LA ENERGÍA DEL ARTE EN UNA FERIA

Sin curadores visibles y con la intención de poner al público en el centro de la escena, Tecnópolis busca una nueva manera de exhibir arte, con obras colosales distribuidas en una gigantesca “feria de masas” a cielo abierto.

La 2ª edición de Tecnópolis , la feria que pone el eje en la ciencia y que está organizada por el Gobierno nacional, a través de la Unidad del Bicentenario dirigida por Javier Grossman, tiene este año un espacio notable dedicado a las artes visuales. El predio, ubicado en la frontera de la Ciudad de Buenos Aires con la provincia, en Villa Martelli, está dividido en parques temáticos y este año hace centro sobre el concepto de “energía”. No se refiere sólo al concepto de la física: energía es –según los organizadores de la feria– la capacidad que hemos tenido los argentinos para producir cambios en todas las áreas de nuestra vida.
Entre los parques temáticos, se encuentra uno dedicado a las intervenciones artísticas. No se trata de un espacio unificado donde pueden apreciarse las obras elegidas para hacer honor al tema de “la feria de masas”, como la llaman sus organizadores. La idea, muy estudiada, fue esparcir las obras y que se entremezclaran con el resto de los parques, siendo cada una de ellas una intervención en algún lugar aleatorio del inmenso predio de más de 50 hectáreas. No hay curadores mencionados; hay, sí, mucho cuidado en no dar nombres propios a la hora de decir por qué se eligió a los artistas que forman parte de este parque. No es una omertá , es más bien un intento de desempolvar el arte de su vestigio elitista y permitir que este evento gratuito y verdaderamente multitudinario pueda ofrecer expresiones artísticas sin el énfasis del privilegio o de la exclusividad, sacando al curador del lugar central y poniendo más al espectador que al artista en el centro de la escena. Con todo, la elección de los artistas se ve cuidada, atenta a las nuevas tendencias y con apuestas que no siempre marcan los nombres que se supondría que deberían engalanar un evento como éste. El proceso de selección se realizó a través de una convocatoria cerrada –nos confirman del equipo de producción– donde se informó a los artistas del espacio que disponían y de las intenciones que debían expresar con su obra –ciencia, cultura, nación, energía como elemento transformador–. A todos se les pidió planos de los proyectos y se les asignó una suma de dinero que manejó Tecnópolis , que se encargó de hacer realidad la obra creada por cada artista, encargándose completamente de su producción y desarrollo. Los artistas cobraron honorarios que no pasaron de los 20 mil pesos aunque alguno, como Pablo Siquier, por iniciativa propia, decidió donar su obra.
La visita fue hecha, hay que decirlo, con cierto privilegio. No hubo que caminar a lo largo de los caminos de tierra y asfalto y desarbolados. Un carrito de golf conducido por un integrante del equipo de producción, nos llevaba de obra en obra. De modo que pudimos hacer paradas con tiempo, mirar las obras con dedicación, tomar un descanso y sin esfuerzo seguir hasta la siguiente. Ninguna obra está cerca de la otra, no hay diálogo entre ellas, están aisladas entre sí y el único diálogo que se produce es con la totalidad de la feria.
