UNA ATMÓSFERA DE FIN DE SIGLO

El Museo Castagnino de Rosario celebra sus 75 años con una muestra que recorre en 150 obras varias colecciones de arte argentino y europeo.

Hay obras que cuesta olvidar. Permanecen intactas en la retina porque son simbólicamente potentes, bellas. Eso es lo que uno siente ante “La madre muerta” de Leo Putz, una pintura de gran formato de la secesión vienesa con tema melodramático característico de fin de siglo XIX. La figura muerta envuelta en luz gélida y la tensión dramática de la escena recuerdan al hijo muerto de “El primer duelo” (1888), de William Adolphe Bouguereau, ese deslumbrante óleo del MNBA. Muy cerca está “La cuna vacía”, una joyita de Vincenzo Irolli. Esas son algunas de las 150 obras que integran Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario , la muestra con la que el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario viene a celebrar su 75° aniversario.
Con curaduría de Laura Malosetti Costa, María de la Paz López Carvajal y Pablo Montini, la exposición presenta una nueva mirada sobre las colecciones de arte europeo y argentino del siglo XIX en el Museo Castagnino. Se exhiben también piezas de la colección del Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc. Hay obras de diferentes escuelas europeas del siglo XIX y pinturas de artistas argentinos y maestros rosarinos de fines de siglo XIX y principios del siglo XX, y una selección de la sección de Bellas Artes de la Exposición Provincial de Rosario de 1888 con eje en la industria.
Hay trabajos, entre otros, de Leo Putz, Joaquín Sorolla, Giovanni Fattori, Edoardo de Martino, Francesco Michetti, Camille Pisarro, Jules Dupré, Eugene Boudin, Alfred Sisley, Eduardo Sívori, Eduardo Schiaffino y Salvador Zaino. Hubo un gran trabajo de restauro y puesta en valor del patrimonio del museo: Rosario tiene una colección del siglo XIX que es un auténtico tesoro y que hasta ahora había estado escondido. Muchas de las obras que ahora ocupan las salas del Museo Castagnino habían permanecido en depósito durante años. “Mostramos el clima de fin de siglo en Rosario. Siempre se sostuvo que era ‘una ciudad comercial, fenicia’. Pero Rosario fue una ciudad de inmigrantes europeos de diversas nacionalidades que trajeron la semilla de su cultura y la vocación que siempre me parece maravillosa de la persona que colecciona”, dice Laura Malosetti Costa.
Contrariamente a lo que se sostenía en la época y a la historiografía de Rosario, hubo una burguesía pujante que ocupó un rol central: impulsó y cultivó el arte no sólo para sí misma sino también donando obras a la ciudad. 

DE PASEO POR OTRO TIEMPO. Una espectadora de la muestra rosarina
DE PASEO POR OTRO TIEMPO. Una espectadora de la muestra rosarina.

“El coleccionista –señala Malosetti Costa– aparece muchas veces como un ser un poco egoísta, adulándose a sí mismo. Pero aquí está en primer plano la donación al espacio público, que es algo que hoy falta: creer que es bueno donar para que la gente pueda ver arte gratis y educarse”. ¿Cómo fue mutando este modelo de coleccionista en nuestras pampas? “La tendencia actual –dice la curadora de la muestra– es que el coleccionista en lugar de confiar en el Estado, funda su propio museo”. 
La muestra reúne obras de la colección Antonio Cafferata, la de Carlos Carlés, Lisandro de la Torre y Enrique Astengo. Además hay distintas zonas en las que se puso en diálogo pinturas de artistas europeos y argentinos, agrupadas por géneros que van desde retratos hasta paisajes. Son obras de la misma época que pertenecen al patrimonio del Museo Castagnino y que evidencian un lenguaje común y ponen en cuestión el mito de que aquí el arte siempre iba “atrasado” respecto a lo que ocurría en otros países. Conviven, por dar un ejemplo, marinas grises de Edoardo de Martino con un óleo de Martín Malharro y un pastel de Sisley. O un retrato de Antonio Ciseri, maestro de Juan Manuel Blanes y Angel Della Valle, entre muchos otros artistas argentinos que estudiaron en Florencia, con un bellísimo, tardío y desconocido autorretrato de Sívori y otro de Schiaffino. La sala de naturalezas muertas incluye una pintura sobre seda de Domingo Fontana, tío de Lucio Fontana, y obras de Ernesto de la Cárcova y artistas europeos.
Recorriendo las salas uno se encuentra con distintos estilos de coleccionistas. Cafferata puso el foco en objetos históricos. Impulsó las primeras iniciativas museísticas de la ciudad. Se expone una colección de costosas medallas que llevan las firmas de los más importantes grabadores franceses del siglo XIX. 

EDUARDO SCHIAFINO. "Desnudo",1888. Oleo sobre tela, 50x 58 cm.
EDUARDO SCHIAFFINO. "Desnudo",1888. Oleo sobre tela, 50x 58 cm.

