EL MUSEO "ENRIQUE UDAONDO" DE LUJÁN, BAJO EL AGUA


Complejo Museográfico Provincial "Enrique Udaondo"


En el marco del “Protocolo de Emergencia para Inundaciones”, en el día de ayer (29/10/2014), aproximadamente a las 20 horas, se culminaron las tareas de levantamiento preventivo de Salas y Espacios Administrativos (según prioridades ya establecidas).
Dicho Protocolo se puso en funcionamiento con los recursos humanos de la Institución.
El río Luján, aún no ha llegado hoy 30 de octubre de 2014, a las 12 horas, al pico máximo de su crecida y debemos destacar que la presente es una de las peores inundaciones de las que se tenga memoria. El Río se encuentra en este momento a 5,28 metros sobre el nivel de su cauce, aunque crece a menor velocidad.
Funcionarios de la Institución permanecieron durante toda la noche dentro del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, recorriendo sus diversas áreas en una tarea de conjunto con personal afectado de la Policía de Bomberos de la Provincia de Buenos Aires.
Al momento de este informe no puede hacerse (en virtud de la continuidad del fenómeno climático), una evaluación exhaustiva del impacto de la inundación sobre el patrimonio del Museo.
Desde la madrugada, personal de mantenimiento en conjunto a otros funcionarios y al Director del Complejo recorrieron sus cuatro áreas, pudiendo informar a estas horas:
Área I (Museo Colonial e Histórico): El agua ingresó a los jardines, a la Capilla, sin afectar los bienes museales ni los de su administración. Se encuentran totalmente inundados sus patios y de continuar profundizándose el suceso, es muy probable ingrese en Salas (particularmente Federal y el Pabellón que alberga la Exposición Transitoria “La Cultura del Trabajo”). Se está evaluando el estado edilicio y un plan para la limpieza de los desechos dejados por el agua.
Área II (Museo de Transporte): El agua afectó al Área II entre 25 y 40 centímetros, dependiendo de la cota de esa manzana. Fueron afectados los jardines, el interior del Pabellón de Transportes y la recientemente inaugurada Sala de Lectura de Biblioteca y Archivo. No se han advertido, con estos niveles de crecida y en función de los trabajos realizados en el día de ayer, daños sobre los bienes museales. Se está evaluando el estado edilicio, el patrimonial y un plan para la limpieza de los desechos dejados por el agua.
Área III (Pabellón Belgrano, Reservas, Salón de Exposiciones y Eventos): El agua ingresó al Area III entre 40 y 60 centímetros, dependiendo de la cota de esa manzana. Fueron afectados los jardines, el Depósito, el Pabellón de Exposiciones y el Pabellón Belgrano. El importantísimo ingreso de agua no ha afectado los bienes museales (que fueran cautelados sobre tarimas a 1.85 m de altura entre los meses de junio y agosto de 2013). Se está evaluando el estado edilicio y un plan para la limpieza de los desechos dejados por el agua.
Respecto del Area III en donde está el Pabellón Belgrano, lamentablemente y a días de su apertura, a pesar de los trabajos de contención con bolsas de arena realizados en el día de ayer, es muy posible que se haya afectado la museografía, por lo que la tan anhelada reapertura del espacio que lleva 25 años cerrado, quizás se deba postergar. Se está evaluando el estado edilicio y un plan para la limpieza del lugar.
Área IV (Administración, Laboratorios, Mantenimiento y Casa de Pepa Galarza): El agua ingresó a los jardines, en los espacios de boletería y en diversas oficinas administrativas, sin afectar los bienes museales ni los de su administración. Se está evaluando el estado edilicio.
La Casa de Pepa Galarza fue afectada por un ingreso de agua de aproximadamente 5 centímetros.
Permanecemos en alerta en función de los niveles actuales de cota del río y las proyecciones de avance del evento climático.
Por lo antes dicho nuestro Museo permanecerá cerrado al público hasta nuevo aviso.
¡¡¡Disculpe las molestias!!!