La primera parada en la que se detuvo el carrito fue frente a la creación, inmensa como todas las que se ven en la feria, de Nushi Muntaabski. Desde abajo no se entiende mucho de qué se trata. Se ven colores intensos, materiales sólidos de una obra que está hecha sobre el piso. Se intuye una explanada inmensa –nos dicen que de 40 metros–, que hace homenaje a la industria nacional; de allí su nombre “Industria argentina”. La obra debe ser vista desde las alturas para ser comprendida en su sentido más concreto y para eso hay una torre a la que se puede subir tanto por una escalera como por un ascensor. Desde allí se entiende la intención. Con materiales que nos cuentan que pertenecen a la industria que se produce en el país se intentó reproducir de forma figurativa un trabajador de los años 40, cuando el sector florecía.
La próxima parada fue frente a una gigantesca torre de energía intervenida por el grupo Doma, con sede en La Boca y con artistas que van y vienen de Argentina a otras partes del mundo, donde eligen vivir parte del año. “Coloso de energía”, tal su nombre, es una torre que podría pasar por un espantapájaros gigante, está adornada con luces que se encienden al atardecer, la mejor hora para apreciar la intervención de Doma –integrado por Mariano Barbieri, Julián Pablo Manzelli, Matías Vigliano y Orilo Biandini– y su astucia de aplicar a un elemento existente las lucecitas intermitentes que hacen la diferencia.
También tiene luces el proyecto de Dolores Cáceres. En magenta aplica sobre la fachada del “Galpón joven” luces que simulan constelaciones, fórmulas de física, mundos imaginarios, galaxias por descubrir. “Proyecto Atlas” se planta sobre el muro como las cuerdas de una guitarra, con fineza, con esas luces que compiten con el cielo esperando ser afinadas por nuestros ojos.
Pablo Siquier pintó un mural de inconfundible factura sobre una de las paredes laterales del Auditorio del Espacio Cultura Nación. Esta obra, que sigue la huella repetida de sus murales, “Mural Auditorio”, puede apreciarse a un metro o a 500 y este punto de vista de inmensa distancia, al menos en Argentina, es realmente novedoso y lo que hace la diferencia.
La obra estelar quizá sea la del francés Christian Boltanski, considerado uno de los más importantes artistas contemporáneos. Trae a Tecnópolis un proyecto con el que recorre el mundo: “Los archivos del corazón”. En distintas partes del mundo Boltanski registró los latidos de los corazones de quienes se prestaban a hacerlo. Aquí repite la experiencia. En una sala cerrada, una estudiante del IUNA con un estetoscopio con micrófono graba los latidos del corazón del interesado. Los registra en un CD y luego lo coloca en un sobre primoroso donde está impreso el nombre del artista y a mano el nombre de quien se prestó a la experiencia junto al número de corazón registrado.
A través de 12 abanicos superpuestos y gigantes, “Mi bandera”, de Manuel Ameztoy, da la ilusión de crear una bandera argentina con el movimiento del viento. Eso cuentan: el mismo viento no nos permitió apreciarla. En el momento de la visita estaba en reparaciones.
Las bestias de la playa del holandés Theo Jansen conforman unas esculturas realizadas con elementos marinos que barren las playas del norte de Europa. Aquí parecen unos monstruos gigantes barriendo el piso, bastante limpio por cierto. Leandro Erlich vuelve a sorprender con la simulación de una escalera caracol que no es más que una ilusión óptica y Emiliano Miliyo destaca con una original escultura, Espacio desplegado, que es la continuidad en tres dimensiones de las líneas del asfalto de uno de los caminos de la feria.
Por fuera de este parque, destacan las obras plantadas en el espacio del Espacio Cultura Nación con las obras de Alejandra Fenocchio, Delfina Estrada, Manuel de Francesco, las tres obras de lo más inquietante que en arte presenta la feria.

