EL LARGO IDILIO DE UN ARTISTA CON EL COLOR

Los trabajos de su nueva exhibición vuelven a mostrar su maestría en el manejo de los colores, uno de los asuntos más misteriosos de la pintura.
Por Eduardo Villar

Manuel Alvarez, él me enseñó todo”, dice Felipe Pino el día que nos encontramos para recorrer su nueva muestra, que por azar es el día después de la muerte de su maestro. Volveremos sobre el tema varias veces en la charla, pero ahora caminamos por el amplio espacio del Paseo de las Artes Duhau deteniéndonos frente a cada pintura, con muy breves informaciones o comentarios del artista. Se trata de mirar, de ver, no de hablar ni de escuchar.
Son 35 pinturas que no fueron parte del centenar que se exhibió hace exactamente un año en su muestra retrospectiva en el espacio de la Fundación OSDE. De las 35, más de veinte, que tienen un metro quince de altura, fueron pintadas después de aquella exposición. Las demás corresponden a distintos años de su producción. Las une, además del imaginario del artista –que a través de los años se ha nutrido de los parques de diversiones, de las exhibiciones de objetos empeñados en el banco municipal donde trabajaba, del teatro, del cine, de las novelas policiales, del cómic y de todo lo que pudiera observar en la calle– su manejo deslumbrante del color y su trazo al mismo tiempo delicado e intenso sobre la tela.
Días después de recorrer la muestra, ya en su taller, Pino vuelve a hablar de su maestro.
A todos los que nos formamos con él, Manuel Alvarez nos conducía a partir de lo que cada uno hacía. En un momento en que me aproximé a lo que él hacía, me lo marcó. No quería que pintáramos como él. En la década del 40 o 50 él ya era un pintor concreto, pero había tenido una primera etapa muy figurativa. Había sido alumno de Tiglio, de Policastro y de Victorica... Sabía. Para mí, era un sabio, un tipo con una educación visual extraordinaria.
En los colores se ve la conexión de tu pintura con la de él...
Y sí, yo tomé en cuenta cosas que él me transmitió. Cosas que él me dijo hace cuarenta años y que a mí me quedaron grabadas. Por ejemplo: “Los tierras no se compran, se hacen”. Ideas que venían de Daneri y de muchos otros grandes pintores.
Felipe Pino hace todos o casi todos los colores con los que después sus pinceles recorrerán la tela. De otra manera, sus cuadros no irradiarían esa luminosidad, ni pararse frente a ellos sería la experiencia estética emocionante que es. Sus pinturas llegan al ojo y a la emoción por las historias que cuentan, por los personajes de esas historias, por una manera de ver la realidad pero, sobre todo, por el color que convierte a esas pieles, a esos rostros, a esas ropas, a esas figuras y a esos fondos –donde se despliegan con naturalidad formas abstractas– en un mundo a la vez absurdo y querible. Más querible que el real.
¿Cómo hacés la selección de los colores para un cuadro?
La selección de los colores no... Yo pongo un color y no lo pienso antes. Alvarez, por ejemplo, tenía pensado cada color. Pero una vez me dijo: “Cuando lo pinto, siempre es otra cosa”.
Esa pelea entre lo que uno quiere y lo que en realidad le sale es el trabajo de pintar...
Claro.
Yo para ejecutar una obra... Con la pintura para mí la cosa es muy fluida, pinto el cuadro siempre en una sesión, aunque tenga cuatro metros; lo empiezo y lo termino, son horas. Eso no es ningún mérito, es mi forma de trabajar y listo. Aizenberg podía estar seis meses y Victorica pintaba un cuadro en dos horas, tiene que ver más con una cuestión mental que con otra cosa. Si divido en dos sesiones y dejo lo que falta para el día siguiente, no duermo bien, me produce ansiedad.
En los trazos de alguna de las pinturas que cuelgan ahora en el Duhau es posible ver la intensidad, la firmeza, el apasionamiento con que Pino ha trabajado en esa tela durante esas horas para convertirla en una obra de arte. En los fondos, tan importantes como las figuras que se recortan en ellos, es donde más fácilmente se advierten las tramas y capas de pintura, dónde hay mayor densidad matérica y dónde más transparencia. En algunos –como los tres de la serie Músico de las Cantigas (185 x 135 cm)– se pueden ver los brillos suntuosos de las pinceladas. Frente a otros, uno puede preguntarse cuántos colores hay en el fondo: ¿dos, tres? ¿Hay naranjas en ese verde, hay amarillos en ese azul?
Pino se conoce y conoce su trabajo y el de los pintores de los que aprendió. Nombra, entre otros, a Gómez Cornet, a Gramajo Gutiérrez y a los pintores de la Boca –a los que considera geniales e incomprensiblemente olvidados–, pero, igual, a veces se interroga sobre su identidad como artista y como pintor. Explica: Yo, de vez en cuando, me pregunto qué haría si tuviera veinte años y estuviera próximo a las artes plásticas. Porque los tiempos ya no son los mismo y la pintura ha estado en todos lados, realmente. Lo que pasa es que yo tengo algo con lo manual... Quizá de otra forma, pero creo que volvería a ser pintor también. Lo que noto, generalizando, es que muchos pintores no tienen buena relación con el color. Muchos pintan con lo que sale del pomo... Y no es así... Recuerdo una exposición de la Bauhaus. Había unos estudios de Itten. Vos veías un color de ese tipo y sentías la emoción de estar viendo un cuadro extraordinario, algo que no habías visto nunca, eran escalas de complementarios... Eso no se enseña, descubrir colores es parte del misterio de la pintura.
¿Cómo trabajás el color?
Yo siempre trabajo sobre una base de color. Nunca trabajo sobre el blanco de la tela. Normalmente le doy un ocre y trabajo sobre el ocre. Esto, por ejemplo, ¿ves? ( señala un sector de un cuadro donde la pintura deja ver algo de lo que hay debajo ). Si la base fuera blanca, sería una porquería esto. El color de la base está actuando, aunque vos lo cubras todo. No es lo mismo este azul sobre un blanco que sobre un ocre. A veces ves a Victorica o a Figari, que trabajan sobre cartón, que ya no es blanco, y aparece siempre el color del soporte. Dibujo con carbonilla, pero después todo el dibujo lo repaso. O sea, lo dibujo después con pintura acrílica. Porque no es lo mismo meter este color con este otro si la línea del dibujo no está pintada con acrílico.
¿Siempre la base es ocre?
Casi siempre. Una vez recuerdo que a una tela le di una base de rojo. La vio Martha Nanni ( investigadora y curadora) y me dijo que así trabajaban los renacentistas. Ocre, rojo, nunca blanco.
Salvo una necesidad especial, yo no uso blanco, no sé qué diría un psicólogo. En vez de blanco uso amarillo Nápoles, lo más próximo, salvo cuando tuve necesidad de pintar con blanco por algún motivo. Pero también lo preparo el blanco.


