BANKSY SIEMPRE LLAMAQ LA ATENCIÓN


NUEVA YORK - El artista urbano Banksy, que causó revuelo y polémicas durante su reciente paso por Manhattan, la semana pasada, subastó ayer un cuadro de un idílico paisaje al que intervino incorporando el dibujo de un oficial nazi sentado en un banco, con el fin de recaudar fondos para un proyecto neoyorquino contra el sida. Banksy, un artista cuya verdadera identidad no se conoce, pero que es célebre por sus grafitis, adquirió el cuadro en una tienda de segunda mano y luego pintó al oficial nazi de espaldas, con brazalete con cruz gamada incluida, informó la agencia de noticias DPA. Tras la intervención, lo devolvió a la tienda, con su firma debajo de la del pintor original del lienzo, según el diario New York Daily News. El cuadro, titulado La banalidad de la banalidad del mal, alcanzó un precio de 310.400 dólares.

Fuente: lanacion.com

LA FELICIDAD DE PINTAR

Una secreta influencia de Carlos Alonso reconoce Stupía en su obra, más que en las formas, en su manera de entender qué es un artista.


En la entrevista realizada por Marina Oybin, Carlos Alonso destacaba haber pasado épocas en las que su obra estuvo “cargada de conflicto social”.
Aún valorándolas, el artista subrayaba encontrarse en otra etapa. “Siento que estoy pintando como cuando empecé: con naturalidad, frescura y sin pretender agregarle nada a la pintura”. Publicada el 6|8|2011


