Revisite Notre-Dame y toda su gloria con este impecable video de 360°.
Meses antes de que la Catedral fuera severamente dañada por el fuego, un equipo de camarógrafos de la BBC de Londres filmó la totalidad de la icónica estructura.
Patio de los Leones, en la Alhambra de Granada - ABC El Ministerio de Cultura y Deporte ha distribuido una serie de recomendaciones para garantizar que las medidas de desinfección en el patrimonio cultural obligadas por la crisis del Covid 19 sean compatibles con la protección de los bienes culturales.
El Ministerio, se anuncia en un comunicado, ha enviado una nota a todas las comunidades autónomas en la que se invita a reflexionar sobre los efectos de la pandemia en el patrimonio cultural, el cierre de instituciones, las prácticas de desinfección aplicadas en el ámbito de los bienes culturales y las futuras repercusiones económicas.
Antes de actuar en la desinfección sobre los bienes culturales, el Ministerio llama la atención también sobre la necesidad de consultar las intervenciones con los responsables del cuidado y tutela del patrimonio cultural para determinar la vulnerabilidad de cada elemento y las mejores alternativas para evitar daños innecesarios.
«Insistiendo en que, en situaciones como las actuales y como no puede ser de otro modo, la prioridad absoluta es la protección de la vida humana -dice la nota enviada por el Ministerio-, es evidente que la mayor parte de estas prácticas de desinfección que ilustran las imágenes, utilizan compuestos como el etanol o el peróxido de hidrógeno, pero sobre todo productos derivados de la química del cloro. Estos productos pueden ocasionar graves efectos dañinos en el patrimonio cultural, ya que la inmensa mayor parte de los materiales constitutivos de los bienes culturales, desde el material pétreo hasta el textil, son sensibles a estos agentes clorados, fuertemente oxidantes y con gran capacidad para alterar los colores y destruir pigmentos, pátinas o capas de protección de todo tipo. A ello habría que añadir el hecho de que estos agentes y sustancias pueden tener también consecuencias nocivas para la salud humana y para el medio ambiente». «Protejamos el patrimonio cultural por medios sostenibles y compatibles con los objetivos perseguidos por la desinfección -concluye la nota-, para garantizar el futuro de los bienes que han superado esta pandemia fatal; no destruyamos de forma inconsciente los recursos culturales, que son recursos sociales, económicos y científicos, y una importante fuente de empleo, garantía de desarrollo».
El Ministerio de Cultura ha enviado también un documento titulado «Recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en bienes culturales con motivo de la crisis por COVID 19», elaborado por varios técnicos del Ministerio. En él se establecen una serie de consejos para preservar los distintos monumentos y espacios.
«En cuanto a los bienes culturales que se encuentran en espacios públicos -se dice-:
»En la desinfección mediante pulverización de espacios cercanos a los bienes culturales (por ejemplo, cascos históricos, plazas públicas, parques o calles) se evitará rociar de manera directa los objetos o edificios de valor histórico-artístico.
»En el entorno directo de los bienes culturales (a menos de un metro de distancia, como aceras próximas o zócalos de edificios) se utilizará preferiblemente una disolución de etanol disuelto al 70% en agua proyectada a baja presión. Como indican las autoridades sanitarias, esta solución desinfectante resulta efectiva frente al virus y a su vez su pulverización resulta menos dañina que la de hipoclorito sódico (lejía) sobre materiales como la piedra, el ladrillo, la madera y el metal.
»Los tratamientos desinfectantes se evitarán siempre en las proximidades de los bienes culturales policromados (por ejemplo portadas de iglesias o retablos) siendo mucho más recomendable el vallado perimetral para evitar la aproximación y contacto directo de las personas.
»Nunca es recomendable tocar de manera directa los bienes culturales pero esta premisa, en una situación como la de ahora, es todavía más necesaria. Los virus solo pueden desarrollarse en los seres vivos pero la permanencia de partículas víricas (provenientes del contacto directo o por la saliva) sobre las superficies puede suponer un foco de contagio. De esta forma también se evitará la necesidad de aplicar productos de limpieza o desinfección sobre los bienes culturales.
»Por último, y de manera general, conviene recordar una serie de indicaciones comunes:
»Todos los procesos de limpieza y desinfección se realizarán siempre con los correspondientes EPIs que garanticen la seguridad del personal trabajador.
»Es fundamental conocer la naturaleza y composición de los productos a utilizar en la limpieza así como del bien cultural sobre el que se van a aplicar, para valorar la compatibilidad de ambos.
»Asimismo se deben evitar mezclas de productos sin conocer de antemano su compatibilidad. Es el caso de la conocida reacción entre la lejía (hipoclorito sódico) y el amoniaco que genera vapores de elevada toxicidad.
»Ante cualquier duda con los procesos de limpieza y desinfección lo mejor es no aplicar ningún tratamiento, ya que se pueden generar daños irreversibles sobre el patrimonio cultural. Lo más recomendable es consensuar todas las medidas con los profesionales del ámbito de la conservación-restauración».
Fuente: lanacion.com |
Detalle de la obra "Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires", de Juan Manuel Blanes, cuyo boceto fue robado en la Navidad de 1980, y que se volvió fatalmente actual Fernando García |
Otro objeto que la muestra saca a la luz es el libro Delitos contra la propiedad (Editorial Universidad), de la jueza Laura Damianovich, que fue material de consulta en la Facultad de Derecho durante los años 80 y 90. Damianovich tuvo a su cargo el caso del robo al Bellas Artes y el 1° de julio de 1983, aún en dictadura, fue destituida por "mal desempeño de sus funciones e inhabilitación para ocupar otro cargo oficial".
