SI LAS CARIÁTIDES Y LOS ATLANTES HABLARAN

Las figuras que sostienen importantes edificios de la Ciudad vienen de los griegos.

Mano pedigüeña. En el ex Ministerio de Obras Públicas, Avenida 9 de Julio.

Por Berto González Montaner


Alguna vez Ramón Gómez de la Serna confesó su deseo de que a su muerte lo llorasen todas las cariátides de Buenos Aires. El escritor español parecía empecinado en conmover a esas inmóviles y eternas figuras femeninas que tutelan no pocos edificios del centro porteño. Y que cuentan en su diario íntimo ser descendientes de las seis doncellas que sostienen desde hace 2.400 años el techo del Erecteión, el templo construido en honor a los dioses Atenea, Poseidón y Erecteo en la Acrópolis de Atenas.
El viaje que se pegaron las chicas no fue corto. De la Antigüedad griega y romana fueron recuperadas por los arquitectos del Renacimiento y a Buenos Aires recién llegaron a finales del siglo XIX para incrustarse en nuestros edificios en la época del llamado Eclecticismo. Por aquellos tiempos esto fue un festival de estilos: según la obra podías elegir. Para escuelas o bancos venía bien el Neoclásico; para vestir una iglesia, el más apropiado era el Neogótico; a un edificio industrial del tipo de la reciclada Usina del Arte, el Neorrománico le caía al pelo. Para edificios residenciales para renta, el Art Nouveau o por qué no un Art Déco. Y cada uno de estos estilos se valieron de estas enigmáticas y seductoras figuras, más voluptuosas o más geométricas, para decorar y –literalmente– humanizar la arquitectura de los edificios.
Las hay para todos los gustos y dan lugar a todo tipo de especulaciones. Veamos: Están las más atrevidas, con los pechos al aire, un tanto regordetas al look renacentista, como las que enmarcan la entrada del Colegio Carlos Pellegrini, en Marcelo T. de Alvear al 1800.
Otras, más lejanas y distantes, detentan sabiduría, tal el caso de las figuras femeninas que hacen de columnas en lo alto del Palacio Sarmiento (ex Pizzurno), donde funciona el Ministerio de Educación. En el brazo llevan un libro y en la mano una antorcha y, sobre su cabeza, una corona de laureles. Arquitectura parlante si las hay, todo un símbolo: el edificio fue diseñado para escuela y biblioteca.
Otras que vienen con bibliografía en sus manos son las férreas e ilustradas cariátides del Congreso, que de a pares custodian las entradas secundarias del palacio.
También las hay espigadas, como las que decoran el edificio del ex diario Crítica, en Avenida de Mayo. Exóticas, como las dos adolescentes presumiblemente de origen africano que nos miran desde lo alto del Rectorado de la UBA, en Viamonte 430. O la más feíta, la cariátide del Hotel París, ubicado en la esquina de Avenida de Mayo 1199. Su cara, pobrecita, de tan desproporcionada, asusta.
Pero no solo Buenos Aires tiene las más bellas, las más exóticas y hasta las más feas. También está llena de forzudos y hasta de sinvergüenzas inmortalizados contra las paredes de los edificios.
Es que también la versión masculina de las cariátides cautivó a las obras porteñas. Se los llama atlantes, porque son una evocación de Atlas, el gigante griego condenado por Zeus a sostener la bóveda celeste por atentar contra los dioses.
En el cuadro de honor de forzudos sacrificados están los ocho gigantes de cuatro metros de altura que sostienen el enigmático y tenebroso edificio Otto Wulff, en la esquina de Belgrano y Perú.
También hacen gala de su fortaleza los que sostienen en forma de ménsula la parte superior del ex Cine Gran Splendid, hoy una gran librería, en avenida Santa Fe 1860. O los dos corpulentos atlantes que aguantan en sus hombros los cuerpos salientes del edificio de Rivadavia 1906-1916, diseñado por Mario Palanti.
Al lado del Maipo, en Esmeralda 455, la cosa no parece haber sido tan voluntaria: los dos atlantes sostienen el edificio pero encadenados.
También hay otros que despiertan el ingenio popular. El dato del más sinvergüenza me lo tiró hace tiempo un taxista. Me preguntó cuando circulábamos por la Avenida 9 de Julio: “¿Usted conoce el monumento a la corrupción?”. Ante mi sorpresa, cuando pasamos por el ex Ministerio de Obras Públicas, me mostró en la esquina norte que da a la avenida, en lo que sería a nivel de los primeros pisos, una estatua amurada justo en el vértice. Lo curioso es una de sus manos no está en la posición habitual sino al revés… Y comentó: “Fíjese, ¿no parece que estuviera pidiendo una coima?”.

