UNA OBRA DE CÉZANNE
ES LA MÁS CARA DE LA HISTORIA


La familia real de Qatar pagó US$ 250 millones por Los jugadores de cartas, obra emblemática del pintor francés. 
Superó en US$ 106 millones el último récord.


Si bien no siempre se dan a conocer públicamente los valores que se desembolsan, se especula que la creación del "padre de la pintura moderna" -como es conocido Paul Cézanne- supera en US$ 106 millones al anterior récord. En aquella oportunidad se habrían pagado US$ 144 millones por una realización de Jackson Pollock.
La intención de los compradores es la de insertar a Doha como una de las capitales del arte, a la altura de Nueva York y de París. Obras similares a la que adquirieron en 2011 se encuentran en el museo MOMA de la metrópoli estadounidense y en d'Orsay de la capital francesa.
El Museo Nacional de Qatar parece que será el destino que tendrá la obra. En el recinto asiático ya se encuentran pinturas de Andy Warhol y Mark Rothko. La estrategia de las autoridades también incluye la solicitud para obtener las franquicias del Louvre y del Guggenheim.
La obra partencia a los herederos del millonario griego Yorgos Embiricos, que falleció en 2011, y que comenzó la negociación, pero no llegó a finalizarla.

Fuente: infobae.com

LA BUENOS AIRES DICKENSIANA





Casa inglesa de la zona de Temperley.

Por Laura Ramos 

Creía el otro día, de paseo por los barrios ingleses, que Buenos Aires había escamoteado, por indiferencia u olvido, un homenaje a Charles Dickens, hecho que me llenó de pesadumbre. ¿La ciudad anglófila, el poblado británico de Caballito, arquitectónicamente pensado en un estilo Tudor y georgiano desde sus inicios, en 1923, el club social inglés de Temperley, fundado en 1893 y con reminiscencias de pub londinense, sus parroquianos de las calles Meeks y Brandsen, que aún hablan inglés en la iglesia Holly Trinnity, todos se encogen de hombros ante el bicentenario del nacimiento del mayor novelista de lengua anglosajona? Una vez más, como siempre que pienso a Buenos Aires, me equivocaba. No sólo le harán un homenaje en el comedor del orfanato del convento de San Francisco, en Monserrat. Detrás del puente pegado a la avenida Pavón, en la región de Remedios de Escalada, el barrio de los operarios de los talleres Banfield alude con arrogancia, con razones mucho más contundentes que Belgrano R, al Londres industrial de Dickens. Pero en el mismo viaje en tren, en las cercanías de la estación Claypole, y luego en Bernal y Berazategui, advertí que Buenos Aires es un pesebre viviente del mundo dickensiano. Permítanme explicarme.
Si Dickens escribió las miserias del capitalismo temprano, Buenos Aires reescribe a Dickens en los barrios de extramuros que muestran la cara más miserable del capitalismo tardío. Las casas inglesas del pasaje Antonino Ferrari o de la calle Cachimayo, creadas en 1923 por el Banco El Hogar Argentino, con sus escudos heráldicos y su estrechez victoriana hablan menos de la Londres de la industrialización que de los hogares prósperos adonde se refugiaban ocasionalmente los niños huérfanos de Dickens. Son más bien las viviendas de chapa de los barrios obreros, ornamentadas con rejas negras u oxidadas, las que guardan más reminiscencias de la prisión de deudores Marshalea. Y si la ciudad es el gran personaje colectivo de Dickens, Buenos Aires es una ciudad dickensiana. El niño cartonero es Oliver Twist, la niña vendedora de hilos y agujas es la pequeña Dorrit, el antihéroe arltiano de la picaresca porteña es Wilkins Micawber.
Pese a las célebres observaciones de Marx sobre las “verdades sociales y políticas” de la obra dickensiana, que elogian al Dickens reformador, yo prefiero al creador del pathos de la infancia, de la orfandad como personaje artístico, de la niñez desamparada sin género, ni patria, ni cronología, del niño proletario de Osvaldo Lamborghini.
Como para resaltar aún más la inocencia y bondad de su gran personaje, la niñez, en Casa desolada el novelista presenta al niño impostor, a la imitación del niño, al mecanismo artificial del personaje infantil en Skimpole, una parodia maléfica.

