LOS PUPILOS DEL COLEGIO JESUITA

Los pupilos del colegio jesuita
Por Laura Ramos

En su librito de memorias Viaje alrededor de mi infancia , editado en 1956, con sus deliciosos detalles Delfina Bunge no habla tanto de ella cuanto de la vida doméstica de la aristocracia en la Buenos Aires de fines del siglo XIX. En el año 1884 o 1885 la familia Bunge Arteaga estaba instalada, como era su costumbre, en la chacra Los Eucaliptos que la familia tenía en las Lomas de San Isidro, para los niños una llanura tan vasta y desolada como la pampa. Durante una de las silenciosas siestas en la chacra, los siete hermanitos Bunge comandados por el mayor, Carlos Octavio, de once años, y por Augusto, de diez, se escaparon de la vigilancia de padres y niñeras para rumbear hacia la laguna. Cargaban con una mesa, la embarcación elegida para la navegación del menor, Eduardito, de un año y medio, y de algunas provisiones robadas en la despensa. Al frente iba Carlos Octavio, lo seguían Augusto y Roberto cargando la mesa-barco donde “el Nene” iba masticando ciruelas bajo un toldo improvisado, bajo el podio marchaba Delfinita y a ambos lados Alejandro y Julia. Las niñas llevaban melenas castaño claro y vestidos blancos; los niños pelo al ras y pantalones cortos. La nave naufragó, pero como buen cuento de hadas de la clase dirigente argentina, fue rescatada al anochecer por una vecina benévola que les dio leche caliente y los llevó en brazos a su casa.
Los Bunge provenían de la ciudad de Unna, en Westfalia, un linaje germano que llegó a Buenos Aires en 1827 con Carlos Augusto Bunge, y también del linaje patricio de los Peña y los Lezica, monárquicos disidentes de la revolución de Mayo, señalan Cárdenas y Paya en La familia de Octavio Bunge . El primer recuerdo de Delfina de la casa de Tacuarí, baldosas rojas, patios, fue el de la muerte de “mamá Luisa”, su abuela materna Arteaga. Delfinita observaba una taza de café con leche a medio llenar y, con el rabillo del ojo, a su madre, que lloraba mientras se ataba el cordón de un zapato. La morena Secundina, “criada”, como se decía entonces, de mamá Luisa, le había puesto en las manos unas medias caladas de hilo rojo, y tal vez fue este adminículo, o el hecho de verla a menudo, que hizo que recordara más a Secundina que a su abuela, que la siguió mirando fijamente muchos años desde el retrato con una mantilla de encaje que colgaba en su casa.
Al cumplir trece y catorce años los dos hermanos mayores fueron enviados, en calidad de pupilos, al colegio de los jesuitas El Salvador. Pero tras dos semanas interno, Carlos Octavio, que ya había demostrado un temperamento extremadamente sensible, se fugó del pensionado. Iracundo, despojado de todo sentimentalismo, su padre le impuso el peor castigo imaginable para un niño: lo mandó a la Escuela Naval de Diamante, en Entre Ríos. Si el régimen de los jesuitas resultó intolerable para un joven de emotividad singular, la vida militar y el destierro de su familia, según contaba a sus hermanos en sus cartas, le produjo espanto y dolor.
Mientras los hermanos pasaban por esa severa iniciación al mundo que era el colegio pupilo, las hermanas y los hermanitos menores exploraban la quinta El Paraíso: un amplio corredor de baldosas rojas, los jazmines del país y las rosas cultivadas por el padre (“las mejores rosas de San Isidro”, decía Delfina) y unas enormes parcelas otorgadas a cada uno de los hijos, donde cada niño podía cultivar lo que deseara. La parcela de Augusto, célebre en el pequeño universo de su casa, era terreno de excéntricos experimentos botánicos: una barranca de césped, un lago, una cascada y árboles frutales. Cierta vez logró que una ciruela alcanzara proporciones inverosímiles sumergida en un balde con agua azucarada y suspendida de una rama. Otra, cultivó un durazno con propiedades mágicas: mientras su madre lo pelaba por fuera, por dentro se veía cortado en pequeños trozos simétricos. Esta afición por los experimentos botánicos provenía de su abuelo Karl August Bunge, que había cultivado ciento cincuenta clases distintas de duraznos en su quinta de Buenos Aires.
De esa temporada en la quinta Delfina conserva sus primeros recuerdos místicos. En un solitario callejón de pinos en el que apenas entraban algunos rayos de sol, con el arrullo de las torcazas, único sonido en la tranquilidad de la siesta casi provinciana que aletargaba a patricios y plebeyos, tuvo su primera noción, si no de Dios, al menos de lo que podríamos llamar hoy el alma inmortal.
En 1890 ya hacía cuatro años que veraneaban en El Paraíso, ubicada también en San Isidro, frente a la Catedral y a una cuadra del paseo de los Ombúes. Al estallar la revolución del Parque contra Juárez Celman, los Bunge tuvieron que dejar su casa de la calle Tacuarí para instalarse en la quinta, donde nunca habían pasado un invierno. La revolución, esta vez, rozó de algún modo, un modo amable, con aroma a jazmín, a una familia patricia.

