El destino de un histórico Bar Notable. La Legislatura
sancionó ayer una ley que declara a la confitería “sitio histórico”.
Así, restringe cambios edilicios al local de la calle Florida. Aunque no
evita que cambie de rubro y desaparezca como café.
Por Daniel Gutman
La Legislatura declaró ayer sitio histórico a la confitería Richmond, de Florida 468, aunque no restringió
la posibilidad de que cierre como café y se convierta en un local con
otra actividad comercial. La ley, que entrará en vigencia cuando sea
promulgada por el Gobierno de la Ciudad, únicamente evita que se hagan
modificaciones totales o parciales al edificio, pero no impide su cambio de rubro.
La
Richmond abrió sus puertas en 1917, fue lugar de encuentro de numerosas
personalidades de la cultura y hoy es uno de los 60 Bares Notables de
la Ciudad.
Sus dueños decidieron cerrarlo definitivamente a fines de mes o a comienzos del que viene y ya vendieron el local
a un grupo inversor, que podría alquilarlo para que se instale un
negocio de la firma de ropa deportiva Nike. El local tiene 650 metros
cuadrados en su planta baja, con una barra de estilo inglés y
revestimientos de roble.
Si bien ayer los diputados discutieron
proyectos para asegurar la continuidad de la confitería, esta
posibilidad fracasó porque no hubo acuerdo en cómo compensar económicamente a sus dueños por la restricción que se le hubiera impuesto a la propiedad.
Esta ley no cambia la situación, porque la propia Nike ya había hecho público que, si instala su negocio, no hará cambios estructurales en el edificio.
La
noticia de la venta trascendió esta semana y la Legislatura decidió
ayer tratar el tema “sobre tablas” (sin estar previsto en el temario del
día). Para que los distintos bloques discutieran el tema, la sesión se
interrumpió en un cuarto intermedio, en el cual diputados macristas
comentaron a este diario que se había llegado a un acuerdo para prohibir
el “cambio de uso” de todos los Bares Notables de la Ciudad, incluida
la Richmond.
Sin embargo, el entendimiento naufragó porque
no hubo acuerdo sobre cómo reparar a los dueños por la restricción al
uso de su propiedad. El PRO propuso entonces tomar dos semanas para
seguir discutiendo. “Queremos preservarlo, pero de manera correcta”,
dijo el oficialista Martín Ocampo.
Fue entonces cuando comenzaron
las chicanas políticas. “Dentro de dos semanas tal vez es tarde. ¿Al PRO
le da igual que vendan zapatillas en un bar histórico de Buenos
Aires?”, preguntó Diana Maffia, de la Coalición Cívica. “La oposición
manipula políticamente el tema. Si nosotros salvamos a la Richmond
ahora, son muchos los comercios históricos de Buenos Aires que están en
situación difícil y van a pedir que los ayudemos de la misma manera”,
respondió desde el PRO Helio Rebot.
Finalmente se acordó declarar a
la Richmond, sitio histórico de la Ciudad, que es aquel “vinculado con
acontecimientos del pasado, de destacado valor histórico, antropológico,
arquitectónico, urbanístico o social”, según lo define el artículo 4°
de la ley porteña 1.227. Además se ordenó colocar en el frente una placa
de mármol que atestigüe la declaración.
El diputado radical Rubén
Campos advirtió entonces lo que diputados de otros bloques reconocieron
en voz baja después de la sesión: que esta declaración no impide que el local cambie de rubro. Incluso Campos recordó que la Richmond ya está desde el año pasado a
salvo de ser modificada ediliciamente, porque la Legislatura amplió el
área de protección histórica (que antes sólo alcanzaba San Telmo y
Monserrat) desde Plaza de Mayo hasta Plaza San Martín, incluyendo la
calle Florida.
Otros diputados señalaron que la apertura del local
de Nike quedará supeditado a la aprobación del ministro de Cultura,
Hernán Lombardi. Pero el artículo 13 de la ley 1.227 exige esa
aprobación cuando para que los sitios históricos puedan ser “enajenados,
transferidos, modificados o destruidos en todo o en parte”. El local de
la Richmond ya fue vendido y la ley no exige aprobación de Cultura para
el cambio de rubro.
Fuente: clarin.com
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