SALVEMOS EL MONUMENTO A SARMIENTO, DE AUGUSTE RODIN,
ANTES DE QUE SEA TARDE



El Monumento a Sarmiento, obra del genial Auguste Rodin, que está considerado el padre de la Escultura moderna, es uno de los más grandes lujos escultóricos entre los muchos que tiene Buenos Aires.
Está en muy mal estado de conservación.
Hace ya varios años, le pedí a Carlos Grosso, cuando durante la presidencia de Carlos Menem era Intendente de Buenos Aires, que hiciera hacer una muy buena réplica con los materiales más tecnológicos de los que se disponía entonces, que hiciera restaurar y guardara el Monumento a Sarmiento en el Museo Nacional de Bellas Artes, como una manera de preservarlo para las futuras generaciones.
Ante mi sorpresa, Grosso me contestó que él era un intendente peronista y que, si hacía eso, lo colgarían de las orejas.
Yo, estupefacto por la respuesta de Grosso, volví a la carga y le pregunté qué tenía que ver el tema planteado con las banderías políticas y le señalé que su obligación como funcionario era proteger el patrimonio cultural de todos.
Grosso, adujo entonces que había un conflicto de jurisdicciones, puesto que el Monumento era municipal y el Museo, nacional.
A la distancia, pienso ahora que aquel fue un momento único para hacer la audaz jugada para hacer que le pedí a Grosso, puesto que él estaba nombrado por Carlos Menem, que era el presidente de la Nación, que lo había nombrado en su cargo, antes de que los jefes de Gobierno de la Ciudad fueran elegidos por los porteños.
Por las dudas dejo debidamente aclarado que en este caso, justifico hacer una muy buena réplica de la obra original de Rodin, para reemplazarla en el lugar donde está actualmente, porque se trata de salvar a la obra original de la destrucción total. Se lo debe hacer por fuerza mayor.
El caso de los dos juegos de réplicas de las dos obras de Lola Mora que se hicieron y que dos se colocaron en el frente del edificio del Congreso Nacional y otras dos quedaron en la Provincia de Jujuy, es muy diferente.
En ese caso se pretendió reivindicar a Lola Mora en el frente del Congreso Nacional, con dos reproducciones de obras pudiendo haber restituido las dos obras originales, lo que sí hubiera sido la verdadera reivindicación.
El Presidente Julio A. Roca inaugura el Monumento a Sarmiento, el 25 de mayo de 1900

MONUMENTAL EMERGENCIA MONUMENTAL
 
Por Pedro L. Baliña. - Buenos Aires, 2010

Los porteños podemos sentirnos orgullosos de la bien ganada fama de nuestra Ciudad por la cantidad y calidad de sus monumentos. De lo que no podemos jactarnos es de tratarlos como correspondería hacerlo ni de mostrarlos o ponerlos en valor adecuadamente.
Hace tiempo, me lo presentaron a Carlos Grosso cuando era Intendente de Buenos Aires. Enseguida le hice un pedido: que guardase el monumento a Sarmiento, hecho por el genial Auguste Rodin e inaugurado por el Presidente Julio A. Roca el 25 de mayo de 1900, en el Museo Nacional de Bellas Artes y que en su lugar emplazara una buena réplica hecha con los últimos materiales que se conseguían por aquel entonces para poder hacerla. La idea era preservar la obra original de Rodin - se encuentra en el cruce de las avenidas del Libertador y Sarmiento - de los permanentes ataques y agresiones de todo tipo que recibe por recordar a quien recuerda. Ante mi estupor, Grosso me contestó que él era un intendente peronista y que si él hacía eso, lo colgarían de las orejas. Yo le señalé a Grosso que, independientemente de las banderías políticas, como Intendente él tenía la obligación de proteger el patrimonio de todos los ciudadanos de Buenos Aires. Y volví a fundamentar el pedido que le hice más in extenso. Entonces Grosso me contestó que había un conflicto de jurisdicciones, puesto que el monumento en cuestión era municipal y el Museo Nacional de Bellas Artes, como su nombre lo indica, era patrimonio de la Nación. Lástima que no hubo esos conflictos entre jurisdicciones con otros muy sonados casos del período de gobierno de Grosso.
El monumento a Sarmiento, curiosa o irónicamente ubicado sobre el casco de la chacra “Palermo de San Benito”, desde la cual su más acérrimo enemigo, Juan Manuel de Rosas, decidía sobre la suerte de sus connacionales, es el único Rodin auténtico, “de puño y letra”, que hay en los espacios públicos de la capital de la República Argentina. Estaba compuesto por tres piezas: la figura de Sarmiento, fundida en bronce con la técnica de la cera perdida, el basamento o pedestal, íntegramente esculpido por Rodin en mármol blanco (tiene al frente a Apolo luchando contra la hidra y, en su parte posterior, un espectacular Escudo Nacional) y, en la base, una placa, también hecha por Rodin y de bronce fundido a la cera perdida, muy Art Nouveau (Rodin murió en 1917, pleno auge de ese estilo) que era en sí toda una obra de arte.
Y digo “era”, en pasado, porque al poco tiempo de mi pedido a Carlos Grosso, dicha placa fue robada para ser fundida y vendida por kilo de bronce. Ya era tarde para actuar preventivamente.
Reconozco que fui un iluso al creer que Grosso, por ser un Licenciado en Literatura, egresado de Filosofía y Letras, iba a ser algo más permeable que el común de la gente a la idea de preservar el patrimonio artístico y cultural de los porteños.
Hace muy poco me acerqué a mirar y fotografiar el citado monumento y comprobé que su basamento está muy fisurado como resultado de los evidentes movimientos que ha sufrido el terreno desde principios del siglo XX hasta ahora, muy probablemente por tener un cimiento insuficiente. Creo que urge actuar, ya no preventiva sino curativamente.
Además, al monumento se le ha hecho por delante un enorme cantero con plantas demasiado altas que desde el nivel de la vereda y de la calle, visualmente le amputan su mitad inferior.
Miles y miles de estudiantes festejan su día y la llegada de la Primavera en Palermo. Es muy probable que el pobre Sarmiento de Rodin haya ligado, una vez más, alguna bomba de pintura o alquitrán o hasta incluso comida o pintadas con aerosoles, que penetran en las porosidades del mármol blanco y son muy difíciles de remover.
¿No podrá tomar el toro por las astas el Gobierno de la Ciudad y, allanando los caminos, ponerse de acuerdo con la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y dar en préstamo, comodato o lo que sea, a la Nación a esa obra absolutamente irrepetible de Rodin, a fin de que se la reciba en nuestro principal Museo para tenerla en custodia y poder así preservarla para las futuras generaciones? Tal como está en custodia el sable corvo del Libertador, en el bonito edificio Secesión Vienesa que sirve de sede a la Jefatura del Regimiento de Granaderos a Caballo por él creado, en su actual cuartel de Palermo.
La misma suerte debería sufrir el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, principal discípulo de Rodin, que está en el cruce de las avenidas Pueyrredón y Figueroa Alcorta. Ese bronce tiene un alto precio en el mercado negro internacional de obras de arte y es candidato a ser robado por encargo, como ya ha ocurrido con otros importantes bronces del acervo de la Ciudad que han faltado y han sido vendidos en el exterior sin que nadie se inmutase. Dichos bronces no serán recuperados jamás.
La lista es interminable: al Canning del escultor Alberto Lagos, que fuera tirado al Río de la Plata durante la Guerra de las Malvinas, le amputaron su mano izquierda. Los bustos de bronce de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda fueron robados de la Plaza Chile ante impasibles paseantes.
Como ocurre con nuestra actual situación de inseguridad, hace falta tomar urgentes medidas para enfrentar la grave contingencia que embarga al patrimonio escultórico de Buenos Aires.
Hagamos algo antes de que sea tarde y de que nos quedemos sin nada.