Por Eduardo Stupía
Artista Plástico

Cuando ingresé a Bellas Artes en el año 1969, era fan absoluto de Carlos Alonso. Junto a Dalí, Miró y Picasso significaba para mí, en esa época, el prototipo del genio, del artista genial. Después, poco a poco, mis ideas, devociones y adhesiones cambiaron –no sé si para bien–y ahora Alonso no está entre el grupo, tan heterogéneo como arbitrario, de artistas pintores que más me gustan, y que se me antojan de influencia capital. Pero esto es irrelevante. De alguna manera, mucho de lo que somos proviene de lo que hicieron de nosotros esos años formativos, años que nos dejan una marca indeleble, y Carlos Alonso sigue influyendo –de manera subrepticia, secreta, y no en la forma sino en el criterio, el concepto— no sólo en mi manera de dibujar, sino en mi manera de entender qué es un artista. En este sentido, sigue siendo un referente clave, un modelo en el sentido más ejemplar y menos frívolo de la palabra. Por eso, cada vez que me cruzo con un reportaje a Alonso lo leo con muchísimo interés, y me doy cuenta de que lo hago porque espero encontrar ahí, más que cualquier otra cosa, un punto de vista sobre la pintura, el trabajo pictórico, y el arte en general que, sospecho, proviene de una concepción filosófica hoy en día si no devaluada al menos poco frecuente.
La entrevista de Marina Oybin, tema de tapa de Ñ, confirma línea por línea esa expectativa, además de constituirse en la clara evidencia de que Alonso sigue inquebrantable, más allá de que el retrato fotográfico que ilustra la portada de la revista lo muestre con un dejo de cansancio y tristeza en su reconocible mirada escrutadora. No importa. Ahí nomás, desde el titular, y en una declaración de resistencia en primera persona, el pintor nos advierte: “No me doy por vencido”; una frase nunca retórica en cualquier hombre que, como él, haya superado dando batalla la barrera de los ochenta años, y en Alonso mucho menos.
El reportaje va a revelarnos que es tal cual como uno querría imaginárselo: dueño de un espíritu ardiente y empecinado, de una templanza de carácter que combina la beligerante entereza con una singular impregnación de ternura y sencillez. Gentil y reposadamente, sin el menor atisbo de pontificación ni jactancia, como si hablara consigo mismo, Alonso nos interpela con su amorosa intransigencia experiencial, nos acorrala dulcemente poniéndonos frente a la evidencia de que hay un deber ser más trascendente que la sapiencia técnica y la probidad profesional, una relación ética con el mundo que excede el hecho en última instancia episódico de ser pintor o cualquier otra cosa.
Me doy cuenta de que en Alonso todo eso me importa mucho más que su obra, al margen del impacto que pudo haber tenido ella para mí en aquellos años de la Belgrano, y a la vez advierto la paradoja de que las nítidas atribuciones morales de este hombre de humilde heroicidad y monolítica persistencia provienen menos de los datos biográficos que de antemano sé de él que de aquello que emite justamente su propia obra, de cómo su propia obra habla de él. Y no en el sentido obvio del compromiso temático, de la explicitación ideológica en los contenidos, sino en el de una materia sutil previa a los hechos y episodios, por más irrenunciable y urgente que resulte la imposición de los más graves conflictos en el campo de interés del artista.
Como sucede con Berni, Distéfano, Noé, Suárez, Schvartz, hay en Alonso una verdad esencial, un estadío primal de la conciencia, una convicción previa al lenguaje y ya detectable en el primer balbuceo gráfico del primer dibujo, intacta, perenne y trascendental, ajena a la conformación de cualquier mensaje, relato o manifiesto.
El reportaje también da cuenta de lo coyuntural y mundano. Dueña de un candor que la hace todavía más peligrosamente incisiva, Oybin sabe inducir en Alonso respuestas caudalosas y reveladoras aun en temas poco gratos y hasta violentos, como el episodio del robo brutal que el pintor acababa de sufrir en su casa de Unquillo. Un Alonso que parece naturalmente predispuesto se extiende en la descripción del hecho, en sus efectos colaterales, en las presuntas implicancias políticas del asunto, y hasta en la inevitable asociación de esa irrupción armada con los años de plomo los cuales, como se sabe, han infligido al pintor, como a tantos otros, la cruel llaga indeleble de la tragedia personal. Pero Alonso ya no es aquel que quizás hubiera transformado en una nueva serie de trabajos esa experiencia traumática. Según los rasgos de este virtual retrato de artista que se esboza en la nota, la fuerza irrefrenable que tantas veces lo llevó a denunciar, condenar y también exorcizar el horror, la miserabilidad y la ignominia es ahora una sustancia transfigurada en una suerte de reconciliación universal. “Hacía mucho que no sentía el placer de poder pintar la pintura. Poder despojarme de todos estos mensajes fue una verdadera liberación. Es como renacer de las cenizas”, dice el pintor, como si esbozara la hipótesis sensorial de un nuevo panteísmo: si la pintura puede ser todas las cosas, todas las cosas son pintura.
La fluida conversación se expande y concentra según transite zonas más emocionales o más teóricas. En todos los casos, Alonso es sincero y dócil, no rehúye ninguna pregunta, y frente a las cuestiones más específicas del oficio revela con espontaneidad casi naïf s u credo para el abordaje del objeto. Sin ninguna solemnidad autorreferencial ni acartonamiento académico, y saludablemente libre de la doble mirada cínica que en muchos casos asfixia la potencia transformadora del arte del presente, Alonso se reencuentra frente al lector en esta parte tan singular de su extraordinaria vida, justo cuando parece haberse reencontrado con la felicidad misma de pintar.

Fuente: Revista Ñ Clarín

UNA ARTISTA DE SU SIGLO

Retrospectiva. La figura de Raquel Forner se recorta en las obras y documentos exhibidos en el Muntref.
"El encuentro" de Raquel Forner. 1975, óleo sobre tela, 160 x 200 cm.

Por Marina Oybin

 

