MUESTRA DEL FOTÓGRAFO QUE VIO EN SABATO
"LA ELEGANCIA DEL DERROTADO"


Daniel Mordzinski expone desde hoy 33 imágenes del autor de "El túnel". El humor de Sabato. Su felicidad al pintar. El fotógrafo cuenta cómo veía al autor.
EXPRESIÓN INCONFUNDIBLE. Sabato en el Boulevard Raspail, Paris, 1996

Por Susana Reinoso


Los trabajadores del Centro Cultural General San Martín (CCGSM) están conmovidos. Mientras ayudan a Daniel Mordzinski en el montaje de la muestra Al otro lado del Túnel, dedicada al creador de Sobre héroes y tumbas, uno de ellos dice: “Ernesto Sabato vuelve a casa”. Y recuerda la figura delgada del escritor, que anteayer hubiera cumplido 101 años, llegando a su oficina en la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), que en 1984 estaba situada en el CCGSM, para sumergirse en el horror de las historias de los sobrevivientes de la última dictadura militar.
Este regreso tiene mucho de afecto por parte de Mordzinski, un fotógrafo argentino que vive en París y que ha inmortalizado situaciones, gestos, miradas y actitudes de escritores de todo el mundo. A Sabato lo conoció en 1992. La muestra está compuesta por 33 imágenes del escritor, tomadas a lo largo de 15 años.
Cuenta Mordzinski: “Había venido a visitar a mi familia a Buenos Aires, lo llamé y le pedí una cita: no podía soportar la idea de estar vivo al mismo tiempo que él y no verlo ni retratarlo. Aceptó sin hacer preguntas. Fui hasta Santos Lugares y de aquella primera vez es la imagen que se usó para la gigantografía en el edificio Del Plata, con la que Buenos Aires lo homenajeó el año pasado”. Desde entonces vio muchas veces al autor de El túnel.
-¿Qué era lo que más te sorprendía de Sabato?
-Su inocencia, en el sentido de pureza, de poca afectación, su manera de sentirse igual a sus iguales. Y también la manera en que describía el horror, el dolor ajeno y el propio. Fue un hombre elegante, no solo en el sentido físico, sino en el aspecto ético. Sabato era la elegancia del derrotado, la dignidad por encima de todas las incongruencias y las adversidades, de la crueldad y la estupidez.
Mordzinski atesora anécdotas junto al escritor fallecido el 30 de abril del año pasado. Una entre muchas lo pinta en cuerpo y alma: “En París lo acompañé a la inauguración de una exposición, creo que la primera en Europa. Pero antes pasamos a comprar barniz. Llegamos a la galería y se puso a barnizar sus cuadros. Los invitados llegaban y él seguía con su pincel dando los últimos retoques. De golpe se detuvo, me miró y me dijo: “ Por primera vez en la vida soy feliz haciendo lo que hago. Pintando, soy feliz ”.
-Sabato arrastraba un sentimiento de melancolía. ¿Lo viste reír?
-Conmigo bromeaba mucho, me contaba chistes. Yo me partía de risa con su humor contenido, su ironía ácida e inteligente, con su poder crítico y feroz. También tenía ese sentimiento de culpa... En el texto que escribió para mi primer libro confiesa que en París intentó suicidarse tres veces. Y que mientras trabajaba en el Instituto Curie cometió la infamia de dejar que su esposa Matilde volviera a la Argentina, mientras él se quedaba con una amante en París. Pero lo más difícil para él era contar su experiencia en la Conadep.
Mario Sabato, hijo del escritor, irá hoy a la inauguración: “Mordzinski tiene el talento de encontrar el momento mágico, el segundo irrepetible. Sus imágenes no están quietas, es una ilusión óptica suponer que están congeladas en el tiempo”.
Por correo electrónico, Elvira González Fraga, última compañera de Sabato, dijo que asistirá a la exposición apenas regrese al país. Contó a Clarín que “los homenajes a Ernesto han seguido. El último fue en la Feria del Libro de Bogotá. Fue muy emocionante la multitud de jóvenes. Eran tantos como cuando Ernesto iba a la Feria del Libro de Buenos Aires”.