El Monumento a Sarmiento en la actualidad.
En la base, el Monumento a Sarmiento tenía una placa, también hecha por Rodin y de bronce fundido a la cera perdida, muy Art Nouveau (Rodin murió en 1917, pleno auge de ese estilo) que era en sí
toda una obra de arte.
Y digo “era”, en pasado, poruqe al poco tiempo de mi pedido a Carlos Grosso, dicha placa fue robada para ser fundida y vendida por kilo de bronce. Ya era tarde para actuar preventivamente.
Reconozco que fui un iluso al creer que Grosso, por ser un Licenciado en Literatura, egresado de Filosofía y Letras, iba a ser algo más permeable que el común de la gente a la idea de preservar el patrimonio artístico y cultural de los porteños.


Miles y miles de estudiantes festejan su día y la llegada de la Primavera en Palermo. Es muy probable que el pobre Sarmiento de Rodin haya ligado, una vez más, alguna bomba de pintura o alquitrán o hasta incluso comida o pintadas con aerosoles, que penetran en las porosidades del mármol blanco y son muy difíciles de remover.
¿No podrá tomar el toro por las astas el Gobierno de la Ciudad y, allanando los caminos, ponerse de acuerdo con la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y dar en préstamo, comodato o lo que sea, a la Nación a esa obra absolutamente irrepetible de Rodin, a fin de que se la reciba en nuestro principal Museo para tenerla en custodia y poder así preservarla para las futuras generaciones? Tal como está en custodia el sable corvo del Libertador, en el bonito edificio Secesión Vienesa que sirve de sede a la Jefatura del Regimiento de Granaderos a Caballo por él creado, en su actual cuartel de Palermo.
La misma suerte debería sufrir el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, principal discípulo de Rodin, que está en el cruce de las avenidas Pueyrredón y Figueroa Alcorta. Ese bronce tiene un alto precio en el mercado negro internacional de obras de arte y es candidato a ser robado por encargo, como ya ha ocurrido con otros importantes bronces del acervo de la Ciudad que han faltado y han sido vendidos en el exterior sin que nadie se inmutase. Dichos bronces no serán recuperados jamás.
La lista es interminable: al Canning del escultor Alberto Lagos, que fuera tirado al Río de la Plata durante la Guerra de las Malvinas, le amputaron su mano izquierda. Los bustos de bronce de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda fueron robados de la Plaza Chile ante impasibles paseantes.
Como ocurre con nuestra actual situación de inseguridad, hace falta tomar urgentes medidas para enfrentar la grave contingencia que embarga al patrimonio escultórico de Buenos Aires.
Hagamos algo antes de que sea tarde y de que nos quedemos sin nada.

Los rastros de la barbarie y la falta de educación - en contra las cuales tanto luchó quien recuerda el Monumento - sobre la obra de Rodin.
  En este caso puntual, graffiti hechos con cola plástica
verde por esta chica que no sólo firmó con su nombre y apellido sino que puso el nombre de la localidad en la que nació y vive y hasta fechó su tropelía. Sobre el lado derecho se ve el mármol blanco impregnado con óxidos verdosos del bronce que arrastran las lluvias desde la figura de Sarmiento fundida en bronce.

El pedestal de mármol blanco y el basamento de granito rojizo, seguramente debido a los movimientos del terreno desde principios del siglo XX y por haber resultado insuficientemente calculado, se
han rajado por todas partes. También se han formado estas escallas seguramente por diferentes tensiones direccionales y presiones.
Donde está emplazado el Monumento, Juan Manuel de Rosas tenía un lago artificial con una colección de aves de laguna.

La firma de Auguste Rodin, rajada en la letra "D".

Arriba del sello de la famosa fundición parisina Leblanc - Barbedienne, se ven chorreaduras de pintura colorada que quieren imitar sangre. Las manchas de pintura son difíciles de remover sin afectar la pátina original de la figura de Domingo F. Sarmiento.

Una de las rajaduras que atraviesan el mármol blanco del pedestal esculpido por Rodin. Algunas han sido enduidas y coloreadas con pintura gris.

UNA GRAN FALTA DE RESPETO

A esta singular obra de Auguste Rodin, hace un tiempo, le han adosado, en su basamento de granito rojizo, una placa con un personaje, ornatos y leyendas, homenaje de la Escuela Naval a su fundador, Domingo Faustino Sarmiento, como las típicas placas de homenaje de bronce fundido que se ven en nuestros cementerios.
Lo más leve que consideramos a la colocación de esa placa es una gran falta de sensibilidad artística y de respeto por la obra de Rodin sobre la que ha sido colocada.
Nos llama la atención que el M.O.A. haya hecho y permitido semejante cosa: un homenaje a Sarmiento que es una gran falta de respeto por el monumento que lo recuerda.
Seguramente no han considerado al basamento de granito rojizo como parte integrante del Monumento a Sarmiento.
Señores, el basamento de granito rojizo es el sustento visual del pedestal de mármol blanco y de la figura de Sarmiento fundida en bronce con la técnica de la cera perdida por lo que es inconcebible que se cometa la falta de respeto que describo. Habla mal de quienes promovieron ese homenaje.

DETALLES


La placa ha sido hecha con un material similar a una resina seguramente para desalentar que sea robada y no tiene tornillos que la fijen al basamento de granito rojizo, por lo que se puede deducir que fue hecha por gente del M.O.A. y patinada simulando bronce. Su exposición a la intemperie ya la ha deteriorado y le ha lavado la pátina.

Dicha placa debería ser retirada y buscarse la forma de recolocarla al pie del monumento, en una base independiente, separada de su basamento. No puede de ninguna manera quedar como parte integrante de la obra de Rodin.



Al pobre Sarmiento, visto desde el nivel de Libertador, gracias al criterio visual y botánico con el que se plantó este cantero de flores altísimas, se lo ve como muestra la foto: parece más bien Jim de la Selva o Tarzán asomando de la selva. La plantación parece hecha por un enemigo de Sarmiento o de Auguste Rodin.

Al pobre Sarmiento, visto desde desde el nivel de Libertador, gracias al criterio visual y botánico con el que se plantó este cantero de flores altísimas, se lo ve como muestra la foto: parece más bien Jim de la Selva o Tarzán asomando de la selva.
La plantación parece hecha por alguien empeñado en conseguir que la gran obra de Auguste Rodin no pueda ser disfrutada debidamente.
Hasta un chico de tres años se daría cuenta de algo tan obvio como ésto.
No resiste el mínimo análisis.


Si nos hubieran hecho caso cuando advertimos sobre el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle hace 7 años, esa obra no hubiera sido mutilada como lo fue este año.

El Heracles Arquero antes de la mutilación.

GERÓNIMO RAUCH:
"SUEÑO CON HACER ALGO EN MI TIERRA"

El argentino que conquistó la escena del musical en Londres y en Madrid hará cinco shows en Buenos Aires
 Foto: LA NACION
Foto La Nación