Carlos Carlés fue una rara avis: un coleccionista que jamás compró una obra. Logró reunir entre 1897 y 1898, entre pinturas, grabados y dibujos, unas trescientas obras de pequeño formato de expositores del Salón de París. Desde su cargo de director de Correos de la Argentina (su secretario fue Rubén Darío), invitó a distintos artistas a enviar una obra para el correo y les regaló a cambio prestigiosas publicaciones. Hubo cartas de invitación para Sorolla, Renoir, Pellizza da Volpedo. Y la lista sigue. Muchos quizás aceptaron con la esperanza de ver convertida su obra en estampilla o postal. En 1898 Carlés renunció al correo para asumir como diputado nacional. Donó toda su colección al Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario, su ciudad natal.
La de Astengo es la colección más importante de Rosario. Ecléctica, va desde el arte pompier de los salones pasando por la escuela de Barbizon hasta el impresionismo. Hombre de gran fortuna, su colección incluye, obras de Díaz de la Peña, Isabey, Sánchez Barbudo, entre muchas otras firmas. De la colección de Lisandro de la Torre, se exhibe por ejemplo, “Cosquín” de Eduardo Sívori, una vista de la ciudad con el hospital de tuberculosos.
La muestra nos pone frente al coleccionismo de entre siglos. Desde un coleccionista tradicional como Astengo hasta uno atípico como Carlés, creían que una nación moderna necesitaba del arte para progresar. No había otra alternativa. Tenían devoción por coleccionar, por disfrutar de las obras en soledad. Pero tenían también ese gran deseo de compartir. Se agradece.

Ficha
Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario.
Lugar: Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Av. Pellegrini 2202. Rosario. Santa Fe.
Fecha: Hasta el 6 de junio
Horario: Jueves a domingos de 17 a 21. Desde el 15 de febrero Lunes a viernes ,15 a 21. Sábados y domingos 14a 20.
Entrada: $5; menores de 12, gratis.


Fuente: Revista Ñ Clarín


TOTO DIRTY: UN ARTISTA QUE NOS MUEVE EL PISO

Señalado como una de las revelaciones del arte joven, a pocos días de haber ganado el premio Proyecto A, Tobías García habla de “El piso es lava”, la perturbadora intervención que muestra en el espacio Isla Flotante. 

Tobías García, Toto Dirty ( o Dirti, según quien escriba), tuvo un final de 2012 a todo trapo. Este joven de 22 años nacido en Villa Gesell, muy conocido en los circuitos de arte alternativo –sea lo que fuere que eso signifique- partió en dos el mes de diciembre con la presentación de una intervención inquietante que arrancó el 15 de diciembre en la galería Isla Flotante, un espacio organizado por tres amigos, que de tanto en tanto habilitan un cuarto y lo convierten en galería. La tendencia de las llamadas “casas de artistas” para organizar muestras flash o de cierta duración es una tendencia que se va afincando en la ciudad y es una buena noticia porque es un valor agregado al circuito convencional –de ninguna manera despreciable- y abre espacios a artistas que, de otro modo, no tendrían donde exhibir. La tendencia hoy es hacer obra y también autogestionar su exhibición ya sea por elección o porque no hay otra alternativa.
De este modo y hasta hace pocos días, Dirty (sucio, en inglés) plantó en Isla Flotante (espacio emergente pero ubicado en la Recoleta y al que se llega por invitación) su muestra El piso es lava. Dice el artista a Ñ: “La idea de la cual surge el nombre ‘el piso es lava’, es en realidad un recurso que usé para que la gente supiera como interactuar con la instalación, es un titulo a modo de consigna”.

EL PISO ES LAVA III. La intervención de Toto Dirty en Isla Flotante.
EL PISO ES LAVA III. La intervención de Toto Dirty en Isla Flotante.

Así es,  “El piso es lava”, sólo se puede recorrer pisando diferentes pasarelas construidas con partes de muebles que Dirty encontró. “Esto es también un juego que seguramente mucha gente jugó –sigue contando el artista-, que se puede hacer en un living o en la calle, hay que usar la imaginación y la destreza física, elegir qué usar como apoyo para poder llegar a donde queremos, qué es seguro o qué es mas divertido. Por lo tanto lo veo como una analogía, y una critica de cómo nos desenvolvemos, quizás en el mundo del arte o en otras cosas también”.
Elegir una galería emergente no fue un descarte. Afirma Dirty: “Elegí Isla Flotante por muchas razones, en primer lugar por que son mis amigos, recibo mucha ayuda a la hora de montar, también surgen buenas ideas para poder  afilar lo que se quiere trasmitir y cuidar el proyecto. Te ofrecen la libertad que uno espera, pero sabés que no vas a irte por las ramas. Por otro lado las galerías ‘jóvenes’ te dan la seguridad de que van a entenderte, que se manejan de la misma forma que vos y son los points donde creo yo que esta la posta del arte contemporáneo en nuestro país”.
Ser entendido y aceptado y hasta querido y por ése real amor al arte, alejado del dinero es que se movieron los chicos de Isla Flotante y Toto Dirty a la hora de montar El piso es lava, ese laberinto por el que había que caminar sobre tablones, cajones de fruta, basura y otras trampas para no pisar lo que se suele pisar, el piso. 