Fuente: Revista Ñ Clarín

UNA COLECCIÓN SOBRE PICASSO
QUE HASTA EL ARTISTA AGRADECERÍA

Será reeditado un valioso catálogo de su obra; para tenerlo, se necesitan 20 mil dólares
Por Julie L. Belcove
The New York Times
 
Staffan Ahrenberg, un coleccionista sueco de arte contemporáneo, conocía perfectamente los libros de arte con un diseño encantador de Cahiers d’Art, entre éstos un famoso catálogo de obras de Picasso con anotaciones de Christian Zervos, de la biblioteca de su padre.
Un día, al pasar por la galería en 2010, entró y formuló dos preguntas: "¿Quién es el dueño de Cahiers d’Art?" y "¿Vendería la editorial?" Ahrenberg, que compró la galería y los derechos editoriales en 2011, está reeditando actualmente "Pablo Picasso", o, "el Zervos" como lo llaman los ciudadanos del mundo del arte, el catálogo razonado más importante de las pinturas y los dibujos de Picasso.
Con 33 tomos y más de 16.000 imágenes, fue el resultado de una colaboración de cuatro decenios entre Zervos y el artista.
"Zervos le prestó un gran servicio a Picasso, y Picasso estaba muy agradecido", dijo John Richardson, el biógrafo de Picasso.
El precio por una orden anticipada será de US$ 15.000 el juego; cuando se lance la obra en noviembre, subirá hasta US$ 20.000.
Pero el precio, dice Ahrenberg, es "irrelevante" para el público al que va dirigido.
"No se puede comprar nada original de Picasso por menos de US$ 500.000 o tal vez un par de centenares de miles de dólares, que valga la pena", afirma.
Y el precio es una relativa ganga, explica, en comparación con las series antiguas, que son por sí mismas artículos de coleccionistas que en general se venden en unos US$ 60.000 en subasta y que se acercan a los US$ 200.000 cuando están en condiciones excelentes.
Existen numerosos catálogos de la obra de Picasso, pero los marchantes de arte tienden a hablar del Zervos, publicado entre 1932 y 1978, con veneración.
"Es el catálogo obligado para Picasso", dijo Larry Gagosian, cuya galería venderá el libro. "El volumen de obras y la exactitud son de por sí asombrosos." "Picasso llegó a pintar algunos días entre cuatro y cinco cuadros ­en una sola jornada­ y todo eso está registrado", agregó. "La fecha real está anotada en el índice.
Es posible darse una idea de cómo trabajó un día o una semana o durante un período determinado, cómo un estilo se transformaba en otro. Todo está ahí." Cahiers d’Art está comercializando agresivamente el Zervos.
Sotheby’s también tendrá una participación en la venta del catálogo individualizando a importantes coleccionistas de arte internacional, especialmente todos los que hayan comprado o vendido un Picasso alguna vez.
Es la primera vez que todo el Zervos se traduce al inglés. Y, fiel a la edición original, todas las imágenes de la obra estarán impresas en blanco y negro.
"Picasso y Zervos podrían haber optado por el color", dijo Carmen Giménez, estudiosa de Picasso y curadora de arte del siglo XX en el Guggenheim Museum. "Picasso quiso que fuera en blanco y negro. El color siempre es falso." Habrá que ver si Cahiers d’Art gana dinero con este emprendimiento.
Cuando Ahrenberg compró la empresa, llevaba decenios sin publicar nada nuevo, dijo, y obtenía gran parte de sus ingresos de reconstituir y vender colecciones completas del catálogo de Picasso.
La relación de la empresa con la familia de Picasso se había deteriorado pocos años después de la muerte del artista en 1973, sin dejar testamento. "Cuando Picasso murió, fue un caos total", dijo Richardson, el biógrafo de Picasso, señalando que los hijos extramatrimoniales del artista lucharon durante años por obtener el derecho legal a compartir su sucesión.
Con todo, no se trata de un proyecto guiado por la pasión, sin ningún pragmatismo. Ahrenberg espera dar a Cahiers d’Art por lo menos una "posibilidad de luchar" por ganar dinero.


