que, en su tiempo, en el temprano Renacimiento, a las personas que lo veían, que veían esa calva, esa expresión algo alucinada, eso les provocaba risa. De ahí que lo llamaran il Zuccone (el cabezón). La verdad es que estos estudiosos de los 60 ya tenían que haber sospechado que algo pasaba, cuando el mote con que se la reconocía a esa obra era un mote cómico, ¿no? El mote relacionaba al personaje con el zapallo ( zucca) . Bueno, estos son sólo dos ejemplos.
IGL:–Pues me gustaría conectar con lo que ha dicho Burucúa sobre El jardín de las delicias . Sin palabras, sin una doctrina concreta sobre el mundo, ni el Bosco hubiera podido concebir su tríptico, ni nosotros entenderlo cabalmente. El primer título que se le dio fue La variedad del mundo , es decir, que el que puso ese título –en la época de Felipe II, cuando se lo llevó a El Escorial, hacia 1590– ni siquiera se fijaba ni preocupaba por el aspecto, digamos, más sensitivo, sino que se entendía que lo que había querido representar el Bosco eran diferentes aspectos de la variedad del mundo. Así lo sugirió fray José de Sigüenza en 1605, en unas palabras que son el primer comentario sobre El Jardín… . Por otro lado, creo que otros textos-clave para entender la obra del Bosco son los días de la creación del Génesis, la idea de la Edad de Oro según las Metamorfosis de Ovidio, un texto de San Agustín sobre la vida feliz y suavemente erótica de los hombres en el Paraíso, y Platón, cuando habla de la transmigración de las almas. Pienso que la escena central de la pintura no puede ser –como se ha solido interpretar de forma muy decimonónica– el triunfo de la lujuria que es condenado en el infierno (que hay en la parte de la derecha del tríptico), sino que es –y a esto le dediqué un trabajo que leí en el Museo del Prado hace unos seis años– una muestra de cómo habría sido la vida del hombre si hubiese seguido permaneciendo en el paraíso, en el jardín de las delicias.


EL JARDIN DE LAS DELICIAS. Tríptico realizado a fines del s. XV por el pintor flamenco Hieronymus Bosch, conocido como “el Bosco”. La obra y sus riquísimos detalles tiene diversas significaciones, que Burucúa y Gómez de Liaño discutieron durante su encuentro.