Por Carolina Amoroso / LA NACIÓN



En febrero, Gerónimo Rauch viajaba por pocos días a Buenos Aires, invitado por el elenco de Casi normales para participar de la obra y para ofrecer una clase magistral. Pero no se imaginó que la clase sería el éxito rotundo que fue y que, luego de años de cosechar elogios y reconocimientos en España e Inglaterra, ya era tiempo de que el púbico de su tierra supiera en quién se convirtió el ex Mambrú que cautivó al West End.
Por eso, con el apoyo de Lino Patalano, preparó un concierto especial que lleva por nombre Entre miserables y fantasmas, en honor a Los miserables, la obra que cambió su vida tres veces y a El fantasma de la ópera, la pieza que protagoniza hoy en Londres. En cada una de las cinco fechas que ofrecerá en el Maipo, el cantante hará un recorrido por un repertorio de musicales de todos los tiempos, junto a una orquesta de 14 músicos dirigida por Tomás Mayer Wolf. Habrá también invitados especiales, como Josefina Scaglione. Laura Conforte, Manuela del Campo y Matías Mayer.
Por si faltaba sumarle algo a su apretada agenda, en este paso por Buenos Aires, Gerónimo -que se casó en España y tuvo a su hijo en Londres- será nombrado ciudadano ilustre. "Me sigue sorprendiendo ver mi cara y mi nombre en la puerta del teatro -dice, en una charla telefónica-. Estoy viviendo una vida que ni siquiera me animaba a soñar."
-¿Cómo elegiste el repertorio de este concierto?
Entre miserables y fantasmas tiene como idea hacer un recorrido por la historia de los musicales que me han llevado a donde estoy ahora. Empezaremos con un recorrido desde lo más antiguo, Cole Porter, Gershwin, y pasaremos también por Los miserables, El fantasma de la Ópera, Jesucristo Superstar y muchos otros repertorios que yo nunca podría hacer, como algunas canciones escritas para mujeres. Va a ser un homenaje al género y va a tener mucho estilo.
-¿Cuándo creés que te enamoraste del musical?
-Creo que fue cuando era muy chico. Mis hermanas fueron fanáticas del género mucho antes que yo, en la época del décimo aniversario de Los miserables. Ellas empezaron a mostrarme musicales y descubrí un mundo mágico e increíble. Con el tiempo yo me dediqué a otra cosa: estudié publicidad y esto era como un hobby. Hasta que hice un clic y me di cuenta de que era lo que quería hacer por el resto de mi vida.
-¿Te sentís más cantante que actor?
-Siempre hago las dos cosas al mismo tiempo, pero evidentemente para mí la música fue siempre la motivación principal y mi voz ha sido una guía para elegir proyectos y para pensar a futuro. Amo actuar, pero si me preguntás qué es lo que me guía a mí como artista, yo te diría que es mi voz y la música.
-En los últimos años hubo una explosión del musical, sobre todo en el circuito independiente, que se liberó de ciertos prejuicios en relación al género. ¿Notaste esto en tu paso por la Argentina?
-Estuve muy poquito en Buenos Aires la última vez, pero sigo la escena musicalera de la Argentina. Estoy al tanto de todo lo que se genera. Hay proyectos y creadores muy interesantes e intento seguirles el paso. A mí me fascina que haya crecido tanto, que haya tanta gente estudiando y preparándose para este género que en la época nuestra era sólo para arriesgados.
-¿Sentís que el género ha sido muy vapuleado por la crítica?
-Creo que se defiende solo. Lo que pasa es que el espectador empezó a descubrirlo porque hay cada vez más cosas. Se empieza a crear un gusto, empieza a haber más demanda de cosas nuevas. Esto es un proceso orgánico que se está dando en la Argentina y que va a crecer cada día más. El musical cuenta una historia y enseñarle al público a escuchar un texto cantado llevó su tiempo. Pero ya estamos: ya está aceptado. A la gente le gusta y lo quiere ver, que es lo más importante.
-¿Soñás con volver?
-Aprendí con el tiempo que somos ciudadanos del mundo. Lo que busco es crecer y buscar desafíos nuevos. Siempre sueño con volver a la Argentina, lo que pasa es que por ahora no es el momento porque hay proyectos acá, en Londres. Nunca descarto la posibilidad y sí, sueño con hacer algo en mi tierra, por supuesto.
-¿Con qué proyectos estás?
-Estoy con El fantasma de la ópera hasta agosto del año que viene. Entre mis proyectos están hacer conciertos en España, con ganas de grabar un disco desde acá, cosa que es difícil, pero ojalá lo logremos. Después, hay algunas cositas que no las puedo confirmar, pero me estoy preparando para algunas audiciones.
-Tu website tiene un sello que dice "Reinventing myself" [Reiventándome a mí mismo]. ¿Tiene algo que ver con el momento en el que estás?
-Siempre uno se está reinventando. Yo no me quiero quedar estancado en ningún lugar. Es parte de la idea de no quedarse quieto. En este género no estás acostumbrado a tener un contrato tan largo. De repente, acá lo tengo, pero no me quiero quedar estancado pensando que puedo ser el fantasma toda mi vida.
-En cuanto a las formas de encarar el trabajo, ¿qué diferencias encontraste en España e Inglaterra con respecto a la Argentina?
-Las formas de encarar el trabajo en España y en la Argentina son muy parecidas y los resultados son excelentes. Lo que pasa es que acá [por Londres] es una industria. Todos mis compañeros tienen un título universitario, avalado por el sistema de educación de acá. Vos acá les decís a tus padres: "Me quiero dedicar al teatro musical" y no te miran raro, es una carrera digna como todas y está muy establecida. Entonces, mi principal envidia es esa: todos mis compañeros estudiaron cuatro años en un conservatorio de música. Las universidades acá son lo más lindo que te podés imaginar y salen preparadísimos a un nivel competitivo que quizás a nosotros nos lleva años de experiencia conseguir.
Los miserables marcó tu destino....
-Me cambió la vida tres veces: me dio mi primer trabajo profesional, porque yo antes jugaba a ser cantante o actor, pero esa obra me afianzó y me dio el empujón para dedicarme ciento por ciento al género. Después, me permitió afianzarme como figura del musical en España con Jean Valjean, con la segunda producción en el mundo de la nueva versión de Los miserables, y después me abrió las puertas a Londres, donde estoy hoy. Es un musical que llevo en el alma.
-Tenés 36 años y ya interpretaste a algunos de los personajes más codiciados por los actores del género, ¿hay algún sueño pendiente?
-Tengo algunas obras que me gustaría hacer, por ejemplo Jekyll y Hyde. Lo que pasa es que también quiero crear un personaje. Quiero que alguien confíe en mí para crear un rol nuevo. Aún no pasó y me gustaría hacerlo. También quiero grabar un disco y hacer cine, pero en el mundo musical siento que crear un rol nuevo me afianzaría como artista.
-¿Cómo sentís que maduró tu intérprete en todos estos años?
-Lo que me pasó tanto en España como estando acá [en Londres] es que, al tener que estar tan atento al idioma y al acento, empecé a priorizar muchísimo más al texto. La profundidad del texto es donde yo me arraigo, donde encuentro las respuestas, en la verdad del texto, cosa a la que antes, desde mi inocencia y mi inmadurez, no le daba tanta importancia. Quizá le daba más importancia a cantarlo bien y lindo y a hacer las cosas más virtuosas que se pueden hacer, en vez de profundizar en la palabra. Creo que ahí está la diferencia. La palabra siempre es más importante.

Entre miserables y fantasmas

Con Gerónimo Rauch
Lunes, miércoles y jueves, a las 21; y el sábado y domingo, a las 21.30 (cinco funciones).
Maipo, Esmeralda 443..


Música

Gerónimo Rauch: talento, sensibilidad y pasión

Por Pablo Gorlero / LA NACIÓN
 Foto: Pablo Agullo y Alejandro Orquiguil de Mostacho Foto
Foto: Pablo Agullo y Alejandro Orquiguil de Mostacho Foto

