BRUTALISMO Y ESTILO INTERNACIONAL

Segunda mitad del siglo XX

La definición del carácter de Buenos Aires se completa con dos tendencias arquitectónicas que cambiaron completamente su fisonomía a la vez que enriquecieron su patrimonio urbano con edificios como el Teatro San Martín o el Banco de Londres, dos obras maestras inscriptas en el Olimpo internacional de la modernidad



Al comenzar la segunda posguerra, el insistente discurso de las vanguardias, que buscaba dotar a las construcciones del espíritu de la época, logró imponerse de manera definitiva, desalojando de escena al academicismo y al historicismo, que sufren su Waterloo con la liquidación del sistema de enseñanza de tipo Beaux Arts. Un homogeneizado Movimiento Moderno, ahora sí transformado en verdadero "estilo internacional", impregnó toda la producción arquitectónica y consagró al urbanismo como disciplina regente. La situación mostraba una Francia relegada, sólo persistente a través de Le Corbusier, una Inglaterra potenciada por los desarrollos del Welfare State y unos Estados Unidos imperiales usufructuando el legado de la Bauhaus estandarizado y masificado. De esta manera se abandonaron los ideales de estética edilicia en favor de los dogmas de la planificación urbana, y se sustituyeron las técnicas constructivas tradicionales y la ornamentación por rígidos sistemas prefabricados.
En la ensimismada pero festiva Argentina de los años cuarenta, la arquitectura se singulariza al interactuar con el grupo Madí-Arte Concreto y al experimentar como nunca antes con la tecnología y el espacio. Así surgen las propuestas del grupo Austral en edificios experimentales como los departamentos de Virrey del Pino 2446 o los estudios y comercios de la esquina de Suipacha y Paraguay. Pero al mismo tiempo se despliegan las monumentales y sofisticadas estructuras de hormigón armado para edificios públicos y estadios de fútbol, más o menos revestidas de clasicismo.
Ya en los años cincuenta, con la institucionalización de la modernidad, se restaura la voracidad por conocer casi todas las propuestas de las usinas de la arquitectura occidental. Una vez más se consumen las novedades a ritmo vertiginoso, pero también se asimilan en forma inteligente y, en algunos casos, se reelaboran de manera magistral. La ligazón con los centros de estudios, investigación y experimentación, con la vanguardia artística y cultural, sin dejar de lado una fluida comunicación con el gran público permitió que fructificaran propuestas originales e innovadoras, social y mediáticamente comprometidas.


 
La Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: Fabio Grementieri
Profesionalismo y funcionalismo se fundieron para crear arquitectura cotidiana pero impersonal, donde la expresión formal y de los materiales fue sometida a los designios de la imagen corporativa de los rascacielos revestidos de metal y vidrio - el denominado muro-cortina-, o del aspecto estandarizado de los edificios de vivienda armados con hormigón y ladrillo y "decorados" con grandes ventanales y delgados balcones.
Más allá de la "impersonalidad", en ambos casos surgen propuestas distinguidas, con cuidadas proporciones y refinado diseño. Son obras con generosos espacios de acceso donde se utilizan materiales y revestimientos característicos: pisos de mosaico granítico de diversos colores; revestimientos de madera en tablillas, de "venecitas" o de espejos; gargantas de luz difusa. Y en los ejemplares de mayor lujo se incorporan murales de artistas realizados con diversas técnicas: pintura, metal, cerámica.
La irrupción de esta "segunda modernidad" en el ámbito oficial ocurre durante el segundo mandato del general Perón, cuando oficialmente se vuelca la mirada sobre los centros del diseño del Welfare State del norte de Europa, visión que se amplió también a Estados Unidos durante el período desarrollista. La arquitectura pública adopta la maneras funcionalistas en la composición y el lenguaje que emplea en edificios en serie como los de Correos y Telégrafos en distintas capitales provinciales, o el Mercado del Plata y el Teatro Municipal General San Martín.
Esta última obra, proyectada por Mario R. Álvarez y Macedonio O. Ruiz, es un excepcional ejercicio plástico, espacial y estructural que se inserta de manera impecable en el paisaje urbano y cultural de la avenida Corrientes. Su combinación de dos salas -una en anfiteatro y otra del tipo auditorio-, con sus respectivos foyers a los que suma un bloque de oficinas como fachada a la ciudad, lo convierte en un sofisticado proyecto incomparable internacionalmente pero con antecedentes en la arquitectura porteña como el palacio periodístico de La Prensa en Avenida de Mayo o la galería Güemes.
En forma paralela a los rigores del estilo internacional se difunde el Brutalismo que, asociando primitivismo e innovación, busca la máxima expresión en los juegos del hormigón a la vista. Sin desdeñar el funcionalismo, busca fundir forma, estructura y construcción para engendrar gigantescas esculturas recorribles y penetrables. En ciertos casos, tensiones organicistas asociaban las imágenes de esta arquitectura con episodios de la naturaleza; en otros, una voluntad constructivista les otorgaba un aspecto metabólico, como dentro de un permanente proceso de transformación.