Editor General ARQ


Fuente: clarin.com

LA AMENAZANTE SEDUCCIÓN DEL ARTE

La literatura, la pintura, el cine y otras expresiones artísticas han sucumbido a darle un lugar protagónico al crimen que, en tanto encarnación del Mal, desafía las representaciones de lo normal, de lo correcto, del Bien.

Por Marcos Mayer

Duke Ellington solía decir: “un músico de jazz es alguien a quien nunca querrías para novio de tu hija”. La humorada permite más de una lectura. La música en sí y el ambiente en que se desarrolla tienen algo de amenazante. Como si allí nada pudiera terminar de ser estable, ni fuera deseable ninguna pacificación. Se podría pensar al arte como una especie de inadaptación en estado de querella con lo que sucede a su alrededor. A diferencia del entretenimiento que iza una bandera blanca frente a las turbulencias que estremecen la paz, el arte nunca termina de entregarse por completo.
Esa reticencia a entregarse por completo, que forma parte de los placeres que nos propone el arte es, de alguna manera, una manera de resistir a la tentación de las certezas. Una novela o una canción se agotan cuando se sabe –o se cree saber– todo acerca de ellas. Es probable que las relecturas y renovadas escuchas sean distintos en cada uno porque no se practica la incertidumbre de la misma manera. El arte, más allá de las dificultades para definirlo, tiene tal vez como una de sus funciones ponernos en estado de interpretación permanente, tal como plantea Walter Benjamin. Interpretación permanente que es tal vez la mejor manera de no terminar de llegar a ninguna parte, como en las historias de Kafka. Siempre hay un núcleo que no termina de develarse y ese juego de descubrimiento provisorio y precario es una situación que mezcla el placer con la amenaza de decepción. A veces, como plantea Peter Handke no nos queda otra alternativa que aceptar al cansancio como un estado inevitable, antes de ponernos en marcha.
El crimen sería la encarnación del Mal, ese problema que la teología no termina de explicar y que trata de resolver por medio del recurso al libre albedrío. Tenemos la posibilidad de elegir alejarnos del camino del bien que sería el que lleva a Dios. Pero no deja de ser contradictorio que, en tanto opción incluida en el mapa de la Creación, el Mal sea una creación divina, dada la perfección inherente al Todopoderoso. El crimen pertenece también a ese estado de querella con el mundo, aunque conviene evitar las analogías que suelen ser un atajo, y de los más infalibles, para desvanecer lo interesante.
Hay ciertas citas que nos permiten imaginar posibles vínculos entre el arte y el crimen. Dijo Edgar Degas “Un cuadro debe ser pintado con el mismo sentimiento con que un criminal comete un crimen”. Inesperada comparación, sobre todo si se piensa en el estilo apaciguado del pintor francés, esos colores tenues, esas bailarinas ensimismadas. Pero tal vez haya que renunciar al recurso fácil de considerar estas palabras como una boutade. Leonardo Da Vinci recomendaba estudiar “los ojos de los asesinos, el valor de los luchadores, el tentador atractivo de las prostitutas; no debe buscarse nada concreto y en eso consiste la vida y el alma de la pintura”. Esta es una de las configuraciones posibles del Mal, inscribirse en el cuerpo.