entre miserables y fantasmas - gerónimo rauch en concierto

Dirección musical: Tomás Mayer Wolf. Dirección general: Fernando Dente. Producción general: Palermo Films. con: Gerónimo Rauch. Músicos: Gonzalo Argüello, Pedro Carabajal, Jorge Caldelari, Fernando Lerman, Gaspar Scabuzzo, Gonzalo Fuertes, Gustavo Meiller, Laura Molina, Tomás Babjaczuk, Pablo Hopenhayn, Gerardo Bondi, Martcho Mavrov, Martín Della Nina y Mariano Cantarini. Sonido: Rodrigo Lavecchia. Luces: Gonzalo González. Asistente de dirección: Florencia Ravera. Teatro: Maipo. Próximas funciones: mañana, a las 21; sábado y domingo, a las 21.30.
Nuestra opinión: Excelente
Gracias es la mejor palabra que uno podría darle a Gerónimo Rauch como espectador. Luego de siete años de ausencia en los escenarios porteños, regresó con toda la emoción, las ganas y el amor por lo que hace, para ofrecerle al público algo de aquello que desarrolló durante todo este tiempo en Londres y en Madrid. Allí protagonizó grandes musicales como Jesucristo Superstar, Los miserables y El fantasma de la Ópera (obra que actualmente encabeza en el West End). Su crecimiento fue enorme y hoy es una figura celebrada en la capital británica. Pero Gerónimo siempre manifestó su deseo de poder hacer algo de lo suyo en su país. Lo del Maipo se vive así, como un regalo hermoso. Porque, sobre el escenario, este inmenso artista antepone su sensibilidad a su talento. Y eso no quita, sino que suma brillo, frescura y una sinceridad que se agradece. Por ejemplo, habló del sueño de cantar junto a su hermano Marcos Rauch, y no tuvo problema en demostrar su emoción y contagiar ese abrazo a quienes lo presenciaban.
Acompañado por una impecable orquesta dirigida por Tomás Mayer Wolf (los productores de musicales deberían reparar en él más seguido porque es brillante), Rauch no perdió tiempo y arrancó con un clásico suyo y del género: "The Music of The Night", de El fantasma de la Ópera. No es exagerado decir que es la mejor versión de este tema que ha visto quien esto escribe. Gerónimo entiende a la perfección la diferencia entre sólo cantar e interpretar. Además de tener una voz prodigiosa es un actor potente y nunca deja esa faceta de lado al momento de encarar una canción. Entonces, aunque alguno no conozca el origen dramático de tal o cual tema, siempre podrá estar aproximado al sentido, al propósito, a través de su composición.
Entre miserables y fantasmas es un concierto delicado y distinguido, pleno de emoción, pasión y entretenimiento. El fanático del musical saldrá eufórico no sólo por escuchar a Rauch, sino por darse una panzada de los mejores clásicos del género. Pero aquel espectador que no es seguidor del musical quedará deleitado por un artista único que entrega lo mejor de sí mismo, casi como una ofrenda. Este concierto no es sólo para ver y escuchar, es para sentirlo.

Estructura

En este show al estilo Broadway desfilan canciones adoradas por los fanáticos como "Bring Him Home" (Los miserables), "This is the Moment" (Jeckyll & Hyde), "Getsemaní" (Jesucristo Superstar) y hasta "Defying Gravity" (Wicked), canción concebida para una mujer. Rauch hace lo que quiere con su voz, posee una técnica admirable y saborea cada canción como si de un manjar se tratase.
Un condimento que volvió delicioso a este concierto fueron las figuras invitadas. Josefina Scaglione ayudó a concluir un exquisito popurrí de clásicos con un tema de Amor sin barreras, la obra que protagonizó en Broadway. Pero este dúo dejó a todos en un estado de levitación cuando compartieron "The Phantom of the Ópera", leitmotiv de la obra de Lloyd-Webber, Stilgoe y Hart. Ahí nomás a uno se le vino a la memoria que Scaglione iba a ser la protagonista de la versión porteña de esa obra, al tiempo que fue elegida para protagonizar en Nueva York, por lo que no pudo hacerlo. Ni un tropiezo técnico la amedrentó en ese final tan difícil como preciso. Rugió el Maipo.
Marcos Rauch acompañó a su hermano en una desgarradora versión de "Roxanne" al estilo Moulin Rouge, mientras que Laura Conforte (siempre brillante) hizo con él "Falling", esa maravilla simple, pasional y sensual del musical Once, y luego, junto con Matías Mayer y Manuela del Campo aprovecharon para promocionar un poco Casi normales, pero con esplendor en el hit "Luz". El grupo vocal Voxpop (del cual perteneció hace mucho tiempo Gerónimo) dejó a todos fascinados con un tema de Queen (permitido por formar parte del musical We Will Rock You). Se trata de un grupo al que ya hace tiempo hay que prestarle mayor atención.
Contar el final de este show sería adelantar un momento vibrante, de esos que erizan la piel. Sólo hay que prepararse para lo inolvidable.
Gonzalo González es ideal para iluminar este tipo de eventos, sabe de momentos, de sentidos. Exacto el sonido de Rodrigo Lavecchia. Por su parte, Fernando Dente vuelve a demostrar que entiende mucho de puesta en escena. Sabe de prioridades, de impacto, de sensibilidad, de despliegue y refinamiento.


Fuente: lanacion.com

LOS ARTISTAS MÁS ROBADOS

The Art Loss Register es una base de datos que un lleva registro de las obras robadas, perdidas o en disputa en todo el mundo.
Éstos son los artistas con mayor número de obras desaparecidas hasta 2013.



Por Mónica Serrano / Para LA NACIÓN


Fuente: lanacion.com

LA VIGENCIA DE UN CLÁSICO DEL CINE NACIONAL

Mirtha Legrand visitó Mar del Plata para acompañar la retrospectiva dedicada a los films de Daniel Tinayre
 Foto: LA NACION
Por María Fernanda Mugica

MAR DEL PLATA.- El festival recibió la visita de Mirtha Legrand, quien viajó especialmente a esta ciudad, acompañada por su hija Marcela y su nieto Nacho Viale, para asistir a la función de La patota, película que protagonizó y que fuera dirigida por su marido, Daniel Tinayre.
Cuando Legrand entró al cine del Paseo Diagonal luciendo un traje rosa pálido con bordados en rojo, los aplausos y gritos colmaron la sala y los teléfonos celulares ardieron. "Si Dios quiere voy a venir en enero a hacer La noche de Mirtha de los sábados y los almuerzos de los domingos", dijo la diva, y la sala explotó en aplausos. Luego, su hermano José Martínez Suárez, presidente del festival, tomó el micrófono y aprovechó para bromear: "Quería decirles la alegría que me causa tener acá a mi hermana mayor -dijo, provocando una expresión de horror de su famosa hermana menor-. No, quise decir: tener a mi hermana mayor alegría no podían haberme dado".
Mirtha aprovechó la ocasión para contar que su nieto está produciendo una nueva versión de La patota, dirigida por Santiago Mitre, con Dolores Fonzi, Esteban Lamothe y Oscar Martínez. "Pero mejor que ésta no va a ser", remató la diva con su inimitable estilo, e invitó al público a ver el clásico de Tinayre.
"¡Dios mío, qué emoción! Hacía muchos años que no la veía. Esta película, con el tema de las mujeres violadas, fue muy adelantada a su época. Fue todo idea de Daniel", dijo Mirtha entre lágrimas y agradeció a su hermano por la retrospectiva del cineasta programada de esta edición del festival, y al público, que la aplaudió con fervor. 

Violencia real

Más allá del toque de glamour local aportado por Mirtha Legrand, el festival continuó presentando las que son ya las últimas películas de la Competencia Internacional de esta edición.
Ayer se proyectó Alive, de Park Jung-bum. El film coreano, protagonizado por el propio director, se centra en la difícil vida de Jeong-chol, un hombre que debe lidiar con diversas penurias económicas y familiares, que incluyen cuidar a una hermana con serios trastornos y a su sobrina. Con casi tres horas de duración, el film es una experiencia fuerte por las situaciones que retrata y por la violencia con la que lo hace.
La crudeza que se transmite en la pantalla se debe al método de trabajo peculiar elegido por el director. "Cuando ven las escenas en las que estoy cortando madera con un hacha, son reales -contó Park Jungbum, en la charla con el público posterior a la función-. Trabajaba dos o tres horas cortando madera para que el cansancio y la agitación que se ven en pantalla fueran reales. Lo mismo hicimos con los golpes: nos lastimábamos en serio."
Aunque el director coreano dice que este método le sirvió en su doble faceta de realizador y actor, confiesa que no volvería a hacer pasar a la actriz por una terrible escena de autoflagelación. "Antes de filmar le mostré las secuelas que iba a tener en el cuerpo flagelándome yo mismo y accedió a hacerlo. Pero, lamentablemente, las consecuencias físicas de la escena hicieron que tuviera que recibir tratamiento en un hospital. No volvería a hacerlo."