Encuentro en Paris

EN EL CAFÉ. Sabato y Mordzinski, en el Boulevard Saint Germain.
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“No siempre fueron encuentros para fotos, pasamos muchas horas juntos, llenas de charlas a veces, y de silencios también. Lo más impresionante era que podíamos estar callados, sin molestarnos, compartiendo los sobreentendidos”, cuenta Mordzinski.
Esta, la de los dos juntos, es la única foto de la muestra que no tomó Mordzinski. El escenario: París, el Café del Boulevard Saint Germain.
Sabato había viajado a España a raíz de la publicación de un libro sobre su vida y obra, apoyado por la Fundación Lara. Decidió viajar a París y llamó a Daniel Mordzinski para obsequiarle un ejemplar firmado. Y ahí se tomó la foto: en el café pegado al Hotel Madison donde Sabato se alojaba en la capital francesa.


FICHA

Lugar: Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551.
Fecha: hasta el 10 de julio.
Horarios: todos los días, de 15 a 21.
Entrada: gratis.



Fuente: clarin.com

EL COLOR Y SU AUSENCIA



A partir de un cuento de Lovecraft y de citas que ponen en cuestión la historia del arte, las obras de Hernán Salamanco y Mariano Vilela establecen un rico contrapunto en la galería Schlifka-Molina.


Por Ana María Battistozzi

Aunque arbitraria, como suelen ser las asociaciones del tipo, la referencia a El color que cayó del cielo, de Lovecraft, adquiere gran poder de sugestión en el caso particular de esta exhibición de a dos. En especial porque ese relato gira en torno de una extraña presencia que, venida del cielo, manifiesta entre una inquietante irradiación de color que consume seres y cosas. Ambos polos –el color y la pérdida del color– están contenidos en ese extraño poder del misterio que acecha a una familia y una comarca. Y también en esta muestra. Hernán Salamanco, uno de los dos artistas en cuestión, ha traído el relato a escena. Acaso sin pensar en el rol que habría de asumir en el contrapunto que establece su obra con la de Mariano Vilela.
El cuento de Lovecraft trata de un paisaje y una comunidad malogrados por esa extraña presencia de color que reverbera y consume vidas. Desde hace un par de años Salamanco pinta paisajes en los que no desliza presencias sino más bien climas, lo que introduce en su obra una saludable tensión. Fue en 2003, en medio de la crisis que desató el fatídico 2001 que el artista empezó a usar viejos carteles de chapa, de venta o alquiler inmobiliario desechados, como soporte para sus pinturas. La decisión condicionó un tipo de imagen próximo a la estética publicitaria o el pop. Pero pronto se distanció de esas obras y de su impronta gráfica en pos de algo menos lineal y más denso, propio de la pintura. Lo hizo a pesar de la naturaleza del soporte de chapa y la cualidad del esmalte, que conservó. Hoy es evidente que su trabajo se ha templado en el desafío. Se ha vuelto más complejo y también más sensible al tratamiento del color y la luz. Más sugestivo porque se abocó a explorar las posibilidades de la materia y ese soporte particular hasta lograr una variedad de tonos adecuada a esos cielos plomizos que presenta ahora y parecen salidos de la pintura inglesa del siglo XIX. Todo esto sin dejar de afirmar una contemporaneidad que no oculta en sus “cuadros” su condición de objetos de intemperie, más allá de que coyunturalmente hoy se encuentren cobijados en un luminoso interior. El pasado reverbera aquí como visión ejemplar pero al mismo tiempo la materialidad de la obra impone su rotunda conexión con el presente.
VILELA. Obras hechas con grafito.
VILELA. Obras hechas con grafito
Algo parecido ocurre con la obra de Vilela en el diálogo que ambos establecen. El registro fantasmal que el artista compone en el muro como un pasado desvaído que retorna puede ser leído como un intento de rescatar un capítulo de la historia del arte. Se diría que es una historia ficcional bastante parecida a la real sin ser la real. Y a partir de la cual uno puede formularse algunas preguntas inquietantes. ¿Cuál es entonces la historia del arte real? ¿La que aprendimos a través de reproducciones en blanco y negro como las que ilustraban los libros antiguos, cuando el color y la calidad de impresión eran una dimensión rara y bastante menos precisa que en el presente? ¿O aquella de la experiencia aurática –por usar un término de Benjamin– esencialmente distante e inalcanzable? Este nuevo capítulo de su historia pareciera rendir homenaje al expresionismo alemán y a ese universo que prefiguró o acompañó la República de Weimar; a Grosz, Kirchner, Macke, Müller y al Kandinsky de la Bauhaus. Algunas de las reflexiones fundamentales que Benjamin desarrolló en La obra de arte en la era de la reproductibilidad técnica sobrevuelan estos trabajos. Tal la modificación radical de la experiencia estética que produce la reproducción, algo que pareciera subyacer en la conformación del imaginario de cualquier nacido y criado en estas geografías. Porque esa misma posibilidad que amplía el “valor expositivo” –como sostuvo Benjamin– nos permite llegar a conocer obras distantes pero esos encuentros son radicalmente distintos.
Pero Vilela añade otra dimensión en su reconstrucción a mano de copias desvaídas. Tiene que ver con la disolución de la marca de autor, un signo que contribuye a la singularidad del “aura” en cualquier obra y aquí es difícil detectar. Y no es todo, otro de los aspectos que aportan interés a su obra es el papel que juega lo ficcional. El empeño que pone en reproducir facturas y sensibilidades del pasado pasadas por el tamiz de la reproducción. Lo hace a partir de un uso minucioso del grafito, del trabajo con los fondos, del esgrafiado de planos y de recrear climas y marcas de estilo que no son los suyos. Un empeño imprescindible a este proyecto suyo de recrear relatos, que como todos, para serlo precisan ser convincentes.

