POLÉMICA POR UN PROYECTO PARA CEDER VILLA OCAMPO
A LA SECRETARÍA DE CULTURA


Monumental. La casa y su hermosísimo jardín en la barranca./ARCHIVO CLARÍN




Por Guido Carelli Lynch

“(Victoria) debe estar dando vueltas en el cajón”, decía ayer con dramatismo la famosa vestuarista y productora cinematográfica Rosa Zemborain, sobrina de la legendaria Victoria Ocampo. El tiempo dirá si semejante expresión fue precipitada, pero el futuro de Villa Ocampo, la imponente casona que habitó la creadora de la mítica revista Sur en Beccar es incierto.
La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco) tomó posesión de la casa en 1979 por voluntad de Victoria, que no quería someter su legado a los vaivenes de la política doméstica. Pero ahora el organismo planea ceder en comodato la mansión a la secretaría de Cultura de la Nación. La cartera que dirige Jorge Coscia piensa inaugurar allí un “Centro Internacional sobre Políticas de Diversidad Cultural, Desarrollo y Creatividad”. Así consta en el acta (http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002265/226516s.pdf) de la Reunión del Consejo Ejecutivo que tuvo el organismo en París el 7 de marzo. Entre los objetivos del nuevo centro se destaca “canalizar la promoción del diálogo y el intercambio de información entre los Estados miembros de la Unesco sobre diversidad, desarrollo y creatividad; incorporar la cultura como elemento estratégico en políticas regionales e internacionales de desarrollo”. La suerte de Villa Ocampo quedaría sellada en la próxima reunión del organismo a mediados de abril en París. Unos días antes cerrará en esa ciudad la muestra Victoria Ocampo y Francia, que inaugura el 24 de marzo.
La Unesco pretende darle a Villa Ocampo, que recibe 25 mil visitas anuales, un “uso más estratégico y con una mejor relación costo-eficacia”. La decisión, que se discute desde 2012, responde a la situación financiera del organismo.
Según trascendidos, el año pasado Villa Ocampo exploró la posibilidad de un acuerdo con la Universidad de San Andrés, que no prosperó.
La Secretaría de Cultura confirmó oficialmente a Clarín la existencia del proyecto, que administraría la Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional de la cartera, que dirige Mónica Guariglio. La iniciativa, según el acta de la Unesco, partió de la Argentina.
A varias de las personalidades que ayudaron a poner en valor la casa –que estuvo abandonada durante dos décadas– les preocupa que entre las prioridades del nuevo centro no esté la pluralidad, una virtud que caracterizó a Victoria, quien recibía en su casa a intelectuales de las más diversas ideologías, como Graham Greene, Albert Camus, Aldous Huxley, Le Corbusier, Octavio Paz o Pablo Neruda. “Una cosa es que Villa Ocampo albergue un tal Centro; otra muy distinta es que se transforme en él”, escribieron en la carta que la lingüista Ivonne Bordelois, Sonia Berjman, directora honoraria del centro del paisaje de Villa Ocampo; y la propia Zemborain, remitieron el lunes al director de la oficina regional de la Unesco, con sede en Montevideo, Jorge Grandi. En efecto, el préstamo en comodato habilitaría al consejo directivo del nuevo centro (integrado por un representante del gobierno, otro de los estados miembros de la Unesco y un tercero de la directora general del organismo) a administrar las obras de arte, los muebles y los 12 mil libros de la biblioteca de Victoria. “Es un gran golpe para la memoria de Victoria y para Villa Ocampo”, sentenció Berjman.


Fuente: clarin.com

UNA MUESTRA EN RECUERDO DE LOS ARGENTINOS
QUE ANCLARON EN PARÍS

Con clima de armonía, ayer inauguró una exposición con gigantografías de Cortázar, Saer y muchos otros.



Figuras de dos tierras. La sala que recuerda a exiliados en París. Provincianísimo, con su mate, Juan José Saer


Por Susana Reinoso
Paris. Enviada 


Esta ciudad no está hecha para venir a agarrarse de las mechas, menos cuando está por arrancar el Salón del Libro, que esta tarde será inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner, ya encendió varias controversias de las que no salió indemne ni Ricardo Piglia, atacado por su propio sello francés Gallimard y por el director del Salón, Bertrand Morisset por su decisión de no venir al Salón, tras haber estado incluido en la programación. Los escritores, luego de la polémica en la prensa argentina y francesa, han decidido ponerse por encima de cualquier disputa política y no ser la mortadela atrapada en una baguette.
Por eso ayer hubo clima relajadado y de entendimiento entre los escritores, editores y funcionarios asistentes a la muestra Tierra de luz. Cultura y solidaridad franco-argentina, que rinde homenaje a la generosidad con que Francia recibió a los exiliados de nuestro país, a los que llegaron por decisión personal y a los otros, los del destierro forzoso. Fue en la planta baja del Ministerio de la Cultura y la Comunicación de Francia, actualmente en restauración.
Algunos autores y periodistas, tal vez fastidiados por la decisión del autor de Blanco Nocturno, gastaron algunas bromas que se diluyeron rápidamente. Tras las declaraciones de Morisset –quien calificó a Piglia de “cobarde” y “deshonesto” y dijo que había puesto condiciones dignas “de una estrella de rock”–, Piglia ayer dio a conocer un comunicado en el que aclara que su pasaje lo pagaría la editorial y no el Salón y que su exigencia consistía en que hubiera un homenaje a Juan José Saer y no participar en mesas redondas. “Me parece que monsieur Morisset se ha tomado en serio la idea de que la literatura argentina se divide en K y anti K”, dice el autor.
Desde Buenos Aires, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, opinó: “La literatura argentina no puede ser amputada. Omitir es censurar y los funcionarios deberían ahorrarle a la Presidenta estos malos momentos como ya sucedió en Frankfurt y en Venecia”.
Hay dos instancias bien diferenciadas: la realidad de los escritores invitados que quieren ver sus libros traducidos en Francia y con ejemplares luciendo, por estos días, en las librerías parisienses, alejándose de los vaivenes de la coyuntura política que quedó del otro lado del océano, y la de la presidenta Cristina Kirchner, que sostuvo ayer una agenda distinta a la movida cultural desplegada en torno del Salón del Libro.
A la inauguración asistieron la joven ministra de Cultura francesa Aurélie Filipetti , simpática y entusiasta, el secretario de Cultura Jorge Coscia, el Director Nacional de Industrias Culturales, Rodolfo Hamawi; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, las madres de Mayo Marta Vázquez y Taty Almeida, así como todos los escritores invitados al Salón y algunos editores: Daniel Divinsky, de De La Flor; Carlos Díaz, de Siglo XXI, y Julia Saltzmann y Augusto Di Marco, por Alfaguara, que acaba de ser adquirida por Peguin Random House. Alfaguara es la titular de los derechos de la obra de Cortázar, que será homenajeado en el stand argentino.
La exposición fue abierta ayer como un homenaje de Francia a la Argentina para mostrar la cooperación del país galo durante los años de dictadura y aún con emigrados voluntarios. Montada con gigantografías de los más representativos argentinos que se refugiaron en París, están Julio Cortázar, María Elena Walsh, Gyula Kosice, Juan José Saer, Miguel Angel Estrella, Hugo Santiago, Mercedes Sosa, Envar El Kadri. La lista es más larga: Ricardo Carpani, Jorge Lavelli, Julio Le Parc, Antonio Seguí, Arnaldo Calveyra, Marilú Marini, Alfredo Arias, Alicia Dujovne Ortiz, Astor Piazzolla, Jorge Donn (y queda injustamente olvidado Héctor Bianciotti).
Uno de los textos señala que la muestra rinde homenaje al pueblo francés que tendió la mano a cientos de intelectuales y artistas argentinos exiliados en la Ciudad Luz.
Tras la inauguración, sin discursos, los escritores y editores compartieron una vernissage a la que no tuvo acceso la prensa.

