POLÉMICA MUDANZA:
FRENARON POR LEY EL TRASLADO DEL MONUMENTO A COLÓN

Ahora para mudarlo se necesita autorización de la Legislatura, que ayer lo declaró patrimonio porteño. El Gobierno nacional quiere llevárselo para poner en su lugar una estatua de Juana Azurduy.
Sin grúas ni andamios. La estatua sigue tirada en la plaza detrás de la Rosada. Las grúas ya se fueron, y ayer tampoco se vieron los andamios alrededor del pedestal. /GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI

Por Romina Smith
 
Mientras espera que la Justicia decida de quién es y, sobre todo, quién puede decidir sobre su futuro y quién no, el monumento a Cristóbal Colón que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quiere llevar a Mar del Plata ya tiene una ley que le da protección como “bien integrante del patrimonio de la Ciudad”. Ayer la Legislatura porteña aprobó una norma que lo pone en esa categoría. Así, la Nación tendría más impedimentos para llevarse a la escultura de la Plaza Colón, detrás de la Casa Rosada, donde espera acostada en el piso, desde el 29 de junio, una resolución que defina si vuelven a pararla o se la llevan para reemplazarla por otra figura de Juana Azurduy, la luchadora por la Independencia que la Nación quiere instalar en ese lugar.
A diferencia de lo que ocurrió en la audiencia pública del martes, también en la Legislatura, donde representantes de la comunidad italiana, las ONG que impulsaron el amparo que está frenando cualquier movimiento de la figura del genovés por lo menos hasta el 12 de septiembre, y legisladores y vecinos que se mostraron firmes en su postura para que Colón se quede en la plaza que lleva su nombre, la de ayer fue una movida rápida, que tuvo solo una oradora –María Elena Naddeo (FPP), integrante del interbloque kirchnerista– a favor de la intención presidencial. La ley, finalmente, se aprobó con 35 votos del PRO, de Proyecto Sur y de la Coalición Cívica, tuvo 14 abstenciones y ningún voto en contra: todo el interbloque del Frente para la Victoria y los diputados Claudio Palmeyro (SP) y Alejandro Bodart (MST) –que suele ser muy activo en los debates– prefirieron no definirse ante ninguna postura.
La ley había sido impulsada por los diputados Fernando Sánchez y Maximiliano Ferraro, y por la diputada Rocío Sánchez Andía (CC), y despachada en la Comisión de Cultura que encabeza Lía Rueda (PRO). Si bien la norma no frena la mudanza, sí pone un requisito más para evitarla: al ser nombrada parte del patrimonio porteño, cualquier decisión que recaiga sobre ella deberá pasar primero por la Legislatura.
“La Ciudad tiene distintas leyes para proteger su patrimonio. En este caso, se logró que cualquier acción sobre el monumento sea más dificultosa, incluso para moverlo o restaurarlo. Suma elementos a la cautelar que impulsaron las ONG Basta de Demoler y Salvemos las estatuas y que permite que el juez que resuelva de quién es el monumento y a quién pertenece la plaza tenga que valorar esta nueva restricción. El es, en definitiva, también el que tiene que aclarar cuál es el alcance del convenio que desde 2007 convierte en vulnerable ese espacio de la Ciudad”, explicó Sánchez en referencia al acuerdo entre Nación y Ciudad que estipula que la plaza Colón y lo que está en ella es responsabilidad de la Ciudad. Sin embargo, ese espacio permanece enrejado y cerrado y el monumento fue bajada sin permiso. Sánchez agregó: “Las leyes pesan, y si avanza en el plan de sacarlo la Nación podría estar en rebeldía ante una decisión judicial, porque todavía hay una cautelar”.
Durante la sesión, que duró menos de una hora, Naddeo fue la única que defendió la idea de llevar la escultura del genovés a Mar del Plata, incluso a pesar de que las asociaciones italianas de esa ciudad ya comunicaron su postura en contra. “Se confunde la autonomía de la Ciudad al olvidar que también este distrito es sede del Gobierno Nacional, al que le fue cedida la estatua”, disparó. Y dio por decidida la mudanza: “El monumento a Colón va a seguir estando al aire libre, restaurado, pero Azurduy merece una reivindicación, tenemos que pensar qué símbolos acompañan a la Casa Rosada y la Jefatura de Gobierno porteña”. Y Rueda fue firme: “Con esta ley queda claro que Colón pertenece a la Ciudad y debe estar en su lugar hasta que la Legislatura disponga lo contrario”. La pelea, judicializada, podría llegar a la Corte Suprema según advirtió Basta de demoler.