 
Banco Hipotecario (ex Banco de Londres, en Reconquista y Bartolomé Mitre). Foto: Fabio Grementieri
Esta corriente coincide con un período experimental y transgresor en el campo de las artes, y de relanzamiento cultural y científico del país que se produjo en la en la década de 1960. Por esos años también se consolidó cierta escuela de diseño argentina donde predomina la arquitectura de "partido", diagramática, influida por una combinación que incluye el sustrato del Beaux Arts , el funcionalismo inglés y las sobrevivencias del design alemán, ahora en manos de la Escuela de Ulm. Algunas obras de esta época combinan rasgos de ambas tendencias y asumieron su papel de íconos institucionales y urbanos, tal el caso de la sede de la empresa Somisa en Diagonal Sur o el Planetario "Galileo Galilei" en el Parque de Palermo.
Las mejores obras del período son fruto de un enriquecedor sistema de concursos públicos y privados que lograron corporizar edificios institucionales donde se combinan carácter y monumentalidad, rasgos inusuales para la modernidad. Las obras cumbre del Brutalismo de Buenos Aires son también monumentos nacionales y mundiales. Son ellas la sede del Banco de Londres y América del Sur (actual Banco Hipotecario) y la Biblioteca Nacional.
En ambas obras tiene participación fundamental el arquitecto Clorindo Testa -en la primera asociado al estudio Sepra y en la segunda al arquitecto Francisco Bullrich-. La esquina de Reconquista y Bartolomé Mitre es una propuesta inédita desde el punto de vista funcional, espacial y estructural; una pieza de insólito vanguardismo que se inserta magistralmente en el paisaje de grandes bancos clasicistas de la City porteña. En este edificio se encarna como en pocos el "espíritu de la época" a la vez que se condensan muchas experiencias de la ecléctica cultura arquitectónica argentina. Por su parte, la imponente estructura de la Biblioteca es una megaescultura que reafirma la osadía del Estado desarrollista y resume múltiples significados: acrópolis cultural futurista, arcaica nave de la memoria universal, altar expiatorio del cisma político de la segunda mitad del siglo XX.
El Brutalismo, más allá de los juegos vanguardistas de alto vuelo, tuvo implacable incidencia sobre la definición de un paisaje tapizado de insolentes medianeras o erizado de torres de perímetro libre que transfiguraron la ciudad. El último de los grandes "estilos" de la modernidad se desgrana en la década de 1970 y desaparece reemplazado por la posmodernidad mímica, frívola y relativista que caracterizará los últimos treinta años coincidentes con el desvanecimiento de la variedad, creatividad y vitalidad de la arquitectura porteña en el camino de la globalización final del universo urbano.