Raquel Forner: presagios e invenciones de la modernidad , en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero (Muntref), reúne más de medio centenar de deslumbrantes pinturas, dibujos y grabados en los que Raquel Forner, una de las artistas más destacadas del arte argentino del siglo XX, desata su singular, potente, cosmogonía. Hay también un gabinete con documentación y libros de la biblioteca de la artista que evidencia diversidad de intereses e inquietudes pictóricas. La de Forner fue una mirada atenta tanto a los debates de la historia del arte como a los de su tiempo. Heterodoxa, inquieta, Forner transitó con comodidad por todos los ismos. Pasó por el surrealismo, deconstruyó la figuración con el expresionismo abstracto y el informalismo.
Los caballos huyen espantados, un templo se hunde rodeado de lava, las columnas antiguas se quiebran como ramas, los personajes femeninos, que evocan la pérdida de los sentidos, sufren enlazados por una macabra serpiente. Es “Presagios”, una pintura de 1931 basada en alegorías que Forner hizo cuando viajó a Italia. La posible erupción del volcán Vesubio queda en segundo plano: la imagen desoladora deviene una prefiguración del mundo contemporáneo, donde avanza sin pausa el fascismo.
“Mujeres del mundo” es una obra de la serie España , con eje en la Guerra Civil española. “La figura central es América, inclinada a la tierra con un haz de espigas. América está en paz, pero a ella llega el clamor del mundo”, señaló Forner sobre su obra. Con este lienzo, comenzó un ciclo de obras dramáticas en las que la artista puso el foco en la fragilidad y el dolor humanos. El interés por la guerra civil remite a su propia vida. Su padre era valenciano. Forner llegó a decir: “Comencé a pintar realmente cuando estalló la guerra en España”.
La retrospectiva, que no sigue un orden cronológico, incluye una serie de pinturas y dibujos sobre diálogos realizados en distintos períodos. Son intercambios imposibles. En “La conferencia”, la palabra está obturada por la condición inanimada de los personajes pétreos. “Forner está pensando los diálogos como continuidad de los conflictos humanos”, explica Diana Wechsler, curadora de la muestra.
En la sombría pintura “Amanecer”, de la serie El drama , entre ahorcados, calaveras, serpientes y cuerpos que emergen de la tierra seca, la figura que representa a la Humanidad ocupa el centro de la escena. Protege un manto con imágenes que aluden al trabajo y la familia. Cerca, acechan las figuras de la muerte, el hambre y el dictador. “A la derecha, los prisioneros, las víctimas, con las manos atadas. Detrás, los criminales de guerra caen en el abismo. Un ahorcado en el páramo y, en el fondo, paracaidistas, símbolo de la agresión, que se hunden en un lago tenebroso. Un espectáculo de verdad dantesco a pesar de lo promisorio del título”, señaló el crítico Guillermo Whitelow en su libro Raquel Forner.
"Estudio para el retablo del dolor" de Raquel Forner. 1943, lápiz sobre papel, 45 x 30 cm.
"Estudio para el retablo del dolor" de Raquel Forner. 1943, lápiz sobre papel, 45 x 30 cm.

En ese submundo con guiños a la tradición clásica que la artista despliega con exuberancia, hay enjuiciamientos, ahorcados, serpientes como engendros del mal y calaveras. Entre la destrucción, la mujer es símbolo de salvación. La sangre y la estética del fragmento irrumpen en las atroces escenas de su serie del dolor, ligada a la Segunda Guerra Mundial. “Esta corporeidad que Forner mantendrá a lo largo de sus primeras series confiere a sus personajes cierta majestad estatuaria”, escribió Whitelow.
Desde los años cincuenta, y hasta su muerte, Forner dio un cambio drástico en su producción: empezó a trabajar desde la gestualidad. Disparó sus maravillosas series del espacio: la serie de la Luna, de los Laberintos, de los Terráqueos, de los Mutantes. Buscó nuevos seres que habitaran un universo bello, alejado de la guerra, el desamor y la crisis de Occidente.
En una foto de la muestra se ve a la artista junto a la figura de un astronauta de la NASA. Raquel Forner saltó al vacío: se reinventó como artista. Con procedimientos ligados al surrealismo, creó personajes lúdicos, pura gestualidad y formas orgánicas. Para ella, la epopeya espacial ayudaría a humanizar al hombre que desató la destrucción en la Tierra. En ese mundo de colores fulgurantes, habitado por astroseres, astrominotauros, engendros de la astrofauna y lunas fulgurantes, también hubo sombras.
Prodigiosa capacidad de barajar y dar de nuevo la de Forner. Intensidad para volver a pensar sus propias creaciones. Libre, indómita, inclasificable, se definió a sí misma como “pintor” y se negó a que la llamaran pintora, en una época en que las mujeres de la alta sociedad se dedicaban a las naturalezas muertas.
Forner miró la realidad de su tiempo. Lo social nunca le pasó por el costado: disparó pesadillas y visiones apocalípticas. “Siempre traté de dar en mis cuadros algo más que una intención plástica. Hasta algunas de mis naturalezas muertas quisieron reflejar, en los momentos en que las componía, un sentido cósmico. Entonces la realidad no era tan apremiante. Luego vino a mí el clima del mundo. De ahí que haya necesitado renovarme, o más bien dicho, completarme. Es común oír hablar mal de la pintura anecdótica; yo misma lo haría, cuando en esa pintura no existe más que el tema sin dársele perdurabilidad plástica. (…) Como mujer y como pintora he tratado de unir al tema que más me angustia lo más puro de mis experiencias de artista. Mi lenguaje es el del arte, pero mi corazón es de la vida”, dijo la artista en una entrevista, en 1938.
Forner desató un universo de símbolos nutridos, intensos. “Siento un mundo de realidades metafísicas que escapan a mi inteligencia y quiero expresarlas con mi pintura. Un mundo de magia y misterio que aterra mi alma y quiero captarlo y liberarme por mi arte”, confesó.
Sus obras producen en el espectador un efecto hipnótico. Imposible olvidarse de las miserias inenarrables o de esas mujeres con sus sentidos adormecidos o muertos. Y, ya en su última etapa, del renacer de la humanidad. Porque, desde sus distintas series y personajes, desde los más doloridos hasta aquellos seres del futuro, Forner pone el foco en la condición humana. En sus pliegues más profundos, se hunde en heridas trágicas y anhelos de felicidad en otro mundo.

