ENCONTRARON UN REMBRANDT ROBADO HACE 15 AÑOS

Una obra maestra de Rembrandt valuada en más de 5 millones de dólares fue hallada en Niza y devuelta a sus dueños legítimos 15 años después de su desaparición.

El encantador óleo "Niño con una burbuja de jabón" fue robado del Museo Draguignan en julio de 1999 por asaltantes. AP

El encantador óleo "Niño con una burbuja de jabón", con un impresionante claroscuro, fue robado del Museo Draguignan en julio de 1999 por asaltantes que entraron desde una biblioteca contigua en medio de las celebraciones nacionales por el Día de la Toma de la Bastilla.
Las autoridades recuperaron la obra del siglo XVII el martes, en una casa de Niza y la devolvieron a la curadora Jeanine Bussieres el jueves en una ceremonia emotiva.
"Estamos sumamente felices... este Rembrandt era una de nuestras obras maestras. El niño en la pintura sonríe porque tiene una burbuja de jabón, pero ahora podría estar sonriendo porque regresó con nosotros", dijo Bussieres a la AP.

Dos sospechosos del robo han sido detenidos.


Fuente: elsiglodetorreon.com.mx

EL ADN PUEDE RESOLVER EL ROBO, HACE 17 AÑOS,
DE UN GUSTAV KLIMT


Por Miguel Ángel García Vega

Una huella dactilar parcialmente conservada y su rastro de ADN podrían ayudar a recuperar un cuadro de Gustav Klimt robado hace 17 años en Italia.
La pintura, Retrato de una mujer (1916-1917), es una de las obras (imagen de apertura) más buscadas por los carabinieri. Se encuentra en los primeros puestos de su lista. La pieza fue robada de la galería de arte moderno Ricci Oddi, en la ciudad transalpina de Piacenza, en febrero de 1997, y desde entonces nada se conoce de su paradero. El robo fue de película. Bajo la claraboya de la sala apareció el marco vacío. La obra había sido desmontada. Por lo que se sospecha que los ladrones pudieron llevarse el cuadro por el techo.
La institución estaba cerca de cerrar para ser remodelada y el Retrato de una mujer, que había formado parte de la colección desde 1925, iba a ser el centro de una muestra temporal  en el ayuntamiento de la ciudad. El guarda que advirtió la desaparición de la obra se tomó su tiempo en dar la alarma. Pues sabía que el marco iba a ser enviado fuera para ser restaurado y por lo tanto la tela dejaría de exhibirse.
Pasados los años, precisamente el marco puede ser la clave para encontrar a los ladrones. Las nuevas técnicas de análisis de ADN han permitido detectar una huella dactilar parcial sobre la madera. En estos momentos, los carabinieri la cotejan con su lista de sospechosos. El caso puede estar cerca de resolverse.

Pero el arte ha dado para más en los últimos días, y nos deja temas importantes:


El Reino Unido consiente el expolio de su patrimonio

El Reino Unido ha puesto números al expolio consentido de su patrimonio artístico. Entre 2012 y 2013, el país ha perdido obras valoradas en 103 millones de libras (123 millones de euros), según el periódico The Guardian. Incluyendo piezas irremplazables, como la tela de 1901 de Picasso, Niño con paloma, que había estado en el territorio desde 1924, o el increíble dibujo de Rafael Cabeza de joven apóstol, uno de los bocetos para la Transfiguración, que se encuentra en el Vaticano. Sin duda, el mejor dibujo de un maestro del Renacimiento que albergaba una colección privada inglesa.

Raphael
El boceto 'Cabeza de joven apóstol', de Rafael, se vendió por 29,7 millones de libras, unos 35 millones de euros. El Reino Unido no pudo evitar que saliera del país.