O sea, es la exaltación de la vida en la naturaleza. Pero de una naturaleza que está directamente conectada con la transvida, con la vida ideal del hombre. En efecto, todo lo que aparece en ese panel central es natural: no hay un solo artefacto salido de la mano humana. En cambio, en el panel de la derecha, en el infierno, la intención del Bosco fue mostrar cómo el hombre se separó de la vía de la naturaleza y entró en la del artificio, y así, se ha visto sepultado en un infierno. De hecho toda esa escena está llena, sobrecargada de artefactos. Hay otros muchos detalles que van en esta dirección, como por ejemplo, el que haya tan pocas mujeres en el infierno. Eso es porque para el Bosco la mujer representaba el mundo de la naturaleza y por eso su lugar está más bien en la parte del jardín. En cuanto al panel de la izquierda es, evidentemente, la creación del primer hombre. Pero también en esto El Bosco utiliza la doctrina de las dos versiones de la creación del primer hombre, no la que hace surgir la mujer de la costilla de Adán y acaba en la transgresión y la expulsión, sino aquella que explica la creación del ser humano ideal, hecho a imagen de Dios, en la que no hay diferencias sexuales, sino que es el ser humano es un ser completo, una especie de andrógino.
¿Qué creen que es lo que tienen los discursos textuales y las palabras, que las imágenes no tienen, y al revés? ¿Qué es lo que cada uno de ellos nos da?
IGL:–Las imágenes están íntimamente ligadas a la emotividad. Comparto la teoría de Aristóteles cuando decía que el pensamiento arranca en la imaginación. Es decir, que no se puede pensar si no se es capaz de imaginar. Pero la imagen como tal, transmite sentimientos confusos y difusos. Y muchas veces esa imagen puede servir para fines distintos, como por ejemplo, fines políticos diferentes. Una ideología de extrema derecha y otra de extrema izquierda pueden llegar a utilizar las mismas imágenes para exaltar la emoción de un pueblo, por ejemplo. Como, curiosamente, ocurría con el arte de las épocas de Stalin y de Hitler, que era una suerte de neoclasicismo bastante parecido. Es decir, que sin el acompañamiento de las palabras, de los discursos, no se produce una determinada orientación.
JEB:–Coincido plenamente. Lo que creo que las imágenes tienen por sobre las palabras, en general, es un gran poder de seducción, que es esto a lo que se refería Ignacio, a su relación mucho más directa y espontánea con la imaginación. Pero voy a dar otro ejemplo: el famoso Cristo en el avión, de León Ferrari, una obra que en realidad se llama Occidental y cristiano . Es muy interesante ver cuál es el giro que ha tomado en los últimos tiempos la significación de esta obra, a partir de las manifestaciones del público en Internet. Es que no hay dudas de que cuando Occidental… se expuso a fines de los 60, era una acusación directa al corazón del cristianismo como cómplice de los ataques colonialistas y, en particular, de la guerra de Vietnam. Es decir, ése era un Cristo que caía acompañando al bombardero; y el bombardero estaba siendo lanzado para provocar una explosión, una catástrofe allí donde cayera. No había dudas de que ésa era la interpretación de León, y que eso era lo que leíamos en aquellos años. Hoy, si alguien va y mira en Internet qué es lo que se dice sobre la misma obra, notará que se dice que en ella Cristo es, nuevamente, crucificado y martirizado, ahora, por las bombas. Como si en lugar de ser El la bomba –como León quería que leyésemos la obra–, vendría a ser otra vez Cristo la víctima sacrificial y redentora que está en el corazón de la creencia cristiana. Es decir, que lo que se hace es invertir el sentido que el artista quiso darle y que también le dio la recepción concreta, por parte del público, de la obra en aquellos años. Y todo esto, si no tuviéramos los textos, no lo podríamos saber.
¿Por qué piensa que se invirtió el sentido, en la obra de León Ferrari? ¿Cómo ocurrió?