Charles Dickens
Como un Roald Dahl del siglo XIX, Dickens descree de las familias, pero sobre todo descree de la bondad de los padres. Sin prisa, implacable, tal vez con algo de rencor, desnuda la hipocresía y la perversidad de la sociedad burguesa con un humor extraordinario: el padre de la Pequeña Dorrit usufructúa el trabajo de costurera de su hija con disimulada hipocresía; la madre de David Copperfield consiente los maltratos a su hijo propinados por el padrastro Murdstone; Mr. Wickfield permite el sacrificio de su hija Agnes ante Uriah Heep. Dickens se delecta con la inversión de los roles maternales: la niña-madre en Agnes Wickfield, Charley Neckett y la pequeña Dorrit; la mujer-niña en Clara Cooperfield y Dora Spenlow.
La institución de la beneficencia en la era de la industrialización es desgarrada a dentelladas por Mr. Bumble, el rector del orfanato de Oliver Twist . Como perverso escritor de cuentos de hadas, Dickens opone a la inocencia de la bondad la depravación más compleja. La maldad carente de matices de Mr. Murdstone, la del asesino Monks o la del maestro Creakle y su vara es la que menos parece interesarle. En cambio, se delecta en acumular emociones contrapuestas en sus héroes más perturbados: los débiles y los ruines. Los primeros son deliciosos e intrincados, como Micabwer, Mr. Dorrit, Pip o Mr. Wickfield. Pero los viles son magníficos: el humilde y arrogante Uriah Heep, el joven seductor J. Steerforth, el anciano jefe de la banda infantil de ladrones, Fangin, esconden capas y capas de perfidia, fingimiento, persuasión, piedad, repliegues mezquinos o dobleces, generosidades y villanías.
Si Buenos Aires no fuera dickensiana hasta la médula por la bruma y por la sombra, esos otros dos grandes personajes del autor de Grandes esperanzas , lo sería sólo por la existencia de la tienda Krook, el almacén de trapos y botellas de Casa desolada , donde cuelga un cartel que dice: “Compramos prendas de señora y caballero” junto a otro, más pequeño, en el que puede leerse: “Se compran huesos”.


Fuente texto: clarín.com

ALVEAR, UNA ESTATUA JUNTO AL TANGO




Impactante. La estatua del francés Bourdelle es una de las más bellas de la Ciudad
Por Eduardo Parise

El propio autor, el artista francés Emile Antoine Bourdelle, lo considera su obra maestra entre los grandes monumentos que realizó. Y en la Ciudad lo ubicaron en un lugar de privilegio. Sin embargo, muchas de las miles de personas que cada día le pasan por delante, nunca lo vieron. Está sobre una plataforma que ocupa unos 20 metros cuadrados, en un pedestal de granito de más de 13 metros de alto y la figura ecuestre tiene cinco metros más. Y, como para no pasar desapercibido, en la base del pedestal cuatro grandes estatuas de bronce (cada una de tres metros, representan “La Libertad“, “La Victoria”, “La Elocuencia” y “La Fuerza”) le dan un marco especial.
Es el monumento al general Carlos María de Alvear, un polémico militar argentino, famoso caudillo en las luchas por la Independencia y en la guerra con el imperio brasileño, quien, además, presidió la Asamblea del Año XIII y fue Director Supremo de las Provincias Unidas. Lo inauguraron el 16 de octubre de 1926 y desde entonces domina la barranca de la plaza que está a metros de la calle Posadas y la Avenida Del Libertador, en pleno Recoleta y frente a lo que suele denominarse Plaza Francia, que en verdad se llama Plaza Intendente Alvear.
La historia dice que, en 1910 (después de aprobado el presupuesto por el Congreso), el monumento le había sido encargada por una comisión especial al escultor estadounidense Andrew O’Connors, por entonces radicado en París. Pero después cambiaron de idea y finalmente se lo pidieron a Bourdelle, quien lo terminó en mayo de 1923. La entrega a la Argentina se hizo en el Salón de las Tullerías de París, en una ceremonia que presidió el ministro de Bellas Artes de Francia.
Emile Antoine Bourdelle (el apellido de su padre era Bordelles, pero se lo cambiaron por un error al anotarlo) había nacido el 10 de octubre de 1861 y a los trece años, tras la escuela primaria, empezó a hacer grabados en madera en el taller de ebanistería de su papá. Después, estudió en Bellas Artes de la ciudad de Toulouse, hasta llegar a París, donde fue alumno de otro grande: Auguste Rodin. A Bourdelle se lo considera uno de los más destacados artistas de la Belle Epoque. Murió en octubre de 1929. En Buenos Aires, además del monumento a Alvear, también hay otras obras de gran calidad que surgieron de su talento creativo: La Muerte del Ultimo Centauro y Heracles Arquero.
Para el trabajo de Alvear, el artista francés estudió muchos documentos y se empapó de los rasgos de personalidad que identificaban al militar. Por eso lo colocó sobre un caballo brioso, el cuerpo bien erguido, levantando su mano derecha y con una capa tremolante sobre sus espaldas. Lo curioso es que no lleva sombrero. “Es que lo perdió en una batalla”, dijo Bourdelle cuando le preguntaron por algo tan poco común en los bronces que evocan a militares.
Además de este espectacular monumento, la zona de Recoleta tiene muchos lugares valiosos tanto en lo arquitectónico como en lo cultural. Y uno de ellos es un edificio que está a un costado de la estatua de Alvear. Es el Palais de Glace. Inaugurado en 1910, en la actualidad es un centro cultural y sala de exposiciones. En sus orígenes albergó una pista de patinaje sobre hielo y luego se convirtió en centro de baile con la actuación de famosas orquestas de tango. Pero esa es otra historia.


