KIRIN Y EL HILO DEL LABERINTO, EN JORGE MARA

Óleo y grafito sobre papel, 2013
Óleo y grafito sobre papel, 2013.

Hasta fin de mes se puede visitar Entrelíneas, la segunda exposición individual del artista bahiense Kirin en la galería Jorge Mara. En obras de mediano y gran formato que semejan laberintos observados desde una altura etérea, pentagramas dislocados o complejos experimentos con el material (grafito sobre tela y sobre papel, aplicado en ambos soportes antes de que seque una capa blanca de óleo), el trabajo de un artista "aforístico", no sólo por la capacidad de síntesis que logran sus imágenes sino también por la trascendencia que involucran, adquiere en el espacio de Paraná 1133 una locuacidad subyugada. En un salto de calidad en absoluto incidental -ya que si algo define la obra de Kirin (seudónimo de Carlos Dell'Agostino) es la perseverancia-, sus nuevos trabajos, elaborados entre 2012 y 2014, interpelan diversos aspectos del acto de mirar: la imagen como enigma, como signo heterogéneo, como hilo de una madeja de significados que avanzan sobre la abstracción.
Convencido de que el pasado pervive en una biblioteca, Mara acompaña una vez más la inauguración de una muestra con la edición de un catálogo de lujo, diseñado por Manuela López Anaya y con unas líneas verbales de Tununa Mercado y Noé Jitrik. A la manera de pocas galerías internacionales, sus publicaciones potencian la calidad del artista homenajeado (puede ser Ana Sacerdote, Horacio Coppola o León Ferrari). Basta comprobarlo con sólo hojear Fragmentos de un diario de Ricardo Piglia, con dibujos de Eduardo Stupía, o los volúmenes dedicados a Fernando Allievi (con poemas de Jorge Guillén) y a Alfredo Hlito, con haikus seleccionados por Arturo Carrera.



Fuente. adn Cultura La Nación

PONERLE COLOR AL SUBTERRÁNEO


Misa del encuentro. Obra de Pedro Figari en el Remate del Sívori. Óleo sobre cartón, 35 x 40 cm. Base $ 150.000

Por María Luján Picabea

Colores plenos, líneas curvas y personajes que regalan sonrisas, flores, golosinas y deseos de buena jornada saludan desde el andén de la estación Uruguay de la línea B del subte, intervenido por el artista plástico Claudio Baldrich. En total, la estación cuenta ya con once murales que ha cambiado notablemente el paisaje. Uno de ellos, de cien metros, viste el pasillo de la conexión entre la avenida Corrientes y Talcahuano. En él, el artista se propuso captar el dinamismo de la zona. “Me senté varios días, durante horas en la calle, y fui capturando instantáneas y personajes: el que pasa en bicicleta, el que está vendiendo sus mercancías, el ciruja que duerme junto a la estación; gente tomando café, gente comiendo pizza, familias que pasean de la mano, gente leyendo, un joven que pasa en rollers, los trapitos...”, cuenta Baldrich y precisa que en el mural hay un total de 125 personajes. De ese modo, las paredes del extenso corredor funcionan casi como un espejo, porque, como bien resume el artista “todo el que pasa por ahí puede encontrarse en alguno de los personajes”.
Claro que un espejo mágico que combate la grisura de ese espacio bajo tierra que para buena parte de los usuarios hace parte de la pesada rutina de ir y volver del trabajo.
La intervención artística de Baldrich forma parte de una plan de ambientación de las estaciones que comenzó con el Bosque Subterráneo de Federico Bacher en la Estación Dorrego; las arborescencias de Ignacio De Lucca la estación Alem; y las paletas de colores en las columnas de varias otras estaciones que viene realizando el Colectivo Dadá.

Museo Sívori
Remate anual 

El jueves pasado inauguró en el Museo Sívori (Av. Infanta Isabel 555) la colección de un centenar de piezas de arte argentino que saldrá a remate el miércoles 27 a las 19. Pinturas, esculturas, fotografías, dibujos y collages de grandes como Antonio Berni, León Ferrari, Benito Quinquela Martín, Alicia Penalba, Ennio Iommi, Emilio Pettoruti, Lino E. Spilimbergo, Raúl Lozza, y destacados contemporáneos: Guillermo Roux, Adolfo Nigro, Marta Minujín, Zulema Maza, Andrea Juan, Graciela Zar y Blas Castagna, entre otros.
Hay obras sin base, otras que parten en 3.000 pesos –una serigrafía de Quinquela Martin– y otras, las más altas, de hasta 350.000 pesos –un astroser de Forner del 61–. Con una base de 150.000 sale un Figari, en tanto que para el retrato de Berni Amelita Baltar se ha fijado un mínimo de 120.000. El catálogo completo en www.amigosmuseosivori.com.ar.