EL PISO ES LAVA II. La instalación de Toto Dirty en Isla Flotante.
EL PISO ES LAVA II. La instalación de Toto Dirty en Isla Flotante.
Uno podría pensar que aquí se abre una pregunta que apunta a la incertidumbre que vivimos en estos tiempos pos-posmodernos.  Como dijo la blogger Violeta Posta, “’El piso está hecho de lava’ es un juego de supervivencia. Si pisas el suelo te morís. Hay que inventar nuevas formas de circular, arriba de muebles y almohadones. ‘El piso está hecho de lava’ es también una muestra que imagino involucra el cuerpo, la infancia y el desastre”.
Pero esto no fue todo para Dirty en los albores de este año que acaba de iniciarse, el día de los inocentes, sin que esto implique una tomadura de pelo a su obra, recibió un premio que cada año se va volviendo más prestigioso para artistas menores de 26 años. Se trata del Premio que otorga Proyecto A, creado por Patricia Rizzo, una curadora de mediana edad y amplia trayectoria. Montado como suceso in progress y galería itinerante, el proyecto convocó desde el comienzo a artistas jóvenes con el objetivo de vincularlos con coleccionistas, también coleccionistas que tuviesen una mirada que apostase a lo nuevo, a aquello que con su compra quizá podrían consagrar. El Proyecto tuvo diversas etapas. Se inició en espacios itinerantes, luego tuvo su primer lugar fijo en Florida y Córdoba y en 2007, mudó a su ubicación actual, San Juan y Perú. Es un proyecto en cambio y crecimiento,  “seguimos pensando en las nuevas formas de exhibir arte y proponer nuevos artistas –cuenta a Ñ Patricia Rizzo- ya que el formato tradicional de galería se encuentra en crisis y necesita ajustes. Por el momento en general hacemos 5 exhibiciones por año que quedan alrededor de 45 días cada una”.

EL PISO ES LAVA. La intervención de Toto Dirty en Isla Flotante.
EL PISO ES LAVA. La intervención de Toto Dirty en Isla Flotante.
Proyecto A cumplió 11 años y en esta edición el primer premio se lo llevó Dirty, esta vez con un dibujo de grandes dimensiones y de infinitos detalles, un poco como un Pieter Brueghel moderno, sigue hablando del desastre.
“La obra de Proyecto A –confirma el artista- es un quiebre o una bisagra, creo que con este dibujo estoy probando hablar del presente y no de cosas viejas, hay algo que no puedo evitar de lo autobiográfico creo que es la forma mas sincera de dirigirse a los demás, hablar desde la propia vivencia, a veces me resultad medio cursi, pero tengo una tarea enorme que me propuse y es ablandarle los corazones a las personas. Tanta rudeza e inteligencia puede volverlos inmunes a los sentimientos y eso seria un futuro no sustentable”. 
Según Rizzo, parte del jurado que le dio el premio a Dirty habla de él y de su galería: “Lo conocimos en arteBA del año pasado, edición 2012, en el stand de Isla Flotante en el Barrio Joven. Lo que vimos en su momento nos pareció interesante, y sobre todo con potencial. Muchos artistas de Isla Flotante se presentaron en los últimos años al concurso. Personalmente me gusta mucho esa obsesión en el detalle y me gusta que sus composiciones tengan una buena escala”.

AL ESTILO BRUEGHEL. La obra de Toto Dirty que se quedó con el premio de Proyecto A.
AL ESTILO BRUEGHEL. La obra de Toto Dirty que se quedó con el premio de Proyecto A.
A pesar de que el objetivo de Proyecto A es vincular a los artistas con los coleccionistas, Dirty pasa de esto: “No siento un compromiso con el mercado del arte, por ahora lo que si me interesa es tratar de ampliar el criterio sobre qué es vendible o comprable, tratar de que seamos los artistas los que mostremos qué es valioso en este momento, quizás un papelito arrugado sin marco ni vidrio, tiene escrita la clave para ser un capo en el amor y es una obra re importante”.
Sin embargo confiesa que le gustaría estar en la colección de Gustavo Daniel Ríos: “No puedo creer que tenga obras de todos mis amigos y no una mía”, se atreve a decir. “El compra como un dandy. Noto algo en esto que va ser histórico y mítico, cuando seamos viejos quiero hacer un documental sobre cómo fue adquiriendo su colección”.
Donde probablemente espere que ya haya una obra suya. Pero todavía es un crío y tiene el futuro para comerse por delante. Y no pide mucho a cambio de, lo que en tan pocos años de vida, ya ha dado.