JEB:–Creo que lo que ha prevalecido fue, finalmente, la interpretación clásica de lo que significa Cristo, en una inercia que creo que es la del peso de los siglos. Sería algo así como “el varón por el que conseguimos la redención y finalmente la salvación”. Creo que, a pesar de que la obra de León ha tenido una gran fuerza a fines de los 60, no consiguió torcer lo que emana casi automáticamente de la figura de Cristo. Y eso es lo que terminó por imponerse.
IGL:–Todo esto tiene que ver, también, con el uso político y religioso de las imágenes. Su poder ya aparece en la Atenas de Pisístrato, en la de Pericles y en la época de Augusto, y lo vemos también en las religiones, como por ejemplo, en la religión católica. En ella, la exuberancia de las imágenes se nota perfectamente. Es verdad, que las imágenes tienen una carga de seducción, de emotividad. Pero también tienen un problema con respecto a la orientación de la conducta; y para eso necesitan de otro elemento, que es a título lógico, literario, verbal. Y este es un tema que a mí, como filósofo, me afecta especialmente, ya que siempre he reivindicado, a lo largo de toda mi obra, la importancia de que la filosofía asuma no sólo la exposición, análisis y crítica del discurso lógico, sino que creo que debe asumir también la exposición, análisis y crítica del discurso imaginal. La importancia que tiene para la constitución de las personas, para su formación, todo lo que sucede en la imaginación, es fundamental. Ahí es donde, entonces, han venido a colaborar las artes de la memoria, que son esas artes creadas justo en la misma época en que se creaban las artes de la filosofía y de la lógica. Fue sobre todo en el s. I aC., cuando se produjo una revolución en las artes de la memoria, para que no fuesen sólo una técnica para suscitar recuerdos. En esos momentos, se comenzó a pensar en ella también como un artefacto matemático, un artefacto para crear una enciclopedia mental, y también para formar la personalidad. Esta es una línea que se olvidó, que finalizó en el s. XVII. Se puede decir que su último gran representante fue Giordano Bruno, un filósofo napolitano –que hemos estudiado tanto Burucúa como yo, en aspectos distintos–. Para mí, todo esto constituye la “otra cara” de la filosofía, es decir, la filosofía que mira al terreno más alto de la imaginación y que no queda reducida sólo al de la lógica del discurso.
¿Podrían explicar detalladamente qué son las artes de la memoria?
IGL:–Inicialmente, las artes de la memoria formaban parte del sistema de estudios antiguos que pretendía formar oradores, abogados. Una de las partes de la retorica de esa formación era la memoria. Otra era la inventio –o sea, la invención de argumentos-, otra la locutio –cómo disponerlos en un discurso–, y otra, la pronuntiatio –cómo presentarlos–. Es decir, inicialmente la memoria tenía sólo una función instrumental. Servía para conservar el recuerdo de los asuntos que había que exponer. Imagínense un caso como éste, en el que le van a hacer a alguien una entrevista, como en este caso nos ocurre a Burucúa y a mí, y entonces queremos recordar las cosas que queremos exponer. Un artista de la memoria clásico lo que haría en este caso, sería diseñar una arquitectura, que podría basarse, por ejemplo, en el ágora de su ciudad de Atenas, o en una serie de templos.
Porque los lugares tienen una gran capacidad –y esto lo descubrió Simónides, o al menos a él se le atribuye– de suscitar recuerdos. Esto, la neurología lo ha demostrado.
JEB:–Perdón, pero querría agregar un dato más a esto que estás diciendo, y es que hay un estudio que se hizo sobre los mozos de los cafés de Buenos Aires –risas generales otra vez–. Se ha demostrado que tienen una memoria fabulosa; si cada uno de los que ocupamos estas sillas pidiéramos algo distinto, nos lo traerían como corresponde, seguramente. Pero se ha probado que si la persona cambia de lugar después del pedido, el mozo se confunde. O sea que no tiene que ver con las personas sino con el lugar.