Fuente: Revista Ñ Clarín

VERSIONES DEL PROPIO CUERPO

Filiaciones. Emilio Renart, Miguel Harte, Dolores Furtado y una pregunta sobre la identidad.
Miguel Harte. Sin título. 2012. Resina poliéster con fibra de vidrio, masilla, pintura bicapa. 233 x 110 x 110 cm.
Por M. S. Dansey

Es posible que al visitante se le revuelvan las tripas. Porque esto no tiene nombre. Pero la cosa no va a quedar ahí. El cuerpo, que siempre tiende al desbande, también busca su equilibrio.
Estamos ante tres artistas que representan el cuerpo, el cuerpo humano como elemento y como metáfora de la existencia. No el cuerpo del otro, el que se modela desde la mirada, sino el cuerpo propio, su percepción interior, el que sentimos con los ojos cerrados. El énfasis está puesto en lo visceral, pero insisto, no esperen los músculos desgarrados como los de –ya que hablamos de filiaciones– Carlos Distéfano, Norberto Gómez o Alberto Heredia; ni la turgencia de las ramonas de Antonio Berni ni la fibra de los chongos de Pablo Suárez. Este es un cuerpo primigenio, digamos pre-verbal. Es la pulsión de la carne, la del embrión, la del cáncer, que al fin de cuentas terminará constituyendo algún tipo de conciencia, el intelecto que por cierto es cada vez más determinante en la construcción biológica de la humanidad. Pero no nos vayamos tan lejos.
La obra de Renart opera en el campo teórico, lo suyo es un manifiesto que avanza sin frenos a través de los límites disciplinarios. “El Bio-cosmos Nº1”, de 1962, surge como un dibujo –acaso un pubis, el origen del mundo– que deviene pintura y desde el plano matérico salta al espacio, apoya sus garras en la sala, otea el panorama y va por más. Su irrupción es fundamental en la historia del arte argentino. El artista se pregunta hasta dónde puede llegar una obra de arte y su criatura discurre autónoma, a la deriva, y llega a la teoría sin devaneos ni especulación. Desde la experiencia pura.
Como las de Renart, las piezas de Harte están a mitad de camino entre la pintura y la escultura. Esculturas de pared, pinturas que se elevan desde el piso; lo suyo claramente es el volumen, la representación de un cuerpo degenerado que alcanza momentos de goce maravilloso y, de horror absoluto. Acaso hay algo más tenebroso que el ano, la boca de esa serpiente abisal que es el tracto digestivo. Les advertimos que esto podía ser repugnante. Y lo es. Harte nos enfrenta al vértigo de un cuerpo exuberante, sin control ni censura. Alude a lo material, no tanto por la materia en sí misma –esto es resina poliéster con fibra de vidrio y masilla camuflada con pintura bicapa– sino en todo caso por el fluir, la transformación de la materia. Por eso la representación en Harte, que es clara, es también relativa cuando la resina, tan presta a la mímesis policromada, se muestra como es, traslúcida y divina. También están los insectos, reales, la menos animal de las encarnaciones animales, que se expresan en su corporeidad y al mismo tiempo cumplen con su rol interpretativo en una ficción que los confunde con perlas y con hadas.
Harte no renuncia a la narración, ese estigma de la obra contemporánea. Aún cuando el curador Gustavo Marrone haya elegido sus piezas más abstractas, en el recorte todavía se ven los resabios de esa obra temprana que alude al pop, al cómic, la ciencia ficción y –por qué no– al surrealismo. Sí, una catarata de referencias, quizás demasiadas. En eso Harte, como Renart, es escurridizo y exuberante.
Furtado es la más sosegada de los tres, pero no menos intensa. Sus esculturas, que conservan el placer pictórico del color y la luminosidad, no llegan a definir una forma, son apenas insinuaciones. La misma pulsión errática de sus antecesores pero en un tiempo más calmo. Definitivamente abstractas, sus protoformas permiten que el material asuma vida propia. La materia como entidad, negada a toda interpretación, a toda palabra. Pero bueno, el material habla por sí solo, es inevitable. Las piezas cuentan su origen constructivo, su transcurrir por el mundo, su historia. Están cachadas, quebradas, tienen las huellas de las manos que las moldearon. Las piezas de Furtado siguen inconclusas y nunca habrán finalizado. Seguramente de esta sala se llevaran sus rasguñones y seguirán siendo ellas. Y por supuesto, otras.
Es por esta actitud esquiva, de transformación constante, que el trabajo de Marrone se vuelve relevante. Hay una descendencia natural que como sucede en estos casos fue buscada. Harte reconoce a Renart como una de sus influencias. Furtado concurrió al taller de Harte. Sin embargo, la producción de los tres artistas exige una serie de lecturas e interpretaciones amplia y variada. Aquí no hay prueba de ADN que valga. Muchas veces por capricho uno quiere ponerle un nombre, producir una filiación, trazar la línea histórica. No se soporta el silencio. Nombrar es la urgencia humana. Y Marrone lo hace con tacto, sin violentar la polisemia que estos cuerpos proclaman.
La filiación se ejerce entonces desde un doble comando que alterna entre la gratitud y la independencia. Uno mata al padre al mismo tiempo que lo hereda. Es el ejemplo de Renart cuando adscribe al informalismo, es decir rompe con lo anterior y se libra al devenir de las cosas pero termina proponiendo un arte integral que es la conclusión de todo. Si les preguntan quién sos, Renart, Harte, Furtado no dicen, responden con el cuerpo.

