LA INFATIGABLE LUCHA DE UN FOTÓGRAFO POR LA ATENCIÓN

Un libro reconoce el "estilo guerrillero" de Joel Meyerowitz, un artista que lleva cinco décadas de carrera como fotógrafo urbano en busca de hallazgos visuales.

Por RANDY KENNEDY - The New York Times

"Lo llamo la campana zen", dijo hace poco el fotógrafo Joel Meyerowitz al describir la persistente compulsión de iniciar un proyecto a largo plazo sobre bancos luego de la Gran Recesión. "Escucho el llamado constantemente, de modo que voy a prestar atención".
Durante una carrera que este año cumple cinco décadas, el trabajo de Meyerowitz con frecuencia ha parecido ser producto de más de una persona: la Quinta Avenida de Manhattan, donde se convirtió en un fotógrafo urbano conocido a principios de los años 60; Cape Cod, donde sus fotos del cielo y la luz artificial contribuyeron a incorporar el uso del color en el mundo de la fotografía artística en blanco y negro; Europa, donde sus complejas escenas urbanas ejercieron influencia en una generación de fotógrafos más jóvenes; la ground zero después de los atentados del 11 de septiembre.
La publicación este mes de "Taking My Time", una extensa retrospectiva en dos tomos, reúne esos trabajos en un mismo lugar por primera vez.
Contiene numerosas fotografías inéditas y es probable que contribuya a redefinir la carrera de un artista innovador que tiene una tendencia a disolverse en el conjunto.
Para quienes reconocen su nombre sobre todo debido a "Cape Light", el libro de 1979 que fue pionero en el uso del color, el nuevo libro y una muestra relacionada en la Howard Greenberg Gallery de Nueva York sin duda constituirán una sorpresa.
En muchas de sus primeras fotos de la calle, los Estados Unidos son un lugar de engañoso vértigo al borde de la convulsión de fines de los años 60.
En una fotografía de 1963, una mujer pálida de ojos cerrados transmite un mensaje paranoico: "Se han producido partes electrónicas del tamaño de una cabeza de alfiler".
"Una cámara podría pasar por una aguja hueca", agregó.  Pronto `Big Brother’ podría sentarse frente a su televisor y ver o escuchar".
En otras fotos, un niño apunta una pistola de juguete contra un bebé; sobre un televisor, la cabeza de Jacqueline Kennedy se cierne plañidera sobre una multitud; dos vagones de tren de juguete se inclinan a un lado detrás de casas vetustas en un desolado paisaje del oeste.
"Nadie daba tanto dramatismo como Meyerowitz a ese tipo de estilo guerrillero de fotografía de la calle que él llevó de los años sesenta al trabajo en color de los setenta y los ochenta", dijo Brian Wallis, el principal curador del Centro Internacional de Fotografía de Nueva York.
"Nunca entendí por qué no ha tenido el debido reconocimiento".
Ve la influencia de Meyerowitz en el trabajo de fotógrafos de tendencia social como Paul Graham y Alec Soth.
Rineke Dijkstra, conocida por sus grandes retratos en color, dijo que el trabajo de Meyerowitz le abrió los ojos cuando era una estudiante en Amsterdam en la década de 1980.
Al igual que muchos fotógrafos jóvenes europeos, ella trabajaba en blanco y negro, pero el complejo trabajo de Meyerowitz con la luz la ayudó a entender la fuerza del color.
"Había un bello silencio sin gente", dijo Dijkstra al hacer referencia a muchas de las imágenes más conocidas de Meyerowitz.
"Pero también, en cierto sentido, trataba de componer la realidad".
Meyerowitz, que tiene setenta y cuatro años, dijo que nunca se ha considerado otra cosa que un miembro de "la generación que respeta el cuadro y se atiene a lo que ve".
"Lo que siempre pensábamos era: `¿En qué medida podemos absorber y abrazar un momento de la existencia que desaparecerá en un instante?’" dijo, y agregó: "Era una dimensión que bordeaba lo moral".
Abandonó su trabajo en una agencia de publicidad y se dedicó a la fotografía de la calle. "Lo único que sabía en aquel momento era que necesitaba estar en la calle", declaró.
"Me interesaba mucho la perspectiva de la escuela Ashcan de la realidad, o su complejidad y confusión".
Muchos fotógrafos artísticos de ese momento consideraban que el color era algo comercial, pero eso nunca constituyó un problema para él.
"El hecho era que proporcionaba más información, y yo quería más información".
Para mediados de los años setenta había empezado a sacar lo que llamaba fotografías de campo, en las que trataba de ver más allá de un solo lugar de acción y disparar desde mucho más atrás a los efectos de abarcar escenas más complejas.
"Quería una fotografía que no se revelara de inmediato, que no se entregara. Pero eso siempre es arriesgado, ya que se trabaja con el temor de que, al tratar de conseguir demasiado, tal vez no se consiga nada".
En los últimos años se ha dedicado a fotografías que ilustran los elementos clásicos: tierra, fuego, agua y aire.
"La verdad es que una foto de tierra puede ser muy aburrida", declaró.
"Me pregunto si no es una locura, si es un callejón sin salida o punto de entrada. Todavía estoy tratando de averiguarlo". 