“Usted es de los que mienten”

A medida que los invitados llegaron a la inauguración, pudo verse al politólogo Ernesto Laclau, un referente intelectual del kirchnerismo y teórico del populismo, saludando a Silvia Baron Supervielle y a la Directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, Magdalena Faillace.
Clarín lo siguió para preguntarle su opinión acerca de Cortázar, un crítico de los populismos durante su juventud: “Fue uno los grandes de la literatura argentina y cumplió con su deber político”.
-¿Deber político?
-Sí, en la literatura.
Laclau no andaba con ganas de contestar, de modo que gambeteó el diálogo preguntando quién era la cronista. Al escuchar: Clarín, sonrió y alejándose dijo: “Ah! Usted es de los que mienten”.
Laclau acaba de convertirse en el titular de un instituto estandarte en el estudio de los populismos en América latina, en la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

La discusión llegó a The Economist

“Lo que tenía que ser una celebración está teñido de controversia”, concluye el semanario inglés “The economist” en un artículo sobre la presencia argentina en el Salón del Libro de París. El semanario destaca que el país tiene una de las literaturas más sofisticadas de América latina pero también una tradición en tratar de silenciar a sus autores críticos. Se señaló, dicen, que la delegación está integrada por adherentes al gobierno y quienes no expresan opiniones.

Fuente: clarin.com

UNA CÁMARA HISTÓRICA SE REMATA EN VIENA

La cámara Hasselblad 500EL utilizada por el piloto Jim Irwin del módulo lunar APOLO, de la NASA,  modelo 1968,  es exhibida antes de la subasta en la galería Westlicht de Viena, Autria, el 21 de marzo de 2014. El precio base en la subasta es de 80.000 euros. (AFP / ALEXANDER KLEIN)

La cámara Hasselblad 500EL utilizada por el piloto Jim Irwin del módulo lunar APOLO, de la NASA, modelo 1968, es exhibida antes de la subasta en la galería Westlicht de Viena, Autria, el 21 de marzo de 2014.
El precio base en la subasta es de 80.000 euros.


Foto: AFP / ALEXANDER KLEIN

UN LABERINTO DE ARTE

Museo del Hermitage. En sus 400 salas se exhibe una mínima parte de sus tres millones y medio de piezas. Impresiones de un cronista que se perdió allí.

RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
Más que la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Catedral de San Isaac, la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada, su subte bien profundo o el río Neva –la morada final de Rasputín–, el órgano emotivo central de esta ciudad es el Hermitage –durante siglos palacio de invierno de los zares–, sólo comparable por su empacho artístico con el British Museum, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Louvre de París.
Los guardias desganados y de mirada apática para los que estas escenas son meras fotocopias del día anterior –hordas de turistas de todas partes del mundo que se cuelan y gritan– al fin abren las rejas. Y el malón pasa de largo un cartel electrónico que lleva la cuenta regresiva hacia el 250° aniversario del museo –este año– creado por la zarina Catalina La Grande en 1764.
Luego de dejar toneladas de mochilas en los guardarropas subterráneos, la multitud de visitantes se lanza a una maratón imposible: ver tres millones y medio de piezas de arte distribuidas en 400 salas. Alguien ya se tomó el trabajo de hacer el cálculo: si se contemplase durante un minuto cada obra –entre las que están la “Madonna Litta” y la “Virgen de la Flor”, de Da Vinci; “El almuerzo”, de Velázquez; “Baco”, de Rubens, y obras de Rafael, Tiziano, El Greco, Goya, Van Dyck, Rembrandt, Monet, Van Gogh, Gauguin, Picasso, Kandinsky y Malevitch–, el recorrido completo duraría más de cuatro años.
Más que un museo, el Hermitage –el escenario de la película El arca rusa, de Aleksandr Sokúrov– es un laberinto en el que cada giro alienta la desorientación y provoca los más variados encuentros: con guardias ancianas dormidas en sus sillas y con recuerdos de robos y de despreciables ataques, como el del vándalo que en 1985 lanzó ácido sulfúrico contra la “Dánae” de Rembrandt. Por los pasillos del Hermitage circulan todo tipo de historias. Se dice, por ejemplo, que 65 gatos patrullan los sótanos para evitar que las ratas dañen sus tesoros.

RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.