Fuente: clarin.com

EL MONTE HECHO A MANO



Arte / Identidad
El monte hecho a mano

Monte completa la trilogía de libros que registra la aventura única de Belén Carballo y Ricardo Paz, empeñados durante tres décadas en recuperar las maravillas cotidianas de un pueblo.


Los colores vibrantes se destacan en los roperos y alacenas.

Por Carolina Muzi | Para LA NACION

En el patio lateral de una casa chorizo reciclada, apoyadas en solitario o reunidas en series, se suceden las muestras que encarnan con austeridad la fuerza de una variante de naturaleza autóctona. Son cortezas enormes de chañar, entreveradas ramas de huiñaj, nudos tenaces de algarrobo convertidos en tapas de mesas, en posamonturas o en cuencos simples; potente testimonio de la conjunción entre el monte y la cultura que en él hizo nido.
Guiado por Ricardo Paz, el recorrido por la galería-taller ¿museo? de Arte Étnico Argentino (uno de los primeros espacios de diseño que tuvo Palermo Viejo al despuntar los años 90) se puebla de referencias, de nombres de hacedores y de maderas, del vasto conocimiento que Paz tiene del monte, expresado aquí en dos de las vertientes iniciales de la cultura material de ese territorio: los textiles y el mobiliario. Porque es ahí, primero en los tejidos para la protección y luego en los soportes básicos de las actividades, donde se puede rastrear el origen del hábitat vernáculo, su santo y seña.
"El monte rodeaba las ciudades como un mar de árboles; esta geografía ocupaba la mayor parte del norte argentino cuando llegaron los españoles. Y fue allí donde comenzó la patria y nacieron los primeros criollos: Santiago del Estero, Córdoba, Salta, La Rioja, Jujuy, Catamarca y Tucumán. El indio aportó su hermandad con el árbol y el español, la técnica; y de aquella unión nacieron estos primeros muebles", señala Belén Carballo en la introducción a su último (y reciente) libro: Monte, muebles de la tierra argentina.
Carballo es la otra pata de esta operación de rescate de algún modo antropológico del monte santiagueño, que había iniciado Paz antes de conocerla, cuando cambió su perfil de anticuario europeísta por la indagación en las raíces propias. En 1989, el encantamiento por los objetos esenciales de la cultura montaraz los guió en un viaje fundante que, a través de los años, los llevaría a profundizar en los habitantes y en el paisaje como hacedores del entorno y, por ende, de una identidad material argentina de alcances geográficos y culturales.
A partir de la divulgación local e internacional de estas producciones, generaron, entre otras cosas, conocimiento, un nicho de trabajo con su respectiva oferta y demanda, y la recuperación de viejas técnicas y saberes en vías de extinción, que a partir de la poscrisis se replicó en otras iniciativas de rescate de artesanías nativas por las provincias. Mientras, veían de qué manera la soja transgénica y otras desmesuras arrasaban con el monte y lo que guarda. Por eso, la defensa en la que se plantaron terminó por extenderse al paisaje mismo. Y el ciclo de esa búsqueda hoy se cierra (o mejor, se abre) con la iniciativa Los silencios, una pequeña reserva de vida sustentable, un desarrollo-antídoto contra el desmonte y demás depredaciones. Y también con una publicación que, a modo de balance y legado, cataloga buena parte de aquello con lo que comenzaron trabajando: el mobiliario criollo.
En este libro, fin de una serie de tres cuidados volúmenes, la pareja reunió la experiencia de casi tres décadas en el monte santiagueño. Entre el primero, Un arte escondido, objetos del monte argentino, y este último, pasaron 15 años. En el medio publicaron Teleras, memoria del monte quichua (2006), un riguroso relevamiento de técnicas, materiales, colores y motivos de los textiles autóctonos.
"Teleras... reflejaba el trabajo de las mujeres. Monte, muebles de la tierra argentina, en cambio, está focalizado en el patrimonio de los varones carpinteros: son ellos los que trabajan la madera; y fue a través de ellos, charlando en los aleros, como fui accediendo a los saberes. Todo eso hoy está en peligro. diría que casi ya fue. Los jóvenes que diseñan están en el ciberespacio, atentos a las expresiones 'de autor' y la producción industrial que promueve cada vez más consumo y más mercado; de los orígenes anónimos, populares, y de sus técnicas en armonía con la naturaleza, nada. No se atiende ni se busca conocer esta tradición, este legado. Siendo patrimonio de la cultura material popular, es una pena que sólo sea apreciado por élites que descubren su belleza. Es material que debería verse en las facultades de diseño", señala Paz, preocupado por el naufragio digital de los más jóvenes. "En dos generaciones, con cuidado, esto se podría recuperar. Yo quiero jugar ese partido", confiesa.
"Queríamos, justamente, cerrar este corpus de conocimiento, el relevamiento de una forma de hacer, las lecciones de un saber que sigue vivo", añade Belén. Las cuestiones de diseño que aporta el libro, con la comunicación de un amplio repertorio de sillas, mesas, asientos, cunas, camas y catres, roperos y alacenas, va desde las proporciones y la ergonomía hasta el uso racional de la madera y la presencia del color. Así, más allá de su valor de registro de la cultura material, permite recorrer las tipologías básicas del mueble criollo y ofrece fichas técnicas junto a los porqués de sus formas, medidas y funciones múltiples.
Dos textos de Norberto Chaves y de Gui Bonsiepe extienden sendas miradas sobre el fenómeno del mobiliario popular y las fotografías de Andrés Barragán los muestran con elegancia a través de 259 páginas diseñadas por Rubén Fontana.
Un esmerado esfuerzo para que este patrimonio no quede sólo en el "aroma de un pasado en común, memoria incierta y ensoñación".

