Se trata de "La Batalla de Anghiari". Pruebas realizadas recientemente en el Palazzo Vecchio de Florencia parecen respaldar la teoría de que la obra del genial artista estaría detrás de un mural de Vasari.
La pintura de Leonardo da Vinci, que data del siglo XVI, estaría ubicada en el muro oriental del Salón de los Quinientos, en el Palazzo Vecchio de la ciudad de Florencia, debajo del mural "La batalla de Marciano", de Giorgio Vasari.
Esta teoría pareció tomar impulso luego de nuevos pruebas realizadas a fines del año pasado mediante una sonda endoscópica insertada a través de la pared en la que está pintado el mural de Vasari.
La sonda, que tenía una cámara,permitió al equipo de investigadores liderados por el científico Maurizio Seracini ver lo que había detrás del Vasari y recoger muestras para analizarlas.
La investigación fue llevada a cabo por la National Geographic Society y el Centro de Ciencias Interdisciplinarias para Arte, Arquitectura y Arqueología (CISA3) de la Universidad de California en San Diego (UCSD), en cooperación con la ciudad de Florencia. Las investigaciones realizadas en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio culminaron con la colaboración de La Superintendencia de Patrimonio Cultural de Florencia y el Opificio delle Pietre Dure, un centro estatal italiano de restauración artística con sede en Florencia.
Utilizando tecnología endoscópica provista por Olympus and Wolff, los investigadores pudieron mirar detrás del mural de Vasari y obtener muestras para ser analizadas. Los datos obtenidos del análisis químico, si bien no fueron concluyentes, sugieren la posibilidad de que la pintura del genial renacentista italiano, que se suponía se había destruido cuando se remodeló el Salón de los Quinientos a mediados del siglo XVI, podría todavía hallarse detrás del Vasari.
"Los datos son alentadores", manifestó Maurizio Seracini, becario de National Geographic y director fundador del UCSD CISA3. "Aunque todavía estamos en la etapa preliminar de la investigación y queda mucho trabajo por hacer para resolver este misterio, las pruebas sugieren que estamos buscando en el lugar correcto", agregó.
Seracini, ingeniero de profesión y uno de los especialistas más destacados del mundo en el campo del diagnóstico artístico, comenzó su búsqueda del mural hace más de treinta años.
En la década del setenta, notó las palabras "cerca trova" (el que busca encuentra) pintadas en el fresco de Vasari y creyó que era una clave del misterio de la obra perdida de Leonardo. A partir de entonces, Seracini llevó a cabo estudios con láser, térmicos y con radar en el salón y determinó la ubicación más probable del mural de Leonardo.
Cuando le dieron la oportunidad de llevar a cabo una investigación endoscópica a través del mural de Vasari, Seracini identificó catorce áreas a explorar. Luego de consultar a los especialistas del Opificio delle Pietre Dure, se eligieron seis puntos de entrada.
Estos puntos fueron elegidos por los restauradores del Opificio delle Pietre Dure en lugares en donde no hay pintura original de Vasari, que incluyen áreas rajadas o previamente restauradas, para que las perforaciones no dañaran el mural original de Vasari.
Los especialistas del Opificio delle Pietre Dure realizaron las perforaciones para que luego el equipo de Seracini introdujera las sondas con cámara para ver la pared de atrás y extraer muestras. El análisis de las muestras se realizó con instrumentos portátiles en el andamio, en el laboratorio Editeh con sede en Florencia y en Pontlab, un laboratorio privado de análisis de Pontedera.
"Dado que los puntos por los que ingresamos se hallaban en la periferia del área que queríamos explorar originalmente, los resultados obtenidos son muy alentadores", concluyó Seracini.
Fuente: infobae.com
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