CUMPLE 30 AÑOS EL ROJAS,
DONDE EXPLOTÓ LA CULTURA EN DEMOCRACIA

Fue el centro cultural en el que brillaron las vanguardias. Habrá actividades gratuitas para celebrar el aniversario de una institución que recibe 30.000 alumnos por año.
La vanguardia es así. Batato Barea fue un ícono del teatro underground en el Rojas de los años 80. / ARCHIVO CLARÍN

Por Marcela Mazzei


Se había terminado la dictadura y la Cultura tomaba la calle con insolencia, con la fuerza de lo que había estado reprimido. Ahí fueron los raros peinados nuevos, los artistas. Punto neurálgico de esa reanimación, el Centro Cultural Ricardo Rojas que cada año inscribe a 30.000 alumnos en 900 propuestas por cuatrimestre, está cumpliendo 30 años.
El edificio que al 2038 inaugura la avenida Corrientes que nunca duerme, había sido sede del Centro de Estudiantes de Medicina. Expropiado por la última dictadura militar, la democracia lo devolvió a la UBA. “Se transformó en foco de las vanguardias y la experimentación artística, y sus cursos convocaban a un público ávido de formación artística”, repasa Cecilia Vázquez, coordinadora general de Cultura adjunta, a cargo del Rojas tras la renuncia del director anterior, José Miguel Onaindia.
Todavía hay quienes recuerdan haber sentido, en su auditorio, cómo la presencia magnética de Batato Barea subía al escenario por el pasillo central desde la puerta del fondo: una vigorosa atracción que se revivía en cada puesta de la movida teatral underground. Hoy la sala más importante del Rojas lleva su nombre.
Fue este centro cultural el que albergó la primera conferencia del filósofo francés Jacques Derrida en la Argentina: en su ponencia sobre la verdad, el intérprete fue Alan Pauls. Por esos años, la poeta Tamara Kamenszain estaba a cargo de la nutrida programación del Rojas y la autora Vivi Tellas realizaba allí sus primeros biodramas.
Hacia 1989, abrió La Galería del Rojas. “Fue fundacional para nuestra identidad la conversión de ese pasillo que iba a un baño en una sala de artes visuales”, comenta Maxi Jacoby, actual responsable de ese área. “En poco tiempo era una fábrica de mística cultural”. Con impronta novedosa, su fundador, el artista Jorge Gumier Maier, puso en práctica lo que más tarde se consolidó como el rol del curador. “Lo que sucedía sin apoyo institucional encontró un espacio, al punto tal que la historia del arte contemporáneo local, cuando revisa esa época, habla de ‘los artistas del Rojas’ como movimiento, aunque no lo era. Era una forma de aglutinar una modo de hacer y pensar el arte”, reflexiona Jacoby. Incluso artistas que no expusieron allí, como Pablo Siquier, fueron incluidos en ‘el arte del Rojas’ de los 90.
Hay quienes recuerdan las conferencias de César Aira sobre Néstor Perlongher y Manuel Puig, a las que acudían los académicos, los mejores alumnos de Puán y los llamados “modernos”, que frecuentaban, en otro horario, los reductos donde nacía la escena electrónica local. Ellos serían platea y protagonistas de La Voz del Erizo, el ciclo de lecturas de poesía contemporánea argentina que coordinó entre 1992 y 2002 Delfina Muschietti en un aula minúscula del Rojas. Quizás también a su área de Letras, dirigida por Daniel Molina, le quepa el mérito de haber reunido al último movimiento de artistas que trabajó en sintonía con su tiempo histórico.
El lema del 30° aniversario, “Cultura hasta el fin del mundo”, remite al acuerdo de cooperación que el Rojas firmó con Ushuaia, dentro del programa “El Rojas fuera del Rojas”, que desde 2000 realiza convenios con instituciones de todo el país, explica Vázquez.
El Rojas va a celebrar sus 30 con un programa de eventos en el que las áreas que allí trabajan están cada vez más difusas. Porque fue incorporando nuevas áreas a las más tradicionales (Letras, Danza, Artes Visuales), a medida que se manifestaban como fenómenos de interés cultural. Aparecieron Comunicación, Tecnologías de género y Cultura Sostenible. Y porque pensar las áreas entrecruzadas, según Jacoby, “es el tipo de arte que responde a los tiempos contemporáneos”. El Rojas, según Vázquez, “tuvo 30 años maravillosos y necesita seguir buscando rumbos”.

La agenda de los festejos

Sábado 13
17.00: “Bosquejos – Maratón de Lapiceras” (Idea y coordinación de Maruja Bustamante, Lucía Panno y Gael Policano Rossi).
21.00: “Honey / Miel”, obra teatral con dramaturgia y dirección de David Señoran.
Jueves 18
De 12 a 17: Homenaje a Mauricio Kartun (coordina Jorge Dubatti). Entrega del Profesorado Honoris Causa de la UBA a Kartun y jornada académica.
Martes 30
22.00: “Confesionario 10 años” (coordinado por Cecilia Szperling, con la participación de Humberto Tortonese y Nushi Muntaavski).
Todas las actividades son libres y gratuitas y se realizarán en Av. Corrientes 2038.

“Me sentí Marta Minujín”

Por María Moreno

 


El Rojas fue al principio de la democracia la gran matriz alocada de lo nuevo: Batato Barea, Gambas al ajillo, Nestor Perlongher, César Aira, Rubén Szuchmacher... TODO constituyó un anticanon imparable. “Pulmón y pasión” podría ser la consigna. Cecilia Felgueras, directora durante los 80, podía ponerse una servilleta en el brazo y servir vino en un vernissage. Leopoldo Sosa Pujato, director emblemático, podía ir a la casa de alguien a pedir permiso para cortar una línea en un escrito. Es el lugar con el que más me identifico en mi historia. La gestión de Daniel Molina en Letras me dió el pie. La gente de producción del Rojas era como de las más exigentes vanguardias: hice unas jornadas Mansilla en donde se sirvió el guiso de Una excusión a los indios ranqueles y se hicieron los espejos cuádruples con los que Mansilla se fotografió en Witcomb. Con la actriz y directora Graciela Camino hicimos unas jornadas en donde actuaron ex presos políticos y se exhibieron sus objetos de cautiverio (alto arte pop): me sentí Marta Minujín. Recuerdo al lugar como el de una infancia feliz aunque yo era de la generación del setenta: me parece que mis ocurrencias nacieron ahí, tarde.

Más info en www.rojas.uba.ar 


Fuente: Revista Ñ Clarín

COLÓN:
PIDEN QUE LA LEGISLATURA NO AVANCE CON LA LEY
PARA TRASLADARLO

Entidades de la colectividad italiana consideran que no se lo puede mudar mientras esté vigente el fallo que lo prohíbe.
Foto: Patrimonio.

