MUESTRA SOBRE EICHMANN EN ISRAEL




Testimonios del Holocausto.
A 50 años del juicio del jerarca nazi, se exhiben fotos y elementos sobre su estada en la Argentina.


Panel de las víctimas del nazismo en la exposición sobre Eichmann. / Museo del Holocausto Yad Vashem

Jana Beris
Para LA NACIÓN

JERUSALEN.- Fotos y apuntes tomados por Tzvi Aharoni, el agente del Mossad que permitió la captura en la Argentina del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, forman parte de una singular exhibición que acaba de inaugurarse en el Museo Recordatorio del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén.
La muestra coincide con los 50 años del juicio que Israel realizó al lugarteniente de Hitler, que fue secuestrado por el servicio secreto israelí en la Argentina, donde vivía con la identidad falsa de Ricardo Clement. El juicio comenzó el 11 de abril de 1961 y fue clave en la concientización del mundo respecto de los crímenes nazis durante la Shoá, la palabra hebrea con la que se hace referencia al Holocausto.
En el juicio, Eichmann alegó que había "cumplido órdenes". Recientemente, el periódico alemán Der Spiegel publicó el contenido de grabaciones realizadas en la Argentina, en las que Eichmann, en conversaciones con otros nazis allí escondidos, se lamentaba por no haber terminado "el trabajo" de asesinar a todos los judíos.
En las grabaciones Eichmann discute en la Argentina con otros nazis y dice que tomó su trabajo "como un idealista" y que se lamenta de que el plan haya "fracasado".
La exhibición en Yad Vashem comienza con la historia de Eichmann y su ascenso en la escala de grados de la jerarquía nazi, hasta que se le encomendó la misión de concretar lo que los nazis llamaron "la solución final", o sea, la aniquilación de la judeidad europea. Durante el Holocausto fueron asesinados seis millones de judíos.
Yehudit Shendar, curadora de la exposición y vicedirectora de la sección de Museos dentro de Yad Vashem, dijo a LA NACIÓN: "Contamos aquí que Eichmann no fue el único, sino que había lo que llegó a llamarse «la ruta de las ratas», por la cual numerosos participantes en el quehacer nazi encontraron refugio en la Argentina".
Y agregó: "Hoy tenemos muy claro -al parecer estaba claro entonces- que la presencia de esos nazis en territorio argentino no era desconocida por las autoridades argentinas ni por las alemanas y norteamericanas".
La decisión del entonces primer ministro de Israel David Ben Gurion de investigar los rumores según los cuales Eichmann se hallaba en la Argentina tomó en cuenta que el mundo no aceptaría fácilmente el planeado secuestro. Ben Gurion y el jefe del Mossad Isser Harel enviaron a Buenos Aires a un hombre de ese servicio de espionaje para confirmar, ante todo, si Ricardo Clement era el criminal nazi buscado.


Adolf Eichmann

La muestra incluye fotos y registros de Aharoni en Buenos Aires. "Se habla menos de él cuando se cuenta sobre el secuestro, pero era la figura principal porque fue el primero que viajó a la Argentina, solo, y siguió los pasos de Eichmann", contó Shendar. Y concluyó: "Tomó muchas fotos de la casa de la calle Garibaldi, logró fotografiar a Eichmann, a uno de sus hijos y a la esposa de uno de sus hijos. Muchas de esas fotos están incluidas en la exposición, junto con el dibujo y programa exacto del secuestro".
También está el diario de Aharoni, donde escribía lo que iba aconteciendo, sin mencionar a Eichmann por su nombre. Cuando Eichmann fue traído a Israel, como todos los presos, tuvo que vaciar sus bolsillos.Tenía una billetera con 31 pesos -20 en billetes y el resto en monedas-, un broche de Mercedes-Benz, el certificado original de funcionario en Mercedes-Benz y unas anotaciones que había hecho con el nombre de una calle y una lista de cosas que iba a comprar, al parecer para reformar su casa de Buenos Aires.


FIN DE LA VISITA DE VARGAS LLOSA AL PAÍS




Tras pasar los últimos tres días en Salta, el premio Nobel de Literatura partió a Madrid.