DESCUBRIERON UN TESORO OCULTO
EN EL INFRAMUNDO DE TEOTIHUACÁN

Valioso hallazgo arqueológico
Se trata un túnel de 103 metros ubicado bajo esa ciudad prehispánica en México. Allí encontraron más de 50.000 piezas de todo tipo, entre piedras de jade, conchas y caracoles marinos, cerámica y esculturas.
El Camino al Inframundo en Teotihuacán comienza a revelar sus secretos con el hallazgo de un tesoro arqueológico. (AFP)
El Camino al Inframundo en Teotihuacán comienza a revelar sus secretos con el hallazgo de un tesoro arqueológico. (AFP)

El camino al inframundo de los antiguos habitantes de la zona arqueológica de Teotihuacán, un túnel de 103 metros, ha comenzado a revelar sus secretos con el hallazgo de más de 50.000 ofrendas, informaron hoy expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Los hallazgos son extraordinarios y nos permitirán revisar nuestras ideas sobre Teotihuacán", dijo el arqueólogo mexicano Sergio Gómez al dar a conocer, en rueda de prensa, los avances en la excavación del túnel que permaneció oculto casi 1.800 años.
El túnel se encuentra bajo el Templo de Quetzalcóatl o de la Serpiente Emplumada en uno de los extremos de Teotihuacán a unos 18 metros de profundidad, precisó el jefe del proyecto "Tlalocan, Camino bajo la tierra”.
Teotihuacán es una ciudad prehispánica (150 ac - 650 dc) ubicada a unos 50 kilómetros al noreste de la capital mexicana que llegó a ser una de las más grandes en el mundo antiguo con una extensión de unos 20 kilómetros cuadrados y más de 100.000 habitantes.
El túnel fue descubierto en 2003, pero pasaron nueve años para que los expertos llegaran hasta el final, tras extraer manualmente unas 950 toneladas de tierra y piedras que los teotihuacanos utilizaron para sellar el camino que representaba el inframundo para esta cultura.


En las excavaciones se utilizó tecnología de punta: georradares, escáner láser y dos robots, el Tlaloque I y Tláloc II, los cuales fueron construidos por Hugo Guerra, un estudiante de Mecatrónica del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El túnel comienza a quince metros de profundidad pero desciende hasta los 18 metros al final, donde hay tres cámaras en las que han sido halladas numerosas ofrendas de tipo ceremonial.
En total, más de 50.000 piezas de todo tipo, entre piedras de jade, conchas y caracoles marinos, cerámica, esculturas y diversas figuras, semillas de diversas plantas, pelotas de hule, restos óseos de aves y felinos, así como objetos de madera en perfecto estado.
Gómez indicó que los estudios con carbono 14 han determinado que este pasaje subterráneo funcionó entre principios de nuestra era hasta el años 250 después de Cristo, antes de que se construyera la ciudadela de Teotihuacán.
En el túnel se colocaban las ofrendas importadas desde las costas del Golfo de México y del Caribe, como son los "grandes caracoles de hasta 60 centímetros, cuentas de jade de Guatemala, pelotas de hule de las zonas tropicales, así como cerámica de diversas zonas del actual territorio mexicano", dijo.
También se encontraron unas 15.000 semillas de tuna, jitomate, maíz y restos de flores de calabaza, "que muestran la variedad de la flora que consumían los pueblos prehispánicos de principios de nuestra era", apuntó.