COLÓN: 
PIDEN QUE LA LEGISLATURA NO AVANCE CON LA LEY PARA TRASLADARLO

Entidades de la colectividad italiana consideran que no se lo puede mudar mientras esté vigente el fallo que lo prohíbe

Por Ángeles Castro  / LA NACIÓN

Las entidades de la comunidad italiana que objetan el traslado del monumento a Cristóbal Colón de la plaza situada detrás de la Casa Rosada a la Costanera Norte solicitaron a la Legislatura porteña que postergue la audiencia pública en la que se evaluará la relocalización de la escultura, prevista para mañana.
El pedido, efectuado a la presidenta del cuerpo, la vicejefa de gobierno María Eugenia Vidal, se funda en la existencia de un fallo de la justicia federal que prohíbe la mudanza del grupo escultórico y sólo permite su manipulación para realizar tareas de conservación.
En virtud de un acuerdo entre los gobiernos nacional y porteño, la estatua del navegante genovés será llevada desde el sitio donde fue colocada, en 1921, detrás de la Casa Rosada, hasta un espigón situado frente al aeroparque metropolitano.
Entidades defensoras del patrimonio histórico y agrupaciones de la colectividad italiana, entre ellas, el Círculo Italiano, consideran que el desmantelamiento y el traslado de la escultura violan la ley nacional que, en 1907, estableció el sitio de emplazamiento. Por eso, presentaron un recurso de amparo para impedir el avance de las tareas, que fue aceptado en primera y segunda instancia por la justicia federal.
En forma paralela, el Estado nacional y el porteño avanzaron con la sanción de nuevas leyes para legitimar el acuerdo suscripto entre ambos, tendiente al traslado de la obra.
Confeccionado por el artista plástico Arnaldo Zocchi, el grupo escultórico fue un obsequio de la colectividad italiana residente en la Argentina con motivo del centenario de la Revolución de Mayo; mide 26 metros de altura y pesa 623 toneladas. Próximamente será reemplazado por una escultura en honor a Juana Azurduy, heroína de la Independencia.

Audiencia pública

El nuevo plexo normativo incluye la ley nacional 26.963 y una ley local, aprobada hasta el momento en primera lectura. Esta última debe ser sometida a la opinión ciudadana antes de ser ratificada por la Legislatura porteña.
"He presentado en el expediente del amparo un planteo de inconstitucionalidad de la ley nacional 26.963, que aprueba el convenio entre la Ciudad y la Nación. El juzgado corrió traslado al Estado nacional por cinco días. El plazo para responder al planteo vence mañana", explicó a LA NACION Horacio Savoia, patrocinante del Círculo Italiano.
Para mañana también fue convocada la audiencia pública. "Entendemos que la convocatoria en sí misma conlleva desconocer lo que establece la Constitución porteña, ya que, habiendo adoptado nuestro país la forma de gobierno republicana y federal, una Legislatura local no puede desoír lo resuelto en un tribunal federal de la Nación", agregó Savoia.
En ese sentido, recordó que el 19 del mes pasado la Justicia notificó al gobierno de la ciudad sobre la resolución de la Sala V en lo Contencioso Administrativo Federal que le ordenó, atento el estado de la causa, "abstenerse de concretar cualquier acto que implique el traslado del monumento objeto de la litis".
Mientras tanto, el monumento a Colón permanece desmantelado en una serie de piezas menores sobre el césped de la plaza Colón, detrás de la Casa Rosada. Alrededor de la cripta que existía al pie del grupo escultórico se construyeron una especie de pilotes que, supuestamente, sustentarán en el futuro la estatua de Juana Azurduy.
Su confección, que estuvo a cargo del artista Andrés Zerneri, fue financiada por la República de Bolivia y fue donada a la Argentina..
Por Ángeles Castro  / LA NACIÓN

Las entidades de la comunidad italiana que objetan el traslado del monumento a Cristóbal Colón de la plaza situada detrás de la Casa Rosada a la Costanera Norte solicitaron a la Legislatura porteña que postergue la audiencia pública en la que se evaluará la relocalización de la escultura, prevista para mañana.
El pedido, efectuado a la presidenta del cuerpo, la vicejefa de gobierno María Eugenia Vidal, se funda en la existencia de un fallo de la justicia federal que prohíbe la mudanza del grupo escultórico y sólo permite su manipulación para realizar tareas de conservación.
En virtud de un acuerdo entre los gobiernos nacional y porteño, la estatua del navegante genovés será llevada desde el sitio donde fue colocada, en 1921, detrás de la Casa Rosada, hasta un espigón situado frente al aeroparque metropolitano.
Entidades defensoras del patrimonio histórico y agrupaciones de la colectividad italiana, entre ellas, el Círculo Italiano, consideran que el desmantelamiento y el traslado de la escultura violan la ley nacional que, en 1907, estableció el sitio de emplazamiento. Por eso, presentaron un recurso de amparo para impedir el avance de las tareas, que fue aceptado en primera y segunda instancia por la justicia federal.
En forma paralela, el Estado nacional y el porteño avanzaron con la sanción de nuevas leyes para legitimar el acuerdo suscripto entre ambos, tendiente al traslado de la obra.
Confeccionado por el artista plástico Arnaldo Zocchi, el grupo escultórico fue un obsequio de la colectividad italiana residente en la Argentina con motivo del centenario de la Revolución de Mayo; mide 26 metros de altura y pesa 623 toneladas. Próximamente será reemplazado por una escultura en honor a Juana Azurduy, heroína de la Independencia.

Audiencia pública

El nuevo plexo normativo incluye la ley nacional 26.963 y una ley local, aprobada hasta el momento en primera lectura. Esta última debe ser sometida a la opinión ciudadana antes de ser ratificada por la Legislatura porteña.
He presentado en el expediente del amparo un planteo de inconstitucionalidad de la ley nacional 26.963, que aprueba el convenio entre la Ciudad y la Nación. El juzgado corrió traslado al Estado nacional por cinco días. El plazo para responder al planteo vence mañana, explicó a LA NACIÓN Horacio Savoia, patrocinante del Círculo Italiano.
Para mañana también fue convocada la audiencia pública. Entendemos que la convocatoria en sí misma conlleva desconocer lo que establece la Constitución porteña, ya que, habiendo adoptado nuestro país la forma de gobierno republicana y federal, una Legislatura local no puede desoír lo resuelto en un tribunal federal de la Nación, agregó Savoia.
En ese sentido, recordó que el 19 del mes pasado la Justicia notificó al gobierno de la ciudad sobre la resolución de la Sala V en lo Contencioso Administrativo Federal que le ordenó, atento el estado de la causa, abstenerse de concretar cualquier acto que implique el traslado del monumento objeto de la litis.
Mientras tanto, el monumento a Colón permanece desmantelado en una serie de piezas menores sobre el césped de la plaza Colón, detrás de la Casa Rosada. Alrededor de la cripta que existía al pie del grupo escultórico se construyeron una especie de pilotes que, supuestamente, sustentarán en el futuro la estatua de Juana Azurduy.
Su confección, que estuvo a cargo del artista Andrés Zerneri, fue financiada por la República de Bolivia y fue donada a la Argentina.."