FICHA.
Tecnópolis
Lugar: Av. General Paz entre Balbín y Constituyentes.
Fecha: Hasta el 31 de octubre.
Entrada: Gratis

Fuente: Revista Ñ Clarín

TAXIS A CABALLO, CARRETAS, TRENES Y LUZ ELÉCTRICA: FOTOS DE UN CAMBIO DE ERA

Dos hermanos, los Boote, retrataron una época en que el país se fue modernizando. La calle Florida no era peatonal, Plaza Once era un lugar silencioso y, mientras tanto, se extendía el alcance del ferrocarril. La muestra con imágenes de fines del siglo XIX se puede ver en la UCA.

Por Julieta Roffo - seccioncultura@clarin.com

Como en el “Desayuno sobre la hierba” en el que Edouard Manet pintó las mañanas parisinas, los hermanos Samuel y Arturo Boote dieron cuenta, a través de la fotografía, de las costumbres argentinas de su época: la imagen de una gruta, con cascada y ciénaga, en la actual feria de Plaza Francia es sólo uno de los testimonios del pasado que integran la muestra La Argentina a fines del siglo XIX (1880-1900) , en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA.
Hay allí 72 fotos de las 115 que integran un libro que Ediciones de la Antorcha distribuirá con el nombre de la exhibición. Y hay, en esas imágenes, un poco de la ciudad de Buenos Aires, un poco de la provincia de Buenos Aires y otro poco de otras provincias. Es que en pleno auge de los retratos personales, los Boote se dedicaron a los paisajes urbanos y rurales, y a las costumbres de cada lugar.
“Fueron cronistas visuales, testigos que dejaron un testimonio a través de su trabajo, que al recuperarse es como viajar en la máquina del tiempo”, explica Abel Alexander, investigador y fotohistoriador, y curador de la muestra junto a Luis Priamo, otro especialista en fotografía antigua.
Es justamente Priamo quien resume la importancia del trabajo de Samuel, que vivió entre 1844 y 1921: “No sólo producía imágenes para sí, sino que además era contratado por empresas, especialmente las ferroviarias , para dar cuenta del avance del trabajo en una Argentina en plena expansión”, sostiene. Hay, en las fotos, vías recién colocadas que “viajan” a distintas provincias, rieles del tranvía en pleno uso en la Capital, una flamante estación central en Córdoba y una planta de procesamiento de azúcar recién inaugurada en Santa Fe.

Acequias. La ciudad de Mendoza estrena su sistema de desagüe en época de tranvías y taxis a caballo./Samuel boote
Por encargo. El Consejo Nacional de Educación quiso mostrar sus avances a través de la fotografía. /Samuel Boote

Arturo, que vivió entre 1861 y 1936, se abocó más a la actividad comercial, a través de la venta de álbumes y de máquinas. Pero eso no le impidió conformar un archivo de imágenes que también da cuenta de una Argentina en la cual los taxis eran tirados por caballos , el Cabildo era más largo, la calle Florida no era peatonal y en Plaza Constitución paraban las carretas , antes de que llegaran los colectivos.
En los campos que retrataron los Boote –de familia inglesa y con propiedades en Chascomús, donde también se montará la muestra– durante los últimos veinte años del siglo XIX, se nota el desarrollo tecnológico : lo que durante los primeros tiempos se hacía con tracción a sangre, ahora depende del ferrocarril.
Esos tiempos de cambios se leen con el correr de las fotos: en las fiestas mayas de 1896 –un festival que duraba tres días– hay iluminación eléctrica en Plaza de Mayo, entonces Plaza de la Victoria. Algo inhallable en la foto de 1892, igual que la Avenida de Mayo, abierta por esos años.
En 1889, narran los Boote en su álbum “Vistas de escuelas comunes” para el Consejo Nacional de Educación, había batallones escolares: chicos de los últimos grados de la escuela primaria uniformados y armados, acompañando a las milicias en un acto patriótico. Y en 1885, y aunque suene inimaginable más de cien años después, la Plaza Once era un lugar desértico y silencioso. No como las fotos antiguas, que colgadas de una pared mucho tiempo después, dicen tantas cosas.
Pabellon de las Bellas Artes

Av. Alicia M. de Justo 1300, P. B.
Campus de Puerto Madero

C1107AAZ Ciudad Aut. de Buenos Aires; Argentina


INFORMES:

Tel. (011) 4349- 0200 - Int. 2801 / (011) 4338- 0801

Mail. pabellon_artes@uca.edu.ar


HORARIO:

Martes a domingo, de 11 a 19 hs.
Lunes cerrado

Fuente: Revista Ñ Clarín

RESTOS DEL SIGLO XVII BAJO LAS VEREDAS
DE SAN IGNACIO


Espectadores. Chicos de una escuela que visita San Ignacio observan a los especialistas. / gobierno de la ciudad