El arqueólogo señaló que conforme avanzaban por la estructura fueron confirmando diversas hipótesis sobre el carácter ceremonial de toda la ciudadela, como una representación de los grandes mitos de la creación entre los antiguos pueblos. Dijo que este túnel había sido construido para representar "su visión del inframundo con montañas, cielo estrellado y ríos que lo cruzaban".
Según la mitología de los teotihuacanos, los ritos más importantes se realizaban bajo tierra, debido a que la Serpiente Emplumada recuperó ahí sus huesos humanos, nacieron los hombres y se inició el tiempo.
Asimismo, los especialistas creen que en los túneles del inframundo se desarrollaban los rituales de transmisión de poderes entre los gobernantes, por lo que consideran que los restos de los altos jerarcas se depositaban en este lugar.
Gómez espera encontrar en las cámaras los restos mortuorios de alguno de los personajes gobernantes o de la alta jerarquía política. "Eso solo es una hipótesis que esperamos poder confirmar", apuntó. Y es que las tres cámaras que están al final del túnel aún tienen gran cantidad de tierra y piedras con más de dos metros de espesor que deberán ser removidas para llegar al fondo.





Fuente: La Vanguardia / abc.es

COMO PARA PENSARLO III


DE ESTA DESTRUCCIÓN SE HABLA


Las estatuas de Messi, Maradona y Batistuta fueron inaguradas el 5 de junio en la plaza Intendente Torcuato de Alvear, en la Recoleta.
Las puso TyC Sports para celebrar su 20° aniversario homenajeando a los tres máximos referentes que tuvo la Selección Argentina de Fútbol.
Pero hoy, la empresa las removerá para repararlas, porque volvieron a ser dañadas intencionalmente.
La figura de Maradona sufrió la rotura de la nariz y otras partes de su cara; a la de Messi le cortaron los dedos índices que caracterizan su festejo de gol, y la de Batistuta tiene golpes y roturas en el rostro.
El vandalismo también se ensaña con las estatuas que coloca el Gobierno porteño para homenajear a otros personajes populares, como ocurrió con las de Alberto Olmedo y Javier Portales en la avenida Corrientes. Aún así, el Ejecutivo hoy lanzó un nuevo recorrido con más de estas figuras. Se trata del "Paseo de la Gloria", en la Costanera Sur, cuya primera estatua es la de Emanuel "Manu" Ginóbili.
En el Paseo, que está ubicado en la avenida Tristán Achával Rodríguez y Rosario Vera Peñaloza, también pondrán a la leona Luciana Aymar, los tenistas Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini, el golfista Roberto de Vicenzo, el boxeador Pascual Pérez, el automovilista Juan Manuel Fangio, el rugbier Hugo Porta y los futbolistas Lionel Messi y Diego Maradona. "Este paseo forma parte de la preparación para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018", explicó la vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal, en la inauguración.

DE ESTA DESTRUCCIÓN, NO SE HABLA

De la destrucción del Monumento a Cristóbal Colón ordenada por la presidenta de la Nación al modo de los Talibán, gastando sumas enormes en alquiler de grúas para llevar a cabo el desguace, llevándose puestas a la Historia, a la Colonia Italiana donante, a las disposiciones judiciales, etc., etc...
Se acata mansamente lo que dicta el relato, lo que se ordena el admirado modelo bolivariano de perfección, las viles, disparatadas acusaciones de genocidio que infundadamente se hacen sobre el descubridor de América, las mentirosas afirmaciones de que se lo removía a Colón para restaurarlo, cuando ya había sido restaurado y cuando, en todo caso, si hubiera estado necesitado de restauración, lo más contraindicado era moverlo, etc.
De esta destrucción, no se habla.

COMO PARA PENSARLO II


El tema de hoy es que a la "estatua" de Luis Alberto Spinetta le robaron los anteojos por cuarta vez. Lo dice el GCBA y lo difunden los medios.
También que intentaron robarle la guitarra pero, que gracias al sistema con el que fue fijada, los vándalos no pudieron lograr su cometido.


Del Monumento a Sarmiento, hecho por Auguste Rodin, padre de la Escultura moderna, inaugurado donde está por el Presidente Julio A. Roca en el año 1900, cuyo pedestal de mármol blanco está íntegramente rajado y que debería estar guardado en el Museo Nacional de Bellas Artes desde hace años, NO se dice absolutamente nada.

Como para pensarlo... ¿no?

LOS INVENTOS DE AMANCIO WILLIAMS

Tres dimensiones.
Imaginó una aeroísla y un auditorio de acústica perfecta, también flotante.