Ayer recorrió el Museo de Arqueología de Alta Montaña. / Richard Magna

Carlos F. Pastrana
Para LA NACIÓN

SALTA.- El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa puso ayer punto final a su visita a la Argentina con una recorrida por el Museo de Arqueología de Alta Montaña, donde se atesoran los cuerpos rescatados en 1999 de tres niños ofrecidos en ritos incaicos a 6739 metros de altura, su ajuar, la momia de Chuisca encontrada en Cafayate en 1920 y otros testimonios del pasado.
Anoche viajó de Salta a Buenos Aires para tomar un vuelo que lo llevaría directamente a España, tras una semana de visita en el país, donde brindó una clase magistral en la 37a. Feria del Libro y participó de las deliberaciones de la Sociedad Mont Pelerín, que agrupa a dirigentes liberales de distintas disciplinas de todo el mundo.
El laureado escritor peruano permaneció en Salta durante el fin de semana. Fue agasajado, el viernes, con una comida por el gobernador Juan Manuel Urtubey, en la residencia Las Costas.
Urtubey ayer habló del "honor" que significó para Salta que Vargas Llosa haya viajado a conocer la cultura de la provincia. Trató además de separar la controversia política que signó el viaje de Vargas Llosa al país, cuestionado por intelectuales del kirchnerismo que intentaron impedir que disertara en la Feria del Libro.
Pero aclaró: "Recibirlo no significa compartir sus ideas políticas, eso hace más amena la charla. También con (Jorge Luis) Borges tenemos diferencias los peronistas y no por eso vamos a negar su calidad literaria y su aporte. Con Vargas Llosa son hombres de la cultura, ciudadanos del mundo".
Acompañado por su esposa, Patricia; su hijo Alvaro y su esposa, y el presidente de la Fundación Libertad, Gerardo Bongiovanni, Vargas Llosa recorrió ayer el Museo de Arqueología de Alta Montaña, donde se guardan los cuerpos rescatados en 1999 por la expedición de la National Geographic Society del volcán Llullaillaco.
El autor de La guerra del fin del mundo recorrió la muestra momentos antes de que fuera abierta al público y dejó sentado en el libro de visitantes que le había resultado "muy interesante". Y amplió: "(Es una muestra) de nuestro pasado común, hecha con rigor científico y gran respeto y reverencia a una civilización que unió a todos los pueblos sudamericanos".
Vargas Llosa recorrió el museo con una actitud sobria, escuchó las explicaciones que le ofrecieron, leyó textos, miró el ajuar y los videos que acompañan la exhibición de las reliquias y se detuvo frente a la vidriera climatizada de El Niño, que junto con la Doncella y la Niña del Rayo tiene sus cuerpos perfectamente conservados y parecen dormidos.
Preguntó si había cuestionamientos, ya que hay sectores enteros de museos que han debido cerrarse en el mundo, y le explicaron que era imposible devolver los cuerpos al Santuario de Altura y que había acuerdo con los pobladores andinos de que en adelante ellos cuidarían sus ancestros. La conservación obligó a desarrollar una tecnología con aportes del Invap, le explicaron Leonardo Mercado y Mario Bernacky, que oficiaron de guías.
Tras la visita al Museo de Arqueología de Alta Montaña, el ministro de Turismo y Cultura de Salta, Carlos Federico Posadas, le obsequió tejidos artesanales típicos. El gobernador Urtubey se acercó a saludarlo momentos antes de que Vargas Llosa emprendiera el regreso a Buenos Aires y recibió de sus manos un libro del premio Nobel de Literatura 2010.




UNA FLOR DE MÁS DE DOS METROS
ES LA SENSACIÓN EN SUIZA



Un ejemplar de "Amorphophallus titanium" proveniente de Indonesia causa furor en el jardín botánico de Basilea; huele a carne podrida para atraer insectos que luego la polinizan.