Para Cabandié, no va a Mar del Plata

“Pretendíamos que el monumento fuera trasladado a Mar del Plata pero no será así”. El diputado porteño Juan Cabandié, en campaña para llegar al Congreso Nacional, sorprendió con sus declaraciones a Radio Ciudad. Un rato antes, tras la sesión de la Legislatura en la que se abstuvo de votar, le había ratificado a Clarín: “Nuestra intención es poner a Juana Azurduy”.
Cuando estalló la polémica, Cabandié había dado una curiosa explicación sobre el plan para remover la escultura: “Nos preocupa que un monumento a Colón tan importante, como el que está atrás de la Casa Rosada, sea visto unos pocos segundos y por pocas personas mientras transitan con su auto o en medio de transporte público, porque después no hay posibilidad de verlo”.
En esa oportunidad, el legislador del Frente para la Victoria pareció no tener en cuenta que la escultura de Juana Azurduy, hecha gracias a una donación de 1 millón de dólares del Gobierno de Bolivia, estará en ese mismo lugar.

Fuente: clarin.com

APOSTAR POR EL ARTE:
CADA VEZ MÁS INVERSORES FINANCIAN A ARTISTAS

Por el cepo y la inflación, pequeños ahorristas deciden resguardar sus pesos convirtiéndose en mecenas de jóvenes pintores 


Ignacio Oroná tiene 31 años, es analista de sistemas y hace unos cinco meses decidió darle un curso impensado a su dinero.

Por el momento, le resulta difícil pensar en juntar lo que cuesta un departamento. Por eso, ahora, invierte en arte. Mejor dicho, ahorra en arte: se convirtió en mecenas de un artista. Todos los meses le hace una transferencia de unos 500 pesos y a fin de año recibirá una obra de Enrique Tazelaar, un joven pintor que lo deslumbró con sus colores.

"A fines del año pasado acompañé a un amigo a un evento. Yo creía que era un remate. Pero no, era el evento anual en el que los mecenas recibían las obras para las que habían aportado mensualmente. Me encantó la idea. Me pareció una manera genial de comprar arte y, a la vez, invertir", cuenta Ignacio.

Su caso es cada vez más común. Según surge de los números que se manejan en el mercado, el cepo y las restricciones cambiarias acercaron al mercado del arte a una gran cantidad de nuevos adeptos. Llegan interesados principalmente en la posibilidad de colocar su dinero en un bien que no se devalúe, no tenga gastos de mantenimiento y, eventualmente, permita hasta duplicar la inversión.

"Hoy, el 60% de los compradores son personas que no tienen en su haber más de una o dos obras y que conocen muy poco del tema", describe Ignacio Gutiérrez Zaldívar, de la galería de arte Zurbarán.

Sin embargo, comprar arte para invertir o incluso para ahorrar se ha convertido en una fantasía común, sobre todo para la clase media porteña. El perfil, dicen, es el del pequeño ahorrista, ese que compraba un departamento como inversión.