FICHA:
Mariano Vilela - Hernán SalamancoLugar: Schlifka - Molina Arte Contemporáneo, Gorriti 4829.
Fecha:
 hasta el 7 de julio.

Horario:
 Martes a viernes, 13 a 19; Sábados, 13 a 17.
Entrada: gratis.


Fuente: Revista Ñ Clarín

LOS CREADORES DE UN ESTILO:
MINIMALISMO Y MODERNISMO CLÁSICO 1915-1945




"Los creadores de un estilo. Minimalismo y modernismo clásico 1915-1945"

"Los creadores de un estilo. Minimalismo y modernismo clásico 1915-1945" es un libro que revela la relación entre Eugenia Errázuriz, Jean-Michel Frank y su círculo de la París de entre guerras, que dio como resultado la primera manifestación de la sencillez decorativa.
En "Los creadores de un estilo. Minimalismo y modernismo clásico 1915-1945", que publicó Ediciones Lariviére, Mo Amelia Teitelbaum, se refiere a la vanguardia, en el más exacto sentido de la palabra. Habla de un tiempo -la Paris de los años ´20 y ´30- y de la feliz confluencia de una musa, un diseñador y un ámbito de creatividad propicio para inspirar y dar vida a un estilo que fue la primera manifestación del minimalismo y el modernismo clásico.
La chilena radicada en Europa, Eugenia Errázuriz (1860), temprana mecenas y mujer de exquisito gusto, fue la génesis de ese estilo. Jean-Michel Frank (1895), el icónico decorador francés, su amigo y discípulo.

A lo largo de 250 páginas, producto de seis años de investigación, el libro refleja los resultados del campo magnético de creatividad que se generó entre ambos, y que se nutrió de un grupo de creadores extraordinarios -artistas, músicos, compositores, coreógrafos, escritores, mecenas de las artes, coleccionistas- que confluyó en París para la misma época y con los que tanto Errázuriz como Jean-Michel Frank establecieron vínculos fecundos y conexiones innovadoras: Pablo Picasso, Igor Stravinsky, Arthur Rubinstein, Man Ray, Gertrude Stein, Serge Diaghilev, Peggy Guggenheim, Josephine Baker, Isadora Duncan, Cole Porter, Elsie de Wolfe, Cecil Beaton y tantos otros.