Una flor de más de dos metros es la sensación en Suiza
Foto EFE

GINEBRA (AFP).- Un ejemplar de "Amorphophallus titanium", también conocido como "falo titánico" y considerada como una de las flores más grandes del mundo, eclosionó en la madrugada de hoy en el jardín botánico de Basilea, en Suiza.
La flor se compone de un pistilo amarillo de cerca de dos metros y de una corona de color púrpura, constataron los especialistas en floricultura que siguieron el proceso de eclosión de la flor, que comenzó anoche.
Esta planta tropical crece habitualmente en la jungla de Sumatra, en Indonesia, y mide generalmente entre 1,5 y 3 metros, según el jardín botánico de Basilea, adonde se acercaron numerosas personas para presenciar este raro acontecimiento.
Otra de las peculiares características de la "Amorphophallus titanum" es el aroma a carne podrida que desprende la flor una vez abierta para atraer a los insectos que la polinizan y que aumenta en nueve grados la temperatura de su pistilo, para incrementar ese efecto.
Además, para poder alcanzar su primera floración, este tubérculo debe pesar alrededor de 20 kilos. La planta que ahora ha florecido en Suiza tardó 17 años en lograr ese peso.
Una vez abierta, la flor se marchita en pocos días, a veces incluso en una sola noche, según los botánicos suizos. La planta, no obstante, no muere y normalmente vuelve a florecer al cabo de tres años.
Esta planta, que aprecia los ambientes húmedos y temperaturas de entre 23 a 33 grados, está amenazada de extinción, según los científicos. Sólo existen 134 ejemplares en los jardines botánicos de todo el mundo, la mayoría en Estados Unidos (78).




JORGE LUIS BORGES,
UN FENÓMENO QUE MANTIENE ETERNO INTERÉS




La cita anual con la lectura / Homenajes en la Feria del Libro.
Jorge Luis Borges, un fenómeno que mantiene eterno interés.
A 25 años de su fallecimiento, su personalidad y su obra son objeto de análisis y debate



Roberto Alifano, Alejandro Vaccaro y Ernesto Fernández Núñez hablaron sobre Jorge Luis Borges. / Prensa Feria del Libro

Silvina Premat
LA NACIÓN

Pasada la mediática visita del premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, muchos de los actos, mesas redondas y presentaciones de la 37a Feria del Libro de Buenos Aires se concentran en la figura de Jorge Luis Borges, el escritor argentino a quien, según dijo su colega peruano en estos días, "resucitaría y le entregaría el Nobel".
Los 25 años transcurridos desde el fallecimiento del autor de El Aleph en la ciudad de Ginebra -que se cumplirán el próximo 14 de junio- se están recordando en esta edición de la Feria con iniciativas que incursionan en su psicología, su memoria, sus falsificadores, su concepción y sus vínculos con la política, o que relatan simples anécdotas de la vida cotidiana que pintan su temperamento.
"En estos 25 años desde su muerte, su figura creció y se agigantó. Hoy es reconocido en todo el mundo y se lee a Borges desde las matemáticas, desde la filosofía o desde las religiones", dijo Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), biógrafo y coleccionista de objetos y textos borgianos.
"Debe de ser el escritor sobre el que más libros se han escrito en los últimos años. Yo sólo tengo 600 títulos escritos sobre él", agregó Vaccaro durante el panel "Borges, una mirada a 25 años de su muerte", realizado ayer en la sala Roberto Arlt.
"Su cerebro era como el de una computadora moderna. Dictaba las frases que ya tenía pensadas y después se las acordaba tal cual. Su prodigiosa e inmaculada memoria le permitió reescribir algunos textos que perdió", dijo, por su parte, Roberto Alifano, quien fue secretario de Borges de 1974 a 1985 y que participó del acto de la tarde de ayer, uno de los cinco organizados por la SADE dentro de la Feria y en torno de la figura de Borges.
Al responder una pregunta del público sobre cómo pudo haber influido la actitud política de Borges con el hecho de no haber recibido nunca el Premio Nobel, Alifano consideró que el autor de Ruinas circulares fue imprudente al viajar a Chile para recibir el doctorado honoris causa que le entregaron en Valparaíso, ocasión que el dictador Augusto Pinochet supo aprovechar, según Alifano, para darle una condecoración en un acto público.
"Esto tuvo mala prensa y sirvió para consolidar argumentos que tenían algunos enemigos de Borges en la Academia Sueca", dijo quien se presenta como el amanuense de Borges y es autor de varios libros sobre conversaciones con Borges y de una biografía que recibió un premio de la crítica española.
Fragmentos de la obra de Borges se leyeron el sábado en un espectáculo al aire libre, organizado por el Ministerio de Cultura del gobierno porteño y llamado Malyevados + 34 puñaladas .
En tanto, el Viernes Santo, "El inconsciente de Borges" fue el tema de otro panel promovido por la SADE. Uno de los dos oradores, el secretario general de la SADE, el psicólogo Ernesto Fernández Núñez, hizo una comparación entre el planteo que hace Borges sobre el destino en sus poemas y cuentos, y el del psicoanálisis.
Fernández Núñez afirmó que en Borges se refleja el concepto de neurosis de destino de Sigmund Freud y citó, como ejemplo, los versos de Borges: "Todo encuentro casual es una cita; toda muerte es un suicidio".
"Borges también toma de Nietzsche el concepto de «eterno retorno» por el que todo volverá a suceder", dijo Fernández Núñez, y agregó: "La obra de Borges invadió en estos años todas las disciplinas profesionales, incluida la psicología". Dijo que es notable que cada vez más psicólogos usen poemas, por la influencia que tienen en el discurso analítico.
La relación entre Borges y la política será expuesta por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, el 6 de mayo, a las 21, en la sala Julio Verne.
Sobre la memoria de la figura del escritor hablará la escritora María Esther Vázquez el 2 de mayo, a las 20, en la sala Victoria Ocampo.
La viuda de Borges, María Kodama, presentará el libro de Rodrigo Quian Quiroga, Borges y la memoria , el 5 de mayo, a las 20.30, en la sala Roberto Arlt.
Alifano y Marcelo Di Marco presentarán El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges , de Fernando Sorrentino, este jueves, a las 20.30, en la sala Domingo F. Sarmiento.
Los falsificadores de Borges será presentado el 4 de mayo, a las 20.30, en la sala Alfonsina Storni.