Raquel Forner básico


Nació en Buenos aires en 1902 y falleció en 1988.
Se graduó en la Academia Nacional de Bellas Artes. En Francia se vinculó al Grupo de París, integrado por Butler, Basaldúa, Bigatti, Berni y otros.
Fundó los Cursos Libres de Artes Plásticas junto a Guttero, Domínguez Neira y Bigatti, con quien se casó.
Sus obras integran las colecciones de importantes museos del mundo como el MoMA de Nueva York y el Museo de la NASA de Washington, donde realizó un mural para el nuevo edificio de la OEA en 1982.

FICHA
Raquel Forner
Presagios e invenciones de la modernidad
Lugar: MUNTREF, Valentin Gómez 4838, Caseros.
Fecha: Hasta el 15 de diciembre.
Horario: Lunes a domingos, 11 a 20.
Entrada: Gratis.

OTRO DA VINCI EN LA PARED

Encontraron en Milán un mural atribuido al pintor renacentista. Es una obra de carbón vegetal en la que el genio del Renacimiento trabajó entre abril y septiembre de 1498.
Detrás de las paredes, una vez más, apareció la mano de Leonardo Da Vinci. Esta vez el hallazgo fue en el Castillo Sforzesco, construido a mediados del siglo XV en lo que hoy es el casco histórico de la ciudad italiana de Milán. Durante la restauración de la Sala de los Tablones del castillo, los expertos encontraron en la torre noreste de la sala del primer piso un fragmento de mural hecho con carbón vegetal al que llamaron Monocromo y que ilustra la raíz de un árbol incrustada en una gran piedra. El año pasado habían hallado otro, en el Palazzo Vecchio de Florencia.
Según los restauradores, que viajaron de Florencia a Milán, el artista del Renacimiento trabajó en esa sala entre abril y septiembre de 1498, cuando formaba parte de la corte de Ludovico Sforza. En ese espacio, protegido de la humedad por los tablones, “Il Moro”, como llamaban a Ludovico por su tez oscura, recibía a huéspedes y embajadores, y por eso encargó a Leonardo que se ocupara de su decoración.
En 1499, las fuerzas francesas invadieron el Ducado de Milán y desplazaron a la familia Sforza del poder. Después, fue el imperio de los Habsburgo quien dominó esa área, y durante siglos, el castillo se transformó en un fuerte y la Sala de los Tablones, en establo.
Recién a fines del siglo XIX se removieron algunas capas de pintura y se descubrió que el trazo de Leonardo había estado allí: el techo de la sala, abovedado, estaba plagado de copas de árboles frutales que Da Vinci había pintado.
La aparición de este mural, que los investigadores florentinos buscaban hace dos años, costó trabajo: en promedio, el mural de Leonardo apareció debajo de siete capas de cal, pero en algunos sectores, las capas llegaron a ser trece.
Los expertos que trabajan en Milán estiman que la obra está sin terminar y que, aunque existe un “gran deterioro”, también “hay esperanza de recuperar parte sustancial de esa decoración original”. El trabajo que empezaron a hacer con bisturí y martillos ahora exige más delicadeza, por lo que usan raspadores ultrasónicos, productos químicos e instrumentos láser.
En www.saladelleassecastello.it pueden seguirse los trabajos en la Sala de los Tablones, cuyo costo está estimado en dos millones de euros y será financiado entre el Ayuntamiento de Milán y empresas privadas. La restauración tiene fecha límite: quieren exhibir la sala el 1 de mayo de 2015, cuando se inaugure la Exposición Universal de la que la ciudad italiana será la próxima sede.