Círculo Áulico

En este círculo fue determinante la presencia de mecenas y coleccionistas sudamericanos, fascinados con las propuestas de Frank: Dulce Liberal de Martínez de Hoz, Filly Matarazzo, Jorge Born y Matilde Frías Ayerza, Jacques Soulas, Victoria Ocampo, Carlos Acevedo y Ana Cárcano de Acevedo, Julia Helena Acevedo de Martínez de Hoz, Felisa Naón de Santamarina o Francisco Murature.
Guiándolos en este camino se encontraba un joven pariente de Eugenia Errázuriz, Ignacio Pirovano, quien a su regreso a Buenos Aires luego de una larga estadía en París, fundó con su hermano Ricardo un negocio que llamaron Comte, que se convirtió en la mayor productora de los diseños del diseñador, adoptados en Buenos Aires por ministerios, embajadas, hoteles incluyendo la decoración original del Llao Llao y del Hotel Provincial de Mar del Plata, bancos, incluyendo el piso principal del Banco de la Nación, los interiores y el hall central del edificio Kavanagh, así como importantes casas y departamentos de renombrados clientes privados.
Celina Arauz -recién desaparecida a los moventa y cinco años-, tras su casamiento con Ricardo Pirovano se sunó a Comte, cuyo espíritu estético trasladó al Grupo Charcas, en el que pervive hasta hoy en manos del arquitecto Sebastián Arauz.
Jean-Michel Franck luego de su estadia argentina viajó a Nueva York. donde se suicidó en 1941. Diez años después Eugenia Errázuriz murió en Santiago de Chile en un accidente de auto.
El libro, de gran valor documental, con reproducciones de fotografías, recortes periodísticos, catálogos, cartas y bocetos que reflejan un minucioso trabajo de investigación, es una fuente riquísima de información sobre personajes e influencias que marcaron tendencias, abrieron caminos.
Expresa de manera contundente un concepto de elegancia que hoy podría sintetizarse en "menos es más", despojado de detalles superfluos en la decoración de los espacios interiores, síntesis de un refinamiento exquisito, un lujo sutil, no siempre comprendido pero, gracias al trabajo de Mo Amelia Teitelbaum, justamente rescatado y revalorizado.

Fuente: Fundación Proa

SALVEMOS A SANTA CATALINA DE SIENA



Parte de la difusión de la meritoria ONG Basta de Demoler.

UNA IGLESIA HISTÓRICA, EJE DE UNA DISPUTA


Paisaje urbano / Polémica por una construcción


Planean levantar una torre de 18 pisos en el predio lindero al templo de Santa Catalina de Siena; vecinos presentaron un amparo.