Fuente: lanacion.com

EL ARCHIVO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
SE MUDA A ESTADOS UNIDOS

El manuscrito de "Cien años de soledad".
   El manuscrito de "Cien años de soledad".
Julieta Roffo

Si el Centro Harry Ransom, que depende de la Universidad de Texas en Austin, lleva al día su libro de inventario, va a tener que agregarle algunos activos: ayer anunció que acaba de adquirir el archivo de Gabriel García Márquez. Esto significa que compró los manuscritos originales de diez libros –entre los que se cuentan Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera y Memoria de mis putas tristes–; adquirió también unas 2.000 cartas de su correspondencia, algunas firmadas por Carlos Fuentes y Graham Greene; compró varias máquinas de escribir Smith Corona y algunas computadoras Apple en las que Gabo escribió sus obras, y más de cuarenta álbumes de fotos que registran casi noventa años de vida –el escritor colombiano murió en abril de este año, a los 87–. La Universidad también se hizo con el borrador del discurso con el que García Márquez agradeció el Nobel en 1982 y los recortes de diarios de Latinoamérica y de todo el mundo que dan cuenta de su trayectoria literaria. Como si fuera poco, tampoco se privó de comprar el borrador de la novela En agosto nos vemos, que García Márquez dejó inconclusa.
“Nuestro objetivo central es sostener el legado de García Márquez para que la comunidad internacional pueda acceder a él”, explicó a Clarín ayer Stephen Ennis, director del Centro Harry Ranson. Se trata de un museo y biblioteca especializada en Humanidades que depende de la Universidad de Texas.
Las letras latinoamericanas no son una novedad en esa institución: una parte del archivo de Jorge Luis Borges está allí, donde el autor de El Aleph dictó sus consagratorias conferencias sobre literatura argentina. Y también hay papeles que pertenecieron a Octavio Paz. Según detalló Ennis desde la ciudad de Austin, la familia García Márquez se contactó en diciembre de 2013 con la Universidad para saber si la institución estaba interesada en el archivo del Nobel colombiano.

El Nobel colombiano en plena revisión de “Cien años de soledad”, la novela que inventó el realismo mágico en 1967. Ese manuscrito es uno de los diez originales vendidos a un precio no revelado. / AFP
   El Nobel colombiano en plena revisión de “Cien años de soledad”, la novela que inventó el realismo mágico 
   en 1967. Ese manuscrito es uno de los diez originales vendidos a un precio no revelado. / AFP

“La reputación del Centro Harry Ranson ayudó, y nos pareció una oportunidad excelente. Luego de la muerte de García Márquez viajamos a México D.F. para revisar ese archivo y las negociaciones terminaron recientemente”, contó Ennis, que prefirió no detallar la cifra pagada a la familia.
“Se podrá acceder a la obra por múltiples vías”, sostuvo Ennis. En principio, el material va a ser catalogado y luego podrá ser consultado por estudiantes e investigadores. En ese sentido, tal vez el tesoro más valioso sea la obra inconclusa: “Se podrá leer en nuestra biblioteca pero dependemos de que la familia decida si la editará o no para difundirla más ampliamente”, aseguró el director del centro.
En pleno siglo XXI, otro de los objetivos del trabajo que acaba de empezar es la digitalización del archivo: lo primero que la Universidad de Austin quiere subir a Internet son los manuscritos de los libros ya publicados con las correcciones de García Márquez. “Creemos que es una buena forma de entender cómo construía su literatura”, dijo Ennis.
Esta Universidad tiene la colección más grande de literatura latinoamericana de los Estados Unidos. Pero no es la única entidad ni el único acervo literario. El material de José Donoso fue depositado en Iowa, y Princeton adquirió el archivo personal de Carlos Fuentes, así como las cartas de Elena Garro, entre las que hay unas 90 firmadas por Adolfo Bioy Casares. Es siempre difícil saber cuánto se pagan estos archivos: las universidades (y las familias) son muy reservadas.




Fuente: clarin.com

EL FILETE PORTEÑO PODRÍA SER PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Costumbres argentinas.

Por estos días, la práctica cultural que forjaron los inmigrantes se presentó ante la Unesco para ser reconocida en 2015.


Muy porteño. El filete aparece en las puertas de algunos bares y en los colectivos, entre ortos lugars.

Muy porteño. El filete aparece en las puertas de algunos bares y en los colectivos, entre otros lugares.



Patricia Kolesnicov

Lo que se ve dentro de la Unesco no es muy distinto de lo que se ve afuera: caras orientales, negras, con rulos, rubias, aindiadas. Adentro, representantes de Estados de todo el mundo. Afuera, inmigrantes, ex inmigrantes, nativos de colores varios, la mezcla que ofrece una ciudad que supo ser metrópoli de tanta colonia. Adentro discursos, diplomacia, traductores. Afuera la elegancia de una ciudad que se sabe hermosa y que cada tanto estalla por los suburbios. “¿A medianoche en subte? Andá tranquila”, aconseja una funcionaria a una turista que hace horas tuvo una lucha a francés partido con el taxista del aeropuerto que le engordó la tarifa frente a  la puerta del hotel.
Afuera sabores, olores, adentro, desde el lunes, se discute qué prácticas culturales, presentadas por qué países, serán declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (¿la del engorde de tarifas sería una presentación multilateral?)
En realidad, son dos listas: la de “salvaguardia urgente”, donde se anotan los elementos del patrimonio vivo particularmente frágiles o en peligro y la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Hasta hace unos días, la Argentina proponía incluir en esta lista el hábito porteño del café, pero un informe preliminar del Comité Ejecutivo desaconsejó su inscripción e hizo algunas recomendaciones para intentarlo de nuevo el año que viene. Argentina –que no puede integrar el Comité porque no paga la cuota desde la creación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en 2003—no tiene  nada para ser inscripto en la lista este año. Y, en realidad, desde que la lista empezó, sólo inscribió el tango, en conjunto con Uruguay.
Pero para 2015 ya está en marcha otra presentación: en marzo el ministro de Cultura porteño Hernán Lombardi llenó los papeles para que el filete porteño –“Un sentimiento alegre que se pinta”—integre el patrimonio mundial. Hay que pasar una larga lista de requerimientos técnicos, enviar videos, contestar preguntas. Eso está casi todo hecho y el fin de semana pasado, en París, Lombardi se reunió con gente de la Unesco para preparar esa candidatura.
“Queríamos armar una trilogía: tango, filete y sainete”, dice, sentado en el Café de Flore, una esquina de París donde alguna vez dejaron sus horas Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, entre muchos muchos otros. “Se trata de la cultura de la inmigración en Buenos Aires”.
El filete –se sabe—es esa forma particular de ilustración que arrancó en los carros que hacían repartos a fines del siglo XIX. Dos chicos que cebaban mate y hacían mandados en una carrocería –donde hacían los carros—un día tuvieron la oportunidad de tomar el pincel y le dieron un toque personal. La historia empieza así con Vicente Brunetti y Cecilio Pascarella, ninguno mayor de 13 años. La técnica se fue perfeccionando y se usó –cuentan Esther Barugel y Nicolás Rubió en “El filete porteño”-- para poner el nombre del dueño del carro y su especialidad: leche, pan, verduras.  Aparecieron flores, pájaros y hasta dragones. Si el cartel era grande había que pagar impuestos, así que la idea fue hacerlo chico pero llamativo. Y aparecieron, a pedido de los dueños, las frases: “Para ti, madre”;  “De ranas como vos tengo la sartén llena” y hasta “Si su hija sufre y llora es por este pibe señora”. Del carro el filete saltó al camión y de ahí al colectivo. Hasta que en 1975 lo prohibieron, argumentando que tanto ornamento confundía a los pasajeros. El filete se mudó a los cuadros y a muchos otros soportes. “Palermo no es Hollywood”, proclamaba con su inconfundible estilo un cartel hace poco, como una doble afirmación de identidad.
“Tiene que ver con un cambio en los procesos productivos, cuando se implementó el carro como sistema de distribución le hizo falta un arte decorativo, que aportaron las corrientes migratorias”, dice Lombardi. “Y los inmigrantes intentan construir una identidad nueva, plural, que busca reafirmarse. Entonces lo que hacen enseguida es criollo, nacional”.