Roberto Arlt es otra fuente de esta idea. Muchos de sus personajes son lo que se conoce como “marcados por Dios”, aquellos que tienen algún defecto físico que los distingue de eso a lo que se llama normalidad. El Rengo en El juguete rabioso , Hipólita en Los siete locos , el Jorobadito. En la trama de estos relatos aparece una interesante vuelta de tuerca. El crimen es la manera de quedar señalado por uno mismo y ya no por Dios, al que, Nietzsche mediante, ya se cree muerto. Matar, traicionar, sostiene la posibilidad de ser sujeto. Una idea semejante se encuentra en Dostoievski. En un mundo en que no se permite ser, que tiene como ideal la uniformidad, el crimen permite afirmar la propia subjetividad incluso a costa de los demás.
Son dos autores, no son los únicos, que están escribiendo alrededor del crimen en tiempos de auge positivista. La utopía del positivismo, al menos en sus variantes más darwinianas, es la constitución de una única forma de ser humano. Que todos se adecuen a los paradigmas de comportamiento social y salud mental de modo de hacerse confiables a fuerza de ser previsibles. El positivismo está también en la base de la fundación de la criminología moderna. Que propone una visión diferente del Mal. Alguna vez lo ha dicho José Ingenieros: “no hay delitos, sino delincuentes”. En los lombrosianos, más asociados a la derecha conservadora, el delincuente se puede leer en una serie de rasgos físicos, que van desde la forma de las cejas hasta el grado de separación de las orejas del cráneo. Su ser delincuente está a la vista. Hoy hay más de una teoría que explica a los criminales desde la genética, que es la manera de que lo invisible se haga visible. El delito es la revelación de una naturaleza dañada. Los positivistas más ligados a la izquierda veían en el medio ambiente la etiología del delito, resultado de una mezcla de desamparos, alcoholismo y miserias de distinta índole. Como sea, el afán es explicar a ese ser que se salió de la norma. Y, como dijo un propagador del positivismo, lo anormal permite entender lo normal.
No es una idea compartida por todos, sobre todo porque no forma parte de una idea de sociedad que se mueve a partir de seres que se salen de la norma. El sueño americano también cultiva las formas espantosas de los espectros. Muchos criminales se han transformado en héroes. Se pueden encontrar en la red sitios que venden souvenires (remeras, tazas) de serial killers como Jeffrey Dahmer y Ted Bundy. Charles Manson ejerce una rara fascinación que perdura desde la masacre de Sharon Tate. No sólo Marylin Manson es la síntesis de dos caras de la mitología norteamericana, el glamour y la capacidad ilimitada de horror. La banda británica Kasabian debe su nombre a Linda, una de las integrantes del clan, que al momento de los crímenes estaba embarazada. Estos héroes son admirados porque sus razones pertenecen a un registro no accesible a los demás y hacen de sus actos una clave de acceso a los abismos que, se supone, habitan a todos. Pero sólo ellos se animan a recorrerlos, como virgilios de los infiernos massmediáticos.
En ese cruce entre admiración y explicación sin margen de dudas, se pretende que el arte y el crimen, por definición zonas oscuras, queden atravesadas por todas las luces posibles. En este mundo encandilado, el arte resiste y el crimen no entrega su secreto. A veces los monstruos de los sueños de la razón se muestran de diferentes maneras. En un caso, lo que prima es el desastre, en el otro la idea de que hay, como decía César Vallejo acerca de la poesía, respuestas aunque falten las preguntas.

