KAVANAGH:
LA VENGANZA HECHA EDIFICIO



En el barrio porteño de Retiro, frente a la Plaza San Martín, se levanta, en hormigón armado, el mítico Edificio Kavanagh. En la siguiente reseña, memorias de un diseño emblemático que tiene su anclaje en una venganza.

El Kavanagh en la actualidad. Foto: Nancy Kulfas-Perri

Por Tamara Armada

Según data la historia argentina, la acaudalada Corina Kavanagh construyó el edificio en 1936 para vengarse de Mercedes Castellano de Anchorena, una mujer de la aristocracia que había impedido el matrimonio entre su hijo y la hija de Corina por no pertenecer a una familia patricia.
Despechada y resentida por la boda trunca, Corina eclipsó con su moderno edificio a la Basílica del Santísimo Sacramento, otra magnífica obra arquitectónica de la zona que los Anchorena habían construido en 1920 para utilizarla como panteón familiar y a la cual podían apreciar desde los ventanales de su enorme palacio.
Corina compró entonces un terreno vacío ubicado entre la iglesia y la residencia Anchorena, y contrató a los arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María De la Torre para que cimentaran una construcción cuya entrada principal fuera por Florida 1065 y tapara la basílica que, de hecho, sólo puede ser apreciada desde el Pasaje Kavanagh, una cortada semiprivada.
Así fue como ciento cinco departamentos distribuidos en 33 pisos fueron construidos en tan sólo 1 año y dos meses, y de los cuales Corina reservó para sí el número 14, de 700 m2.

Como si fuera el Coloso de Rodas, el Kavanagh asoma majestuoso, por encima de las copas de los árboles de la Plaza San Martín.

Curiosidades del Edificio Kavanagh

- Durante muchos años fue el rascacielos más alto de Sudamérica.
- Ha sido comparado con el Chrysler de Nueva York.
- No tiene parquímetro ni portero eléctrico. Similar a un hotel, las personas se anuncian en recepción.
- Cuenta con 3 ascensores, 5 escaleras, piscina, cámara frigorífica para pieles y alfombras, talleres de lavado y planchado, sistema telefónico central y depósitos de seguridad.
- Todos sus departamentos son diferentes entre sí.
- En la actualidad tiene personal de seguridad, limpieza y mantenimiento. Además, hay un mayordomo que coordina las tareas de los encargados del edificio.
- Cada persona que se muda a él, debe firmar un documento comprometiéndose a conservar el apartamento tal cual como era originalmente. Toda modificación tiene que ser expuesta ante el consorcio que, por lo general, no la aprueba.
- Sus copropietarios son personalidades de la cultura, la política o empresarios de importantes empresas.
- La Unesco lo declaró Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad, por lo que sus habitantes no abonan impuestos municipales.

Una vista aérea de la Plaza San Martín, al fondo a la izquierda, el Edificio Kavanagh, justo atrás de un Palo Borracho rosado que se ve muy florecido.

1 comentario:

  1. Sus propietarios abonan ABL desde el gobierno de Néstor Kirchner, que se decretó que los edificios que son Monumento Histórico, pero de uso de vivienda, deben abonarlo. Los propietarios hicieron varias presentaciones ante Rentas de la Ciudad, las que resultaron infructuosas y siguen abonando.

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