Fuente: Revista Ñ Clarín.

URRA, UNA RESIDENCIA DONDE SE PONE EL CUERPO
Y SE DEJAN AFUERA LOS PREJUICIOS

En su tercera edición, la residencia internacional de arte recibió durante un mes entero en su sede de Almagro a un grupo que atraviesa las disciplinas como el mundo entero: de la performance al site specific, y de Hong Kong a San Pablo. Hoy presentan su trabajo en un estudio abierto.


Hace tres años que la residencia de arte URRA reúne durante el mes de noviembre a artistas locales y extranjeros. La información es correcta aunque no sería del todo preciso referirse a locales y extranjeros en este grupo que claramente viene a desafiar lo que entendemos por territorialidad. Sonia Abian, por ejemplo, es nacida y criada en Posadas pero desarrolló casi toda su obra en Barcelona. Xi Zhang es un chino de Denver, Colorado. La canadiense Karen Kipphof tiene domicilio en Bergen, Noruega y trabaja con instituciones de Oslo, Estocolmo, Berlín, Hong Kong y Jerusalén. Hay un salteño, Javier Soria Vázquez, que vive en Tucumán. Y porteños, como la mendocina Marcela Astorga, el neuquino Ariel Mora, el cordobés Fabián Nonino y el colombiano Luis Hernández Mellizo, quienes hace ya varios años adoptaron a la reina del plata como su ciudad.
Decimos entonces: pasajeros en tránsito, por Buenos Aires, donde hace 30 días comparten hotel y taller en el porteñísimo barrio de Almagro. Hoy, por única vez, el galpón de Gascón 104 abre sus puertas para mostrar sus producciones. Para el caso: obras en tránsito.
EL TALLER. Durante el Estudio Abierto, se puede visitar los talleres y ver los proyectos de los artista.
MOMENTO INFORMAL. Además de trabajar, durante URRA los artistas participan de visitas a colecciones, galerías y talleres de artistas.

Todos practican el cruce de disciplinas. Hay coincidencia en la performance, y es que el término ya no se refiere específicamente a un acting escénico o a algún tipo de improvisación sino al solo hecho de poner el cuerpo para una acción concreta que puede ser o no el resultado final. Otro concepto que se repite es el de sitio específico o todo lo que se relaciona con el lugar donde uno está: sus olores, sus colores, sus sonidos, la dimensión espacial, histórica y cultural. Entre estas dos ideas –el estar y el dónde estar– todo lo que sucede puede ser, y de hecho, será arte, si es que está documentado. El brasileño Guilhermen Peters, por ejemplo, sale a recorrer San Pablo con su patineta y se saca fotos trepando a las grandes esculturas de arte concreto que le dieron fama a su país. Esa es su obra. Acá, en Buenos Aires dice que hizo algo con "una escultura controvertida", y es imposible no pensar en el monumento a Roca, aunque también podría ser El pensador de Rodin, porque si algo queda claro es que para entrar a URRA, como artista o visitante, habrá que poner a andar la cabeza. Las ideas preconcebidas, acá, no van.

URRA

Residencia de Arte en Buenos Aires
Open Studio 29 de Noviembre
Gascón 104, de 18 a 22


Fuente: Revista Ñ Clarín

 

LOS DRAMAS ÍNTIMOS DE UNA CHICA MALA

Cinco videos confesionales integran la primera muestra en América de Tracey Emin, que se exhibe en el Malba. Son obras de los 90, cuando junto con Damien Hirst y otros “Young British Artists” emergió a la escena internacional.

