"EL GRITO" DE MUNCH SERÁ EXHIBIDO
DURANTE SEIS MESES EN MUSEO DE NUEVA YORK


La versión de "El grito" del pintor noruego Edvard Munch subastada en mayo pasado por la cifra récord de 119,9 millones de dólares será exhibida en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York durante seis meses a partir del 24 de octubre, indicó el martes esa institución.

Por Carl Court

La versión de "El grito" del pintor noruego Edvard Munch subastada en mayo pasado por la cifra récord de 119,9 millones de dólares será exhibida en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York durante seis meses a partir del 24 de octubre, indicó el martes esa institución.
La obra fue prestada al MoMA por su comprador, cuya identidad no fue revelada. Según alguna fuentes, se trataría del multimillonario empresario y financista estadounidense Leon Black.
Esta versión de "El grito", realizada en 1895, representa a un hombre agarrándose la cabeza sobre un trasfondo de cielo rojizo, y es la única de los cuatro ejemplares de la obra aún en manos de un particular.
Entre 1893 y 1910, el pintor expresionista Edvard Munch (1863-1944) realizó cuatro versiones de "El grito", que se convirtió, con el paso del tiempo, en símbolo de la angustia universal.
Las tres versiones restantes de la obra pertenecen una a la galería nacional de Oslo y dos al Museo Munch en Oslo.
La seguridad del MoMA será reforzada durante la muestra, teniendo en cuenta los antecedentes de dos espectaculares robos de versiones de la pintura en los últimos quince años en museos de Noruega.
En 1994, una versión de "El Grito" fue robada de la Galería Nacional de Oslo y recuperada poco después por la policía.
En agosto de 2004, otra versión de "El Grito" fue robada en pleno día por hombres armados en el Museo Munch de Oslo. La pintura fue recuperada en 2006.

Fuente: AFP

EL FBI AÑADE UN RENOIR A SU LISTA
DE OBRAS DE ARTE MÁS BUSCADAS


La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos, el FBI, anunció este martes que había añadido una pintura de Pierre-Auguste Renoir robada el año pasado de una casa particular de Texas (sur de Estados Unidos) a su lista de obras de arte más buscadas.

Por León Neal

La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos, el FBI, anunció este martes que había añadido una pintura de Pierre-Auguste Renoir robada el año pasado de una casa particular de Texas (sur de Estados Unidos) a su lista de obras de arte más buscadas.
La obra "Madeleine Leaning on Her Elbow with Flowers in Her Hair", un óleo valorado en un millón de dólares, fue robada por un ladrón solitario armado que portaba un pasamontañas en Houston, el 8 de septiembre de 2011.
El FBI la añadió a su lista de obras más buscadas y ofreció una recompensa de 50.000 dólares, con la esperanza de aumentar sus oportunidades de encontrarla.
"Nuestro objetivo es el de proporcionar información sobre este robo al máximo número de personas" posibles, declaró Bonnie Magness-Gardiner, que dirige los programas relacionados con las obras robadas en el FBI.
El pintor impresionista francés pintó este cuadro en 1918, un año antes de su muerte a los 78 años, y lo firmó en la parte inferior derecha.
El FBI creó esta lista de obras más buscadas en 2005 y desde entonces recuperó seis pinturas (entre ellas un Renoir) y una escultura.
La lista actual está formada por tres Rembrandt del museo Isabella Stewart Gardner de Boston, dos pinturas del museo Vincent Van Gogh de Ámsterdam y antigüedades robadas en Irak en 2003 durante el saqueo del museo nacional.

Fuente: AFP

TODAS LAS CARAS TIENEN UN LADO B


¿Quiénes son los músicos, artistas y productores detrás De las tapas de discos? Estos retratos ocultan tanto como revelan sobre los modelos y sobre la era de los vinilos.