Fuente: Revista Ñ Clarín

BELLAS ARTES SUMA TRES CUADROS DE ANTONIO BERNI
A SU COLECCIÓN

Se expondrán en una nueva sala que estará especialmente dedicada a la obra del artista. Se trata de “La Siesta” (1943), “Cristo en el departamento” (1980/1) y “El obrero encadenado” (1949).


Por Mercedes Pérez Bergliaffa

El Año Nuevo trae una gran noticia para el arte argentino: el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) incorpora a su patrimonio tres importantes obras del maestro Antonio Berni. Ellas integrarán toda una sala dedicada especialmente a la obra del artista; sala que ya está casi completa: “sólo falta colocar las luces y el aire acondicionado”, comenta el director del museo, Guillermo Alonso.
Este nuevo espacio es parte de las reformas que se vienen realizando durante el último año en todo el primer piso de la institución y que cambiaron su guión curatorial –es decir, la “historia” del arte que se cuenta y la forma de hacerlo, la selección de las obras exhibidas y la arquitectura de las salas y de todo el piso— tal como lo adelantó en exclusiva Clarín en una nota especial, algunas semanas atrás.
Los trabajos de Berni que ahora se incorporan al patrimonio del MNBA son tres pinturas, La siesta (1943), El obrero encadenado (San Sebastián) de 1949 y Cristo en el departamento (1980-81). Los dos últimos muestran crucifixiones: en un caso, la de un obrero pobre vestido con mameluco y colgando de la cruz, y en otro, la de un Cristo raquítico, sufriente y doliente, en el living de un departamento sencillo de clase media con piso de baldosa. Al fondo de esta última pintura, se ve la puerta de calle abierta: a través, aparece una construcción antigua, quizás italiana, quizás de algún barrio fabril (podría ser Barracas).
Estos trabajos de Berni pertenecen a una época en que, a pesar de que el artista usaba una iconografía cristiana en sus pinturas, la situaba en preocupaciones contemporáneas. En ellas, un Cristo crucificado podría representar a aquellos trabajadores sacrificados por el sistema, o la crucifixión a cualquiera que se saliera de lo común, como por ejemplo, San Sebastián, que aunque era un soldado romano , ejercía el apostolado cristiano entre sus compañeros del ejército. El emperador Maximiano lo obligó a escoger entre el ejército o seguir a Jesucristo y San Sebastián eligió lo último, por eso fue asesinado.
Distinto es el caso de La siesta, que pertenece a otra época de Berni, con cierto espíritu metafísico —aprendido durante su estancia en Italia—, con foco en escenas de la vida cotidiana, pero raras, porque en ellas se yuxtaponen varios paisajes, eso sí, montados de manera armónica.
No está de más recordar que Berni era un artista con fuertes raíces en el arte social y un pasado surrealista, interesado en la justicia, y afiliado, durante un tiempo, al Partido Comunista. Tenía una poderosa habilidad narrativa y realista, y manifestaba a través de sus obras la tensión entre una cultura “baja” y otra “alta”. Fue, además, el primero que incorporó en sus trabajos el collage, —incluyendo materiales como chapas de la villa miseria, basura o plásticos— para hablar de la pobreza y la sociedad de consumo.
Las pinturas de los dos Cristos fueron donadas al MNBA por la hija del artista, Ana E. Berni, conocida por todos como “Lily”. Fuentes cercanas a ella señalaron que “la sala dedicada a Berni era un viejo sueño que la hija del maestro tenía, hacía treinta años”. Ahora, finalmente se logró.
La siesta fue comprada por el museo recientemente, en 2 millones y medio de pesos. “Tiene un valor mayor, unos 700 mil u 800 mil dólares, Lily decidió rebajarlo porque quería que estuviera en el MNBA”, explica Alonso.
Las obras donadas y el resto de los trabajos de Berni que pertenecen al MNBA son en total veinticuatro, y ya están montados en el espacio, que será inaugurado antes del próximo mes de marzo.

Fuente: Revista Ñ Clarín

MORGANTE, EL ENANO FAVORITO DE COSME DE MÉDICI

Detalle de la escultura de Morgante realizada por Cioli | Crédito: Florenz Max-Planck-Institut.Detalle de la escultura de Morgante realizada por Cioli | Crédito: Florenz Max-Planck-Institut.

Por Javier García Blanco

Durante siglos las cortes más importantes de toda Europa contaron entre sus miembros con la presencia de personas aquejadas de enanismo cuya ocupación principal era entretener a reyes y nobles con sus rimas,chistes y otros espectáculos.
Muchos de ellos alcanzaron la fama gracias a los pintores de corte, como sucede con los célebres bufones de Velázquez, pero otros —aunque mencionados en las fuentes e igualmente retratados en obras de arte— son mucho menos conocidos. Ese es el caso del "enano Morgante" (su verdadero nombre era Braccio di Bartolo), quien sirvió en la corte de Cosme I de Médici durante décadas, acompañando al Duque en sus viajes diplomáticos y sirviéndole de entretenimiento durante sus horas de asueto en palacio.
Morgante —bautizado así irónicamente en alusión a un gigante citado en un célebre poema de la época— fue inmortalizado en varias ocasiones por encargo del Gran Duque, tanto en esculturas como en pinturas.