FICHA
Emilio Renart, Dolores Furtado, Miguel Harte

Una persistente forma de estar en el mundo

Lugar: Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes, Rufino de Elizalde 2831
Fecha: hasta el 25 de agosto
Horario: martes a sábados, 15 a 20

Fuente: Revista Ñ Clarín

DE DAGUERRE AL MONO

La cámara más antigua del mundo, la “Daguerréotype Giroux”, de 1839.



Por Eduardo Villar

El caso se convirtió en noticia hace semanas: un mono le arrebató la cámara al fotógrafo David Slater y se hizo una selfie, que se reprodujo ad náuseam en todo el mundo no tanto por el hecho mismo, que sucedió hace ya tres años, sino por la disputa –difundida ahora– acerca de los derechos de autor de la imagen, que reclama Slater.
No teman, estas líneas no son otra insufrible opinión sobre ese asunto de los derechos. Sólo señalan una coincidencia. Hace 175 años, el 19 de agosto de 1839, la Academia de Ciencias de París presentaba al mundo lo que se consideró entonces –y después se siguió considerando más o menos unánimemente– un invento de Louis Daguerre: la fotografía. Más precisamente, el daguerrotipo, su antecedente inmediato.
La coincidencia se vuelve más significativa si se recuerda qué ocurrió entonces con los derechos de ese invento maravilloso que cambiaría el mundo o, por lo menos, las imágenes del mundo, que no es lo mismo pero es igual. Meses antes, en enero, el Estado francés había comprado los derechos a Daguerre, poniéndolos a disposición de todos para su uso gratuito.
Un regalo para la humanidad. Y –lo sabemos ahora– para los monos. Daguerre recibió por el invento una pensión vitalicia de 6.000 francos. Y el hijo del fallecido Joseph Niépce, que había hecho sus aportes al descubrimiento pero habían quedado bastante velados por esas cuestiones de la vanidad humana, otra pensión de 4.000 francos.
Casi dos siglos después, la descripción de un “espejo con memoria”, que se hizo entonces del increíble invento, sigue siendo insuperable.
Se logró la posibilidad de hacer infinitas copias en positivo a partir de un negativo; se inventó una forma de fijar las imágenes para que no se desvanecieran con el paso del tiempo; se pasó de la placa de vidrio a la película fotográfica y, del blanco y negro, al color; se inventó la Polaroid y, con ella, la fotografía instantánea; se desarrolló la fotografía digital, que produjo el cambio más dramático. Hoy todos tenemos una cámara o un celular a mano para tomar una foto en cualquier momento. Todos somos fotógrafos. Hasta los monos. Se producen cada día millones de imágenes que se envían instantáneamente al resto del mundo.
Pero ninguno de los avances y transformaciones técnicas ocurridos en estos 175 años ha cambiado lo que aún fascina de la fotografía: su capacidad de fijar una imagen para siempre.