ARQUITECTURA E IDENTIDAD


La arquitectura argentina que floreció en las dos últimas décadas del siglo XIX y primeros tres cuartos del siglo XX tuvo gran consistencia y continuidad y fue creadora de una indefinible pero palpable identidad. Aun así, ha sido parcial y fragmentariamente estudiada y valorada. La serie de notas publicada en adncultura durante el verano porteño es una invitación al conocimiento y a la preservación de un patrimonio único, que asimiló las novedades de diversas usinas de la arquitectura occidental a ritmo vertiginoso de manera inteligente y, en algunos casos, en reelaboraciones magistrales. Quienes cuestionan su "eurocentrismo" y alejamiento de las raíces indígenas o latinoamericanas olvidan que el fenómeno se corresponde tanto con las heterogéneas predilecciones de las elites como con los múltiples aportes del aluvión inmigratorio. Pocas ciudades del mundo como Buenos Aires desarrollaron una especial cultura arquitectónica, con producción pareja y de calidad, donde se materializaron ejemplos de interés, obras sobresalientes y algunas piezas de resistencia, dignas de figurar de manera destacada en la arquitectura occidental del período. Inconsciente de su espléndido y heterogéneo patrimonio, la ciudad descuidó, agredió o destruyó por oleadas su mejor herencia. Para colmo, en los últimos treinta años lo hizo sin reemplazarla por obras de carácter, trascendentes de cara al futuro. Porque el patrimonio no solamente se hereda, también se construye. Es tiempo y hora de preservar un legado que es motivo de admiración de quienes nos visitan y debe ser objeto de cuidado de la ciudadanía toda, desde la impronta temprana del Beaux Arts hasta los aportes notables de Brutalismo y el estilo internacional. 


Fuente: ADN Cultura La Nación

PARÍS TENDRÁ UN NUEVO MUSEO
EN EL AEROPUERTO CHARLES DE GAULLE


Muestras temporarias
El aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle, el más importante de Francia, contará con un espacio museístico dedicado al arte, en su nuevo sector S4 de la terminal 2E.
Serán 250 metros cuadrados destinados a recibir una selección de obras emblemáticas procedentes de grandes instituciones de París, tanto museos como fundaciones.
Las muestras serán temporarias, contó Le Figaro, y cambiarán cada seis meses. El espacio "será una muestra de las riquezas artísticas de la capital", explicó Francis Bries, copresidente de la casa de subastas Artcurial y cofundador del proyecto junto con el director de Aeroports de Paris (ADP), Francois Rubicon.
La primera institución invitada a ceder durante seis meses una parte de sus colecciones al aeropuerto Charles de Gaulle fue el Museo Rodin, uno de los más famosos de París.
Unos 50 cuadros y esculturas tomarán así el camino de la aeroestación situada al norte de París, entre ellos el célebre "Beso".
"Pensamos que Rodin lleva consigo un mensaje universal", contó Francis Bries. Los promotores esperan entre 1.500 y 2.000 visitantes diarios.


Pero la fecha de apertura, inicialmente prevista para la primera mitad de diciembre, se postergó por ahora "sine die": "Los trabajos acumularon retrasos", dijeron fuentes cercanas a las obras, mientras nadie está dispuesto a mencionar el costo del proyecto.
Sin embargo, no es la primera vez que un aeropuerto destina espacio a un museo. En Holanda, el aeropuerto de Amsterdam-Schiphol tiene hace tiempo un sitio reservado sólo al Rijksmuseum, uno de los más importantes de la ciudad.
En Estados Unidos, algunos aeropuertos tienen también espacios de exposición, pero casi siempre consagrados a la aeronáutica.
Entretanto en Italia hubo algunos experimentos, como cuando el Marconi de Bolonia albergó la pintura "La abundancia y la felicidad" de Annibale Carracci.
También hay que recordar, siempre en Francia, al galerista estadounidense Larry Gagosian, que al no hallar grandes espacios en París para una segunda galería decidió transformar un hangar del aeropuerto parisiense de Le Bourget para exponer esculturas monumentales, junto a los aviones privados de los coleccionistas.

BELLEZA EN ESTADO PURO



Impresionistas_vdeoLa Fundación Mapfre (Madrid) acoge una de las grandes exposiciones de la temporada: Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno, que presenta, a través de 78 grandes obras maestras del Musée d’Orsay, el desarrollo del final del impresionismo y del postimpresionismo.
Guy Cogeval, presidente de los Museos d´Orsay y de l´Orangerie, considera que esta exposición "es una bomba; una de las más bellas que he visto y en la que he participado en mi vida. Presentamos el corazón de nuestros museos. Lo mejor que tenemos". En esa idea insiste también Pablo Jiménez Burillo, director del Instituto de Cultura de Fundación Mapfre, que señala que "es muy difícil concentrar en una muestra un conjunto de obras de tan altísimo nivel".

