CARTELES QUE ANUNCIAN A PICASSO EN EL MUSEO PICASSO


Una visitante junto a un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los 50

Una visitante junto a un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los 50 años del centro.

Una visitante junto a un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los 50


Una visitante junto a un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los 50 años del centro.


Una visitante contempla un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los


Una visitante contempla un grupo de carteles expuestos en el Museo Picasso que plantea en una muestra un viaje por las 79 exposiciones temporales que han difundido la obra del pintor malagueño en los 50 años del centro.




















































Fuente: EFE

ENCUENTRAN EN EGIPTO
LA TUMBA DE UN FARAÓN DESCONOCIDO


Fotografía facilitada por el Ministerio Egipcio de Antigüedades de la tumba de un faraón desconocido hasta ahora y que probablemente pertenecía a la dinastía Abydos, que gobernó en el segundo periodo


Fotografías facilitadas por el Ministerio Egipcio de Antigüedades de la tumba de un faraón desconocido hasta ahora y que probablemente pertenecía a la dinastía Abydos, que gobernó en el segundo periodo intermedio (en torno a 1650 a.C.), que fue hallada en Egipto, informó hoy el Ministerio.

Fotografía facilitada por el Ministerio Egipcio de Antigüedades de la tumba de un faraón desconocido hasta ahora y que probablemente pertenecía a la dinastía Abydos, que gobernó en el segundo periodo

Fotografía facilitada por el Ministerio Egipcio de Antigüedades de la tumba de un faraón desconocido hasta ahora y que probablemente pertenecía a la dinastía Abydos, que gobernó en el segundo periodo

Fuente: EFE

CONTROVERSIA POR LAS RAJADURAS Y ROTURAS EN EL MONUMENTO A COLÓN

Una ONG denunció que al desarmarlo se rompieron partes. El Gobierno lo desmintió con un informe y fotos.
Polémica. Detalle del hombro que los denunciantes dicen que falta. El Gobierno dice que no es así./ LEANDRO MONACHESI


Por Silvia Gómez

El desmantelamiento del monumento a Cristóbal Colón continúa, incesante. Mientras los obreros y la grúa pluma operan para bajar las partes de lo que queda del pedestal, las denuncias de que existen piezas y figuras con roturas y rajaduras, provocaron la reacción de los gobiernos de Nación y Ciudad. Desde la Secretaría General de la Presidencia dijeron que son “mentiras” y presentaron un informe para demostrarlo; mientras que desde la Jefatura de Gabinete porteño aseguraron que acudirán a la Justicia para que “se garantice su preservación”.
Con un relevamiento de fotos, y en una suerte de paso a paso del desmantelamiento del monumento, Basta de Demoler se presentó nuevamente en la Justicia “para intimar a que cesen los trabajos y que se saquen las grúas de la plaza. “Además, enviamos todo lo actuado hasta el momento a la Justicia Federal Penal, porque queremos que los funcionarios se hagan cargo”, explicó a Clarín la abogada María Carmen Arias Usandivaras. Entre otras cosas, la ONG dijo detectar que a la figura del “genio alado” le desapareció parte de su hombro y de la cabeza. En tanto, los “titanes del estudio y del pensamiento” también habrían perdido parte de sus brazos y manos.
Sin embargo, el Secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, consideró que las denuncias –que presentó ayer el diario La Nación– son “mentiras” y que continuarán con los trabajos de “conservación y puesta en valor del monumento”. Aseguró que todas las piezas están enumeradas para “en su oportunidad, volver a armarlo”. Al momento, se encuentran inventariadas 186 piezas y estiman que se trata del 50% del monumento.
En relación a la causa –y mientras se espera el fallo sobre la cuestión de fondo: quién tiene potestad sobre el Monumento a Colón– la Justicia prorrogó en diciembre la cautelar que impide su traslado. Una sentencia de la jueza federal Liliana Heiland ordena “al Poder Ejecutivo Nacional que se abstenga de concretar cualquier acto que implique el desmantelamiento, desmembramiento y/o traslado del grupo escultórico y/o de sus partes, fuera de la Plaza Colón”. El Gobierno nacional la ignora.
El jefe de Gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta dijo que irán a la Justicia “para que se garantice el fallo, que es muy claro”. En tanto las asociaciones italianas siguen preocupadas por el avance del desmantelamiento: “Tenemos legítimas expectativas de que la causa pase a la Justicia Federal, que es la que podría considerar si existe posible comisión de, entre otros, los delitos de no acatar, daños a un monumento e incumplimiento de funcionario público”, dijo a Clarín Horacio Savoia, patrocinante del Círculo Italiano.