Fuente. lanacion.com

FESTIVAL DE DANZA EN LYON, FRANCIA

DANZA EN FRANCIA. La coreógrafa y bailarina francesa Dominique Hervieu, también directora de la 16 ª edición del festival “Biennale de la Danse de Lyon”, posa para una producción fotográfica el 5 de septiembre de 2014 en Lyon, Francia. El festival, que acogerá 45 espectáculos, comenzará el 10 de septiembre y tendrá una duración de tres semanas. (AFP  / JEAN-PHILIPPE Ksiazek)

La coreógrafa y bailarina francesa Dominique Hervieu, también directora de la 16ta. edición del festival “Biennale de la Danse de Lyon”, posa para una producción fotográfica el 5 de septiembre de 2014 en Lyon, Francia.
El festival, que acogerá 45 espectáculos, comenzará el 10 de septiembre y tendrá una duración de tres semanas.

Foto: AFP / JEAN-PHILIPPE Ksiazek

EL CHARANGUISTA JAIME TORRES EN EL TEATRO COLÓN

JAIME TORRES EN EL COLON. Imagen del concierto brindado por Jaime Torres el domingo 7 de septiembre en el ciclo de Intérpretes Argentinos, en el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires.  (Prensa Teatro Colón /Máximo Parpagnoli)
 
 

Imagen del concierto brindado por Jaime Torres el domingo 7 de septiembre en el ciclo de Intérpretes Argentinos, en el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires.

Foto: Prensa Teatro Colón



ENCUENTRO ENTRE DOS ÉPOCAS


El duque y la duquesa de Devonshire observan una pieza del artista chino Xu Bing titulado “Tao Hua Yuan: “A Lost Village Utopia” en la exposición en Chatsworth House en el centro de Inglaterra. (REUTERS)

El  duque y la duquesa de Devonshire observan una pieza del artista chino  Xu Bing titulado “Tao Hua Yuan: A Lost Village Utopia” en la exposición en Chatsworth House en el centro de Inglaterra.

Foto: REUTERS

MURiÖ MARÍA GOWLAND MITRE

María Gowland: docente, investigadora y fiel custodia del patrimonio histórico




Ha muerto María Gowland. Pocas personas tenían un mayor conocimiento directo que ella, o lazos afectivos más enraizados, con el casi siglo y medio en que este diario ha estado en el cruce de las grandes cuestiones culturales del país y del mundo.
María Gowland era tataranieta del fundador de LA NACIÓN, Bartolomé Mitre, y nieta de Jorge Adolfo Mitre, quien al hacerse cargo del diario en 1912 lo renovó con ideas y decisiones que lo proyectaron, sobre el piso firme del país que crecía a ritmo de vértigo, hacia un período de incuestionable esplendor. Así como el nombre de su abuelo está asociado a la creación, en 1920, del célebre Suplemento Literario, y a la apertura de corresponsalías de LA NACIÓN en Berlín, Moscú, Varsovia, Belgrado, y en tantas otras partes, como manifestación de las posibilidades que el afianzamiento de la Argentina del Centenario otorgaba a empresas e instituciones nacionales, así también María Gowland cumplió un papel apropiado al de su tiempo. Actuó como custodia eficiente del patrimonio histórico heredado de los mayores. Lo hizo con el doble compromiso de organizarlo para el aprovechamiento de los estudios académicos y de aplicarlo, para la difusión en la sociedad, como elemento educador del valor inmenso de la historia documental, la única que podrá resistir por su confiabilidad a las campañas con voluntad destructora de lo que ha significado de verdad el pasado argentino.
El archivo y la biblioteca histórica, centrada en estudios americanos, del Museo Mitre contaron en la mujer que desapareció ayer, a los 71 años de edad, con quien reunía todos los atributos indispensables para hacerse cargo, en nombre del Estado nacional, de ese legado de quien presidió la Nación entre 1862 y 1868. Ocupaba así desde 2002 el cargo que habían desempeñado, con idénticas inquietudes, su abuelo Jorge Adolfo Mitre, y su tío, Jorge Carlos Mitre. La vieja casona de la calle San Martín, entre Sarmiento y Corrientes, con sus dos patios y aljibe, es para todos un testimonio del viejo centro porteño del siglo XIX; para María Gowland fue el ámbito de trabajo y estudio en que se prolongaban los recuerdos de la vida familiar de Mitre, en el que crecieron sus hijos, en el que se editó, por un breve período, LA NACIÓN, antes de trasladársela al lado, a San Martín 344, el año mismo de su fundación, en 1870.
Era hija de Alberto Gowland, productor agropecuario de Arroyo Dulce, y de María Angélica Mitre de Gowland, que presidió, entre otras instituciones de bien público, la Asociación de Guías Argentinas y la Organización para Asistencia a la Comunidad (OPAM). Se recibió de licenciada y profesora en Letras en la Universidad Católica Argentina (UCA) y obtuvo un máster en Asuntos Internacionales en la Georgetown University, en Washington. En 1988 se la distinguió con la beca Eisenhower. Ejerció la docencia en los colegios Michael Ham y Pilgrims y en las dos universidades mencionadas.
María Gowland colaboró en múltiples oportunidades con LA NACIÓN y coordinó programas de periodismo cívico. Fue coordinadora y vicepresidenta de la asociación cívica Conciencia, y coordinadora general de la Fundación Ciudad, en el Programa Foros Participativos para una Ciudad Sustentable, entre 1994 y 2001.
Su salud se encontraba resentida desde hacía años y ya en mayo último no pudo asistir al gran acto académico realizado en el Museo Mitre por los doscientos años de la restauración de la Compañía de Jesús. Hasta donde alcanzaron sus fuerzas nunca declinó en la confianza en que la interpretación histórica fundada en la investigación seria, perseverante en el camino de la recuperación documental con la cual Mitre logró la hazaña de escribir la obra monumental sobre San Martín y la vida de Belgrano, ha de sobreponerse a la larga al macaneo circunstancial e impulsivo, sin otro vuelo posible que el de rebajar la historia al nivel de frágiles historietas de actualidad política.
Con amor, pero también con sobriedad, constancia y equilibrio indispensable en quien ejerce la dirección de un museo nacional, puso empeño en que se conociera la obra benéfica de Mitre, fundador de colegios nacionales, en el desarrollo de la educación popular; también, en que trascendieran sus luchas por la limpieza del sufragio y por lograr alivio para la situación de los más humildes. Así lo entendió su tiempo, en que Mitre alcanzó la estatura de caudillo popular, y María Gowland procuró que se supiera, de igual manera que eso, la entereza con la cual el entonces jefe de Estado se colocó personalmente al frente de las tropas argentinas para defender el territorio nacional de la invasión por Corrientes hecha por el dictador paraguayo Francisco Solano López.
María Gowland deja un hijo, Nicolás Gallo. Era hermana del doctor Alberto Gowland Mitre, director de SA LA NACIÓN. Sus restos fueron inhumados ayer en el cementerio Jardín de Paz.
Había nacido en Buenos Aires el 2 de enero de 1943.