La polémica por las construcciones en barrios y zonas de protección histórica se mantiene en Buenos Aires. El último caso es el proyecto de construcción de una torre de 18 pisos en el predio lindero al de la iglesia y monasterio de Santa Catalina de Siena, en San Martín y Viamonte, pleno microcentro de la capital.
Para proteger el templo, que ostenta la pared más antigua de Buenos Aires, la ONG Basta de Demoler, vecinos y el rector de la iglesia, Gustavo Antico, presentaron un recurso de amparo el 11 de mayo por riesgo de derrumbe ante el Juzgado en lo Contencioso N° 10, a cargo de Hugo Zuleta. Por otra parte, voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano aseguraron que el proyecto se discutió e investigó durante más de tres años y que según esos estudios no hay riesgo alguno de derrumbe.
La arquitecta Cristina Fernández, secretaria y consejera del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo de Buenos Aires (CPAU) explicó a LA NACION que, con los estudios de comportamiento estructural adecuados y una correcta aplicación de las técnicas, el edificio antiguo no debería correr ningún riesgo: "En Europa hay muchos lugares donde hay una edificación al lado de alguna iglesia de 500 años y no pasa nada", dijo.
El rector de Santa Catalina pidió un informe de comportamiento estructural al estudio Jaime Llande y Asociados, y en él se concluye que la edificación planificada por la constructora Santa Catalina Urbanco SA "tendrá inevitablemente implicancias sobre la estructura. Los daños irán desde fisuras imperceptibles al ojo hasta casos de colapso parcial y/o total de alguna de las estructuras de la iglesia y el monasterio".
El mayor problema con la obra sería la excavación de entre 15 y 20 metros de profundidad que se realizará en el terreno lindero al monasterio, donde se construirán seis subsuelos. En principio, la torre va a estar separada de la iglesia por una plaza de 45 metros de ancho. La iglesia y el monasterio de Santa Catalina fueron declarados monumento histórico nacional en 1942 y en 1975, respectivamente. El proyecto de la torre se aprobó antes de que la zona fuera declarada área de protección histórica, hace más de un año.
"La tecnología para hacer la obra sin que haya problemas existe. El conflicto es una discusión entre vecinos, donde uno dice que tiene un estudio que dice que se puede hacer y el otro sostiene lo contrario. En el ministerio hay expertos técnicos confiables que saben cómo enfrentar estas cuestiones. Hay que hacer las cosas bien; por eso el proyecto se aprobó, porque los estudios presentados son correctos", explicaron voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano.
Los riesgos planteados en el recurso de amparo son la aparición de grietas y posibilidad de derrumbe, consecuencias irreparables en la percepción de la trama urbana, alteración de las visuales del patio interno y efectos en el entorno.
La consejera del CPAU remarcó que, una vez presentados todos los estudios exigidos, "no debería haber ningún problema si se trabaja con el cuidado necesario". En la misma línea, en desarrollo urbano sostuvieron que, durante los tres años que llevó el desarrollo del proyecto, "se tuvieron en cuenta los aspectos más conflictivos, se realizaron los estudios pertinentes y se buscaron las técnicas adecuadas para trabajar en el contexto que exigirá la obra".
Por otra parte, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad envió una carta al Ministerio de Desarrollo Urbano en la que recomienda especialmente la reformulación del proyecto arquitectónico y la realización de una consulta a la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos, "a fin de que dicho organismo evalúe el posible impacto que podría tener la construcción del inmueble".

Un cuidado especial

"En todas las construcciones colindantes antiguas tiene que haber un cuidado especial. Pero ninguna construcción tiene por qué resentirse por la construcción de otra obra. Si así fuera, no se construiría nada en muchísimos lugares de la ciudad", concluyó la arquitecta Cristina Fernández.
Desde su reapertura, en 2000, la misión de la iglesia Santa Catalina de Siena es convertirse en un refugio espiritual para la gente que trabaja en microcentro. "La ciudad de Buenos Aires se enriqueció con la apertura de Santa Catalina, porque es un lugar que tiene valor edilicio y espiritual. Es una lástima que un lugar que se ha conquistado y que da sentido y acompaña a miles de personas se empobrezca de esta manera", dijo el rector del monasterio, padre Gustavo Antico.
"No es lo mismo un jardín con luz en el microcentro que uno sin luz. Hay mucha gente que se acercó, muy preocupada por la construcción. Creo que la ciudad no debería perder este lugar", concluyó el rector.
El monasterio fue construido en 1745 por un español llamado Torres Briceño, quien lo levantó para una congregación de monjas dominicas. Eran monjas "calzadas", lo que significa que, si bien hacían votos de pobreza, tenían objetos de valor. Cuando las hijas de las familias ricas no se casaban, sus padres las enviaban al monasterio y pagaban una dote importante.
El lugar es el único convento porteño que mantiene su estructura intacta desde el siglo XVIII, según explicó la investigadora en historia Alejandra Jones. Originalmente ocupaba toda la manzana y tenía un área para los servicios domésticos, cementerio y huerta.
Hoy se conserva el antiguo patio, que es utilizado por cientos de personas por día para almorzar o relajarse. En el verano, los pasillos se llenan de gente que disfruta del sol. También hay misa a las 13 y a las 18.15, y contempla un servicio de acompañamiento espiritual para gente de cualquier religión.

