LA BICICLETA DE AI WEIWEI


Ai Weiwei, Untitled

Sin título, 2014
Por Ai Weiwei
Técnica Mixta

Tamaño
: 104,1 cm x 175,3 cm x 64,1 cm
Edición de
60 unidades.
Precio: US$ 27.500 (Veintisiete mil quinientos dólares estadounidenses)
 
Materiales: acero
inoxidable, aleación y caucho
Esta obra lleva la firma y número de edición del artista en el caño de la dirección - foto - y la firma impresa en el juego de llaves que la integran.
La obra se entrega
con el correspondiente certificado de autenticidad.
La envían a domicilio previo 
Asesores artspace:  advisor@artspace.com



            Ai Weiwei, Untitled -

Sobre la obra
 
Ai Weiwei, uno de los artistas contemporáneos más famosos y prolíficos de China, creó esta obra de arte de edición limitada para apoyar la reciente presentación del Museo de Brooklyn de su gran exposición encuesta, Ai Weiwei: De acuerdo con ¿Qué?
La bicicleta, el principal medio de transporte de gran parte de la población de China, es un tema recurrente en la obra de Ai. Esta obra de arte de edición limitada está grabada en el tubo de dirección con una firma y número de edición, incluye una impresión de una imagen de la cara de la artista en el asiento, y se acompaña de dos llaves y un certificado de autenticidad firmado.



            Ai Weiwei, Untitled -


             Ai Weiwei, Untitled -

Acerca de Ai Weiwei
 
Ai Weiwei es uno de los más conocidos, influyentes y prolíficos artistas activos en China hoy en día. Trabaja en escultura, fotografía, cine, instalación, diseño, música y  arquitectura, Ai se involucra en la crítica política y cultural para investigar casos de corrupción gubernamental y encubrimientos, confrontar la postura de China sobre la democracia y los derechos humanos. Ai a menudo utiliza estrategias estéticas relacionadas con el arte conceptual, así como objetos readymade en el linaje de Marcel Duchamp (quien, junto con Andy Warhol, influyó profundamente en la práctica artística de Ai), con frecuencia en yuxtaposición directa con materiales chinos tradicionales y métodos de producción.
El padre de Ai fue el conocido poeta moderno chino Ai Qing; la familia fue enviada a un campo de trabajo como consecuencia de la denuncia de su padre durante la purga Movimiento 1957-1959 Antiderechista, y fueron posteriormente exiliado a Shihezi, Xinjiang, en el extremo oeste de China. La familia sólo regresó a Beijing en 1976, al final de la Revolución Cultural, después de lo cual Ai estudió animación en la Academia de Cine de Beijing y co-fundador del grupo de arte de vanguardia Estrellas con otros artistas Ma Desheng, Wang Keping, Huang Rui, Li Shuang, Zhong Acheng, y Qui Leilei. Luego pasó un poco más de una década en Nueva York, donde asistió brevemente a la Escuela Parsons de Diseño, así como la Art Students League. Ai comenzó a tomar fotografías entre 1983 y 1993, mientras vivía en el East Village de Manhattan, y en 1993, a su regreso a China, continuó produciendo arte en Beijing, donde construyó una casa y estudio.
En 2008, Ai fue el encargado de colaborar con la firma suiza Herzog & de Meuron en el estadio "Nido de Pájaro" para los Juegos Olímpicos de Pekín; se refirió más tarde al proyecto como "pretender sonrisa de mal gusto."

                           

En mayo del año siguiente, influyente y ampliamente leído el blog de Ai, donde publicó críticas mordaces de las políticas del gobierno chino, fue cerrado. Ese mes de agosto, el artista fue golpeado por la policía china por tratar de declarar a favor de Tan Zuoren, con el que había investigado las consecuencias - víctimas estudiantiles, así como edificios mal construidos y la infraestructura - del devastador terremoto de 8,0 grados que sacudió la provincia de Sichuan, en de mayo de 2008, también como resultado de su trabajo activista, en 2011, Ai fue arrestado y detenido durante 81 días sin habérselo acusado de ningún delito. Su serie "sagrado", que se estrenó en Venecia durante la Bienal de 2013, dibujó directamente sobre su experiencia de la detención (su arresto fue fuertemente protestado por gobiernos, artistas y personas de todo el mundo).
El trabajo de Ai se ha mostrado en las principales exposiciones individuales en el Museo de Brooklyn, Nueva York, Pinakothek der Moderne de Munich, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, y la Smithsonian Institution de Washington DC, entre muchos otros. Representó a Alemania en la 55 Bienal de Venecia, en 2013, y ha ganado numerosos premios internacionales, incluyendo un doctorado honoris causa en Bellas Artes por la Universidad del Maryland Institute of Art, el Premio a la Trayectoria St. Moritz Masters de Cartier, y el Premio Václav Havel para Dissent creativo de la Fundación de Derechos Humanos. Ai vive y trabaja en Beijing; actualmente tiene prohibido viajar fuera de China.