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL "OTRO" COLÓN,
ABANDONADO Y VANDALIZADO EN COSTANERA SUR

Monumentos.

Es un un conjunto escultórico donado por la Nación a la comunidad española. Tiene hace más de un año varias de sus figuras mutiladas.
EL OTRO COLÓN. El Monumento a España, inaugurado en 1936, se halla en la Costanera Sur. (Cecilia Profetico)
EL OTRO COLÓN. El Monumento a España, inaugurado en 1936, se halla en la Costanera Sur. (Cecilia Profetico)

EL OTRO COLÓN. El Monumento a España, inaugurado en 1936, se halla en la Costanera Sur. (Cecilia Profetico)
Cuando aún los gobiernos nacional y porteño se peleaban por el traslado del Monumento a Colón que estaba de pie detrás de la Casa Rosada, el secretario General de la Presidencia Oscar Parrilli le enrostró a Macri el deterioro y abandono del "otro" monumento a Colón.
Técnicamente se llama "Monumento a la España Civilizadora y Eterna"inaugurado en 1936, se halla en la Costanera Sur , fue realizado como un homenaje que la Nación Argentina le brindó a España, como símbolo de la unión de los dos pueblos.
Es un conjunto escultórico, realizado por el argentino Arturo Dresco, cuya base es un gran basamento de granito rojo. En la cara que mira hacia el noroeste: Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Domingo Martínez de Irala, Jerónimo Luis Cabrera, Sebastián Elcano y, sentado, el Obispo Centenera, hoy sin cabeza. Y en el centro, abajo estaba Cristóbal Colón arrodillado frente a Isabel la Católica. Estaba porque su figura fue robada y nunca repuesta.
El conjunto escultórico está vandalizado y en estado de abandono y quedó relegado casi en un rincón de la Ciudad: el más extremo de la Costanera Sur, frente a la ex Ciudad Deportiva de Boca, muy cerca del ingreso al asentamiento "Rodrigo Bueno".
El conjunto escultórico Monumento a España es obra del artista plástico argentino Arturo Dresco (1875-1961). Talló 31 figuras humanas que representan el espíritu conquistador del pueblo español en otros tiempos: "A España fecunda, civilizadora eterna", dice una frase en el centro. Pero la mayoría de las tallas han perdido ya su fisonomía original.
En 1992, el entonces presidente Carlos Menem había prometido mudarlo a la 9 de Julio y Avenida de Mayo. Pero el Monumento a España sigue olvidado, en el extremo Sur de la Ciudad.
De aquella denuncia de Parrilli (la hizo en el propio monumento y utilizó una nota de Clarín que ilustraba el abandono y deterioro) pasó más de un año. En el medio, Ciudad y Nación se pudieron de acuerdo, al Colón de la Rosada lo bajaron de su pedestal y espera su traslado a Costanera Norte.
El "otro" monumento a Colón sigue tal cual. Abandonado, vandalizado, deteriorado y lejos de las miradas de quienes deben preservarlo. Y lo peor, en este caso parece que nadie da pelea.


Fuente: clarin.com

LA SELFIE DEL MONO:
SE DEFINIÓ QUIÉN ES EL DUEÑO DE LA FOTO MÁS FAMOSA

¿Fin de la polémica? La Oficina de Copyright de Estados Unidos estableció que una foto tomada por un mono no está sujeta a copyright
El mono crestado negro se tomó una autofoto y disparó una disputa legal  Foto: Archivo
El mono crestado negro se tomó una autofoto y disparó una disputa legal. Foto: Archivo

