Secreta Buenos Aires
Por Eduardo Parise
Si uno se guía estrictamente por los límites establecidos, las
figuras están en Recoleta, el barrio que, según los que saben, es el que
tiene más estatuas en la Ciudad. Pero si es por definición popular, la
zona es parte del inexistente (para el catastro) Barrio Norte o bien
integra el área del viejo Hospital de Clínicas. Como quiera que sea y se
lo guste llamar, lo concreto es que las seis tallas están allí desde
hace más de sesenta años y muchos nunca las vieron.
El edificio
pertenece a la Universidad de Buenos Aires y alberga a la Facultad de
Odontología. Fue construido en 1946, igual que varios de los que están
en el sector. La entrada principal está en la calle Marcelo Torcuato de
Alvear 2142 y allí es donde están las seis estatuas destinadas a
recordar a personalidades de la ciencia. Pero como no están a ras del
piso, suelen pasar totalmente desapercibidas.
Se cree que las
colocaron en 1950 y, si se las mira de frente y de izquierda derecha,
recuerdan a Galeno de Pérgamo, William Harvey, Wilheim Conrad Röntgen,
Paul Ehrlich, Horacio Wells y Pierre Fauchard, figuras importantes para
la historia, aunque poco conocidas entre los que cada día trajinamos
Buenos Aires.
Y aunque no hay demasiados datos sobre los autores
de esas estatuas, lo que sí abunda es la información sobre quiénes eran
estos personajes y sus obras vinculadas con la ciencia. Veamos: Galeno
de Pérgamo (130/200) fue un médico griego y se lo considera figura
clave. Seguidor de la obra de Hipócrates de Kos, su obra más conocida ( El arte de la curación ) influyó durante siglos en la formación profesional. Su nombre es sinónimo de médico.
William
Harvey (1578/1657), fue un médico inglés conocido por sus estudios
sobre el sistema circulatorio y las propiedades de la sangre en todo el
cuerpo. Se basó en las ideas de René Descartes y del español Miguel
Servet.
Wilhelm Conrad Rötgen (1845/1923) fue un físico alemán
que ganó el premio Nobel de Física en 1901. En 1895, trabajando con
rayos catódicos, descubrió los Rayos X. Nunca quiso que llevaran su
nombre, por cuestiones éticas rechazó patentes y donó el importe de su
premio a la universidad donde trabajaba.
Paul Ehrlich (1854/1915)
fue un importante bacteriólogo alemán quien en 1908 ganó el premio Nobel
de Medicina. Realizó descubrimientos sobre la teoría de la inmunidad y
en el campo de la quimioterapia.
Horacio Wells (1815/1848), fue
un odontólogo estadounidense quien, en 1844, desarrolló el uso del óxido
nitroso como gas anestésico para sacar las piezas dentales. Pero el
fracaso de una prueba en 1845 le generó una gran depresión y dejó la
odontología. Un año después, comenzó una disputa con otros profesionales
por la patente del invento y en 1848 se suicidó.
Pierre Fauchard
(1678/1761) fue un profesional francés a quien se considera el padre de
la odontología moderna. Se formó como cirujano militar y su libro “El
cirujano dentista; tratado sobre los dientes”(1728), se cataloga como el
más importante de la especialidad.
Las estatuas en altura que
recuerdan a estos científicos no son las únicas en Buenos Aires. Sin ir
más lejos, en la Facultad de Medicina (Paraguay 2157) están las de
Hipócrates, Bernard, Pasteur y Paracelso. Pero lo más curioso es el
frente de la actual Facultad de Ciencias Económicas, sobre Córdoba. La
escena representa a los médicos en medio de una intervención quirúrgica,
algo extraño para la actividad que se desarrolla allí. Pero eso ya es
en otro barrio (Balvanera) y esa es otra historia.
Fuente: clarin.com
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