El patrimonio británico enfrenta un problema tremendo. Londres es junto con Nueva York el principal centro del mercado del arte y, por lo tanto, no puede imponer condiciones muy restrictivas a la compraventa de piezas si no quiere ver que el negocio se resiente. Esta libertad comercial deja esos efectos.  
El Reviewing Committee on The Export of Works of Art and Objects of Cultural Interest es el organismo público que permite o no la salida de las obras del país. El lastre es que solo puede prohibir de forma temporal esa marcha. Generalmente tiene unos seis meses para conseguir comprar la obra, y la mayoría de las veces a través de donaciones privadas y filántropos. Si no se logran los fondos, como ocurre en muchas ocasiones, y más en tiempo de crisis, la pieza sale.

Picasso___El_nino_con_la_paloma
'Niño con Paloma', de Picasso, es otra de las obras que ha perdido el patrimonio británico. Se remató en venta privada por 50 millones de libras (59,6 millones de euros) al emirato de Catar.
Entre 2012 y abril de 2013 se rellenaron 12.089 formularios de exportación. El Reino Unido solo se hizo con seis obras. No sorprende que Lord Inglewood, quien ha estado al frente del Comité de Valoración, califique este expolio tácito de “pérdida nacional”.

Caravagio aterriza por primera vez en Asia


Con la protección de una estrella del rock ha aterrizado Caravaggio en Asia. El óleo del genio toscano Cena en Emaús aterrizaba estaba semana en Hong Kong. El cuadro, procedente de la Pinacoteca de Brera, en Milán, ha llegado con guardia de seguridad propia y vigilado en todo momento por Sandrina Bandera, la directora de la institución italiana.

Caravaggio apertura
'Cena en Emaús', de Caravaggio, es desembalada por tres operarios a su llegada a Hong Kong.

La tela, pintada en 1606, está valorada a efectos del seguro en 60 millones de euros y se mostrará en la Sociedad Asiática de Hong Kong dentro de la exposición Luz y sombras. Una institución relativamente modesta que lo ha recibido como un regalo de Navidad. De hecho, es la primera vez que Cena en Emaús, de quien la National Gallery de Londres alberga una versión anterior, se exhibe en Asia.
“La gente de Hong Kong todavía está intimidada por el arte; arte o cultura con “A” y “C” mayúsculas, incluso yo misma que procedo de una familia de clase trabajadora. Pero el arte es una puerta abierta la Humanidad. Así que siento que con esta pintura, si la gente viene a verla [se esperan más de 4.000 visitas], tendrá un conocimiento de la vida más profundo. Porque lo que creo que hace la buena música o la buena pintura es abrir el espíritu a las posibilidades”, reflexiona Alice Mong, directora ejecutiva de la Sociedad Asiática de Hong Kong.

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=PCydNyKlOV8

Sobre el autor
Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.