ARRIVED FOR VACATION. Fyodor Pavlovich Reshetnikov, 1948. Un caso de cierto neoclasicismo mencionado por Gómez de Liaño.


La memoria del lugar, del espacio, sería, entonces, determinante para todo el resto de nuestras otras memorias.
IGL:–Justamente ésa es la primera norma del arte de la memoria: la importancia de los lugares. Aunque luego eso fue cambiando. La segunda norma –y la última– eran las imágenes. Porque las imágenes emotivas, dramáticas, tienen más capacidad para fijarse en la memoria. Entonces, las cosas que querían que se recordasen, las ofrecían con imágenes. ¿Todo esto qué supone? Que el estudiante, desde muy niño, tenía una labor de concentración sobre su propia capacidad para construir edificios imaginarios. Es decir, que las artes de la memoria representaban una técnica que las personas desarrollaban. Cosa que, por otro lado, no nos debería de sorprender, porque el catolicismo, por ejemplo, ha utilizado para la formación de los buenos católicos reglas muy parecida: los ejercicios de San Ignacio de Loyola se basan en composiciones de un lugar y el uso de una imaginación emotiva. Las Moradas de Santa Teresa, que además son siete, y que se basan, podría decirse, en los siete planetas y en los siete días de la semana... Cada una de esas “salas”, de esas “estancias”, sirven para albergar determinadas realidades. Ni qué decir del Vía Crucis… JEB:–Creo que lo que han demostrado los libros de Ignacio sobre estos temas, y de manera muy fuerte, es que el arte de la memoria es también el punto de partida de la creatividad cultural, la posibilidad de descubrir cosas nuevas, a partir de diagramas que van dejando zonas vacías que, digamos, de algún modo tienen que ser llenadas. Imagino que si la memoria es tan importante, entonces el olvido también debe de serlo.
IGL:–Bueno, entiendo que una ciencia del olvido es conveniente, porque hay que olvidar muchas cosas, es muy conveniente para aliviar, para descargar –risas generales–. Dejando de lado las risas, pues claro, pasa que vamos camino a una civilización amnésica. Es lo peor que puede ocurrir, que se eduque en la amnesia, y que es lo que se ha pretendido. En estos casos, estaríamos a merced de aquellos que tendrían la memoria de las cosas, que es algo que puede suceder hoy en día, cuando hay alguien que sí tiene el registro completo, y ante toda una sociedad amnésica, sabe imponer el registro que le interesa. Es decir que los antiguos estaban bastante bien encaminados, rindiéndole un culto a la memoria, a Mnemosyne, la madre de las musas… JEB:–Esto de las artes de la memoria puede ser algo difícil de comprender, para nosotros. Sobre todo después de las grandes reformas pedagógicas anteriores a la Segunda Guerra Mundial, que han colocado la memoria en el banquillo de los acusados. Y esto, que por un momento lo sentimos como algo liberador, hoy yo diría que ha sido una verdadera catástrofe pedagógica. Ya no existen personas jóvenes que recuerden poemas. Y no se trata de una cuestión de lustre cultural o social, sino que es fundamental para que nos resuenen ciertas cosas, y para que nos demos cuenta del poder transfigurador que puede tener la poesía, por ejemplo. Si no recordamos nada, si siempre nuestra cabeza es una tabla rasa, entonces es muy complicado comprender la riqueza de la literatura, de la poesía. La necesidad, incluso, del arte.


INTERPELAR DESDE EL ARTE


Por María Isabel Baldasarre - Historiadora del Arte (Conicet)


Actualmente asistimos a un momento de gran pregnancia y debate en torno a las imágenes. Esto ocurre desde las distintas ciencias humanas y sociales. En este escenario, es imperiosopensar cuál es la especificidad y la potencia del saber que tradicionalmente se ha encargado del análisis de las artes visuales: la historia del arte. Esta disciplina no restringe ya su zona de intervención al ámbito exclusivo de los especialistas, sino que interpela a otros campos como la historia, la economía, la antropología y la sociología, los que hoy entran en diálogo con ella para–a través de la atención puesta en las imágenes– dar cuenta de la dinámica de la cultura. Por otra parte, desde hace un par de décadas, la historia del arte viene ampliando sus objetos de análisis para incluir artefactos de distinto tipo,que no responden estrictamente a la categoría tradicional de las “bellas artes”. Videojuegos, afiches e impresos, indumentaria, publicaciones periódicas, diseño, filatelia, son algunos de los ítems que concitan los análisis de los historiadores del arte. Pero, ¿qué significa, en realidad, interpelar a esos objetos desde la historia del arte? ¿Cuál es el potencial y la especificidad de un análisis desde esta disciplina, que a su vez se ha ampliado y enriquecido gracias a su intercambio con las otras humanidades y ciencias sociales? La intención de explicar los cambios en el estilo artístico ha sido desde su génesis la preocupación central de los primeros historiadores del arte. Este interés se entronca con otras preguntas, que también han tenido su recorrido histórico al menos desde mediados del siglo XX: la construcción o desconstrucción del canon artístico –o sea, qué obras quedan “dentro” y cuáles “fuera” de la historia del arte, al escribirla–, las jerarquías de los géneros –cuáles son los “grandes” géneros del arte y cuáles los considerados menores–, las genealogías artísticas –qué artistas del pasado y del presente son rescatados en cada momento histórico–, así como también los lenguajes y las tradiciones específicas.
Todos estos son interrogantes que, ya fuese para seguirlos o para cuestionarlos, cobran sentidodesde la perspectiva disciplinar. Las imágenes no son transparentes, todas tienen un medio y mecanismos de representación, por más que muchas veces sus artífices se hayan esmerado en ocultarlos. La historia del arte aparece entonces como una disciplina capaz de echar luz sobre estos procesos y particularidades.