Las subastas de obras de arte se presentan particularmente atractivas. Augusto Giménez Zapiola es productor de cine. Nunca había comprado arte. Hace unos años adquirió su primera obra en arteBA, sorprendido al descubrir que el arte estaba más a su alcance de lo que había pensado. Compró una pintura de Felipe Giménez por 800 pesos. La quiso para colgar en su casa. Pero fue un camino de ida. "Era posible comprar arte a precios no delirantes", advirtió. A partir de entonces, lo intrigó la manera de conseguir obras de renombre, pero a precios accesibles. Su ojo de inversor lo llevó a participar por primera vez en una subasta: la del Museo Sívori. Sin ninguna experiencia previa, empezó a levantar la mano y en poco tiempo se hizo de más de 40 obras, desde un Alonso por el que pagó unos 10.000 pesos hasta un Cogorno, por 20.000. Ahora se prepara para participar del remate a beneficio que el museo realizará el próximo martes, a las 19, donde saldrán a la venta obras de grandes maestros, como Antonio Berni, León Ferrari, Leopoldo Presas, Libero Badii, Santiago Cogorno, Marta Minujín, Víctor Chab, Alberto Greco, Oscar Vaz, Onofrio Pacenza, y los más prestigiosos artistas contemporáneos, como Guillermo Roux, Adolgo Nigro, Juan Doffo, Blas Castagna, Silvina Benguria, Gustavo López Armentía, Alberto Bastón Díaz, Raúl Farcó, Jacques Bedel y Luis Wells, entre otros.

Esas 95 obras se exhiben en el museo y algunas de ellas saldrán a subasta sin base y al mejor postor. El resto de los lotes arrancará con una base que resulta entre un 20 y 30 por ciento menor que el valor del mercado.

"Las artes plásticas siguen alentando a nuevos coleccionistas a adquirir obras como forma de inversión. Un cuadro o una escultura de firma no sólo representan un objeto estético, sino una opción redituable a largo plazo, y a la que hoy se puede acceder en pesos argentinos", apunta la vicepresidenta de la Asociación de Amigos del Museo Sívori, Lys Grimaldi.

El mercado del arte mueve unos 1000 millones de pesos al año. Según la Asociación Argentina de Galerías de Arte, desde 2011 se incrementó 35% la cantidad de obras vendidas. En abril, mayo y junio últimos, las subastas de arte han movido unos 36 millones de pesos, según la revista Trastienda. Se subastaron 1331 obras, a un valor promedio de 30.000 pesos cada una. Las más recientes fueron la de Make-A-Wish, a beneficio, y la del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, hace tres semanas. No soy tan joven como para saberlo todo , una acuarela sobre papel realizada por el grupo Mondongo, se vendió en 37.000 pesos. En total, se comercializaron obras por 700.000 pesos. Claro que la franja de los nuevos compradores, aquellos que se acercan al arte como inversión, se planta mucho antes. En los 5000. Tal vez en los diez. La ilusión siempre está puesta en la posibilidad de capitalizar la inversión. Comprar barato y vender caro, en dólares. Y allí es donde los nuevos compradores apuestan a los llamados "artistas emergentes". Pero para que esto ocurra hay que conocer el paño.

"Hay mucha gente que tiene ganas de meterse, pero que no es usualmente conocedora y lo considera una eventual rentabilidad. La mayor retribución que da el arte es la satisfacción de tenerla. Después, si se puede vender bien, mucho mejor", sintetiza Gonzalo Vidal, que dirige una consultora dedicada a asesorar a compradores de arte.

"Lo que se potenció mucho es la compra solitaria en los remates. La mayoría son jóvenes que gastan hasta 15.000 pesos. Mucha gente entra a las subastas sin ningún conocimiento. Apuestan a los artistas emergentes, pero hay que saber que el arte es buena inversión pero la rentabilidad es a largo plazo. Para que esas obras valgan tienen que pasar entre diez y treinta años", apunta.

"El arte como inversión tiene una gran rentabilidad. Sube un 12% anual acumulativo. Nada tiene ese retorno. El arte argentino tiene precios bajísimos y gran calidad. Pero para tomarlo como inversión hay que comprar con audacia y vender con paciencia", dice Gutiérrez Zaldívar.

Comprar arte en cuotas como forma de capitalizar un ahorro es una de las tendencias que se consolidan en Zurbarán, porque como dice su director lo que falta en el mercado es financiación. "Creció el interés por este sistema de compra -explica-. Se firma un contrato de comodato y cuando el interesado termina de pagar las doce cuotas se hace el de propiedad.".

Del editor: qué significa.
Ante la falta de certezas que ofrece hoy la economía argentina, los inversores buscan nuevos territorios para sus ahorros.