Por Romina Smith



La sugerencia fue de Francisco Baigorria, párroco de la iglesia de San Ignacio de Loyola, en Monserrat, por las obras que se preparaban en la cuadra del templo, Bolívar y Alsina: él fue quien pidió que se excavaran las veredas en busca de material histórico. Y el resultado sorprendió: bajo las baldosas, un equipo de expertos del Centro de Arqueología Urbana de la UBA y del Museo de La Plata encontró restos de cimientos de piedra y cal y otros objetos que revelan la vida colonial de una construcción que funcionaba como anexo de un pequeño templo, y que luego se transformaría en la actual iglesia.
Los trabajos empezaron en agosto y permitieron detectar, además de los cimientos, restos de cuentas de vidrio, fragmentos de vajilla de mayólica española y cerámicas . Incluso algunos elementos de hierro y huesos de animales del período colonial. La idea es que una vez concluidas las obras de remodelación de la calle y las veredas, los hallazgos sean protegidos con un blindex a la altura del piso para que puedan ser exhibidos con una iluminación que los destaque.
“A nosotros nos convocó el Ministerio de Desarrollo Urbano dentro del proyecto de remodelación de esa zona del Casco Histórico. Como parte de esos trabajos, que buscarán reconstruir el atrio de San Ignacio, nos pidieron que hiciéramos una exploración en la vereda.
Son cimientos de piedra y trozos de mayólica que están siendo desenterrados.
Sabían que podía haber restos de una construcción que ocupaba el lugar donde ahora está el colegio Nacional de Buenos Aires. Eso fue a partir de fotos históricas y planos , y lo que finalmente se comprobó: encontramos cimientos de piedras y también otros objetos del siglo XVII y XVIII”, contó a Clarín la arqueóloga Ana Igareta, directora operativa de los trabajos.
Según Igareta, las fotografías orientativas son de la década del 30 mostraban cómo era la antigua construcción, y así se calculó dónde buscar. “Lo curioso es que en Buenos Aires no hay muchos cimientos así. Las piedras debían pagarse y acarrearse desde otros sitios, y era un gasto que no cualquiera podía pagar”. El equipo de arqueólogos también abrió otros sectores, donde fueron apareciendo materiales fragmentados. “La historia de los últimos cien años de cañerías de la Ciudad atraviesan esos 15 m2 que excavamos”, sintetizó Igareta. Durante el peritaje, muchos vecinos se acercaron a preguntar qué estaba pasando. “Eso fue muy interesante, llegamos a tener 50 personas alrededor mirando cómo buscábamos”, sumó.
“El tránsito estará vedado a la altura del atrio de la iglesia, para preservarla”, contó Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano porteño.

Fuente: clarin.com

HALLAN LA PARTIDA DE NACIMIENTO DE GARDEL
Y PRUEBAN QUE ERA FRANCÉS

Estaba en Toulouse, Francia, bajo el nombre de Charles Gardes.


Documento. Gardel, muy joven, y abajo, la partida de nacimiento fechada el 11 de diciembre de 1890 en el registro de Toulouse./ proa editores

Por Sibila Camps

“En el siglo XXI estamos hablando de un hombre nacido en el siglo XIX”, hace notar Juan Carlos Esteban. Se refiere a Carlos Gardel, cuya partida de nacimiento como Charles Romuald Gardes, en un hogar para madres solteras de Toulouse, publica en El padre de Gardel, el libro que escribió junto con Monique Ruffié y Georges Galopa. O sea que, después de tantas décadas de mitos y especulaciones, Gardel era nomás francés.
Esteban es una rara avis entre los investigadores del tango. Fue secretario de Industria y Comercio de la Provincia bajo la gobernación de Oscar Alende (presidencia de Arturo Frondizi), y su trabajo en el terreno de la economía agropecuaria lo ha llevado con frecuencia a Uruguay. Allí vio crecer el mito de Gardel como hijo pródigo de Tacuarembó, “una ciudad de 94.000 habitantes donde de golpe entraron 42.000 turistas por año”.
Esto lo llevó a indagar, a ponerse en contacto con José Félix, un refugiado español residente en Toulouse. Allí viven los coautores de este libro, el cuarto que escriben en equipo acerca del Zorzal Criollo desde 2001. Así, a los 85 años e Internet mediante, Esteban llegó al final de un camino emprendido diez años antes.
Berthe Gardes tenía 19 años cuando nació su hijo, el 11 de diciembre de 1890. Ser madre soltera era entonces una deshonra familiar y, expulsada del hogar, la joven terminó anclando en la Argentina, cuando su niño tenía 2 años y tres meses. Ya mayor de edad, Carlos era un indocumentado, ya que, d e haber concurrido al consulado de Francia, habría tenido que alistarse para la guerra de 1914 .
En 1920 necesitó documentos para viajar y actuar en España. Aprovechó un decreto de 1906 del gobierno del Uruguay, que preveía la protección a ciudadanos uruguayos en otros países, cruzó el charco en compañía de José Razzano, y se dio por nacido como Carlos Gardel en Tacuarembó en 1887. Así se agenció de un certificado transitorio por un año, sin ninguna documentación que lo respaldara.