PUCCINI, CIUDADANO ILUSTRE



* Secreta Buenos Aires


El compositor italiano vino por 47 días en 1905 y causó furor

Por Eduardo Parise

Las visitas de grandes figuras mundiales son una constante para una ciudad internacional como Buenos Aires. En esa lista están las de personalidades políticas, literarias, deportivas y artísticas. En este último rubro, hace algunas semanas el grupo irlandés U2 supo convocar multitudes en sus shows y dejar su impronta como también la dejó, una vez más, el tenor Plácido Domingo actuando en la avenida 9 de Julio ante miles de personas. Y porque convocan a tanta gente es que hacen historia.
Hace casi 111 años, la ciudad tuvo el orgullo de recibir a un símbolo de la música universal: el genial compositor italiano Giacomo Puccini (1858-1924). Aquella visita duró 47 días y también movilizó a miles de personas (en especial a los de la populosa comunidad italiana), que siguieron su presencia no sólo en los teatros donde se presentaron sus obras, sino también en las calles y lugares que recorrió.
Según el minucioso registro que los periodistas Gustavo Gabriel Otero y Daniel Varacalli Costas dejaron en su libro “Puccini en la Argentina”, el autor de joyas como La Bohème, Tosca, La Rondine, Turandot o Madame Butterfly llegó al puerto de Buenos Aires el 23 de junio de 1905. El viaje, realizado en el vapor Savoia, había comenzado el 1° de ese mes en Génova, con una escala de un día en Montevideo. Era la primera vez que Puccini llegaba a América cruzando el Atlántico.
Las crónicas de la época recuerdan que recién a las 13 de aquel viernes 23, Puccini (acompañado de su esposa Elvira) bajó en la Dársena Norte, para empezar a sorprenderse con Buenos Aires, “una bella y grande ciudad europea”, según su propia definición. La gente lo esperaba desde la 7 y siguió su recorrido hasta el edificio de Avenida de Mayo 575, sede del diario La Prensa, propiedad de la familia Paz. En ese edificio el matrimonio estuvo alojado durante toda su visita. Allí, donde ahora está la Casa de la Cultura, los Paz tenían un departamento para huéspedes. Y ellos habían organizado la visita del músico, que incluía los gastos de traslados y alojamiento y un pago de 50.000 francos como honorarios.
En aquellos 47 días, Puccini no sólo asistió a funciones de sus obras en el Teatro de la Opera (estaba en Corrientes, entre Esmeralda y Suipacha, como la actual sala) sino que también visitó el Zoológico de Palermo, el Departamento de Policía, la Penitenciaría Nacional (en Las Heras y Coronel Díaz), vio un partido de fútbol en la Sociedad Hípica Argentina (el Nottingham Forest inglés goleó 9 a 1 a la Liga Argentina), fue al Hipódromo y disfrutó de un recorrido en tranvía por los barrios de Flores, Recoleta y Belgrano, donde siempre había multitudes para aclamarlo mientras hacían flamear banderas argentinas e italianas.
Lo mismo pasaba con cada presentación de alguna de sus obras. Por ejemplo, el día que fue a ver La Bohéme en el Opera fue tal la ovación que, al final, Puccini tuvo que salir veinte veces al escenario a saludar al público. Y su presencia en Buenos Aires generó un movimiento musical tan grande que sus obras también se presentaron en el Politeama (Corrientes 1490), el Odeon (Esmeralda y Corrientes), el Marconi (Rivadavia 2330), el Victoria (Victoria –actual Hipólito Yrigoyen– y San José) y el San Martín, que eran los principales teatros porteños. El Colón recién inauguraría en 1908. Puccini también se hizo tiempo para recorrer las islas del Tigre, para cazar en estancias cercanas de la provincia (algo que también apasionaba a Puccini) y para asistir a las innumerables comidas en su agasajo. Eran tantas que, en un momento, llegó a tener 72 banquetes.
Pero entre tanta algarabía, Giacomo Puccini también hizo honor a su condición de talentoso compositor y descendiente, por quinta generación, de una familia de músicos. En aquellos días porteños hizo la versión definitiva de Edgar (se estrenó aquí el 8 de julio) y compuso el himno escolar Dios y Patria , con letra de Matías Calandrelli, un periodista de La Prensa. Si bien la obra se publicó en el mismo diario en ese 1905, su estreno mundial recién sería el 17 de mayo de 2006 en el actual Salón Dorado de la Casa de la Cultura. El rescate de esa obra es de los estudiosos Otero y Varacalli Costas.
Después de un último gran banquete de despedida, el matrimonio Puccini se embarcó el 8 de agosto de 1905 en el vapor Venus, hacia Montevideo. En la capital uruguaya estaría hasta el 17, donde también recibiría distintos homenajes, para después partir a Italia en el buque Umbria.
Aquel mes y medio que Giacomo Puccini pasó en Buenos Aires dejó su marca y demostró la pasión que había en su gente por la música lírica, algo que mantiene su vigencia. Lo mismo que la literatura y el arte de los libros, una atracción que se demuestra cada día en la Feria del Libro.
Y a propósito de escritores, también debe recordarse que muchos vivieron algún tiempo en Buenos Aires, como el gran Federico García Lorca, escribiendo y estrenando obras. Su huella sigue presente en la Ciudad. Pero esa es otra historia.