Para los expertos, hay que tomar recaudos para no equivocarse


Cuáles son las obras que tienen mayores posibilidades de reventa en el mercado




Qué hay que tener en cuenta a la hora de invertir los ahorros en arte. Desde la Asociación Argentina de Galerías de Arte aconsejan que lo primero por considerar es la autenticidad de la obra. Y para ello aconseja la compra en lugares oficiales y con garantía.
Si se trata de una obra con más de cien años, hay que tener en cuenta que cuanto más conocida sea esa pintura, mayor será, obviamente, su valor. En ese caso, la procedencia también será importante. No es lo mismo tener una obra que perteneció a Marcelo T. de Alvear que otra de origen desconocido.
Si se trata de grandes maestros, hay algunos nombres que mandan en el mercado. A saber, entre los artistas ya fallecidos, Quinquela Martín, Fader, Berni, Pettoruti, Molina Campos, Soldi, Quirós, entre otros. Entre los contemporáneos, los especialistas marcan algunos nombres como Nicolás García Uriburu, Rómulo Macció, Guillermo Roux, Juan Lascano, Ernesto Bertani, Mario Pérez, y la lista sigue.
"Esos son los artistas que pide el mercado. Adquirir una obra de ellos siempre será una buena inversión", dice Ignacio Gutiérrez Zaldívar.
Pero también hay artistas más jóvenes por quienes sería una buena idea apostar, agrega: "Agustín Viñas, un hiperrealista de 37 años; Sol Halabi, cordobesa, de 33 años, y Natalia Sánchez Valdemoros, mendocina, de 32 años".
Comprar íconos de artistas asegurará un gran valor de reventa. Así, cuando alguien compra una obra de García Uriburu, si tiene un ombú vale más que si no los tiene. Del mismo modo cómo los Quinquela de La Boca valen más que aquellos que pintó en Córdoba. Aunque Juan Lascano pinte los mejores paisajes de la Patagonia, en sus obras la gente busca los bodegones.
Claro que comprar clásicos es más sencillo. La inversión será grande. Es difícil equivocarse y la rentabilidad será menor. En cambio, si uno va a inclinarse por artistas emergentes, la inversión será menor y el riesgo mayor. También la posibilidad de duplicar o triplicar la inversión.
Algunos especialistas recomiendan mirar la trayectoria. Si esos artistas obtuvieron premios o si obtuvieron becas de las grandes escuelas. Aunque éste no es un factor definitivo. Molina Campos el único premio que obtuvo fue un quinto puesto en un concurso del diario Clarín, por ejemplo. A Pettoruti lo rechazaban en todos los salones. El único premio que obtuvo Berni fue en la Bienal de Venecia.
Hay colores que tienen mayor poder de magnetismo que otros. Así, por ejemplo, según apunta Gonzalo Vital, consultor de arte, las obras en tonos azules cotizan mejor que las marrones. Aunque esto sólo contribuye a alimentar el mito de que los nuevos compradores de arte, por desconocimiento, compran por colores.

Una forma de preservar el dinero


  • Quiénes invierten en arte
    Generalmente son jóvenes porteños que en otros tiempos hubieran adquirido un pequeño departamento como forma de inversión. Ahora, ante las dificultades para acceder a una vivienda, se inclinan por obras de arte

  • Cuáles son las modalidades
    Muchos asisten a las múltiples subastas que se realizan en la ciudad y allí adquieren obras. Por lo general pujan, en promedio, hasta los 5000 pesos. Otros deciden financiar a un artista joven

  • Cuánto se invierte
    Los nuevos mecenas destinan entre 500 y 800 pesos mensuales para financiar a un artista, y éste, a fin de año, les entrega una obra con capacidad de reventa

  • Cuánto más arte se vende
    De acuerdo con la Asociación Argentina de Galerías de Arte, desde el año 2011 se incrementó un 35 por ciento la cantidad de obras vendidas en el país

  • Cuáles son los artistas consagrados más requeridos
    Entre los contemporáneos los especialistas mencionan a Nicolás García Uriburu, Rómulo Macció, Guillermo Roux, Juan Lascano y Ernesto Bertani, entre otros. También varios artistas fallecidos cotizan muy bien: Berni, Pettoruti, Quirós, Soldi, Molina Campos, Quinquela Martín, etc

Obras para todos los gustos y bolsillos


  • El Centro Cultural Recoleta será el anfitrión de EGGO 2013, la feria de arte contemporáneo (ex Expotrastienda) que organiza la Asociación Argentina de Galerías de Arte para promover el coleccionismo para todos los presupuestos económicos.