Fuente: clarin.com

RECURSO DE AMPARO
CONTRA LAS OBRAS EN LA CALLE BOLÍVAR

La entidad Basta de Demoler objetó la nivelación de calzadas y aceras prevista, ya que alterará el paisaje cultural



Arq Porteña 217
Nivelación de calles y veredas propuesta por el GCBA

Por Ángeles Castro/LA NACIÓN


La asociación civil Basta de Demoler presentó un recurso de amparo para impedir el avance de la obra de puesta en valor de la calle Bolívar, por considerar que viola la normativa que rige al casco histórico, catalogado como APH1, así como la ley de empedrado.

Según surge del texto del amparo, esa entidad defensora del patrimonio cultural edilicio porteño objeta principalmente que la calzada y la acera de la calle Bolívar sea nivelada, tal como lo prevé el Ministerio de Desarrollo Urbano.

Considera que esa modificación atenta contra la conservación de la historia y la arquitectura coloniales, además de alterar "un valor fundamental del patrimonio como es la autenticidad, que permite apreciar los rasgos principales que identifican a un objeto, zona o paisaje".

En ese sentido, recuerda que la ley N°65 establece "expresamente que el empedrado de vías circundantes a sitios históricos se debe conservar y se reemplazará, si fuere necesario, por el mismo material".

La obra que acaba de comenzar sobre Bolívar, entre Diagonal Sur y Belgrano, al nivelar la calzada con la vereda no mantiene el adoquinado original ni lo reemplaza por otro similar. Como los trabajos serían violatorios de la normativa vigente y destruirían el patrimonio de ese rincón porteño, Basta de Demoler solicitó a la Justicia que frene cautelarmente la obra y, además, dicte una medida de no innovar hasta que se resuelva el fondo de la cuestión.

"Solicitamos se deje sin efecto las modificaciones ya empezadas y se restaure con los adoquines faltantes. Siendo evidente que el patrimonio cultural expresa una «forma de herencia que debe ser salvaguardada y entregada a las generaciones futuras» se solicita, además, la medida cautelar de no innovar para que el gobierno de la ciudad no otorgue ningún permiso de destrucción y para que vuestra señoría impida, en forma urgente y expedita, un nuevo golpe al patrimonio urbano y cultural de la ciudad".

El recurso, en principio, quedó en manos del juez en lo contencioso administrativo porteño N°23, Francisco Ferrer. Pero podría próximamente cambiar de manos. Sucede que los argumentos de Basta de Demoler contra la nivelación de la calle Bolívar reproducen los ya esgrimidos por la entidad en otro amparo, cuando el gobierno porteño intentó realizar una obra semejante sobre la calle Defensa.

Ese expediente fue impulsado por el juez en lo contencioso administrativo N°8, Osvaldo Otheguy, y le dio la razón a los defensores del patrimonio. En su nueva presentación, Basta de Demoler pidió conexidad en las causas y el consecuente envío del nuevo amparo al mismo juzgado.

Al presentar la obra de puesta en valor, el Ministerio de Desarrollo Urbano explicó que estaba dando cumplimiento a la ley 3643 que dispuso la peatonalización de Bolívar, con un "diseño particularizado, reparación de veredas, colocación de rampas, farolas e integración de equipamiento urbano". Según Basta de Demoler, nada de eso implica nivelar calzada y acera.