NUESTRA OPINIÓN

El GCBA llega tarde a intentar una solución a este tema por la vía judicial.
Los destrozos ya han sido hechos. No se previno.

Era sabido que el PEN iba a echar mano de cualquier tipo de recurso, por bajo que fuera, con tal de fabricar el hecho consumado y concretar el capricho chavista de la presidenta de la Nación.
Ha habido evidente impericia, improvisación y mala fe en el manejo del monumento, que ya había sido restaurado hace unos 6 años.
Los operarios que desguazan el monumento han trabajado sin parar a pesar de las disposiciones judiciales que ordenaban lo contrario.
Donado por los italianos al pueblo argentino todo, el monumento NO es propiedad del PEN. La depositaria es la Ciudad de Buenos Aires, capital común a todas las provincias que integran la República.
El órgano de competencia es el MOA, Monumentos y Obras de Arte dependiente del GCBA.
¿Qué futuro le puede esperar a un país en el que desde su máxima magistratura se avala la destrucción de una obra de arte?



P.L.B.


Fuente: clarin.com

EL CUADRO MÁS CARO DEL MUNDO
ES DE UNA MILLONARIA ESTADOUNIDENSE

La obra récord mundial de Francis Bacon.

"Tres estudios de Lucian Freud", es un óleo sobre tela de 1969, tríptico del pintor británico de origen irlandés Francis Bacon, representando al artista Lucian Freud.
Se vendió en noviembre de 2013 en 142.400.000 dólares -el precio más alto alcanzado en una subasta por una obra de arte.
Su nueva dueña es la la multimillonaria Elaine Pascale Wynn, ex esposa del magnate de los casinos Stephen Wynn. Lo compró en el precio récord mundial de 142,4 millones de dólares, en una subasta de Christie's de Nueva York.
La señora no es sencillamente la ex del magnate de los casinos: es la cofundadora del imperio. Y está relacionada con importantes museos de su país.
Un momento del remate del tríptico de Bacon en Christie's de Nueva York.





BEETHOVEN,
O EL CORAJE DE COMBATIR EL SUFRIMIENTO CON VIDA Y OBRA

Desde su profundo conocimiento, el director de la Opera de Berlín hace accesible para todos al gran compositor.








En acción. El 1 de enero de 2014 durante el concierto de año nuevo, en el que dirigió a la Orquesta Filarmónica de Viena. / AFP.