Fuente: elpais.com

POLÉMICA POR UN PROYECTO PARA CEDER VILLA OCAMPO
A LA SECRETARÍA DE CULTURA


Monumental. La casa y su hermosísimo jardín en la barranca./ARCHIVO CLARÍN




Por Guido Carelli Lynch

“(Victoria) debe estar dando vueltas en el cajón”, decía ayer con dramatismo la famosa vestuarista y productora cinematográfica Rosa Zemborain, sobrina de la legendaria Victoria Ocampo. El tiempo dirá si semejante expresión fue precipitada, pero el futuro de Villa Ocampo, la imponente casona que habitó la creadora de la mítica revista Sur en Beccar es incierto.
La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco) tomó posesión de la casa en 1979 por voluntad de Victoria, que no quería someter su legado a los vaivenes de la política doméstica. Pero ahora el organismo planea ceder en comodato la mansión a la secretaría de Cultura de la Nación. La cartera que dirige Jorge Coscia piensa inaugurar allí un “Centro Internacional sobre Políticas de Diversidad Cultural, Desarrollo y Creatividad”. Así consta en el acta (http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002265/226516s.pdf) de la Reunión del Consejo Ejecutivo que tuvo el organismo en París el 7 de marzo. Entre los objetivos del nuevo centro se destaca “canalizar la promoción del diálogo y el intercambio de información entre los Estados miembros de la Unesco sobre diversidad, desarrollo y creatividad; incorporar la cultura como elemento estratégico en políticas regionales e internacionales de desarrollo”. La suerte de Villa Ocampo quedaría sellada en la próxima reunión del organismo a mediados de abril en París. Unos días antes cerrará en esa ciudad la muestra Victoria Ocampo y Francia, que inaugura el 24 de marzo.
La Unesco pretende darle a Villa Ocampo, que recibe 25 mil visitas anuales, un “uso más estratégico y con una mejor relación costo-eficacia”. La decisión, que se discute desde 2012, responde a la situación financiera del organismo.
Según trascendidos, el año pasado Villa Ocampo exploró la posibilidad de un acuerdo con la Universidad de San Andrés, que no prosperó.
La Secretaría de Cultura confirmó oficialmente a Clarín la existencia del proyecto, que administraría la Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional de la cartera, que dirige Mónica Guariglio. La iniciativa, según el acta de la Unesco, partió de la Argentina.
A varias de las personalidades que ayudaron a poner en valor la casa –que estuvo abandonada durante dos décadas– les preocupa que entre las prioridades del nuevo centro no esté la pluralidad, una virtud que caracterizó a Victoria, quien recibía en su casa a intelectuales de las más diversas ideologías, como Graham Greene, Albert Camus, Aldous Huxley, Le Corbusier, Octavio Paz o Pablo Neruda. “Una cosa es que Villa Ocampo albergue un tal Centro; otra muy distinta es que se transforme en él”, escribieron en la carta que la lingüista Ivonne Bordelois, Sonia Berjman, directora honoraria del centro del paisaje de Villa Ocampo; y la propia Zemborain, remitieron el lunes al director de la oficina regional de la Unesco, con sede en Montevideo, Jorge Grandi. En efecto, el préstamo en comodato habilitaría al consejo directivo del nuevo centro (integrado por un representante del gobierno, otro de los estados miembros de la Unesco y un tercero de la directora general del organismo) a administrar las obras de arte, los muebles y los 12 mil libros de la biblioteca de Victoria. “Es un gran golpe para la memoria de Victoria y para Villa Ocampo”, sentenció Berjman.


Fuente: clarin.com

UNA MUESTRA EN RECUERDO DE LOS ARGENTINOS
QUE ANCLARON EN PARÍS

Con clima de armonía, ayer inauguró una exposición con gigantografías de Cortázar, Saer y muchos otros.



Figuras de dos tierras. La sala que recuerda a exiliados en París. Provincianísimo, con su mate, Juan José Saer