En los salones del museo se percibe la fuerza que impone el cara a cara con colecciones que representan una galaxia de pueblos y culturas. Los restos del Egipto faraónico se mezclan con los de las antiguas Grecia y Roma. Frescos budistas, porcelanas francesas y el célebre cuadro “La Danza”, de Matisse, se empalman con techos, sillas y escritorios rebosantes de oro, salones recargados en estilo neoclásico y barroco ruso, destellos del esplendor zarista.
La solemnidad se enreda con la gula visual del visitante. Las cámaras fotográficas son los verdugos tanto de la memoria como de la contemplación desnuda. No se mira ni se disfruta, se consume. Se fotografía como un acto de apropiación. Con las horas, sin embargo, el entusiasmo se aplaca. Se convierte en otra cosa: sopor. Lo majestuoso y el exceso suntuoso de los Romanov se vuelve más de lo mismo: pasado petrificado y congelado detrás de una vidriera o de una cinta. Los innumerables nombres de pintores y escultores se confunden en un gran pastiche. En el recuerdo, se vuelven un remix. Sólo permanece una sensación vaga de haberse perdido en un pasado encapsulado en un edificio verde, una cárcel de cristal con una historia tan ajetreada como la personalidad rusa: un edificio sucesivamente bombardeado, cuyas colecciones fueron trasladadas a Moscú durante la revolución bolchevique y luego a los Urales en la Segunda Guerra Mundial.
Es imposible entender una ciudad sin sus museos y un museo sin su ciudad. El caos interno del Hermitage es así la prolongación del ritmo de una San Petersburgo vívidamente violenta que, pese a los locales de Mc’Donalds, Starbucks y Subway, aún habita en el siglo XIX

Fuente: Revista Ñ Cultura Clarín

EN LA CITY PORTEÑA, UNA OBRA DE ARTE DE CEMENTO

La sede del antiguo Banco de Londres es un referente de la Arquitectura Moderna y otro legado del genial Clorindo Testa.

Reconquista y Bartolomé Mitre. El edificio, hoy sede del Banco Hipotecario, rompe la monotonía de la zona

Por Eduardo Parise

Es como encontrar una jirafa caminando en medio de una gran manada de elefantes. En plena City porteña y rodeada de edificios de clásicas estructuras bancarias (es decir: con fachadas macizas y espacios de accesos casi clausurados) la construcción sobresale con tanta claridad que, si uno pasa por allí y no le llama la atención, es porque justo en ese momento estaba con los ojos cerrados.
Alguna vez la definieron como “una escultura hecha en hormigón”. Y aunque no se trate propiamente de una escultura, la sede del ex Banco de Londres y América del Sud (actual Banco Hipotecario Nacional) es una obra de arte.
Lo que realmente no deja de sorprender es que el edificio, que está en una esquina del cruce de Reconquista y Bartolomé Mitre, a escasos cien metros de la Plaza de Mayo, ya tiene 48 años. Se empezó a construir en 1960 y se inauguró seis años más tarde. Tiene una superficie total de casi 80.000 metros cuadrados y fue pensado por el genial Clorindo Testa, como asociado con el estudio SEPRA, de los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini.
El planteo inicial fue formulado en 1959 para un concurso privado y fue tal el impacto que causó que se convirtió en un símbolo fundamental de la Arquitectura Moderna del país y referente mundial.
Definida dentro de lo que los especialistas denominan brutalismo, la obra es fiel representante de ese estilo surgido del Movimiento Moderno, que tuvo su auge en las décadas de 1950 a 1970. El término se origina en la expresión francesa béton brut (hormigón crudo), que solía usar el arquitecto suizo Charles Edouard Jeanneret-Gris (1887-1965), más conocido como Le Corbusier. Después, el crítico de arquitectura Reyner Banham la simplificó directamente como brutalismo.
Las construcciones de ese estilo muestran geometrías angulares que se repiten y dejan a la vista las texturas de los moldes que se usaron para darle su forma al material. Y esa es la principal característica del edificio de Reconquista y Bartolomé Mitre.
Dentro, tanto los tres subsuelos como los seis niveles superiores (llegan hasta los 26 metros de altura), cumplen con una consigna especial: todo funciona como un espacio único que se convierte en una prolongación de las calles. Los dos primeros niveles son para atención al cliente; los restantes, para uso interno. Para completar tanta belleza plástica, en el interior se destaca una escalera-torre-mirador que posibilita múltiples puntos de vista a quien recorre el lugar. Obviamente, también está moldeada en duro hormigón, aunque no lo parece.
En su momento, el edificio generó polémica porque rompía con ese estilo tan formal de la City. Con los años, aquellos cuestionamientos se fueron aplacando a pesar de que muchos no terminan de aceptarlo.
Entre 1988 y 1998 el ex Banco de Londres y América del Sud perteneció al Lloyds Bank y luego fue comprado por el Banco Hipotecario Nacional para su sede.
Por supuesto que no fue la única obra que provocó debate. También una construcción pensada en 1962 por Clorindo Testa, junto con Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich, sigue siendo tema de conversación para entendidos y no tanto. Se trata de la Biblioteca Nacional, inaugurada finalmente en 1992. El año pasado, un encuesta de Clarín realizada entre personas no especializadas en arquitectura consideró a la Biblioteca como el edificio más feo de Buenos Aires, aunque para otros era el más lindo. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

MONUMENTO A COLÓN:
NAUFRAGA SIN TIERRA FIRME NI DESTINO A LA VISTA

La estatua fue sacada de su base el 29 de junio de 2013; hoy, sigue desmantelada detrás de la Casa Rosada  Foto: Archivo / Rodrigo Néspolo
La estatua fue sacada de su base el 29 de junio de 2013; hoy, sigue desmantelada detrás de la Casa Rosada.