Según Pasaporte al olvido , durante la investigación numerosos empleados del museo sin vinculación con el robo fueran torturados. También en ese lapso fue secuestrado el curador jefe del Bellas Artes, Samuel Paz; todo una ironía, por que había sido justamente Paz quien consiguió que los Santamarina terminasen donando ese patrimonio al Estado argentino. La Justicia mostró entonces al sereno del museo como el único culpable y lo tuvo preso veinte días.
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Un emblema. Ieoh Ming Pei afianzó su carrera al diseñar la pirámide del Museo Louvre en París, Francia. Llegó a ganar un premio considerado el Nobel de arquitectura.
El Louvre lamentó ayer la muerte a los 102 años del chino-estadounidense Ieoh Ming Pei, "un arquitecto visionario con una carrera que marcó para siempre el museo" con la construcción de la pirámide de cristal, que preside la entrada de la galería en París, Francia.
El presidente del Louvre, Jean-Luc Martinez, y el conjunto del equipo del centro declararon en un comunicado la "gran emoción y profunda tristeza" causada por la noticia de su muerte, acontecida el pasado miércoles, según uno de los hijos del arquitecto, Li Chung Pei. Considerado el "último maestro" de la arquitectura moderna y ganador del prestigioso premio Pritzker, equivalente al Nobel de Arquitectura, en 1983, es también autor de grandes obras como el Museo de Arte Islámico en Doha, Qatar, o el ala este de la Galería Nacional de Arte, en Washington DC. Nacido el 26 de abril de 1917 en Cantón, China, en una vieja familia de Suzhou, "la Venecia del Oriente", cerca de Shanghai, Ieoh Ming Pei partió en 1935 a Estados Unidos, a estudiar arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde se graduó. Luego estudió diseño en la Universidad de Harvard (1948), donde fue alumno de Walter Gropius, fundador de la mítica escuela de diseño alemana Bauhaus y uno de los teóricos del estilo internacional.Pei diseñó en julio de 1983 el que se convertiría en el emblema de las obras de ampliación del llamado "Gran Louvre", con el que se ampliaron los espacios del museo y la entrada de los visitantes al centro. El arquitecto ha fallecido el mismo año que el Museo Louvre celebra los 30 años de la inauguración de la Pirámide, el 30 de marzo de 1989, marcado por exposiciones a lo largo de 2019 donde la figura de Pei ha sido muy destacada.Ieoh Ming Pei diseñó el Museo de la Fama del Rock and Roll en Ohio (1995), también una gran estructura hecha en cristal. Uno de los últimos museos que diseñó fue el de Arte Islámico de Doha (Qatar), en 2008, un proyecto que tomó como una oportunidad para aprender de una cultura que desconocía y cuyo estudio lo llevó a viajar por todo el mundo visitando ejemplos de arquitectura islámica.Además de museos, el arquitecto diseñó salas de conciertos, estructuras académicas, hospitales, torres de oficinas, y edificios públicos como el Ayuntamiento de Dallas (1977), la Biblioteca John F. Kennedy de Boston (1979), y el Pabellón Guggenheim del Hospital Moint Sinai de Nueva York (1992). Ieoh Ming Pei nació el 26 de abril de 1917 en Cantón, China, y se fue a estudiar a EEUU |
Natalia Blanc Entre andamios, latas de pintura, polvo, pinceles, herramientas, cuadros y esculturas cubiertos con plástico y obreros con casco se acercan al final los trabajos de remodelación del Museo Nacional de Bellas Artes, que reabre el viernes después de casi dos meses de obras. Andrés Duprat, director del MNBA, camina por los pasillos renovados en estado de éxtasis. Está exultante. Todavía falta terminar la sala que alojará cerca de 400 piezas de arte prehispánico, pero ya se puede conocer el espacio donde funcionará la nueva tienda, sobre el ala izquierda, donde antes se exhibía arte medieval. En una visita exclusiva con el arquitecto Duprat como guía, LA NACION recorrió el edificio de Avenida del Libertador al 1400 que ofrecerá al público una modalidad de circulación más amigable y un reordenamiento cronológico de las muestras permanentes, con la incorporación de obras del acervo que estaban en depósitos. "El proyecto tiene dos ejes: el arquitectónico, que buscó simplificar el recorrido desde el ingreso, ya que los que visitaban el museo por primera vez no entendían por dónde empezar. El otro eje tiene que ver con el guion curatorial, en principio, de la planta baja: incorporamos arte prehispánico y colonial, y ampliamos la exhibición de arte argentino hasta el centenario, en orden cronológico", cuenta Duprat. Habrá seis salas con obras de artistas nacionales, donde se destacan, entre otras, El despertar de la criada, de Eduardo Sívori, y Sin pan y sin trabajo, de Ernesto de la Cárcova.Las piezas de arte prehispánico y colonial se exhibirán en vitrinas en la sala del ala derecha donde estaban las obras del siglo XIX. Ahora hay aberturas que conectan el nuevo espacio permanente (pintado de bordó y con una iluminación teatral) con los pasillos que conducen, por ejemplo, a las salas impresionistas. Ese cambio apunta a sumar una perspectiva latinoamericana, algo que, según entiende Duprat, le faltaba al Bellas Artes. Curado por María Alba Bovisio, el sector albergará unas 380 piezas de culturas del noroeste argentino de entre los siglos V y XV que pertenecen a las colecciones del MNBA y del Ministerio de Relaciones Exteriores: objetos de uso cotidiano, de rituales sagrados, piezas textiles, de piedra, hueso, cerámica y metal. En la antesala se montarán 22 tablas de la serie La conquista de México, realizadas por Miguel Gonzales entre 1696 y 1715, con incrustaciones de nácar. "Es un relato visual de la conquista de Hernán Cortés. Son únicas", explica el director. Fuente: lanacion.com |