La partida de nacimiento de Gardel.




Cuenta Esteban que 23 días después tramitó la ciudadanía argentina. Y que en 1933, cuando estaba por viajar a Estados Unidos, le recomendaron poner sus papeles en orden, por lo que el 7 de noviembre 1933 redactó un testamento hológrafo, donde consignó su origen francés.
“Eso sirvió a los efectos sucesorios en 1935 y en 1937 en Uruguay”, explica Esteban.
¿Y quién fue el padre de Gardel? Los autores del libro indagaron sobre la hipótesis más fuerte, la de Paul Jean Lasserre. Hizo el servicio militar en Toulouse, cuando Berthe vivía en esa ciudad; y dos meses antes del nacimiento de Charles, se fue a París.
Fue tipógrafo, restaurador, contador. También estuvo preso cuatro años, por robar en banda en locales de bebidas y violar cajas fuertes. Tuvo otras dos hijas naturales –los autores entrevistaron a Fanny, la menor, de 93 años–, y se casó con una mujer acomodada. Las incluyó en su testamento, de 1919, y heredaron propiedades y sumas importantes.
“Tuvo oportunidad de reconocer a su hijo, pero no lo hizo. Pero Gardel sí sabía quién era su padre”, y en 1930 dio una pista al periodista uruguayo Segundo Bresciano. Una foto de Lasserre estaba en la casa de Berthe en la calle Jean Jaures, en el Abasto.

Fuente: clarin.com

¿UN PICASSO POR SÓLO US$ 450? ES UN ROBO.



Una imagen de Google revela que múltiples galerías venden online una presunta escultura de Alexander Calder de un elefante negro. La Fundación Calder dice que no es del artista.