Parece una paradoja más de la Historia, pero traspolada a los tiempos modernos: quien hoy navega con rumbo incierto no es el mismísimo Cristóbal Colón, sino su monumento porteño. Luego de que la Presidenta ordenara, el año pasado, quitarlo de la plaza que está detrás de la Casa Rosada, y donde hoy sus partes se deterioran tras haber sido desmantelado con la excusa de su restauración, el gobierno porteño le busca un destino en la lotería de espacios verdes libres que hay en la ciudad.
Descartada la posibilidad de mudarlo a Mar del Plata, como fue la idea inicial de la Presidencia, en el mapa porteño ya se apuntó un puñado de sitios para emplazarlo, pese a que la Justicia nunca autorizó su traslado y varias asociaciones italianas aún litigan para que el complejo escultórico sea repuesto y se mantenga allí donde, por ley, fue puesto , en 1921.
La Nación y la Ciudad acordaron elegir una nueva morada para el monumento a Colón, a sabiendas de que, tarde o temprano, deberá abandonar el patio trasero de la Rosada. Así lo pidió la Presidenta, para reemplazarlo por una escultura de Juana Azurduy, que ya está en etapa de fundición.
Primero se propuso instalarlo frente al aeroparque metropolitano, pero se descartó porque allí podría interferir con la seguridad aérea. Luego llegó la idea de llevarlo a Puerto Madero, pero eso no les gustó a los más altos funcionarios del macrismo. Más tarde se pensó en una de las tres rotondas de la avenida Escalada, en Villa Lugano, con la idea de "revalorizar la zona" cercana al parque Indoamericano. Pero las asociaciones de italianos se negaron rotundamente.
Luego fue el turno de la plaza Rubén Darío, en Recoleta, a metros del Museo de Bellas Artes. Pero los primeros resultados técnicos indicarían que el suelo no soportaría las 623 toneladas que pesa la escultura de 26 metros de alto. Desde el viernes pasado se le comenzó a buscar otro sitio. ¿Adónde iría Colón? Ahora analizan instalarlo en el parque Lezama.
Esta elección, que no tiene el visto bueno de las asociaciones italianas que aceptarían mudarlo -la colectividad está dividida y otros grupos directamente rechazan el traslado del Colón de su lugar original- es tan curiosa como poco estudiada.
Según fuentes de la Ciudad, se propuso ese lugar por el sentido que le daría el nombre de las calles que se cruzan en el parque Lezama: Paseo Colón y Almirante Brown, el irlandés nacionalizado argentino que se convirtió en el primer almirante de la fuerza naval del país. El juego de coincidencias acicateó a los funcionarios porteños en la búsqueda de un nuevo emplazamiento.
Pero... los italianos que aceptan el traslado prefieren que la estatua del navegante genovés sea ubicada en Recoleta, cerca del Monumento de los Españoles, preferentemente, y con una presencia "destacada" que pueda otorgarle brillo propio.
Qué hacer con el monumento a Colón forma parte incluso de las reuniones de gabinete. Ministros tiran "lluvias de ideas" para opinar dónde reubicarlo. La Cámara Federal en lo Contencioso Administrativo confirmó que la estatua no puede ser removida de su lugar original, aunque sí puede ser desmantelada con fines de restauración.
"No es una decisión caprichosa. Queremos sacar a Cristóbal Colón para instalar al lado de la Casa Rosada una representación de toda la historia de los argentinos, de toda la sangre derramada... queremos poner a Juana Azurduy, esa heroína de la independencia", había dicho en julio pasado Cristina Kirchner.
Para la Ciudad, desde entonces, al traslado de Colón sólo le faltan un lugar y una fecha. Acordaron con la Nación mudarlo con el apoyo de algunas asociaciones de italianos (Comites, Fediba, Felitalia), siempre y cuando se instale en Recoleta y se preserve su integridad. Sin embargo, otras representantes de la colectividad italiana (como la Asociación Italiana de Socorro Mutuo y Cultura Nazionale y el Círculo de Italianos, además de otras ONG) presentaron un amparo y realizaron asambleas para impedir su mudanza, tal cual establece una ley vigente de 1907.
Así las cosas, hoy nadie toma una decisión en pos de la preservación de la estatua del escultor italiano Arnaldo Zocchi, donada por la colectividad italiana en el Centenario de la Revolución de Mayo.
Claudio Avruj, subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la ciudad, explicó que las asociaciones que representan a la mayoría de la colectividad italiana avalan un traslado, pero a Recoleta. "Comites, Fediba y Felitalia nos pidieron que, ante la desidia que hay sobre el Colón, consensuemos con el Gobierno para que el monumento sea reubicado cerca de la embajada italiana y del Monumento de los Españoles, y que mire al río", explicó.
Otras entidades de la colectividad y varias ONG insisten en rechazar su traslado. En el medio, volteado en el piso detrás de la Casa Rosada, el monumento a Colón naufraga, por ahora, sin tierra firme a la vista.


Juana Azurduy está en fase de fundición

La estatua iba a estar lista en enero; el escultor admite demoras


Por Ángeles Castro / LA NACIÓN


La estatua de Juana Azurduy que el gobierno nacional pretende colocar en la plaza Colón en reemplazo del monumento al navegante genovés todavía no fue terminada ni tiene fecha oficial de inauguración, aunque podría ser en julio próximo.
La confección de la escultura en homenaje a la boliviana que luchó por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata es financiada por el gobierno de Bolivia. El presidente Evo Morales destinó para ello una donación que supera el millón de dólares.
El trabajo fue encargado al escultor argentino Andrés Zerneri. En octubre pasado, el artista plástico había anticipado que la estatua, realizada en bronce y de 9,5 metros de altura, estaría lista en enero de este año; es decir, hace dos meses. Pero no fue así.
"Está demorada. El molde fue dividido y ahora está en etapa de fundición. Todavía no hay una fecha confirmada para su instalación", dijo el escultor a La Nación la semana pasada.
El molde al que hace referencia fue elaborado en yeso por Zerneri en uno de los galpones de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Según explicó oportunamente el artista, la fundición -ahora en proceso- demandará ocho toneladas de bronce. Luego comenzará el ensamblado final, que, estimó, tomará cuatro meses.
Así, la estatua de Juana Azurduy podría estar lista justo a tiempo para el 12 de julio, cuando se celebra el Día de la Confraternidad Argentino-Boliviana. "Ésa es la fecha extraoficial de inauguración. Pero nunca hubo una oficial. La información la dará la embajada de Bolivia en Buenos Aires", aclaró Zerneri.
Desde el área de prensa de la sede diplomática, una persona que sólo se identificó como Jorge respondió que aún no hay precisiones y que, cuando las haya, serán convenientemente difundidas por la embajada.


Fuente: lanacion.com

ARTE: MIRAR Y SER MIRADO

YO, nosotros, el arte

La investigación encarada por la curadora Laura Malosetti Costa para la Fundación OSDE descubre el lado oculto, o si se quiere íntimo, de los grandes artistas de dos siglos, desde Fader hasta Greco, de Spilimbergo a Ana Gallardo, en una muestra histórica