DÍAS DE ESTUDIANTE:
CUANDO EL JOVEN JULIO FLORENCIO QUERÍA SER MAESTRO

Anécdotas y recuerdos de un poeta, actor y periodista que en los años 30 ya se destacaba en la escuela donde se formó como docente y profesor en letras.
Cortázar, de guardapolvo, en el frente de la Escuela Normal. Foto: LA NACIÓN

Por Gustavo Gabriel Otero


La conmemoración de los 100 años del nacimiento de Cortázar -y el recuerdo de su fallecimiento ocurrido hace treinta- permite a los lectores descubrir (o redescubrir) al gran autor argentino. Con total merecimiento, se han escrito innumerables textos sobre su figura y su obra literaria. Y aunque quizá no sean tantos los momentos desconocidos de su vida, poco se sabe de la etapa de formación docente en la Escuela Normal de Profesores de Buenos Aires y su trayectoria escolar, más allá de sus calificaciones.
Julio Florencio Cortázar ingresa en la Escuela Normal Mariano Acosta en 1928, egresa en 1932 como maestro y tres años más tarde obtiene el título de profesor normal en letras. Su participación estudiantil es casi un misterio, pero se pueden seguir sus rastros en Addenda, que publicaba esa institución entre 1932 y 1935.
La revista se centraba en temas educativos y culturales, y firmaban sus artículos alumnos, docentes y ex alumnos. Incluía, además, la sección "La escuela en broma", con humoradas sobre la actividad escolar y previsibles burlas con los sobrenombres dados a los docentes. Se intuye allí la pluma de Cortázar.
El número 2, de agosto de 1932, reproduce el siguiente comentario de LA NACIÓN: "Ha aparecido el primer número de esta revista, que además de ser órgano del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta expresa en las palabras iniciales de su portada el propósito de que los alumnos del establecimiento citado tengan oportunidad de iniciarse en los trabajos de redacción, pues tratará preferentemente aquellas cuestiones que interesen a los estudiantes y a la marcha de los estudios".
En 1934, "J. Florencio Cortázar" asume la subdirección de Addenda. En la página 27 de la edición de julio de ese año, se lee el poema "Bruma". Es difícil afirmarlo, pero posiblemente sea la primera obra firmada publicada por el joven escritor. Ya se pueden hallar algunos preludios de su literatura posterior, que será reconocida a nivel mundial. La mención de escritores, poetas, músicos y pintores franceses habla de la impronta de la formación cultural de esa época. Por otra parte, el poema muestra a una figura que anhela algo lejano y distinto de su realidad actual, característica que luego será recurrente en sus personajes.
Las dos últimas ediciones, de 1935, cuentan a Cortázar como director de la revista en la que colaboraron, entre otros, Abel Santa Cruz y Eduardo Jonquières.
A partir de sus colaboraciones y cargos en la publicación se desprende también su participación activa en el Centro de Estudiantes. Y en el programa del Gran Festival Artístico y Danzante, organizado en 1932 por los alumnos de la escuela, se revela el Cortázar actor. En el Gran Salón Teatro de Sarmiento 2419 la "troupe estudiantil normalista", en una función "teatral y baile al estilo Broadway con cotillón y batalla de globos", festeja el martes 20 de septiembre de 1932 el Día del Estudiante, con un programa dividido en tres partes. En el primer acto y en el último, Cortázar representa a la reina Isabel de Castilla. En la segunda parte, aparece en tres de los seis números. Es Testaforte en "¡Qué examen!", Severo en "Las delicias de la vida conyugal", y El Jonson en "El gran desfile". Si se tiene en cuenta el profundo placer que despierta el jazz en él desde su adolescencia, el nombre de este último no debería sorprender, ya que podría tratarse de un homenaje a Al Jolson, cantante y actor, protagonista de El cantante de jazz, la primera película sonora de la historia del cine (1927).
Décadas después, ya consagrado escritor, ambientó uno de sus cuentos, La escuela de noche, en su escuela secundaria y terciaria. Sus neblinosos recuerdos sirven para retratar la década del 30.

Bruma

Fragmento del poema de 1934
Buscar lo remoto con férvidas ansias / Y en limbos extraños hundir obstinado el deseo.
Que el ritmo, lo Impar de Verlaine nos conduzca / Y acordes oscuros de queda armonía / Marquen nuestros pasos sobre el gris sendero.
Debussy ... maestro quiero sinfonías / Que esbocen con notas pinturas de nieve y acero:
Baudelaire ... te pido me des una pluma / Que en noche de insomnio / Hayas estrujado contra tu cerebro.
Manet, por los bordes de tus concepciones / Vagaré anhelante de encontrar lo Bello / Que me niegan todos / Los que no han sentido como tú el llamado / Del aire, del ritmo, del amor y el cielo.
J. Florencio Cortázar
  • El autor es rector del Instituto de Enseñanza Superior Mariano Acosta, continuador de los profesorados donde estudió y egresó Cortázar

Fuente: lanacion.com

LA TORRE EIFFEL, ILUMINADA

Show de luces: Torre Eiffel

Por Paola Agostino

Oh la la Torre Eiffel, es la más visitada y admirada de Paris. Cada año millones de personas posan a sus pies para tomarse fotos con ella y esperan para ver el show de luces que brinda desde el Campo de Marte que la rodean con o sin picnic, hasta se venden vinos en el mismísimo lugar que tiene la mejor vista para disfrutar del espectáculo maravilloso y  una verdadera fiesta que ningún turista y hasta los parisinos no se quieren perder!
La Torre Eiffel tiene tres niveles. Desde los dos más altos se tienen vistas magníficas y se pueden apreciar muchas de las principales atracciones turísticas y monumentos de París, como el Arco de Triunfo, el Louvre, el Museo de Orsay, la Catedral de Notre Dame, la Basílica del Sagrado Corazón.
Paola Agostino en París.
Vean el video y disfrútenlo Ustedes también:


http://youtu.be/dY-RCEGq4Qs


Fuente: Fashion Click

REABRE EL NOTABLE EDIFICIO DE LA EMBAJADA DE FRANCIA

Patrimonio porteño

Estuvo en obra de restauración durante más de un año y la semana próxima podrá ser visitado por
el público. Fue una aristocrática mansión particular hasta que lo adquirió el Estado francés en 1939.