La Oficina de Copyright de Estados Unidos publicó esta semana un borrador del Compendio de prácticas de copyright en el que establece que los trabajos "creados por la naturaleza, animales o plantas" o "supuestamente creados por seres sobrenaturales o divinos" no pueden estar sujetos a copyright. Es decir, son de dominio público.
La Oficina de Copyright estadounidense da una lista de ejemplos de creaciones que quedan exentas de copyright y entre esos ejemplos menciona "una foto tomada por un mono" o "un dibujo hecho por un elefante".
El documento, de 1212 páginas, crea un precedente y zanja -en Estados Unidos- el debate que se había abierto sobre la propiedad de la famosa autofoto del macaco negro crestado que dio la vuelta al mundo porque.
Qué pasó. Cuando el fotógrafo británico David Slater viajó a Indonesia en 2011 para convivir con macacos negros crestados y tomar imágenes, jamás pensó en volverse famoso tres años después por los derechos de autor de una de esas fotografías.
Durante aquel viaje, uno de los monos le robó la cámara y empezó a tomarse fotos, entre ellas dos autofotos o selfies, que se hicieron famosas y fueron publicadas en muchos medios de comunicación del mundo, incluso en el sitio de Wikimedia -organización sin fines de lucro responsable de la enciclopedia Wikipedia- que cuenta con una colección de más de 22 millones de imágenes, sonidos y videos de descarga libre y gratuita para sus miembros.
Una de las imágenes de Slater, que muestra al mono sonriente, fue colocada en la entrada de Wikipedia para ilustrar al macaco negro crestado (macaca nigra).
Durante dos años, Slater hizo reiterados pedidos a Wikimedia para que la organización quitara la imagen. ¿Su posición? Violan sus derechos de autor.
Wikimedia rechazó el pedido y declaró en su primer informe de transparencia que la imagen no pertenecía a nadie. Ahora, la Oficina de Copyright de Estados Unidos les da la razón.
Mientras tanto, la foto del mono y la pelea copyright vs. copyleft siguen dando la vuelta al mundo.
 



Fuente: lanacion.com

FINALMENTE, ÁSTOR PIAZZOLLA TENDRÁ SU MONUMENTO

Cultura
El año que viene lo emplazarán en Diagonal Norte, entre Cerrito y Libertad
El escultor Carlos Martínez y la maqueta de su obra  Foto: LA NACION / E. Lasalvia
El escultor Carlos Martínez y la maqueta de su obra. Foto: LA NACIÓN / E. Lasalvia


Por Ángeles Castro / LA NACIÓN

Doce años después de que una ley obligara a emplazarlo en Avenida del Libertador y Callao, dentro del parque Thays, finalmente el monumento homenaje al músico Ástor Piazzolla verá la luz en 2015. Pero lo hará en otro escenario: la cuadra de la peatonal Diagonal Norte, entre Cerrito y Libertad.
Así lo confirmaron fuentes del Ministerio de Cultura porteño y del despacho de la diputada oficialista Lía Rueda, que en los próximos días presentará un proyecto para modificar el artículo de la mencionada norma (ley N° 1132) que designa el sitio elegido para instalarlo.
Según los voceros, la reforma será aprobada antes de fines de año y cerraría una historia de demoras y desidia que impidieron durante más de una década que la ciudad rindiera un justo tributo al gran compositor y bandoneonista.
Precisamente, el monumento homenaje simboliza la silueta de un bandoneón en una serie de doce cuadros desplazados a lo largo de una curva. Será construido en acero inoxidable, con un peso aproximado de 200 kilos, y se montará sobre dos bases rectangulares. Fue ideado por el artista plástico Carlos Martínez, quien en 2009, hace ya cinco años, ganó el concurso convocado por una comisión ad hoc que integraron representantes del gobierno de la ciudad y de la Fundación Ástor Piazzolla.
Ya habían pasado para entonces seis años desde que, en 2003, la ley 1132 había establecido emplazar el monumento en el espacio verde situado en Libertador y Callao, con una leyenda que recordara la letra de "Balada para un loco" (Piazzolla-Horacio Ferrer), cuando dice: "Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao, no ves que va la luna rodando por Callao; que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!"
Pero, luego de la convocatoria al concurso y la selección de la propuesta ganadora, se advirtió que, en el lugar escogido para colocar el homenaje ya había -y hay- un monumento dedicado al jefe de policía coronel Ramón L. Falcón.
Esa estatua fue dispuesta allí por la ley nacional 8928, de 1912; pero posteriormente, por la ley nacional 18.110, de 1969, se autorizó a la Policía Federal a trasladar el monumento al Departamento Central de Policía. La mudanza, como es evidente, jamás se concretó.
En mayo de 2011, una resolución emitida por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad insistió ante el Ministerio de Cultura porteño en que agilizara la confección del homenaje a Piazzolla y ante el Ministerio de Espacio Público en que arbitrara los medios necesarios para efectivizar el desplazamiento del monumento a Falcón. A la vez, puso en conocimiento de las actuaciones administrativas a la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré.
Las gestiones no avanzaron. Por último, explicaron fuentes del Ministerio de Cultura, para poder cumplir con el merecido homenaje al maestro se decidió buscar un nuevo sitio de emplazamiento. Entre los muchos evaluados, la balanza se inclinó por la cuadra de Diagonal Norte tendida entre Cerrito y Libertad, bautizada informalmente como pasaje Ástor Piazzolla.
Carlos Martínez, el artista plástico ganador del concurso, confirmó a LA NACION que ya reformuló el proyecto del monumento para adecuarlo al que será, si prosperan las iniciativas, su morada definitiva, en el microcentro. La pieza tendrá una altura de alrededor de cuatro metros y su confección demandará, estimó, unos 90 días.
El último costo estimado por el escultor fue, el año pasado, de un millón de pesos. Deberá actualizarse y, probablemente, se le asignará una partida en el presupuesto oficial para 2015.
El nieto del compositor, Daniel "Pipi" Piazzolla, baterista del grupo Escalandrum, celebró los avances: "No me preocupa que se hayan demorado 12 años en instalar la estatua; lo importante es que finalmente se concrete".