  • El 70 por ciento de las obras que se ofrecerán entre el 6 y el 9 del mes próximo costará desde $ 1000 hasta $ 25.000. Y, por primera vez, los precios estarán a la vista del público.

  • En Junín 1930, la feria albergará unas 50 galerías de arte con más de 350 artistas plásticos. Entre las sorpresas de la edición 2013, se cuentan el proyecto Galerías Recientes y el Espacio Peisa. Ambas iniciativas procuran impulsar la difusión de artistas jóvenes de todo el país.
Fuente: lanacion.com

LEONARDO DA VINCI Y SU VIAJE AL INTERIOR DEL CUERPO HUMANO

Una exposición compara sus dibujos del cuerpo humano con tomografías computadas, resonancias magnéticas y escaneos 3D.
Revelación. Da Vinci dibujó un bebé dentro del útero materno inspirado en la disección de una vaca preñada.

Por Julieta Roffo

Es 1507. Leonardo Da Vinci, que ya lleva cuatro años trabajando en la Mona Lisa, está sentado junto a un viejo de unos 100 años en el lecho de muerte de ese hombre, en el Hospital Santa María Nuova de su Florencia natal. La conversación transcurre cada vez más lenta, el anciano se apaga, se muere, y Leonardo escribe en su diario: “No había nada mal en su cuerpo, excepto la debilidad. Decidí diseccionarlo para entender la causa de una muerte tan dulce”. La anatomía humana se vuelve, definitivamente, uno entre tantos de sus intereses, aunque ya había pasado décadas diseccionando cadáveres animales.
No es una novedad la pericia con la que el genio del Renacimiento representó el cuerpo humano en sus dibujos: desde que esos dibujos se conocieron en 1900, los anatomistas reconocieron la claridad con la que Leonardo bosquejó órganos, músculos y huesos. Pero sí es novedosa la manera de exponer sus obras: en Edimburgo se exhiben hasta el 10 de noviembre treinta dibujos originales de Da Vinci junto a tomografías computadas, resonancias magnéticas y escaneos 3D, todo en alta definición, para que la comparación con la tecnología actual constate su talento.
Los 30 dibujos elegidos son parte de un lote de 600 que pertenece desde 1690 a la Colección Real Británica, pero que permaneció inadvertido hasta inicios del siglo XX. No sólo hay dibujos, sino también las anotaciones –unas 13 mil palabras– de Da Vinci, realizadas a través de su inconfundible escritura espejada.
Es que entre 1507 y 1513 Leonardo diseccionó unos treinta cadáveres –sin problemas legales ya que una bula papal de 1482 autorizaba esa práctica–, y en algunos casos lo hizo con ayuda del profesor de anatomía de la Universidad de Pavía Marcantonio della Torre. El corazón, los músculos y la estructura ósea eran las cuestiones que más le interesaban, y el objetivo artístico asomaba: perfeccionar el conocimiento del cuerpo humano le permitiría pintar mejor a sus modelos sobre el lienzo.
La cercanía con Della Torre le permitió, en esos años, conocer mejor los huesos: dibujó casi todos los del esqueleto desde diferentes ángulos, incluida la primera representación acertada de la columna vertebral y de los grupos musculares más importantes del cuerpo. Los dibujos de la columna están entre los más destacados de la muestra “Leonardo Da Vinci: Las mecánicas del hombre”, junto con el de un bebé dentro del útero materno: ese bosquejo, según los expertos, está basado en la disección del cadáver de una vaca preñada que el artista realizó, y se muestra junto a un ultrasonido en 3D de un feto de 15 semanas.
Los bosquejos de manos y hombros, en los que no sólo se ven huesos sino también tendones y músculos, se exponen acompañados por animaciones en alta definición que equiparan el conocimiento obtenido hace más de 500 años a través de un bisturí y una pluma con el que puede obtenerse hoy a través del diagnóstico por imágenes.
“La sabiduría anatómica de Da Vinci podría haber transformado el conocimiento médico, pero permaneció oculta en sus cuadernos durante mucho tiempo”, le dijo al diario The Guardian Martin Clayton, curador de la muestra de Edimburgo.
Otra de las cuestiones que la exposición revela es cuán cerca estuvo Da Vinci de descubrir la función del latido del corazón en la circulación de la sangre, que un siglo después descifraría William Harvey. “El 95 por ciento de su teoría era correcta pero le fallaba el corazón”, sostuvo –en declaraciones al diario español El País – Peter Abrahams, docente de la Universidad de Warwick, especialista en anatomía clínica y uno de los impulsores de esta muestra.
“Nadie entendió los dibujos de Leonardo porque eran demasiado avanzados para su tiempo (...) Tendrían que pasar 300 o 400 años más para que el resto del mundo llegara a las mismas conclusiones”, explicó Abrahams, que desde hace unos cuarenta años dicta sus clases sirviéndose de las láminas dibujadas por Da Vinci porque, asegura, así “consigue que la anatomía se vuelva interesante” para sus alumnos.
El tratado de anatomía con el que Leonardo soñaba nunca se publicó: el artista, matemático y también anatomista murió en 1519, sin develar para qué servía el corazón, un órgano que –como a tantos– lo obsesionaba.