Una modernidad más profunda y radical


En enero de 2010, la Fundación Mapfre dedicó una importante exposición al nacimiento del movimiento impresionista. La que ahora se presenta muestra lo que ocurrió después de esa gran revolución. En 1886 se celebra la octava y última exposición del grupo impresionista en la sala de exposiciones del marchante Durand-Ruel. A lo largo de las ocho míticas exposiciones que había presentado el grupo, la concepción tradicional de la pintura había saltado por los aires. Los críticos y el público empezaban a asimilar las novedades estilísticas, y los impresionistas comenzaban a tener cierto renombre. Así, entre 1886 y 1900 se asiste al desarrollo de una modernidad más profunda y radical. El impresionismo evoluciona hacia diferentes actitudes pictóricas, tradicionalmente definidas como postimpresionistas que, en realidad, amplifican el talante provocador del impresionismo definiendo los principios estilísticos que abrirán los lenguajes de las vanguardias del siglo XX.
La muestra se inicia con las primeras series de Monet (Los almiares, Los álamos y Las catedrales) y termina con los trabajos decorativos de Vuillard en los Jardines públicos. Entre ambos hitos se presentan los trabajos de Renoir en torno a las bañistas, el desarrollo del neoimpresionismo —con obras de Seurat, Signac o Pissarro—, el constructivismo de Cézanne, el retrato de los bajos fondos por parte de Toulouse-Lautrec, la huida de Gauguin y sus amigos a Bretaña, la creación del grupo de los Nabis con Serusier, Maurice Denis, Bonnard y Vallotton, y la locura de Van Gogh en Arles.
"Estos artistas nos muestran la belleza en estado puro. Nos ponen delante de los ojos otra forma de mirar, algo que nos consuela y nos reconforta. Nos hacen ver que la pintura es bella en sí misma, independientemente del asunto que represente. Nos hacen sentir el gusto por la pintura. Estamos ante una auténtica fiesta de la que salimos contentos, reconfortados y deslumbrados", afirma Jiménez Burillo.

Madrid. Impresionismo y postimpresionismo. Fundación Mapfre.
Del 2 de febrero al 5 de mayo de 2013.


impresionistas_y_postimpresionistas
Claude Monet, "Houses of Parliament",

PICASSO, PASIÓN POR EL GRABADO

El Museo de Arte Abstracto Español (Cuenca) acoge la exposición Picasso, grabador (1904-1935), una selección de parte de la obra gráfica creada por Picasso entre los inicios de su carrera y los años 30, con más de una treintena de obras procedentes en su mayoría de los fondos de la colección de la Fundación Juan March.

Minotauramaquia-1935_picasso

La exposición se articula alrededor de una pieza cronológicamente final y central en su obra y en la historia del grabado: la Minotauromachie, de 1935 (La Minotauromaquia), una pieza de tirada muy reducida (de la que apenas hay ejemplares en nuestro país) y que algunos especialistas consideran la obra gráfica más importante de todo el siglo XX.

Riqueza plástica


Además de otros dos grabados de la misma época y de tema taurófilo, se exhibe también un conjunto de 28 aguafuertes fechados entre 1904 y 1915, con obras de las épocas azul y rosa –como Le repas frugal, de 1904, o Les saltimbanques, de 1905–, así como grabados de la época cubista.
Picasso concedió siempre una enorme importancia a su producción gráfica. Desde muy joven sintió una gran pasión por el grabado, que practicó y experimentó con casi todas las técnicas, desde el aguafuerte, la punta seca y el buril hasta la aguatinta al azúcar. A través de tan diferentes procedimientos, sus estampas fueron adquiriendo cotas muy altas de expresividad y riqueza plástica, que lo confirman como un maestro total de las técnicas calcográficas.