ADN Carballo-Paz

Belén Carballo, licenciada en Psicología con especialización en organizaciones sin fines de lucro, es gestora de proyectos de desarrollo social y cultural en el monte santiagueño como la Asociación Adobe; dirige Arte Étnico Argentino y su editorial.

Ricardo Paz es anticuario, especialista en arte étnico argentino; desde los años 80 recorre la Argentina documentando y rescatando piezas de diversas culturas y comunidades nativas, con especial foco en el monte quichua santiagueño y en su identidad criolla. Hoy se concentra en la reserva Los silencios, en las serranía de Sumampa, Santiago del Estero.

Fuente: ADN Cultura La Nación

LOS TAPICES DE LA COLEGIATA DE PASTRANA (GUADALAJARA)
CONTINÚAN SU GIRA AMERICANA
POR MEADOWS MUSEUM DE DALLAS (TEXAS)





Los Tapices de la Colegiata de Pastrana se presentarán este sábado, 4 de febrero, en el Meadows Museum de Dallas (Texas) en la exposición de los cuatro tapices restaurados por la Fundación Carlos de Amberes en 2007, bajo el título 'La invención de la gloria: El rey Alfonso V y los Tapices de Pastrana', tras permanecer hasta el pasado 8 de enero en Washington.

GUADALAJARA, 2
La exposición podrá ser visitada hasta el próximo 13 de marzo para posteriormente viajar a San Diego e Indianápolis en una gira que finalizará a primeros del año 2013.
Por su parte, el Ayuntamiento de Pastrana (Guadalajara) y la Comisión Provincial de Patrimonio han aprobado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de la Colegiata de Pastrana que, actualmente, se encuentra pendiente de resolución por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Comunidades.

LOS TAPICES

Estos cuatro tapices de Pastrana relatan las batallas del Rey Alfonso V de Portugal por la conquista de las ciudades marroquíes de Arzila y Tanger.
Tras la restauración llevada a cabo en Malinas (Bélgica), en los talleres de restauración de Witt Bélgica, ya se han podido contemplar en Gante, en el Museo del Cinquantenarie de Bruselas, en el Palacio del Infantado de Guadalajara, y en el Museo de Arte Antiguo de Lisboa.
Además, también han estado expuestos en el Museo de Santa Cruz de Toledo, desde donde partió a Estados Unidos para formar parte del programa cultural de la Embajada de España en Estados Unidos, 'Spain Arts & Culture', con el objetivo de promocionar la imagen contemporánea de España.