Hace tres años que Pablo Garber fotografía músicos, artistas, productores y gente desconocida con su vinilo preferido. Pero sus caras nunca se ven. Al ocultar, revela. “Además de hacer un recorrido por las tapas que ellos eligieron, mi intención es formar un retrato colectivo de la era del vinilo, trayendo al presente aspectos del ritual que implicaba escucharlos”, explica.
Así que Ponete un disco, el trabajo suyo que se exhibe ahora en el Centro Cultural Recoleta, es una invitación a descubrir quién está detrás en cada imagen tanto como un panorama de experiencias grabadas por esa costumbre que hoy sobreviven, justamente, más o menos tapadas. A indagar en el lado B de todas las caras.
Garber cuenta que en 75 imágenes que creó –y a las que ya prevé sumar unas 30– están Rocambole, Litto Nebbia y Lalo Mir, entre otras figuras populares. Que a ellos y a los “anónimos” les preguntó por el vinilo, esa portada que se quedaban mirando, cómo los marcó y el espacio donde hoy se sienten más identificados. Y que con esa información, juntos, crearon. Hay que indagar para reconocer a los famosos. Ofrece pistas pero no fáciles, al menos para los que no somos eruditos ni fanáticos. Sin embargo, ante la potencia de la mayoría de las piezas no cuesta involucrarse y la cuestión de “éste quién será” pasa a segundo plano. Garber sabe dónde enfocar para que quede claro lo que le interesa mostrar.
La tapa de Oktubre, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, aparece en una mesa electoral. 
Mentiras Piadosas, de Sabina, en manos de una pareja en un diván de psicoanalista. El gran micrófono de la tapa del compilado de FM USA (Winter’85) vol 3, en contraste con el cuadro “Santa conversación” (1525-30), de Niccoló Pissano, sostenido por una chica de espaldas a la cámara, con las manos dispuestas como alas, cual angelito salido del marco.
LA MAQUINA DE HACER PAJAROS. La máquina de hacer pájaros.
LA MÁQUINA DE HACER PAJAROS. La máquina de hacer pájaros.

La máquina de hacer pájaros, de la banda homónima, en una plaza. Sobre una hamaca que se viene encima del espectador, despeinada por el envión, mientras una paloma aterriza al fondo, como un detalle. Antes que al detective, da ganas de jugar a volar. Entonces, maravillado, uno recuerda, mejor dicho experimenta, aquello de Lewis Carroll respecto de “¡Qué pobre memoria es la que sólo funciona hacia atrás!”
El trabajo de Garber engancha por curiosidad y atrapa así, con sorpresa, ironía y variedad. Los Beatles, Julio Iglesias, The Smiths o Música en Libertad. Imágenes individuales, dípticos, trípticos. Citas de los retratados dispersas entre ellas. “Entonces Vinicius me dice: ¿Estás seguro que querés grabarlo? Mirá que yo no vendo mucho. ¡La cuestión es que este disco ya lleva casi medio siglo vendiéndose en todo el mundo!”, de Alfredo Radoszinsky, fundador del sello Trova. Indicios, otros estímulos para investigar.
Pero con esa persistencia en enmascarar a los retratados y contextualizar los vinilos en espacios inesperados, Garber logra sobre todo desplazar lecturas fáciles y dejar establecidas las que se propuso transitar sin cerrar ningún camino, arriesgándose a multiplicar sentidos. Una foto, se sabe, es también una idea. Y como advirtió Ansel Adams, quien recorrió como pocos las posibilidades expresivas de los paisajes, “no hay nada peor que una imagen brillante de un concepto borroso”. Por eso, aunque hay propuestas visuales para traer los vinilos de vuelta con tapas que tapan, como sleeveface.com –popular sitio de Internet donde cualquiera puede colgar una imagen en la que se autoincluye en una portada–, Ponete un disco resulta singular. 

FM USA. Winter 85
FM USA. Winter 85.