Fuente: Revista Ñ Clarín


PAISAJES DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Tras cinco años de no exponer en el país, el grupo Mondongo despliega en el Mamba una muestra de enorme impacto visual a través de retratos, naturaleza, señales de muerte y renacimiento.
Por Marina Oybin

Uno no puede separarse de esos troncos sufrientes, bellos. Es un paisaje fabuloso con el sello Mondongo. En otra sala, Tener un mundo , una serie de hermosísimos teatrinos, lleva sin escala a túneles tenebrosos, pasadizos secretos y laberintos imposibles, con majestuosa ilusión de perspectiva.
Sí. Tras cinco años de ausencia, Mondongo vuelve con Argentina, la deslumbrante muestra que puede verse por estos días en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba). Allí, uno se encuentra con un exuberante contrapunto entre paisajes y retratos, dos géneros poco visitados por el arte contemporáneo.
Los paisajes surgieron tras un viaje que Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, pareja e integrantes de Mondongo, hicieron a un campo en Entre Ríos, al borde del río Uruguay, donde sacaron cientos de fotos. Allí descubrieron la soledad y la oscuridad más absoluta. La naturaleza en estado puro, agonizante y naciente. Cuentan Manuel y Juliana, ahora en su taller, que ese sitio en el que estuvieron queda a 30 kilómetros de Gualeguaychú, donde ocurrió el conflicto con Uruguay por la papelera Botnia. Cuentan también que esa geografía es singular en el mundo, y que allí vivió un pueblo nómade que capturaba tribus enemigas, y que, tras alimentarlas y agasajarlas, las comía. En esas aguas, hubo vuelos de la muerte. Un tema que investigaron en el libro El lugar perfecto sobre los vuelos de la muerte y desaparecidos en el delta entrerriano: “Al ser una zona deshabitada e inaccesible, era en primera instancia un lugar perfecto para estas prácticas siniestras pero el delta se ocupó de sacar a la luz esta realidad”, dice Mendanha. Descubrieron una geografía exuberante, arrolladora, que envuelve y agobia. Que muere y renace. El resultado fue una explosión deslumbrante de pinturas altorrelieve en plastilina que incluyen 15 paneles de madera, de un total de 45 metros de largo y dos de alto, que aluden también a la historia del país. Montadas en forma de elipse, las pinturas envuelven al espectador con un bosque bello, y al tiempo, siniestro. Allí conviven fábula y horror. Imposible saber qué extraña bestia saltará a la yugular en esos sitios de ensueños. Hiperreales y de cuentos, ahora, sin caperucitas a la vista.
Ana y María. 2013. Hilos de algodón sobre madera, 300 x 200 cm.
Ana y María. 2013. Hilos de algodón sobre madera, 300 x 200 cm.

En ese bosque alucinado vida y muerte se alternan en un sino inevitable. Aquí y allá uno descubre pequeñas señales entre las ramas: zapatillas colgadas, imágenes fantasmagóricas, una oreja cortada sobre el pasto, una avioneta militar. Arboles muertos tras las inundaciones emergen como cuerpos. Se forman amasijos de ramas y hojas secas. Hay raíces arrancadas de las entrañas de la tierra con feroz virulencia. Y hay calaveras. Un suspiro. Y al tiempo llega la vida que nos lleva a un río cristalino, el paisaje más bello que uno pueda imaginarse.
Los paisajes siempre estuvieron presentes en la obra de Mondongo como fondos, escenarios. Aquí, en cambio, el paisaje deshabitado, puro, ocupa el lugar central. “Lo exagerado de su tamaño tal vez tenga que ver con la necesidad de trascender los cánones habituales impuestos en nuestros días para la representación, tanto por el mercado que quiere obras fácilmente digeribles por billeteras y livings o por la posibilidad de reproducirla fácilmente para su difusión mediática”, dice Mendanha en el libro After hours en el estudio de Mondongo , una entrevista que les hizo Kevin Power, curador de la muestra, durante siete años, que acaba de publicarse en España.
Desde hace tiempo, Mondongo vive de la venta de sus obras en el mundo. Se recuerda aquí el retrato que les hicieron a los reyes de España en 2002, cuando resignificaron con acidez los intercambios coloniales: el trueque fue de espejitos de colores por euros. Actualmente se exponen obras suyas de la serie de calaveras en el Fine Arts Museum de Houston y otras de la serie de los panópticos en Las Palmas de Gran Canaria.
“No creemos en la autoría de las ideas profundamente, sino en el trabajo grupal empapado por la literatura, el arte, el cine”, dicen. ¿Cómo es convivir y trabajar juntos? les consulto. “Difícil. Es una elección constante: sabemos que somos mejores juntos, eso es algo que nos da fuerza para superar los obstáculos de la cotidianeidad”.
Para hacer estos paisajes híper obsesivos el dúo trabajó durante cuatro años con ayudantes, usando una plastilina de base oleosa que mandan a hacer especialmente, y compran por toneladas, en siete colores. La plastilina es un óleo corpóreo que les permite pintar y generar volumen simultáneamente. La usan de todas formas: blanda, con espátula, caliente, líquida. En dripping, espesa.
Argentina. 2010-2013. Aproximadamente 10.000 monedas de 10 y 5 centavos apiladas. 117 x 117 x 110.
Argentina. 2010-2013. Aproximadamente 10.000 monedas de 10 y 5 centavos apiladas. 117 x 117 x 110