Las noticias sobre los escándalos protagonizados por Tracey Emin se superponen. Unos cuentan que se emborracha, otros que gritó y abandonó un panel de televisión diciendo que le importaba un carajo, que tropezó con una alfombra roja, que vomitaba sus resacas delante de todos y que convirtió en obra la lista de toda la gente con que se acostó. Ciertas y no, su presentación en Buenos Aires estuvo precedida de esa bien ganada fama de chica maldita. Acaso la más mala de los Young British Artists, lo que ya es mucho decir. Todos chicos malos de los noventa, devenidos señores célebres en lo que va del nuevo siglo. La artista contemporánea que hoy goza del mayor pico de popularidad en el Reino Unido inauguró el jueves pasado en el Malba su primera muestra en América y, como tal, se prestaron a acompañarla el director del British Council y una corte de circunspectos funcionarios de la Embajada británica. En tanto, ella misma, botas vaqueras y bonito vestido de nuevo diseño británico, se parecía un poco a Miss Amelia, la desafortunada chica de la Balada del Café Triste, finalmente congraciada con una vida que le ha empezado a sonreír tras haberla tenido a los tumbos por años .
¿Pero es cierto que la vida finalmente le sonríe a Tracey?
De sus éxitos, desventuras y de la íntima relación que todo ello mantiene con su obra, habló en una entrevista pública que ofreció en el auditorio del Malba al día siguiente. Colmado de gente que conocía más las anécdotas sobre su persona que su obra misma. Aunque en verdad poco importa la diferencia entre ambas ya que son parte de la misma herramienta con que moldea un proceso creativo, que es inseparable de su propia persona.
Solitaria, furiosa y frustrada, rica, sexy, inteligente y talentosa, un buen sentido del humor. Así empezó por definirse. En el mismo tono confesional que desliza en sus obras y en especial en los videos que integran el conjunto que presenta en Buenos Aires, Emin se fue descubriendo ante el público como un ser vulnerable, necesitado de amor pero lo suficientemente fuerte como para enfrentar los ribetes más problemáticos de sí.
POR QUE NUNCA LLEGUE A SER BAILARINA, 1995.
POR QUE NUNCA LLEGUE A SER BAILARINA, 1995.

Para expresar todo esto Emin se ha valido indistintamente de pinturas, dibujos, objetos, letreros de neón, performances e instalaciones, como “Mi cama”, que trasladó al Premio Turner el desquicio de su intimidad. Pero son los filmes los que le permitieron desplegar la faceta narrativa de enorme potencial afectivo que se muestra ahora en el Malba. Emin empezó a hacer filmes al promediar los 90 y desde entonces ese capítulo de su producción quedó marcado por la singular aptitud de narrar que posee. De todas las cuestiones que revela esta exhibición acaso la más interesante sea su talento para la escritura, que hizo popular a través de sus periódicas columnas en The Independent, junto a un gran manejo de los tiempos narrativos y de los tonos de su propia voz.
Los cinco filmes elegidos por el curador Philip Larratt Smith dan cuenta de esos recursos que la artista pone sabiamente en juego. Reforzados en este caso por un diseño de montaje que compone una suerte de collage de situaciones simultáneas en la penumbra al no separar en espacios cerrados cada proyección. Así se produce una convivencia significativa de imágenes y sonido. De manera tal que el drama íntimo que la artista devela con insospechada franqueza en su doble rol de directora y protagonista, se potencia con el sonido de lo que se proyecta alrededor, que a su vez, forma parte de la misma saga personal. Por momentos una música contagiosa y por momentos un grito desgarrador.
Uno de los más crudos y conmovedores es el que da nombre a la exhibición, How it feels. Originalmente llamado Abortion, How it feels. (Aborto, lo que se siente), Este corto que dura veintidós minutos y fue realizado en 1996, abre con una placa que dice: Esta es la verdadera historia aunque mi interpretación personal de acontecimientos que tuvieron lugar en la primavera de 1990. Lo que le sigue es una larga caminata por la ciudad durante la cual la artista va relatando las circunstancias que se fueron encadenando desde que supo que estaba embarazada cuando jamás imaginó que podía llegar a estarlo, hasta que tomó la decisión de hacerse un aborto con las complicaciones que atravesó antes y después. Vestida como si fuera un muchacho, pelo corto, pantalones, saco y camisa a rayas avanza a paso firme mientras la cámara la sigue.
HOW IT FEELS, 1996.
HOW IT FEELS, 1996.