El trabajo de Garber nació con una imagen que se le cruzó en la web: “Era una chica en un bosque –cuenta– y su cara encajaba con una portada. Mucho después me enteré de que pertenecía a sleeveface. Lo que me interesó fue la inclusión del vinilo en ese entorno no previsible. Era en un bosque casi encantado y ese toque surrealista también me atrajo”.
En su momento, la relación de Garber con los vinilos fue especial. Para un libro que planea publicar, escribió que esa relación se remonta a cuando tenía doce años y su papá, que trabajaba en una discográfica, lo mandaba a ensobrar. Un depósito. Los discos “envueltos en un papel suave y finito”. Las tapas “con olor a tinta fresca”. El “placer” de mirarlas. El “descubrimiento” de bandas. Después, ciertas ceremonias. Ir a Parque Rivadavia a canjear. Esperar que ese pariente que había viajado al exterior consiguiera el álbum que no se editaba acá. Reunirse con amigos para compartir la novedad. “Es probable que en ese galpón, sentado sobre una inestable banqueta de madera, se gestara mi vocación por la fotografía y las artes visuales”, explica. Pero aclara que no escucha vinilos hace décadas y que lo tienta principalmente sentir su consistencia, colocarlos en la bandeja, oír “el ruido a fritura que precede a la primera nota” y verlos girar.
Es claro: los recuerdos son la introducción a este repertorio de piezas, que según escribió Guillermo David –también para el futuro libro– pueden conformar “la cara B de una época cuya impronta nos aqueja tanto como nos ilumina”.

FICHA
Pablo Garber. Ponete un disco
Lugar: Centro Cultural Recoleta, Junín 1930. Sala Prometeus.
Fecha: Hasta el 30 de  setiembre.
Horario: martes a viernes, 14 a 21; sabados, domingos y feriados, 12 a 21.
Entrada: gratis.

Fuente: Revista Ñ clarín

DE CABINA A BIBLIOTECA

Un diseñador de arquitectura convirtió cuatro cabinas telefónicas de la ciudad de Nueva York en bibliotecas temporarias por medio de la instalación de estantes.
El mejor momento para convertir un teléfono público en una biblioteca es un domingo por la mañana temprano, dijo John H. Locke, un diseñador de arquitectura que podría ser el principal especialista del mundo en el tema. "No hay mucha gente", dijo. "se puede ir, buscar una buena cabina, prepararla y cerrarla bien. Toma unos segundos. se la llena de libros y se espera a ver qué pasa".
El invierno pasado, Locke diseñó una serie de estantes livianos para colocar en el interior de las cabinas telefónicas de la marca Titan de la ciudad de Nueva York. Un fabricante de Brooklyn corta los estantes, que Locke pinta y monta en su departamento.
Hasta ahora ha realizado cuatro instalaciones, la última de ellas en la Avenida Amsterdam y la Calle 87 oeste, un domingo antes de las ocho de la mañana. Locke colocó en su lugar una estantería de color verde lima y la llenó de libros infantiles y novelas.
Apenas había dado vuelta la esquina cuando un hombre que había estado parado frente a un restaurante empezó a examinar títulos, luego de lo cual se decidió por "El resplandor", de Stephen King.
Lo que pasa con las instalaciones pasados los primeros minutos tiene cierto misterio para Locke. Las controla de forma periódica, dijo, hasta que desaparecen después de unos días o semanas. Para él, está bien. "Es algo espontáneo que surge en determinados lugares", señaló. "A la gente le gusta y le resulta inspirador, pero luego vuelve a desaparecer".
Las bibliotecas tienen sus seguidores. Editoriales, librerías y vecinos se han contactado con Locke para donar libros con miras a futuras instalaciones. La publicación Spontaneous Interventions presenta el proyecto en su edición actual.
Si hay algún elemento de las calles de la ciudad que pide a gritos un nuevo destino, parece ser el teléfono público. El Departamento de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información de la ciudad empezó a solicitar ideas en junio respecto de qué hacer con los restantes 13.000 teléfonos públicos de las aceras.
No son por completo obsoletos. Aquí el teléfono público promedio se usó para hacer seis llamadas diarias en 2011. Los teléfonos públicos dieron a la ciudad ingresos de 18 millones de dólares en el último año fiscal, en su mayor parte derivados de avisos colocados en las paredes laterales de las cabinas.
Dado que el organismo se resiste a renunciar a ese dinero, analiza sugerencias de convertir las cabinas telefónicas en mapas barriales de pantalla táctil, transformarlos en estaciones de recarga de aparatos portátiles o autos eléctricos, o usarlos como dispensers de desinfectante para las manos. También participa en un proyecto piloto de utilizar las cabinas telefónicas como centros de Wi-Fi.
Locke, que tiene aversión a la publicidad en exteriores, dijo que no quiere tener nada que ver con la iniciativa de la ciudad. Sube los planes relacionados con sus estantes a su sitio web con la esperanza de que la gente instale sus propias versiones en las cabinas de sus barrios.
Después de que Locke instaló los estantes y volvió a su casa para desayunar con su novia, llegaron cuatro hombres muy interesados en el proyecto. Hablaban en voz baja y examinaban la cuadra. Uno fingía usar el teléfono que asomaba por el estante de libros. Tras comprobar que no había moros en la costa, vaciaron los estantes de su contenido.
Todo fue a parar a las bolsas azules de plástico, desde Guía práctica para la construcción de escuelas excepcionales, de Paul Bambrick-Santoyo, hasta Los cuentos de F. Scott Fitzgerald. Los hombres se pusieron las bolsas al hombro y se fueron en distintas direcciones.
Dejaron a sus espaldas una estantería vacía de libros y ya inútil, a menos que alguien quisiera hacer un llamado telefónico. 