Hechos con paletas de hilos de algodón, en los retratos, el primer amor del grupo, cada color se forma con seis u ocho hilos diferentes, y luego el ojo vibra a la distancia hasta formar el color final. Allí están Manuel, Juliana embarazada, Lucian Freud hecho con carnes ahumadas sobre madera. Hay un retrato de Fogwill, gran amigo de Mondongo. Cuenta Mendanha que Fogwill era una especie de sparring que siempre los obligaba a pararse frente a la obra y defenderla con argumentos.
Hay también un esternón realizado con 100 mil monedas de 5 y 10 centavos (no tiene estructura interna, sólo se sostiene por la unión de las monedas) y algunas cajas hipnóticas empotradas en la pared que producen un efecto de ilusión de perspectiva.
La obra de Mondongo, ese alimento bien popular vuelto alta cultura, es exuberante, barroca, bella, alegre, intensa, con huellas de Arcimboldo. No hay límites para desatar un paisaje o un retrato: se usarán galletitas, chicles, carne, quesos, fiambres, plastilina. Nada se descarta a la hora de unir personajes o sitios con comestibles u objetos a veces emblema del personaje o el sitio en cuestión. En esa operación estética radica uno de los grandes hallazgos de Mondongo: el material más plebeyo se vuelve objeto de arte respetable y admirado.

Mondongo básico

Colectivo de artistas.

Formado actualmente por Juliana Laffitte (1974) y Manuel Mendanha (1976), el grupo se conformó en 1999 con Agustina Picasso. Estudiaron en la escuela Prilidiano Pueyrredón. En 2002 realizaron por encargo los retratos de la realeza española usando espejitos de colores e invirtiendo con esto el intercambio colonial. Sus obras se expusieron en museos de Latinoamérica, EE.UU., Europa, Emiratos Árabes, China y Corea.

FICHA
 
Mondongo. Argentina
Lugar: Mamba, Av. San Juan 350
Fecha: hasta fin de julio
Horario: Mar a vier, 11 a 19; Sab, dom y fer, 11 a 20
Entrada: $ 5. martes, gratis.

Fuente: Reviste Ñ Clarín

LOS SENTIDOS DEL ARTE

A través de unas 60 obras, una muestra recorre más de 40 años de trabajo de N artista que no deja de reflexionar sobre los vínculos entre el arte y la realidad.