 En medio del río. Así ideó Williams una versión de su Sala del Espectáculo Plástico y del Sonido en el Espacio.
En medio del río. Así ideó Williams una versión de su Sala del Espectáculo Plástico y del Sonido en el Espacio

Se acuerdan de la Aeroísla. La que lanzó Alsogaray en la época de Menem. La idea era hacer una inmensa isla frente a Costanera Norte y sobre ella construir una aeroestación. Esa no fue la primera vez que alguien proponía semejante proyecto. Semanas atrás, Miguel Jurado mencionó en esta misma sección el plan de Le Corbusier para Buenos Aires que incluía un círculo en medio del estuario del Río de la Plata donde ponía un aeropuerto. Sobre esa idea se montó Amancio Williams, el autor de la legendaria Casa del Puente o Casa del Arroyo en Mar del Plata, para proyectar una revolucionaria aeroestación flotante.
Williams, quien hoy tendría 101 años, es el invitado de la semana a Tres Dimensiones. Es que además, su reciente aniversario coincide con la publicación de su obra en la colección Cuadernos ARQ, Maestros de la Arquitectura Argentina. Y no sólo eso, anda circulando un documental sobre su vida que fue suceso en el festival de cine Bafici, se proyectó en el Centro Cultural San Martín y está recorriendo salas de Rosario, Tucumán y Salta.
El aeropuerto flotante no fue la única creación de Williams para Buenos Aires. Como dice Roberto Fernández, autor de este Cuaderno ARQ, fue lo que se conoce como un “type-giver”. O sea, no fue un simple creador de formas sino un inventor de tipos arquitectónicos, como pueden ser la casa “chorizo”, la casa con patio, la torre o el rascacielos.
En esa búsqueda esencial creó en los años 40, una propuesta de viviendas extendidas y ajardinadas (Viviendas en el Espacio), unos bloques de residencias colectivas con circulaciones muy anchas y escaleras mecánicas (Block H) y un impactante auditorio de acústica perfecta (Sala del Espectáculo Plástico y del Sonido en el Espacio) que en una de las propuestas alojó en medio del río.
El tipo más exitoso fue el de sus replicados “paraguas” de hormigón. Originalmente los diseñó para el pabellón de Bunge & Born en la Exposición Rural de Palermo y luego los usó en una Estación de Servicio en Avellaneda (1954), en un Supermercado textil en Bernal (1960) y como sobretecho de la Escuela Industrial en Olavarría (1960), y en los hospitales que proyectó para Corrientes. Tan icónicos resultaron que en 1999 el arquitecto Claudio Vekstein los recreó en la costa de Vicente López para hacer el monumento a Williams y luego, en la ciudad de Santa Fe, los usaron para crear un gran tendido de sombra, como metáfora de bosque tecnológico, en la Fábrica Cultural El Molino. El arquitecto británico Norman Foster hizo algo similar cuando se valió de paraguas coloridos y de metal para las estaciones de servicio que creó para Repsol en 1997. Y seguramente se volvió a inspirar en ellos cuando proyectó la sede del Banco Ciudad en Parque Patricios, que ahora están por inaugurar como sede de gobierno porteño.
Otras de las influencia de Williams sobre el británico Foster, considerado hoy uno de los mejores arquitectos del mundo, es sin duda su propuesta para el rascacielos suspendido. Sin duda la famosa torre del HSBC de Hong Kong construida por Foster en 1979 reconoce el legado del rascacielo originalmente pensado para la esquina noreste de Paraguay y Esmeralda, en el centro porteño, donde hoy el Estudio Aisenson construye la Torre Bellini Plaza San Martín. La obra tenía la particularidad de tener una enorme estructura de hormigón de 115 metros de altura de la cual colgaban tres bloques metálicos de ocho pisos cada uno y otro de cuatro donde se ubicaban las oficinas.
Volviendo al aeroparque sobre el río, recuerdo que cuando Alsogaray lo lanzó, pocos días después, estuvo Foster en Buenos Aires, que estaba construyendo su aeroísla en Hong Kong. Y comentó que era una buena idea construir un aeropuerto en una isla artificial cuando no hay espacio suficiente en tierra pero que no le veía sentido hacerlo en Argentina donde hay suficiente espacio en otras partes.