¿En busca de gangas online? ¿Qué tal un Rembrandt original por 900 dólares ("se puede comprobar su antigüedad por el papel", afirma el vendedor del grabado)? ¿O una pieza en tinta de Matisse por 1.250 dólares? (El trabajo del artista, destaca el vendedor online, "no tiene precedentes en la historia del arte occidental".) Sí, Sotheby’s puede obtener más de 100 millones de dólares por un Picasso en una subasta. Pero quienes compran en la web pueden encontrar una pintura "original" del maestro por apenas 450 dólares, menos de lo que cuesta un par de zapatos de diseñador.
Todos los días se ofrecen obras calificadas de "originales" y "auténticas" atribuidas a gigantes del mundo del arte por precios increíbles en sitios de subastas y galerías online. Y todos los días hay gente que las compra.
El hecho de que esos trabajos a veces sean falsos o estén catalogados de forma engañosa no constituye una sorpresa para los especialistas en arte y las fundaciones que monitorean las ventas de arte online. La estafa, dicen los expertos, ha saturado determinados sectores del mercado de arte.
"En todos los países que visito, hasta en Abu Dhabi, me contactan artistas o fundaciones que están desesperados por el tema de la falsificación", dijo Véronique Wiesinger, directora y curadora de la Fundación Alberto y Annette Giacometti en París. "El otro día contamos 2.005 falsas esculturas de Giacometti en venta" en un solo sitio web, agregó.
Muchos vendedores online conocidos, por supuesto, venden exactamente lo que anuncian.
"Hay muchas compras online, y la mayor parte de la gente está satisfecha", señaló Alan Bamberger, un tasador y consultor de arte.
Un reciente estudio de especialistas en estadísticas de la Universidad George Washington en Washington, D.C. y la Universidad de California, Irvine, estimó que es falso el 91% de los dibujos y pequeñas esculturas del artista Henry Moore que se venden online a través de eBay.
La Fundación Giacometti y los herederos de Picasso consideran que el problema de la venta de arte falso es tan agudo, que contribuyeron este año a la fundación de una nueva asociación, la Unión Internacional de Maestros Modernos y Contemporáneos, para promover la protección legal "contra la circulación de obras de arte falsas".
El arte se vende de forma legítima en Internet en un amplio espectro de sitios, entre ellos los de los propios artistas, los de galerías establecidas que se han expandido a la Web y los de nuevas galerías que representan el trabajo de artistas emergentes. Una consecuencia de que haya tantos centros respetables de venta de arte en la Web en la actualidad, dicen los especialistas, es que también se ha hecho más fácil la introducción de falsificaciones por parte de emprendimientos menos respetables.
Lo más común son las reproducciones no autorizadas que violan una marca registrada o la propiedad intelectual de un artista. En otros casos la reproducción está autorizada, pero alguien agrega la firma del artista ­copiada o falsificada­ para transformar un poster barato en una edición "firmada" limitada.
Por último están las falsificaciones lisas y llanas, que se venden como obra de un artista.
El mes pasado se acusó a David Crespo, el propietario de una galería de Madison, Connecticut, de vender falsos dibujos de Picasso que había comprado engañado en la Web unos años antes. Crespo había pagado casi 50.000 dólares por una serie de presuntos dibujos de Picasso a un vendedor conocido como Collectart4less, según documentación judicial.
Al descubrir que se trataba de reproducciones, vendió varias a compradores inocentes por centenares de miles de dólares, dicen los fiscales, y les proporcionó documentos faltos sobre su autenticidad y origen. Crespo se ha declarado inocente de las acusaciones.
El arte online suele estar acompañado de un "certificado de autenticidad" o un certificado de registro. Pero esos documentos suelen no tener mucho valor, señalan los expertos, a menos que los haya firmado un artista o su representante autorizado.
Recorrer eBay y otros sitios en busca de obras falsas es una actividad diaria en la Fundación Calder en Nueva York. Varias galerías de distintos lugares del mundo publican una pequeña escultura de elefante como edición limitada de Alexander Calder, pero el artista no tiene nada que ver con eso. "Es una de las cosas más desagradables que he visto en toda mi vida", dijo Alexander S.C. Rower, que es nieto del artista.
Los empleados de eBay no investigan lo que se vende en el sitio, si bien la compañía lo hace cuando hay quejas por falsificaciones, declaró la portavoz Amanda Christine Miller.
Barry Werbin, un abogado de Nueva York especializado en arte cuyo padre era galerista, dice que los clientes que compran arte online están locos. Comprar arte en persona y teniendo conocimientos ya es difícil, afirmó. Pero la gente oye hablar de asombrosos hallazgos en ventas de garaje o ve series de televisión como "Antiques Roadshow" y cree que puede tener golpes de suerte similares online.
"Hace que todos se entusiasmen y el programa de televisión tenga éxito", dijo Werbin, "pero esos descubrimientos son muy escasos".

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL DISEÑO SE VUELVE MINIMALISTA, ZEN,
EMPUJADO POR LA CRISIS



Fotografía tomada el 9 de junio de un sofá del diseñador francés Philippe Stark expuesto en el evento Designer's Days, en París. El diseño de interiores, un sector en crecimiento en el mundo, se volverá en los próximos años minimalista, zen, debido a la crisis y a la necesidad de hallar otros patrones de consumo, vaticinan varios diseñadores en París, una de las capitales del diseño mundial.