Por Ana Maria Battistozzi

No por mero azar una obra de 1972 ha sido la elegida para abrir la muestra que reúne cuarenta años de trayectoria de Horacio Zabala en el Museo de la Universidad Tres de Febrero (Muntref). “Este papel es una cárcel”, la fotografía de la mano del propio artista escribiendo esa frase y su versión en inglés es ya un ícono del arte conceptual latinoamericano. Pero resultaría prácticamente incomprensible si no se la inscribiera en el contexto más generalizado del cruce entre el cuestionamiento al campo del arte y la dinámica del acontecer social y político que definió gran parte de la vanguardia radicalizada de aquellos años en el país y en el resto del mundo. Los 60 y en particular los 70 fueron años en que los artistas se rebelaron contra la institución arte como pocas veces lo habían hecho. Ya no se trataba de impugnar un lenguaje o el estilo de un movimiento precedente sino que la propia institución entendida como tal fue puesta bajo la mira. Sus códigos, normas y espacios simbólicos que, a excepción de la descalificación militante que le prodigó oportunamente el futurismo, habían permanecido inalterables hasta la Segunda Guerra Mundial, fueron cuestionados. Tanto desde la perspectiva de la producción, como de la circulación o el consumo.
¿A quién sirve el arte? ¿Dónde tiene lugar el arte? y ¿Para qué el arte? Fueron algunas de las preguntas que se formularon los artistas. Y las respuestas llevaron a la nueva producción a exceder los circuitos habituales ganando la calle –como ocurrió con la intervención que Zabala realizó con una cinta negra en la Plaza Roberto Arlt un mes después de la masacre de Trelew–, los grandes espacios de la naturaleza o despreciando los materiales tradicionalmente reconocidos como artísticos y optando por formas que renunciaban a la producción de objetos ya que –se pensaba– tarde o temprano habrían de acabar convertidas en mercancía. Así, el discurso o el señalamiento se adoptó como forma alternativa para producir sentido. Nada de esto podía ser ajeno al espíritu que abonó el mayo del 68 que se propagó en diversas latitudes. Un momento en que arte y política apostaron a involucrarse en la transformación de la conciencia social.
En este marco se comprende de modo más diáfano el sentido de “Este papel es una cárcel” y la serie de trabajos correlativos que Zabala realizó después y contaron con la colaboración de artistas de distintas partes del mundo. Todas escrituras en lápiz sobre papel e impresiones de sellos de goma de 1972 en los que el artista, como un personaje de Beckett, insiste de manera obsesiva: el arte es una cárcel.
No es extraño que esa suerte de repetición obsesiva haya llevado a Zabala, arquitecto de profesión, a proyectar cárceles para artistas. En 1973, año históricamente significativo para el país, realiza “Anteproyecto de cárcel sobre columna para artistas” y, también, de cárcel flotante para artistas, de cárcel subterránea para artistas y “Reformatorio para artistas I y II”. La idea contenida en ambos proyectos de confinar a quien tiene pensamiento crítico se transformó en anticipatoria de la estructura represiva que se instalará en toda América Latina después.

Los sentidos del arte
Los sentidos del arte

En esas circunstancias históricas y políticas se inscribe la aparición de las series de mapas que inicia también en 1972. Dibujados o comprados en librerías escolares, los mapas de Zabala contenían “tensiones” “deformaciones”, “hundimientos”. En muchos de ellos, un gran plano de tinta ocupaba toda su configuración. Censuradas, clausuradas o deformadas, esas cartografías de Zabala eran una forma de llamar la atención sobre lo que ocurría en esta parte remota del mundo.
La obra de Zabala ha tenido sucesivas aproximaciones retrospectivas en los últimos años. Luego de Ejercicios y tránsitos, de 1998 en el MAMBA, una de las más completas fue la que le dedicó el Fondo Nacional de las Artes en 2002. Once años después esta exhibición agrega un capítulo importante de su reciente producción. La serie Hipótesis , iniciada en 2009, implica un retorno a la pintura aunque la palabra retorno quizá no sea la más adecuada ya que la obra de Zabala no se ha manifestado casi a través de la pintura. Se trata más bien de una aproximación al orden de lo sensible que no lo aparta de la lógica conceptual que domina toda su producción. Lo suyo es un planteo que involucra los procesos históricos de reducción de la pintura iniciados por Malevitch, Mondrian y Rodchenkio, como también su desarrollo espacial. Esta serie articula linealmente, como en el orden del lenguaje escrito o las ecuaciones matemáticas, unidades de cuadros y signos matemáticos y ortográficos. El sistema pareciera abonar una concepción de la pintura como formulación lógica. Y frente a esta obra, el espectador se enfrenta a la estructura del lenguaje y lo sensible al mismo tiempo.
Otro capítulo importante es la serie de los diarios donde Zabala apunta el silenciamiento como forma de censura pero también a la paradoja de una sociedad afectada por el exceso de información que, sin embargo, se desliza inevitablemente hacia la desinformación más rotunda. En la serie de objetos Zabala desafía la lectura directa jugando con la desviación del sentido. Y aunque no podría decirse que la ironía sea su herramienta favorita, hay obras como “Ficciones” que hacen lugar a ella sacando partido de ese orden ambiguo que surge al acomodar una serie de latas de aceite marca Borges una junto a otra como libros en una biblioteca.
En videos como “El juguete rabioso” es donde el artista hace gala de una mayor soltura poética. Allí pareciera refugiarse la parte menos afectada por esa mentalidad racional proyectista que lo constituye. Un sistema de trabajo que ha permanecido con impresionante continuidad a través de cuatro décadas.
Todo en la obra de Zabala mantiene una lógica proyectual que implica una metodología muy precisa de elaboración en que el artista nunca se enfrenta a un territorio en blanco sino que todo ha sido concebido de antemano.