Consultados sobre el amparo interpuesto por la entidad, fuentes del Ministerio de Desarrollo Urbano dijeron a LA NACION que no recibieron ninguna notificación al respecto y reiteraron que la reforma fue "aprobada por la Legislatura por amplia mayoría y cuenta con la aprobación vecinal".
Santiago Pusso, de Basta de Demoler, admitió que los vecinos respaldan las obras, pero que las mismas constituyen un ataque al patrimonio histórico cultural.

Fuente: lanacion.com

1810 - ICONOGRAFÍA DEL CABILDO DE BUENOS AIRES - 2013










































































ALEC OXENFORD:
"MI OCIO TAMBIÉN ES DECIDIDO Y ORGANIZADO"

MBA de Harvard, este coleccionista y flamante presidente de arteBA se define como un obsesivo de la tecnología y el buen uso del tiempo.

Por Soledad Vallejos / LA NACIÓN

Lo hizo, por lo menos, en tres ocasiones, por eso puede decirse que él es un emprendedor serial. DeRemate.com fue su primera gran conquista, pero ya había tenido algunas experiencias previas en la Web fuera del país. Luego llegó OLX.com , el portal de clasificados gratis más grande del mundo. Y ahora, orgulloso, estrena un nuevo traje: es el flamante presidente de arteBA, tras la salida de Facundo Gómez Minujín.
Para Alec Oxenford (44), empresario con un MBA en Harvard y joven coleccionista, la única dedicación posible es la full time . Y así va por la vida, despuntando el vicio de la especialización y "el asesoramiento de calidad" en todo lo que hace y en todo lo que emprende. Un día se le dio por salir a correr y a los pocos años ya había participado en dos de las maratones más importantes del mundo, en Nueva York y Berlín. La entrevista transcurre en el candy corner de sus propias oficinas, en Palermo, en un espacio luminoso y de paredes coloridas. Antes de iniciar la charla apoyó su iPhone sobre la mesa: nunca dejó de sonar...
-¿Te alcanzan las horas del día para cumplir con todo?
-El tiempo nunca me alcanza. Pero intento ser lo más organizado y riguroso posible. De otra manera, sería imposible llevar todo adelante.
-¿Te quedan momentos de ocio?
-Mi ocio también es decidido y organizado [suelta una carcajada]. Nunca me vas a encontrar haciendo algo que no haya decidido especialmente. ¿Tengo tiempo de leer? ¿Cuánto? Una hora y media. Perfecto. Y otro de mis grandes momentos de ocio, sobre todo cuando viajo, es ver películas.
-¿Tu dispositivo favorito?
-iPad. En todos los tiempos muertos, aeropuertos y más aeropuertos, aprovecho para ver pelis.
-¿Y cómo hacés para ensamblar tantos viajes con la vida familiar? Tus dos hijos nacieron en la década más intensa y productiva profesionalmente.
-Sí, es difícil. Y no te voy a decir que no hay reclamos. Pero yo creo que nada es perfecto. Comencé a viajar mucho desde que mis hijos eran chiquitos. Hoy tienen 11 y 13 años. Pero después de cada partida siempre hay un regreso. Y esos reencuentros con mi familia, luego de cada viaje, son momentos intensos. De gran disfrute. Y aprendí, como en otros aspectos, que el tiempo de calidad es el que más vale, el que mejor se aprovecha.
-¿Cuándo compraste tu primera obra de arte?
-Mi acercamiento al arte fue progresivo. Arrancó como algo inesperado, en 2001, cuando Vicky de Carabassa me llamó para armar la Asociación de Amigos del Malba. Me acuerdo que nos reunimos con otras treinta personas en el Malba, que aún estaba vacío, y después de que cada uno expusiera sus ideas Vicky dijo: «Ahora tenemos que votar a las autoridades». Y me fui de esa reunión como el presidente de la asociación. Me cayó de arriba y yo creo que las cosas suceden por algo. Hay que dejar fluir, seguir a la corriente. Y a partir de ahí me involucré con el arte cada vez más, hasta que terminó por convertirse en una pasión. Hasta ese entonces sólo compraba cuadros que quedaran bien con la pared y los colores de mi casa. Pero la primera obra que compré con un fin no decorativo, digamos, fue un cuadro de Catalina León, que era tan grande que lo tuve que guardar por cuatro años en el sótano de la casa de mi abuela.
-¿Te importa la decoración de tu casa? ¿Opinás sobre esas cuestiones?