Silvia Gómez

Después de más de un año de trabajos, y una inversión de 5 millones de euros, el histórico edificio de la Embajada de Francia, ubicado en el barrio de Retiro, recuperó todo su esplendor. En un minucioso trabajo de restauración –encarado por especialistas locales y franceses–, se recuperaron las fachadas, el mobiliario, la entrada principal y los salones de recepción de este hôtel particulier que perteneció a la familia Ortiz Basualdo. Y lo mejor es que los vecinos de la Ciudad podrán ver toda la magnificencia de este edificio cuando la Embajada abra sus puertas al público en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio y de la Semana Francesa en Buenos Aires (ver Cómo visitarla).
Ubicado en una zona porteña con una gran riqueza patrimonial –a metros de los palacios Pereda, Alzaga Unzué, Duhau, Casey y el Fernández Anchorena–, el edificio fue diseñado en 1912 por el arquitecto francés Paul Pater. Se terminó de construir en 1918 y en 1925 fue utilizado como residencia oficial del Principe de Gales, Edward de Windsor. En 1939 fue adquirido por el gobierno francés y desde ese momento funciona como embajada.
Los trabajos de restauración arrancaron en febrero de 2013 y fueron comandados, entre otros especialistas, por el arquitecto argentino Eduardo Carena. En ese momento el edificio lucía oscuro, producto de la falta de mantenimiento y también de la polución: ubicado junto a la 9 de Julio, recibe los residuos que genera el paso de miles de autos todos los días. La última restauración se había realizado en los 80, pero fue parcial, solo se arreglaron los techos y las cúpulas, que en ciertos lugares dejaban colar el agua de las lluvias.
Ayer, en una recorrida por el edificio, Marc Flattot –ministro consejero de la Embajada– ofició de guía y dio detalles de la obra a Clarín: “En los salones se recuperaron las boiseries , los dorados a la hoja en las paredes y las molduras. También el mobiliario, las alfombras y los mármoles”, explicó. Además, se colocaron obras de arte y muebles modernos.
El presupuesto de la obra impacta: 5 millones de euros. Sin embargo, Flattot contó de qué forma se realizó la operación económica para financiar los trabajos: por orden del Estado francés, que desde 2009 viene impulsando una racionalización de los activos inmobiliarios galos en el exterior, se puso a la venta lo que era la residencia del embajador, en la localidad de Martínez. Fue comprada por el poderoso empresario Alfredo Roman y con ese dinero no solo se realizó la restauración, sino que “se compró una nueva vivienda para el embajador –esta vez, un departamento sobre la avenida Figueroa Alcorta– y además enviamos dinero a Francia”, contó el diplomático.
Esta mansión privada, que fue usada como residencia solo durante 21 años, posee cuatro plantas. En el subsuelo y la planta baja funcionan mayormente los servicios. La Embajada tiene una nueva cocina profesional para abastecer las recepciones y los banquetes que se realizan. De hecho, a partir de esta reforma, comenzará a funcionar como sede de eventos privados y presentaciones, que dejarán un ingreso de dinero que en buena parte será destinado al mantenimiento del edificio. En la planta superior funcionan las oficinas y los despachos, en donde trabajan 43 personas.
Pero es el primer piso el que deslumbra a todos los que visitan la Embajada: una sucesión de salones donde se confunden influencias francesas, inglesas y escandinavas. Primero aparece a la vista el salón de invierno, con un piso de mármol blanco y negro y con una boiserie que mezcla dos estilos, tudor y gótico. Un gran ventanal mira ahora hacia la 9 de Julio, pero antiguamente daba a los jardines de la casa, que desaparecieron cuando se amplió la avenida. Luego continúa el gran comedor que emula al del Palacio Real de Oslo; inspirado en el barroco inglés y con una gran mesa que permite recibir a 24 personas. Lo sucede el salón de música, con un estilo Luis XV: aquí vale la pena también mirar hacia afuera, porque el salón es epicentro del edificio y permite tener una panorámica de la avenida Alvear y el Palacio Pereda, sede de la Embajada de Brasil.
Otro de los puntos altos del recorrido es el salón de baile o salón dorado. Impactan la luminosidad de las arañas de cristal –totalmente renovadas– y el gran panel central adornado por una pintura alegórica. Aún queda por ver la increíble chimenea de mármol de la biblioteca, con motivos del renacimiento italiano y la cálida sala de billar.
Por dentro y por fuera, el palacio Ortiz Basualdo es una joya que vale la pena conocer.

 
Fuente: clarin.com

FRANCIA:
¿PODRÍA PAGAR SU DEUDA VENDIENDO "LA MONA LISA"?

Con la venta de la emblemática "Gioconda" exhibida en el Museo del Louvre, el país podría pagar la mitad de su deuda nacional, de dos billones de dólares, aunque la ley lo prohibe.
La Mona Lisa, una atracción obligada en el Museo del Louvre Foto: Archivo
La Mona Lisa, una atracción obligada en el Museo del Louvre.


PARIS.- Si el gobierno francés quisiera vender la conocida obra maestra de Leonardo Da Vinci "La Gioconda" -también conocida como "La Mona Lisa"-, podría pagar la mitad de su deuda, según informó el portal France24.
La famosísima pintura fue adquirida por el rey Francisco I de Francia a principios del siglo XVI y, desde entonces, es propiedad del Estado Francés y actualmente se exhibe en el Museo del Louvre de París.