Fuente: clarin.com

GLOBO TERRÁQUEO MUY ESPECIAL


Un globo terráqueo grabado sobre un huevo de avestruz que se piensa podría ser el más antiguo en representar el “Nuevo Mundo” ya que data de principios de 1500. Se han encontrado evidencias en la cáscara del huevo de que el grabador estaba influenciado por Leonardo Da Vinci o trabajaba en su taller. (EFE)

Un globo terráqueo grabado sobre un huevo de avestruz que se piensa podría ser el más antiguo en representar el “Nuevo Mundo” ya que data de principios de 1500. Se han encontrado evidencias en la cáscara del huevo de que el grabador estaba influenciado por Leonardo Da Vinci o trabajaba en su taller. (EFE)

LOS 200 AÑOS DEL NACIMIENTO DE GIUSEPPE VERDI

Versiones de la ópera “Otello” en diferentes idiomas, que forman parte de la exposición de “La empresa de la ópera”, en la oficina de la Fundación Bertelsmann, de Berlín, Alemania, hoy 27 de agosto de 2013. La exposición, que se celebra del 30 de agosto al 15 de septiembre, coincide con el 200 aniversario del nacimiento del compositor italiano Giuseppe Verdi, y mostrará, entre otros objetos, archivos originales de la Casa Ricordi. (EFE/Matthias Balk)

Versiones de la ópera “Otello” en diferentes idiomas, que forman parte de la exposición de “La empresa de la ópera”, en la oficina de la Fundación Bertelsmann, de Berlín, Alemania, hoy 27 de agosto de 2013. La exposición, que se celebra del 30 de agosto al 15 de septiembre, coincide con el 200 aniversario del nacimiento del compositor italiano Giuseppe Verdi, y mostrará, entre otros objetos, archivos originales de la Casa Ricordi. (EFE/Matthias Balk)

EL PLAN QUE SE GESTÓ EN UN SILLÓN

Los argentinos y el catalán que crearon el premiado BKF querían reconstruir la Ciudad.
Homenaje. Del diseñador Alfred Fellinger al BKF y sus 75 años. /FABIO BÓRQUEZ
 