Fuente: Revista Ñ Clarín

EL ARTE Y LA HISTORIA, PASIÓN DE MULTITUDES:
5 MILLONES DE VISITAS A LOS MUSEOS DEL PAÍS

Los hits fueron muestras tan diversas como el clásico Caravaggio y el rupturista Boltanski. La historia también convoca mucho.

SAN JERONIMO. Una de las obras exhibidas en la muestra "Caravaggio y sus seguidores" en el MNBA en 2012.
SAN JERONIMO. Una de las obras exhibidas en la muestra "Caravaggio y sus seguidores" en el MNBA en 2012.

Por Julieta Roffo

Sorprenden las estadísticas difundidas ayer sobre las visitas durante 2012 a museos y sitios históricos de todo el país. Y aunque el número es contundente –hubo 5 millones de visitantes–, lo más llamativo es que las muestras más concurridas hayan sido tan disímiles: fueron desde un genio del Barroco italiano, Caravaggio, a uno de los contemporáneos menos convencionales, Christian Boltanski.
Las obras de Caravaggio en el Museo Nacional de Bellas Artes y la muestra Meraviglie dalle Marche, 600 años de pintura italiana , en el Museo Nacional de Arte Decorativo, fueron motivo de largas colas, y de algunas bocas abiertas, delante de pinturas de grandes renacentistas como Rafael, Tiziano, Lorenzo Lotto y el propio Caravaggio. Entre ambas, recibieron casi 235 mil espectadores, según los números que difundió la agencia Télam. Pero a la vez, la experiencia que diseminó la obra rupturista de Christian Boltanski en el Museo de la Universidad Nacional Tres de Febrero (MUNTREF), el Hotel de Inmigrantes, Tecnópolis y en el Centro Nacional de la Música completó el podio junto con la exhibición de Carlos Cruz Diez, un artista contemporáneo abstracto y geométrico, en el MALBA. Otra de las grandes convocatorias fue la muestra Real/Virtual.Arte cinético argentino en los años sesenta , que concentró en el MNBA a varios artistas locales, como Gyula Kosice y Rogelio Polesello, que trabajaron con el movimiento, la luz y la mutación.
Tal vez el imán sea la presencia de grandes artistas internacionales, consagrados por la Historia o en pleno auge de su trabajo. También puede incentivar que la entrada sea gratuita, como fue en los casos del MNBA y de la experiencia Boltanski, pero no el de Cruz Diez ni en el de Meraviglie..., donde la entrada rondaba los 30 pesos.
Es que los espacios tradicionales del arte son cada vez más populares: en total, 1.400.000 personas caminaron por el MNBA. Otro casi millón y medio de espectadores visitaron el Centro Cultural Recoleta, donde expusieron, por ejemplo, Sara Facio y Pablo Siquier.
También se consolidan los museos más nuevos: en la sede neuquina del MNBA –de menos de una década– hubo 380 mil personas para ver las fotos de Horacio Coppola y la obra de Marta Minujin. Otro caso es el del MUNTREF, que recibió a casi 170 mil espectadores. Y el Museo de Arte de Tigre, que tiene 6 años, convocó a más de 70 mil personas.
Lo mismo sucedió con espacios privados que se transformaron rápidamente en clásicos; es el caso del MALBA que, habiendo cumplido su primera década, está consagrado en el mapa de las artes de Buenos Aires y del país: 340 mil personas lo recorrieron. También es el caso de Fundación Proa: 30 mil personas vieron las estilizadas esculturas del suizo Alberto Giacometti, y en total más de 86 mil recorrieron sus instalaciones. Se suma el recientemente inaugurado Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA), que puede servir de radiografía para ilustrar el tránsito por los pasillos del arte: con cuatro meses ya recibió 15 mil visitas.
La historia argentina también convoca multitudes: al Museo del Cabildo fueron 265 mil personas, y la célebre “Casita de Tucumán”, emblema de la Independencia, tuvo 186 mil visitantes. En San Juan, la casa natal de Sarmiento recibió a 71 mil personas, que visitaron el famoso telar de Doña Paula Albarracín, madre del autor del Facundo , y la célebre higuera debajo de la que, cuenta la leyenda, aprendió a leer. Las joyas arqueológicas de Salta, tres momias precolombinas exhibidas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), ya son un emblema de esa ciudad. Tuvieron 142.209 visitas.
Otra residencia histórica, el Palacio San José, donde vivió Justo José de Urquiza, en Entre Ríos, también recibió cerca de 180 mil visitantes, y en el extremo más austral del país, en el Museo del Fin del Mundo, Ushuaia, 40 mil personas recorrieron una muestra que refleja la vida en ese rincón patagónico desde los años precolombinos hasta entrado el siglo XX.
Los Derechos Humanos tuvieron lo suyo: por ejemplo, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ex ESMA), fue recorrido por 70 mil personas.
Desde la historia de una provincia o de un personaje, las obras clásicas de autores que revolucionaron las artes hasta “lo último”, hay para todos los gustos.

