LA CIUDAD RECIBIRÁ EL MURAL
DE UN PIONERO DEL ARTE CONTEMPORÁNEO



Kenneth Kemble lo hizo en el 60. Un equipo del Museo de Arte Moderno está reconstruyendo la obra. Se verá en arteBA y luego irá a un lugar público.
Con modelo. La reconstrucción del mural de Kenneth Kemble y de su método de trabajo. / Gerardo Dell'Oro

   Con modelo. La reconstrucción del mural de Kenneth Kemble y de su método de trabajo. / Gerardo Dell'Oro
Julia Villaro

Aquella suerte de pincelada gigante irrumpiendo en el espacio público que todo aquél que visite ArteBa –o al menos sus inmediaciones- va a poder ver en la fachada de la Sociedad Rural, tiene menos de gesto espontáneo que de metódica operación en equipo. El mural de extensas dimensiones hecho con módulos de madera pintada es una reconstrucción de aquél que hace cincuenta y seis años emplazó (en ese mismo espacio) el artista argentino Kenneth Kemble, con motivo de la Exposición Internacional del Automóvil. El trabajo conjunto realizado en estos días por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, el Distrito de las Artes y Julieta Kemble –hija de Kenneth- tiene por objetivo rendir homenaje a un artista fundamental –y fundacional- de la historia del arte argentino del siglo XX.
El mural original fue hecho por Kemble siguiendo la misma metodología con la que realizaba muchas de sus obras durante esos años: partiendo de un boceto pequeño que el artista después pasaba a una tela de mayores dimensiones, mediante un riguroso sistema de retículas, que le permitía realizar a escala el mismo signo del boceto -una suerte de ideograma indescifrable, una caligrafía propia- en una operación híper controlada. Un análisis conceptual de la pincelada antes del conceptualismo, que permite pensar a su autor como una bisagra entre el arte moderno y el contemporáneo.
mural de Kenneth Kemble
Mural de Kenneth Kemble
El mural original fue hecho por Kemble siguiendo la misma metodología con la que realizaba muchas de sus obras durante esos años: partiendo de un boceto pequeño que el artista después pasaba a una tela de mayores dimensiones, mediante un riguroso sistema de retículas, que le permitía realizar a escala el mismo signo del boceto -una suerte de ideograma indescifrable, una caligrafía propia- en una operación híper controlada. Un análisis conceptual de la pincelada antes del conceptualismo, que permite pensar a su autor como una bisagra entre el arte moderno y el contemporáneo.
Es por eso que el Mamba decide presentar este mural/homenaje en el marco de los festejos por sus 60 años. Nómade en sus orígenes (“el museo soy yo”, decía Rafael Squirru, su fundador, cuando le preguntaban por el edificio), hoy el museo busca salir a la ciudad, interpelar la calle: qué mejor que hacerlo a través de este mural de Kemble, “una de las primeras obras contemporáneas en la vía pública”, según explica Javier Villa, curador del Mamba a cargo de su reconstrucción.
Con modelo. La reconstrucción del mural de Kenneth Kemble y de su método de trabajo. / Gerardo Dell'Oro

Con modelo. La reconstrucción del mural de Kenneth Kemble y de su método de trabajo. / Gerardo Dell`Oro



El mural que se emplazará en ArteBa sigue estrictamente la forma planteada en el boceto realizado por el artista, y facilitado al equipo por su hija, Julieta Kemble. “El boceto es la guía” dice Julieta; tanto que se han omitido de su reconstrucción los mínimos retoques que el artista hizo en el original una vez montado, y que sólo pueden verse en las fotos. Más que de re-construir una obra, se trata de reconstruir una metodología de trabajo. Las personas a cargo de su realización “se están metiendo en la labor que hizo Kemble”, agrega Julieta.Pero si en el 60 el mural original fue desmontado y perdido después de la exposición (“yo tengo más apego a sus obras que él mismo”, dice su hija) esta vez la intención es que perdure emplazado en la vía pública ni bien culmine la feria. Una forma de que el arte asalte la calle, le quite acaso dominio a las publicidades; también de que el público en general acceda al legado visual del artista. “Su trascendencia en la historia del arte no llegó al lugar que tenía que tener” dice Julieta de su padre, quien paradójicamente legó un vasto archivo –visual y textual- del arte y la cultura de su tiempo, y por supuesto de su propia obra. “Gracias a su obsesión y su orden con el archivo es que hoy podemos hacer el mural”.

 
Fuente: clarin.com

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