CULTURA DISTRIBUYE UNA GUÍA CON RECOMENDACIONES PARA GARANTIZAR LA DESINFECCIÓN Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL


Hoy se remitirá el documento a todas las comunidades autonómas y a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado

Patio de los Leones, en la Alhambra de Granada
                   Patio de los Leones, en la Alhambra de Granada - ABC


El Ministerio de Cultura y Deporte ha distribuido una serie de recomendaciones para garantizar que las medidas de desinfección en el patrimonio cultural obligadas por la crisis del Covid 19 sean compatibles con la protección de los bienes culturales.
El Ministerio, se anuncia en un comunicado, ha enviado una nota a todas las comunidades autónomas en la que se invita a reflexionar sobre los efectos de la pandemia en el patrimonio cultural, el cierre de instituciones, las prácticas de desinfección aplicadas en el ámbito de los bienes culturales y las futuras repercusiones económicas.
Antes de actuar en la desinfección sobre los bienes culturales, el Ministerio llama la atención también sobre la necesidad de consultar las intervenciones con los responsables del cuidado y tutela del patrimonio cultural para determinar la vulnerabilidad de cada elemento y las mejores alternativas para evitar daños innecesarios.

«Insistiendo en que, en situaciones como las actuales y como no puede ser de otro modo, la prioridad absoluta es la protección de la vida humana -dice la nota enviada por el Ministerio-, es evidente que la mayor parte de estas prácticas de desinfección que ilustran las imágenes,
 utilizan compuestos como el etanol o el peróxido de hidrógeno, pero sobre todo productos derivados de la química del cloro. Estos productos pueden ocasionar graves efectos dañinos en el patrimonio cultural, ya que la inmensa mayor parte de los materiales constitutivos de los bienes culturales, desde el material pétreo hasta el textil, son sensibles a estos agentes clorados, fuertemente oxidantes y con gran capacidad para alterar los colores y destruir pigmentos, pátinas o capas de protección de todo tipo. A ello habría que añadir el hecho de que estos agentes y sustancias pueden tener también consecuencias nocivas para la salud humana y para el medio ambiente».
«Protejamos el patrimonio cultural por medios sostenibles y compatibles con los objetivos perseguidos por la desinfección -concluye la nota-, para garantizar el futuro de los bienes que han superado esta pandemia fatal; no destruyamos de forma inconsciente los recursos culturales, que son recursos sociales, económicos y científicos, y una importante fuente de empleo, garantía de desarrollo».
El Ministerio de Cultura ha enviado también un documento titulado «Recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en bienes culturales con motivo de la crisis por COVID 19», elaborado por varios técnicos del Ministerio. En él se establecen una serie de consejos para preservar los distintos monumentos y espacios.
«En cuanto a los bienes culturales que se encuentran en espacios públicos -se dice-:
»En la desinfección mediante pulverización de espacios cercanos a los bienes culturales (por ejemplo, cascos históricos, plazas públicas, parques o calles) se evitará rociar de manera directa los objetos o edificios de valor histórico-artístico.
»En el entorno directo de los bienes culturales (a menos de un metro de distancia, como aceras próximas o zócalos de edificios) se utilizará preferiblemente una disolución de etanol disuelto al 70% en agua proyectada a baja presión. Como indican las autoridades sanitarias, esta solución desinfectante resulta efectiva frente al virus y a su vez su pulverización resulta menos dañina que la de hipoclorito sódico (lejía) sobre materiales como la piedra, el ladrillo, la madera y el metal.
»Los tratamientos desinfectantes se evitarán siempre en las proximidades de los bienes culturales policromados (por ejemplo portadas de iglesias o retablos) siendo mucho más recomendable el vallado perimetral para evitar la aproximación y contacto directo de las personas.
»Nunca es recomendable tocar de manera directa los bienes culturales pero esta premisa, en una situación como la de ahora, es todavía más necesaria. Los virus solo pueden desarrollarse en los seres vivos pero la permanencia de partículas víricas (provenientes del contacto directo o por la saliva) sobre las superficies puede suponer un foco de contagio. De esta forma también se evitará la necesidad de aplicar productos de limpieza o desinfección sobre los bienes culturales.
»Por último, y de manera general, conviene recordar una serie de indicaciones comunes:
»Todos los procesos de limpieza y desinfección se realizarán siempre con los correspondientes EPIs que garanticen la seguridad del personal trabajador.
»Es fundamental conocer la naturaleza y composición de los productos a utilizar en la limpieza así como del bien cultural sobre el que se van a aplicar, para valorar la compatibilidad de ambos.
»Asimismo se deben evitar mezclas de productos sin conocer de antemano su compatibilidad. Es el caso de la conocida reacción entre la lejía (hipoclorito sódico) y el amoniaco que genera vapores de elevada toxicidad.
»Ante cualquier duda con los procesos de limpieza y desinfección lo mejor es no aplicar ningún tratamiento, ya que se pueden generar daños irreversibles sobre el patrimonio cultural. Lo más recomendable es consensuar todas las medidas con los profesionales del ámbito de la conservación-restauración».


Fuente: lanacion.com

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