Fuente:Revista Ñ Clarín

BUENOS AIRES REDISEÑA UNA DE SUS "VIDRIERAS"

Buscan mejorar el bello corredor de Libertador y Figueroa Alcorta.
Vista al sur. Desde una torre en Libertador y Ortiz de Ocampo, las dos avenidas y, al fondo, el río./ NÉSTOR GARCÍA

Por Berto González Montaner


El eje de las Avenidas del Libertador y Figueroa Alcorta, desde Retiro hasta el Monumental de River, es uno de los paseos más bellos de Buenos Aires. Sobre todo a partir del mes de noviembre, en que los jacarandás le aportan su singular color violáceo. Pero además es, sin lugar a dudas, una de las “vidrieras” de la Ciudad.
Incluye a la llamada Milla de los Museos, que reúne desde el Museo Ferroviario Scalabrini Ortíz en el extremo sur al de Artes Plásticas en el Rosedal pasando por el Museo de Arquitectura a la altura de Callao, el Palais de Glace, el Centro Cultural Recoleta, el Museo Nacional de Bellas Artes, el de Arte Decorativo y el MALBA, entre otros. También disfruta de la presencia de otros edificios notables como la Biblioteca Nacional, la Facultad de Derecho, y más allá de la Villa 31, hoy Barrio Padre Mugica, se divisan el restaurado Edificio Movimiento y la imponente Usina Dr. Carlos Givogri, sobre Dársena F.
En una encuesta que realizamos en ARQ en 2011, esta fantástica zona de Recoleta, Palermo y Belgrano rankeó como la preferida. Y, hace poco, reafirmando el voto popular, César Pelli no se cansó de sacar fotos de estos parques desde lo alto de una torre de Libertador y Ortiz de Ocampo, donde lo agasajaron en ocasión de haber obtenido el Konex de Brillante a las Artes Visuales. Pero aprovechó la ocasión para criticar el avance sobre el espacio público. “¡Eso es un crimen! ¡Eso es un sacrilegio!” Y mostró como malos ejemplos los de la Embajada de Chile y el edificio de la ex ATC a los pies de esa torre.
Para Jorge Sábato, Director General de Obras de Arquitectura de la Ciudad, este trayecto lleno de virtudes tiene “una herida”. Entre el Parque Thays y la Facultad de Derecho hay una zona que pareciera estar abandonada a la buena de Dios, una suerte de mamarracho de pavimento, vallas y “chaperíos” que alojan el eternamente provisorio Centro de Exposiciones, unas terminales de ómnibus, playas de estacionamiento y las del tan poco amigable STO (Servicio de Transporte Ordenado), con sus grúas.
Para esta “herida” el Gobierno porteño acaba de lanzar un concurso nacional de anteproyecto. Proponen reordenar el área, rediseñar el parque y, de paso cañazo, crear un gran centro de convenciones y exposiciones a la altura de las necesidades y aspiraciones de la Ciudad. Para lograr ese objetivo han convocado a arquitectos y paisajistas para que diseñen un sistema de parques que se integre al Parque Thays y al de Naciones Unidas (donde está la escultura Floralis Generica) y que por debajo esconda las playas de estacionamiento actuales, las terminales de ómnibus y las playas de maniobras que necesitará este centro de exposiciones y convenciones que incluirá, además, una gran sala plenaria con capacidad para 5.000 personas.
La iniciativa tiene sus antecedentes. Por caso en 1992, el estudio Berdichevsky-Cherny ganó el concurso convocado por el municipio porteño para rediseñar esta área que incluía el desactivado Italpark y ubicar allí un parque, un hotel, comercios, un centro de convenciones y un predio ferial. El equipo de Rubén Cherny (recientemente fallecido) proponía hacer un gran parque desde Callao a ATC, fabricando una especie de barranca verde hacia Figueroa Alcorta que replicara la de Plaza Francia y de la cual emergieran los nuevos edificios. De ese concurso solo se concretó una parte, el llamado Parque Thays (1994), pero retocando y reduciendo bastante la idea original.
Más ambicioso aún –y hoy casi en el olvido– fue el Proyecto Retiro de 1996, que reurbanizaba el área desde Retiro hasta aproximadamente Salguero, aprovechando la liberación de tierras que generaría la racionalización del sistema ferro-portuario. Y a fines de los 90, más con los pies en la tierra, a través de un nuevo concurso se propuso una serie de ramblas, pasajes y puentes para unir peatonalmente los principales lugares de esta emblemática área.
En otra encuesta que hicimos en el suplemento de Arquitectura en el año 1992, le preguntamos a 40 arquitectos: ¿Qué le falta a Buenos Aires? La gran mayoría dijo: a) prolongar la red de subtes, b) volver a encontrarse con el río, c) más espacios verdes y d) un auditorio, un centro de convenciones o un estadio cubierto. Veinte años después, la prolongación de las líneas de subte marcha, a paso lento, pero marcha. La recuperación del río también hizo algunas conquistas: pensar que Puerto Madero en ese entonces todavía era un puerto desactivado y solo se conocían unos confusos dibujos y maquetas de lo que hoy está construido. Lo que aún hoy sigue en el fondo de la lista de pendientes son: los espacios verdes y el auditorio o centro de convenciones para la Ciudad. Ojalá que el proyecto ganador de este certamen (lo conoceremos a fin de marzo) ayude a saldar parte de la deuda. Y esperemos que lo haga con la suficiente maestría como para no cometer el sacrilegio al que hacía referencia César Pelli.