Por Daniel Baremboim

Siempre es interesante –y, en ocasiones, hasta importante– tener un profundo conocimiento de la vida de un compositor, pero no es esencial para entender sus trabajos. En el caso de Beethoven, no hay que olvidar que en 1802, el año en que contempló suicidarse –como escribió en una carta que no envió a sus hermanos y que llegó a conocerse como el “Testamento de Heiligenstadt”, también compuso la Segunda Sinfonía, uno de sus trabajos de espíritu más positivo, lo que nos demuestra que es vital separar su música de su biografía personal y no mezclar ambas cosas.
Por lo tanto, no apuntaré aquí a proporcionar un elaborado estudio psicológico de Beethoven el hombre a través de un análisis de sus obras o viceversa. En realidad, si bien el centro de este ensayo será la música de Beethoven, debe entenderse que no se puede explicar la naturaleza del mensaje de la música por medio de palabras. La música significa cosas diferentes para diferentes personas, y a veces hasta cosas diferentes para la misma persona en diferentes momentos de su vida. Podría ser poética, filosófica, sensorial o matemática, pero en todos los casos debe, en mi opinión, relacionarse con el alma del ser humano. De ahí que sea metafísica; pero el medio de expresión es pura y exclusivamente físico: el sonido. Pienso que es precisamente en esa coexistencia permanente del mensaje metafísico a través de medios físicos donde reside la fuerza de la música. Es también la razón por la cual, cuando tratamos de describir música con palabras, todo lo que podemos hacer es articular nuestras reacciones, pero no plasmar la música en sí.
La importancia musical de Beethoven es algo que ha definido sobre todo el carácter revolucionario de sus composiciones. Beethoven liberó la música de las convenciones de armonía y estructura que habían prevalecido hasta ese momento. A veces siento en sus últimos trabajos la voluntad de romper con todos los signos de continuidad. La música es abrupta y aparentemente inconexa, como en el caso de la última sonata para piano (Op. 111). En cuanto a expresión musical, no se sintió limitado por el peso de la convención. Era un librepensador en todo sentido, y un librepensador valiente, y el coraje me resulta una cualidad esencial para la comprensión –y la interpretación– de sus obras.
Esa actitud valiente, de hecho, se convierte en una exigencia para los intérpretes de la música de Beethoven. Sus composiciones exigen al intérprete dar muestras de valor, por ejemplo en el uso de la dinámica. El hábito de Beethoven de subir el volumen con un intenso crescendo y luego seguir de forma abrupta con un pasaje suave (un “súbito piano”) era algo que rara vez habían usado los compositores que lo precedieron. En otras palabras, Beethoven le pide al intérprete que muestre valor, que no tema llegar al borde del precipicio, y lo obliga, por lo tanto, a encontrar la “línea de mayor resistencia”, una frase que acuñó el gran pianista Artur Schnabel.
Beethoven era un hombre profundamente político en el más amplio sentido de la palabra. No le interesaba la política cotidiana, sino las cuestiones de conducta moral y las preguntas mayores sobre cómo el bien y el mal afectan a la sociedad en su conjunto. Especial importancia revestía su opinión sobre la libertad, la cual se relacionaba para él con los derechos y responsabilidades del individuo: defendía las libertades de pensamiento y de expresión.
Beethoven no habría comulgado con el punto de vista tan difundido en la actualidad de la libertad como algo esencialmente económico, necesario para el funcionamiento de la economía de mercado. Un ejemplo bastante reciente de la definición económica de la libertad puede hallarse en “La estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos de América”, un documento que dio a conocer el presidente George W. Bush el 17 de septiembre de 2002, que define la relación de los Estados Unidos con el resto del mundo. Establece que el objetivo de los Estados Unidos, en su condición de país más poderoso del planeta, es “extender los beneficios de la libertad a todo el mundo. Si se puede hacer algo que otros valoran, hay que poder vendérselo. Si otros hacen algo que nosotros valoramos, debemos poder comprárselo. Esa es la verdadera libertad, la libertad de una persona –o de un país– de ganarse la vida.” Con demasiada frecuencia suele considerarse que la música de Beethoven es exclusivamente dramática, que expresa una lucha titánica. En ese sentido, las sinfonías Heroica y Quinta representan sólo un plano de su trabajo. También hay que apreciar, por ejemplo, su Sinfonía Pastoral. Su música es tanto introvertida como extrovertida, y una y otra vez yuxtapone esas cualidades.
La única característica humana que no está presente en su música es la superficialidad. Tampoco puede caracterizársela de tímida o bonita. Al contrario, incluso cuando es íntima, como en el Concierto para Piano Nº 4 y la Sinfonía Pastoral, tiene un elemento de grandeza; y cuando es grande es, al mismo tiempo, intensamente personal. Un ejemplo evidente de ello es la Novena Sinfonía.
En mi opinión, Beethoven pudo alcanzar en su música un perfecto equilibrio entre presión vertical –la presión del dominio de la forma musical del compositor– y el flujo horizontal: siempre combina factores verticales, como armonía, tono, acentos o tempo, todo lo cual se relaciona con un sentido del rigor, con un gran sentido de libertad y fluidez. La cuestión de los extremos y del equilibrio, supongo, debe haber sido en él una preocupación consciente.
Se encuentra una expresión de eso en Fidelio, por ejemplo. La composición contiene un movimiento constante entre polos opuestos: de la luz a la oscuridad, de lo negativo a lo positivo, entre lo que se desarrolla arriba, en la superficie, y lo que transcurre bajo tierra. Así como era incapaz de escribir algo superficial –o sólo lindo– era también incapaz de –o no estaba dispuesto a– escribir nada que representara lo que fuera fundamental y exclusivamente malo. Hasta un personaje como Pizarro, el gobernador de la cárcel en Fidelio, puede entenderse como una personificación de la corrupción y la opresión, pero no de la maldad.
La música de Beethoven tiende a pasar del caos al orden (como en la introducción de la Cuarta Sinfonía), como si el orden fuera un imperativo de la existencia humana. El orden no deriva para él del olvido o la ignorancia de los problemas que acosan nuestra existencia. El orden es un acontecimiento necesario, una mejora que podría llevar al ideal griego de la catarsis. No es casual que la Marcha Fúnebre no sea el último movimiento de la Sinfonía Heroica sino el segundo, de modo tal que el sufrimiento no tenga la última palabra. Podría resumirse buena parte de la obra de Beethoven diciendo que el sufrimiento es inevitable, pero que el coraje de combatirlo hace que la vida valga la pena.