Fuente: Europa Press

LA FUNDACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
RESTAURARÁ LA FACHADA OCCIDENTAL
DE LA CATEDRAL DE ÁVILA






ÁVILA, 1 (EUROPA PRESS)

La Fundación del Patrimonio Histórico (FPH) restaurará la fachada occidental de la catedral de Ávila mediante un convenio de colaboración con el cabildo catedralicio para abordar la intervención que supondrá una inversión cercana a los 300.000 euros.
Según han informado fuentes de la FPH en un comunicado recogido por Europa Press, la Fundación del Patrimonio aportará el 50 por ciento del presupuesto y el Cabildo de la catedral de Ávila el otro 50.
La restauración de la fachada occidental de la catedral, han recalcado, es "de gran importancia" dado su estado actual de conservación, además de ser la entrada para las visitas turísticas al museo, claustro, altar mayor y coro y las previstas a las torres y cubiertas.
En este momento, se redacta el proyecto para lo que la Fundación del Patrimonio plantea varios estudios previos cuyos datos contribuirán a redactar el proyecto más ajustado a las necesidades del inmueble con un levantamiento planimétrico para obtener la representación gráfica de su estado actual, un estudio petrológico y catas murales.
La portada de arenisca, flanqueada por dos contrafuertes de granito, tiene "problemas graves" de disgregación de la piedra. La mayor parte del agua que cae en la terraza del nivel superior se filtra hacia los rellenos de la portada y aflora por la sillería. Al pasar, el agua disuelve las sales que, transportadas hacia fuera, cristalizan, lo que sumado al hielo y el viento causa disgregaciones, descamaciones, fragmentaciones y roturas que pueden llegar a caer a la calle.
Las palomas también contribuyen al desgaste y aportan materia orgánica y suciedad, que favorece el ataque de microorganismos y daña la piedra, igual que los líquenes y raíces de vegetación entre los sillares.
La Fundación del Patrimonio plantea también investigar las capas de enlucido del atrio y la cara interna de la fachada, original de Juan Guas, para comprender la evolución histórica de esta parte de la catedral y favorecer una contemplación mejor del interior de la fachada, del siglo XV.
En su trayectoria, la Fundación ha desarrollado más de 700 actividades de restauración, de investigación, de formación, de difusión y edición de publicaciones. Entre ellas, son más de 200 las dedicadas específicamente a la restauración y puesta en valor del Patrimonio. Por otro lado, el carácter social de la Fundación y su faceta de entidad generadora de riqueza y de empleo se ponen de manifiesto en la creación de 504 puestos de trabajo a jornada completa entre 2008 y 2011 gracias a la actividad de la Fundación.


Fuente: Europa Press

DESCUBREN UNA COPIA DE LA GIOCONDA
QUE PINTÓ UN DISCÍPULO DE DA VINCI






Descubren una copia de La Gioconda que pintó un discípulo de Da Vinci




Expertos del Museo del Prado aseguran que la obra fue realizada al tiempo que Da Vinci creaba la original. Estiman que el hallazgo cambiará el rumbo de las teorías artísticas sobre el retrato de la mujer
Conservadores y expertos del arte protagonizaron uno de los descubrimientos más importantes de los últimos tiempos en la historia del arte: una réplica de La Gioconda de Leonardo da Vinci, de acuerdo con lo publicado por el diario español El País.
La autoría de la obra se disputa entre dos de sus pupilos favoritos: Andrea Salai (quien fue amante del maestro) y Francesco Melzi.
Según datos recogidos por la publicación The Art Newspaper, los expertos del museo estudiaron durante varios meses la obra. Además debieron limpiarla y quitarle un oscuro barniz que la cubría.


Lo impresionante de este hallazgo es que el discípulo de Da Vinci habría pintado la réplica al unísono del maestro toscano en su estudio de Florencia.
Se espera que los diversos estudios que se realizan sobre la copia lleven a resultados que hasta modifiquen las teorías y las interpretaciones sobre el retrato de Lisa Gherardini, la esposa de un comerciante florentino llamado Francesco del Giocondo.

Fuente: infobae.com