LA FUERZA DEL ARTE LATINOAMERICANO
SE HACE SENTIR EN NUEVA YORK



PorAna María Battistozzi
Nueva York Enviada Especial

Un intenso programa de actividades para los seguidores del arte latinoamericano comenzó anoche en Nueva York con la apertura de la quinta edición de Pinta. Ayer al mediodía, uno de los primeros en llegar a la previa para invitados VIP fue Glenn Lowry, el director del MOMA, seguido después de Estrellita Brodsky, la coleccionista de origen uruguayo que patrocina un programa dedicado al arte latinoamericano en ese museo, y la venezolana Ella Fontanals de Cisneros, dueña de CIFO, el espacio que acoge su importante colección en Miami. Por la noche los organizadores, Diego Costa Peuser, Mauro Herlitzka y Alejandro Zaia se cansaron de saludar a la muchedumbre que inundó la feria.
Este año son cincuenta las galerías participantes. Diecisiete, de los Estados Unidos. Hay un importante grupo de Colombia, Chile, Perú, Venezuela y Cuba.
El apartado dedicado a proyectos de arte fue curado por el italiano Jacopo Crivelli Visconti. Incluye trabajos del binomio argentino Faivovich & Goldberg, que presenta la galería Cosmocosa de Buenos Aires, y Patricio Larrambebere, que vino con la galería carioca Progetti. En otro apartado la Ciudad de Buenos Aires presenta una exhibición de fotografías vintage de la ciudad, de Aldo Sessa. Horacio Zabala, Leandro Katz, Rogelio Polesello, Liliana Porter, León Ferrari, Inés Bancalari y Luis Tomasello son algunos de los argentinos que presentan obras. La presencia nacional se disemina en casi todas las que participan, sobre todo de los Estados Unidos y Brasil. Es que no son muchas las galerías argentinas que participan de esta edición: viajaron GC Estudio de Arte, Teresa Anchorena y Cosmocosa que han traído obra de Martha Boto, Leo Battistelli, Eduardo Costa, Juan Andrés Videla y Luna Paiva, entre otros artistas. El amplio repertorio de artistas latinoamericanos abarca desde superconsagrados en las tarimas de las subastas desde los años 80 como Fernando Botero, Rufino Tamayo, Wifredo Lam y Roberto Matta, a los más selectos y más recientemente valorados exponentes de la abstracción geométrica y el arte concreto. Una novedad que fue ganando espacio en esta ámbito en las últimas ediciones gracias al interés que despertó en el coleccionismo privado y los museos es el arte conceptual de los años setenta que ha rescatado con gran sagacidad el venezolano Henrique Faría, uno de los dueños de 11 X 17, el espacio que abrió en Buenos Aires cerca del Patio Bullrich. Faría presenta aquí obra de Horacio Zabala y Leandro Katz, dos artistas cuya obra fue adquirida en ocasiones anteriores por la Tate Gallery de Londres y el MOMA de Nueva York.

CÓMO ENTRAR A LOS MUSEOS DEL NORTE

Uno de los mayores aciertos de Pinta fue haber instituido estímulos financieros para que los museos compren arte latinoamericano en la Feria.
Esto tuvo efectos por partida doble: por un lado, obligó a las galerías a ofrecer obras “calidad museo” y por otro lado logró que distintos museos acrecentaran el capítulo latinoamericano en sus colecciones.
Desde 2007, el programa ya ha invertido más de 800 mil dólares, de los cuales PINTA aportó la mitad. Así, 50 obras fueron al MoMA y al Museo del Barrio, de Nueva York; al Bellas Artes de Houston; al Museo de Boston, al de Filadelfia, a la Tate Modern, de Londres; al Centro Pompidou, de París y al Museo Reina Sofía, de Madrid. “Este año se incluirán el Bronx Museum; el Newark de New Jersey y el Museum of Fine Arts de Houston”, dijo Mauro Herlitzka cerebro de la operatoria.