Un genio con sueldo fijo


Por Ezequiel Martínez



Un experto en ingeniería militar. Así se “vendió” Leonardo ante el duque Ludovico Sforza para conseguir un sueldo fijo que le permitiera despreocuparse de vivir de los trabajos por encargo. Lo de pintor y escultor lo agregó como un talento accesorio para abultar su aviso clasificado. Así fue que entre fines de las décadas de 1480 y 1490, mientras en sus ratos libres inventaba armas sofisticadas o imposibles, el genio del Renacimiento pintó algunos de sus retratos más asombrosos, murales como el de “La última cena”, y amontonó centenares de papeles abarrotados de dibujos sobre anatomía, arquitectura o cocina, en una tormenta de pensamientos e intereses inagotables. Hace dos años pude ver muchos de estos trabajos en la exposición “Leonardo da Vinci: pintor en la corte de Milán” que tuvo lugar en la National Gallery de Londres. Por primera vez en 500 años se reunían obras y bocetos traídos de colecciones de todo el mundo que ponían en evidencia una de las etapas más productivas en la vida de Leonardo. El viento de los siglos había logrado el milagro.

Fuente: Revista Ñ Clarín

DANIEL BARENBOIM DEJA LA SCALA DE MILÁN

"Es el fin de una época", dijo el director de la ópera italiana
El director argentino-israelí Daniel Barenboim en acción.

Según anunció ayer Stéphane Lissner, superintendente y director artístico de la Scala de Milán, Daniel Barenboim dejará su puesto de director musical de la prestigiosa ópera el 1° de enero de 2015, dos años antes de la fecha prevista en su contrato.
Lissner, que dejará también la Scala en agosto del año próximo para asumir la dirección de la Ópera Nacional de París, hizo el anuncio en un encuentro con los sindicatos. Según los medios de comunicación italianos, el sucesor de Lissner, el austríaco Alexander Pereira, ya habría optado por el milanés Riccardo Chailly para suceder al maestro Barenboim, aunque la información no fue confirmada oficialmente.
Daniel Barenboim (que en 2014 volverá a subirse al escenario del Teatro Colón, primero junto a su entrañable amiga Martha Argerich y luego acompañado por la agrupación Les Luthiers), comunicó su decisión de abandonar antes de lo previsto la Ópera de Milán en carta a Lissner y al alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, presidente de la Scala. "Es el fin de una época", afirmó Lissner.
Por su parte, Barenboim tiene otros proyectos, como la academia del Diván en Berlín con el arquitecto Frank Gehry, un centro para músicos creado durante la fundación en 1999, con su amigo Edward Said, de la orquesta West-Eastern Divan, compuesta por jóvenes músicos israelíes y árabes.
Antes de su salida del prestigioso teatro italiano, el maestro de 70 años (cumplirá 71 el 15 de noviembre) respetará todos los compromisos de 2014: dirigirá La novia del zar, de Rimski-Korsakov; Così fan tutte, de Mozart, y Simon Boccanegra, de Verdi, además de abrir la temporada 2014-2015 con Fidelio , única ópera de Beethoven.

Fuente texto: lanacion.com

FUNCIONARIOS JUDICIALES REVISARÁN EL MONUMENTO A COLÓN DESMONTADO

Patrimonio

Será el próximo jueves; los jueces quieren interiorizarse sobre los trabajos de restauración en curso; entidades civiles rechazan que la estatua se manipule o mude