-¿Qué pasó con la nominación del hábito del café?

-En la devolución, la Unesco insinúa que se trata de un hábito rioplatense. Seguramente el camino será volver a presentarla junto con Uruguay, como el tango.

--¿Para qué sirve tener una práctica en esa lista?

--Genera un compromiso, después tenés que mostrar que hiciste las cosas que te comprometiste a hacer para cuidar esa práctica.

--Como una auditoría externa…

--Y además te da visibilidad y reconocimiento internacional: la Unesco hace muestras, publicaciones, cursos.

En la Unesco, en confianza, dicen que algo que se gana con estas cosas es turismo. Mientras tanto, discretamente, Lombardi saca un “Buenos Aires” fileteado, una marca más para el desfile multicultural de la Unesco.

Ya está fresco en París. Son las diez de la mañana y con los abrigos puestos, en la vereda de un bar, cuatro o cinco chicas toman café y fuman. Los olores –perfumes, café, tabaco—acompañan a los que pasan. Hábitos culturales.

Fuente: clarin.com

SUBASTAN EL PIANO DE "CASABLANCA"
POR CASI 3 MILLONES DE DÓLARES

En una subasta realizada en Nueva York, con objetos de películas célebres, subastaron el piano de "Casablanca" por casi tres millones de dólares. Otro lote destacado fue el disfraz del león en "El mago de Oz" y el abrigo de Clark Gable en "Lo que el viento se llevó".
Humphrey Bogart y Dooley Wilson "Sam" en la escena de Casablanca
Humphrey Bogart y Dooley Wilson "Sam" en la escena de Casablanca













 

"Play again, Sam" ("Tócala de nuevo, Sam") es, acaso, una de las citas cinéfilas más difundidas de la historia (que, por cierto, nunca se dice realmente así en el film). Y, sin duda, el piano de la película Casablanca (1942) será recordado como uno de los objetos más queridos en la historia de la pantalla grande y por este motivo es que el comprador del instrumento lo adquirió en una subasta a 2,9 millones de dólares en Nueva York. El famoso piano de Sam, papel interpretado por Dooley Wilson --quien canta Según pasan los años--, se vendió junto a otras decenas de objetos de la época dorada de Hollywood, de los que alrededor de 30 pertenecían a Casablanca: vestidos de Grace Kelly, Marilyn Monroe, Judy Garland, una chaqueta de Clark Gable en el film "Lo que el viento se llevó", el disfraz de león de "El Mago de Oz (vendido por más de 3 millones de dólares) y fotografías originales, compartieron la noche junto al mítico instrumento.


                                             


El piano pasó a la historia grande del cine por la escena en que Ilsa (Ingrid Bergman) se acerca al pianista Sam y le pide que toque la canción As Time Goes By, además de ser una pieza clave en la historia del film, ya que su interior se usaba como tráfico de papeles ilegales (también subastados por más de 100 mil dólares). Fabricado 15 años antes del estreno de la película, el instrumento sólo tiene 58 teclas, 30 menos que un piano actual y hasta los años 80 había pertenecido a un dentista de Los Ángeles.Vale recordar que Casablanca es considerada por el Instituto Americano del Cine como uno de los tres mejores films de todos los tiempos, junto a Ciudadano Kane y El Padrino.
Se subata el piano usado en la escena de Casablanca
El piano subastado.



Fuente: clarin.com

NUEVO COLECCIONISMO: CÓMO COMPRAR ARTE DESDE $ 3.000

Cultura

En ferias y galerías, por ese valor se pueden conseguir obras de artistas emergentes e incluso consagrados. Así, el mercado busca seducir a los jóvenes para sus primeras inversiones.
ArteBA. Cada año, un sector que concentra mucha gente para las galerías emergentes. (Fernando de la Orden)
ArteBA. Cada año, un sector que concentra mucha gente para las galerías emergentes. (Fernando de la Orden)
Diego Erlan

Todo límite puede ser una posibilidad. A principios de los años 90, Gustavo Bruzzone entendió que podía destinar un pequeño porcentaje de su sueldo como fiscal a comprar obras de artistas argentinos. Ese era su límite. La primera obra fue una tinta china de Alberto Greco. Un amigo se lo explicó: enmarcar un póster comprado en la tienda de un museo puede costar más caro que el original de un artista. Las charlas que vendrían después y la amistad de Jorge Gumier Maier y Pablo Suárez hicieron el resto. En una puesta en práctica de la estética relacional que teorizó el crítico Nicolas Bourriaud, Bruzzone comenzó a gravitar en la escena del Rojas para conformar la colección más importante de los últimos veinte años del arte argentino.



Coleccionar arte por poco dinero, ¿se puede? Para empezar, habría que establecer un límite: digamos tres mil pesos. Cada vez más se observa que las galerías tratan de tener obras en ese rango: son alternativas gráficas, serigrafía o dibujos. Y desde luego ofrecen facilidades de pago y financiamiento. El mapa incluye ferias –desde los pasillos del Barrio Joven de ArteBA hasta los de Arte Espacio y EGGO–, las galerías como Mar Dulce o las que integran el Patio del Liceo, los talleres de artistas o los eventos como maratones de arte. Máximo Jacoby, coordinador del espacio de arte del Centro Cultural Rojas, dice que empezar a coleccionar según lo que se puede gastar puede parecer un criterio limitado, pero es un criterio al fin. “Tarde o temprano, cuando te gusta una obra, preguntás cuánto cuesta. Cuando el dinero se vuelve criterio, viene una negociación entre el criterio y tu deseo”.
Esos deseos pueden calmarse con las maratones. La galería Sara García Uriburu (Uruguay 1223), por ejemplo, organiza hoy el Saratón donde convoca, desde hace 21 ediciones, a artistas propios e invitados a producir obra especialmente y es la oportunidad que tienen los nuevos coleccionistas de comprar obra –desde el mediodía hasta medianoche–, en la mayoría de los casos, por menos de tres mil. Emilio Reato, Carlos Gorriarena, Remo Bianchedi, Luisa Atucha, Josefina Robirosa, Milo Lockett, Pablo y Tomás Fracchia, Fermín Eguía y Francisco Ungaro serán algunos de que participen.
Hace casi cinco años, Ral Veroni abrió junto a Linda Neilson la galería Mar Dulce en Palermo, especializada en pequeño formato, con obra en papel o pequeñas pinturas y fuerte presencia de la figuración. Muchos de los que se acercan a la galería compran obra por primera vez. “Tal como están los precios de otras cosas, como una campera, unos zapatos o las expensas, mucha gente se sorprende porque puede adquirir un original”, dice Veroni. En este espacio hay obras de pequeño formato de artistas consagrados como Daniel Santoro, Juan Carlos Romero, Alfredo Benavídez Bedoya, Daniel García y Tulio de Sagastizabal, de artistas clásicos como su padre, Raoul Veroni (1913-1992), pero también de Víctor Rebuffo o Ana María Moncalvo, cuyas xilografías de 1947 conviven en un diálogo enriquecedor con obras contemporáneas de Andy Mermet y Verónica García. Una estrella de la galería es la selección de artistas que provienen de la ilustración como Diego Bianki, Cristian Turdera, Isol o Decur. Las obras en papel recortado de Cecilia Afonso Esteves integraron la muestra El viento en las ramas, y ellas reproducen el mundo de los haikus y las observaciones poéticas de Ramón Gómez de la Serna. Son bellas, sensibles y oscilan entre los 1.600 y los 2.300 pesos.