Copia de la estatua realizada por Giovanni da Bologna | Crédito: Wikipedia.
Copia de la estatua realizada por Giovanni da Bologna | Crédito: Wikipedia.
Uno de sus retratos más famosos —conocido popularmente como Fuente del Bacchino— consiste en una singular escultura realizada por Valerio Cioli y cuya copia —la original se retiró hace unos años para conservarla— puede verse en el jardín de Bóboli de Florencia.
En la curiosa obra, el pequeño Braccio aparece desnudo sobre una tortuga, en una pose y un gesto que se burla a propósito de la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio conservada en Roma.
Otro artista del momento, Giovanni da Bologna, esculpió una obra de características similares —en la que Morgante monta sobre un dragón— que se colocó durante algunos años en la Loggia dei Lanzi, también en Florencia.
Estas dos esculturas retrataron a Braccio di Bartolo cuando tenía ya una edad bastante avanzada, pero las fuentes —y en especial un inventario de obras de arte de la familia Médici de 1553— aludían también a la existencia de un retrato doble —un lienzo pintado por ambas caras— realizado antes de esa fecha por Bronzino, pintor de cámara de Cosme de Médici.
Anverso y reverso de la pintura de Bronzino, tras la restauración | Crédito: Wikipedia.
Anverso y reverso de la pintura de Bronzino, tras la restauración | Crédito: Wikipedia.
Durante la vida del Duque el retrato doble de su apreciado Morgante —Vasari habla de él en términos muy elogiosos, e incluso se sabe que le concedieron unas tierras a su familia— estuvo en el Palazzo Pitti, pero a la muerte del poderoso Médici fue trasladado a otro lugar y se le acabó perdiendo la pista.
Así, el singular retrato de un entonces joven Morgante estuvo desaparecido durante casi tres siglos, hasta que en la década de los 80 del siglo pasado "reapareció" en el laboratorio del Opificio Delle Pietre Dure, uno de los centros de restauración más prestigiosos de Italia.
Allí los expertos restauradores pudieron reconstruir su accidentado periplo por distintos enclaves de la Toscana. Al parecer, tras la muerte de Cosme de Médici la pintura —que siempre se había considerado una rareza— se llevó a otro palacio del clan: la Villa di Poggio Imperiale.
AYa en el siglo XVIII, alguien debió considerar que el cuerpo desnudo mostrado en aquel retrato singular resultaba obsceno y poco decoroso, por lo que se procedió a su repintado, añadiéndole hojas de parra, uvas y otros elementos para ocultar su desnudez y convertirlo en una representación de Baco. Esta "restauración" contribuyó aún más a difuminar el origen de la obra.
Con el paso de los años, el suntuoso palacio acabó convertido en el siglo XIX en una prestigiosa y exclusiva escuela para señoritas, por lo que el cuadro —a pesar de las modificaciones— se trasladó de nuevo por considerarse poco apropiado.
Fue así como la pintura acabó en los fondos del Museo de Antropología y Etnología de Florencia, donde fue de nuevo relegado al olvido, conservándose durante décadas en una estancia alejada de las visitas, a pesar de que el célebre historiador estadounidense Bernard Berenson supo identificar la pintura como un auténtico y valioso trabajo de Bronzino.
Por suerte la obra acabó en manos de los expertos del Opificio Delle Pietre Dure, quienes devolvieron el aspecto original a la obra y descubrieron que se trataba del retrato de Braccio di Bartolo, el bufón favorito de Cosme de Médici.

Fuente: Yahoo! Noticias

BALLET DE PESOS PESADOS EN CUBA


Maylin Daza, de 32 años y prima ballerina de "Danza Voluminosa", practica unos movimientos durante un ensayo en La Habana, Cuba, previo a la presentación del montaje "Crisálidas", este 24 de noviembre de 2012. AP Photo/Franklin Reyes
Integrantes del grupo "Danza Voluminosa", en plena función de la obra "Crisálidas", en La Habana, Cuba, el 24 de noviembre de 2012. AP Photo/Franklin Reyes
Las bailarinas Maylin Daza (D), Barbara Paula (C) y Rubi Amaro se maquillan antes de salir al escenario con su grupo "Danza Voluminosa", en La Habana, Cuba, el 24 de nvoiembre de 2012. AP
Maylin Daza acompaña a Xiomara González, mientras se funa un cigarrillo, antes de la presentación de "Crisálidas", con el grupo "Danza Voluminosa". AP Photo/Franklin Reyes
