EL ÚLTIMO ADIÓS A GUSTAVO CERATI


Multitudinaria despedida del músico Gustavo Cerati, fallecido ayer tras cuatro años en coma. Un homenaje grupal, casi tribal, que los seguidores del músico realizaron en una ceremonia colectiva que se extendió a lo largo de todo el día y la noche. (María Eugenia Cerutti)
Multitudinaria despedida del músico Gustavo Cerati, fallecido ayer tras cuatro años en coma. Un homenaje grupal, casi tribal, que los seguidores del músico realizaron en una ceremonia colectiva que se extendió a lo largo de todo el día y la noche. Foto: María Eugenia Cerutti
La despedida del músico Gustavo Cerati, continúa en la Legislatura porteña donde, desde anoche, se desarrolla el velatorio con presencia de familiares, admiradores y amigos de quien fuera el líder de Soda Stereo. (Reuters)
La  despedida del músico Gustavo Cerati, continúa en la Legislatura porteña  donde, desde anoche, se desarrolla el velatorio con presencia de  familiares, admiradores y amigos de quien fuera el líder de Soda Stereo.  Foto: Reuters
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires abrió sus puertas para despedir a Gustavo Cerati. Un homenaje grupal, casi tribal, que los seguidores del músico realizaron en una ceremonia colectiva que se extendió a lo largo de toda la noche. (AP)
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires abrió sus puertas para despedir a Gustavo Cerati. Un homenaje grupal, casi tribal, que los seguidores del músico realizaron en una ceremonia colectiva que se extendió a lo largo de toda la noche. Foto: AP
Fans de Gustavo Cerati dejan sus mensajes de afecto y dolor en las cercanías de la clínica de la Ciudad de Buenos Aires en donde falleció el músico. (Maxi Failla)
Fans de Gustavo Cerati dejan sus mensajes de afecto y dolor en las cercanías de la clínica de la Ciudad de Buenos Aires en donde falleció el músico. Maxi Failla
Una multitud acompañó a la madre y a los hijos de Gustavo Cerati hasta la Chacarita en la despedida del icono y leyenda del rock latinoamericano. (Reuters)
Una multitud acompañó a la madre y a los hijos de Gustavo Cerati hasta la Chacarita en la despedida del icono y leyenda del rock latinoamericano. Reuters

Fuente: Clarín HD

LA OTRA USINA, LA QUE SÍ DA LUZ

Secreta Bs. As.
Similar a la del Arte, hoy espacio cultural, la Pérez Galdós aún genera energía eléctrica.

Por Eduardo Parise

 
No tiene la fama y el tamaño de su “hermana mayor”, la Usina Pedro de Mendoza que, a pocos metros, ocupa un cuarto de manzana. Sin embargo tiene su mismo origen: ambas son obras del arquitecto italiano Giovanni Chiogna, aquel hombre nacido en Trento que un día, como tantos compatriotas, se embarcó en Génova en el vapor Formosa y recaló en Buenos Aires para hacerle su aporte a la Ciudad. También tienen en común su pertenencia porque, desde principios del siglo pasado, las dos se mantienen firmes en el barrio de La Boca. Y aunque durante años tuvieron la misma misión, hoy están en caminos diferentes: una se convirtió en la Usina del Arte, un sitio para darle luz a la vida cultural; en cambio la otra, llamada Subestación Pérez Galdós, se recicló para seguir aportando energía.

La Subestación Pérez Galdós está justo detrás de la Usina del Arte, sobre la avenida que lleva el nombre de Benito Pérez Galdós (1843-1920), novelista, dramaturgo, cronista y político español, quien fuera miembro de la Real Academia Española y en 1912 nominado al Premio Nobel. El edificio, pensado por Chiogna y construido por la empresa Christiani y Nielsen, fue inaugurado en 1931, sobre un terreno de casi 1.500 metros cuadrados. En sus orígenes perteneció a la Compañía Italo Argentina de Electricidad y formó parte de la serie de edificios que el arquitecto italiano realizó para esa empresa. Fueron unos 200 y se convirtieron en la marca identificatoria de la CIAE.
Conocidos en algún momento como “los palacios de la luz”, todos eran edificios parecidos pero distintos y marcaron una nueva estética en lo que se refiere a construcciones industriales. Con un estilo que siguió los lineamientos del Románico lombardo, se parecen más a castillos que a galpones, ya que fueron construidos con basamentos de piedra y ladrillos a la vista. Y así quedaron como hitos estilísticos de la arquitectura industrial de Buenos Aires. Eso es lo que generó que muchos sean ahora considerados parte del Patrimonio Histórico de la Ciudad y quedaran protegidos por la Ley de Preservación Patrimonial.
Como la Subestación Pérez Galdós forma parte de esa historia es que ahora, respetando lo que marca la ley, fue recuperada para ser parte de la red de alta tensión de la empresa Edesur, que desde 1992 es la encargada de distribuir y comercializar un insumo vital como la electricidad en el sur de la Ciudad y en 12 partidos del Gran Buenos Aires. El trabajo hizo que no sólo se pusiera en valor el tradicional edificio que está detrás de la Usina del Arte, sino que también aumentará la potencia. Y además permitió que se instalaran dos nuevas salas de alta tensión con dos transformadores y el posterior desarrollo de su red de media tensión. Según estiman los técnicos, esta recuperación empezará a rendir sus frutos en un par de meses y beneficiará a más de 40 mil usuarios de San Telmo, La Boca, Barracas y Puerto Madero.
El edificio de la avenida Pérez Galdós 37 seguirá cumpliendo la función para la que fue pensado en el siglo pasado. Pero otros de aquellos “palacios de la luz” diseñados por Chiogna se mantendrán en pie con otra energía, aunque no tenga relación con la electricidad. Es el caso del que se conoció como Subusina Montevideo, en el barrio de Recoleta. Levantado en la calle Montevideo 919, fue construido en 1915 y desactivado en 1990. Sin embargo, en agosto de 1999 comenzó a ser remodelado respetando también sus líneas originales. Ahí, en esos cuatro pisos y su torre, se instaló el Museo del Holocausto que en Buenos Aires está destinado a mantener viva la memoria de lo que fue el genocidio del pueblo judío. Lo inauguraron el 25 de septiembre de 2000. Pero esa es otra historia.



Fuente: clarin.com

NOSTALGIA DEL BARRIO QUE HA CAMBIADO

Hoy abre una exposición de Aldo Sessa sobre La Boca

El fotógrafo registró la vida del barrio durante 50 años. En ese tiempo, son otros los edificios y los personajes