Por Miguel Jurado

Tengo un sillón BKF en casa y nunca sé cómo sentarme. Mi amigo, el diseñador Alfred Fellinger, un experto en muebles modernos, me explica cómo se usa: “La mano derecha en una de las puntas bajas, la izquierda en una de las puntas altas, la cabeza apoyada en la otra, y una pierna a cada lado de la segunda punta baja”. No es una posición muy natural, pero un BKF nunca es del todo cómodo, es lindo. “Tiene la virtud de que queda bien en cualquier lugar, como una escultura, y es el diseño argentino más famoso del mundo”, me dice. Y tiene razón. Aquí en Buenos Aires, en 1943, ganó el primer premio del Salón de Decoradores, y un año después, ganó el premio adquisición del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).
Si no me fallan las cuentas, el BKF debe estar cumpliendo 75 años. En 1938 lo construyeron por primera vez el catalán Antonio Bonet y los argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy. Una estructura de hierro doblada y un cuero colgado encima. Una idea sencilla y efectiva, tan argentina como el dulce de leche, el colectivo y la birome.
Nadie sabe cómo se les ocurrió la idea a esos tres jóvenes arquitectos, pero la verdad es que la pegaron, aunque no ganaron mucha plata porque el invento era tan sencillo que cualquiera podía copiarlo. Un año antes de ponerse a doblar hierros, los tres habían trabajado en el estudio de Le Corbusier en París. Allí las ideas brotaban como flores en primavera, tal vez ahí empezó todo.
En esa época, Le Corbusier era el Maradona de la arquitectura, creativo, sorprendente, un superdotado que se peleaba con todo el mundo convencido de que sus ideas eran mejores que las de cualquiera. En 1929 había estado en Buenos Aires y la bautizó “La ciudad sin esperanzas”. Pero vivo, el suizo empezó a trabajar en un plan para hacer la ciudad de nuevo. Proponía una docena de torres vidriadas en lo que hoy es Microcentro, autopistas y una aeroisla ¡Sí, como la que quería hacer Menem! Nadie le dio pelota.
Ocho años después, cuando vio a los jóvenes Kurchan y Ferrari entrar a su estudio, no lo pensó dos veces, los puso a trabajar con Bonet en su Plan Director para Buenos Aires, una idea que eliminaría las molestas manzanas españolas y crearía miles de monoblocks rodeados de parque, algo como lo que fue después Brasilia. 

La obra. De los argentinos Kurchan y Ferrari Hardoy, y el catalán Bonet.

Un año después, los tres pibes vinieron a Buenos Aires con el Plan bajo el brazo. Mientras sacaban pecho porque eran los pichones del gran Corbu, hacían algunos BKF y trataban de convencer a las autoridades para tirar toda la ciudad abajo y empezar de nuevo. No era un trabajo fácil, te imaginás.
Pero el suizo era un perro de presa para hacer lobby y vender sus ideas. A los pibes les taladraba el cerebro con que hay que cambiar la ciudad obsoleta por una moderna. En 1947, tuvieron un golpe de suerte: un amigo de Ferrari fue nombrado secretario de Obras Públicas de la Municipalidad y los alumnos de Le Corbusier fueron contratados para hacer un plan para Buenos Aires. En París, el maestro se refregaba las manos, pero cuando sus discípulos pidieron que Le Corbusier sea reconocido como autor del trabajo, los funcionarios peronistas no quisieron saber nada. Minga que le iban a dar el crédito a un extranjero ¡Para qué! el suizo se puso como “laaaco” con sus pupilos. Según cuentan Jorge Liernur y Pablo Pscepiurca, en su libro La Red Austral, Le Corbu les dijo de todo menos lindos. “Deshonestos, incapaces, traidores”, tiró y terminó con un: “Son unos pobres diablos” ¡Jah!
No hace falta que te diga que el plan Le Corbusier no aplicó nunca (por lo menos, no todo), de otra manera estaríamos viviendo en monoblocks como los de Brasilia y sentarme en el BKF que tengo en casa sería el menor de mis problemas.

*Editor adjunto ARQ

VICTORIA NOORTHOORN:
"LAS MUESTRAS VAN A SER TAN BUENAS QUE ROMPERÁN LA DISTANCIA DEL ARTE CON LA GENTE"

De frente. Noorthoorn promete acercar el museo a los artistas, al barrio de San Telmo y a la gente. /HERNÁN ROJAS

Por Patricia Kolesnicov y Mercedes Pérez Bergliaffa

 