Maylin Daza sobre el escenario. AP Photo/Javier Galeano
El director de "Danza Voluminosa", Juan Miguel Más, afirmó al diario Daily Mail, que cuando "se han presentado en sitios por primera vez, algunos les han criticado por su sobrepeso e incluso se alcanzan a oir risitas burlonas que desaparecen tan pronto se devela el propósito del grupo. Al final siempre hay un aplauso gigante ", afirma el coreógrafo. AP Photo/Franklin Reyes
Los integrantes de "Danza Voluminosa", durante el montaje del año anterior llamado "Freddy, una mujer que canta", basado en la vida y obra de la fallecida cantante Fredesvinda García. AP Photo/Javier Galeano


Los integrantes de "Danza Voluminosa", durante el montaje del año anterior llamado "Freddy, una mujer que canta", basado en la vida y obra de la fallecida cantante Fredesvinda García. AP Photo/Javier Galeano
Los integrantes de "Danza Voluminosa", durante el montaje del año anterior llamado "Freddy, una mujer que canta", basado en la vida y obra de la fallecida cantante Fredesvinda García. AP Photo/Javier Galeano
El director de "Danza Voluminosa", Juan Miguel Más, afirmó al diario Daily Mail, que cuando "se han presentado en sitios por primera vez, algunos les han criticado por su sobrepeso e incluso se alcanzan a oir risitas burlonas que desaparecen tan pronto se devela el propósito del grupo. Al final siempre hay un aplauso gigante ", afirma el coreógrafo
Fuente:Yahoo! Noticias

EL PRADO, EL REINA SOFÍA Y EL THYSSEN
MANTIENEN SUS VISITANTES PESE A LA CRISIS

Vista de la fachada del Museo del Prado de Madrid. EFE/Archivo


Madrid, 28 - Los tres principales museos de arte de Madrid -el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-, han planteado unas ofertas expositivas que les ha permitido, a pesar de la crisis, mantener su número de visitantes e incluso superarlo, como es el caso del Thyssen Bornemisza.
Esta institución recibió el pasado año 1.070.390 visitantes, número que ha aumentado en 2012. Hasta el día de ayer pasaron por el museo 1.236.819 personas, cifra que según las previsiones llegará el día 31 de diciembre a 1.253.000.
Exposiciones como la dedicada a Edward Hopper, por la que pasaron 322.421 visitantes, o "Gauguin y el viaje a lo exótico", con la que el museo ha celebrado su veinte aniversario, han sido fundamentales para conseguir finalizar el año con un balance más positivo incluso que en 2011.
La muestra dedicada a Gauguin y a sus seguidores ha sido contemplada hasta el día de ayer por 165.948 personas y, según los cálculos del museo, cerrará el mes con 174.000 visitantes.
Cuando se cumplen cinco años de su más ambiciosa ampliación, el Museo del Prado ha recibido 2,8 millones de visitantes en Madrid, mientras que las exposiciones del Prado Itinerante celebradas en otras ciudades españolas han sido contempladas por 370.000 personas.
El resultado de sumar ambos conceptos supone un incremento del 8% sobre el año pasado, en el que el acumulado registrado alcanzó ya los 2,9 millones.
A punto de concluir el quinto aniversario de la ampliación del museo diseñada por Rafael Moneo, se ha registrado un incremento de casi un millón de visitantes de media anual respecto al quinquenio anterior.
Desde la apertura de su ampliación, el Prado ha pasado de los 2,1 millones de visitantes que acogía en 2006 a los 2,8 millones recibidos durante el presente año en su propia sede.
El Museo Reina Sofía por su parte ha recibido en sus diferentes espacios, a la espera de cifras definitivas, aproximadamente 2.565.000 personas.
Aunque en relación a 2011, en que acudieron al museo 2.705.529 visitantes, se aprecia un ligero descenso global de aproximadamente un 5%, hay que tener en cuenta que el número de exposiciones ha sido menor este año.
Atendiendo a ello, las temporales organizadas por el Reina Sofía han recibido un número mayor de visitantes. Así se aprecia en muestras como "Encuentros con los Años 30", que se clausurará el próximo 7 de enero, por la que han pasado más de 300.000 visitantes, o las dedicadas a Nacho Criado o a Hans Haacke con cifras similares.
En el presente año destaca el notable incremento de público que ha visto las exposiciones organizadas por el Reina Sofía fuera de España, dado el aumento de itinerancias y de la presencia internacional del museo a consecuencia de la potenciación del trabajo en red.
Entre estas se encuentran las dedicadas a Lygia Pape (Serpentine, Londres y Pinacoteca Sao Paulo); Alighiero Boetti (Tate Modern, Londres y MoMA, Nueva York); Muntadas (Gulbenkian, Lisboa y Jeu de Paume, París) o Rosemarie Trockel (New Museum, Nueva York).
Según los datos facilitados por el Reina Sofía, la previsión de cara a los próximos meses es que se continúe con la tendencia alcista en el número de visitantes que ha pasado de registrar 1.570.390 en 2007 a superar los dos millones y medio en 2012.