La-comida-frugal-1904_picasso
Desde 1899 hasta 1972 trabajó ininterrumpidamente este género artístico, llegando a realizar alrededor de 2.200 grabados durante toda su vida, que constituyen casi un diario personal y que –dado que están perfectamente datados–, permiten seguir su trayectoria al detalle. Los temas y preocupaciones reflejados en su pintura se perciben, igualmente, en su obra gráfica, que hace patente su destreza como dibujante y su trabajo en series temáticas.

Obra maestra


Le repas frugal (La comida frugal) está considerada como la obra maestra de su primera etapa como grabador. Bajo el asesoramiento técnico y la supervisión de su amigo Ricardo Canals, Picasso realizó este aguafuerte en 1904, en un taller del número 13 de la Rue Ravignan de París, conocido como Bateau-Lavoir, al que acudían asiduamente los miembros más destacados de la vanguardia parisiense. Al igual que en sus obras pictóricas del “período azul” la pobreza, la miseria y la desesperanza son el tema que, con un gran realismo, logró transmitir en esta singular pieza. En 1913, Ambroise Vollard adquirió esta plancha, junto con otras que fueron realizadas desde finales de 1904 hasta principios de 1906, durante el llamado "período rosa", y las edita bajo el título de Les saltimbanques (Los saltimbanquis).
Las escenas de circo y el interés por los acróbatas, los actores y la vida errante de los artistas, cuya compañía frecuentaba, se convirtieron en foco central de su ocupación: Picasso continúa la tradición de figuras como Arlequín, Pierrot o el bufón desde sus orígenes en la tradición italiana medieval y la Comedia dell’Arte hasta las tempranas representaciones circenses contemporáneas, como las del Circo Medrano, en París, al que Picasso acudía asiduamente junto a sus amigos Apollinaire, Max Jacob y André Salmon.

El cubismo


En 1909, dos años después de la realización de Les demoiselles d´Avignon (Las señoritas de Aviñón), Picasso trabajó el grabado desde los planteamientos conceptuales y plásticos que definieron el cubismo. Las estampas de este período –muchas de ellas ilustraciones para libros de escritores como el que fuera su amigo, Max Jacob– están compuestas por un entramado de líneas finas y profundas que, rompiendo la perspectiva tradicional, dan lugar al surgimiento de un nuevo espacio en el que los objetos aparecen descompuestos en múltiples planos y puntos de vista.
A esos años pertenecen las ilustraciones para el libro Saint Matorel, considerada una obra fundamental del cubismo analítico, en la que Picasso comenzó a trabajar tras su estancia en Cadaqués en el verano de 1909 y Le siège de Jèrusalem, 1914 (El asedio de Jerusalén) con ilustraciones que cabe adscribir más bien al cubismo sintético.
En algunos casos Picasso incorpora la letra a sus composiciones cubistas –como en Nature morte, bouteille (Naturaleza muerta con botella) de 1912– y en otros recurre al papier collé o a fragmentos de periódicos, como en L´homme au chien (Hombre con perro) de 1914, en su interés por vincular –con el collage– el arte con las cosas reales mismas.

La Minotauromaquia


Los-dos-saltimbanquis-1905_picasso


De entre toda la obra gráfica de Picasso hay que destacar especialmente La Minotauromachie,un aguafuerte de grandes dimensiones, estampado en 1935, y esencial en la producción del artista. Este grabado, de significados múltiples, hermético, y del que se realizó una tirada muy reducida, es una síntesis iconográfica de los motivos que más tarde, en 1937, recogerá Picasso en El Guernica. Picasso consigue captar en esta obra la angustia existencial del ser humano partiendo de situaciones vividas y realidades sentidas personalmente, echando mano de toda clase de recursos formales, de símbolos y figuras de otras generaciones, épocas y culturas, extrapolando una experiencia personal a un lenguaje universal, usando toda clase de recursos formales que pone al servicio de su necesidad de expresión. En La Minotauromaquia se dan cita, en torno al espacio taurino, muchos motivos, algunos muy típicos del repertorio iconográfico de Picasso; en esa obra, todas las figuras antes citadas terminan implicadas, de un modo u otro, en una especie de juego, en un enfrentamiento que, aunque se presenta como la eterna lucha del bien y del mal, deja intuir el deseo del triunfo de las fuerzas del bien.