La música como promesa


Por Federico Monjeau








Barenboim es un hombre engañosamente simple, que suele emplear imágenes sencillas para los temas más espinosos. Su señalamiento de que las ocurrencias de suicidio coincidieron en Beethoven con la composición de una obra relativamente placentera como la Segunda sinfonía busca separar de un solo golpe las esferas del hombre y de la obra; detrás de ese sencillo ejemplo está la idea de que la expresión de la música no coincide con la expresión de una psicología individual, de la psicología de tal o cual autor, y que en toda gran música hay una expresión supraindividual. Barenboim califica esa expresión de “metafísica” e intraducible. Nuestro músico está inmerso en una tradición estética que remonta a Schopenhauer, quien postulaba que la música (como la forma de objetivación más elevada de “la voluntad”) era una especie de mundo duplicado. Duplicado y un poco mejorado, agregó un siglo después el filósofo Th. W. Adorno, para quien la música era, en su extraordinaria forma de un lenguaje sin palabras y a la vez tan pleno de sentido, una promesa de felicidad. A esa idea de la música como promesa vuelve en Barenboim sobre el final de este artículo con otro ejemplo de sencillez acerca de la posición de la Marcha fúnebre en la Sinfonía Heroica de Beethoven, de modo que el sufrimiento no tenga la última palabra. La música no dice nada en particular sobre el mundo, pero sin embargo dice mucho en general y puede adquirir la forma de una máxima utopía. Algo de esto seguramente está en la base de esa otra gran utopía artística de Barenboim: su propia orquesta árabe-israelí. Como dijo en una ocasión: “Chinos, europeos, judíos, musulmanes, todos somos iguales frente a la Quinta sinfonía de Beethoven”.


Fuente: clarin.com


APARECEN QUEBRADAS PARTES DEL MONUMENTO A COLÓN

Los trabajos de desmantelamiento continúan y provocaron roturas en diferentes piezas del conjunto
Así lucía ayer la estatua de Colón, desmantelada para su posible traslado  Foto: Hernán Zenteno
El conjunto de la escultura está en el piso de la plaza homónima, detrás de la Casa Rosada.  Foto:  LA NACION  / Hernán Zenteno




Por Jael Ariadna Díaz Runza


El desmantelamiento del Monumento a Colón para su posible traslado, foco de una disputa entre la Nación y la Ciudad , impactó en la propia estatua. Así quedó claro ayer, cuando diferentes piezas del conjunto escultórico aparecieron rotas o dañadas en el piso de la plaza homónima, detrás de la Casa Rosada. Un daño que se produjo luego de que la Justicia ordenara, el 11 de diciembre pasado, que ninguna pieza del monumento debía ser desmantelada o trasladada.
Varias son las figuras que sufrieron daños. Una de las imágenes centrales, la del "genio que señala la tierra lejana", se encuentra en el suelo, seccionada y en diferentes pedazos. Su torso está en el sector sur de la plaza, mientras que sus rodillas se mantienen en el frente de la obra, al lado de una grúa que se utiliza para mover cada parte que diariamente es retirada.

A la figura del "genio alado", que la acompañaba en el conjunto escultórico, le desapareció parte de su hombro y también de su cabeza. Los llamados "Titanes del Estudio y del Pensamiento" no corrieron mejor suerte. A uno de ellos ya no se lo reconoce entre los trozos de mármol blanco dispuestos en el piso. El otro perdió parte de sus brazos y de sus manos.

Todo esto sucede frente a la efigie de Cristóbal Colón, que reposa al costado de la base, que, desde 1921, solía sostenerlo.

 

Según el especialista Marcelo Magadán, uno de los fundadores de la ONG Basta de Demoler, el monumento presenta pequeñas rajaduras y esto provoca que las piezas puedan romperse con facilidad. "Para ser movidas desde su lugar original hasta el pasto se necesita asegurarlas con bandas y sogas especiales que ejercen presión en un material muy poroso y permeable como el mármol -señaló Magadán-. Esta misma presión, mal aplicada ocasiona la rotura de las partes más débiles."

En su opinión, conservar una pieza arquitectónica o escultórica es respetar el legado cultural que recibió el país. "La remoción de una obra se justifica si existe el riesgo de que se pierda por algún motivo. Si construyeran una represa y la zona se inundara, habría que retirarla de allí para conservarla. Pero lo que se está haciendo ahora agrega daño, no lo conserva", explicó.