Por Susana Reinoso
Paris. Enviada 


Esta ciudad no está hecha para venir a agarrarse de las mechas, menos cuando está por arrancar el Salón del Libro, que esta tarde será inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner, ya encendió varias controversias de las que no salió indemne ni Ricardo Piglia, atacado por su propio sello francés Gallimard y por el director del Salón, Bertrand Morisset por su decisión de no venir al Salón, tras haber estado incluido en la programación. Los escritores, luego de la polémica en la prensa argentina y francesa, han decidido ponerse por encima de cualquier disputa política y no ser la mortadela atrapada en una baguette.
Por eso ayer hubo clima relajadado y de entendimiento entre los escritores, editores y funcionarios asistentes a la muestra Tierra de luz. Cultura y solidaridad franco-argentina, que rinde homenaje a la generosidad con que Francia recibió a los exiliados de nuestro país, a los que llegaron por decisión personal y a los otros, los del destierro forzoso. Fue en la planta baja del Ministerio de la Cultura y la Comunicación de Francia, actualmente en restauración.
Algunos autores y periodistas, tal vez fastidiados por la decisión del autor de Blanco Nocturno, gastaron algunas bromas que se diluyeron rápidamente. Tras las declaraciones de Morisset –quien calificó a Piglia de “cobarde” y “deshonesto” y dijo que había puesto condiciones dignas “de una estrella de rock”–, Piglia ayer dio a conocer un comunicado en el que aclara que su pasaje lo pagaría la editorial y no el Salón y que su exigencia consistía en que hubiera un homenaje a Juan José Saer y no participar en mesas redondas. “Me parece que monsieur Morisset se ha tomado en serio la idea de que la literatura argentina se divide en K y anti K”, dice el autor.
Desde Buenos Aires, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, opinó: “La literatura argentina no puede ser amputada. Omitir es censurar y los funcionarios deberían ahorrarle a la Presidenta estos malos momentos como ya sucedió en Frankfurt y en Venecia”.
Hay dos instancias bien diferenciadas: la realidad de los escritores invitados que quieren ver sus libros traducidos en Francia y con ejemplares luciendo, por estos días, en las librerías parisienses, alejándose de los vaivenes de la coyuntura política que quedó del otro lado del océano, y la de la presidenta Cristina Kirchner, que sostuvo ayer una agenda distinta a la movida cultural desplegada en torno del Salón del Libro.
A la inauguración asistieron la joven ministra de Cultura francesa Aurélie Filipetti , simpática y entusiasta, el secretario de Cultura Jorge Coscia, el Director Nacional de Industrias Culturales, Rodolfo Hamawi; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, las madres de Mayo Marta Vázquez y Taty Almeida, así como todos los escritores invitados al Salón y algunos editores: Daniel Divinsky, de De La Flor; Carlos Díaz, de Siglo XXI, y Julia Saltzmann y Augusto Di Marco, por Alfaguara, que acaba de ser adquirida por Peguin Random House. Alfaguara es la titular de los derechos de la obra de Cortázar, que será homenajeado en el stand argentino.
La exposición fue abierta ayer como un homenaje de Francia a la Argentina para mostrar la cooperación del país galo durante los años de dictadura y aún con emigrados voluntarios. Montada con gigantografías de los más representativos argentinos que se refugiaron en París, están Julio Cortázar, María Elena Walsh, Gyula Kosice, Juan José Saer, Miguel Angel Estrella, Hugo Santiago, Mercedes Sosa, Envar El Kadri. La lista es más larga: Ricardo Carpani, Jorge Lavelli, Julio Le Parc, Antonio Seguí, Arnaldo Calveyra, Marilú Marini, Alfredo Arias, Alicia Dujovne Ortiz, Astor Piazzolla, Jorge Donn (y queda injustamente olvidado Héctor Bianciotti).
Uno de los textos señala que la muestra rinde homenaje al pueblo francés que tendió la mano a cientos de intelectuales y artistas argentinos exiliados en la Ciudad Luz.
Tras la inauguración, sin discursos, los escritores y editores compartieron una vernissage a la que no tuvo acceso la prensa.

“Usted es de los que mienten”

A medida que los invitados llegaron a la inauguración, pudo verse al politólogo Ernesto Laclau, un referente intelectual del kirchnerismo y teórico del populismo, saludando a Silvia Baron Supervielle y a la Directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, Magdalena Faillace.
Clarín lo siguió para preguntarle su opinión acerca de Cortázar, un crítico de los populismos durante su juventud: “Fue uno los grandes de la literatura argentina y cumplió con su deber político”.
-¿Deber político?
-Sí, en la literatura.
Laclau no andaba con ganas de contestar, de modo que gambeteó el diálogo preguntando quién era la cronista. Al escuchar: Clarín, sonrió y alejándose dijo: “Ah! Usted es de los que mienten”.
Laclau acaba de convertirse en el titular de un instituto estandarte en el estudio de los populismos en América latina, en la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

La discusión llegó a The Economist

“Lo que tenía que ser una celebración está teñido de controversia”, concluye el semanario inglés “The economist” en un artículo sobre la presencia argentina en el Salón del Libro de París. El semanario destaca que el país tiene una de las literaturas más sofisticadas de América latina pero también una tradición en tratar de silenciar a sus autores críticos. Se señaló, dicen, que la delegación está integrada por adherentes al gobierno y quienes no expresan opiniones.