Fuente: Artspace.com







UN MURAL PARA MIRAR HACIA ARRIBA


Una obra de arte en el corazón de Caballito.
Una obra de arte en el corazón de Caballito.

Por Eduardo Parise



Para verlo, después de recorrer los primeros veinte metros de la lujosa galería, lo primero que hay que hacer es lo mismo que hizo el artista: mirar hacia arriba. Claro que no se trata sólo de elevar la vista y nada más. La cuestión también pasa por prestarle atención al diseño y al título de la obra: “Hombre, Espacio, Esperanza”.  El mural, pintado en 1959 y restaurado en 2007, está en la Galería París, con entrada en la avenida Rivadavia 4975 y muy cerca del cruce con la avenida Acoyte, el corazón comercial del barrio de Caballito.
Los que saben de arte dicen que las imágenes aportan una idea de movimiento y libertad. Y que en su presentación predominan los dorados, naranjas, blancos, celestes y ocres, colores cálidos y característicos del creador de la obra, el gran Juan Carlos Castagnino, un artista al que alguna vez se definió como “un pintor social, preocupado por los problemas de su tiempo y su gente”. Hijo de un hombre dueño de una herrería, Castagnino nació en Mar del Plata el 18 de noviembre de 1911. Y sus primeros años los pasó en Camet, entonces zona rural del famoso balneario atlántico. Su futuro se decidió cuando a los 7 años ganó un concurso y el premio era una caja con acuarelas.
Después de hacer su bachillerato en sólo tres años (rendía materias como libre), ingresó a la Escuela Superior de Bellas Artes. Luego vendrían los talleres con Lino Enea Spilimbergo (Castagnino siempre lo consideró su gran maestro) y con Ramón Gómez Cornet, un artista santiagueño a quien se define como el precursor de la pintura moderna en la Argentina. Hacia 1933 Castagnino ya exponía en el Salón Nacional de Bellas Artes y también integraba el grupo que formó el primer sindicato argentino de artistas plásticos, en directa relación con su militancia política. Ese mismo año, junto con el mexicano David Alfaro Siqueiros, Antonio Berni y Spilimbergo, trabajó en el famoso mural “Ejercicio plástico”, en el sótano de la quinta del empresario periodístico Natalio Botana. Ese mural fue recuperado y hoy está en el Museo del Bicentenario.
Pero volvamos al mural de la Galería París. Está hecho al óleo y mide 5,50 por 6 metros. Pintado sobre una superficie abovedada, presenta tres partes: el hombre en el centro, que está vinculado al espacio y al Universo y, en un extremo, un niño como símbolo de esa esperanza que se anuncia en el título. En su trabajo, Castagnino tuvo a cuatro colaboradores: Enrique Aguirrezabala, Jesús Marcos, Alfredo Bonet y Martín Díaz. La restauración, realizada 48 años después de la inauguración, estuvo a cargo de la reconocida restauradora Isabel Contreras con la colaboración de Gabriela Montiel. Se hizo en 60 días. El mural, junto con trabajos similares pintados por distintos artistas en varios lugares públicos de Buenos Aires, fue declarado Bien Cultural de la Ciudad, en la categoría de “Colecciones y Objetos”.
La mención a París en la vida de Juan Carlos Castagnino no resulta una casualidad. Ya en 1939 había estado en la capital francesa perfeccionándose en el taller de André Lothe, un pintor y escultor de renombre. También se relacionó con artistas como George Braque, Fernand Léger y Pablo Picasso, entre otros grandes. En 1941, ya de vuelta en la Argentina, Castagnino terminó sus estudios y se recibió de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Después, sus viajes, exposiciones y premios en todo el mundo lo convirtieron en un artista internacional. Pero lo que hizo que su nombre alcanzara repercusión popular en el país fueron sus dibujos representando a Martín Fierro, la máxima figura de la tradición gauchesca. Ocurrió en 1962 y la iniciativa para ilustrar el famoso poema de José Hernández, surgió del licenciado José Boris Spivacow, entonces director de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA). Uno de esos dibujos está en una pared sobre la entrada de Acoyte, también en la Galería París. Aquella edición, lanzada en noviembre de ese año, fue un éxito y hasta generó algunas polémicas. La militancia política de Castagnino seguía provocando fuertes disensos. Pero esa es otra historia.


