Venta privada, 2006. Vendedor: David Geffen. Comprador: David Martínez. Vendido por 140.000.000 dólares (109.100.000 euros). Hoy por hoy, este espectacular “drip” de Jackson Pollock es la pintura más cara jamás vendida, pese a que la exorbitante suma no ha sido totalmente confirmada (aunque tampoco negada). Esta venta demuestra no sólo la fuerza del mercado del Arte, sino también el creciente interés por las obras del Arte contemporáneo.
Vendido por 135.000.000 dólares (107.000.000 euros). Venta privada, 2006. comprador: Ronald Lauder. Gustav Klimt, que fue famoso por el usar oro y representar mujeres desnudas en sus pinturas, utilizaba modelos que pertenecían a la burguesía vienesa, pero también tenía un séquito de mujeres prostitutas o de vida humilde que le servían de musas. El tema que trata en la mayoría de sus cuadros es la sexualidad femenina recorriendo el ciclo de la vida en todas sus etapas: procreación, gestación, infancia, juventud y vejez, salud y hermosura, enfermedad y muerte. A Klimt le llevó tres años completar este cuadro, que mide 138 x 138 cm y está hecho con óleo y oro sobre tela, con una ornamentación elaborada y compleja. La adquisición de esta emblemática pintura por el magnate de los cosméticos Ronald Lauder conmocionó el mercado del Arte, no sólo por la espectacular cifra pagada, sino por la manera en la que fue vendida, alejada del ruidoso mundo de las subastas. La pintura formaba parte de un grupo de cinco lienzos recientemente restituidos a sus antiguos dueños, la familia judía Bloch-Bauer, por un juzgado de Viena tras largas décadas de espera. Los lienzos habían sido confiscados por el ejército nazi, y pasaron a la Galería Nacional de Austria en 1948.
Vendido por 104.000.000 dólares (85,7 millones de euros) en New York, mayo 2004. Comprador: anónimo El lienzo “Garcon á la pipe” representa a un poético adolescente vestido de azul, con una corona de flores rojas, que sostiene una pipa en su mano izquierda sobre un fondo en tonos rosa-anaranjados. Fue realizada en pleno “periodo rosa” (1904-1906) del artista Pablo Picasso. La venta de este jovenzuelo fumador marcó un hito en el mundo de las subastas. En primer lugar, sigue siendo la pintura más cara jamás subastada (el caso del Klimt es una venta privada). Pero es que además rompió el record que Vincent van Gogh ostentaba desde 14 años atrás. Por si eso fuera poco, superó por primera vez la barrera de los 100 millones de dólares. Aunque el nombre del comprador sigue siendo secreto, algunas fuentes apuntan a Guido Barilla, el magnate de la pasta italiana.
Vendido por: 82.500.000 dólares en New York, mayo 1990. Comprador: Ryoei Saito. Es un óleo sobre tela. Es una de las pinturas de Van Gogh más reverenciadas, desde que alcanzó un precio récord en 1990. Hay dos versiones auténticas de este retrato, ambas ejecutadas en junio de 1890 durante los últimos meses de vida de Van Gogh. En ambas se muestra el doctor Gachet sentado ante una mesa y haciendo descansar su cabeza sobre su brazo derecho, pero pueden diferenciarse con facilidad. La historia de este famosísimo y brillante retrato resume por sí misma el “boom adquisitivo japonés” de finales de los 80 y principios de los 90: gran pintura, vendida por una cantidad astronómica a un japonés (Ryoei Saito), posteriormente arruinado, y el lugar de residencia de la obra es hoy por hoy un misterio. Varios rumores la sitúan en Europa, e incluso se dice que la obra podría regresar en breve al mercado.
JASPER JOHNS, "False Start", 1959.
Vendido por 80.000.000 dólares. Venta privada, otoño 2006. Comprador: anónimo. Jasper Johns(1930) es un artista norteamericano que trabaja principalmente en la pintura y el grabado. Su trabajo es a menudo descrito como neo-dadaista en contraposición con el arte pop, a pesar de incluir objetos e imágenes de la cultura popular. “False Start”, vendida por David Geffen, es la segunda obra más cara jamás vendida de un artista contemporáneo.
Vendido por 78.100.000 dólares en New York en mayo de 1990. Comprador: Ryoei Saito. Baile en el Moulin de la Galette es una de las obras más célebres del pintor impresionista francés. Esta pintura ha sido descripta en ocasiones como “la pintura más bella del siglo XIX”. La escena describe uno de los numerosos bailes que se celebraban en el Molino de la Galette , uno de los locales de diversión más frecuentados del Montmartre de la época y punto de encuentro para bohemios y artistas como Toulouse-Lautrec, Van Gogh o el propio Renoir. También hay dos versiones, una se encuentra en el museo Orsay de Francia, la otra, la que nos ocupa, es otra víctima de la moda japonesa de “cómprame y olvídame”. Al igual que la pintura precedente, el lienzo fue comprado por Ryoe Saito por 78,1 millones de dólares en Sotheby’s, en 1990, y vendido en 1997 a un coleccionista privado europeo por unos 50 millones de dólares.