Fuente: clarin.com

UNA CÁMARA HISTÓRICA SE REMATA EN VIENA

La cámara Hasselblad 500EL utilizada por el piloto Jim Irwin del módulo lunar APOLO, de la NASA,  modelo 1968,  es exhibida antes de la subasta en la galería Westlicht de Viena, Autria, el 21 de marzo de 2014. El precio base en la subasta es de 80.000 euros. (AFP / ALEXANDER KLEIN)

La cámara Hasselblad 500EL utilizada por el piloto Jim Irwin del módulo lunar APOLO, de la NASA, modelo 1968, es exhibida antes de la subasta en la galería Westlicht de Viena, Autria, el 21 de marzo de 2014.
El precio base en la subasta es de 80.000 euros.


Foto: AFP / ALEXANDER KLEIN

UN LABERINTO DE ARTE

Museo del Hermitage. En sus 400 salas se exhibe una mínima parte de sus tres millones y medio de piezas. Impresiones de un cronista que se perdió allí.

RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
Más que la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Catedral de San Isaac, la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada, su subte bien profundo o el río Neva –la morada final de Rasputín–, el órgano emotivo central de esta ciudad es el Hermitage –durante siglos palacio de invierno de los zares–, sólo comparable por su empacho artístico con el British Museum, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Louvre de París.
Los guardias desganados y de mirada apática para los que estas escenas son meras fotocopias del día anterior –hordas de turistas de todas partes del mundo que se cuelan y gritan– al fin abren las rejas. Y el malón pasa de largo un cartel electrónico que lleva la cuenta regresiva hacia el 250° aniversario del museo –este año– creado por la zarina Catalina La Grande en 1764.
Luego de dejar toneladas de mochilas en los guardarropas subterráneos, la multitud de visitantes se lanza a una maratón imposible: ver tres millones y medio de piezas de arte distribuidas en 400 salas. Alguien ya se tomó el trabajo de hacer el cálculo: si se contemplase durante un minuto cada obra –entre las que están la “Madonna Litta” y la “Virgen de la Flor”, de Da Vinci; “El almuerzo”, de Velázquez; “Baco”, de Rubens, y obras de Rafael, Tiziano, El Greco, Goya, Van Dyck, Rembrandt, Monet, Van Gogh, Gauguin, Picasso, Kandinsky y Malevitch–, el recorrido completo duraría más de cuatro años.
Más que un museo, el Hermitage –el escenario de la película El arca rusa, de Aleksandr Sokúrov– es un laberinto en el que cada giro alienta la desorientación y provoca los más variados encuentros: con guardias ancianas dormidas en sus sillas y con recuerdos de robos y de despreciables ataques, como el del vándalo que en 1985 lanzó ácido sulfúrico contra la “Dánae” de Rembrandt. Por los pasillos del Hermitage circulan todo tipo de historias. Se dice, por ejemplo, que 65 gatos patrullan los sótanos para evitar que las ratas dañen sus tesoros.

RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.
RESTAURADO. Se invirtieron casi 600 millones de dólares para que el museo luzca como nuevo en diciembre, en su 250° aniversario.


En los salones del museo se percibe la fuerza que impone el cara a cara con colecciones que representan una galaxia de pueblos y culturas. Los restos del Egipto faraónico se mezclan con los de las antiguas Grecia y Roma. Frescos budistas, porcelanas francesas y el célebre cuadro “La Danza”, de Matisse, se empalman con techos, sillas y escritorios rebosantes de oro, salones recargados en estilo neoclásico y barroco ruso, destellos del esplendor zarista.
La solemnidad se enreda con la gula visual del visitante. Las cámaras fotográficas son los verdugos tanto de la memoria como de la contemplación desnuda. No se mira ni se disfruta, se consume. Se fotografía como un acto de apropiación. Con las horas, sin embargo, el entusiasmo se aplaca. Se convierte en otra cosa: sopor. Lo majestuoso y el exceso suntuoso de los Romanov se vuelve más de lo mismo: pasado petrificado y congelado detrás de una vidriera o de una cinta. Los innumerables nombres de pintores y escultores se confunden en un gran pastiche. En el recuerdo, se vuelven un remix. Sólo permanece una sensación vaga de haberse perdido en un pasado encapsulado en un edificio verde, una cárcel de cristal con una historia tan ajetreada como la personalidad rusa: un edificio sucesivamente bombardeado, cuyas colecciones fueron trasladadas a Moscú durante la revolución bolchevique y luego a los Urales en la Segunda Guerra Mundial.
Es imposible entender una ciudad sin sus museos y un museo sin su ciudad. El caos interno del Hermitage es así la prolongación del ritmo de una San Petersburgo vívidamente violenta que, pese a los locales de Mc’Donalds, Starbucks y Subway, aún habita en el siglo XIX