Fuente: clarin.com

CIEN AÑOS DE BIOY CASARES,
EXQUISITO MEMORIALISTA DE NUESTRA LITERATURA

Nació el 15 de septiembre de 1914
 
Fue Premio Cervantes, autor de ficciones fundamentales y dejó el legado de los diarios de su amistad con Borges.
Coincidencias del almanaque le tocaron a ABC. Contemporáneo de su gran amigo Jorge Luis Borges, maestro mayor de obras de la literatura argentina, su vida transcurrió al calor, y bajo la sombra, de esa figura enorme a pesar de haber creado él mismo una narrativa contundente con títulos imprescindibles – La invención de Morel, El sueño de los héroes y Dormir al sol. Y el centenario de su nacimiento continúa inmediatamente al de otra figura emblemática de las letras nacionales, Julio Cortázar, homenajeado hasta el vértigo.
Sin embargo, en la biografía de Adolfo Bioy Casares, nacido el 15 de setiembre de 1914 en la alcurnia de una familia de estancieros, y muerto el 8 de marzo de 1999, tan luego en el Día Internacional de la Mujer, con 84 años, al cabo de una vida dedicada con énfasis desmesurado a la literatura, se amontonan más datos de los que puedan acomodarse en una enciclopedia convencional. En desorden de aparición: en 1990 le otorgaron el Cervantes, máximo premio de las letras hispanoamericanas; tuvo dos seudónimos compartidos con Borges – H. Bustos Domecq, el más famoso– bajo el que sellaron algunos magistrales cuentos policiales. De hecho, en la imagen de esta página resuena la película Invasión, dirigida por Hugo Santiago y cuyo guión escribió con Borges.
Fue un artesano del género fantástico –en su obra cuentística, con títulos como “La trama celeste” y “El lado de la sombra”–, que transitó acompañado de fantasmas, monstruos e invenciones tridimensionales con una precisión narrativa cincelada hasta la perfección; en 1940 se casó con la hermana de la enfática Victoria Ocampo, Silvina, con quien mantuvo un matrimonio a toda prueba que no desbarrancó por las persistentes infidelidades de Bioy: los unía un amor más allá de las convenciones; tuvo una hija, Marta, que murió quince días después de Silvina en un accidente de tránsito en la avenida Las Heras, y un hijo, Fabián, al que reconoció cuando ya era un adulto. Justo él, que en sus Memorias publicadas en 1994 dijo ser “el último Bioy”, sembró las ramas de un árbol genealógico que desató grandes litigios judiciales.
No es la única zancadilla que le hizo el destino. En 2006 se publicó su Borges, esa obra monumental que reúne en 1600 páginas parte de sus diarios inéditos curados por el estudioso Daniel Martino. Ese volumen reveló a Bioy como un memorialista excepcional, más allá de las adhesiones y debates que surgieron a partir de la aparición del libro. No sólo es la cartografía de una amistad, con el diálogo que comenzó en 1931 en la casa de Victoria Ocampo y se prolongó por décadas, sino también un mapa de lecturas, autores, personajes y hechos que atravesaron las inquietudes y obsesiones de Borges y Bioy con una alta dosis de ironía, mordacidad y franqueza políticamente incorrectas. Esa proximidad confesional entre ambos se resume en una frase que encabeza muchas de las entradas en sus diarios y que ya ingresó en la mitología de la literatura argentina del siglo XX: “ Come en casa Borges ”, en verdad tomada de las Conversaciones con Goethe, de J.P. Eckermann.
Sería injusto e imprudente limitar el legado literario de Bioy a la estela de las olas arrebatadas que provocaron sus diarios (aunque aún hay miles de páginas inéditas). Sus Obras Completas comenzaron a reunirse a partir de 2012 en tres tomos, que publicó Emecé. Por estos días se están relanzando sus títulos en ediciones de bolsillo. El centenario también traerá la novedad de la exposición “El lado de la luz, Bioy fotógrafo”, que se inaugurará el 28 de setiembre en el Centro Cultural San Martín, donde los visitantes podrán aproximarse a esa faceta desconocida de Bioy, la de fotógrafo, con imágenes desconocidas y reveladoras tomadas por el escritor a su familia y a la crema cultural de Buenos Aires entre 1958 y 1971, las cuales serán reunidas en un catálogo. Los lectores podrán asomarse a parte de ese material y a fragmentos inéditos de sus cuadernos de fotógrafo, en los que reflexiona sobre este arte que lo apasionaba, en la edición especial que la Revista Ñ publica mañana.
Muchas de esas fotografías fueron tomadas en su departamento de Posadas 1650, en el barrio de Recoleta. Ese piso fue testigo de un desfile incesante de personalidades relevantes de la vida cultural argentina y hogar de Los que aman, odian (título de la novela que Bioy escribió junto con su esposa, Silvina).
Quizás para eso sirvan también los centenarios: para recuperar del olvido las imágenes, dichos y textos de un argentino exquisito, dandy seductor y narrador universal.

Últimos años en Recoleta: Bioy según su nieto Florencio

 
El autor de “La invención de Morel”, novelista, abuelo y casanova

Siempre cerca de La Biela. Adolfo Bioy Casares, de paseo con Florencio.
Siempre cerca de La Biela. Adolfo Bioy Casares, de paseo con Florencio.
Alejandra Rodríguez Ballester