-Sí, me importa y mucho. Y estando en el grupo de la asociación desmitifiqué esa creencia de que a los hombres no le importan esas cuestiones. Es más, a todos los que estábamos ahí nos importaba tanto o más que a nuestras propias mujeres. Porque la casa también tiene que ver con uno.
-¿Y qué coleccionás?
-Arte contemporáneo argentino. Pero, como creo fuertemente en el asesoramiento de calidad, pedí consejo a Inés Katzenstein. Juntos empezamos a armar una línea de colección. Un cuerpo de obras con un sentido, un criterio. Ella me ayuda a seleccionar cosas y yo elijo. Bah, en realidad, yo siento que estoy eligiendo, pero en el fondo elige ella [Se ríe].
-¿Creés que siempre es así?
-Tal cual, una mujer quiere comprar algo, y te dice: «¿Cuál te gusta más, ésta o ésta?» Elegí vos. Ya está. Listo.
-¿Sostenés que el coleccionismo no es exclusivo de gente adinerada?
-Por supuesto. Creo que hay muchos motivos para acercarse al arte. Primero, te ayuda al alma. Cuando me siento mal, no hay nada que me reconforte tanto como admirar una linda obra. Me serena. Como cuando la gente reza. A mí el arte me reconforta el espíritu. Y creo que el arte no tiene nada que ver con la billetera. Existen obras baratas, no todas cuestan millones de dólares.
-¿Se pueden encontrar en arteBA obras que estén al alcance del común de la gente?
-Literalmente, por unos cientos de pesos podés comprar una obra de arte, y muy linda. Una obra curada. Y me parece bueno resaltar que hay pocas cosas en la Argentina que sean verdaderamente de calidad internacional. El arte contemporáneo es una de ellas.
-¿Y cuál es tu trabajo como nuevo presidente? ¿Qué objetivo te impusiste?
-Mi trabajo es impulsar el coleccionismo, generar una escena revitalizada en los artistas. Que ellos puedan producir más y que la gente pueda acercarse al arte. Comprar un cuadro no es sólo una cuestión económica.
-¿Dónde te sentís más cómodo, rodeado de artistas o de techies ?
-Si agarrás un grupo de artistas y tech ies dentro de un cuarto y los mezclás, no vas a reconocer cuál es cuál. Tienen el mismo aspecto. Bastante desalineados, muy informales, no les dan bolilla a los horarios, no son nada jerárquicos y sólo te respetan si tenés algo para aportar. Y todos tienen ese aspecto fresco. En realidad, con ambos me energizo, me refresco y, al mismo tiempo, puedo llegar a volverme loco. Por eso también necesito tomar otro aire, alejarme de todo ese mundo.
-¿Y con qué te desconectás que no sea tu familia? ¿Con tecnología, tal vez?
-Absolutamente. Es algo que no puedo dejar de hacer.
-Tenés cuenta en Facebook, Twitter y un blog abandonado hace casi un año. ¿El último post fue en junio del año pasado?
-Sí [ríe]. Lo abandoné por Twitter, que es un microblogin. Tuiteo todos los días, me parece una herramienta mucho más ágil. También tengo cuenta en Instagram, que utilizo bastante. Pero el blog no lo cerré por la cantidad de comentarios que tiene. En algún momento pensé en darlo de baja, pero ahora que lo mencionás pienso retomarlo el mismo día que lo dejé, pero un año más tarde.
-¿Estar prendido a la tecnología te ayuda a no envejecer?
-Creo que la juventud es una actitud. Absolutamente. Y todo lo que tiene que ver con la actividad tecnológica es joven, de vanguardia. Yo soy muy curioso, inquieto, y me intereso ante cada cosa nueva. Además, estar con gente joven también te rejuvenece, y en OLX, por ejemplo, el promedio de edad es de 25 años. En arteBA pasa algo parecido, tal vez, el rango es un poco más amplio. Pero los artistas son personas dinámicas, luminosas. Y en ambas disciplinas existe el trato horizontal, cero conservador, nada de jerarquías. No hay casillas estancas.
-¿Sos estricto en cuanto al uso de la tecnología con tus hijos?
-En casa somos todos bien tecnológicos, y ellos tienen todo. Cada uno su computadora, su iPad, su teléfono. No están prendidos a la iPad todo el día. Es algo que tienen naturalizado, y no me preocupa. También salimos a andar en bicicleta, jugamos a la pelota, tenemos otras actividades.
-También sos hincha de River. ¿Fanático?
-Soy de River, simpatizo. Pero el fanático es mi hijo. Con apenas 10 años se bancó todo el descenso y la mala racha. Que tu club se vaya a la B es complicado. Pero se ve que él también cree que de los fracasos se aprende. Son necesarios para estructurar las bases y salir nuevamente adelante. El verdadero hincha es él. Yo lo acompaño.