Fuente: Revista Ñ Cultura Clarín

EN LA CITY PORTEÑA, UNA OBRA DE ARTE DE CEMENTO

La sede del antiguo Banco de Londres es un referente de la Arquitectura Moderna y otro legado del genial Clorindo Testa.

Reconquista y Bartolomé Mitre. El edificio, hoy sede del Banco Hipotecario, rompe la monotonía de la zona

Por Eduardo Parise

Es como encontrar una jirafa caminando en medio de una gran manada de elefantes. En plena City porteña y rodeada de edificios de clásicas estructuras bancarias (es decir: con fachadas macizas y espacios de accesos casi clausurados) la construcción sobresale con tanta claridad que, si uno pasa por allí y no le llama la atención, es porque justo en ese momento estaba con los ojos cerrados.
Alguna vez la definieron como “una escultura hecha en hormigón”. Y aunque no se trate propiamente de una escultura, la sede del ex Banco de Londres y América del Sud (actual Banco Hipotecario Nacional) es una obra de arte.
Lo que realmente no deja de sorprender es que el edificio, que está en una esquina del cruce de Reconquista y Bartolomé Mitre, a escasos cien metros de la Plaza de Mayo, ya tiene 48 años. Se empezó a construir en 1960 y se inauguró seis años más tarde. Tiene una superficie total de casi 80.000 metros cuadrados y fue pensado por el genial Clorindo Testa, como asociado con el estudio SEPRA, de los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini.
El planteo inicial fue formulado en 1959 para un concurso privado y fue tal el impacto que causó que se convirtió en un símbolo fundamental de la Arquitectura Moderna del país y referente mundial.
Definida dentro de lo que los especialistas denominan brutalismo, la obra es fiel representante de ese estilo surgido del Movimiento Moderno, que tuvo su auge en las décadas de 1950 a 1970. El término se origina en la expresión francesa béton brut (hormigón crudo), que solía usar el arquitecto suizo Charles Edouard Jeanneret-Gris (1887-1965), más conocido como Le Corbusier. Después, el crítico de arquitectura Reyner Banham la simplificó directamente como brutalismo.
Las construcciones de ese estilo muestran geometrías angulares que se repiten y dejan a la vista las texturas de los moldes que se usaron para darle su forma al material. Y esa es la principal característica del edificio de Reconquista y Bartolomé Mitre.
Dentro, tanto los tres subsuelos como los seis niveles superiores (llegan hasta los 26 metros de altura), cumplen con una consigna especial: todo funciona como un espacio único que se convierte en una prolongación de las calles. Los dos primeros niveles son para atención al cliente; los restantes, para uso interno. Para completar tanta belleza plástica, en el interior se destaca una escalera-torre-mirador que posibilita múltiples puntos de vista a quien recorre el lugar. Obviamente, también está moldeada en duro hormigón, aunque no lo parece.
En su momento, el edificio generó polémica porque rompía con ese estilo tan formal de la City. Con los años, aquellos cuestionamientos se fueron aplacando a pesar de que muchos no terminan de aceptarlo.
Entre 1988 y 1998 el ex Banco de Londres y América del Sud perteneció al Lloyds Bank y luego fue comprado por el Banco Hipotecario Nacional para su sede.
Por supuesto que no fue la única obra que provocó debate. También una construcción pensada en 1962 por Clorindo Testa, junto con Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich, sigue siendo tema de conversación para entendidos y no tanto. Se trata de la Biblioteca Nacional, inaugurada finalmente en 1992. El año pasado, un encuesta de Clarín realizada entre personas no especializadas en arquitectura consideró a la Biblioteca como el edificio más feo de Buenos Aires, aunque para otros era el más lindo. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com