ESTÉTICA Y FILOSOFÍA 



Por Ricardo Ibarlucía

- Profesor de Estética (USAM)



Para la comprensión de las obras de arte, la estética filosófica y la historia del arte son disciplinas fundamentales, a la vez diferentes y complementarias entre sí.

La estética o filosofía del arte se ocupa de estudiar, en el plano más abstracto de la teoría, qué son las obras de arte, cómo funcionan, en qué consiste su lenguaje, cómo simbolizan, de qué manera nos relacionamos con ellas y cuáles son los criterios con las que las valoramos. Pero las obras de arte jamás se dan aisladas de un contexto histórico-cultural. Son artefactos realizados por individuos, objetos producidos en una determinada sociedad, en una época dada, bajo condiciones materiales específicas, cuyo análisis concreto requiere de la construcción de herramientas metodológicas adecuadas.

La historia del arte, moviéndose en el campo de los fenómenos particulares, proporciona los instrumentos para conocer y explicar, entre otras cosas, la índole de las prácticas artísticas en las que una obra se inscribe, el estado de las técnicas, los modos de recepción y circulación, las experiencias, los significados y los valores sedimentados en ella, así como la función que estaba destinada a cumplir y las demandas sociales a las que vino a responder en su tiempo.

Esta conjunción provechosa entre estética filosófica e historia del arte se pone de manifiesto a lo largo de la conversación entre Ignacio Gómez de Liaño y José Emilio Burucúa. La historia del arte ilumina, por un lado, de qué manera las obras se inscriben en un universo cultural específico, recordando a la estética que no existe algo así como un estatuto del arte invariable a través del tiempo, con propiedades evidentes por sí, que vendrían a configurar una esencia trascendente, una identidad ontológica situada más allá de las prácticas y los contextos . Por otro lado, la estética filósofica se vuelve una interrogación sobre la teoría, con plena conciencia de que la propia disciplina debe pensarse en relación con el desarrollo histórico de su concepto, esto es, a la luz de los presupuestos (epistemológicos, antropológicos, psicológicos,etc.) inherentes a la construcción de su objeto de estudio.La estética, que en otras épocas pudo desentenderse del análisis material de la facticidad artística, encuentra en la historia del arte la concreción necesaria. A su vez, la historia de arte, que alguna vez pudo ser meramente descriptiva, tiene en la estética un correlato teórico. La comprensión del arte no es tarea de una disciplina. Parafraseando una famosa afirmación de Kant en la Crítica de la razón pura, puede decirse que, hoy en día, la estética,sin la historia del arte, es hueca y la historia del arte, sin estética, anda a tientas.





GÓMEZ DE LIAÑO BÁSICO


Madrid, 1946
Filósofo y escritor




Fue poeta de la vanguardia española de los años 60. Desde 1968 hasta 2007, ejerció la docencia universitaria en los campos de la sociología, la estética y la filosofía oriental en la Facultad de Ciencias Políticas y de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, y en las Universidades de Osaka en Japón y de Pekín en China, entre otras. Escribió numerosos libros, entre los que se destacan “El círculo de la sabiduría”, “La variedad del mundo”, “El idioma de la imaginación”, “Hipatia, Bruno, Villamediana. Tres tragedias del espíritu”, entre otros trabajos.

 
BURUCÚA BÁSICO


Buenos Aires, 1946
Historiador del Arte




Historiador del arte y de la cultura. Ejerce y ejerció la docencia en la UBA y la UNSAM desde mediados de la década del 80´, en materias como Historia moderna y Atribuciones. Fue el primer profesor de Teoría e Historiografía de las Artes Plásticas y Literatura europea del Renacimiento, ambas en la UBA. Dirigió la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, la maestría en Sociología de la Cultura y Análisis cultural de la UNSAM, el Instituto Julio Payró y el departamento de Historia de la UBA. Fue vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras en la misma institución.


Fuente: Revista Ñ Clarín