Coleccionar implica una negociación con tus deseos, y no el deseo de hacer negocios. “Entiendo que la fantasía del arte como inversión es muy potente”, comenta Jacoby. “La historia del arte respalda esta fantasía de comprar barato una obra extraordinaria y es el leitmotiv que utiliza el mercado para vender: ‘Vas a ganar con este artista’, entonces confiás o no en el galerista”. La obra que el coleccionista compre, explica Jacoby, le tiene que gustar, incomodar, fascinar o incluso tener una función decorativa. “Quizás quede bien con tu sillón: aunque no es el criterio que recomendaría, me parece válido”. Cada persona es un mundo, y el coleccionismo puede ser un mundo muy variado. Están los coleccionistas que fijan un límite a su colección, el que colecciona sólo arte argentino de los 90 o arte conceptual político de los setenta, libros de artista, pintura abstracta de los años 50. Son criterios. Y cada coleccionista incipiente los irá desarrollando de manera subjetiva. Por eso, de algo está seguro Jacoby: “Las colecciones más interesantes son las que multiplican su valor, pero está claro que el coleccionista no va a deshacerse de ella. Más vale la colección cuanto menos interés en desarmarla exista. Ocurre con Bruzzone: su colección hoy debe valer ochenta veces más de lo que él gastó, pero vale eso porque creo que él no va a desarmarla nunca".


Fuente: clarin.com

EL ROSEDAL:
UN ÍCONO de 100 AÑOS RECONOCIDO EN EL MUNDO

Patrimonio porteño. Ayer se cumplió un siglo desde su inauguración. Unico en el país, alberga 8.000 ejemplares de distintas especies y fue premiado como "Jardín de Excelencia" por una entidad internacional.
Colorido. Las rosas y, detrás, una de las tantas obras que componen el paseo. Foto: Luciano Thieberger

Romina Smith
Sólo el puente que ostenta en su entrada, y que llama la atención por su estilo griego, podría contar miles de historias. También podrían hacerlo sus 8 mil rosas, tan cuidadas como históricas. O quizás alcance con su pasado: se sabe que el encargado de armar el paseo fue un discípulo del genial arquitecto y paisajista francés Carlos Thays, que en esos tiempos era el director de Parques y Paseos, y que supo dejar su mirada y trabajos en grandes espacios verdes de la Ciudad. Cualquiera de esas historias pueden contar su historia. Pero todas forman una. Y es la que hoy se celebra: ícono de la Ciudad, el Rosedal de Palermo, que es reconocido en todo el mundo y fue premiado por una entidad internacional, cumplió cien años ayer. Y lo festeja hoy con tres homenajes que coincidirán dentro del predio.
Inaugurado en 1914, el Rosedal es un espacio de 3,4 hectáreas delimitado por las avenidas Infanta Isabel, Iraola y Pedro Montt, dentro del Parque 3 de Febrero, que parece salido de un cuento de Lewis Carroll: sus senderos aún mantienen su diseño y el perfume que se desprende de las 93 especies de rosas lo distinguen de cualquier otro paseo de la Ciudad.
Además, dentro del predio, que fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad por la Legislatura porteña en 2011, para que ninguna restauración altere el diseño original, hay una colección de 26 bustos de poetas y escritores, y hasta un patio andaluz que supo formar a artesanos que mantuvieron la estética del paseo durante años.
Y también muchas más historias. Juan Manuel de Rosas tenía en esas tierras su residencia de verano mientras era gobernador de Buenos Aires. Pero en 1875 Domingo Sarmiento bautizó el parque 3 de Febrero, la batalla en la que Urquiza derrotó a Rosas.
   Se inauguró en 1914

Más cerca en el tiempo hubo una etapa “privatizada”: durante 20 años, y hasta 2012, su mantenimiento estuvo a cargo de la empresa YPF, que invertía $ 300.000 por mes para tenerlo arreglado. Ese contrato se terminó cuando la petrolera fue expropiada por el Gobierno nacional. Y desde entonces lo mantiene la Ciudad. Ayer, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público aseguraron que la idea es que siga siendo así. Para eso, hoy tienen una cuadrilla de 20 personas y cuentan con un presupuesto de $ 500.000 mensuales.
De todas maneras, y con sus miles de historias a cuestas, el Rosedal es, sin dudas, un centro de atracción único por su diseño y plantación de flores. A pesar de que la cantidad fue variando (tuvo casi 15.000 rosales de unas 1.200 variedades en sus primeros años) todavía esas flores siguen dándole fama en el mundo. Según cifras del Gobierno porteño, unas 25.000 personas lo visitan por semana.
Hoy tendrá su homenaje triple: por un lado se descubrirá la placa por haber sido premiado con el “Garden Excellence Award” por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas, que lo declaró “Jardín de Excelencia” por “su belleza, historia y valor educativo”. Es el primero en Sudamérica en ganarlo. Por otro lado, pondrán dos placas para conmemorar el centenario (ver Pasado y presente). Valentina Casucci, actual presidenta honoraria de la Asociación Argentina de Rosicultura (estuvo a cargo ocho años de esa entidad fundada en 1951) será quien reciba hoy el premio. “Es un orgullo para mí, que fui parte de la remodelación que se hizo en 2008. Fue un gran trabajo y hoy es un honor que este espacio, que es un símbolo de la Ciudad, tenga este prestigio”, celebró.


Pasado y Presente
Variedad. En el jardín hay 93 especies.

La historia

El Rosedal abrió sus puertas el 24 de noviembre de 1914. El responsable de su diseño fue Benito Carrasco, discípulo de Carlos Thays. Con el tiempo se convirtió en un símbolo de la Ciudad, aunque hacia los años 90, por falta de mantenimiento, quedó deteriorado. La petrolera YPF lo apadrinó y en 2008 financió una gran reforma para ponerlo en valor. El padrinazgo terminó en 2012, cuando la empresa fue reestatizada.

El reconocimiento

El Rosedal fue premiado con el Garden Excellence Award, un reconocimiento internacional otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS, por sus siglas en inglés). Por eso, hoy se descubrirá una placa que lo acredita como “Jardín de Excelencia”. En el mismo acto se descubrirán otras dos placas, una de la Legislatura porteña y otra en nombre del Gobierno de la Ciudad.

Cuándo visitarlo

En invierno abre de martes a domingo de 8 a 18. En verano, el horario se extiende hasta las 20. Durante todo el año, los lunes permanece cerrado por tareas de mantenimiento.
   El Rosedal en 1920.
   Jóvenes paseando en bote en la década de 1930.

    El Rosedal en 1926.


                      Otra vieja imagen del Rosedal.


   El antiguo Rosedal, muy concurrido.

    La gente, cuidaba el paseo.

    El Parque Tres de Febrero y el Rosedal, pronto fueron el paseo predilecto de los porteños porque ofrecían múltiples motivos de distracción para
     los visitantes.
        Una vista aérea actual.
   Rosales y jacarandás en flor.




Fuente: clarin.com

ANNEMARIE HEINRICH INÉDITA

heinrich


Estrategias de la Mirada: Annemarie Heinrich, inédita.


A partir del 11 de noviembre de 2014 – en MUNTREF Artes Visuales (Sede Caseros I)