Cuenca. Picasso, grabador (1904-1935). Museo de Arte Abstracto Español.
Del 26 de febrero al 12 de mayo de 2013.

Fuente: hoyesarte.com

BAJO EL SUELO DEL CENTRO,
VESTIGIOS DE LA CIUDAD DEL SIGLO XVII

Arqueología
En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos

En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk

Por Catalina Fairstein / Para LA NACIÓN
 
¿Cómo era la vida doméstica porteña en los siglos XVII, XVIII y XIX? Dos importantes excavaciones arqueológicas en los barrios de San Telmo y San Nicolás permiten reconstruir ese pasado gracias a los que ya son los hallazgos más antiguos que hayan tenido lugar en la ciudad.
Una de las excavaciones se está realizando en el estacionamiento lindero al ex convento de Santa Catalina de Siena, en la esquina de la calle Reconquista y la avenida Córdoba, en el barrio de San Nicolás. La otra, en Bolívar al 300, terminó el año pasado y dejó varios objetos hallados que aún se encuentran en proceso de análisis. Entre ellos, fragmentos de lo que podrían ser cacerolas, ollas y platos de finales del siglo XVII. La importancia de los hallazgos es tal, que en esa zona ya comenzó la construcción del que será el primer hotel de temática arqueológica de la Argentina.

En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk

Patricia Frazzi, licenciada en conservación y restauración de bienes arqueológicos, se encuentra a cargo del análisis de las piezas encontradas en San Telmo. Entrevistada por LA NACION contó: "El material es cerámica del siglo XVII, de origen guaraní. Estimamos que es de color negro porque se usaba para cocinar. El color obedece al uso, ya que estuvo expuesta al fuego. Se la considera de origen hispano-indígena, y su utilización es previa a la loza industrial y a la mayólica producida por los españoles".
La excavación es una de las más importantes en la historia reciente de la ciudad y dejó a los especialistas ante una serie de dudas que aún no saben cómo responder. Por ejemplo, se preguntan cómo llegó cerámica guaraní a la zona que actualmente ocupa el barrio de San Telmo.

En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
Para Flavia Zozzi, la arqueóloga a cargo de la última etapa de excavación en esa zona, "hay dos posibilidades. Una es que hayan sido traídas de los alrededores del Delta, vía por la que se comercializaba con Brasil; la otra es que fueran producto de reducciones indígenas locales".
Sin embargo, los especialistas coinciden en que no hay registros de fabricación de cerámica en la época colonial de Buenos Aires.
"El material comenzó a aparecer en los contrapisos y llegamos a tener pozos de hasta siete metros de profundidad -contó Zozzi-. Lo más profundo es lo que corresponde a los aljibes y pozos de basura." En el mismo sitio se encontraron objetos de los siglos XVIII y XIX, como cerámicas y lozas.
Por otra parte, el inmueble tiene una rica historia. Fue construido en el siglo XIX, por la familia Juan de la Peña. Posteriormente, lo compró Martín Gregorio de Álzaga, quien se casó con Felicitas Guerrero, célebre por haber sido considerada "la mujer más bella de la Argentina" a mediados del siglo XIX. La muerte de los hijos del matrimonio habría sido la razón del suicidio de Álzaga. 
 
 En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk

Felicitas murió a los 26 años (muy probablemente, asesinada por un pretendiente despechado), y las propiedades de las dos familias fueron heredadas por los Guerrero, quienes las vendieron a fines del siglo XIX.
En 1900, la galería del edificio albergó la primera filmación de cine local, y ocho años más tarde fue comprada por Max Glucksmann, pionero de este arte en la Argentina. En 2000, el predio fue adquirido por la firma que construye el hotel.

Nuevas excavaciones

En la playa de estacionamiento lindera al ex convento de Santa Catalina, en el barrio de San Nicolás, se están realizando nuevas excavaciones. Aunque el material hallado aún no se analizó, se estima que los objetos también datan del siglo XVII.