Fuente: clarin.com


VARGAS LLOSA
REIVINDICÓ EL DERECHO A LA CRÍTICA




El Premio Nobel en la Feria del Libro.
El escritor agradeció a la Presidenta por frenar un veto a su presencia en la feria y dijo que cuestionó ciertas políticas en la Argentina porque es "un hombre libre"; Hebe de Bonafini le entregó una carta.



El escritor agradeció a la Presidenta por frenar un veto a su presencia en la feria y dijo que cuestionó ciertas políticas en la Argentina porque es "un hombre libre"; Hebe de Bonafini le entregó una carta


María Elena Polack
LA NACIÓN

Fueron apenas 10 minutos dedicados a la Argentina, pero con la contundencia suficiente para dejarles en claro a los intelectuales afines al kirchnerismo que sus cuestionamientos sobre la política local seguirán.
"Hablo de la Argentina desde el cariño. No hay hostilidad de mi parte y voy a seguir criticando aunque a algunos les moleste. Yo he criticado ciertas políticas en la Argentina que me parecen equivocadas porque soy un hombre libre", dijo anoche el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ante más de mil personas que se acercaron al Salón Jorge Luis Borges de la 37a. Feria Internacional del Libro para escucharlo.
Sin crispaciones, a pesar de tanta esgrima verbal previa que incluyó un intento de censura por parte del grupo de intelectuales oficialistas Carta Abierta, Vargas Llosa dijo todo lo que quiso decir durante una hora y media, en un discurso escrito y en una cálida entrevista con el periodista de La Nacion Jorge Fernández Díaz.
El kirchnerismo tuvo sólo dos concurrentes destacados: la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y Vicente Battista, el escritor que firmó la carta para evitar que Vargas Llosa hablara en la Feria del Libro.
Hebe de Bonafini dialogó con Vargas Llosa a solas durante 5 minutos y le entregó una carta para pedirle su adhesión en la lucha por incorporar al canal CN23 en la grilla de Cablevisión (de lo que se informa por separado).
Instantes antes, había dejado estampada su firma en el libro de honor de la Fundacion El Libro, que atesora mensajes de autores de todo el mundo que han pasado por este encuentro editorial. "Feliz de volver a esta Feria del Libro de Buenos Aires después de ocho años y comprobar que ha crecido en libros, lectores y prestigio. Les deseo que sigan los éxitos y les agradezco la hospitalidad", escribió.
De traje oscuro y camisa con gemelos, Vargas Llosa confirmó su calidad de gran orador. Encantó a todos los asistentes al Pabellón Frers. Los hizo reír con el recuerdo del entrañable Pedro Camacho, el escritor de radionovelas de La tía Julia y el escribidor , los hizo reflexionar sobre la situación política de América latina y los emocionó con su duro relato sobre el difícil vínculo que tuvo con su padre, a quien conoció a los 10 años, y por el que, admitió, se enfrentó al "miedo y a la violencia".
En su inicial mensaje escrito, tuvo palabras de agradecimiento para la presidenta Cristina Kirchner. "(Su) Oportuna intervención atajó aquel intento de veto. Ojalá esta toma de posición en favor de la libertad se contagie a todos sus partidarios y que guíe su propia conducta como gobernante", dijo Vargas Llosa y levantó el aplauso de todo el auditorio, incluido el discreto gesto de Hebe de Bonafini.
Argumentó con énfasis la decadencia argentina y las razones de su crítica: "A principios del siglo XX, el modelo educativo de la Argentina era el más avanzado del mundo; las tres cuartas parte de Europa eran del tercer mundo. ¿Qué pasó? Hoy tendría que tener el mismo nivel de Suecia. ¿Por qué está la Argentina con esta crispación política casi permanente?"
"Yo combato a todas las dictaduras, a las dictaduras de la izquierda del proletariado y a las de la derecha de Cristo Rey. En definitiva, todas hacen lo mismo, traen retroceso a los pueblos", advirtió.