Fuente: Revista Ñ Clarín

MONUMENTO A COLÓN:
LE SACAN OTRA PARTE Y LA CIUDAD QUIERE ABRIR LA PLAZA

La Legislatura tratará mañana un proyecto para anular el convenio con la Nación y recuperar el parque enrejado.
Descabezado. Las grúas volvieron a desmontar parte del monumento, ayer al mediodía. / FOTOS DE ANDRES D’ELIA
Mientras la estatua de Colón espera que definan su destino recostada detrás de la Casa Rosada, ayer el Gobierno nacional siguió desmantelando su monumento. Una grúa retiró parte de la base que sostenía a la imagen del navegante genovés. En tanto, en la Legislatura porteña anunciaron que mañana tratarán sobre tablas un proyecto de ley que autoriza a Mauricio Macri a rever el convenio que Nación y Ciudad firmaron en 2007, y que le permitió a la primera enrejar la plaza Colón y usarla para sus actos.
Pese a una cautelar y a la presentación penal realizada ahora por su incumplimiento, la enorme grúa que el sábado bajó a Colón ayer volvió a moverse. Los operarios quitaron otra pieza del monumento: una base redonda de mármol que estaba sobre el capitel de la columna. Ante los inspectores del Ministerio de Espacio Público, que miraban la escena desde afuera de la reja, levantaron el redondel de mármol y lo depositaron al lado del navegante. A las 17, se retiraron. Se espera que hoy continúen desarmando otras partes de esta base, que incluye un conjunto escultórico inspirado en los versos de Medea , de Sófocles.
El subsecretario de Uso de Espacio Público, Patricio Di Stéfano, se acercó para ver los trabajos. Y contó que el 5 y el 31 de mayo, integrantes de la Casa Militar y de la Policía Federal que custodian la Rosada sacaron a la fuerza a funcionarios de su área que fueron a interiorizarse sobre el estado del monumento. También afirmó que la grúa no tiene permiso de la Ciudad para operar en el lugar.

Acostada. La estatua del marino genovés, de 6 toneladas, junto al pedestal que sacaron en la plaza enrejada.
El ministro de Espacio Público, Diego Santilli, desmintió que haya habido negociaciones con el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. “Hablé con él por teléfono y es probable que nos encontremos este miércoles (por hoy) para hablar sobre el conflicto”, contó.
En la Legislatura anunciaron que mañana tratarán sobre tablas un proyecto para autorizar a Macri “a realizar las gestiones necesarias a los efectos de denunciar el Convenio 56/07 aprobado por Ley 2.862”. Y otro para declarar “el más enérgico repudio” por la remoción del monumento a Colón.
El acuerdo 56 fue firmado en 2007 por el entonces Jefe de Gobierno, Jorge Telerman, y Parrilli, y después aprobado por ley. Autorizaba a la Nación a “disponer las medidas de seguridad que estime pertinentes en ocasión de desarrollarse actos del Gobierno Nacional en Plaza Colón”. También establecía que la plaza sería de libre acceso, excepto en ocasión de esos actos. Esto nunca se cumplió.
Ayer el vicepresidente 1° de la Legislatura, Cristian Ritondo (PRO), cuestionó a la Nación por desacatar la cautelar que prohíbe el traslado del monumento a Colón. Y recordó: “El Ejecutivo necesitaba rejas y seguridad en la plaza para ciertos actos. Pero ahora está incumpliendo la ley y por eso vamos a presentar este proyecto que permite al jefe de Gobierno tomar las medidas necesarias para que la plaza vuelva a manos de la Ciudad”.

Fuente: clarin.com

LA BUENOS AIRES DE ALDO SESSA
SE LUCE EN ROMA CON SUS SOMBRAS LARGAS

El fotógrafo, creador de imágenes icónicas de la ciudad, dice que su trabajo se caracteriza por la luz dura del sur.