Fuente: lanacion.com
 

LA "GENIAL ESCRITURA" DE LA PALETA DE MURILLO,
EN EL MUSEO DEL PRADO



Un visitante contempla la obra "El triunfo de la Fe" (1679, óleo sobre lienzo), que forma parte de la exposición "Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad", presentada hoy en el Museo del Prado y que muestra un conjunto de obras tardías de Murillo fruto de su relación con Justino de Neve, canónigo de la catedral de Sevilla e importante mecenas y amigo íntimo del artista.EFE

Madrid, 22 - La "genial escritura de la paleta" de Murillo puede contemplarse en la exposición que el Museo del Prado dedica a las obras que el maestro sevillano realizó en su madurez y que fueron fruto de su relación con Justino de Neve, canónigo de la catedral de Sevilla e importante mecenas y amigo del artista.
Si la exposición que el Prado dedica en estos momentos a Rafael puede considerarse "una producción operística", según Miguel Zugaza, director del museo, la de Murillo "es una suite", afirma, compuesta por 17 obras "de uno de los pintores barrocos más importantes", que conviven con "las del genio universal del Renacimiento".
La muestra, organizada junto con la Fundación Focus-Abengoa y la Dulwich Picture Gallery, a cuyas sedes en Sevilla y en Londres viajará posteriormente, muestra la fructífera relación que mantuvieron Murillo (1617-1682) y Justino de Neve (1625-1685), que inicialmente fue profesional y luego de amistad.
"Para Murillo, de Neve hizo las veces de Felipe IV para Velázquez, ya que le permitió alcanzar algunos de los mejores cuadros de su carrera", consideró Zugaza, para quien esta exposición permite al visitante sumergirse en la cultura artística de Sevilla además de unir algunas de las más bellas y ambiciosas obras que a lo largo de su carrera realizó Murillo, "que manejó de forma extraordinaria todos los registros barrocos".
Cuando Gabriele Finaldi, director adjunto del museo, llegó hace diez años al Prado, ya traía en su cartera la organización de esta exposición, compuesta por pinturas religiosas y cuadros devocionales, retratos y alegorías y la única miniatura que se conoce de Murillo.
Por ello se trata de una muestra que ha llevado una larga maduración y en la que Finaldi, comisario de la misma, ha querido mostrar cómo el fruto de la amistad entre Murillo y Justino de Neve dio lugar "a algunos de los cuadros más bellos que Murillo pintara nunca".
La amistad de Justino de Neve, nacido en Sevilla de familia flamenca, desde por lo menos la década de los sesenta hasta la muerte de Murillo, fue clave para que el artista obtuviese una de sus comisiones más importantes: la decoración de la iglesia de Santa María la Blanca (1662-1665).


Un visitante pasea por la exposición que el Museo del Prado ha presentado hoy con el título "Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad", que muestra un conjunto de obras tardías de Murillo fruto de su relación con Justino de Neve, canónigo de la catedral de Sevilla e importante mecenas y amigo íntimo del artista; de iz. a dr. aparecen en la imagen las obras "El sueño de San Patricio" (1664-65, Óleo sobre lienzo) y "La Inmaculada Concepción" (1664-65, Óleo sobre lienzo). EFE

Además, de Neve encargó al pintor sevillano varias obras para el Hospital de los Venerables, actual sede de la Fundación Focus-Abengoa, y tuvo en su propia colección algunas de sus pinturas más excepcionales.
Como canónigo, Justino de Neve obtuvo para Murillo el encargo de una serie de ocho tondos de santos sevillanos y una "Inmaculada Concepción" que todavía hoy en día decoran el techo de la sala capitular de la catedral, y el "Bautismo de Cristo" que corona el retablo de San Antonio en la capilla del santo.
El recorrido de la exposición comienza con la exhibición de un autorretrato de Murillo, de la National Gallery de Londres que nunca antes había sido prestado al Museo del Prado.
Se trata de un retrato de 1660 "sofisticado, complejo y conceptual", según Finaldi, y uno de los más sofisticados e influyentes retratos de artistas de la España del siglo XVII.
Frente a este, cuelga el retrato que Murillo hizo a su mecenas en 1668, también procedente de la National Gallery. La sensibilidad de Murillo como pintor de niños se muestra en "San Juanito con un cordero", propiedad de Justino de Neve.
A continuación se pueden contemplar dos de las grandes obras que Murillo pintó para la iglesia de Santa María la Blanca, en las que el maestro "demuestra su habilidad como pintor de grandes narraciones", según Finaldi. El relato de Murillo para Santa María la Blanca se completa con tres obras prestadas por el Louvre, entre las que se encuentra "La Inmaculada Concepción".
Otras de las reuniones que ha permitido esta exposición es la de la "Inmaculada Concepción de los Venerables", perteneciente al Museo del Prado, que se exhibe con su marco original y permanece en la capilla del Hospital de los Venerables.
Cinco de las diecisiete obras exhibidas han sido restauradas y solo una de ellas -"Bautismo de Cristo"- permanece en Sevilla, ciudad para las que fueron ejecutadas. Por ello, para Gabrielle Finaldi es "una alegría pensar que van a volver cuando esta exposición se muestre en los Venerables en octubre.