Por Ana María Echeverría


El diseño de interiores, un sector en crecimiento en el mundo, se volverá en los próximos años minimalista, zen, debido a la crisis y a la necesidad de hallar otros patrones de consumo, vaticinan varios diseñadores en París, una de las capitales del diseño mundial.
Este movimiento hacia "lo esencial" se refleja en la búsqueda de "los objetos que de verdad necesitamos alrededor nuestro para vivir", señaló Elizabeth Leriche, una experta que tiene por misión desvelar las tendencias y los nuevos rumbos en el diseño.
Esa búsqueda de líneas depuradas es el hilo conductor de una exposición, 'Minimum', que Leriche organizó para Maison et Objets, la gran feria parisina consagrada al diseño de interiores, que lanzó la Semana del Diseño, que expone hasta el domingo cientos de marcas y obras de creadores internacionales.
"En nuestra sociedad de consumo masivo, quería explorar la idea de que uno puede vivir sin demasiadas cosas", explicó Leriche a la AFP. "Se trata de hallar una manera de vivir más ligera, sin excesos, más libre de objetos".
Su propuesta de "volver a lo esencial" está en contra del 'bling bling', ese lujo ostentoso que "choca", en su opinión, con el ambiente de crisis que vive el mundo.
Para su exhibición, esta 'descubridora de tendencias' expone objetos sobrios, sugeridos por sólo unas líneas y construidas con poco material, como una silla geométrica o un sofá en plexiglas, casi transparente, obra de un creador japonés.
Se trata de eliminar "lo inútil", de proponer objetos que "aspiran a la transparencia y dejan lugar para el espacio vacío". Objetos que responden a "otra manera de consumir, más sostenible para el planeta", apuntó Leriche.
"Pero quiero combatir la idea de que el minimalismo es frío. Cuando se habla de minimalismo la gente tiene miedo que sea sólo blanco y negro, austero. Sin embargo, hay objetos minimalistas muy sensuales", dijo, mostrando un sofá en color naranja evanescente, que se degrada paulatinamente al blanco.
Según François Bernard, otro buscador de tendencias en el diseño mundial, es en "época de grandes convulsiones" económicas y sociales cuando se produce una "explosión de la creatividad".
Y ahora, con la crisis, "estamos en el corazón" de una de esas épocas, señaló Bernard, cuya exposición gira alrededor de los elementos: la Tierra, el Aire, el Fuego y el Agua, que inspiran "objetos contemplativos, zen".
"En el siglo XXI, ya hemos producido tantos objetos, tantas mesas, sillas, mesas, platos, que los diseñadores se preguntan qué más pueden hacer".
Señaló como una de los ejes "del diseño de mañana" la creación de objetos "que provocan emoción, poesía".
No hay espacio, en esta tendencia, para "animales, tejidos impresos con flores, hojas", dijo Bernard, que seleccionó objetos que "hablan al alma", como una pantalla de lámpara que recrea el efecto de la luz que se desliza entre las hojas. "Objetos que nos provocan emociones, que evocan momentos felices", dijo.
Aquí se incluyen algunos sitios en internet donde se pueden contemplar algunos de los objetos que anticipan el futuro del diseño mundial, expuestos en París:

(www.parisdesignweek.fr/en)
(www.mayaselway.com)
(www.rongilad.com)
(www.tinafreydesigns.com)
(www.aplusacooren.com)
(www.tokujin.com)
(www.azambourg.fr)

Fuente: AFP

PARIS SE CONVIERTE EN LA CAPITAL DEL ARTE DEL ISLAM,
CON UN NUEVO LOUVRE


Una ondulada vidriera de cristal, que evoca un velo islámico agitado por el viento, cubre el nuevo departamento de Artes del Islam del museo del Louvre, con el que París aspira a convertirse en la capital artística de esa civilización milenaria, que se extendió desde España hasta India.