Desde un punto de vista dramático-religioso, esa caminata podría asimilarse a la tradición del vía crucis que la lleva a detenerse básicamente en un par de estaciones: las escalinatas de la iglesia donde supo que estaba embarazada y el hospital, donde se le practicó el aborto y luego el raspaje en que derivó por haber sido mal hecho.
Emin cuenta todo serenamente, sin golpes bajos, como una simple conversación con una amiga que ocasionalmente cuestiona sus conclusiones pero por sobre todo la ayuda a pensar. Por momentos se detiene y continúa su marcha como si en esa actitud corporal reflejara la decisión de seguir firme, adelante. O también un particular modo de canalizar el enojo consigo misma. Lo interesante de la reflexión que ocupa los veintidós minutos de duración del filme es que no culpa a nadie. Incluso trata de entender los argumentos de los otros, tan diferentes de los de ella.
Como si la mujer sola, que se sentía incapaz de sostener a un hijo no deseado y el médico cristiano que intenta persuadirla de lo contrario desde su cómoda situación económica y su vida feliz, sólo fueran parte de una coincidencia fatal. Hay algo que le permite desdoblarse y presentar las cosas así. Privilegiando la estrategia del narrador en medio de la bronca que impulsa su enérgica caminata. El recorrido es también el doloroso camino hacia sí misma que se animó a remontar recién años después.
La palabra aborto finalmente desapareció del título. La juzgó restrictiva. Así quedó simplemente “Lo que se siente”, que va más allá de este episodio, crucial y por cierto definitivo en su vida. Es una reflexión sobre la frustración, o como ella misma lo expresó: sobre “el sentimiento de fracaso al mirarse a uno mismo en retrospectiva y lo que se siente al ser un artista”. Todo eso se cruza en “How it feels” de un modo seco y perturbador. El calor, la bebida fría y los calmantes que tomó en medio de la fiebre que tuvo tras la intervención mal hecha y la enorme sensación de pérdida.
 “Dejé la pintura, dejé el arte, dejé de creer, dejé la fe… concluye en la última confesión que cierra el filme. “Me di cuenta de que había una idea mejor de la creatividad. Mejor que cualquier otra cosa que yo podía hacer con la cabeza o con las manos. Me di cuenta de que había algo, la esencia, lo más importante, el ser mismo de todo. Y me di cuenta de que si iba a hacer arte no podía ser una pinturita de mierda… Si no podía llenar al mundo con alguien a quien amar para siempre y por siempre, entonces no podía llenar el mundo con pavadas. Eso es arte”, después dijo: “Necesito al arte como necesito a Dios”.
EL AMOR ES UNA COSA EXTRAÑA, 2000.
EL AMOR ES UNA COSA EXTRAÑA, 2000.

En tanto, el relato confesional de “How it feels” se mezcla con el sonido de “Homage to Edvard Munch and All My Dead Children” (Homenaje a Edvard Munch y a todos mis hijos muertos) que se proyecta en el espacio contiguo al de la exhibición. Aquí sólo es la figura desnuda de Emin, acurrucada como un molusco en un muelle frente al mar y un grito desgarrador que no cesa y contamina a “How it feels” con un eco imposible de evitar. Sólo este ingrediente, originalmente no pensado por la artista, agrega al drama impacto adicional. Lo demás es sólo el relato desnudo y su voz.
El otro filme íntimamente relacionado con éste es, “Why I Never Became a Dancer” (Por qué nunca llegué a ser bailarina). Realizado un año antes de “How it feels”, en formato súper 8 como los otros dos, está dominado por la cautivante imagen de ella misma bailando sin parar, al ritmo “You make me feel Mighty Real”, el tema de Sylvester. La danza opera como una suerte de rito de redención a través del cual logra transformar la vergüenza y la humillación en alegría, como ha dicho Sally Munt. El filme abre con el título escrito en un tosco grafiti sobre una pared descascarada y recorre lugares significativos de su infancia y adolescencia en Margate. En ese reducto plebeyo de la costa de Inglaterra donde se crió y descubrió la vida a través del sexo, se enfrentó a la compleja situación de advertirse deseada y al mismo tiempo rechazada. El filme habla de la ilusión de superar el rechazo extendido y redimirse a través de la danza. Pero también del fracaso de esa ilusión que en última instancia la empujó a buscar horizontes fuera de Margate. A ese asunto remite también en “Riding for a Fall”, (Tentando a la suerte), 1998, que toma el título del reggae de la banda de sonido y tiene que ver con la ambición de un regreso con gloria. La vuelta triunfante al sitio de origen.
“Siempre que caí y logré reponerme, pude llegar más alto”, confesó ante una de las tantas preguntas que se le formularon el viernes pasado en el Auditorio del Malba. Su vida en ese sentido se ha parecido bastante a una montaña rusa. De las zonas más oscuras ha logrado empinarse a las más luminosas. Y no siempre está allí el amor, tópico central en su producción a través del cual ha podido canalizar reflexiones de gran hondura sobre el poder y la libertad. “Love is a Strange Thing“ (El amor es una cosa extraña), el más reciente de los videos, de 2000, remite a un sueño y alude a esa condición central en su vida y su obra. “Es una fuerza que puede transformar a Emin, escribió el curador. Estar enamorado es entrar en un grado más alto de conciencia, dependencia y vulnerabilidad extrema”. Un estado de alto riesgo que al menos hasta ahora le funcionó como fuente de su lúcida creatividad.