Victoria Noorthoorn acaba de asumir al frente del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y sus sueños, dice, no se quedan cortos. Primero, una reforma estructural que incluye crear varios departamentos, de Educación a “Fundraising” (recaudación de fondos). Si todo va bien, espera cubrir con ese dinero privado un 30% del presupuesto de este museo público. También planea hacer un museo “vivo”, con charlas, con música, con interacción con su barrio, San Telmo. Contará con 26 millones de pesos de presupuesto al año que, informa, es diez veces más de lo que el Museo recibió hasta ahora. Curadora destacada –en 2011 estuvo a cargo de la 11ª Bienal de Lyon–, se formó en la UBA y en Nueva York; trabajó en el Malba, colaboró en la presentación de León Ferrari en la 52ª Bienal de Venecia, curó muestras por el mundo. Y –chisme– es amiga íntima de Máxima. Sí, la reina. Ahora, Noorthoorn llega a suceder a Laura Buccellato, que dirige el Museo desde 1997. Buccellato fue el alma de este museo pero el año pasado chocó con una piedra difícil: un grupo importante de artistas contó que para participar de una exposición se les exigía donar las obras. Algunos se negaron a hacerlo y se formó “Artistas Organizados”, un grupo que juntó muchas e importantes firmas rechazando esta modalidad. Noorthoorn llega, pues, en un momento de relativa “normalización” de un museo que en 1997 recibió un anteproyecto de reforma del prestigioso arquitecto Emilio Ambasz y de 2005 a 2010 estuvo cerrado por esa reforma que aun no se terminó. Creado en 1956, en el patrimonio del Museo hay obras de Enio Iommi, Hlito, Le Parc, Maldonado, Kandinsky, Matisse, Arden Quinn, Greco, Kosice y Lozza, entre muchos otros. Y ahora planea esta especie de conducción colegiada, “un museo con áreas especializadas, un museo del siglo XXI…” –¿Eso no existe en la actualidad, en otros museos?

–Yo creo que en nuestro país se ha instaurado un modelo más unipersonal en la gestión de museos y me parece importante abrir el campo a lo plural, para que el museo esté constituido, por un intercambio de conocimientos fuerte. Con profesionales que sobrevivan a su director.
–¿Y qué verá el público?

–Quiero que este museo sea, además de profesional, abierto, inclusivo, amable para los más diversos públicos… siempre centrándose, por un lado en el patrimonio, y por otro lado en lo que sucede en esta ciudad a nivel de creación artística. Estoy convencida de que Buenos Aires es una de las ciudades que presenta a una de las comunidades artísticas más creativas y pujantes del arte contemporáneo mundial...
–¿Por qué ocurre eso?

–Porque viajo, veo y veo que lo que se produce acá es de una gran, gran calidad… ¿Por qué? Porque los artistas todavía trabajan con una libertad propia de un sitio donde no hay un mercado del arte totalmente instaurado, entonces crean porque… necesitan crear por convicción, no por otro tipo de intereses… –¿La falta de mercado de arte no es un déficit?

–Es un déficit: querríamos que el mercado del arte fuese más grande porque queremos que los artistas vivan de su trabajo. Pero esto tiene una ventaja que es que el que crea, y crea sostenidamente por quince, veinte o veinticinco años, crea ppor una convicción profunda respecto de lo que hace.
–Entonces patrimonio y artistas contemporáneos..

–Abrirse a lo que tenemos a cinco cuadras a la redonda. Hay artistas que están mostrando afuera del país y que no muestran en su ciudad, no hemos visto exposiciones individuales en museos, sí en galerías, pero los museos no se han ocupado mucho de los artistas que están en esta ciudad… –¿Es posible hacer algo inclusivo con arte contemporáneo? Uno ve rayas, un calamar en un zapato...

–Bueno, ahí las desafío: vengan a ver las muestras de octubre y después hablamos. Van a ser tan buenas las exposiciones que van a romper la distancia entre la gente y la obra de arte. La gestión Noorthoorn empezará a ser visible en octubre, con artistas como Jorge Macchi y Luciana Lamothe –a quienes ya había escogido para Lyon–; Karina Peisajovich –Premio Konex 2012–; Graciela Hasper –sobre cuya obra Noorthoorn escribió un libro–, Lucio Dorr, un artista que emergía y murió en junio. El plato fuerte: Dos acciones de Gyula Kosice en la vía pública.

Fuente: clarin.com