Fuente: Revista Ñ Clarín

"EL GRECO", NUEVA ATRACCIÓN
DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

“San Juan Evangelista”, propiedad del museo español, se expone junto a otra obra del pintor renacentista.
Dos “Grecos”. El embajador español y el director del MNBA descubren “San Juan Evangelista”. A la derecha “Jesús en el huerto de los olivos”, propiedad del museo argentino. telam

Por Bárbara Alvarez Plá

Un único artista, y uno solo de sus cuadros, fueron ayer el motivo de que funcionarios y personalidades del mundo del arte se reunieran, al mediodía, en la sala Manierismo y Barroco del Museo Nacional de Bellas Artes.
Los protagonistas: el pintor griego afincado en España, Doménikos Theotokópulos, más conocido como El Greco (1541-1614), y el esperado cuadro, su San Juan Evangelista , un óleo sobre tela de 99 x 77 cm., que el artista pintó hacia 1605, y que podrá verse en el museo, de forma gratuita, desde hoy y hasta el 2 de diciembre.
La obra representa al apóstol San Juan, que caracterizado como un joven vestido con una túnica verde y un manto rojizo, sostiene en su mano derecha un cáliz del que sale una serpiente, imagen que se corresponde al episodio bíblico en el que el discípulo favorito de Jesús, vuelve a Éfeso, tras su destierro en la isla de Patmos, (durante el cual escribió el Apocalipsis), y sufre un intento de asesinato: un sumo sacerdote del templo de Diana le da un brebaje venenoso para beber, que es lo que en la iconografía se representa con la imagen de la serpiente. El capítulo termina bien y Juan no bebe, salvando así su vida.
La obra es importante ya que no pertenece a ninguno de los famosos “Apostolados” del artista, que se conservan en el Museo del Greco y en la Catedral de Toledo, y por ser de la época en que su pintura es más extrema y expresiva.
En el evento estuvieron presentes, además de una larga fila de medios, entre los que se encontraba la telvisión española o el diario catalán La Vanguardia, el embajador de España en Argentina, Román Oyarzún, el director del MNBA, Guillermo Alonso y especialista en El Greco y el restaurador del Museo del Prado, de donde procede la obra, Rafael Alonso, quienes fueron los encargados de retirar la tela que cubría el cuadro y dejarlo a la vista de todos. La obra comparte la pared con Jesús en el huerto de los olivos , el óleo del mismo autor, que pertenece a la colección del MNBA, y sala con otras obras religiosas de artistas españoles como Zurbarán o Alonso Cano.
La obra llega desde Madrid y es la primera cesión del convenio firmado hace tres años entre ambas pinacotecas. Según explicó Guillermo Alonso “la idea es que de forma permanente y cada tres meses, una obra del Prado nos acompañe”. Y añadió, “el acuerdo no se limita a obras, esperamos que restauradores, técnicos y curadores de los dos museos, viajen también”.
Oyarzún se refirió después al acuerdo como “una aproximación entre los dos pueblos”, y afirmó que “va a permitir a los argentinos disfrutar de obras del arte español, y a los españoles disfrutar de obras del arte argentino”, aunque por problemas que exceden al mundo del arte, España tendrá que esperar, (ver El arte argentino ...).
El restaurador del museo del Prado desde 1978, Rafael Alonso, contó que San Juan llegó al Museo en 1928, como donación de un médico del hospital de San Carlos de Madrid, hoy Museo Reina Sofía. “Es una sola figura, por eso no puede compararse con las grandes composiciones del autor, pero es un cuadro único y como toda su obra, sintetiza la cultura europea mediterránea del siglo XVI”, señaló.
El cuadro, que forma parte de la colección del museo madrileño, no está firmado, pero el restaurador aseguró que no hay dudas sobre su autoría, “por la técnica, pinceladas y colores inimitables, porque El Greco es inconfundible, cuando intentan imitarlo, no lo consiguen”, aseguró, y finalizó: “Aquí tienen una obra maestra de un genio de la pintura, y en un estado de conservación excelente”.