Fuente: lanacion.com

LA CASA DE LOS ALDAO, LISTA PARA EL 25 DE MAYO

Inauguran las obras de restauración

La fecha patria que conmemora la Revolución de Mayo estará acompañada este año por la inauguración de la restauración de una casona emblemática en Santa Fe que fue declarada Monumento Histórico Nacional: la Casa de los Aldao
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Últimos trabajos. En siete días deberán estar concluidas todas las tareas de restauración, ya que el próximo sábado se realizará la inauguración de las obras.

Foto: Gentileza Gobierno de la Provincia

De la Redacción de El Litoral
area@ellitoral.com

La importante obra de restauración realizada en la Casa de los Aldao será inaugurada por el gobernador Antonio Bonfatti en el marco de los festejos del 25 de Mayo. La intervención, que culminará en los próximos días, implicó una inversión superior a los 400.000 pesos.
La construcción forma parte de la herencia cultural santafesina, y ello fue lo que motivó incluirla dentro del Programa de Recuperación Patrimonial que apunta al mantenimiento de numerosos edificios que integran el patrimonio cultural de la provincia.
Luego de un diagnóstico realizado por la Direccción Provincial de Arquitectura e Infraestructura, se decidió intervenir el cuerpo histórico de la casona con el fin de recuperar y poner en valor su estética edilicia tal como fue concebida.
El evidente deterioro que presentaba, especialmente en sus muros —producto de su antigüedad, del clima, de la falta de mantenimiento y de equivocadas intervenciones realizadas anteriormente— reactivó la urgencia de una inmediata restauración y puesta en valor. La casona presentaba desprendimiento de revoques interiores y exteriores, fisuras y grietas en la tapia, deterioro de los enmaderados de la cubierta y de la carpintería de madera por erosión causada por hongos y por los efectos del clima, además de otros daños ocasionados por la falta de mantenimiento.
Concretamente, entre otros trabajos, se realizó la restauración integral de muros y aberturas a través del tratamiento de la mampostería, los revoques y la pintura respetando la técnica constructiva original realizada con tierra apisonada entre dos entablonados que después se retiraron para poder revocar en su forma original.
Los trabajos en esta fase, poseen un avance superior al 90 %.


Sobre la construcción


La Casa de los Aldao, ubicada en el centro histórico de la ciudad de Santa Fe sobre calle Monseñor Zazpe 2861, representa uno de los escasos exponentes de la arquitectura doméstica del período hispánico que se conserva en el país.
La histórica propiedad fue declarada Monumento Histórico Nacional en la década del 40, por lo que es un bien de características únicas en el país. En 1942 adquirió la denominación: Casa de los Aldao.
Su construcción finalizó en 1711, aunque el proyecto original del edificio se remonta al año 1694. Allí vivió mucho tiempo Josefa Aldao, uno de los ejemplos de valor testimonial más representativo de lo que fue la Santa Fe colonial.
En la actualidad se conserva sólo una parte de la vivienda original, construida con paredes de tapia apisonada y cubierta de tejas sobre estructura de madera. El edificio, de dos plantas y aspecto señorial, rememora las casas del paisaje andaluz.
Entre 1962 y 1965, la Dirección Nacional de Arquitectura concretó una serie de trabajos de restauración sobre la casona, para luego convertirse en la actual sede de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe.