Marplatense, innovador y revolucionario


Ástor Piazzolla
Músico y compositor.

Este comentario aparecido en el diario La Nación, de Buenos Aires, expresa cabalmente nuestro parecer sobre este particular.



El homenaje a Astor Piazzolla, está, por supuesto más que justificado.
Eso es indiscutible, no está en tela de juicio.
Lo que es un disparate, un contrasentido total desde el punto de vista plástico, visual, escultórico y como entorpecimiento de la libre circulación de las personas, es el lugar elegido para instalar el monumento al gran Piazzolla, ya que, en esa corta cuadra de la Diagonal Norte, ya están emplazadas la Fuente Diagonal I, en la Diagonal Norte y Libertad, y la Fuente Diagonal II, en la Diagonal Norte y Cerrito, de dudosa estética, cuya autora es la mediática artista plástica Marta Minujín.
Por no saber emplazar monumentos y fuentes, están obstruyendo física y visualmente la Diagonal Norte, que fuera hecha peatonal hace un tiempo.
Y el monumento a Piazzolla quedará visualmente menoscabado por las dos fuentes de Minujín, lo que le hará perder peso como el homenaje que pretende ser.
Esa cuadra de la Diagonal Norte va a parecer un catálogo de venta de ornamentos para jardín.
La compulsión de los supuestos especialistas por llenar cuanto espacio vacío encuentran al emplazar monumentos, sin ponderar debidamente cómo interactúa la obra escultórica con el espacio que la rodea, inevitablemente remite al "horror vacui" - horror al vacío - de los pobladores del  Antiguo Egipto, que en ellos estaba justificado por el temor que les daba la infinitud del desierto, pero no en nuestra Ciudad, ubicada en la pampa húmeda actual.
En definitiva, están pejando lo que estaba despejado.
Lógicamente, si no se recurre a los especialistas y privan razones intelectuales, afectivas o políticas al momento de emplazar monumentos, los resultados serán pobres, ineficaces y más bien se harán notar por lo inapropiados.
Es recomendable dejar espacios libres.
Cómo en la música, en lo visual, el silencio valoriza a la nota.
Conviene a esta altura recordar el célebre dicho: "Zapatero, a tus zapatos".

Por otro lado, debería considerarse la fuerte presencia - por cierto muy próxima - del Obelisco, monumento que, como ocurre con la Torre Eiffel con París, con el Big Ben con Londres o con la Estatua de la Libertad con Nueva York, identifica a Buenos Aires y se la asocia con él.
Conviene permitir que, donde está, el Obelisco siga siendo el centro de todo. Los esfuerzos visuales deberían conducir a reforzarlo como protagonista escénico absoluto, no llenándolo de obras escultóricas u ornamentales que pueblen o saturen los espacios que lo rodean y distraigan la atención del observador. En eso, también, aunque el principio no siempre se cumple, como decía el brillante arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies van der Rohe (Alemania, 1886 – E.E.U.U.,1969), "Menos es más".
Llenar espacios públicos o privados con elementos al tun tun, lo puede hacer cualquiera. Pero, para hacerlo adecuadamente y con eficacia, hace falta tener un determinado "know how", conocer ciertas reglas básicas que rigen lo visual y que siempre, inevitablemente se cumplen.

Appoint

Fuente: lanacion.com

Marta Minujín - Fuente Diagonal I. Diagonal Norte y Libertad.

Marta Minujín - Fuente Diagonal II. Diagonal Norte y Cerrito.