Por Julio Sánchez / Para LA NACIÓN

Fue mimado por el público, las empresas y los medios. De origen humilde y boquense de alma, se destacó por su generosidad con sus colegas. En un corrillo de artistas alardeaba de sus muestras de aquí y de allá, de su contrato con una exclusiva tarjeta de crédito, de su aparición en la televisión con la conductora de moda, de su próximo libro, de la crítica que lo elogiaba, sus proyectos, sus éxitos, su futuro cada vez mejor, hasta que en un rapto de ubicación frenó su panegírico y con su tono campechano dijo: "Estoy hablando demasiado de mí, perdón. Che, Pepe, hace rato no nos vemos, contate algo, decime: ¿qué opinás de mi última muestra?"
Cientos de anécdotas como ésta podrían contarse sobre el artista y su ego. Desde una perspectiva más seria ha sido objeto de investigación para la historiadora del arte Laura Malosetti Costa, que presenta en el Espacio de Arte de la Fundación OSDE un conjunto de obras que denominó YO, nosotros, el arte . Malosetti parte de una premisa clara: "De todos los factores que han sostenido y sostienen 'el mundo del arte' en nuestra sociedad, la figura del artista parece la más sólida y duradera, más que las obras mismas; la excepcionalidad de los artistas, el enigma que los rodea, se sostiene en un diálogo entre su manera de presentarse -y autorrepresentarse- y lo que otros actores (mercado, crítica, público, instituciones) construyen alrededor".
Un plotter de sólo dos letras gigantescas, un YO rotundo, recibe al espectador en el piso superior de la ex mueblería Maple. Ocho ejes temáticos ordenan las obras: "Nosotros", "El artista y su modelo", "Cuestiones de estilo", "El espejo", "El taller", "Héroes y mártires", "El cuerpo político" y "El mundo del arte". Abundan los autorretratos, que van desde la más brusca soledad del taller hasta el límite de la caricatura y el ridículo, pero también hay retratos colectivos, lugares de trabajo, modelos y otras variantes.


 Foto: Gentileza Fundación Osde
Ana Weiss de Rossi

El artista fluye como un río en su "grupo de pertenencia". El Museo Nacional de Bellas Artes prestó un magnífico óleo de Mario Canale llamado La noche de los viernes , de 1914, donde seis caballeros alrededor de un sillón parecen discutir la imagen de un libro; el brillo de los zapatos de Walter de Navazio, la cadena del reloj de otro y el puro que fuma Rogelio Yrurtia le dan a la reunión un aire más aristocrático que bohemio. En el otro extremo se sitúa Asado en Mendiolaza , la foto de Marcos López que evoca La última cena de Leonardo da Vinci, aunque con un sentido bien profano; aquí algunos artistas cordobeses comparten un asado al aire libre, los tablones sobre caballetes, el vino en damajuana y cajas de cartón, las ensaladeras de plástico y camisetas informales (cuando no torsos descubiertos) distan mucho del aspecto distinguido de los amigos de Canale.
En otro capítulo de la muestra asistimos a la intimidad del taller donde solía posar una modelo; esta situación, la de una mujer como objeto de representación de un hombre, fue la base angular de los estudios de género que cuestionaron el patriarcado. Un caso rarísimo rescatado por la curadora es el gran óleo de Ana Weiss de Rossi, de 1938, prestado por el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil. La oscuridad del ambiente y la disposición de la mujer desnuda sobre un camastro recuerda la Olimpia de Manet; donde el francés ubicaba a la sirvienta de color con un ramo de flores, la argentina esboza en penumbras la figura de su esposo pintando. ¿Por qué no se representó a sí misma? ¿Acaso se consideraría lésbico que una mujer pintara el desnudo de otra? ¿O el patriarcado era tan fuerte que no se concebía que una mujer pintara a un varón desnudo?

 Foto: Gentileza Fundación Osde
Fermín Eguía
Una pequeña acuarela de Fermín Eguía es toda una declaración de principios; retomando la iconografía tradicional del Ecce Homo -cuando Poncio Pilatos presenta a Jesús frente a la multitud- el artista pinta Ecce pincel . Aquí el humillado es la clásica herramienta de la pintura, expuesta a una multitud enardecida que pide su cabeza. "Amasijalo" y "Muerte" se puede leer en las pancartas; una metáfora del sacrifico y los embates que ha sufrido la pintura en los últimos años.
Marta Minujín aparece con la documentación un happening de 1963 en París; un día de junio llevó sus obras a un terreno baldío, donde éstas fueron destruidas a hachazos y luego prendidas fuego con una antorcha. Acto seguido, Minujín soltó quinientos pájaros al aire y cien conejos recibieron a los bomberos parisinos que acudieron a apagar el happening .
Ser es ser percibido, decía el filósofo inglés Berkeley, y esto parece ser más actual que nunca en el imperio de los medios de comunicación. "Vida pública" es un sector especial curado por María Isabel Baldasarre y se dedica a la presencia de los artistas en la prensa gráfica desde fines del siglo XIX hasta hoy. Fotografías de diarios y revistas dispuestas como en el cuarto de un adolescente (o los paneles de Aby Warburg para los más eruditos) reflejan las estrategias utilizadas por algunos creadores para construir una imagen pública del "ser" artista.

Ficha.
YO, nosotros, el arte en Espacio de Arte Fundación OSDE (Suipacha 658, 1er piso), hasta el 3 de mayo.

Fuente: ADN Cultura La Nación

SUBASTAN LA MEDALLA DE UN PREMIO NOBEL ARGENTINO

Carlos Saavedra Lamas, primer premio Nobel de la Paz argentino.
La medalla del Premio Nobel de la Paz argentino Carlos Saavedra Lamas irá a subasta en Estados Unidos, a un valor inicial que no trascendió.
El entonces canciller Saavedra Lamas recibió el premio en 1936, por sus gestiones que pusieron fin a la Guerra del Chaco de 1932-25 entre Bolivia y Paraguay. Fue el primer argentino en recibir el Nobel.
Tras la muerte de Saavedra Lamas en 1959, la medalla cambió de manos varias veces. Un coleccionista estadounidense la consiguió hace unos 20 años en una casa de empeños.
Es la segunda medalla Nobel que llega a una subasta. Será vendida el 29 de marzo en Baltimore por la casa neoyorquina Stack's Bowers Galleries. El oro de la medalla vale unos 9.000 dólares a los precios actuales de mercado. Pero como objeto histórico de colección, su valor es mucho mayor.


Fuente:clarin.com

VIAJE AL 1900 EN EL MUSEO DE TIGRE

La nueva directora, la historiadora del arte María José Herrera, anunció muestras sobre los siglos XIX y XX.