"Nos hace falta coherencia, hemos sufrido mucho por las verdades absolutas. Cada vez tenemos menos dictaduras en América latina. Tenemos izquierdas y derechas democráticas en América latina. La racionalidad y la sensatez está echando raíces en América latina", sostuvo y despertó otra vez el aplauso.
Y, por si a alguien le quedaban dudas de su veto a las dictaduras, y especialmente a la argentina de los años 70, recordó que como presidente del Pen Club Internacional hizo "muchas campañas por Antonio Di Benedetto", el escritor y periodista argentino que tuvo que exiliarse.
Reveló que su vínculo con nuestro país está dado desde su infancia: "A Cochabamba llegaban Leoplán , para mi abuelo; Para Ti , para mi madre, y Billiken para mí. En la Universidad de San Marco, en Lima, conocí la literatura más renovadora y moderna, de Thomas Mann a Faulkner, de Joyce a Sartre, de Camus a Forster, de Eliot a Hemingway, gracias a las traducciones que editoriales como Losada, Sudamericana, Emecé, Sur, y otras publicaban y distribuían por todo el continente".



"Apenas puedo respirar"

El núcleo central de la conversación entre el laureado escritor y el periodista Fernández Díaz giró sobre su profesión y sobre el impacto que le ha causado en su vida haber obtenido el Premio Nobel de Literatura. "Desde que gané el Nobel apenas puedo respirar", dijo para hilaridad de la audiencia, aunque rápidamente dejó en claro su agradecimiento por el galardón al que calificó de "extraordinariamente generoso".
Pero desde octubre del año pasado su vida cotidiana ya no es la misma: "Mi disciplina ha estallado en pedazos. La persona ganadora del Nobel, aunque no se haya leído su obra, despierta curiosidad. Es una terrible privación de la libertad. Hay una limitación enorme para moverse y hay que luchar para no dejarse convertir en estatua".
A lo largo de toda la charla, siempre se definió como un escritor y periodista, aun cuando hizo referencia a su paso por la política peruana y su candidatura presidencial, y no tuvo timidez al exponer su "inseguridad" a la hora de encarar sus obras.
"Luego de mis primeros libros, supe que disciplinándome y trabajando mucho iba a alcanzar mi ambición que era ser un gran escritor", contó para señalar que fue Madame Bovary , de Gustav Flaubert, la obra que más lo ha ayudado en su propia carrera de novelista. " Madame Bovary es la obra genial de un autor que sentía que no tenía talento", dijo al aconsejar que para superar la inseguridad "hay que trabajar como un galeote".
De toda su bibliografía, el repaso frente al público incluyó su último libro, El sueño del celta - "fue una de las mejores experiencias de mi vida" -; El pez en el agua -"una especie de catarsis tras los tres años de candidato presidencial en Perú"-, Travesuras de la niña mala -"surgió de las experiencias vividas en los 60 en París, el lugar por donde pasaba la revolución"-, La guerra del fin del mundo -"una de las novelas que más trabajo me ha costado escribir".
El auditorio se tensó cuando escuchó la difícil relación que mantuvo con su padre. "A mi padre creo que le debo mi amor por la libertad y mi rechazo a la violencia", sostuvo conmovido.
"Lo conocí a los 10 años. Era una persona muy autoritaria y tuve un rechazo visceral, con el espíritu y con el cuerpo, hacia él. Yo vivía entre mujeres, muy protegido. Con mi padre conocí la violencia y el mal trato. Mi padre odiaba que su hijo fuera escritor y mi manera de resistirlo fue refugiarme en los libros y revelarme contra esa autoridad", recordó conmovido. Quizás haya sido un reconocimiento inconsciente de que sin la dramática figura de su padre, la literatura no hubiera llegado a contar con un premio Nobel llamado Mario Vargas Llosa.