FICHA
Tracey Emin / How it feels

Lugar: Malba, Av. F. Alcorta 3415.
Fecha: hasta el 25 de febrero de 2013.
Horario: jue a lun y fer, 12 a 20. Miérc, hasta las 21.
Entrada: $ 30. Est, doc y jub $ 15.  Miérc, gral. $15.


Fuente: Revista Ñ Clarín

UN MODELO DE CONSERVACIÓN EN EL VESUBIO

Un emprendimiento público-privado ha tenido éxito en preservar la ciudad que destruyó la erupción del volcán en el año 79 dC. El hijo de uno de los fundadores de Hewlett-Packard ya aportó más de 20 millones de dólares.
Son instantáneas conmovedoras de una muerte repentina: restos agrupados de los que alguna vez fueron depósitos frente a la playa que quedaron inmortalizados cuando el Vesubio destruyó esta antigua ciudad romana en el año 79 dC. "Murieron por shock térmico mientras esperaban una salvación marítima", dijo hace poco el arqueólogo Domenico Camardo.
Los depósitos, que se excavaron por primera vez hace unos treinta años, incorporaron ahora sendas que brindan acceso y que pronto se abrirán al público en ocasiones especiales. Revivir la historia para un público moderno "es una de las mejores cosas que podemos hacer", afirmó Camardo, el principal arqueólogo del Proyecto de Conservación de Herculano, una iniciativa conjunta del Packard Humanities Institute, de Los Altos, California; la autoridad de patrimonio artístico local; y la British School en Roma.
El proyecto, un emprendimiento público-privado, administra el lugar desde hace más de una década. En comparación con su vecina vesubiana más conocida, Pompeya, donde los funcionarios locales –limitados por la inadecuación y la mala administración de los fondos gubernamentales– experimentan problemas para conservar y proteger el sitio al aire libre, Herculano se ha convertido en un caso de manual de conservación arqueológica exitosa.
Durante muchos años, arqueólogos y conservadores han realizado aquí lo que califican de "trabajo invisible", como la instalación de techados protectores efectivos en términos de costos o la reactivación de los desagües romanos para que las construcciones puedan volver a desagotar el agua de lluvia. En lugar de concentrarse en una serie de frescos, dicen, "razonamos en términos más amplios", señaló Camardo.

TRABAJO INVISIBLE. En Herculano, se centra en elementos estructurales, como este túnel bajo la ciudad.
TRABAJO INVISIBLE. En Herculano, se centra en elementos estructurales, como este túnel bajo la ciudad.

Los trabajos contaron también con la generosidad del filántropo estadounidense David W. Packard, hijo de uno de los fundadores de Hewlett-Packard, que ha aportado más de 20 millones de dólares al proyecto en los últimos doce años, lo que permitió crear un equipo de especialistas, casi todos italianos, para reforzar el personal local.
María Paola Guidobaldi, la funcionaria del Ministerio de Cultura que dirige el sitio, dijo que el apoyo del Packard Humanities Institute "nos permitió salvar el sitio". El gobierno italiano asigna a Herculano unos 4 millones de dólares por año, señaló, pero los fondos de Packard han permitido a los conservadores trabajar de manera más estructurada.
El desmoronamiento de paredes y otros problemas que experimenta Pompeya hacen que sus problemas de conservación no resulten muy halagadores. En 2011, la Unión Europea asignó 135 millones de dólares en un período de cuatro años destinados a la protección de Pompeya, pero los especialistas dicen que los problemas exceden la falta de fondos y comprenden cuestiones de administración e inercia burocrática.
La Unesco analiza cómo Herculano podría ser un modelo para otros sitios considerados Patrimonio de la Humanidad, sobre todo en los países árabes y del Mediterráneo.  Para los visitantes, la experiencia que permite la conservación de Herculano puede resultar visceral.
"Pompeya es espectacular. Herculano es más real", declaró la inglesa Judy Lawrence, que visitó ambos lugares este verano. "Este lugar conmueve hasta las lágrimas".