Fuente: clarin.com

SUPERAMOS LAS 200.000 VISITAS
A NUESTRO BLOG
DESDE TODAS PARTES DEL MUNDO


  André Derain
Escuela Francesa, 1880 - 1954
El Río

En el día de hoy, 10 de noviembre de 2011, hemos superado las 200.000 visitas a nuestro blog desde todas partes del Mundo.
Saludamos con ese motivo a todos quienes nos visitan y les agradecemos que nos lean y consulten.
Su fidelidad nos estimula, obliga y compromete a seguir cada día tratando de superarnos, consiguiendo más y mejor material - textos e imágenes - y a cuidar de manera muy especial la parte visual de nuestro blog.

Pedro L. Baliña
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www.puesta-en-valor.com................

AMÉRICA LATINA Y SU ARTE
INVADEN NUEVA YORK


Presencia argentina.
Comenzará hoy la Feria Pinta 2011.

ANÍBAL CARREÑO, Escuela Argentina, 1930 -1997
"METAMORFOSIS EN DOS INSTANCIAS",
Óleo sobre tela, 130 x 130 cm

NUEVA YORK.- La feria Pinta de arte moderno y contemporáneo latinoamericano vuelve hoy a Nueva York para celebrar su quinta edición, en pleno "boom" económico y artístico de América latina.
Hasta el domingo expondrán 50 galerías de 15 países. Este año hay, como siempre, una mayoría de galerías estadounidenses (cerca de 20), pero también una presencia latinoamericana diversificada: la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, México, Perú, República Dominicana y Venezuela. En esta edición el artista invitado es el brasileño Antonio Manuel. Como cada año, Pinta elige a un curador que selecciona una decena de proyectos, tarea que recayó en Jacopo Crivelli Visconti, crítico de artes italiano.
Pinta nació en 2007 y ha visto crecer su afluencia de público, que pasó de unas 3000 personas, en su primer año, a 12.000, en 2010. Sus organizadores confían en que esta edición consolide la inserción del arte latinoamericano en el escenario internacional. Para ello, se apoyan en el "boom" económico de la región, que hace que "los mercados internos de arte hoy en América lati na estén más fuertes que nunca", y en el mayor interés de parte de coleccionistas estadounidenses.
"Museos que no tenían arte (moderno y contemporáneo) latinoamericano, como el Boston Museum y el Harvard Museum, por ejemplo, ahora cuentan con obras de la región'', dijo Diego Costa Peuser, director de Pinta, de la que fue fundador, junto con Alejandro Zaia y Mauro Herlitzka.
La feria, que desde el año pasado se presenta también en Londres, incluye además galerías de España, Francia, Portugal e Italia. 
 
Fuente texto: lanación.com / Agencias AFP y AP.
 

UN VIOLÍN RESCATADO DEL OLVIDO
REGRESÓ CON TODO SU ESPLENDOR


Acontecimiento cultural / Noche única en el Museo Fernández Blanco.

El músico Pablo Saraví ejecutó ayer un Guarnerius que estuvo 83 años guardado.       
 

RECORD POR UNA OBRA DE LICHTENSTEIN



La más cara del autor.  Fue subastada en US$ 43,2 millones




NUEVA YORK (DPA).- El arte de Roy Lichtenstein fue la estrella de las subastas de arte en la casa Christie's de Nueva York, donde se pagó un precio récord: 43,2 millones de dólares por I Can See the Whole Room... and There's Nobody in It!
La cifra supera en más de 800.000 dólares el precio máximo pagado hasta la fecha por el artista pop-art (1923-1997). Hace casi un año se pagaron en las subastas de otoño de Christie's 42,6 millones por Ohhh... Alright..., que data de 1964.
La obra que cambió de manos esta semana fue creada en 1961 y el título responde a la burbuja que contiene el texto en sus cuadros, que claramente se inspiran y remiten al cómic. Muestra a un hombre que mira por la mirilla y dice precisamente la frase que da título a la obra: "Puedo ver toda la habitacion...¡y no hay nadie!"
Christie's había tasado la obra entre 35 y 45 millones de dólares, y finalmente su precio se situó en la franja más alta de la estimación, aunque no la superó como algunos esperaban.
Y ésa fue la tónica general de la mayoría de obras rematadas en la tradicional subasta de otoño de esta conocida casa. La segunda obra protagonista de la noche fue Silver Liz, de Andy Warhol (1928-1987). Christie's confiaba en recaudar entre 16 y 19 millones de dólares y se pagaron 16,3 millones por la obra de 1963. El cuadro, de un metro de alto, forma parte de la legendaria serie "Liz" que el artista pop hizo al retratar a una joven Elizabeth Taylor..
 