* Editor General ARQ

Fuente: clarin.com

COINCIDENCIA CON EL ARQUITECTO CÉSAR PELLI

Celebro coincidir plenamente con el criterio y la preocupación de nuestro compatriota, el Arquitecto César Pelli, una opinión más que autorizada sobre el tema del avance sobre el espacio público y que, como dice la presente nota del Sr. Berto González Montaner, "aprovechó la ocasión para criticar el avance sobre el espacio público. “¡Eso es un crimen! ¡Eso es un sacrilegio!” Y mostró como malos ejemplos los de la Embajada de Chile y el edificio de la ex ATC a los pies de esa torre".
En oportunidad de publicar Clarín una nota sobre la ampliación del Malba por debajo de la Plaza Perú, el pasado 21 de diciembre de 2012, hice el siguiente comentario:
"Me parece perfecto que se amplíe el Museo por debajo de la Plaza Perú, pero creo que se le debería exigir al Malba y al estudio del Arquitecto Carlos Ott que se reforestara por lo menos el 80% de la superficie verde que se va a hacer desaparecer por imperativos de la ejecución del proyecto de ampliación.
Con sólo ver el render del proyecto, y comparar con la actual plaza Plaza Perú, se nota claramente que su fisonomía va a ser modificada.
La Ciudad sigue perdiendo espacios verdes y vegetación que le son vitales.
Y no hay una conciencia suficientemente clara de ello.
Buenos Aires, que siempre tuvo renombre por sus espacios verdes, perdió una plaza entera con la construcción de los estudios de ATC en oportunidad del Campeonato Mundial de Fútbol de 1978. Habiendo como había , miles de terrenos posibles en los cuales edificar ATC sin tener que comerle una plaza entera a Buenos Aires, al Presidente del Ente Mundial 78, Contralmirante Lacoste, se le puso que era ése lugar ideal para lucir esa obra faraónica del Proceso de Reorganización Nacional.
El Presidente Arturo U. Illia le donó a la República de Chile el valiosísimo terreno donde hoy se levanta la residencia de su Embajada en Buenos Aires. Y se le comió toda a esa superficie a la Plaza República de Chile. Al lado del Jardín Japonés, se construyó la Casa de Té del Jardín, con ese vértigo y compulsión que siempre hay en nuestra Ciudad por urbanizar, por llenar de construcciones a cada uno de sus espacios verdes. Los ejemplos son muchísimos más, incontables, realmente demasiados a mi manera de ver.
La relación metros cuadrados de espacios verdes por habitante, en Buenos Aires viene cayendo en picada de manera alarmante desde hace años.
Al no dejar prevista una adecuada capacidad -profundidad- en metros cúbicos de tierra sobre la ampliación del Malba valiéndose de la Plaza Perú, no se podrán poner Jacarandás como los actualmente existentes al terminar las obras de ampliación. Sólo se podrán poner pequeños arbustos y pequeñas plantas florales de estación. Árboles, sólo en el perímetro externo, pero no dentro la Plaza Perú propiamente dicha.
Ésto mismo que señalo, ha pasado con la playa de estacionamiento subterránea construida en la plaza Tte. Gral. Emilio Mitre, en el cruce de las avenidas Las Heras y Pueyrredón, donde, ante la necesidad de aportar soluciones al acuciante problema del estacionamiento en Buenos Aires, se echaron abajo muchísimos plátanos y otros árboles adultos y ahora, encima de la playa construida, han tenido que elevar el nivel de tierra formando túmulos alargados para poder plantar los árboles con los que se sustituyó a los antiguos eliminados. Los citados túmulos, entorpecen y achican el espacio e impiden ver la linea de horizonte a lo lejos. El nuevo, es un paisaje totalmente reformado por las necesidades de la playa de estacionamiento. Así y todo, la capacidad de esos montículos parece absolutamente insuficiente y no es difícil calcular que éso va a impedir el normal desarrollo de los nuevos árboles sustitutos. Los nuevos árboles nunca alcanzarán los tamaños de los eliminados debido a las necesidades de la obra.
A todas luces parece voluntarista e ingenuo creer que los nuevos árboles van a poder desarrollarse adecuadamente dentro de esa exigua capacidad de tierra.
Y la visual y el paisaje anterior a la construcción de la playa de estacionamiento han sido muy modificados y nunca se recuperarán. A la parte de la plaza que coincide con la primera etapa de la playa de estacionamiento ya inaugurada, parece que le hubieran volado los árboles que tenía con una potente bomba de neutrones. La vieja plaza perdió la armonía visual y el diseño que tenía. Esos árboles habían logrado sus tamaños en años de desarrollo y, en nombre del progreso, se los liquidó en minutos. Y todavía falta ver cómo quedará la parte que coincide con la segunda etapa de la construcción de la playa de estacionamiento.
También se pretendió hacernos creer que el edificio del ex Park Hyatt Hotel, ahora Four Seasons Hotel, no iba a tapar las vistas principales de la casa Álzaga Unzué, pero, sospechosamente, el cartel de obra, que fue el hazme reir de muchos dibujantes y arquitectos sensatos de Buenos Aires, mostraba al edificio como quedaría una vez terminado, pero sospechosamente tomado desde Carlos Pellegrini y Santa Fe, punto desde el cual jamás podría el hotel tapar a la casa de los Álzaga Unzué. Lo que nunca mostraron fue cómo se vería la casa desde la Avenida del Libertador. Obviamente, era un imposible que jamás podrían mostrar.
También se nos hizo el cuento de que la construcción del Buenos Aires Design no había afectado la fisonomía de lugar donde se forzó su inserción ni la parte histórica del conjunto del ex Asilo Gral. Viamonte, ahora Centro Cultural Recoleta - de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y del Cementerio de la Recoleta.
Que no pase lo mismo con la Plaza Perú, con la excusa de la ampliación del Malba.
Esa plaza debería poder volver a tener árboles en toda su superficie como los que actualmente tiene.