Fuente: ellitoral.com

EL ARTE ESPAÑOL GANA ESPACIO
EN EL METRPOLITAN MUSEUM DE NEW YORK

Fotografía cedida por el Museo Metropolitan de varios cuadros que formarán parte de la galería de grandes maestros europeos del museo Metropolitan de Nueva York. EFEFotografía cedida por el Museo Metropolitan de varios cuadros del artista español Francisco de Goya que formarán parte de la galería de grandes maestros europeos del museo Metropolitan de Nueva York. EFE

Fotografía cedida por el Museo Metropolitan de varios cuadros que formarán parte de la galería de grandes maestros europeos del museo Metropolitan de Nueva York. EFEFotografía cedida por el Museo Metropolitan de varios cuadros del artista español Francisco de Goya que formarán parte de la galería de grandes maestros europeos del museo Metropolitan de Nueva York. EFE

Por Mateo Sancho Cardiel

Nueva York - Tras dos años de trabajo de reestructuración, el museo Metropolitan de Nueva York reabrió hoy su galería de grandes maestros europeos, en la que el arte español ha sido recolocado en tres salas ordenadas cronológicamente donde Velázquez, El Greco y Goya ocupan posiciones privilegiadas.
Antes de esta nueva disposición, las no pocas obras de Velázquez, Goya, Ribera, Murillo o El Greco que el Metropolitan posee estaban desperdigada por distintas salas, atendiendo a distintos movimientos y temáticas. Pero a partir de hoy, este museo que abarca desde la Antigüedad Clásica hasta las vanguardias, tiene un hueco propio para el arte español.
"Por fin podemos contar la historia del arte español entre el siglo XVI hasta el XVII, desde El Greco a Goya, en tres salas consecutivas y ordenadas cronológicamente. Es un momento emocionante para nosotros", explicó a Efe el comisario de arte europeo del MET, Xavier F.Salomon.
"Hemos puesto a disposición del visitante todos los cuadros juntos. Algunos los hemos restaurado, otros los hemos sacado del almacén y a otros les hemos cambiado los marcos. Les hemos sacado el máximo partido posible", continúa.
En concreto, el pintor aragonés Francisco de Goya dispone de una sala monográfica, con los retratos de Don Manuel Osorio Manrique de Zúñiga o la Condesa de Altamira con su hija Maria Agustina, realizados antes de convertirse en pintor de cámara de Carlos IV, así como con un autorretrato temprano y naturalezas muertas.
La atención que levanta Goya en el Met es tal que Salomon viajará la semana que viene a España para intentar conseguir más cuadros para una posible exposición centrada en los retratos que realizó de la familia Altamira.
No en vano, la suya era hoy una de las salas más visitadas junto con las de Botticelli, Caravaggio, Rembrandt o Rubens, con las que el Met recupera "el que siempre ha sido uno de los núcleos de la colección", según Salomon. "Han sido dos años de ir cerrando salas, pero ha merecido la pena", añade, orgulloso de las 45 salas que ahora copan estos maestros de la historia del arte.
"El resultado es magnífico. El visitante puede mirar los cuadros como nunca los había visto antes, de una manera totalmente distinta. La recolocación, los fondos y la sinergia de unos cuadros con otros han creado en nuestros expertos y colegas auténticas revelaciones ante algunas de las pinturas", asegura.
El retrato ecuestre del Conde Duque de Olivares, el de la infanta María Teresa, el rey Felipe VI o el de su asistente del pintor, Juan de Pareja, destacan en la sala donde Velázquez comparte paredes con pinturas religiosas de Murillo, como "La crucifixión", en la sala dedicada al arte español del siglo XVII.
Inmediatamente antes, El Greco, nacido en Grecia pero residente en Toledo, toma el protagonismo con sus angulosos rostros y vestiduras con "Vista de Toledo", "La visión de San Juan" o "Retrato de un cardenal", entre otros, que se exhiben junto a cuadros de José de Ribera como "La penitencia de San Pedro".
Pese a los grandes esfuerzos, y teniendo en cuenta que la nueva configuración de las salas dedicadas a los maestros europeos han intentado que la pintura interactúe con la escultura o las otras artes decorativas, Salomon asegura que queda mucho trabajo por delante para hacer justicia al arte español en el que está considerado uno de los museos más importantes del mundo.
"Este es un museo enciclopédico", asegura el comisario, "pero hay que tener en cuenta que la colección de arte español no era tan popular como la de arte italiano o arte francés. Comparado con otros museos, podemos seguir mejorando esta parte".
Hasta final de año, el museo neoyorquino, situado en la Quinta Avenida con vistas a Central Park, celebrará esta reestructuración con una serie charlas sobre, por ejemplo, el arte francés desde Delacroix a Courbet o distintos conciertos, como uno de barroco veneciano u otro de Johann Sebastian Bach.

