Italia, la Unión Europea y la UNESCO presentaron un plan de
salvataje. Hasta 2015 piensan invertir 105 millones de euros en las
restauraciones más urgentes de las magníficas reliquias romanas.
Problema. Vista de una calle en las ruinas de Pompeya después de la lluvia. Las infiltraciones de agua representan el mayor riesgo. fotos: victor sokolowicz |
Por Julio Algañaraz
Desde hace siglos el Vesubio es un volcán durmiente, aunque dos millones de personas que viven en torno de la zona del golfo de Nápoles se aterrorizan con la idea de que vuelva a despertarse, como aquel 24 de agosto del año 79. En esa última erupción devastadora sepultó debajo de cinco metros de cenizas y pequeños pedazos de lava sólida a la bella ciudad romana de Pompeya, donde habitaban cerca de veinte mil personas, entre ciudadanos, libertos y esclavos.
Desde hace siglos el Vesubio es un volcán durmiente, aunque dos millones de personas que viven en torno de la zona del golfo de Nápoles se aterrorizan con la idea de que vuelva a despertarse, como aquel 24 de agosto del año 79. En esa última erupción devastadora sepultó debajo de cinco metros de cenizas y pequeños pedazos de lava sólida a la bella ciudad romana de Pompeya, donde habitaban cerca de veinte mil personas, entre ciudadanos, libertos y esclavos.
Pompeya es una de las maravillas arqueológicas de nuestro mundo
porque la erupción sepultó y guardó todo lo que había allí. Con los
siglos, las excavaciones, que forman el área arqueológica más extensa
del planeta, han descubierto 44 de las 66 hectáreas que quedaron bajo
los detritos del Vesubio. Un tesoro inigualable de casas, decoraciones,
estadios, útiles domésticos y hasta el vacío de los cuerpos que
permitieron llenarlo con calcos perfectos de los cuerpos que hoy se
exhiben en los museos pompeyanos.
Aunque más de dos millones de
visitantes admiran en las 33 hectáreas abiertas al público la urbe que
quedó casi intacta para la posteridad, la degradación del patrimonio
arqueológico se ha agravado mucho en los últimos años. En 2010, el
derrumbe de la Casa de los Gladiadores advirtió que se había llegado al
límite. Desde entonces cayeron otra media docena de muros, víctimas del
tiempo que pasa, la falta de mantenimiento y el agua que corroe los
cimientos.
Italia, la Unión Europea y la UNESCO, la organización
de las Naciones Unidas que declaró patrimonio de la humanidad a Pompeya,
han lanzado el Gran Proyecto para salvarla, presentado a la prensa
internacional. Son 105 millones de euros que desde ahora hasta 2015
deben ser empleados en cinco planes de intervención para hacer las
restauraciones más urgentes. En seis meses, la Unión Europea quiere que
los resultados estén a la vista y se ha creado un mecanismo para impedir
que los trabajos caigan en manos de la mafia napolitana, la legendaria
camorra, como ocurre siempre por estos lados.
Los trabajos incluirán la restauración de las magníficas pinturas a fresco en la Casa dei Dioscuri y muchas otras residencias de ricos. También la piazza Esedra, el viale (avenida) delle Ginestre, los teatros, las termas Stabiane, la bella vía de la Abbondanza.
Los trabajos incluirán la restauración de las magníficas pinturas a fresco en la Casa dei Dioscuri y muchas otras residencias de ricos. También la piazza Esedra, el viale (avenida) delle Ginestre, los teatros, las termas Stabiane, la bella vía de la Abbondanza.
Solución. El arqueólogo Fabio Galeandro muestra bocetos en uno de los domus del proyecto. |
Otro aspecto importante son las más de diez mil
inscripciones, dibujos en las paredes y pinturas que durante siglos
dejaron ignotos ciudadanos o esclavos y que forman una parte fundamental
de la historia de Pompeya. En el siglo sexto antes de Cristo la ciudad
era ya un importante cruce de caminos y tráficos comerciales, pero los
primeros poblados se remontan a dos mil años antes.
La curiosidad
del público siempre reserva una atracción especial por el famoso
lupanar pleno de decoraciones, algunas de valor artístico. El arqueólogo
Pietro Guzzo, que ha escrito un libro sobre el fenómeno de la
prostitución en la época romana, afirma que hoy muchos creen que Roma
era una continua bacanal.
“En realidad, el Eros desenfrenado en
Pompeya era una fuente de rédito muy importante para los ricos, que
regulaban los placeres carnales como en el resto del imperio romano. En
Roma había un centenar de burdeles”, dice.
En el lupanar de Pompeya se han encontrado 59 relieves artísticos con prácticas sexuales pagadas, que explicaban los “mil modos” de hacerlo en bellos frescos que ahora están nuevamente en restauración.
“Muchos
no saben –explica el arqueólogo Guzzo– que la prostitución estaba
prohibida a las mujeres y hombres libres de Roma, que si violaban esta
norma estricta perdían muchos derechos civiles. Eran los esclavos y los
libertos, los que no tenían derechos y por lo tanto tampoco deberes, los
que vendían su cuerpo en el lupanar, en las termas y en otros lugares
de la ciudad. Pero todos estaban con patrimonio al servicio de sus ricos
patrones, que controlaban el negocio de la prostitución”.
También
en las principales villas residenciales de los poderosos, como en la
Casa dei Vettii y la Casa del Centenario, hay pequeños ambientes con
coloridas escenas eróticas. Eran lugares donde los “dominus” ponían a
disposición sus esclavos, mujeres y varones adolescentes.
El arqueólogo Guzzo concluyó que “el sexo pagado contribuía bastante a la actividad económica de la época romana”.
El Coliseo, con secretos infinitos
Hace dos semanas se encontraron en el Coliseo romano frescos de
colores y dibujos eróticos hechos en el siglo I y III. También, grafitis
realizados por el público. Para los expertos, fue un “descubrimiento
extraordinario” que reescribe la historia del anfiteatro romano. Los
restauradores Paola Lanzillotti, Alejandro Danesi y la ingeniera Ida
Simonelli, guiados por el director de los trabajos Maurizio Pinotti,
quedaron maravillados. Desde octubre del año pasado, los científicos y
técnicos se dedicaban a limpiar, consolidar y restaurar los restos de
los enduidos, hasta mostrarlos a lo largo de las bóvedas, las paredes y
las ruinas de la galería. Y se descubrieron algunos “secretos”, como por
ejemplo que sus mármoles externos tenían revoques y estucos que los
blanqueaban. Pero hay miles más.
Fuente: clarin.com