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL MUSEO DE ARTE DECORATIVO
LUCE DESDE HOY UNA RENOVADA FACHADA

La obra, que demandó seis meses de tareas, puso en valor el frente de la emblemática residencia de Avenida del Libertador al 1900, construida entre 1911 y 1917


LANZAN UN PLAN PARA RENOVAR EL TEATRO SAN MARTÍN SIN CERRARLO


Mejorarán las tres salas principales y construirán nuevos espacios de ensayo para el Ballet Contemporáneo.

La Ciudad anunció ayer el plan de obras para remodelar y refuncionalizar el Teatro General San Martín.
Durante todo 2013, sin cerrarlo , el Gobierno porteño implementará una renovación total de uno de los edificios más impactantes de Buenos Aires, obra del célebre arquitecto Mario Roberto Alvarez.
“En el San Martín se renovó por completo la escena teatral y es de una importancia decisiva.
Las obras se realizarán con el teatro abierto y funcionando, y sin dudas es el desafío logístico más importante”, destacó Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño. “Para 2014 el teatro estará a nuevo”, prometió ayer Daniel Chain, titular de Desarrollo Urbano.
Sin fecha precisa, el arranque de las obras sería en los primeros meses de 2013.
Aunque no se informó cuánto costarán , parte de los trabajos deberían financiarse con el dinero obtenido de la subasta de 17 inmuebles de la Ciudad, cuya venta fue aprobada por la Legislatura en agosto con el fin de obtener recursos para ésta y otras obras en edificios ligados a Cultura.
Como pauta general de lo que será la restauración del teatro, que junto con el Centro Cultural funciona desde 1960, se aplicarán criterios de la arquitectura sustentable. En uno de los cuerpos del edificio se construirá una cubierta verde para colaborar con la mitigación del efecto “isla de calor” que se genera en las ciudades por la gran concentración de hormigón.
Otro de los puntos importantes del proyecto es la construcción de una nuevo volumen para albergar dos nuevas salas de ensayo para el Ballet Contemporáneo.
Y se adecuarán otros espacios existentes relacionados con el cuerpo de bailarines: camarines, sanitarios y oficinas de Dirección y Administración. Según confirmó ayer la Ciudad, estas obras aún se encuentra en proceso de licitación.
Finalmente todo el teatro será renovado a nivel tecnológico.
Las salas Martín Coronado, Casacuberta y Lugones se adecuarán a las normativas de seguridad vigentes, con la modernización de las instalaciones electromecánicas, eléctricas, termomecánicas, contra incendios, la iluminación, y se cambiarán también los revestimientos y las butacas. También se mejorará la fotogalería en el hall central y se actualizarán los sanitarios.
En la conferencia de prensa de ayer estuvieron presentes, además de Lombardi y Chain, el director del Complejo Teatral Buenos Aires, Alberto Ligaluppi, y Eva Soldati, presidenta de la Fundación Amigos del Teatro San Martín, entre otros. Junto con las obras, se presentó la temporada 2013 de todos los teatros gestionados por la Ciudad: además del San Martín, el Regio, Alvear, Sarmiento y De La Ribera (Ver Pág. 67 ).
En 2011 el teatro ya había recuperado el brillo de su fachada sobre la avenida Corrientes, que fue totalmente restaurada. Los trabajos respetaron los trazos que diseñó Alvarez.

Fuente: clarin.com

 

SUPERAMOS LAS 500.000 VISITAS
A NUESTRO BLOG
DESDE TODAS PARTES DEL MUNDO


Paul Klee, Escuela Suiza, 1879-1940
Castle and Sun, 1928
 
En el día de hoy, 29 de noviembre de 2012, hemos superado las 500.000 visitas a nuestro blog desde todas partes del Mundo.
Saludamos con ese motivo a todos quienes nos visitan y les agradecemos que nos lean y consulten.
Su fidelidad nos estimula, obliga y compromete a seguir cada día tratando de superarnos, consiguiendo más y mejor material - textos e imágenes - y a cuidar de manera muy especial la parte visual de nuestro blog.

Pedro L. Baliña........................
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