Renovación. Herrera es la actual presidenta de la Asociación de Críticos de Arte de la Argentina. / LORENA LUCCA

Por Mercedes Pérez Bergliaffa

 

Por El Delta hay aires de renovación: el Museo de Arte de Tigre (MAT) tiene desde hace poco una nueva directora. Se trata de la historiadora del arte María José Herrera, quien reemplazará a la arquitecta Diana Saiegh, luego de un período –post-dirección de Saiegh– en el que el MAT quedó a la espera de la designación de un director. Ahora, con Herrera a la cabeza, el museo toma impulso. ¿La primera modificación?
“Considerar a este lugar una casa-museo y no solamente un museo”, comenta Herrera. “La casa, como sitio histórico y arquitectónico, es tan importante como la colección que alberga. Por eso también vamos a sacar todas las paredes falsas y dejar a la vista las originales”. Herrera tiene razón: la bella construcción creada por los franceses Luis Dubois y Pablo Pater en 1912, es histórica y representativa de esa clase alta porteña que hace 100 años pasaba en El Tigre los fines de semana, dispersándose. El edificio funcionó como club de tenis, golf y regatas, y más tarde, en 1927, como casino; fue desmantelado en 1933, cuando se prohibieron los juegos de azar cerca de Buenos Aires. Recién se abrió como museo en 2006.
De toda la zona va a ocuparse Escenas del 1900, una exposición pensada para mayo que, según adelantó Herrera, “contará la historia del lugar, del Tigre Hotel (que fue quemado) y del Tigre Club (donde ahora funciona el MAT). También la de los diferentes clubes de remo, cada uno de ellos fundado por una colectividad distinta: la suiza, la italiana, la inglesa… Esta primera muestra tendrá cuatro grandes obras, comisionadas a los artistas Delia Cancela, Horacio Zabala, Jorge Gamarra y Norah Correas”.
“Este y todos los museos son lugares de encanto, abiertos a un tipo de receptividad y de sensaciones que no ocurren en otros lugares. Quiero acentuar eso”, comenta sobre la idea de casa-museo la nueva directora, quien fue jefa de investigaciones del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) por 17 años, y tuvo un breve paso como directora artística del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA), además de ser la actual presidenta de la Asociación de Críticos de Arte de la Argentina.
Durante la reunión oficial que mantuvo hace unos días con la prensa y las autoridades, Herrera detalló, paso a paso, las próximas exposiciones y el nuevo rumbo del MAT. Y desde el vamos el anuncio fue original, porque la ceremonia –en la que estuvo el intendente de Tigre, Julio Zamora–, adoptó una nueva modalidad: para acceder a ella, los invitados llegaron desde el microcentro de la ciudad de Buenos Aires hasta el centro de Tigre por agua y no por tierra. Saliendo en un barco mediano desde Puerto Madero, recorriendo toda la orilla de Buenos Aires y la del propio Delta, se veía cómo iba quedando atrás la masa de edificios grises, confundiéndose con una espesa nube plomiza de smog; y también cómo el cielo azul y el aire limpio se iban abriendo paso. Pasando San Fernando, la vegetación y las viejas carcasas de barcos antiguos comenzaban a ser mayoría, al igual que los camalotes, que iban y venían, meciéndose. A punto de desembarcar en el corazón de Tigre, el estrés de la ciudad había quedado olvidado y el edificio de estilo neoclásico del MAT nos esperaba.
Una de las cosas más interesantes que se expondrán en Escenas del 1900, según se anticipó, serán viejas películas mudas filmadas en El Tigre alrededor de 1915: mostrarán las formas sociales de la “nueva modernidad”, la moda, el paisaje… La vida cotidiana de la zona. Otro de los núcleos de la exposición estará destinado a las antiguas mujeres pintoras del Delta, hasta ahora dejadas fuera de la historia del arte oficial (como la hermana del escritor Rafael Obligado, María Obligado de Soto y Caló). También se mostrarán pinturas de géneros considerados “menores”, realizados por mujeres a fines del siglo XIX y principios del XX, como las cartas de visitas y los menúes.      La segunda muestra del año estará dedicada a los pintores del siglo XIX de la Argentina, presentes en la colección del MAT. Y la tercera será un homenaje a los históricos acrílicos Paolini, tan importantes para los artistas op, cinéticos y pop locales.
Es evidente, se vienen vientos de cambio en el MAT. Ahora hay que esperar a que la nueva gestión inaugure sus muestras.

Fuente: clarin.com

DESTACADA MUESTRA DE LA COLECCIÓN MUNIZ BARRETO

Será exhibida por primera vez y es una de las más numerosas del Museo de La Plata. Incluye partes de la colección arqueológica, diarios de viaje, mapas y otros objetos de documentación de gran valor histórico
Exhibición Arqueológica Muniz Barreto

La colección Muniz Barreto es una muestra exhaustiva de una vasta región cultural de nuestro país y una de las más numerosas del Museo, cuya importancia reside en el hecho de que sus piezas, exhibidas por primera vez, están acompañadas por una minuciosa documentación que incluye diarios de viaje, libretas de campo, cuadernos, cartas, mapas, fotografías y planos de sitios donde se realizaron las excavaciones arqueológicas.
La magnitud material de la colección, que incluye 12 mil piezas de alta calidad artística, sumada a la riqueza de la documentación que la acompaña, hace que se destaque como uno de los registros arqueológicos más minuciosos de la época en aspectos referentes a datos de excavación, tipos de tumbas, habitaciones y de las piezas asociadas.
Se inauguró ayer en la Sala Víctor de Pol del Museo de La Plata (Paseo del Bosque s/n) una exhibición con partes de esta colección que abarca un lapso temporal de envergadura calculado en 2.500 años, en los que se desarrollaron diversas culturas arqueológicas como las de Tafí, Ciénaga, Aguada, Belén y Santamaría.
Esta vasta compilación es el resultado excepcional de los trabajos de campo y relevamientos topográficos de sitios de ocupación prehispánicos y coloniales realizados por el Ingeniero Vladimiro Weiser durante la década de 1920 en las provincias de Jujuy, Tucumán y Catamarca.
El Arqueólogo Salvador Debenedetti fue el director general de las investigaciones y responsable de la clasificación y catalogación de los materiales hallados, mientras Weiser, Friedrich Wolters y otros miembros del equipo documentaban las actividades en el campo, elaborando mapas y planos de los sitios, en tanto que el dibujante Martín Jensen realizaba los bocetos complementarios.
Las campañas fueron patrocinadas y financiadas por Benjamín Muniz Barreto, un acaudalado estanciero de la provincia de Buenos Aires de origen brasileño, que dedicó su vida y fortuna a recuperar tesoros arqueológicos. La gran cantidad de piezas recolectadas durante estas expediciones lo impulsó a instalar un museo en la ciudad de Buenos Aires, con una serie de salas para exponer los materiales y lugares de estudio para sus investigadores.
Las expediciones fueron registradas en 1200 fotografías tomadas por Segundo Finizzola, documentando en forma más detallada las labores que se estaban realizando en las regiones circundantes y sitios donde se hallaban y los elementos que, por su fragilidad, excesivo peso o tamaño, no podían ser transportados.
Todos los sitios y los materiales están documentados exhaustivamente en treinta y nueve libretas de campo y cuadernos con diarios de viaje que contienen dibujos de los materiales en su posición de hallazgo, detalles de viviendas, paredes, cimientos, cámaras mortuorias, murallas defensivas y ochenta y dos planos de sitios arqueológicos.
Las libretas y apuntes, totalmente escritos a lápiz, muestran esquemas detallados de tumbas donde en ninguna pieza dejan de notarse según las posiciones en que se encontraron. Las hojas describen con perfección los relevamientos sobre terreno de las extensas poblaciones, realizadas con una exactitud que aún hoy asombra a los especialistas.
Dado el progreso e información logrados en técnicas y métodos de investigación arqueológica, estos minuciosos registros siguen conservando su valor por la exactitud, orden y detalle.
El trabajo esquemático de Weiser y el asesoramiento de Debenedetti son el reflejo de la ductilidad, vasta y profunda formación cultural e interés constante que caracterizó a los científicos de esa época, lo que permitió encarar los trabajos de investigación arqueológica de campo de una forma excepcional.
Enfermo ya, en sus últimos años de vida Benjamín Muniz Barreto ofreció parte de la colección al Museo de La Plata, en el cual ya se hallaba depositada desde 1931, muriendo en agosto de 1933.