Por Patricia Kolesnicov, enviada especial

Afuera el sol te parte el alma, adentro es fresco; afuera anda Roma como loca, las motitos se te meten entre las patas, la gente se empuja en tres mil idiomas y abusa (abusamos) de las cámaras digitales frente a los monumentos más conocidos del mundo: afuera es nervio puro; adentro del Palazzo di Venezia un montón de fotos muestran Buenos Aires. Se inauguró ayer la exposición Buenos Aires vista da Aldo Sessa. Imágenes que el fotógrafo viene tomando desde los años 60. Y una serie reciente, que inventó la picardía del ministro de Cultura porteño Hernán Lombardi: los lugares del Papa en Buenos Aires.
Está demasiado usada la palabra “imponente”, pero si fuera nueva, sería el adjetivo para hablar de la impresión que causa en comunes mortales la sala Regia del Palazzo, donde está la muestra. El edificio se construyó entre 1455 y 1464, “aprovechando” materiales sacados del Coliseo. Ayer a la tarde, la inauguración oficial se hizo en la Sala del Mappamondo, la mismísima donde Benito Mussolini tenía su despacho. Ahí está el balcón donde el 10 de junio de 1940 el líder fascista dio un discurso célebre –“Gritos de la muchedumbre... ¡Guerra, guerra!”—con el que les declaró la Guerra a Francia y Gran Bretaña, se manifestaba “contra la democracia plutocrática y reaccionaria de Occidente” y se iba con la Alemania nazi. El balcón está cerrado con candado, no sea que alguno se haga el chistoso.
Unas horas antes de la inauguración, al mediodía, el embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero –¿en sintonía con el discurso de concordia papal?— se acercó al Palazzo a ver los preparativos. “Que sea con suerte”, le deseó al ministro del PRO –su ex compañero de gabinete en épocas de De La Rúa– y le dio un abrazo.
Las fotos de Sessa llegan a Roma curadas con apoyo del gobierno porteño y también de Artifex (la misma productora que organizó la muestra sobre el Gaucho en el Vaticano), de la Fundación Juan Pablo II para la Juventud, de la intendencia romana, del fondo de inversiones Hope Funds y de la Arquidiócesis de Buenos Aires. “Creí imprescindible la mirada de Aldo sobre los lugares del Papa, pensé que despertarían interés”, dijo Lombardi a un grupo de periodistas. “Obviamente está la intención de atraer turistas a Buenos Aires, especialmente turistas culturales”. Lo dijo sin vueltas: por algo es ministro de Cultura Y Turismo.
En su salsa. El fotógrafo Aldo Sessa en su muestra en Roma, donde hay tango y Obelisco. /GENTILEZA SESSA
Las fotos nuevas muestran, entonces, al diariero del Papa, a su peluquero, la Catedral de Buenos Aires, la capilla Cristo Obrero de la Villa 31, la cúpula de la Basílica de San José de Flores, la capilla del seminario de Villa Devoto.
Pero Sessa se entusiasma cuando habla de las fotos de Buenos Aires, todas en blanco y negro, menos las del Teatro Colón y las de los jardines de Palermo. “La razón del blanco y negro –dice—es que me parece más tango, más nostálgico. Es la mentalidad y la filosofía de Buenos Aires”.
Los famosos tangueros de la serie de Sessa bailan bien alto, sobre uno de los paneles verdes –las paredes no se tocan— sobre los que se colgó la muestra. Las miradas van hacia ellos y vuelven a los personajes, a las calles porteñas, a las escenas urbanas. “Me gusta el reflejo, es un bello truco”, explica el fotógrafo. “Pero no lo uso como truco sino como sensibilidad”. Y habla de la luz: “No nos acordamos de que estamos en el Sur, pensamos que estamos en el centro del mundo. Pero nuestra luz es muy dura, de sombras largas. He capitalizado eso como una característica de la ciudad”.
La foto que señala la entrada de la sala, la que abre el catálogo, es la de un hombre pasando delante del Obelisco, borroneado por la lluvia. “Me gusta el reflejo”, les recuerda Sessa a los periodistas. Y se sincera: “El Obelisco es difícil, porque no es un bello obelisco. Pero es nuestro Obelisco”.
Afuera, Roma.

Fuente texto: clarin.com

MONUMENTO A COLÓN:
DENUNCIAN A CRISTINA
PERO EL GOBIERNO INSISTE EN EL TRASLADO

Una ONG pidió que se la investigue por el delito de “desobediencia judicial” por ordenar bajar la estatua. Parrilli aseguró que tenían permiso y que sigue adelante el plan para llevarla a Mar del Plata.
Denuncian a Cristina pero el Gobierno insiste con el traslado
Por Romina Smith

El espera, acostado, sobre una tarima de madera: tiene unas cintas amarillas que le cubren los pies y la cabeza, como si fuera un herido de guerra que pide atención con los brazos cruzados sobre el cuerpo. Y aunque sigue custodiado para que no se lo lleven, todo puede pasar y su estado ya puso en alerta a los especialistas en conservación. La gran escultura de Cristóbal Colón, el navegante genovés que hasta el sábado estaba de pie en la plaza que lleva su nombre, detrás de la Casa Rosada, le costó una denuncia penal a la propia presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Y su secretario, Oscar Parrilli, no tardó en blanquear que, pese a todo, el plan oficial sigue adelante: dijo que hay que discutir “sobre los símbolos que nos representan a todos los argentinos”, para agregar luego que “la Presidenta entendió que Juana Azurduy es la indicada ”.
La pelea es inédita y está entrando en su cuarto mes de cruces y acusaciones. Ayer, el abogado de una ONG ambientalista, Mariano Julio Aguilar, hizo una denuncia penal contra la Presidenta en los tribunales de Comodoro Py. Quedó radicada en el juzgado federal N° 3 a cargo de Daniel Rafecas y en la fiscalía N° 1 de Jorge Di Lello (los dos están directamente vinculados al caso Ciccone que salpica al vice Amado Boudou). En el reclamo, Aguilar pide que se investigue a la Presidenta por el delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y desobediencia a una orden judicial ”. Asegura que la medida cautelar que frenaba por 90 días el intento de traslado del monumento impedía también cualquier movimiento de la estatua. Y además dice que la posibilidad de llevar a Colón a Mar del Plata estaría violando una ley nacional y la Constitución porteña (el mismo argumento que lleva como estandarte la colectividad italiana). En su escrito pidió que se sancione “a quien ha dado la orden de eventualmente cometer un ilícito que tiene en su tipología varios aspectos” y adjuntó una copia de la resolución dictada por la jueza María Alejandra Biotti, titular del Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12, ante el pedido de amparo que ya presentó la asociación civil Basta de Demoler.
“Es necesario que se inicie la investigación sobre la presunta comisión del delito de abusado de autoridad precisamente por el obrar contrario a la Constitución y las leyes por parte de la Presidenta”, dice la denuncia penal que pide la urgente “ restitución del monumento ”. Y suma: “El artículo 248 del Código Penal” dice que “será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las constituciones”.
Parrilli disparó duro. “Si tanto le gusta a Macri, debería cuidar a este monumento que está tirado”, dijo en una puesta en escena que montó junto a la dañada estatua de España Civilizadora, en Costanera Sur. “Hicimos las cosas como corresponde, vamos a restaurar el monumento”, afirmó. Y aseguró que estaban autorizados a “bajarlo” y está por resolverse la mudanza: “Presentaremos los argumentos”.
Parrilli estuvo acompañado por Juan Cabandié, primer candidato a diputado en Capital por el kirchnerismo, quien dijo que quieren sacar a Colón del lugar que está porque “no lo ve nadie”. El mismo lugar, por pedido de Cristina, espera desde el sábado a Juana Azurduy.