Pedro L. Baliña

ESA FUENTE CON ACENTO ALEMÁN


Inaugurada en 1918 en Plaza Alemania, simboliza la riqueza agropecuaria argentina.


La obra. Gustav Bredow la hizo con mármol de Grecia. Las esculturas de los extremos reflejan “La Agricultura y “La Ganaderia”. / SEBASTIÁN ALONSO

Por Eduardo Parise

Alguna vez quedó como propuesta para ser contada como otra historia. Por eso ahora llegó el momento de convertirla en protagonista principal. Y no hay dudas de que la obra tiene el sustento suficiente para serlo y destacarse entre los muchos y bellos monumentos de la Ciudad. Su título oficial es Monumento-fuente “Riqueza Agropecuaria Argentina”, pero se la suele presentar simplemente como “La fuente alemana de Buenos Aires”.
El origen de esa denominación tiene su razón: la obra no sólo está en la Plaza Alemania (otro gran diseño del francés Carlos Thays; ubicada entre las calles Cavia y Castex y las avenidas Del Libertador y Casares, en Palermo), sino que fue donada por la comunidad de esa nación europea cuando se cumplió el Primer Centenario de la Revolución de Mayo. La piedra fundamental de la fuente fue colocada el 31 de mayo de 1910, se empezó a realizar en 1914 y se inauguró el 18 de mayo de 1918.
El trabajo impacta en ese contexto rodeado de grandes tipas y araucarias. Además, están los geranios, una flor simbólica para los alemanes. La fuente mide más de 25 metros de ancho y tiene un gran vertedero central. En el frente una escalinata circular dividida en siete sectores le da mayor realce. Pero el remate de la obra lo marcan los dos grupos escultóricos colocados sobre pedestales y ubicados en cada extremo de la fuente. Se titulan “La Agricultura” y “La Ganadería”, símbolos de esa riqueza agropecuaria del país.
Toda la obra fue pensada, esculpida y dirigida (tanto en lo arquitectónico como en lo que hace a su ingeniería) por Gustav Adolf Bredow (1875-1953), un artista alemán que con su criterio particular impuso lo que se conoció como “el estilo Bredow”, que se caracterizaba por su arte y su precisión. Un ejemplo de ese estilo lo marca la elección del mármol que usó para los grupos escultóricos. Bredow en persona fue hasta las canteras del monte Pentelikon, en Grecia, para pedir el corte especial que quería para esta obra: debían ser bloques de 3 metros de largo por 3 de alto y 4 de ancho.
Se lo conoce como mármol pentélico y los especialistas dicen que se destaca porque con los años toma un color amarillento que lo hace más calido y eso genera que las sombras y las luces se destaquen de una manera diferente. Ese mármol es el que se usó para muchos edificios de la Acrópolis, incluido el famoso Partenón de Atenas. Aquellos bloques elegidos por el artista llegaron primero al puerto de El Pireo, de allí viajaron a Hamburgo y una vez esculpidos los llevaron al puerto de Bremen, donde en julio de 1914 fueron embarcados hacia Buenos Aires.
Claro que no todo fueron rosas para Bredow. Cuando estaba en la mitad del trabajo de la escultura que representa a la ganadería (un hombre junto a un gran toro), descubrió que el bloque tenía una grieta en el medio. Igual, la cuestión se resolvió con inteligencia: ese mármol se usó para la figura del hombre y se consiguió otro bloque para el toro. Pero ese nuevo bloque tardó más de un año en llegar y retrasó el trabajo.
En la parte posterior, la fuente muestra unos bajorrelieves hechos en bronce, también obra de Bredow. Y se completa con los 16 escudos esculpidos en bronce, que representan a los estados que integran Alemania. Y ya que se menciona a la integración de ese país, en mayo de 2010 en esa plaza se inauguró un tablero de ajedrez de 3,20 por 3,20 metros. Los trebejos miden 60 centímetros de alto y están hechos con teca (conocida como “la reina de las maderas”) traída de Indonesia. La inauguración de ese tablero gigante fue para festejar un aniversario de la unificación de Alemania, tiempo después de la caída del muro de Berlín. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