Fuente: clarin.com

EL MURAL QUE UNE A AMÉRICA LATINA

Perdido en una galería porteña es de Carybé, quien nació en Lanús y fue leyenda en Brasil.

Paredes decoradas. Son las de la galería Boston, de Florida al 100. La obra plantea un recorrido desde la Patagonia hasta el Amazonas. / emiliana miguelez

Por Eduardo Parise


Cada día, a unos metros de la obra, pasan miles de personas. Y si se cuenta las de cada año, se podría decir que son millones. Pero, salvo algún artista inquieto o algún caminador advertido, muy pocos la vieron. Es un gran mural, hecho con baldosones de cemento, que cubre las paredes que están junto a una escalera de la Galería Boston, con entrada en el número 142 de la peatonal Florida. El valor artístico del trabajo se potencia con sólo mencionar el seudónimo de quien firma el trabajo: Carybé.
Su nombre real era Héctor Julio Páride Bernabó. Había nacido el 7 de febrero de 1911 en Lanús, provincia de Buenos Aires. Pero el espíritu aventurero de Enea (su papá italiano) y el amor por la tierra de Constantina (su mamá brasileña) lo fueron llevando a recorrer distintos países, primero del mundo y de América latina después, hasta llegar a Bahía, en Brasil, donde se iba a convertir en una figura de leyenda de la cultura afrobrasileña de las décadas del 50 y el 60. En Brasil también había encontrado el seudónimo que identifica toda su obra: Carybé es la designación que en portugués se le da a una especie de piraña del Amazonas.
Justamente el Amazonas y las imágenes de esta tierra casi virgen que aún sobrevive desde México hasta el Sur, fue la fuente de inspiración para ese mural que Carybé le dejó a los porteños y al resto de la Humanidad. Y aunque no está tratado como debería (un ejemplo brutal es el ventilador que alguien hizo colocar en alguna parte de la obra) allí se refleja un recorrido desde la Patagonia hasta las sabanas que van hasta más allá de Venezuela.
Las imágenes de gauchos, pescadores y artesanos puestas por el artista muestran “el espíritu de la tierra” que el hombre supo mostrar en sus más de 5.000 obras dejadas en el mundo. Entre ellas, se cuentan esos murales que alguna vez estuvieron en el aeropuerto Kennedy de Nueva York y que, tras pasar años en un depósito del Bronx, fueron instalados en el aeropuerto internacional de Miami.
Carybé no sólo fue muralista. También fue grabador, pintor, dibujante y escultor. Y como si eso no fuera suficiente también se destacó como escritor, músico, director de arte en cine y periodista en medios argentinos (entre ellos los diarios Crítica, Noticias Gráficas y La Nación) y brasileños (como el diario Carioca y el Tribuna da Imprensa). Además ilustró cientos de libros de “próceres” literarios como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y de su gran amigo Jorge Amado. Justamente con él, con Dorival Caymmi y con Gilberto Gil, compartió su amor por la capoeira y el Candomblé. Cuentan que Carybé murió el 1 de octubre de 1997 en un terreiro durante una sesión de ese culto. En Brasil, donde se nacionalizó en 1957, lo veneran como uno de sus grandes.
En Buenos Aires recuerdan otro mural que Carybé había pintado en la Galería Belgrano junto con Leopoldo Torres Agüero. Pero dicen que un día el dueño del lugar ordenó pintar las paredes y aquel trabajo se perdió. Pero aún queda el de la Galería Boston donde los marineros, las prostitutas, los pescadores y los capoeristas, es decir la gente común, siguen vivos.
Es que esos trabajos ya casi son leyenda porque hacen a la esencia de una región o, en este caso, de un pueblo y una ciudad de aluvión como Buenos Aires, donde también hay otras galerías que quedaron en la memoria de la gente por su aporte a la creatividad y a la vanguardia artística.
Un buen ejemplo de eso es la Galería del Este. Ubicada casi al final de la calle Florida, cerca del cruce con Marcelo T. de Alvear, quedó como símbolo del arte de los años 60 del siglo pasado, junto con el Instituto Di Tella. Esos lugares también tienen lo suyo. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com