En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
Daniel Schavelzon, director del Área de Arqueología Urbana de la Dirección General de Patrimonio de la Ciudad, estuvo a cargo de la excavación que se realizó en el mismo lugar durante 2001. En su opinión, el valor de la arqueología urbana es que "muestra la vida cotidiana, la historia no oficial. Principalmente se trabaja sobre lo que por entonces era la basura, lo que se tiraba". Y agregó: "Lo que tratamos de rescatar es la vida doméstica. Con qué comían, cómo se comía, cómo se cocinaba y ese tipo de cosas. La vida de la casa de un señor cualquiera".
Respecto de los lugares en los que se decide hacer una excavación arqueológica, Schavelzon explicó: "A veces avisan los constructores, antes de hacer una obra. También están los llamados rescates, que ocurren cuando un vecino dice que puede haber algo en determinada zona.

En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk

En ese caso interviene el gobierno de la ciudad, que analiza lo que hay. En ese caso, allí puede abrirse la puerta para una gran investigación, como pasó en 2001 en el ex convento de Santa Catalina de Siena".
La arqueología urbana es una práctica que en Buenos Aires tiene menos de veinte años de historia. Muchas veces es resistida, ya que se teme que las excavaciones demoren, o incluso detengan, construcciones. En este sentido, Frazzi destacó: "Los arquitectos que avisan de posibles hallazgos son muy pocos. La mayoría de las veces las alertas las dan los vecinos". Para Schavelzon, "está claro que "nadie quiere paralizar el progreso de la ciudad. Los arqueólogos sólo buscamos un acuerdo que permita recuperar el patrimonio".
últimas notas de Buenos Aires


En excavaciones en San Telmo y San Nicolás hallaron vasijas de origen guaraní y fragmentos de platos del siglo XVII.  Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk




Fuente: lanacion.com

ESPAÑA: RESTAURABAN UNA OBRA DE PICASSO
Y ENCONTRARON UN DIBUJO AL DORSO

La pintura encontrada en el reverso de la otra también podría pertenecer al genio español.
Una mujer observa hoy el dibujo de grandes dimensiones que podría ser obra del pintor malagueño, aparecido durante un proceso de restauración en el reverso del cuadro "Retrato de la madre del artista" (1896), de Pablo Picasso. (EFE)
Después de muchos años de su creación, algunas obras de arte siguen sorprendiendo al revelar secretos ocultos tras varias décadas. Tal es el caso del “Retrato de la madre del artista” (1896), de Pablo Picasso, en la cual apareció pegado a su reverso un dibujo de grandes dimensiones, que también podría ser del genio español.
El museo del artista en Barcelona halló el dibujo que podría ser del pintor durante los trabajos de restauración de una obra del artista, según informó hoy la propia institución.
El dibujo encontrado se trata de un busto de un caballero con una pipa, hecho con barras de carboncillo y muy similar a otra obra de Picasso, llamada "Busto de caballero del siglo XIX".


"Personaje con pipa" es el título de la obra inédita que podría ser obra de Pablo Picasso. (EFE)
“Ambos dibujos, técnicamente muy similares, utilizan el mismo formato, igual tipo de papel, la manera de tratar el claroscuro e idéntica técnica, ya que combina el carboncillo y el clarión (tiza)”, dijo la jefa del departamento de Conservación Preventiva y Restauración del Museo Picasso, Reyes Jiménez.
Según el director del estalecimiento, Bernardo Laniado-Romero, el dibujo encontrado sería una copia de un grabado flamenco del siglo XVII.
“Retrato de la madre del artista” llegó al Museo Picasso de Barcelona en 1970 como donación del propio pintor. El dibujo encontrado ahora habría sido realizado antes y desechado por Picasso.

"Personaje con pipa" es el título de la obra inédita que podría ser obra de Pablo Picasso y que ha aparecido en el reverso del cuadro "Retrato de la madre del artista" (1896) (EFE)

"Seguramente ya estaba pegado al cartón al llegar al museo, pues si no se documentó en el inventario es porque la obra del reverso no era visible", explicó Jiménez.
Los visitantes del Museo Picasso de Barcelona podrán contemplar excepcionalmente hasta el próximo 7 de abril "Retrato de la madre del artista", con el dibujo descubierto en el reverso.