SIEMPRE SORPRENDENTE:
EL SINGULAR GIUSEPPE ARCIMBOLDO


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Autorretrato de Giuseppe Arcimboldo
Giuseppe Arcimboldo, (también escrito Arcimboldi; Milán 1527 - íbidem; 11 de julio de 1593), fue un pintor italiano, conocido sobre todo por sus representaciones manieristas del rostro humano a partir de flores, frutas, plantas, animales u objetos; esto es, pintaba representaciones de estos objetos en el lienzo, colocados de tal manera que todo el conjunto tenía una semejanza reconocible con el sujeto retratado.


Legado

Cuando el ejército sueco invadió Praga en 1648, durante la Guerra de los Treinta Años, saquearon muchas pinturas de Arcimboldo que estaban en la colección de Rodolfo II.
Sus obras pueden encontrarse en el MHAV de Viena, en el Castillo de Ambras en Innsbruck, el Louvre en París, así como en varios museos de Suecia. En Italia, su obra está en Cremona, Brescia, y en la Galería de los Uffizi de Florencia. El Wadsworth Atheneum de Hartford, Connecticut, el Museo de Arte de Denver, Colorado y el Candie Museum en Guernsey también tienen pinturas de Arcimboldo. En España, se encuentra un solo cuadro de Arcimboldo: La Primavera, de un grupo de las Cuatro Estaciones (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid).
Las extrañas obras de Arcimboldo, especialmente sus imágenes múltiples, fueron redescubiertas a principios del siglo XX por artistas surrealistas como Salvador Dalí. La exposición «El efecto Arcimboldo» que se celebró en el Palacio Grassi de Venecia (1987) incluyó numerosos cuadros de «doble sentido». La influencia de Arcimboldo puede verse igualmente en la obra de Shigeo Fukuda, István Orosz, Octavio Ocampo, y Sandro del Prete, así como en películas de Jan Švankmajer.


Primavera - 1573

Verano - 1573.
Otoño - 1573.
Invierno - 1573
Agua - 1566

Aire - 1570


Cabeza reversible con canasta con frutas - C. 1590
Vertemnus - 1591
Vegetales en un bowl o El jardinero - 1590

El jurista - 1566

DESCUBREN EN EGIPTO
TUMBAS DE HACE MÁS DE TRES MILENIOS


El Cairo - Tumbas excavadas en la roca fueron encontradas por arqueólogos italianos que buscaban datos sobre el reinado del faraón Amenhotep II, que se extendió casi seis décadas, precisa un comunicado oficial conocido hoy. En realidad los científicos no esperaban darse de manos a bocas con las sepulturas pues estaban en trabajos de limpieza y excavaciones en el templo funerario del longevo monarca en la ciudad de Luxor, a unos 700 kilómetros al sur de esta capital. Las sepulturas deben haber sido excavadas hace más tres milenios, pues los cálculos fijan la regencia de Amenhotep II entre los años 1291 y 1550 antes de nuestra era, se infiere de un comunicado del Ministerio de Estado para las Antigüedades. Resulta imposible determinar de inmediato si las tumbas pertenecen a familiares y allegados del monarca enterrados después, o fueron inmolados a su deceso. Entre los hallazgos hay varios vasos funerarios decorados con efigies de los dioses de la época y restos de ataúdes.


Fuente: Prensa Latina