Casado con Silvina Ocampo, amigo y colaborador de Borges, obsesivo y puntilloso escritor de diarios, en esa intimidad en la que día por medio Borges estaba a la mesa –“come en casa Borges”, según dice en su libro–, Adolfo Bioy Casares escribió un capítulo crucial de la literatura argentina. En 1954, luego de un paréntesis del 10 de julio al 24 de noviembre en el que se consigna: “Bioy Casares en Europa” , se puede leer, el 30 de noviembre: “Borges mira dormir a mi hija Marta (de cuatro meses y medio) y comenta: ‘Su actividad mental será superior a la de Oliverio Girondo, a la de Aristóteles’” . Borges era el padrino de Marta, cuyo nacimiento coincide con ese paréntesis en el Borges. Su madre biológica, María Teresa, amante de ABC, había viajado a Nueva York para tener a la niña, que luego sería adoptada en Francia por Silvina. De esa intimidad habla hoy con Clarín Florencio Basavilbaso Bioy, el nieto mayor de los escritores, quien se quedó con su abuelo tras las muertes de Silvina, a fines de 1993, y de su hija Marta, veinte días después, víctima de un accidente. Florencio cuenta cómo fue la vida con Bioy y Silvina y el tembladeral de intereses que se desató luego de la muerte de su abuelo.
“Vivimos juntos desde el 94 hasta el 99. Él era como un padre para mí. Papá se había separado muy joven de mamá. Teníamos una relación de hombre a hombre; para él, yo era como su sucesión. Como le gustaba tanto el campo me contaba las historias que había vivido desde chico. Jamás me retó, era muy difícil sacarlo de sus casillas”. Cercanía, afecto y complicidad por parte de Bioy es lo que recuerda el nieto de su etapa adolescente. “Él me apañaba y me cubría en todo, me enseñaba y explicaba. Cuando le dieron el Cervantes, le saqué el auto sin permiso y se lo llevó la Policía. Tenía tanta vergüenza que lo evitaba. Pero justo él se cayó, lo operaron y fui a visitarlo al sanatorio. Cuando me vio se mató de risa, me dijo ‘papanatas’, y me contó que él también le había robado el auto a su madre para ir al teatro a ver a las coristas. Estaba enamorado de una y apareció en el teatro con un ramo de flores. Ella lo sacó carpiendo y él quedó bastante dolido.” A los 16 años, Florencio se enteró de que Silvina no era su abuela biológica. “Eso me mató; fue la persona más importante en mi vida. Se la pasaba dibujándonos en retratos, enseñándonos piano, guitarra. Cuando hicieron el libro Árboles de Buenos Aires íbamos con ella y Aldo Sessa al Rosedal, a las plazas de la ciudad, y me explicaba sobre las plantas. Lo hacía con su magia, era como otra realidad, para ella los árboles tenían vida, sentían, pensaban, veía figuras donde nadie más las veía. Ella me inculcó el amor por la naturaleza y por las artes.” De la relación entre Silvina y Bioy dice que se veía “admiración y mucho amor”: “Se consultaban todo. Ella me dijo que cuando él hacía sus macanas, le recriminaba pero le decía: ‘yo sé que al final siempre volvés a mí porque soy la única a la que querés’. Ella sufría mucho por eso pero se autoconvencía de que por ese amor que había entre los dos nada los podía separar”.
Marta Bioy también supo de grande, cuenta Florencio, que Silvina no era su madre biológica sino esa señora algo altiva a quien llamaba “madrina”. “Tenían una relación muy tirante. Chocaban mucho con mi mamá, pasaban meses, años de no hablarse. Yo creo que ella sentía un abandono, para ella su madre era Silvina”. , María Teresa se casó pero no tuvo otros hijos. Y no dejó de reaparecer, tras la muerte de Marta y de Bioy. “Ella quería hacer creer que mi abuelo había estado enamorado sólo de ella. Lo que no hizo con su hija lo quiso hacer con nosotros. Creó conflictos. Prefiero no tener relación con ella si mi mamá no la tuvo. Los lugares uno se los gana en la vida”.
U n año antes de morir, Adolfo Bioy Casares reconoció a Fabián, el hijo que había tenido con otra de sus amantes, Josefina Demaría, y que llevó el apellido Ayerza durante casi toda su vida. Florencio dice que ni su abuelo ni su madre le habían hablado de Fabián, que lo supo por los abogados. Lo vio por primera vez seis meses antes de la muerte de Bioy. “Mi abuelo estaba internado, en el Otamendi. Estuve toda la tarde con él y de repente me dijo: ‘Ahora va a venir Fabián’, como preguntándome: ‘¿te querés quedar o te querés ir?’ Y le dije: ‘Buenísmo, dale, así lo conozco!’. Sonrió, lagrimeó, me agarró la mano y me dijo, ‘qué bueno’”.
De la relación con ese tío que surgió de repente, Florencio dice que fue “diplomática, buena,”. Fabián, quien murió en 2006, inició un juicio de colación por la división del campo que Bioy había donado a Marta en vida.
Tras la muerte de Silvina y Marta, ta mbién las ex amantes buscaron protagonismo. “Aparecieron la mamá de Fabián, María Teresa y cualquiera que hubiera tenido algo que ver con mi abuelo. Y él tenía el sí fácil”, recuerda el nieto. Los reclamos de Jovita, la empleada; los de la enfermera; la biblioteca, en manos de las dos familias, son otros nudos de esta saga. Pero más allá de ella, nuevos capítulos de la historia de la literatura esperan en los manuscritos todavía inéditos del gran memorialista que fue Bioy Casares, un tesoro que, a juzgar por el Borges, puede ser incalculable.

Fuente:clarin.com

TIZIANO BRILLA
EN UNA EXPOSICIÓN DE 500 AÑOS DE ARTE ITALIANO

En septiembre llega “Meraviglie dalle Marche II”. Se trata de 36 obras de creadores del Renacimiento y el Barroco. Hace dos años, una muestra similar convocó a multitudes.
La estrella. “San Francisco recibe los estigmas”, de Tiziano (Siglo XVI).
Por Bárbara Álvarez Plá

¿Que tienen en común Domenico Tintoretto, Tiziano Vecellio, Lorenzo Lotto, Filippo Bellini y Giovanni Francesco Guerrieri? Exactamente: son los nombres de algunos de los más famosos pintores pertenecientes a los dos grandes movimientos artísticos de la Edad Moderna Europea: el Renacimiento y el Barroco. Pero eso no es todo, aún hay una cosa más que los une, y es que sus obras se podrán ver en Buenos Aires, por primera vez, a partir del 18 de septiembre en la muestra Meraviglie dalle Marche II –Maravillas de (la región italiana de) las Marcas–, que se verá hasta noviembre en el Museo de Arte Decorativo.
Antecedentes no faltan. En 2012, la muestra Meraviglie dalle Marche hizo que se formaran interminables filas a las puertas del museo. En el primer mes, la muestra había recibido más de 30.000 visitantes deseosos de ver las pinturas de Caravaggio, Rafael o Rubens. En esta ocasión quizás no sean tan sonoros y conocidos algunos de los nombres pero, de todos modos, la muestra no tendrá desperdicio.
La exposición llega a la Argentina, como en aquella ocasión, de la mano de Artifex, una empresa dedicada a la promoción de exhibiciones de arte en todo el mundo. Su directora, María Pimentel, cuenta que “se trata de 36 obras que representan más de 500 años de pintura italiana”, y explica que la obra más antigua de la muestra es del siglo XV, y la más actual, del siglo XIX.
La estrella de la exposición será la obra San Francisco recibe los estigmas, pintada por Tiziano Vecellio entre los años 1567 y 1569, aproximadamente. Pero también se podrán ver, entre otras pinturas, obras como San Miguel expulsa a Lucifer, creada por Lorenzo Lotto en 1545; Adoración de los Magos, que Domenico Tintoretto (el hijo del Tintoretto que todos conocemos), realizó en 1587, o Mendiga con niña, hecho por Luca Giordano en el siglo XVIII.
En estas pinturas, la historia y sus avatares dejan ver su huella en el arte: la oscuridad de la Edad Media va dejando paso, de forma progresiva, a la luz de la modernidad. Al mismo tiempo, la reforma protestante avanza desde Alemania amenazando a Europa con edificios desprovisto de imágenes. En reacción a tanta austeridad, el arte católico toma fuerza durante estos siglos y, para muestra, las pinturas que en unas semanas podrán verse en la ciudad: Angelo Caroselli, Francesco Guerrieri, Federico Barocci, y sigue la lista.
“La logística de la muestra fue muy complicada”, explica Pimentel, que cuenta que harán falta tres aviones para transportar las obras a este lado del Océano y que el costo del seguro asciende a 66 millones de dólares, por no hablar de la organización, que implica una inversión de 700 mil dólares.
Cuesta caro sacar de Italia las obras de tamaños artistas, por eso, y según Pimentel, “está fuera de lo común ver acá estas obras”. Y añade, “pero no hay duda de que poder tenerlas acá sitúa a la Argentina a nivel internacional”.

Fuente: Revista Ñ Clarín