EN VOZ ALTA

"Yo combato todas las dictaduras. A las dictaduras de izquierda del proletariado y a las de derecha de Cristo Rey"

"Desde que gané el Nobel ya no puedo escribir en los cafés, apenas puedo respirar"

"Los libros nos ayudan a derrotar los prejuicios"

"La Argentina vive en un estado de crisis permanente"

"Leer nos hace libres, a condición, claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer"

"El caso de la Argentina lo tengo siempre presente porque me conmueve y me desgarra. Era un país del Primer Mundo en el inicio del siglo XX"

"Agradezco a los organizadores haber resistido las presiones de algunos colegas y adversarios de mis ideas políticas para desinvitarme"


PROFUNDO, IRÓNICO Y GENTIL





Joaquín Morales Solá
LA NACIÓN



Tuvo algo de misa y otro poco de espectáculo de rock. Hubo un silencio de culto cuando Mario Vargas Llosa describió la cartografía de sus ideas, sobre todo cuando explicó su fe en la libertad. Pero hubo también un público que reía y aplaudía cuando el escritor se vestía de actor, que también lo es desde hace poco tiempo, para contar hilarantes historias de su vida y de otras vidas. En medio de ese escenario que oscilaba entre la profundidad de un pensamiento y la superficie de una fantasía, el escritor mundialmente más renombrado de los últimos tiempos no le huyó a la polémica. Gentil e irónico, le agradeció a la Presidenta su gestión para que no lo censuren, pero le pidió que sea como dice que es.
Con todo, una imperceptible brisa de tensión existió en casi toda la ceremonia en la que Vargas Llosa habló primero y luego respondió preguntas del periodista Jorge Fernández Díaz. ¿Sucedería algo? ¿Alguien o algunos tratarían de arruinar el momento cumbre de la fiesta literaria anual? Los intelectuales kirchneristas habían sembrado la inquietud cuando pidieron públicamente que se le quitara el micrófono al primer Premio Nobel de Literatura latinoamericano en muchísimos años.
El kirchnerismo ha logrado desfigurar las cosas más simples. Un periodista le preguntó a este colega si no le parecía una provocación que Vargas Llosa estuviera hablando en la Feria del Libro . ¿Por qué una provocación?, repregunté. "Bueno, por las ideas que tiene", atinó a contestarme. Traté con deferencia a ese colega, porque me pareció que sólo expresaba lo que está sucediendo con el clima perturbado y retorcido de la libertad. ¿Habría sido una provocación si el personaje central de ayer hubiera sido Horacio González o José Pablo Feinmann ? ¿Dónde está escrito que la única palabra autorizada en la Argentina es la que emite el poder político temporal, para usar un giro de la propia Cristina Kirchner, y el coro incansable de sus aduladores?
Seguramente, Vargas Llosa no había leído ayer en los sitios de Internet las provocadoras palabras (en este caso, la calificación es justa) del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Fernández los retó en público a Vargas Llosa y a Fernando Savater porque se les había ocurrido criticar a la Argentina. Herejía. Apostasía. El escritor y el filósofo no criticaron al país, sino a políticas de su gobierno y a las posiciones de sus seguidores. Aníbal Fernández no hizo más que desempolvar esos viejos hábitos del autoritarismo, que siempre termina encerrado en el más rancio nacionalismo.
Sin embargo, Vargas Llosa pareció contestarle al jefe de los ministros cuando recordó la literatura aperturista de Julio Cortázar (sobre todo su libro La vuelta al día en 80 mundos ) para terminar diciendo que "la humanidad es una sola y compartida". El mundo de Vargas Llosa, como una infinita aventura del hombre, en contraste con el estrecho y asfixiante espacio del nacionalismo de Fernández.


