EUGENIO ZANETTI:
"EL MUNDO DE LA PELÍCULA TIENE QUE VER CON MI VIDA"

CINE / EL RODAJE DE "AMAPOLA"

Cordobés ganador de un Oscar por la dirección de arte de “Restauración”, Zanetti está rodando “Amapola”, su opera prima, en Victoria y el Tigre. Y confiesa que es una “mezcla de comedia y viaje en el tiempo”.

Con los protagonistas  Camilla Belle y François Arnaud, en un alto del rodaje en el Palacio Sans Souci. / foto: Maxi Failla

Por Diego Papic

El Palacio Sans Souci está iluminado por el sol que se abrió paso entre las nubes después de la tormenta. Adentro, en el enorme salón, una leve humareda se percibe en los rayos de luz que entran por las ventanas. Todo está repleto de objetos en un cuidado desorden: máquinas de escribir, viejos libros, mesas de roble. El máximo responsable es Eugenio Zanetti, célebre director de arte argentino, ganador del Oscar, que ahora se carga por primera vez una película al hombro como director: se trata de Amapola, comedia romántica con algo de realismo mágico y algo de musical, que se está rodando por estos días en el Tigre.
“Es una película que no podría haber hecho en los Estados Unidos, así que vine a hacerla acá -cuenta Zanetti en un alto del rodaje-. Es muy personal, una mezcla de una comedia y un viaje en el tiempo. Una especie de fantasía sobre este país entre los años ‘60 y los ‘80, que fueron mi juventud. Ocurre en un día de verano en el ‘66 y en un día de invierno en el ‘82. No de casualidad el primero es el día del golpe de (Juan Carlos) Onganía, y el segundo es la declaración de la Guerra de Malvinas. Pero la película no es sobre eso, eso se ve en la televisión y en las reacciones de la gente, la película es sobre si uno puede modificar su destino”.
La protagonista (la estadounidense Camilla Belle) ve el futuro, no le gusta lo que ve, vuelve a ese día original del pasado y trata de cambiar todo para que el futuro no ocurra.
Esos años son significativos en tu vida...

Sí. Yo viví acá hasta el ‘66 y me fui a Europa, Afganistán, la India y todas esas cosas que se hacían después de que los Beatles fueron a India, y viví en Francia, en Italia, laburé en cine y teatro. Cuando me fui tenía 22 años, volví cerca de los 30 y me quedé acá hasta el ‘82. Laburé mucho, hice muchas cosas, me pasó de todo y en el ‘82 me fui a los Estados Unidos. Acá yo estaba haciendo Un espíritu burlón, de Noël Coward, y la bajaron porque transcurría en Inglaterra. Ya era como muy caótico todo.
¿Hay algo de autobiográfico en la película?

Sí, el mundo de la película tiene que ver con mi vida. Hasta los 20 años yo viví en un mundo casi de comedia musical. No en vano esta familia vive en una isla, que es como metafóricamente veo a este país, en este enorme mamotreto del siglo XIX (el Palacio Sans Souci, que en la ficción será el hotel Amapola) que han heredado de sus padres, que también me parece metafórico de este país, y donde la juventud y la sensualidad cumplen un rol muy importante. Y eso se corta porque hay toque de queda y se arma un gran despelote, y ese corte ocurrió en nuestras vidas. Se acabó lo que se daba. Se acabó una situación que si bien no era idílica en la realidad se podía vivir, comparada con lo que vino después, como antes de la caída, de la echada del paraíso. Y así funciona en la película.
¿Por qué decís que no podías haber hecho esta película en los Estados Unidos?

Es una película inclasificable para los estadounidenses, porque, ¿cómo la venden? Nosotros la hemos vendido como una comedia romántica, pero, en el fondo, yo no sé qué es la película. Porque lo cierto es que tampoco se parece a una película argentina convencional.
Tenés mucha experiencia en cine, pero es tu primera película como director. ¿Cómo está resultando la experiencia?

En teatro dirigí mucho y en cine trabajé como director de arte, simplemente junté las dos experiencias. A mí me parece increíblemente fácil, pero debo estar loco. Sabemos adónde vamos. Creo que los problemas surgen cuando el director no sabe lo que quiere. Yo, bien o mal, sé exactamente lo que quiero. Es difícil definir el tono de una película antes de que exista la película, entonces todo es tentativo. Yo mirando los dailies (las tomas de cada día) y armándola, veo que hay cosas que son desopilantes, incluso varias que yo no estaba seguro de que fueran tan graciosas. Es mucho más una comedia de lo que yo pensaba, lo cual me encanta.
Zanetti se dispone a retomar el rodaje. En la entrada del Palacio Sans Souci, los protagonistas, Camilla Belle y François Arnaud, caminan y parecen despedirse. Arnaud se aleja mientras una mucama lleva su valija. Zanetti grita “¡Corten!” y se dirige en inglés a Camilla, que lo mira con rostro perfecto y el vestido impecable: “Hermosa, deberías hacer cine”. Ella, sin falsa modestia, le contesta: “Algunos me lo han dicho”. Zanetti remata con un “Y lo harás, mi querida”. El paso de comedia, dicho en inglés y con entonación de musical, arranca las sonrisas de los técnicos y contribuye al ambiente glamoroso de esta película de ánimo hollywoodense, pero bien argentina.