El actual responsable técnico de los actuales trabajos es el escultor Domingo Tellechea, conocido por ser el restaurador del cuerpo de Eva Perón. En la plaza Colón no existe ningún cartel de obra que informe quién está a cargo de la tarea o qué empresas fueron contratadas.

Alejandro Marroco, uno de los abogados que representan a las siete asociaciones italianas que promovieron amparos para proteger el monumento, se presentó ayer en la Justicia para entregar un escrito en el que se denuncia el incumplimiento de la prohibición de desmantelar la obra de Zocchi y donde solicita, una vez más, la habilitación de la feria para pedir que el tema pase a la justicia criminal federal.

Demandas italianas

El representante del Círculo Italiano, Horacio Savoia, también consideró que el conflicto debe pasar a manos de la justicia criminal. "Están demandados los dos Estados: el nacional y el porteño. El primero, por generar daño, destrucción y violar la ley. El segundo, por permitir que se hiciera lo que se hizo."

Savoia también está a la expectativa de la apertura de la feria y dice que la desobediencia a la autoridad judicial por parte del Poder Ejecutivo debe ser penada.

Con referencia al daño de las piezas que se observan desde el exterior, Magadán dice que al no estar permitido el ingreso en el predio en el que tienen lugar las obras de desmantelamiento, no se puede precisar si el trabajo se está realizando de manera correcta o incorrecta.

"Puede que se trate de piezas distintas. A veces, los escultores colocan una incrustación del material y vuelven a tallar", explicó. Y agregó: "El problema es que los bloques del monumento tenían muchas rajaduras y si no se los manipula con cuidado existe el riesgo de que se salten o se rompan partes pequeñas."

Para desmantelar una obra se requiere una serie de estudios previos para evaluar el estado de la pieza. Magadán aseguró que se hicieron estudios estructurales, pero sobre la estatua de Colón y sobre la columna, no sobre el resto del conjunto.

Otro elemento necesario para desmantelar una estatua y para evitar posibles errores de procedimiento, son los planos de montaje diseñados por el escultor. Hasta el momento, no se sabe si los encargados de desmembrar la obra de Zocchi lo consiguieron o no, puesto que nunca fueron exhibidos.

Graciela Fernández, una vecina de la zona, dice que le apena que una ciudad tan bella se destruya. Fernández asegura que todos los días pasa por el monumento que solía admirar y que fotografía cada obra de desguace que se realiza.

"La resolución de la Justicia que impedía desmembrar, desmantelar y trasladar el monumento es del 11 de diciembre. Ese día, 'la figura del genio que señala la tierra lejana' estaba colocada en su lugar. Hoy, está partida y en el piso", señaló. La disputa por el futuro del monumento sumó un nuevo capítulo.

Cronología de un conflicto que no termina

23 de abril de 2013
La ONG Basta de Demoler radicó un amparo para impedir que el gobierno nacional lleve la estatua de Colón a Mar del Plata.

31 de mayo de 2013
Una grúa llegó a la plaza Colón para desmantelar el monumento. La Justicia frena la remoción

12 de junio de 2013
Autorizan a la Nación a desmontar la estatua, pero sólo para restaurarla. Lo concretan 17 días después

11de diciembre de 2013
La Justicia resuelve que se frenen los trabajos en la estatua. Sin embargo, siguen.

Los trabajos de desmantelamiento de la estatua de Colón continúan y provocaron roturas en diferentes piezas del conjunto  Foto: LA NACION / Hernán Zenteno
Los trabajos de desmantelamiento de la estatua de Colón continúan y provocaron roturas en diferentes piezas del conjunto  Foto: LA NACIÓN / Hernán Zenteno

Un grupo escultórico con destino incierto


El gobierno nacional no explica qué pretende hacer con la obra del escultor Arnaldo Zocchi
Según lo dispuesto por la Justicia en diciembre último, el Monumento a Colón, hecho por el escultor Arnaldo Zocchi, no debía ser desmembrado , desmantelado o trasladado. Pese a esto, las tareas de desguace continúan y se desconoce cuál será el destino de una de las piezas de arte más tradicionales e imponentes de Buenos Aires.