Sh
El próximo jueves, funcionarios judiciales a cargo del amparo que impide el traslado del Monumento de Cristóbal Colón de la plaza situada detrás de la Casa Rosada visitarán el lugar junto con las partes en conflicto y técnicos en restauración de mármol.
Así lo decidió ayer la Sala V de la Cámara Federal en lo Contencioso Administrativo, que también ordenó al Estado nacional que entregue por escrito copia del proyecto previsto para refaccionar la escultura, supuestamente dañada.
La decisión se tomó luego de la audiencia que dirigió el presidente de la Sala V, Jorge Federico Alemany, de la que participaron representantes del Estado nacional, del gobierno porteño y de los promotores del amparo, la asociación Basta de Demoler, el Círculo Italiano y otras entidades de la comunidad italiana local.
Los diversos actores fueron acompañados por especialistas profesionales en restauración del mármol, material con el que el escultor Arnaldo Zocchi confeccionó la estatua, donada en 1910 por la colectividad italiana residente en nuestro país al celebrarse el centenario de la Revolución de Mayo.
Entre esos expertos se encontraba el prestigioso restaurador Domingo Tellechea, convocado por la Universidad de La Plata para dirigir los trabajos sobre el monumento que realiza un grupo de escultores y un equipo de la Facultad de Bellas Artes de esa casa de estudios.
Según relató a LA NACION Horacio Savoia, patrocinante de la Asociación Círculo Italiano, luego de la exposición de los interesados, el juez Alemany convocó a la visita al lugar para pasado mañana.
Cuando concurran, encontrarán a la figura de Colón recostada sobre el césped, junto a la base de la estatua. Como se recordará, a fines de junio la Casa Rosada envió una grúa a desmantelar la escultura, pues pretende reemplazarla por otra de Juana Azurduy.
El desmonte ocurrió pese a la existencia de una medida cautelar que lo impedía, emitida a pedido de las asociaciones Basta de Demoler y Salvemos las Estatuas, que habían acudido a la Justicia cuando la mudanza del monumento a Mar del Plata era sólo un rumor.
Las asociaciones habían argumentado que la estatua es un bien patrimonial de dominio público del gobierno porteño y, por lo tanto, el Poder Ejecutivo Nacional no podía apoderarse de ella y decidir unilateralmente el traslado.
La Justicia ordenó paralizar la manipulación de la escultura y, recientemente, la medida cautelar que frena su mudanza fue prorrogada hasta diciembre próximo. No obstante, se permitió el avance de las tareas de restauración.
Diversas apelaciones provocaron la elevación de la causa a la Sala V de la Cámara Federal en lo Contencioso Administrativo, integrada por el mencionado juez Alemany y sus colegas Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani.
Otro de los especialistas que participaron ayer de la audiencia fue el arquitecto Marcelo Magadán, especialista en restauración de monumentos históricos. En mayo del año pasado, Magadán fue convocado por la Universidad Nacional de San Martín para que evaluara la conveniencia o no de desmontar y trasladar la escultura a Mar del Plata.
Su opinión y la del resto del equipo que intervino fue negativa. Actualmente, Magadán asesora a Basta de Demoler. Y, ayer, explicó ante el camarista Alemany que una estatua puede refaccionarse sin necesidad de desarticular sus partes.
En tanto, las asociaciones que promovieron el amparo recordaron que, más allá de estas cuestiones técnicas que la Cámara pretende desentrañar, las objeciones apuntan al aspecto jurídico detrás de la manipulación de la estatua.
"Es un bien donado por la colectividad italiana a la ciudad de Buenos Aires para ser emplazado en la plaza Colón. Es decir, no puede trasladarse y, si necesitara una restauración, debería encararla el gobierno porteño", dijo Savoia.
"El problema no es cómo hacer la restauración, sino que directamente no debía hacerse. No discutimos cómo hacerlo, el tema de fondo es jurídico: es la titularidad sobre el bien", coincidió María Carmen Arias Usandivaras, presidenta de Basta de Demoler.
Los amparistas coincidieron en que la restauración es una excusa para la remoción del monumento y su traslado. Ayer, sostuvieron, el subsecretario de Obras, Abel Fatala, que representó a la Casa Rosada en la audiencia, admitió que, finalizada la refacción, se pretende mudarlo a Mar del Plata..
 
Fuente: lanacion.com

BUENOS AIRES PHOTO
TRAE LA MEJOR FOTOGRAFÍA A LA CIUDAD

Cultura
Desde el viernes, el Centro Cultural Recoleta será escenario de una de las ferias de arte especializadas más importantes de América latina
Una imagen de Rodrigo Abd, en el Espacio LA NACIÓN.