*EDITOR GENERAL ARQ
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Fuente: ARQ Clar+                                               

COMO PARA PENSARLO

Vandalismo. Está en el Paseo de la Gloria, en la Costanera Sur.
Arreglarla costará $12.000.
   Mutilada. La obra, sin la raqueta. Foto: Diego Díaz

La estatua de Gabriela Sabatini que fue inaugurada en la Costanera Sur hace apenas 20 días amaneció ayer vandalizada: se llevaron incluso la raqueta. La obra había sido colocada el miércoles 8, en un acto en el que participó la propia Sabatini. Está en el nuevo Paseo de la Gloria, donde ya fueron instaladas las estatuas de Guillermo Vilas y Emanuel Ginóbilli, y donde en los próximos meses se agregarán las de Maradona, De Vicenzo, Luciana Aymar y otras figuras del deporte argentino.
Pese a que la imagen fue construida con materiales que no tienen valor de reventa, los vándalos que la atacaron le robaron la raqueta.
La reparación costará unos $12.000, contaron en el Gobierno porteño.
Se suma a una larga lista de esculturas que casi permanentemente tienen que ser arregladas, como las de Olmedo y Portales, la de Don Fulgencio y otras del Paseo de la Historieta y las de Messi, Maradona y Batistuta emplazadas en Plaza Francia para festejar los 20 años de TyC Sports. Algunas, como la de Juan Gálvez, también en Recoleta, deben ser guardadas de noche.
La Ciudad gasta cada mes entre $5 y 7 millones por el vandalismo


EL Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, mutilado hace muy poco.

   Anteriormente, casi fue robado. Ahora, fue mutilado y saqueado.

El 23 de agosto de 2013, publicamos en Facebook lo siguiente:

ANTOINE BOURDELLE
 
Escuela Francesa. Montauban, 30 de octubre de 1861 - Le Vésinet-Yvelines, 1ro. de octubre de 1929.

Antoine Bourdelle fue un escultor francés, discípulo de Auguste Rodin, y uno de los más destacados de la Belle Époque y al mismo tiempo antecedente de la escultura monumental del siglo XX.
El Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, de la Avenida Pueyrredón, entre las avenidas Figueroa Alcorta y del Libertador, debería ser guardado dentro del Museo Nacional de Bellas Artes, como para poder aspirar a que sobreviva para las futuras generaciones.
Buenos Aires, es una de las pocas ciudades del Mundo que tienen el privilegio de contar con esa obra de Bourdelle, junto a Tokyo, Nueva York, París, Montauban, el Jardin Musée de Egreville, Toulouse y Dallas, Texas, EEUU. 
Ya fue encontrado desamurado de su base y a punto de ser cargado a algún transporte para ser robado.
¿Vamos a esperar que el robo se concrete?
Actuemos antes de que sea tarde y no tendremos que lamentarnos por la imposibilidad de su reposición.

Ahora, ya es tarde. Hace muy poco fue mutilado, como se puede ver en la foto.
Por no haber prevenido a tiempo, ahora hay que curar.

He venido pidiendo prevenir desde el año 2007.

El Heracles Arquero de Antoine Bourdelle debería ser restaurado por especialistas del Musée Bourdelle de Paris y luego guardado en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Seria la única forma de prevenir futuras mutilaciones o el robo de la obra entera.