Por Ana María Echeverría

Una ondulada vidriera de cristal, que evoca un velo islámico agitado por el viento, cubre el nuevo departamento de Artes del Islam del museo del Louvre, con el que París aspira a convertirse en la capital artística de esa civilización milenaria, que se extendió desde España hasta India.
Conocido ya como "El Velo", el nuevo departamento del Louvre, que abrirá sus puertas al público el sábado, es el proyecto artístico más atrevido del museo parisino desde la pirámide de cristal de IM Pei, hace veinte años.
Pero el nuevo espacio consagrado a la civilización que nos legó, entre otras maravillas, la Alhambra de Granada (sur de España), es también un proyecto político, en un país con más de cinco millones de musulmanes.
Obra del arquitecto italiano Mario Bellini y del francés Rudy Ricciotti, nacido en Argel, las nuevas galerías albergan una de las más importantes colecciones de artes del Islam en el mundo, la que por falta de espacio había estado guardada en las bodegas del museo.
El germen de este nuevo departamento del Louvre fue sembrado por el ex presidente Jacques Chirac, quien en 2003, cuando sonaban tambores de guerra en Irak, lo concibió como una manera de evitar el choque entre civilizaciones.
"Jacques Chirac ordenó en agosto del 2003 el diseño de una nueva ala para darle la importancia que merecía nuestra colección de arte islámico", dijo el presidente del Louvre, Henri Loyrette, al presenta las galerías a un pequeño grupo de periodistas, antes de su inauguración el martes por el presidente François Hollande.
La directora del departamento de Artes del Islam, Sophie Makariou, dejó claro que este nuevo espacio -unos 3.000 metros cuadros dedicados a las artes del Islam- responde a una voluntad artística, pero también política.
"En momentos en que el término islam, con i minúscula, evoca sucesos sombríos, este nuevo espacio revela la luminosidad de una civilización, el Islam, con i mayúscula", destacó Makariou, en momentos en que una ola de protestas recorre el mundo musulmán, a causa de un film.
"Hay que devolverle al término Islam su grandeza, no se debe dejar a los integristas, a los yihadistas", subrayó Makariou, evocando implícitamente hechos como atentados o la destrucción de obras artísticas por grupos islámicos.
Entre los objetos más reveladores de la "luminosidad" de la cultura islámica, Makariou -que escogió unas 3.000 piezas para esta primera exposición-, destacó una caja redonda de marfil labrada en Córdoba en el año 968, que admitió era su "preferida", de toda la colección.
"Es una obra maestra, con un mensaje poético y político", que fue ejecutada en la corte del último de los hijos del Califa de Córdoba", dijo la experta en un recorrido el lunes de las nuevas galerías, que acogen la colección del Museo de Artes Decorativas de París.
Loyrette destacó que erigir este nuevo espacio en la histórica plaza Visconti del Palacio del Louvre, de construcción neoclásica, representaba un "gran desafío arquitectónico y técnico". Pero los arquitectos "superaron nuestros sueños", señaló.
El techo -que Bellini comparó con "un velo delicado, que deja penetrar la luz", o con "una alfombra voladora, o con las alas de una libélula"- reposa sobre ocho pilares, también ondulados, que dan a la estructura la impresión de "levitar".
"Queríamos una construcción que diera la sensación de levedad, que recibiera con amor esta colección maravillosa", dijo Bellini en entrevista con la AFP.
El arquitecto mostró con los dedos como había moldeado una malla, para concebir el techo ondulante, que está formado por más de 2.000 triángulos de acero.
"Concebimos el techo como un velo agitado por el viento", dijo, recordando que sus viajes por países musulmanes, "viendo el arte Islámico, recorriendo las calles, admirando la cultura", habían nutrido sus diseños para el Louvre.
Con la construcción de estas nuevas galerías -que ha contado con el apoyo de mecenas como el príncipe saudí Al-Waleed bin Talal, que contribuyó millones de euros-, París se consolida como la capital europea de la cultura islámica, tras el Instituto del Mundo Árabe, que atrae a más de un millón de visitantes cada año.

Fuente: AFP