Fuente: infonews.com

COLÓN: ARROGANCIA Y DESPRECIO POR LA HISTORIA

A pesar de la oposición de ONG, colectividades italianas y porteños orgullosos de su patrimonio, el grupo escultórico será trasladado de su emplazamiento original
La estatua de Colón, ahora yacente: símbolo de una gran injusticia  Foto: Archivo
La estatua de Colón, ahora yacente: símbolo de una gran injusticia. Archivo LN


Editorial I del diario La Nación, de Buenos Aires, 12 de marzo de 2014.

COLÓN: ARROGANCIA Y DESPRECIO POR LA HISTORIA

De nada valieron los recursos de amparo presentados ante la Justicia, ni la medida cautelar dictada por ésta, ni el reclamo unánime de las colectividades italianas y de tantos porteños interesados en la preservación de su patrimonio histórico y cultural. El monumento a Cristóbal Colón no sólo yace hoy completamente desguazado, en la plaza del mismo nombre, detrás de la Casa Rosada, sino que es el testimonio irrefutable de que se obedeció al capricho presidencial de quitarlo de su lugar original y, también, de la falta de transparencia en el manejo de la cosa pública tanto de parte del gobierno nacional como del de la ciudad de Buenos Aires.

Como ya se publicó en estas columnas editoriales, por un acuerdo hecho entre ambas administraciones en diciembre pasado, se le buscará al monumento del almirante algún otro emplazamiento en la ciudad -se discute todavía que pueda ser en una plaza de Recoleta o en Villa Lugano-, mientras que el lugar detrás de la Casa Rosada será ocupado por el monumento a Juana Azurduy donado por el gobierno de Bolivia.
La mayoría de las asociaciones de la comunidad italiana coinciden en rechazar la medida del traslado; ayer se hizo una reunión frente a la Pirámide de Mayo y se continuará con otras, con la intención de presentar finalmente un petitorio para que se prohíba el traslado del monumento y requerir su inmediata reconstrucción y puesta en pie en la plaza Colón.
Como se recordará, una de las razones esgrimidas en su momento por el gobierno nacional para comenzar las tareas de desmantelamiento del grupo escultórico fue que se trataba de trabajos de restauración y mantenimiento. Esto fue hecho contrariando lo aconsejado en los informes presentados por especialistas en preservación sobre el peligro de desmontar el monumento, que sufriría fisuras y otros daños.
Hoy, ante el hecho consumado del desguace ya completado, es válido preguntarse si aún puede sostenerse el engañoso argumento de que se podrá hacer el traslado a algún otro punto de la ciudad. Porque ¿cómo reconstruir la belleza de un monumento tan representativo de la cultura de la Argentina, forjada por dos pueblos unidos por lazos de sangre y por una historia de integración total a una nueva patria?
Es mucho lo que estaba y está en juego detrás de este verdadero atropello que una vez más se ha cometido contra las decisiones de la Justicia y ante los fundados reclamos que han ido presentando distintas ONG y las colectividades italianas. Quitar la estatua del descubridor de América es un gesto de arrogancia, por un lado; de profundo desconocimiento de la historia, por otro, y de enorme desprecio hacia los sentimientos de los ciudadanos de Buenos Aires para con su patrimonio, un símbolo de fraternidad que fue justamente fruto de una donación del pueblo de Italia en el Centenario de la Revolución de Mayo. Todo eso es lo que se ha destruido ahora y ante la vista de todos.

Fuente: lanacion.com

PROPONEN AL HÁBITO PORTEÑO DEL CAFE
COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

El Ministerio de Cultura de la Ciudad presentó ante la Unesco el pedido de declaración; el organismo supranacional hizo sugerencias; un comité especial resolverá sobre el tema en noviembre
El Gato Negro, en Corrientes al 1600, es uno de los bares notables donde campea el hábito del café entre amigos  Foto: LA NACION / Mariana Araujo
El Gato Negro, en Corrientes al 1600, es uno de los bares notables donde campea el hábito del café entre amigos. Foto: LA NACION / Mariana Araujo