Arnaud Su personaje es desertor de Vietnam, y aquí conoce a Amapola. Ampliar

Arnaud Su personaje es desertor de Vietnam, y aquí conoce a Amapola.

Arnaud Su personaje es desertor de Vietnam, y aquí conoce a Amapola.
El canadiense mochilero

François Arnaud es un actor canadiense de 27 años conocido por interpretar a César Borgia en la serie Los Borgia (que emite aquí el canal TNT). Estuvo hace diez años recorriendo la Argentina como mochilero y le gustó tanto el país que ése fue uno de los incentivos para aceptar el papel en Amapola.
“Me gustaba la idea de venir acá y trabajar con Eugenio, que tiene una visión única -cuenta François-. Mi personaje es estadounidense y desertor de Vietnam. Está viajando por el mundo y llega a la Argentina. Tiene una novia argentina, pero nada serio, y cuando ve a Amapola, el personaje de Camilla, se enamora de un golpe y deja a la otra. Es un poco como Romeo y Julieta ese encuentro. Y después decide quedarse en la Argentina.” Sobre la elección de François, Zanetti dice: “Es muy buen actor, aparte tiene una pinta que raja la tierra. Pasamos por varios, porque como es una comedia romántica hay muchísimos jóvenes actores de televisión que enseguida aparecen, pero yo quería un buen actor. Entonces había una selección de Dráculas y vampiros de distintas series y yo estaba un poco reticente. François es canadiense y los canadienses se parecen bastante a los argentinos, y él sabía del cine europeo, tenía una cosa que a veces los norteamericanos no tienen. Y me pareció que él podía entender el contexto mejor. Es un poco un Steve McQueen.” Al igual que su compañera Camilla Belle, François se pasa los días viendo teatro. “Conocí actores en una fiesta y todos me invitaron a sus obras, así que vi seis la semana pasada”, dice, y se despacha con un elogio hacia Buenos Aires: “Me gusta mucho la ciudad, hay algo muy vivo, el nivel de actores es muy bueno.”
La bella que da nombre al filme

Camilla Belle es una hermosa joven de 26 años que nació en Los Angeles, pero habla perfecto español y portugués porque su madre es brasileña. Trabaja desde los 9 años y a los 11 estuvo en Salta y Buenos Aires filmando El secreto de los Andes, una coproducción con los Estados Unidos, aunque recuerda poco de aquel viaje. Tal vez su trabajo más conocido sea como mujer de Daniel Day-Lewis en La balada de Jack y Rose, de Rebecca Miller.
“Me interesó mucho la película porque era algo muy diferente a lo que venía haciendo en los Estados Unidos -cuenta Camilla-, y siempre estoy buscando trabajo en países latinos, en Europa, porque hablo portugués, español e italiano. Entonces quiero poder trabajar en diferentes países.” ¿Cómo es trabajar con Zanetti?
El es un amor, siempre está tranquilo y de buen humor. Tiene paciencia y una visión muy clara. Es su mundo, entonces da para confiar mucho en él, porque creó todo. También, como es pintor, puede ver los detalles minúsculos, eso me gusta mucho.
Zanetti, a su vez, se deshace en elogios para con Camilla: “Es de origen latino, su madre es brasileña, ella habla español y tiene un tipo que no es el que los norteamericanos llaman ‘latino’ -que para mí no es argentino-, sino un tipo más como una italiana, que es a lo que se parecen las argentinas. Tiene el tipo, es muy bella y es muy actriz de cine. Trabaja desde que tiene 9 años y tiene una gran sabiduría innata sobre lo que la cámara ve y lo que la cámara no ve.” Camilla dice que está muy ocupada filmando, pero cuando puede salir a la noche porteña aprovecha para ir al teatro: ya vio Amadeus, Love Love Love y Dos amores y un bicho, la obra con la mexicana Adriana Barraza, que fue compañera suya en la película From Prada to Nada.


Fuente: clarin.com

1 comentario:

  1. Hola!
    Muchas gracias por publicar avances del filme. Me encantan los actores escogidos y las pocas fotos que he visto ya me gustan. Solo te pido cambiar la segunda foto puesta en esta entrada, con el pie de: "Arnaud. Su personaje es un.... ", ya que el que aparece en esa foto NO ES FRANCOIS ARNAUD! Asumo que no has vissto trabajos anteriores suyos, lo que explicaría el error, pero es un tremendo actor, y por lo mismo, merece que ese error sea corregido.
    Saludos desde Chile!!

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