Fuente: EFE

"NIÑOS EN LA PLAYA" DE SOROLLA,
SUBASTADO POR 3 MILLONES DE DÓLARES


Fotografía facilitada por la casa de subastas Sotheby's de Londres del cuadro "Niños en la playa" del pintor español Joaquín Sorolla, que un coleccionista privado adquirió hoy por 2,77 millones de libras en una subasta de la casa en Londres. EFE

Fotografía facilitada por la casa de subastas Sotheby's de Londres del cuadro "Niños en la playa" del pintor español Joaquín Sorolla, que un coleccionista privado adquirió hoy por 2,77 millones de libras en una subasta de la casa en Londres. EFE

Por Paula Díaz
Londres - Un coleccionista privado adquirió hoy por 2,77 millones de libras (3,24 millones de euros o 3 millones de dólares) el cuadro "Niños en la playa" del pintor español Joaquín Sorolla (1863-1923), uno de sus cuatro grandes trabajos según los expertos.
El óleo alcanzó el precio más alto de la subasta "Pinturas europeas del siglo XIX", organizada en Londres por la casa Sotheby's y que reunió 120 lotes entre los que se encontraban joyas del artista danés Vilhelm Hammershøi (1864-1916) o el belga Fernand Khnopff (1858-1921).
Relizada en 1916, "Niños en la playa" permanecía desde la década de los cincuenta del siglo XX en manos de la familia del pintor y salió hoy por primera vez a la venta con un precio estimado de entre 1,80 y 2,50 millones de libras (2,13 y 2,93 millones de euros).
Las numerosas pujas realizadas por teléfono y en la sala llevaron al óleo a superar el precio estimado, aunque no consiguió duplicarlo tal y como se esperaba.
Tampoco logró superar el récord establecido por el lienzo "Pescadores valencianos" (1895) de Sorolla, que se vendió el pasado noviembre en Londres por 3,74 millones de libras (4,37 millones de euros).
Horas antes de la subasta, la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, aseguró a EFE que con la actual coyuntura económica era imposible pujar por este cuadro, si bien apuntó que es un "orgullo" que el pintor alcance tan altos precios de cotización.
Las cifras se justifican por la fascinante historia de esta pintura, realizada cuando el pintor acababa de terminar su panel sobre Valencia, uno de los que componen su conocido "Visiones de España" para la Hispanic Society of America de Nueva York.
Durante el verano de 1916, que disfrutó en las playas valencianas, Sorolla apenas realizó nuevas obras y fue "Niños en la playa" una de las pocas en las que trabajó durante esta época, considerada por los expertos como el punto álgido de su carrera.
Desde una perspectiva complicada, el pintor retrata en primer plano a un niño que observa junto a la orilla cómo otros dos menores juegan tumbados en la arena, uno de ellos en una posición especialmente difícil de conseguir.
El movimiento que impregna la escena distingue a la obra entre el resto de pinturas de Sorolla, tanto que fue elegida en 1963 para ilustrar una edición especial de sellos que conmemoraban el centenario del nacimiento del artista.
Junto a "Niños en la playa" se subastaron otros dos lienzos del artista valenciano; el primero, "En la playa", alcanzó 386.500 libras (451.665 euros), superando su precio estimado de entre 200.000 y 300.000 libras (235.000 y 352.000 euros).
Asimismo, Sotheby's vendió por 62.500 libras (73.038 euros) el óleo "En el río", que había partido con un precio de salida de 50.000 libras (59.000 euros).
Desde junio de 2000, la casa Sotheby's ha subastado más de 60 trabajos del pintor valenciano con los que ha recaudado una cifra superior a 47 millones de euros.
Además de los lienzos de Sorolla, brillaba en la subasta de hoy "El taller de los niños" (1885) de Edelfelt, que salió por un precio estimado entre 350.000 y 450.000 libras (414.572 y 533.000 euros) y se vendió finalmente por 458.500 libras (536.200 euros).
"Ida en interior con piano" (1901), el retrato que de su mujer hizo Hammershøi, escaló hasta los 1,14 millones de libras (1,33 millones de libras), pero "Interior con estufa (1909) no encontró comprador.
La última de las grandes apuestas de Sotheby's para la subasta, "Los hijos de monsieur Nève", compuesto por Khnopff en 1893, que tenía un precio de salida de 400.000 libras (473.861 euros), finalmente tampoco se vendió.

Fuente: EFE