El Gobierno de la Ciudad y los medios hablan del vandalismo y las mutilaciones de las "estatuas" de Gabriela Sabatini, de Alberto Olmedo y Javier Portales, de Lionel Messi, Diego Maradona y Gabriel Batistuta, etc., etc.
El gran público, por lo que lee, oye y ve por los medios masivos, se hace eco de ese vandalismo y esas mutilaciones.
Pero, curiosa, llamativamente, del vandalismo, del saqueo y de las mutilaciones de las verdaderas obras de arte de grandes artistas universales, que integran el importantísimo patrimonio escultórico de la Ciudad de Buenos Aires, como el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, que fue mutilado hace muy poco, nadie dice nada.
¿A qué habrá que atribuir ésto?
¿Será porque un escultor como Antoine Bourdelle no tiene rating popular?Nos preocupa y alarma este tema desde hace años y la poca y nula atención que se le presta.
Creemos que es para pensarlo.

PINTOR Y PRÍNCIPE DEL RIACHUELO

Pintura, dibujo. Una muestra en el Museo Quinquela Martín expone el arte y la vida de Miguel Carlos Victorica, uno de los grandes maestros de La Boca.
La barrerita sobre la calle Parker. 1929. Óleo sobre cartón. 23 x 26 cm.
Por Mercedes Pérez Bergliaffa