Fuente texto: lanacion.com

ANTONIO SEGUÍ:
"EL ARTE CONTEMPORÁNEO
TIENE MÁS DE INGENIO QUE DE SENSIBILIDAD".

 

A los 77, y luego de 50 en París, Seguí revisa las concepciones de moda en el arte y critica la falta de apoyo que padecen sus colegas en nuestro país.


ARTE PRECOLOMBINO. Antonio Seguí posa con su colección en el sótano de su casa. (Horacio Bilbao)
ARTE PRECOLOMBINO. Antonio Seguí posa con su colección en el 
sótano de su casa.

Por Horacio Bilbao - hbilbao@clarin.com

Venga ahora”, invita la voz grave en el teléfono. Suena como cualquier cordobés sin mudanzas la tonada incorrompible de Antonio Seguí (1934). Da dos indicaciones precisas y a la media hora abre la puerta de su pequeño castillo medieval. Recompensado por el veranito parisino que renació en octubre, en remera y pantalones cortos, dibuja en su atelier una serie sobre ciudades, que presentará en Chile a mediados de 2012. “Las exposiciones que hago en América latina las sigo, las de acá ya no”, aclara. Acá es París y cuando dice las sigo quiere decir que viaja. Dos veces al año también vuelve a Córdoba, de donde salió hace 60. Es que allí, curiosamente, viven sus dos hijos franceses (el más grande, que también es artista, se quedó en Francia). “A los 17 me dijo papá, yo me siento muy francés, pero me rajo para Córdoba. Y le va muy bien”. A Seguí padre también la va bien. Sus obras cotizan en alza en los principales mercados del mundo y en París es una figura notable, presente en el Metro, en el Pompidou o como ahora, en la única librería hispana de la ciudad, con una muestra sobre Mario Benedetti. Como dirá en esta entrevista, su relación con la Argentina es compleja. Por eso, o tal vez por azar, está donde quiere estar. En su taller, rodeado de trabajo, y en su caserón francés, con una colección de arte africano y precolombino envidia de cualquier museo. Allí, entre colaboradores, personal de mantenimiento y un teléfono que deja sonar más veces de las que lo atiende, conversa Seguí con Clarín. “Hasta no hace mucho quería volver, pero tuve que decidirme, no se puede estar en lugar pensando en otro”. Quizá sea cierto, pero cuando el artista habla, ese suburbio parisino, por un rato, podría ser Villa Allende.
Fue hace mucho, pero también probó en Buenos Aires y en México, y se fue quedando en París…
Entre vivir en Buenos Aires y acá, como extranjero en los dos lados acuñé rápidamente una frase muy demagógica. Prefiero ser un latinoamericano en París que un cordobés en Buenos Aires.
¿Tiene que ver con las dificultades para vivir del arte en la Argentina?
En la Argentina es difícil, no acompañan a sus artistas. No es Brasil, ni Colombia ni Venezuela, ni siquiera Perú. Veo las ventas de artistas latinoamericanos y no hay argentinos. Eso es clave.
Sin embargo, su generación ha dado varias figuras…
Sí, pero viven de lo que venden afuera, no en la Argentina. Yo tengo galerías acá, en Italia, en Bélgica y expongo en todos lados. Y en la Argentina lo hago cada cuatro años para estar presente, me encanta estar presente. (En diciembre Metrovías inaugurará un mural de Seguí en la Estación Independencia).
¿Qué ecuación hace para explicar que una obra suya en el mercado vale tantos miles de euros, qué vinculo establece entre su trabajo y lo que puede cobrar por él?
No es algo en lo que piense, el mercado es una cosa muy fluctuante. Hay gente que vende carísimo ahora y en cinco años no existe más. Pero yo tengo que decir que trabajo hace 60 años en esto, y he hecho una carrera entre comillas, porque nunca he hecho carrera. Nunca me interesó. Me interesa trabajar, pintar y chau.