LA CULTURA FRANCESA,
UN IMÁN QUE ATRAJO A MILES DE PORTEÑOS

La cultura francesa, un imán que atrajo a miles de porteños

Todos quisieron entrar. Hubo cola desde la mañana y esperas de hasta dos horas para visitar el palacio de Cerrito al 1400. /alfredo martinez

Por Romina Smith
Fue una visita excepcional, porque la Embajada de Francia sólo abre sus puertas una vez por año , en septiembre, cuando se suma a las jornadas europeas de Patrimonio, un movimiento que permite descubrir los más hermosos edificios públicos y privados de medio centenar de países europeos. Acá, en Buenos Aires, los festejos se centraron en el bellísimo palacio Ortiz Basualdo , una construcción que nació con el siglo XX gracias a una gran historia de amor y que desde 1939 es la sede de la embajada francesa en la Argentina.
Ayer, más de cuatro mil personas se sumaron a los festejos y recorrieron dos de sus cuatro pisos , que se conservan en perfecto estado. La visita fue el punto de partida de Viví Francia , un evento cultural que vestirá a la Ciudad de azul, blanco y rojo hasta el próximo domingo.
Como en años anteriores, una multitud esperó desde temprano para poder entrar al palacio y recorrerlo con un guía dispuesto a revelar todos los secretos. A las 9.30, una hora y media antes de que abrieran las puertas, la larga fila ya daba la vuelta completa al edificio y a la plazoleta contigua, en Cerrito, entre Alvear y Arroyo. La expectativa por recorrer los salones de estilo inglés y francés en un circuito gratuito atrapó a grandes y a chicos, a pesar de que las demoras para entrar obligaban, en los momentos de más convocatoria, a esperar hasta dos horas para poder entrar.
El disfrute era doble: no sólo estar en un palacio –intacto– sino también tener la posibilidad de viajar a la Buenos Aires más aristocrática, la de principios de siglo, la del primer Centenario, la de las fiestas y noches ostentosas.
La Embajada, que tiene su sede en el Palacio Ortiz Basualdo, abrió ayer sus puertas y hubo largas filas de gente desde temprano para recorrerla. En la Ciudad habrá actividades hasta el domingo.
“Es la primera vez que vengo, el año pasado no estaba en la Ciudad. Esperé poco menos de dos horas pero me voy maravillada: jamás pensé que iba a encontrarla así, llena de detalles resguardados, como los hermosos tallados en madera, o los techos moldeados con rosetas. Es un lujo, es como visitar la galería de los espejos en el Palacio de Versalles”, comentó Laura Pernía, vecina de Recoleta. A un lado, mezclado entre turistas brasileños y algunos franceses con nostalgia, Mariano Castro, de 23, esperaba entrar con su novia Paulina. “Vinimos porque nos interesa la cultura francesa. Vamos a seguir todas las actividades que podamos”, se entusiasmó. El paseo, que se hacía en grupos, llevó a cientos de curiosos por los salones que el arquitecto Paul Pater imaginó en 1912 cuando Daniel Ortiz Basualdo encargó el palacio para vivir allí con su gran amor, Mercedes Zapiola. La construcción fue terminada en 1918 y habitada por la familia hasta 1939. Y recién ese año el Estado francés lo compró para su sede diplomática. Hasta hoy, sus salas de música, baile, la biblioteca y hasta la sala de billar lucen impecables. Y algunas de ellas se usan en ocasiones especiales o grandes galas.
Esta es la cuarta vez que la Ciudad tiende un puente cultural con los franceses a través del eslogan “Viví Francia”. Durante toda la semana habrá charlas, visitas guiadas, cine, música y una agenda de actividades imperdibles para descubrir toda la influencia de ese país en Buenos Aires.

Fuente: clarin.com