Petulancia

Ya antes, Vargas Llosa se había extrañado por esos embelecos nacionalistas de los argentinos. ¿Acaso Cortázar y el "Che" Guevara, dos argentinos que pertenecen al panteón del kirchnerismo (Guevara más que Cortázar), no se metieron con su palabra o con sus acciones en cuantos conflictos hubo en el mundo que les tocó vivir?, recordó hace unas semanas. El nacionalismo argentino no carece de petulancia: podemos ir muy frescos a otros lugares, pero nadie puede entrar en nuestra sagrada comarca.
El oficioso sacerdote provocó uno de los momentos de mayor recogimiento durante esa misa pagana cuando describió la dictadura bajo la que se formó en su adolescencia y su juventud. Fue la del cruel dictador peruano Manuel Odría. Vargas Llosa relató una dictadura como una forma de contar todas las dictaduras. Censuras, prisiones, persecuciones, torturas, muertes. El autoritarismo tiene muchos nombres en la historia (nazismo, fascismo, estalinismo, dictaduras militares o civiles), pero recordó que todas usaron y usan siempre la misma receta, con mayor o menor intensidad. A los argentinos les evocó también que él se puso en su momento, cuando muchos callaban, al frente de la denuncia de la dictadura argentina, sobre todo de los escritores censurados. Entonces era presidente del PEN Club Internacional.
Sus ideas lo condenan en la Argentina de hoy, no lo que ha hecho o lo que ha escrito. Es un liberal que descree hasta de los dogmas estrictos del liberalismo si éste lo sorprende con un catálogo de conceptos inquebrantables. No está dispuesto a entregarles a las distorsiones latinoamericanas la vieja y efectiva definición de liberal. Los intelectuales kirchneristas creen que Jorge Rafael Videla fue liberal y ése es, precisamente, el falso concepto que Vargas Llosa vino a exorcizar.
La platea vibró de risas y aplausos, en cambio, cuando aludió a la construcción de su novela La tía Julia y el escribidor. Un relato pausado, como si estuviera escribiendo un cuento, describió a un entrañable escritor boliviano, que trabajaba en Perú, y que no leía libros para que no lo influyeran. Ahí mostró su faceta de actor consumado, que lo llevó hace poco al escenario para poner una versión de "Las mil y una noches", que él la llamó "Las mil noches y una noche", con la actriz Aitana Sánchez-Gijón. El público pareció ayer, por momentos, celebrar la interpretación de una canción de rock.
No concibe un sistema político en el que el poder no pueda ser criticado. Esta es su diferencia fundamental con el kirchnerismo argentino, que logró, al final de cuentas, lo que logra todo censurador: hacer del censurado una víctima ovacionada por una multitud. Eso sucedió ayer cuando caía la noche en Buenos Aires.
"Los otros somos nosotros", disparó para explicar su amor por Buenos Aires y su extrañeza del destino argentino. Recordó con precisión que la Argentina era un país desarrollado cuando gran parte de Europa no lo era. O que en la Argentina casi no tenía analfabetismo cuando Europa tenía muchos analfabetos. ¿Qué le pasó a la Argentina? ¿Qué designio o qué errores la hicieron retroceder tanto? Dio muchas vueltas sobre la misma pregunta: ¿qué le pasó a la Argentina? Un escritor tiene obsesiones que lo acompañan durante toda su vida. Descubrir el origen de los errores nacionales o sociales parece ser una de las suyas. ¿O, acaso, hace 40 años no escribió en Conversación en la Catedral una de sus frases más célebres: "¿En qué momento se jodió el Perú?" Ayer, antes de despedirse, pareció hacerse la misma pregunta sobre el indescifrable país de los argentinos.