El Museo Castagnino de Rosario celebra sus 75 años con
una muestra que recorre en 150 obras varias colecciones de arte
argentino y europeo.
Hay obras que cuesta olvidar. Permanecen intactas en la retina
porque son simbólicamente potentes, bellas. Eso es lo que uno siente
ante “La madre muerta” de Leo Putz, una pintura de gran formato de la
secesión vienesa con tema melodramático característico de fin de siglo
XIX. La figura muerta envuelta en luz gélida y la tensión dramática de
la escena recuerdan al hijo muerto de “El primer duelo” (1888), de
William Adolphe Bouguereau, ese deslumbrante óleo del MNBA. Muy cerca
está “La cuna vacía”, una joyita de Vincenzo Irolli. Esas son algunas de
las 150 obras que integran Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario , la muestra con la que el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario viene a celebrar su 75° aniversario.
Con
curaduría de Laura Malosetti Costa, María de la Paz López Carvajal y
Pablo Montini, la exposición presenta una nueva mirada sobre las
colecciones de arte europeo y argentino del siglo XIX en el Museo
Castagnino. Se exhiben también piezas de la colección del Museo
Histórico Provincial Dr. Julio Marc. Hay obras de diferentes escuelas
europeas del siglo XIX y pinturas de artistas argentinos y maestros
rosarinos de fines de siglo XIX y principios del siglo XX, y una
selección de la sección de Bellas Artes de la Exposición Provincial de
Rosario de 1888 con eje en la industria.
Hay trabajos, entre
otros, de Leo Putz, Joaquín Sorolla, Giovanni Fattori, Edoardo de
Martino, Francesco Michetti, Camille Pisarro, Jules Dupré, Eugene
Boudin, Alfred Sisley, Eduardo Sívori, Eduardo Schiaffino y Salvador
Zaino. Hubo un gran trabajo de restauro y puesta en valor del patrimonio
del museo: Rosario tiene una colección del siglo XIX que es un
auténtico tesoro y que hasta ahora había estado escondido. Muchas de las
obras que ahora ocupan las salas del Museo Castagnino habían
permanecido en depósito durante años. “Mostramos el clima de fin de
siglo en Rosario. Siempre se sostuvo que era ‘una ciudad comercial,
fenicia’. Pero Rosario fue una ciudad de inmigrantes europeos de
diversas nacionalidades que trajeron la semilla de su cultura y la
vocación que siempre me parece maravillosa de la persona que
colecciona”, dice Laura Malosetti Costa.
Contrariamente a lo que
se sostenía en la época y a la historiografía de Rosario, hubo una
burguesía pujante que ocupó un rol central: impulsó y cultivó el arte no
sólo para sí misma sino también donando obras a la ciudad.
DE PASEO POR OTRO TIEMPO. Una espectadora de la muestra rosarina. |
“El
coleccionista –señala Malosetti Costa– aparece muchas veces como un ser
un poco egoísta, adulándose a sí mismo. Pero aquí está en primer plano
la donación al espacio público, que es algo que hoy falta: creer que es
bueno donar para que la gente pueda ver arte gratis y educarse”. ¿Cómo
fue mutando este modelo de coleccionista en nuestras pampas? “La
tendencia actual –dice la curadora de la muestra– es que el
coleccionista en lugar de confiar en el Estado, funda su propio museo”.
La
muestra reúne obras de la colección Antonio Cafferata, la de Carlos
Carlés, Lisandro de la Torre y Enrique Astengo. Además hay distintas
zonas en las que se puso en diálogo pinturas de artistas europeos y
argentinos, agrupadas por géneros que van desde retratos hasta paisajes.
Son obras de la misma época que pertenecen al patrimonio del Museo
Castagnino y que evidencian un lenguaje común y ponen en cuestión el
mito de que aquí el arte siempre iba “atrasado” respecto a lo que
ocurría en otros países. Conviven, por dar un ejemplo, marinas grises de
Edoardo de Martino con un óleo de Martín Malharro y un pastel de
Sisley. O un retrato de Antonio Ciseri, maestro de Juan Manuel Blanes y
Angel Della Valle, entre muchos otros artistas argentinos que estudiaron
en Florencia, con un bellísimo, tardío y desconocido autorretrato de
Sívori y otro de Schiaffino. La sala de naturalezas muertas incluye una
pintura sobre seda de Domingo Fontana, tío de Lucio Fontana, y obras de
Ernesto de la Cárcova y artistas europeos.
Recorriendo las salas
uno se encuentra con distintos estilos de coleccionistas. Cafferata puso
el foco en objetos históricos. Impulsó las primeras iniciativas
museísticas de la ciudad. Se expone una colección de costosas medallas
que llevan las firmas de los más importantes grabadores franceses del
siglo XIX.
EDUARDO SCHIAFFINO. "Desnudo",1888. Oleo sobre tela, 50x 58 cm. |
Carlos Carlés fue una rara avis: un coleccionista que jamás
compró una obra. Logró reunir entre 1897 y 1898, entre pinturas,
grabados y dibujos, unas trescientas obras de pequeño formato de
expositores del Salón de París. Desde su cargo de director de Correos de
la Argentina (su secretario fue Rubén Darío), invitó a distintos
artistas a enviar una obra para el correo y les regaló a cambio
prestigiosas publicaciones. Hubo cartas de invitación para Sorolla,
Renoir, Pellizza da Volpedo. Y la lista sigue. Muchos quizás aceptaron
con la esperanza de ver convertida su obra en estampilla o postal. En
1898 Carlés renunció al correo para asumir como diputado nacional. Donó
toda su colección al Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario, su
ciudad natal.
La de Astengo es la colección más importante de
Rosario. Ecléctica, va desde el arte pompier de los salones pasando por
la escuela de Barbizon hasta el impresionismo. Hombre de gran fortuna,
su colección incluye, obras de Díaz de la Peña, Isabey, Sánchez Barbudo,
entre muchas otras firmas. De la colección de Lisandro de la Torre, se
exhibe por ejemplo, “Cosquín” de Eduardo Sívori, una vista de la ciudad
con el hospital de tuberculosos.
La muestra nos pone frente al
coleccionismo de entre siglos. Desde un coleccionista tradicional como
Astengo hasta uno atípico como Carlés, creían que una nación moderna
necesitaba del arte para progresar. No había otra alternativa. Tenían
devoción por coleccionar, por disfrutar de las obras en soledad. Pero
tenían también ese gran deseo de compartir. Se agradece.
Ficha
Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario.
Lugar: Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Av. Pellegrini 2202. Rosario. Santa Fe.
Fecha: Hasta el 6 de junio
Horario: Jueves a domingos de 17 a 21. Desde el 15 de febrero Lunes a viernes ,15 a 21. Sábados y domingos 14a 20.
Entrada: $5; menores de 12, gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín