RESTAURAN LA PIRÁMIDE DE MAYO
PARA QUE RECUPERE EL ASPECTO QUE TENÍA HACE 105 AÑOS
Un mes y medio llevó retirar 12 capas de material que cubrían al monumento entre cal, pintura, grafitis y pegatinas.
Además, recuperarán cuatro estatuas que fueron mudadas en 1912.
Además, recuperarán cuatro estatuas que fueron mudadas en 1912.
La Pirámide de Mayo tiene una estatua de la Libertad en su punta. La restauración se hace a casi 19 metros de altura. Foto: David Fernández.
María Belén Etchenique
Hasta que se construyó en 1811, las únicas
representaciones evocativas eran las imágenes religiosas dentro de las
iglesias. No había
estatuas ni monumentos en la
Ciudad. La Pirámide fue el primero patrio y público. Se elevó
para celebrar el primer aniversario de la Revolución de Mayo. Hoy está encerrado detrás de
una media sombra azul. Andamios de metal y tablones de madera celeste lo
rodean. Ocho personas
están trepadas a lo largo de sus 18,76 metros de altura. La Pirámide de Mayo está en
obra. La ambición es recuperar el aspecto que tenía 105 años atrás.
Una
puerta blanca y discreta es la entrada a la restauración. Le sigue un chapón
azul. Detrás de él, la
Pirámide pierde su forma aparente. El suelo parece un manto
de tierra rastrillada. Hay piedras mínimas, blancas, rojizas y grises, polvo,
montañas de bolsas con escombros, una excavación y dos hombres en cuatro patas. Pelan con bisturíes la superficie de la Pirámide.
“Es
la zona más afectada por el acercamiento de la gente”, dice Marcelo Magadán,
arquitecto y director general de la restauración. Lleva una camisa con líneas
celestes, pantalón de vestir oscuro y zapatos. Parece un oficinista de los que
cruzan la Plaza
de Mayo, si no fuese porque supervisa los trabajos con un casco y carpetas
encastradas en la axila. Con el índice apunta a la base del monumento. Ahí, en
cada marcha, en cada concentración, los manifestantes hacen hablar a las
paredes. Los que van a dejar su firma suelen tener ánimo de expresión pero no
de montañista. Los reclamos y
consignas se acumulan a la altura de los cuatro escudos nacionales,
uno por cada lado de la base.
Al desvestir
|
La restauración de
“De cada sector se sacó una
muestra y se mandó a analizar a un laboratorio. Las pruebas químicas mostraron
qué se usó y su composición”, dice la restauradora Marta Zaffora. Debajo del
casco, asoma su pelo negro con flequillo pesado. No cumple el estereotipo de
restauradora. Sus borcegos marrones, una cadena que adorna su cintura y los
ojos delineados la asemejan a una cantante de rock. “Como en otras
construcciones antiguas -sigue- los revoques están hechos con cal apagada. Trabajamos con el
mismo material y otros compatibles. No sólo para que el aspecto sea el mismo,
en especial para que haya la misma porosidad”. Además del deterioro por el paso de cientos de
años, los problemas en la
Pirámide aparecieron cuando se la empezó a cubrir de cemento
o pinturas modernas que cerraron sus poros. Así se formaron capas impermeables
que facilitaron la concentración de humedad.
El equipo incluye a ocho restauradores, que están ubicados en distintos niveles del monumento, historiadores, arquitectos y químicos. Foto: David Fernández |
La Pirámide que está en restauración no tiene el aspecto de su original de 1811. Entonces era un obelisco de
“En
las vísperas del centenario se organizó un concurso para construir un monumento
más grande, que contuviese a la pirámide en su interior. Para eso se cambió su
ubicación y durante el
desplazamiento se retiraron las cuatro estatuas de la base”,
dice Francisco Girelli, el responsable de la investigación histórica del
proyecto. En el hueco que dejaron las esculturas hay cinceles, martillos y
cepillos de escoba apoyados. “El gran monumento jamás se hizo -agrega- y las
esculturas no volvieron. Este proyecto
busca devolverle a la
Pirámide lo que antes fue”.
Las estatuas ausentes se encuentran al caminar pocas cuadras. Decoran
la plazoleta de San Francisco, en Defensa y Alsina. Están talladas en mármol
blanco y cada una tiene un rol representativo: la navegación, la industria, la geografía y la
astronomía. El 18 de febrero empieza el operativo retorno a la Plaza. Ahí , serán
restauradas y luego colocadas en la Pirámide. “Es un icono para nuestra Ciudad por su
valor histórico y cultural. La tarea de los restauradores es muy valiosa porque
buscan recuperar la esencia”, dice Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y
Espacio Público porteño. Su ministerio contrató la obra completa. Además, por
ser un monumento histórico, la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de
Bienes Históricos supervisa los trabajos.
Las cuatro esculturas están en Defensa y Alsina y serán recolocadas en |
“Esta
obra es apasionante, todos los días
hay un descubrimiento. Trabajamos de lunes a sábados, por lo
menos ocho horas, es imposible no generar un vínculo. Pero no sólo a nosotros
nos pasa. La restauración motiva a que la gente mire, se acerque y pregunte,
quiera conocer más”, dice Zaffora, mientras acaricia el
gorro frigio de la estatua de la
Libertad , a casi 19 metros de altura. Las
campanas de la Catedral
le tapan un poco la voz, que igual llega: “Es resignificar nuestros
monumentos”.
Hallazgos bajo tierra: baldosas inglesas y azulejos franceses del siglo XIX
por momentos más
grises. Se descubrieron las fisuras y faltantes, los caños del viejo sistema de
iluminación, los ladrillos originales y pedazos de madera que tuvieron alguna
utilidad hace cientos de años. La restauración permitió los primeros trabajos
arqueológicos en la Plaza
de Mayo. Nunca antes se habían hecho, no al menos en forma sistemática y con
este nivel de profundidad. Los encabezaron los arqueólogos urbanos Flavia Zorzi
y Ricardo Orsini.
Una de las excavaciones que se hicieron en la Pirámide de Mayo. Foto: David Fernández |
Según un informe al que accedió Clarín, las excavaciones confirmaron que
Más
años acumulan los caños de hierro y listones de madera relacionados con el
cableado del monumento, los aislantes eléctricos de porcelana, los fragmentos de bombillas de luz y un portalámpara de la firma
norteamericana H.T. Paiste Co. de las primeras dos décadas del siglo XX.
Los
materiales más antiguos se recuperaron a dos metros de profundidad y datan del
momento inmediatamente posterior al emplazamiento de la Pirámide. Son restos
de baldosas inglesas, azulejos franceses y fragmentos de
loza inglesa de
uso sanitario de fines del siglo XIX y los primeros años del XX.
Las
excavaciónes también provocaron el hallazgo de dos estructuras, de las que se
tenía muy poca información. Una de ellas es el basamento de la Pirámide , de alrededor de
un metro de alto, construida por 15 hiladas de ladrillo. La otra es una losa
que habría sido colocada para la construcción del gran monumento conmemorativo,
que jamás se hizo.
Quizás
todavía no nacieron los que restaurarán la Pirámide en el futuro, quizás sí. Lo cierto es
que encontrarán una botellita de vidrio con billetes, monedas y los nombres de
los hombres y mujeres que están trabajando hoy en el monumento. Es la bitácora
2017.
Equipo completo de restauración:
Marcelo Magadán, Marta Zaffora, Claudia Arbe, Ines Gómez, Tomas Martins, Branko
Sejas, Casimiro Sejas, Ezequiel Andrada, Ruben Fernández, Nazareno Guantay,
ayudantes Ismael y Javier.
Fuente: clarin.com
LA VEDA AL VISADO DE TRUMP DEJA A LOS ARTISTAS EN EL LIMBO
Desde el cineasta iraní Asghar Farhadi, que no asistirá a la entrega de los Oscar, hasta Shahpour Pouyan, que no se anima a salir de EE.UU., el arte queda en crisis, y los museos, paralizados
Proyectil 10, obra de Pouyan que tendrá dificultades para ser exhibida en el exterior NYT
Rachel Donadio - The New York Times
PARÍS.- El director iraní de El
vendedor, nominada al Oscar como mejor película en idioma extranjero, no
asistirá a la tradicional ceremonia de
El caso de más alto
perfil es el de Asghar Farhadi, director de El
vendedor, quien ya le adelantó a The New York Times que no asistirá a la
ceremonia de los Oscar del 26 de febrero por más que le otorguen una visa
especial. Hasta hace unos días, Farhadi tenía pensado asistir y aprovechar el
efecto amplificador de la entrega de premios para alertar sobre una veda que
consideraba "injusta". Pero por las nuevas restricciones anunciadas
el viernes, el cineasta dijo: "Me resultan directamente inaceptables, por
más que en mi caso hicieran una excepción", aseguró a través de un
comunicado.
Farhadi, que ya ganó
un Oscar a la mejor película en idioma extranjero en 2012 con La separación, también condenó
"las injustas condiciones que se les imponen a mis compatriotas y los
ciudadanos de otros seis países que intentan ingresar legalmente a Estados
Unidos", y dijo que tiene la esperanza de que la actual situación "no
profundice las divisiones entre los países".
Marcel
Mettelsiefen, director de Watani,
mi hogar, un documental nominado al Oscar, dice que la protagonista siria
de su película, Hala Kamil, no podrá asistir a la entrega de premios porque
tiene pasaporte sirio y pasaporte alemán de refugiada. Kamil es una visitante
frecuente de Estados Unidos, donde incluso ha dado un discurso ante las
Naciones Unidas sobre las penurias de los refugiados.
Philip Himberg,
director artístico del Programa de Teatro del Instituto Sundance, teme que a
causa de las nuevas restricciones deban cancelar un fructífero programa de intercambios
con profesionales del teatro de Medio Oriente y África del Norte.Los museos, al
parecer, también sufrirán las consecuencias. Los curadores del Met dicen que el
veto al ingreso de musulmanes puede interrumpir o acotar los préstamos de obras
desde y hacia los países afectados, y que restringiría el viaje de colegas y
artistas de Estados Unidos en áreas como educación, investigación,
partenariados, talleres, conferencias y capacitación en general. También dicen
que puede complicar sus anheladas investigaciones y excavaciones arqueológicas
en sociedad con Irak e Irán, y un proyecto de publicación conjunta con Irán
sobre Nishapur.
La movida de Trump es
"particularmente irónica, si consideramos que la formulación más temprana
de la historia de algo parecido al concepto actual de hábeas corpus aparece
expresada en el Código de Hammurabi, un antiguo monumento iraquí sobre la
justicia emplazado públicamente para que todos los ciudadanos pudieran conocer
sus derechos", dice Kim Benzel, curadora a cargo del Departamento de Arte
del Antiguo Cercano Oriente del Met. "Ése fue uno de los grandes aportes
de Irak al mundo, y en este caso específico, a la democracia misma",
agrega la curadora. "¿Cómo pudo arruinarse todo tanto?"
Una vocera del Museo
del Condado de Los Ángeles dijo: "Todavía no tenemos idea de cómo nos
afectará todo esto, pero tenemos programada al menos una importante muestra de
arte mayormente iraní que podría verse dificultada por las restricciones a los
viajes de trabajo e investigación con autores y artistas, como también podría
haber problemas con los préstamos de obras procedentes de colecciones en
Irán".
La orden del
presidente Trump ya ha complicado la producción de Hamlet en el teatro sin fines de lucro
Waterwell, de Nueva York. Uno de los actores, Mohammad Aghebatian, ciudadano
iraní que estudió en Yale, está actualmente en Irán y no sabe si lo dejarán
reingresar a Estados Unidos. "Esto es completa y flagrantemente no
norteamericano", dijo Arian Moayed, actor, director artístico y fundador
del Waterwell. "Mohammad no sabe qué hacer, y nosotros estamos tratando de
conseguirle un abogado." Para colmo, a los abogados les cuesta entender el
alcance de la medida de Trump. "Hay mucho librado a la
interpretación", dice Jonathan Ginsburg, abogado de inmigración de
Virginia especializado en visas para artistas y músicos. Ginsburg dice que el
lenguaje de la orden presidencial "parece prohibir por 90 días el ingreso
de ciudadanos de siete países, por más que hayan solicitado y recibido una visa
de Estados Unidos".
Muchos artistas de los
países afectados que residen legalmente en Estados Unidos dicen que por el
momento no viajarán al exterior por miedo a que no se les permita reingresar.
Shahpour Pouyan, un artista iraní que tiene permiso de residencia, vive en
Nueva York y cuya obra está expuesta en el Met, dice que ahora no podrá asistir
ni a una muestra colectiva programada en Toronto ni a su muestra individual en
París en marzo. "Estoy varado acá. No puedo abandonar el país, y como
artista eso implica que no puedo hacer muestras ni presentar mi obra a nivel
internacional", relata Pouyan. "Esto es un desastre."
Una barrera cultural
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EL CENTRO POMPIDOU CUMPLE 40 AÑOS
Y ACUMULA MÁS DE 100 MILLONES DE VISITANTES
MARÍA LUISA GASPAR / EFE.
El Centro Pompidou, estructura cultural pionera inventada en París en 1977, cumple este martes 40 años y lo festeja con medio centenar de exposiciones en 40 ciudades francesas y con un fin de semana especial, el sábado y el domingo próximos. En un intento de crear una complicidad festiva con sus invitados, el público tendrá acceso gratuito durante esos dos días a todas las propuestas en curso, como las exposiciones "Cy Twombly" y "Brassaï graffiti", y a las visitas guiadas, desfiles, talleres, bailes y espectáculos programados para la ocasión. La fecha es importante y celebra que en estos cuarenta años más de 102 millones de personas han pasado por su biblioteca y su museo, contemplado sus exposiciones temporales, o asistido a conciertos, festivales, proyecciones y actuaciones. El Pompidou ha exportado su modelo en Francia y en el extranjero, pero la sede central fue y será el famoso edificio de muros transparentes y tubos coloreados creado por Renzo Piano y Richard Roger. Denostada "refinería petrolera" que tanta polémica y elogios engendró en los 70, en cuanto empezó a salir de tierra. Dentro de ese monumental rectángulo de 42 metros de alto, 166 de largo y 60 de ancho, convertido desde hace tiempo en una de las siluetas típicas de París, las cifras no son menos astronómicas y los promotores de las festividades no escatiman cuentas. En estos cuarenta años más de 102 millones de personas han pasado por la biblioteca y el museo del Centro PompidouBeaubourg, como también se conoce a esta institución soñada en su día por el presidente conservador Georges Pompidou, ha organizado 325 exposiciones temporales y promovido 818 creaciones en su vanguardista Instituto de Investigación y Coordinación Acústica/Música (Ircam), fundado por el maestro Pierre Boulez. Su Biblioteca Pública de Información, la Bpi, gran éxito desde el primer momento, ha recibido más de 110 millones de visitantes; y su Museo de Arte Moderno, el mas grande de Europa y uno de los dos más importantes del mundo, después del MoMa de Nueva York, posee una colección de 120.000 piezas que no cesa de crecer, y de prestarse. Entre sus logros, el centro se enorgullece de haber atraído a 840.662 visitantes en su primera exposición Dalí, entre 1979 y 1980 -cuando una huelga del personal impidió al artista inaugurarla- y casi tantos, 790.090, en la segunda, entre 2012 y 2013. Le siguen en importancia taquillera las muestras dedicadas a Matisse en 1993 y a Kandinsky en 2009, ambas con más de 700.000 entradas. Llevado por sus éxitos y sin duda por la imposibilidad de crecer más allá de sus muros, el Pompidou, que desde marzo de 2015 preside Serge Lasvignes, comenzó hace unos lustros a vislumbrar su expansión fuera de las fronteras parisinas. Primero, en 2010, el gigantesco paquebote cultural exportó su modelo al noreste de Francia, con el Pompidou-Metz, visitado desde entonces por 2,79 millones de personas. Promovió igualmente ese año la creación del Pompidou móvil, experimento abandonado pocos después por resultar demasiado costoso, y vislumbra ahora una sede-almacén en una barriada popular, que abrirá sus puertas al público al menos en parte. A la espera de llevar su marca por el mundo con diferentes estrategias de colaboración: en Bruselas a partir de 2020, en Shangai quizás ese mismo año, en Latinoamérica en un país aún por anunciar; el Pompidou experimenta desde 2015 en Málaga (España) un centro temporal de cinco años, que contabiliza 320.000 entradas. La inspiración en todos estos proyectos sigue la idea original de Pompidou: crear "un centro cultural que sea a la vez un museo y un centro de creación, donde las artes plásticas sean vecinas de la música, el cine, los libros y la investigación audiovisual". Medio centenar de exposiciones y una quincena de espectáculos y conciertos organizados con la participación de 75 instituciones asociadas rendirán homenaje a lo largo de 2017 a aquel encargo presidencial visionario, tan imitado luego en otros puntos del planeta. El Pompidou piensa prestar más de 3.500 obras en el marco de esta fiesta artística que comenzó a finales de 2016 en Grenoble, con una exposición sobre Kandinsky, y que concluirá ya en 2018 en diferentes lugares. Fuente: www.20minutos.es |
IMÁGENES DEL PASADO:
LOS SECRETOS DENTRO DE LA ESTATUA DE CRISTÓBAL COLÓN
En la base de la escultura encontraron una filmación que muestra su llegada a Buenos Aires, en 1920, y las obras para erigirla.
Transcurrió más de un año y medio desde que la estatua de Cristóbal Colón cruzara parte del bajo porteño para llegar a su nuevo hogar en Costanera Norte, sin embargo aún continúa desarmada. Sólo fue construida la base. Foto: La Nación / Soledad Aznarez
Valeria Musse
Imágenes de la llegada de la escultura de Colón al puerto y la estructura en la plaza. Foto: Captura de video |
Además de
polémica, el monumento de Cristóbal
Colón trajo imágenes del pasado. En la base del conjunto
escultórico se escondía un valioso testimonio: dos rollos fílmicos de más de
nueve décadas de antigüedad revelaron cómo arribó al suelo argentino la
imponente figura del genovés, tallada en mármol de Carrara, y su puesta en pie
en el parque, hecho al que asistieron cientos de curiosos. Gracias a la
filmación, esos momentos dejaron de ser sólo un relato escrito para convertirse
en un recuerdo vívido.
Dentro de
la cápsula del tiempo que estaba en la cripta se hallaron, entre otros objetos,
dos latas que contenían esa filmación dividida en dos partes. La película es
muda y en blanco y negro. Son 20 minutos de una historia que transcurre entre
mayo de 1920 y junio de 1921, cuando la estatua de Colón, construida con el
aporte de italianos y algunos españoles, llegó a la Argentina como una
ofrenda.
A medida
que el film transcurre, y como sucede con las películas afónicas, una placa con
texto anuncia lo que está por venir o quiénes son los personajes que aparecen
en escena. Las primeras imágenes se remiten a mayo de 1920, cuando un enviado
del gobierno italiano y miembros de asociaciones italianas instaladas en
nuestro país visitaban la obra en construcción: la cripta comenzaba a tomar
forma.
Los hombres
asistían al lugar con jolgorio. Se trataba de un evento especial, según se vislumbra.
A metros de la plaza Colón, en tanto, se asomaba el edificio de la Aduana como testigo directo
del acontecimiento.
Mientras
eso transcurría a un lado de la avenida La Rábida , al puerto de Buenos Aires llegaba
Cristóbal Colón. Encerrada en una caja de madera que quienes filmaron la
película denominaron "el cajón monstruo", la estatua, que pesa 40.000
kilos y mide 6,3 metros ,
arribaba a la Argentina
en la bodega de la embarcación Olimpo. Con extremo cuidado, una grúa extrajo el
compartimiento del barco y lo apoyó sobre una especie de riel: el marinero ya
se encontraba en suelo argentino.
Camino a la plaza
Camino a la plaza
Se daban inicio así a las "maniobras de traslación" del monumento desde el puerto hacia la plaza Colón. Dos rodados tipo locomotoras encabezaban la fila, una procesión que culminaría tres días después, de acuerdo con los relatos de esa época. El segundo de estos vehículos acarreaba los cables de acero que, a su vez, arrastraban la caja sobre tablones de madera.
Al 15 de
noviembre de 1920 la base del conjunto escultórico ya se encontraba de pie,
describe el film. La ansiedad se adueñaba de los curiosos, la mayoría de ellos
hombres, que se reunían alrededor de la plaza Colón. Llegaban en sus carruajes,
engalanados con trajes y sombreros. El regalo de la comunidad italiana se
completaba con el arribo de las piezas que acompañarían al genovés.
Cada rollo
de película hallado en el cofre contenía un fragmento del registro visual. Un
cartel advierte en el film que "sigue" y la "2» parte" es
el comienzo del final. Ya a inicios de 1921, el entonces intendente de la
ciudad de Buenos Aires, José Luis Cantilo, visitó las obras en la plaza Colón.
Imágenes de la llegada de la escultura de Colón al puerto y la estructura en la plaza. Foto: Captura de video |
Después de varios meses de arduas tareas, el 16 de abril de
1921 finalmente comenzó la etapa para erigir la estatua de Colón sobre el resto
del monumento. Quiso el destino que así como se utilizaron andamios para el
izamiento de tal estructura, más de nueve décadas después se recurriera a un
sistema similar para desmontarla y mudarla a otro destino.
Antes de poner en pie la estatua, la película muestra cómo
decenas de trabajadores ascendían por las correas que sostenían a la figura. Se
escabullían para realizar los últimos ajustes. El escultor Arnaldo Zocchi y el
arquitecto Ceci estaban presentes en la víspera del levantamiento de Colón. La
euforia se había adueñado de la plaza. Hasta hubo un poeta que recitó un soneto
dedicado a Zocchi.
Un evento especial
Y finalmente llegó el día. "El emocionante
momento", describe el film. Cientos de personas se agolparon para ver a un
par de obreros que, guiados por un hombre que hacía gestos redondos con la mano
izquierda, mientras miraba la estatua, hacían girar el guinche que enrollaba el
cable.
Centímetro a centímetro, casi de manera imperceptible, la
estatua del almirante ascendía por el aire. Parecía flotar. Mientras eso
sucedía algunos obreros caminaban entre la estructura.
"En el preciso instante en que la estatua de Colón
queda colocada en su lugar definitivo el dirigible El Plata, que destaca su
silueta gris sobre el purísimo azul del cielo, viene a rendir homenaje al
glorioso argonauta genovés", destaca la película como un hecho histórico.
La historia visual llega a su fin el 15 de junio de 1921,
día en el que el conjunto escultórico fue descubierto de la tela que lo
mantenía a resguardo y quedó formalmente inaugurado ante la presencia de
autoridades nacionales, entre ellas el presidente Hipólito Yrigoyen. Las
banderas argentinas e italianas se mecían suavemente.
Una multitud estuvo presente en la plaza Colón. Niños,
mujeres y hombres se acercaron para ser testigos de ese "emocionante"
momento.
En el cofre de plomo hallado bajo la estatua de Colón se
encontraron también un ejemplar del diario La Nación , otro de La Prensa , periódicos
italianos, monedas y billetes de ambas nacionalidades, y un pergamino, que
quedaron a resguardo en el Museo del Bicentenario.
Si bien estos tesoros vieron la luz en abril de 2014, se
sabía de su existencia a través de actas guardadas por miembros de la
colectividad italiana.
Transcurrió más de un año y medio desde que la estatua de Cristóbal Colón cruzara parte del bajo porteño para llegar a su nuevo hogar en Costanera Norte, sin embargo aún continúa desarmada. Sólo fue construida la base. Fotos: La Nación / Soledad Aznarez
Fuente: lanacion.com
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