Fuente: clarin.com

UNA AUTOPSIA VIRTUAL
REVELÓ CÓMO ERA LA CARA DE TUTANKAMÓN

Un personaje mítico

Investigadores en Italia analizaron 2.000 imágenes de la momia y descubrieron nuevos secretos del más famoso rey egipcio. También analizaron el material genético de la familia y confirmaron que sus padres eran hermanos.
Una autopsia virtual realizada a la momia de Tutankamón reveló cómo era el aspecto físico del faraón niño, que murió en el año 1352 a.C. Detrás de la majestuosa y bella máscara con la que fue enterrado, descubrieron que el rey egipcio tenía dientes de conejo, caderas, anchas, una severa cojera y un pie zambo, un defecto de nacimiento que provoca que las extremidades inferiores estén torcidas o invertidas hacia adentro. La evidencia de las limitaciones físicas del Rey Tut también fueron respaldadas por 130 bastones usados que fueron ​​encontrados en su tumba.
La investigación, realizada por el investigador Albert Zink, del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo (Italia), se transmitirá en un documental de la BBC y está basado en más de 2.000 escaneos realizados por computadora a la momia junto con un análisis genético de la familia de Tutankamón.


Los científicos también obtuvieron análisis genético de la familia de Tutankamón, que los llevó a descifrar que sus padre Akenatón y su madre eran hermanos. Ellos creen que la relación entre sus padres es una de las posibles causas de las discapacidades físicas, provocadas por desequilibrios hormonales.  Pero en el documental, Zink explicó que las relaciones entre hermanos en aquella época no eran mal vistas y, además, no sabían acerca de las implicaciones para la salud que esto podía tener en la descendencia.
Hutan Ashrafian, un profesor de cirugía del Imperial College de Londres, dijo al diario británico Daily Mirror que varios miembros de la familia parecían haber sufrido enfermades y que esto puede explicarse por los desequilibrios hormonales provocados por el incesto. "Una gran cantidad de sus predecesores vivió hasta una edad muy avanzada. Sólo su línea inmediata falleció temprano, y cada generación estaba muriendo más temprano", comentó.
Otro de los mitos que surgen alrededor de la muerte del faraón- niño es la causa de su muerte. Varias investigaciones sugieren que su muerte se debió a un accidente con un carruaje, después de que se encontraran fracturas en el cráneo y otras partes de su esqueleto. Pero el nuevo estudio no descartó que la muerte se haya producido por una enfermedad hereditaria ya que su fractura en la rodilla y su pie zambo podrían haber impedido su participación en las carreras de carros.
La tumba del rey Tutankamón fue encontrada en el Valle de los Reyes, en Egipto, en 1922, por el arqueólogo Howard Carter. Su hallazgo y los tesoros encontrados en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron el interés del público por el Antiguo Egipto, convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más popular.




A principios de este año, científicos de la Universidad Americana de El Cairo difundieron información sobre los extraños ritos funerarios del faraón egipcio, que fue embalsamado con el pene erecto. Al parecer, en esa posición fue enterrado Osiris, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo.