Fuente: EFE

UNA EXPOSICIÓN MUESTRA ASPECTOS DE LA HISTORIA
DE ROMA A TRAVÉS DE SUS MONEDAS

Fotografía facilitada por el Museo de Zaragoza de algunas de las piezas de la colección de monedas acuñadas a principios de la era cristiana en la antigua colonia Caesar Augusta que muestran en el museo zaragozano aspectos diversos de la historia del Imperio Romano durante la época de grandes emperadores como Augusto, Tiberio y Calígula. EFE

Zaragoza, 27 - Una colección de monedas acuñadas a principios de la era cristiana en la antigua colonia Caesar Augusta muestra en el Museo de Zaragoza aspectos diversos de la historia del Imperio Romano durante la época de grandes emperadores como Augusto, Tiberio y Calígula.
Las 22 monedas, datadas entre los años 14 a.C. y 41 d.C., forman parte de los fondos propios del museo zaragozano y se expondrán permanentemente en la sección de antigüedad del centro, informa hoy el Gobierno aragonés en un comunicado.
Las monedas, una de las fuentes historiográficas de mayor utilidad para los expertos, están acuñadas en bronce, plata y oro, y permiten vislumbrar aspectos sociales, vitales y económicos de la sociedad romana.
Las fuentes citadas aseguran que desde muy antiguo, las monedas sirvieron a los poderes públicos de instrumento para sus fines políticos y económicos.
En la actualidad, estas monedas procedentes de la antigüedad son para los historiadores pequeñas "cápsulas del tiempo" que les permiten conocer como era la vida de los primeros cesaraugustanos.
A través de las monedas expuestas, que se exhiben en una vitrina dotada de una lente de aumento dinámica que permite conocer las piezas en detalle, se pueden intuir aspectos políticos, administrativos, urbanísticos, militares o religiosos de esta sociedad.
Así, las piezas no sólo muestran el perfil de los emperadores romanos de la época sino que proporcionan los nombres de los gobernadores locales de la ciudad de Zaragoza a principios de la era cristiana.
También proporcionan información sobre el nombre de la antigua urbe, Caesar Augusta, así como imágenes del foro de la ciudad, del templo con portada de seis columnas y de las estatuas que adornaban las calles.
Las monedas ofrecen datos referentes a cómo eran los cascos, escudos o espadas de los soldados, señas de identidad como insignias y estandartes e, incluso, el nombre de sus legiones.
A este respecto, y gracias al estudio de las monedas, los expertos conocieron que los soldados de las legiones IV Macedónica, VI Victrix y X Gemina fundaron una ciudad en honor a su comandante en jefe, César Augusto, al ser licenciados.
En relación a la dimensión religiosa de las piezas que conforman la colección, los investigadores destacan que las monedas no sólo muestran a los emperadores con atributos divinizantes sino que revelan datos de ceremonias religiosas.

Combo que muestra una moneda acuñada con el retrato del general romano Publio Qintilo Varo. EFE/Archivo


Fuente: EFE