En las principales capitales culturales de la modernidad, durante las décadas de 1920 y 1930, adquirió visibilidad la disputa por el lugar de la fotografía entre las “Bellas Artes”. Buenos Aires, como metrópolis moderna, no fue la excepción y es durante esos años en los que tanto Annemarie Heinrich como Grete Stern y Horacio Coppola, protagonizaron esta saga.
Tempranamente, Annemarie Heinrich (Darmstadt, Alemania 1912- Buenos Aires, Argentina 2005) desplegó su trabajo en una doble vertiente: por un lado, una fotografía social centralmente destinada a retratar el naciente star system local y el ballet y, por el otro, experimentó con la técnica, los recursos visuales, los objetos y los tipos humanos en busca de desarrollar una imagen contemporánea.
A lo largo de su extensa trayectoria, construyó una mirada de una potente dimensión expresiva, la que tiñó tanto su trabajo de carácter comercial, como también sus exploraciones artísticas. Si bien es habitualmente conocida por sus retratos de actores de cine, retratos y desnudos, esta exhibición revela un conjunto inesperado de imágenes inéditas, (a partir de negativos 6×6 alojados en su archivo) y documentos, escritos, cuadernos de recortes, apuntes de viaje en donde conviven contactos fotográficos, textos escritos en una lengua entre el alemán y el español, recortes de prensa y fotos de otros artistas.
Estrategias de la mirada: Annemarie Heinrich, inédita, exhibe las exploraciones y ensayos – en su mayor parte inéditos- llevados a cabo por la fotógrafa entre las décadas de 1930 y 1950.
Esta exposición es un avance de los resultados de la investigación que lleva a cabo el equipo de investigación dedicado al Archivo Annemarie Heinrich, del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura “Dr.Norberto Griffa” de la UNTREF, dirigido por Diana Wechsler (UNTREF-Conicet) e integrado por Cecilia Belej (UNTREF) y Paula Hricyk (UNTREF-Uba). Este proyecto de la Universidad Nacional de Tres de Febrero ha sido incluido dentro del programa de apoyo a las investigaciones de Archivos de la Britisch Library de Londres. Así mismo, la labor de archivo y la edición de las fotografías para la exposición, cuenta con el invalorable acompañamiento de los fotógrafos Alicia y Ricardo Sanguinetti.
La exposición está organizada en las siguientes grandes zonas:

  1. Abstracciones y reflejos: ensayos fotográficos
  2. Territorios americanos, registro de un espacio natural y cultural
  3. Territorios sociales, registro y reconocimiento del otro cultural
  4. Sobre la práctica fotográfica y artística: retratos y autorretratos, escenas de

Taller, documentación de archivo.


A partir del 11 de noviembre de 2014 y hasta el 31 de mayo de 2015 (del 1 de enero hasta el 8 de febrero, cerrado) MUNTREF Artes Visuales (Sede Caseros I, Valentín Gómez 4838)


Annemarie Heinrich:
pionera de la fotografía contemporánea

En el Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (MUNTREF).
La muestra reúne más de cien imágenes realizadas entre 1930 y 1950, además de objetos y escritos.

MUNTREF Album de trabajo de annemarie heinrich
Un cuaderno de trabajo de Annemarie Heinrich
Marcela Mazzei 

Cuenta una anécdota que 17 horas estuvo Mirtha Legrand en el estudio de Callao y Las Heras, entre cambios de vestuario y maquillaje, para que Annemarie Heinrich la retratara. Allí también posaron Tita Merello, una juvenil Eva Duarte y Tania, entre otras estrellas de la emergente industria del cine y la radio argentina de los años 30. La fotógrafa, nacida en la ciudad alemana de Darmstadt en 1912 y emigrada en 1926, llegó a tener siete empleados en su estudio, codiciado por una clientela ávida de las prácticas sociales de la época. “Cualquier familia que se preciara iba a hacerse una foto a su estudio”, comentó alguien la semana pasada mientras se inauguraba Estrategias de la mirada: Annemarie Heinrich, inédita, la muestra que plantea una relectura de su obra.
En el Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (Muntref)se exhiben hasta mayo más de cien imágenes realizadas entre 1930 y 1950, rescatadas del Archivo Annemarie Heinrich, que administran sus hijos, los fotógrafos Alicia y Ricardo Sanguinetti.


Delia Garcés

“Sólo estamos mostrando esas fotos que se conocen, como un retrato de Palito Ortega, en las que se ve que eran resultado de mucha experimentación”, señala Diana Wechsler, al frente del proyecto de investigación que aporta una nueva mirada sobre el archivo.
En una primera sala del museo los objetos, escritos e imágenes ponen al descubierto la intimidad del taller de la artista que, aunque hizó exposiciones en su época –la primera en Chile en 1938–, conservó esta faceta casi oculta. Hay una serie de autorretratos, resultado de juegos con esferas y espejos que llevan al espectador a preguntarse: ¿es realmente un autorretrato? “Ahora entiendo qué hacía a la noche en el estudio”, manifestó su hijo Ricardo.


            
                     Zully Moreno
     Tita Merello
   Mirtha Legrand

Establecida a los 14 años junto a su familia en la localidad entrerriana de Larroque, donde su tío era el fotógrafo del pueblo, Annemarie dio los primeros pasos en un oficio para el que no necesitaba saber español. Cuando se trasladaron a Villa Ballester, provincia de Buenos Aires, –donde vivió hasta su muerte, en 2005–, comenzó de aprendiz en varios estudios porteños hasta que, a los 18, abrió el propio en la casa de sus padres.
Están exhibidas las carpetas donde registraba sus experimentos con viejas cámaras con placas, que permitían una sola toma; las primeras fotos publicadas en revistas; unos graffitis de 1955, que aluden al derrocamiento de Perón y la resistencia peronista, y fotos documentales donde se reconoce a Carlos Alonso con su hija Paloma, Enrique Policastro, Antonio Berni, Carlos Castagnino, entre otros: su grupo de pertenencia.
Fundadora del Consejo Argentino de Fotografía junto a otras cinco mujeres, entre ellas sus alumnas Sara Facio y Alicia D’Amico, Heinrich protagonizó la escena del alto modernismo del siglo XX que disputaba para la fotografía un lugar entre las bellas artes. “Hasta ahora lo teníamos claro con el texto que escribe Grete Stern en 1935 para su exposición (en la Revista Sur) junto a Horacio Coppola, cuando recién llegan emigrados de Alemania, pero la escena era mucho más rica y había otros: Anne era una de ellos”, relata Wechsler.
En otra sala, en copias analógicas, hay fotos seleccionadas con objetos encontrados, que son ejercicios formales, inusuales en los años 30: imágenes de papeles quemados, montañas, herramientas y playas con un componente surrealista y metafísico. Otra serie ejemplifica el tratamiento de los horizontes bajos: cuando en las fotos de horizontes la línea solía aparecer centrada, ella la ubicaba más abajo para que la experiencia fuera como en la realidad. “Por eso la muestra se llama Estrategia de la mirada –reflexiona Wechsler–, porque recupera la cabeza de alguien que pensaba mirando y construía recursos para representar”.


alt
Miguel de Molina, 1942.
   Isabel Sarli
Eva Peron Fotografia: Annemarie Heinrich
 Eva Duarte





Detrás de la serie “Reflejos”, de 1932, hay ejercicios con la cámara cuyo registro minucioso revela una intención. De la misma forma que en sus viajes por las provincias argentinas y Latinoamérica registraba objetos y personas, muchas veces representantes de oficios. Para ella, fue una manera de reconocer la tierra que la había adoptado pero, lejos de todo exotismo: lo que se pone de relieve es la condición humana desde la diversidad, en Perú, en Chile y el Norte argentino. La curadora argumenta: “Estaba todo el tiempo sobre estas imágenes, por eso vale la pena reivindicarlas, no es que son cosas descartadas”.

A través de la mirada de Annemarie Heinrich, artista emblemática  del siglo XX, precursora en el uso de recursos que adoptaron los discursos contemporáneos, la investigación se propone contar otras dimensiones de la época. Una investigadora se unió al equipo para trabajar sobre las fotos de rodajes. Cuando se instalaba en las filmaciones, por ejemplo de Daniel Tinayre, en los tiempos de descanso su cámara se alejaba de las estrellas y prefería a los técnicos y peinadores. La exposición condensa la primera etapa de una investigación que sigue. En abril se editará un libro, el primero de una serie de publicaciones sobre Heinrich. En paralelo comenzará la digitalización del archivo, mediante un subsidio obtenido en la British Library de Londres; y planea completar este auténtico trabajo de hormiga. Porque todos estos hallazgos surgieron de un recorte de 5 mil inéditos entre 16 negativos, contactos y copias que forman el archivo. Todavía queda un mundo de imágenes por descubrir.
Dónde: Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (MUNTREF), sede Caseros I, Valentín Gómez 4838. Cuándo: Hasta el 31 de mayo (Del 1 de enero hasta el 8 de febrero, cerrado). De lunes a domigo de 11 a 20.


Fuentes: Varias