Desde este viernes la ciudad será sede de una de las más importantes ferias de arte especializadas en fotografía que se realiza en América latina, Buenos Aires Photo, que reunirá en el Centro Cultural Recoleta a más de 30 galerías.

Además, se presentará la 8a. edición del Premio Petrobras Buenos Aires Photo, que este año será por invitación. El jurado que elegirá a los 25 participantes está conformado por Valeria González, Luis González Palma y Rodrigo Alonso. El premio se dará a conocer el jueves, a las 20, en el espacio de Petrobras y el ganador se llevará $ 25.000.

Una de las grandes atracciones será el Espacio LA NACION, que presentará en esta oportunidad una muestra de tres representantes destacados de la fotografía documental argentina con la curaduría de Daniel Merle: Alejandro Chaskielberg, Rodrigo Abd y Sebastián Szyd.

Pero este año esperan muchas novedades a los visitantes. Una de ellas será el programa denominado Petrobras Foto Libre, en el que el público podrá participar el sábado próximo llevando una foto que será exhibida en el contexto de esta iniciativa.

Por otra parte, los más chicos tendrán un espacio especialmente pensado para ellos: un concurso de fotografía en el que el eje central es "el aire libre", y en el que podrán participar niños de entre 6 y 12 años.

Además, American Express homenajeará a dos de los fotógrafos más importantes de la Argentina. Curada por Rodrigo Alonso y con la ciudad de Buenos Aires como tema central, una muestra conjunta de Sara Facio y Aldo Sessa repasará sus más de 50 años de trabajo en la fotografía.

En tanto, el Paseo de las Artes del Palacio Duhau - Park Hyatt Buenos Aires será nuevamente escenario de una de las exposiciones paralelas junto a la artista Andrea Juan. La muestra permanecerá abierta durante las 24 horas, los siete días de la semana, con acceso libre por avenida Alvear 1661.

También como en ediciones anteriores, Chandon comprará a puertas cerradas la primera obra de la feria, que luego incorporará a su colección de arte contemporáneo.

Sin dudas, uno de los clásicos de Buenos Aires Photo es el Espacio Joven OSDE NEO. Allí, nuevamente, el crítico Julio Sánchez presentará una selección de jóvenes fotógrafos emergentes. Mientras que el Espacio de Video Arte Rabobank transformará la sala 6 del Centro Cultural Recoleta en un espacio preparado para el video arte.

Entre las propuestas internacionales, en el Espacio Distrito Arcos, ubicado en la sala 12, se expondrá la obra del reconocido artista boliviano Gastón Ugalde.

Y la Fundación Deloitte presentará en su espacio una muestra con los artistas invitados Carola Rousso, Victoria Ruiz y Agustín Haehnel.

La feria contará, además, con propuestas especiales, entre las que se distinguen el espacio Stella Artois, que tendrá como invitado al artista Urko Suaya; la participación de Fundación Banco Ciudad, que presentará los ganadores históricos del premio Gente de mi Ciudad; la propuesta de la Feria de Libros de Fotos de Autor, que invita a editar libros personalizados de fotografía, y el Nano Festival de Fotografía, una propuesta joven y enriquecedora que propone la participación del público en su convocatoria "4 DÍAS en BA Photo" y la presentación de los mejores trabajos de las últimas dos ediciones del festival.

El valor de la entrada es de $ 50 (2x1 con Club LA NACION, American Express y Club Arte al Día).

Cuatro días a puro arte


Del 1° al 4 de noviembre, de 13 a 21, en Junín 1930

  • Fotografía documental
    El Espacio LA NACION presenta una muestra de Alejandro Chaskielberg, Rodrigo Abd y Sebastián Szyd, curada por Daniel Merle

  • Aldo Sessa y Sara Facio
    Estas figuras de la fotografía serán homenajeadas con una muestra conjunta que abarcará más de 50 años de trabajo

  • Premio Petrobras
    Este año participarán 25 artistas por invitación, y el ganador del premio, dotado de $ 25.000, se conocerá este jueves

  • Para chicos
    Un concurso pensado para niños de 6 a 12 años tendrá como temática "el aire libre"

  • La primera compra
    Como todos los años, Chandon adquirirá la primera obra de la feria, que pasará a integrar su colección de arte
Fuente: lanacion.com