Se pinta como se vive”, decía Miguel Carlos Victorica, el príncipe de La Boca, artista argentino representante de esa escuela artística porteña. Anclado y enamorado del barrio, inquilino de tres habitaciones en el caserón de la familia Cichero –Avenida Pedro de Mendoza al 2087, en plena vuelta de Rocha enfrentada al Riachuelo– desde esa inmensa casa italiana y familiar, desde sus propios balcones, Victorica pintó las vistas del río, el puente, los barcos que llegaban entonces llenos y humeantes, las macetas con flores, los retratos de la gente del barrio, de sus amigos, de su madre… “Se pinta como se vive y se pinta como se sabe”, sostenía el artista. Corrían los años 20. Victorica ya había pasado siete estudiando en París, ya había decidido que su pintura iba a ser modernista pero singular, un poco apartada de las vanguardias más experimentales que había conocido en Europa. El arco de su trayectoria, el recorrido que Victorica realizó desde sus inicios, luego durante el largo viaje al extranjero, y las búsquedas en el interior de los altillos de La Boca –formales y vitales– a su regreso, se exponen ahora en Miguel Carlos Victorica. Un príncipe en la República de La Boca, la muestra antológica que acaba de inaugurarse en el Museo Benito Quinquela Martín. Organizada en conjunto por esta institución y por el Espacio de Arte de la Fundación OSDE, la exposición fue curada por Víctor Fernández –director del Quinquela Martín– y Sabrina Díaz.
Probablemente no existe mejor lugar para exponer estos trabajos: porque hay que considerar que, desde finales del siglo XIX hasta casi mediados del XX La Boca fue un punto de encuentro para los artistas jóvenes. Allí fue donde Fortunato Lacámera, Miguel Diomede, Eugenio Daneri, Víctor Cúnsolo, Onofrio Pacenza, Alfredo Lazzari, Francisco Cafferata y por supuesto Benito Quinquela Martín, entre muchos otros, constituyeron no una “escuela” ni un grupo autodefinido sino cierto movimiento diferente.
En el museo pueden verse ahora obras de Victorica de varios períodos, provenientes de colecciones públicas y privadas. Dibujos –bocetos pequeños, rápidos, dibujados casi al vuelo sobre un periódico o sobre lo que hubiera a mano– inéditos. Se exponen interesantes y amorosos cuadernos de notas, con observaciones de puño y letra de Victorica relatando su vida cotidiana, las visitas que recibía, las cosas que debía hacer en determinados momentos: recordatorios. Y hasta se muestran documentos sobre el día de su muerte; su funeral –realizado en el mismo museo Quinquela–, la foto suya en el cajón con el retrato querido ubicado al costado (también presente en la muestra) de su madre, una figura poderosa en su vida, junto a quien vivió 34 años hasta quedar solo en 1918. En la exposición hay, entre otros, dos pequeños y profundos dibujos sobre ella, dos apuntes, uno de su cabeza y otro de sus manos (ambos de 1914), a pura carbonilla sensible, gruesa y delicada, temblorosa y segura a la vez.
Pero si observamos todos los trabajos del artista expuestos en la muestra, algo salta a la vista: no hay soluciones uniformes en sus obras. Y si bien era figurativo –pintó y dibujó retratos, paisajes, naturalezas muertas, desnudos y temas religiosos– pareciera que se interesó más en cómo pintar antes que en qué pintar, como sostienen los curadores de la exposición. Las formas abiertas, el trazo liviano y también abierto, la pincelada a veces seca, rasposa, casi sin pintura, y a veces –en la misma obra– completamente sobrecargada, relamida, empastada; los contrastes y contraluces que ponen en evidencia los contornos de los objetos o personas, sus perfiles. Su relación íntima y subjetiva, particular, con el entorno y las cosas que lo rodeaban contribuían a crear una atmósfera muy particular. Una mirada detenida, solitaria. “El viejo leyendo” (1927), “El secretario” (1935), “Hombre de pueblo” (de 1930, esta pintura tiene la particularidad de haber sido realizada sobre arpillera, por lo que la materia raspa, se desplaza de una forma totalmente diferente en comparación a una base de tela preparada o un cartón, por ejemplo); “Naturaleza muerta con manzana” (1940, siempre esa manera de dejar las obras como inconclusas, detallando o deteniéndose mucho sólo sobre las partes que le interesaban); la magnífica “Flores” (1931), y el placer, el deleite que, se nota, le provocaba dar vueltas una y otra vez con el pincel y el óleo sobre las corolas, los pétalos, los centros de color y sus tallos impredecibles, caprichosos. “Balcón” (1931) y “Balcón” (1948) sus rejas, sus macetas, la primera vista de las persianas, la lejanía de las chimeneas de los vapores antiguos, los perfiles de las casas vecinas, las grúas del puerto... Hay coleccionistas y críticos que sostienen que Victorica, por pertenecer a una familia adinerada, educada y “refinada” pero haber decidido mudarse y vivir en un barrio proletario, de inmigrantes pobres, de trabajadores recién llegados al país, un barrio de bohemia, anarquistas y luchadores, en realidad con sus obras no refleja verdaderamente el espíritu de La Boca sino que más bien toma los motivos que lo rodean como una excusa para expresar una realidad interior. ¿Acaso se podría pintar, dibujar o producir artísticamente algo sin que ella esté presente de alguna manera? Hay una nota publicada en 1940 (sin más datos de referencia, citada por los curadores) en la que Victorica declara: “Aquí (en La Boca) construí lo mejor de mi obra. El centro no da tiempo. En este lugar en que todo respira vida, se tiene un desprecio por lo innecesario. Los tés, los cócteles, las reuniones inútiles se han eliminado. Aquí (...) en la misma dureza está su valor, es más vivo y generoso (...) La Boca es una escuela donde no hay ismos sino realidad, belleza de luces y sombras.” Existe un área de la exposición dedicada a los motivos religiosos: Victorica era profundamente creyente. Por eso pinturas como “Cristo”, de 1948.
A él le gustaba imaginarse como un monje, viviendo en un lugar recóndito y con una vida simple. Siempre tuvo la certeza de un único interés en su vida: su obra. Se despegaba, dejaba caer todo lo demás. “No pinto para vivir, vivo para pintar. Lo demás se arregla como se puede”, decía.
Victorica fue un caso curioso, un pintor de carácter extraño, muchas veces ermitaño. Un artista observador potente, silencioso, bohemio y espiritual del mundo, de sus objetos, y del clima que los habitan. Un pintor que encontró su refugio en los balcones de La Boca.

FICHA
Miguel Carlos Victorica
Un príncipe en la República de La Boca

Lugar: Museo Benito Quinquela Martín, Av. Pedro de Mnedoza 1843.
Fecha: hasta el 7 de diciembre.
Horario: mar a ier, 10 a 18; sáb y dom, 11 a 18.
Entrada: $10.


Fuete: Revista Ñ Clarín