Mila Trenas



Fuente: EFE

COLOMBIA Y MÉXICO PODRÍAN DECIDIR
SI BELÉN SERÁ PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD



Una mujer ora en la gruta de la Iglesia de la Natividad, en Belén, Cisjordania. EFE/Archivo


Jerusalén, 22 - El voto de México y Colombia la próxima semana en el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco es clave y podría decidir si la Iglesia de la Natividad de Belén, el lugar del nacimiento de Cristo según la tradición cristiana, es aceptada como patrimonio de la humanidad.
De los catorce votos que Palestina necesita para obtener el reconocimiento internacional de la ciudad en que la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús, por el momento solo tiene asegurados trece, señalaron a Efe fuentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Ramala.
Entre los países que aún no han comprometido su voto a favor de la petición palestina estarían México y Colombia, a los que la OLP ha pedido oficialmente su apoyo sin obtener aún ninguna respuesta más allá de que se está estudiando la decisión.
La petición palestina se someterá a votación el próximo viernes 29 en San Petersbursgo, durante un encuentro del comité que se prolongará entre el 26 de junio y el 6 de julio y en el que se valorará la inscripción de 34 sitios en la Lista de Patrimonio Mundial.
Otros de los candidatos son el Patrimonio del Mercurio de Almadén e Idrija, en España y Eslovenia, y los Paisajes Cariocas entre la Montaña y el Mar de Brasil.
Varios de los países que no han mostrado aún su apoyo a la petición votaron en contra o se abstuvieron en el ingreso de Palestina en la Unesco, que se materializó en diciembre pasado y se enmarca en la campaña de Palestina por obtener el reconocimiento como estado independiente de la comunidad internacional y, en concreto, en las instituciones de las Naciones Unidas.
Los palestinos han solicitado la declaración de patrimonio mundial de la iglesia por el procedimiento utilizado para lugares que se encuentran en situación de peligro, al entender que en los últimos diez años la Basílica de la Natividad y el centro histórico de la ciudad cisjordana de Belén (que se encuentra bajo ocupación militar israelí) han sufrido un serio deterioro.
"La iglesia y la ciudad antigua de Belén han sido invadidas, hemos visto entrar los tanques y la Basílica fue parcialmente destruida, por eso es necesaria y urgente esa protección", señaló un funcionario palestino involucrado en la solicitud a la Unesco.
La Natividad se inició como una basílica bizantina construida por orden de Elena, la madre del emperador Constantino, en el año 339 DC, pero fue destruida en el 529 y reconstruida por Justinano años más tarde.
Está levantada sobre una gruta en la que, según la tradición cristiana, la virgen María dio a luz a Jesús, y recibe cada año la visita de miles de peregrinos de todas las confesiones cristianas.
La Autoridad Nacional Palestina destaca "su incuestionable valor para la humanidad" y el hecho de que "ha sido y continúa siendo un foco de oración cristiana. Belén, al igual que Jerusalén, es el corazón espiritual del mundo cristiano".
Pese a no tener confirmación de todos los votos que necesitan, las autoridades palestinas tienen confianza en que el comité de la Unesco acepte incluir la basílica en la Lista de Patrimonio Mundial y prepara un evento para celebrarlo en la noche del próximo día 30.