Por Mauricio Giambartolomei

PARÍS.- Viejo Tortoni, refugio fiel de la amistad junto al pocillo de café... La letra del tango Viejo Tortoni refleja el sentido que tiene para los porteños sentarse a tomar un café. Es amigos, encuentro, trabajo, amores, frustraciones, risas y lágrimas. Todo envuelto en el magnetismo abstracto que desprenden esos rincones de Buenos Aires y que los convierten en únicos, cada uno con su característica particular.
Quizás de esa frase de Héctor Negro, a la que le puso música Eladia Blázquez, surgió la iniciativa del Ministerio de Cultura que el fin de semana presentó ante la Unesco el proyecto para que el hábito de tomar café en bares y confiterías de la ciudad de Buenos Aires, un hábito que se conserva a medida que las generaciones pasan, casi como un gen de la porteñidad , sea declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad.
En la ciudad de los cafés de Cortázar, Hemingway y Dalí, que también cuentan con su propia personalidad, se terminó de dar forma a esta iniciativa que comenzó hace un año, a más de 10.000 kilómetros, en la capital argentina. Iniciativa que puede volverse una realidad en noviembre próximo, cuando se reúna un comité de evaluación del órgano de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que determinará si el pedido porteño cuenta con argumentos sólidos.
Si los miembros de la Unesco votan a favor, la costumbre argentina tendrá el mismo rótulo que hace un tiempo logró el tango.
"La inscripción no es el fin, sino el principio, porque se deben comprometer a seguir cultivando la práctica", apunta a LA NACION Lucía Iglesias Kuntz, del área de Relaciones Institucionales de la Unesco.
"La decisión es como la sanción de una ley. Buscamos destacar aquellas costumbres culturales de una comunidad que se transmiten a través de las generaciones. El espíritu de esta declaración es que lo intangible no se trata de algo único, sino de aquellas prácticas de una sociedad en particular", explicó.
Son dos las convenciones en las que se divide la Unesco. La del patrimonio tangible es la más antigua y, a su vez, tiene dos ramas: la cultural (que destaca museos y obras de arte) y la natural (la que se encarga, por ejemplo, de los parques nacionales, como el Perito Moreno). Por otro lado se encuentra la convención del patrimonio inmaterial, creada en 2003 gracias al impulso de países como Japón, Corea y Filipinas. Sus declaraciones apuntan a los rituales festivos y a las costumbres de las comunidades que antes no encontraban un lugar de promoción.
En América latina es algo novedoso, pero fue abriéndose paso en el continente. El candombe en Uruguay y el carnaval de frevo en el nordeste de Brasil son algunos de los ejemplos de declaración como patrimonio intangible de la humanidad. También lo son prácticas casi desconocidas en el cono Sur, como la pesca del camarón a caballo en Bélgica.
"Hay que ver el concepto del hábito, que involucra a la literatura y a la música, y no ver el lado físico. Cuántas veces nos decimos «¿tomamos un café y lo arreglamos?»", sostuvo el ministro Lombardi. "Eso queremos mostrar, y darle valor a toda la comunidad involucrada en el hábito del café, que le da un estilo, una identidad plural e importancia en su conjunto", agregó.

Paso a paso

La presentación, que se hizo bajo el título "Hábito cultural alrededor de tomar café en Buenos Aires", ingresó en la Unesco a través de su Secretaría de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Material y Cultural. Un comité integrado por 28 miembros de la Unesco, presidida por el representante de Perú, comenzó a evaluar el expediente y realizó algunas sugerencias para ajustar el pedido, que deberá presentarse antes de que finalice marzo. En noviembre, la organización deberá emitir un Proyecto de Decisión en el que puede aceptar, rechazar o declarar insuficientes los argumentos que forman parte del proyecto.
"Hay que ajustar detalles de acuerdo a los nuevos parámetros de la Unesco", explicó Lombardi. "Acá no hablamos de bares notables o de sitios históricos. Eso es otra cosa. Lo que se debe mostrar son los hechos, las personas, los rasgos comunes que tiene el hábito de tomar café para que sea considerado único e irrepetible", enfatizó el ministro.
La declaración, si es favorable, no sólo representa un documento firmado. Cada seis años se debe presentar ante la Unesco un informe detallado de cómo continúa la práctica con el objetivo de que la divulgación de la costumbre no se detenga.
La presentación argentina incluye un plan de preservación para incluir, por ejemplo, bibliotecas en los cafés. "Cuanto más se trabaje para la presentación, más revitalizado estará el elemento en cuestión. Sirve todo el material previo para promocionar y fortalecer la costumbre", opinó Iglesias Kuntz.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires no logra ningún rédito económico con la presentación. No hay premios si se aprueba el proyecto. La ganancia es cultural y de exposición mundial. "Estaríamos en la vidriera internacional porque el hábito de tomar café sería incluido en el listado de patrimonio intangible de la humanidad, como ocurrió con el tango", concluyó Lombardi.

Fuente: lanacion.com

EL ILUSTRADOR ARGENTINO LINIERS
LLEGÓ A LA TAPA DE THE NEW YORKER

La prestigiosa revista de EE.UU. eligió un dibujo del autor de Macanudo


Liniers, en la portada  Foto: LA NACION
Liniers, en la portada. Foto: LA NACIÓN

Por Franco Varise / LA NACIÓN


La última tapa de la prestigiosa revista norteamericana The New Yorker tiene algo familiar para los lectores argentinos. El ilustrador Ricardo Siri, más conocido como Liniers, fue el autor de la portada, un verdadero ícono de la gráfica periodística. El autor, que ya publicó el año pasado uno de sus libros en los Estados Unidos ( The Big Wet Ballon ), comenzó a ser conocido en algunos círculos de ese país donde este año se editarán otras obras suyas.
La revista The New Yorker se erigió desde sus inicios, en 1925, como un ejemplo de periodismo de calidad y, actualmente, tiene una tirada de más de un millón de ejemplares. Liniers, que desde hace diez años publica su tira cómica Macanudo en LA NACIÓN (la de ayer hace una sutil referencia al acontecimiento), es el segundo argentino en llegar a la tapa de The New Yorker. El primero fue el papa Francisco, en diciembre pasado, como personaje del año y retratado haciendo "angelitos" en la nieve por el ilustrador Barry Blitt.
El tema de la portada de Liniers explotó en las redes sociales. Y desde su cuenta en Twitter (@porliniers) el autor agradeció a cientos de seguidores que lo felicitaron. "Para los ilustradores, la tapa de The New Yorker es el Santo Grial de nuestro métier. Es algo que miramos siempre de lejos y sin ninguna ilusión de llegar a hacer nada en esa revista más que comprarla de vez en cuando. Así que la serie de situaciones que se fueron dando para que yo publique esta tapa fueron encaradas con una fuerte dosis de incredulidad", comentó a LA NACIÓN Liniers. Héroes del ilustrador argentino como Saul Steinberg, Sempé, Charles Addams, Art Spiegelman, Daniel Clowes, Mariscal, Barry Blitt y Robert Crumb pasaron por The New Yorker. Además de haber sido el hogar literario de J.D. Salinger, Philip Roth, Vladimir Nabokov, sólo por nombrar algunos escritores. "The New Yorker es el Barça si el Barça viniera siendo el Barça desde 1925", graficó Liniers.
Consultado acerca de cómo llegó su ilustración a la tapa explicó: "Hace un par de años me contactó Françoise Mouly, editora artística de The New Yorker para hacer un libro para su editorial para niños, Toon Books. En una reunión me pidió que le mandara bocetos. Hice varios sin mucha expectativa, pero uno le llamó la atención... lo trabajamos con su guía editorial y terminó en la tapa. Todavía no me lo creo".
 
Fuente: lanacion.com