CIUDADES. El maestro Antonio Seguí trabajando en la serie que presentará en Chile en 2012. (Horacio Bilbao)

EL SAN MARTÍN ABRE EL TELÓN




TRANSPARENTE. LA NUEVA VISTA DEL TEATRO COMUNICA CON EL EXTERIOR.

Por Berto González Montaner *

La noticia del fallecimiento del arquitecto Mario Roberto Álvarez, el sábado, me sorprendió justo cuando estaba escribiendo esta columna sobre la restauración del frente del Teatro General San Martín, una de sus obras emblemáticas.
Alvarez fue uno de los grandes maestros de la arquitectura moderna argentina. Entre sus obras se destacan desde los centros sanitarios en el norte del país, edificios deslumbrantes como Somisa, el hotel Hilton o la torre Madero Office en Puerto Madero, hasta sus polémicas opiniones urbanas: quería pasar la Autopista Ribereña por el borde de la Reserva Ecológica y sacar la Villa 31.
Por suerte alcanzó a ver en vida (murió pocos días antes de cumplir 98 años) cómo el Teatro San Martín, que proyectó junto a Macedonio Oscar Ruiz (1953-60), renació con todo su esplendor.
Hoy, con las carpinterías renovadas y los halles bien iluminados, se pueden apreciar el dibujo nervioso de sus escaleras, el volumen corpulento de la sala Martín Coronado y, al fondo, el inmenso y colorido mural de Juan Batlle Planas. Pero además, por primera vez, el San Martín, ahora sin sus cortinas originales, nos permite asistir a un espectáculo extra: el movimiento de la gente en los halles o subiendo y bajando las escaleras. Algo así como sucede, valga la comparación, con las escaleras mecánicas que dominan el frente del legendario Centro Pompidou.
Tal vez ya estemos acostumbrados, pero lo extraño es que Alvarez y Ruiz diseñaron un teatro cuyo frente es un edificio de oficinas. ¿La explicación? Crear con ese cuerpo un colchón acústico que aisle al teatro de los ruidos de la avenida Corrientes.
Funcionalismo puro y de la mejor cepa. Así pensaron estos maestros el Teatro San Martín y en consecuencia proyectaron su fachada con chapa de hierro y vidrio como lo hacían en el mundo los arquitectos más avanzados del llamado “International Style”. Pero la mala noticia llegó cuando el hierro alertó que no era para siempre. La carpintería empezó a deteriorase con un imparable proceso de corrosión. Cuando se avecinaron los cambios Alvarez sentenció: “Es bueno que una obra se modifique siempre y cuando los cambios que se le realicen no afecten la imagen original del edificio...”.
Primero intentaron reemplazar la carpintería con un frente de aluminio, pero la dimensión de los perfiles no permitía seguir el dibujo original de la fachada. Lo que sí consiguieron con carpintería de acero inoxidable pintado.
Gonzalo Etchegorry fue uno de los responsables de la obra. De repente me acordé que lo conocí años atrás cuando le publicamos un trabajo en la sección El taller de la facultad, del suplemento Arquitectura. Recuerdo que a raíz de su proyecto conversamos sobre cómo el movimiento de la gente podía convertirse en un enriquecedor material de la arquitectura. Supuse, no sin cierta vanidad, que algo de esa charla y también las nuevas tecnologías habían posibilitado evitar las cortinas que tapaban el interior. Sin embargo cuando intenté confirmar mi hipótesis, Etchegorry simplemente me contestó: “No las pusieron por falta de presupuesto”. Cuando las pongan, ojalá las dejen abiertas, aunque sea en las funciones de noche.

* editor jefe arquitectura Clarín