(Fuente: agencias)

CARAS DE LA ESTACIÓN CONSTITUCIÓN


Una parte del gran edificio remite a la Francia renacentista. La otra es más moderna.


Hall central. Con su bóveda y sus clásicos ventanales; los arquitectos se habrían inspirado en las salas de baños termales de la antigua Roma.
Por Eduardo Parise

Si uno lo mira desde la plaza, en el frente que da a la calle Brasil, se parece al castillo de Maisons Laffitte, de Francia. Y algo de eso hay porque se dice que, para su diseño, los arquitectos ingleses Samuel Parr, James Strong y John Edweston Parr (hijo de Samuel) se inspiraron en aquel edificio neo renacentista. Pero si uno hace unos metros y lo ve desde la calle Hornos, todo es diferente. Allí la imagen que pensaron el inglés Paul Bell Chambers y el estadounidense Louis Newbery Thomas tiene una propuesta mucho más moderna. El edificio con esas dos caras es el de la imponente estación Constitución, uno de los centros ferroviarios clave de la Ciudad y pieza histórica de una Buenos Aires que entonces tenía y mostraba riqueza, al menos para construir esas obras.
En 1865 hubo una primera estación. La habían diseñado los ingenieros Petto y Betts y se había construido con materiales traídos de Inglaterra por la empresa dueña del Ferrocarril del Sud. Estaba frente al viejo Mercado del Sur, ése que cada año recibía a miles de carretas que llevaban al puerto la lana y los cueros que llegaban en los trenes y se despachaban hacia Europa.
Pero como pronto quedó chica, aquella construcción se cambió en 1885 por la que pensaron los Parr junto con Strong. El resultado es ese edificio de estilo académico francés (es decir: que guarda simetrías) con cúpulas y mansardas cubiertas con tejas de pizarra, de gran resistencia.
Apenas cuatro años más tarde hubo reformas. Pero el continuo crecimiento del volumen de cargas y pasajeros llevó a que hacia principios del siglo XX la estación volviera a resultar insuficiente. Así es que antes del final de la primera década se genera un nuevo proyecto, el de Bell Chambers y Newbery Thomas. La idea era un gran rectángulo, con un imponente hall central cubierto por una importante bóveda de cañón corrido con más de 90 metros de largo y casi 40 de altura, sostenida por arcos de acero unidos con losas de cemento.
Para aprovechar la luz natural, en cada extremo (sobre Hornos y sobre Lima) y en los laterales tendría grandes ventanales. Cuentan que la idea se tomó de las antiguas salas de los baños termales de la vieja Roma. Hoy, ese hall y esa bóveda son uno de los espacios públicos más grandes de Buenos Aires.
En septiembre de 1925 se puso la piedra fundamental y se empezó la construcción. Pero el crack financiero mundial de 1929 dejó trunca la obra. Sólo se hizo el gran hall y los laterales. Y la parte del viejo edificio que sería demolida quedó sobre la calle Brasil. Por eso la estación muestra esas dos caras mencionadas al principio. Allí, en la construcción que conserva un gran reloj, aún se mantiene un símbolo de lo que significaba el ferrocarril a finales del siglo XIX: una gran rueda con dos alas; la conjunción de velocidad y movimiento.
La estación Constitución es buen reflejo de un Buenos Aires diferente y ostentoso, de los tiempos en que era “La París de América”. Claro que no sólo tiene edificios para mostrar. También hay monumentos como los que evocan a dos figuras importantes de nuestro pasado. Ambos están en la vecina plaza que lleva el mismo nombre de la estación. Se trata de Juan Bautista Alberdi (un tucumano que fue inspirador de la Constitución Nacional y uno de los más grandes pensadores de la Argentina) y de Juan José Castelli, aquel abogado conocido como “el orador de la Revolución de Mayo” que no sólo lideró ejércitos libertadores sino que también reclutó militantes para la causa patriota. A él lo abatió un cáncer de lengua en octubre de 1812.
Alberdi y Castelli tienen sus monumentos allí. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com