El Monumento a Colón, inaugurado en 1921, fue un obsequio que la comunidad de residentes italianos le hizo a la ciudad en ocasión del primer centenario de la independencia.
En marzo pasado, el gobierno nacional anunció que la pieza escultórica sería reemplazada por una de Juana Azurduy, donada a su vez por el gobierno de Bolivia.
Por aquellos días la agencia de noticias Télam difundió un cable en el que aseguraba que la comunidad italiana de Mar del Plata solicitaba que el Monumento a Colón, hecho en mármol de Carrara, fuera colocado en la plaza Colón, de aquella ciudad.
Sin embargo, 23 comunidades italianas de Mar del Plata, a través de un comunicado, desmintieron que hubieran realizado tal pedido.
Luego, circularon versiones de un supuesto acuerdo entre los gobiernos nacional y porteño, en el que se negociaba el traslado a cualquier lugar de la Capital: el Parque Indoamericano, Costanera Sur o Puerto Madero.
Ese acuerdo también fue desmentido en varias oportunidades por diferentes funcionarios del macrismo. Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gabinete de la Ciudad, aseguró que nunca existió tal intención. "No vamos a avalar ningún traslado del Monumento a Colón que no tenga un amplio consenso de la colectividad italiana radicada en el país, que fue quien lo donó", dijo.
Sobre el destino que tendrá el conjunto escultórico no existen certezas. Desde el Gobierno nadie explica por qué continúan las tareas de desmantelamiento que la Justicia ordenó detener. En tanto, el gobierno porteño dice que no puede tomar ninguna medida al respecto: la plaza Colón no es su territorio.

Fuente: lanacion.com

UN PETITORIO MASIVO BUSCA FRENAR
LA SUBASTA DE OBRAS DE MIRÓ EN PORTUGAL

Cerca de 6.000 personas firmaron el petitorio online para que 84 pinturas en formato grande y una escultura no sean subastadas a un precio menor por el Banco Portugués de Negocios, nacionalizado en 2008.

Joan Miró, Peinture, 1953. La colección que se puso a subasta es la más grande del artista fuera de Barcelona.
Joan Miró, Peinture, 1953. La colección que se puso a subasta es la más grande del artista fuera de Barcelona.
La decisión del Gobierno portugués de vender un paquete de 85 obras del pintor catalán Joan Miró, en manos del Estado, se ha visto contestada a nivel político y social, y ya son cerca de 6.000 las firmas reunidas para paralizar su subasta. La iniciativa para reunir apoyos contra esta venta fue lanzada en internet y se suma a las críticas del Partido Socialista, principal grupo de la oposición, y de los comunistas lusos, que presentaron la semana pasada una resolución en el Parlamento para mostrar su rechazo a la medida.
Las obras de Miró pertenecían al Banco Portugués de Negocios (BPN), nacionalizado en 2008 por riesgo de quiebra, en el que es considerado como uno de los mayores escándalos financieros ocurridos en el país durante los últimos años, con un perjuicio para las arcas públicas de miles de millones de euros.
El Ejecutivo luso encomendó la subasta a la casa Christie's de Londres, y está previsto que la puja se produzca a principios de febrero bajo la premisa de recaudar por ellas en torno a 35 millones de euros (47,8 millones de dólares). Los impulsores de la campaña de firmas en internet, sin embargo, defienden que el valor de este patrimonio es muy superior y recuerdan que en los cálculos realizados por la misma casa de subastas en 2008 se apuntaba un precio de entre 80 y 150 millones de euros (entre 109 y 205 millones de dólares).
"La suma es ridícula, en la medida en que la cantidad de obras colocadas a la venta hace descender su precio", se explica en el texto que acompaña la iniciativa, donde se insiste, además, en que su valor será incalculable después de la puja, ya que "irán a parar a colecciones y museos de todo el mundo que tendrán muy poco interés en revenderlas". En opinión de quienes desean paralizar la subasta, ésta representa "un expolio del patrimonio nacional" y reclaman que las obras se conserven en Portugal, debido a que tienen potencial para "generar ingresos muy superiores porque atraerían turismo internacional" y reforzarían la riqueza de los museos lusos.
"Estamos hablando de cuadros significativos de un autor consagrado mundialmente que, por su importancia artística e histórica, se revalorizarán con el paso del tiempo", subrayaron. La campaña de firmas en internet fue lanzada por la entidad cultural Casa da Liberdade, un proyecto dedicado al artista plástico y poeta luso Mário Cesariny, reconocido como el gran impulsor del surrealismo en su país, que falleció en el año 2006.
La colección, compuesta por 84 pinturas en formato grande y una escultura, abarca todas las décadas de la producción plástica de Miró y es una de las mayores colecciones del artista fuera de Barcelona.


Fuente: Revista Ñ Clarín / EFE