Artes y espectáculos
Según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, un 11% de la población concurre al menos una vez al año al teatro. Desde 2003, el número de espectadores teatrales en el circuito oficial y comercial se mantiene en 3 millones anuales.
Con siete teatros oficiales (entre los que se destacan el Colón y el Cervantes), 123 no oficiales, 25 salas comerciales y más de 400 espacios ligados al teatro independiente, Buenos Aires es, para Carlos Rottemberg, director de la Asociación Argentina de Empresarios de Teatros, "la cuarta ciudad en el mundo del teatro, sólo precedida por Londres, Nueva York y Madrid". El cálculo del productor teatral responde a la ecuación entre la cantidad de obras estrenadas, la disponibilidad de butacas y el número de asistentes. Buenos Aires tiene incluso más teatros que Nueva York, aunque menor cantidad de butacas y, por ende, de espectadores.
No obstante, si bien existe una gran concentración de la oferta teatral (como de otras actividades culturales) en la ciudad autónoma, otros centros urbanos ofrecen una buena cartelera (Villa Carlos Paz y Mar del Plata se destacan especialmente), gracias a las giras de los elencos por todo el país.
En cuanto a los museos, galerías y salas de arte, la situación es similar. La ciudad de Buenos Aires cuenta, entre públicos y privados, con más de un centenar de museos, a los que se suman unos 600 espacios de arte que incluyen muestras de dibujo, pintura, fotografía, grabado, performances e instalaciones. La Asociación Argentina de Galerías de Arte (AAGA) nuclea a 40 galeristas, y hay otros tantos que son independientes.
La asistencia a museos durante 2009 totalizó, según datos de la Dirección General de Museos, unas 864 mil personas, casi la mitad de ellas en la ciudad de Buenos Aires.
En los últimos años cobraron importancia las ferias como arteBA y Arteclásica, con creciente convocatoria de público y de ventas. La edición de arteBA 2010, por ejemplo, contó con más de 80 mil asistentes y se registraron ventas superiores a las del año anterior, con obras comercializadas por valores que oscilaron entre los 300 y los 25 mil dólares.
Fiestas y cultura popular
Asociada generalmente a una elite, la cultura se manifiesta de forma extendida y democrática en las fiestas y festivales populares. Según un relevamiento del Sinca, existen a lo largo del país más de 2700 celebraciones ligadas a temáticas religiosas, artísticas, folklóricas, productivas o cívicas. Grandes ciudades, pueblos pequeños, ricos, pobres, jóvenes y viejos; todos los argentinos tienen cada año una oportunidad para la celebración colectiva y la expresión de sus valores y tradiciones.
Según el relevamiento del Sinca, la categoría religiosa es la que presenta la mayor cantidad de celebraciones con un 36% del total. La figura más venerada es santa Rosa de Lima, seguida de lejos por el poco ortodoxo Gauchito Gil. Las festividades de tipo cívico (la fundación del pueblo, el día del inmigrante) representan el 32%, seguidas por las de índole productiva (Fiesta de la Flor, del Ternero o de la Papa), y finalmente los festivales folklóricos (7%).
Si se analiza la localización geográfica de estos festejos, en el norte del país predominan las celebraciones religiosas; en el centro, las productivas y en el sur, las fiestas cívicas. En cuanto a su distribución en el calendario, la mayoría se lleva a cabo en primavera y verano, lo que coincide con la temporada de receso escolar y constituye un factor potenciador del turismo.
"Las fiestas populares generan un movimiento económico importante aunque difícil de medir, salvo en aquellas multitudinarias, como los carnavales de Gualeguaychú, la Fiesta de la Vendimia o los festivales de Cosquín y Jesús María -apunta Calcagno-. Sin embargo, aun la fiesta más simple del patrono local genera ingresos al vendedor de estampitas, de gaseosas, al hotel o restaurante." Lo más importante es que son actividades culturales muy federales y se las encuentra en cada rincón de la Argentina.
Libros y lectores
Si algo caracteriza a la industria editorial argentina es la presencia de numerosas editoriales independientes, que brindan una diversidad de títulos y autores única entre los mercados de habla hispana. De acuerdo con datos de la Cámara Argentina del Libro (CAL), en 2010 se publicaron unos 20.300 títulos (entre novedades y reediciones), con más de 75 millones de ejemplares. Esto significó para el sector una facturación superior a los mil millones de pesos.
Según la CAL, existen en el país unas 385 entidades cuya actividad principal es la publicación de libros. Sin embargo, el variopinto universo editorial incluye, además de las empresas propiamente editoras, instituciones académicas, organizaciones sociales y culturales y a los propios autores que financian y llevan a cabo su "autoedición".
La actividad editorial -y lo mismo ocurre con las librerías- se encuentra altamente concentrada en la ciudad de Buenos Aires. Y son los sellos internacionales, como el grupo español Planeta (adquirió Emecé en 2000) y Random House Mondadori (compró Sudamericana en 2001), los que manejan gran parte de la producción de libros en el país, al imponer una lógica de rotación permanente de novedades y, como ocurre en el cine, lanzamientos mundiales de los grandes autores. Esto deja en manos de las editoriales independientes la experimentación y publicación de los autores noveles locales, que antes estaba a cargo de las grandes editoriales de capitales argentinos.
Como ocurre en el resto del mundo, cada vez se editan más títulos con tiradas más pequeñas, y la brecha no hace sino ampliarse. Hay quienes alertan sobre una sobreoferta de libros que termina perjudicando a las editoriales pequeñas, ya que compiten por el mismo espacio en las librerías con los sellos transnacionales y su gran poder de promoción.
El advenimiento del e-book , que está ganando terreno en los mercados internacionales, es aún incipiente en el país, donde el 94% de los ejemplares se publican en papel y sólo 152 títulos se registraron en formato digital en 2009.
En cuanto al promedio de lectura, los argentinos dicen leer 4.6 libros al año. Entre quienes más leen están las mujeres, los menores de 35 años, los de nivel socioeconómico alto y los que residen en Buenos Aires y zonas del conurbano. El 70% de los lectores dice hacerlo por placer y en segundo término (aunque en primer lugar en el caso de los niños y adolescentes), por motivos de estudio.
La literatura local de ficción está, en volumen de ventas, por detrás de otros géneros como la investigación periodística, los ensayos y la autoayuda. Por cantidad de ejemplares publicados, el primer lugar lo ocupan los libros de ciencias sociales y humanidades; les siguen ensayos sobre otras disciplinas, la literatura nacional y extranjera, literatura infantil y juvenil y libros de arte, en ese orden.