Denuncian a Cristina pero el Gobierno insiste con el traslado

Otros dos amparos para que la estatua vuelva a su lugar


Fueron presentados ayer por Basta de Demoler y entidades de la colectividad italiana. Hablaron de “violencia legal”.
La Justicia no solo debe resolver la denuncia penal contra la Presidenta de la Nación por el desmantelamiento de la escultura de Cristóbal Colón. También tiene que responder a dos amparos que se presentaron también para evitar que la figura del navegante genovés sea trasladada a Mar del Plata. Y que en su lugar sea emplazada una figura de la luchadora, Juana Azurduy, para la que ya hay varias propuestas alternativas.
Por un lado, está la ONG Basta de Demoler, que fue la primera que presentó una medida para parar el desmantelamiento del monumento. Esa ONG es la misma que ya le frenó al Gobierno porteño la construcción de la estación Plaza Francia de la línea H de subte y el reemplazo de adoquines en distintos barrios de la Ciudad, entre otras causas, y ahora es la que apoya a la comunidad italiana (que regaló a la República la figura de Colón en el Centenario de la Revolución de Mayo) en su pedido para que todo vuelva al lugar en el que estaba.
Colón en su plaza, y las grúas a los talleres. El 31 de mayo la ONG y funcionarios de la Ciudad lograron frenar el primer intento de retirar el monumento. Después organizó un abrazo a la plaza y, en paralelo, se movió en la Justicia. Ahora, sus representantes (que ayer fueron criticados por Parrilli, que los mandó a ver el Metrobús de la 9 de Julio) esperan novedades para hoy. “Este mismo mediodía puede haber una respuesta del juzgado porque incumplir una orden judicial es un delito y además el monumento está acostado y así puede sufrir un daño irreversible ”, adelantó María del Carmen Arias Usandivaras, abogada de Basta de Demoler. Según agregó, la urgencia es porque ayer sumó un escrito a la denuncia que presentaron cuando se inició el conflicto. “ Denunciamos el incumplimiento de la ley y pedimos que devuelvan a Colón a su lugar. Y que si hay que arreglarlo que sea con personal capacitado de la Ciudad, porque es de la Ciudad”, explicó.
Se sumó la Asociación Círculo Italiano. Su abogado, Horacio Savoia, le dijo ayer a Clarín que cuando Italia envió la estatua, en 1907, se sancionó una ley para que “se colocará en la Plaza que lleva su nombre”. Savoia habló de “mutilación” y de “violencia legal” porque no se respetó a la Justicia. Y contó que es el monumento más grande del mundo en honor al navegante. A su reclamo también se sumaron otras entidades italianas, como la Federación Calabresa.

Denuncian a Cristina pero el Gobierno insiste con el traslado

En Mar del Plata ya hacen obras para recibirlo


Pese a la disputa entre Nación y Ciudad, y aunque la propia comunidad italiana en Mar del Plata rechaza el traslado, la municipalidad de la ciudad costera ya inició las obras para recibir el monumento a Colón que hoy está en Capital Federal.
Así lo denunció Maximiliano Abad, concejal de la UCR: “En un inexplicable apuro, el intendente Gustavo Pulti inició las obras sin autorización de nadie. En las actuales circunstancias, sin consenso, con la oposición expresa de la comunidad italiana y de la Ciudad de Buenos Aires, el traslado no debe realizarse, solo se sustenta en un capricho de la Presidenta”.
El proyecto del Gobierno nacional es trasladar el monumento a Colón de Buenos Aires a Mar del Plata, e instalarlo en la plaza que queda frente al Hotel Provincial, en reemplazo de otra estatua de Colón que ya está allí.
Pero esta movida es rechazada. Juan Radina, presidente de la Federación de Sociedades Italianas en Mar del Plata, dijo que estaban en contra, y advirtió que el salitre del aire podría dañar la estatua. En tanto, en la Asociación Civil Marplatenses Defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano (MDP a+u), agregaron que no quieren perder el monumento que ya está allí porque tiene 113 años y es anterior al porteño.


Fuente: clarin.com