Fuente: clarim.com

ARTE MULTIRELIGIOSO EN NUEVA YORK

ARTE MULTIRELIGIOSO EN NUEVA YORK. Una visitante observa las esculturas de fibra de vidrio decoradas  que se exhiben en la  Catedral de San Juan el Divino en Nueva York el 17 de octubre de 2014. La exhibición titulada “Amen: Una oración para el Mundo” se abrirá al público hasta el 23 de noviembre de 2014, con 48 esculturas de tamaño natural, decoradas por 30 artistas egipcios musulmanes y cristianos, y 18 artistas occidentales cristianos y judíos. La exposición y los artistas tienen como objetivo expresar el profundo reconocimiento y de esperanza para todos los pueblos, y que están juntos “rezando” por la paz, la justicia y terminar con la violencia sectaria. (AFP / Timothy A. Clary)

Una visitante observa las esculturas de fibra de vidrio decoradas que se exhiben en la Catedral de San Juan el Divino en Nueva York el 17 de octubre de 2014.
La exhibición titulada “Amen: Una oración para el Mundo” se abrirá al público hasta el 23 de noviembre de 2014, con 48 esculturas de tamaño natural, decoradas por 30 artistas egipcios musulmanes y cristianos, y 18 artistas occidentales cristianos y judíos.
La exposición y los artistas tienen como objetivo expresar el profundo reconocimiento y de esperanza para todos los pueblos, y que están juntos “rezando” por la paz, la justicia y terminar con la violencia sectaria.

Foto: AFP / Timothy A. Clary


Fuente: Clarín HD

UN DREAM TEAM DE EXPORTACIÓN

Antes de los 40 años conocieron el éxito internacional y no paran de viajar para presentar sus obras en las principales ferias, bienales y museos del mundo. Aquí están, éstos son los cinco jóvenes artistas argentinos con más presencia en el mercado internacional.

Por Celina Chatruc



EDUARDO BASUALDO

Buenos Aires, 1977. Sus imponentes instalaciones sorprenden en las bienales

París, San Pablo, Berlín, Lisboa, Nueva York, México D.F., Medellín, Valparaíso, Miami, Montevideo. No parece haber frontera que no haya cruzado Eduardo Basualdo para hacerse entender en todos los idiomas. Sus inquietantes instalaciones llegan a lo más profundo del alma humana, poniendo al espectador en situaciones que lo conectan con la soledad, el miedo, la ansiedad, la incertidumbre.
Una laguna se vacía y se vuelve a llenar para dejarnos aislados sobre una piedra; una cárcel permite atravesar sus paredes, pero no la puerta; una lamparita se balancea contra un vidrio y se detiene justo antes de tocarlo; un esqueleto gigante yace en el fondo de un pozo; un sable gira sobre sí mismo a gran velocidad; un semáforo sólo enciende luces amarillas, en alerta permanente. Algo está a punto de ocurrir, parece decirnos Basualdo. Y para verlo sólo tenemos que cambiar nuestra percepción.
Este porteño nacido en 1977 integra el colectivo Provisorio Permanente y participó de la prestigiosa Beca Kuitca. Este año, después de haber presentado en la edición neoyorquina de Frieze una cancha de fútbol con arcos que impiden meter un gol y obligan a pensar en nuevas reglas de juego, colgó un enorme meteorito de una cadena en el parisiense Palais de Tokyo y recreó en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata El silencio de las sirenas, presentada en 2011 en la Bienal de Lyon. Luego viajó a Corea para instalar en la Bienal de Gwangju una cabaña de madera que parece habitada por fantasmas.


ADRIÁN VILLAR ROJAS
 
Rosario, 1980. Conquistó las principales capitales del arte mundial


Once imponentes figuras de seis metros de alto, que parecían provenir del futuro o del espacio exterior, ocupaban un espacio privilegiado en la Bienal de Venecia de 2011. Construidas con toneladas de arcilla, demandaron dos meses de trabajo in situ y un equipo de escultores, constructores, asistentes y diseñadores. Y le valieron a su creador, Adrián Villar Rojas, el Benesse Prize otorgado por Japón a artistas emergentes.
Con sólo treinta años y una mirada ácida que aborda universos paralelos con una estética cercana al animé, el rosarino ya había alcanzado lo que gran parte de sus colegas no logra en toda la vida: representar al país en la madre de todas las bienales. Y ése estaba lejos de ser su techo. El prestigio internacional que le valió El asesino de tu herencia fue apenas un escalón más de una meteórica carrera internacional.
Poco después de haber ganado en 2003 el premio Currículum Cero, impulsado por la galería Ruth Benzacar, ya estaba exponiendo en las principales ferias del mundo -Art Basel, Frieze- y en las bienales de Estambul y Shanghai. Pero el "efecto Venecia" hizo posible otras obras monumentales, como las realizadas en los jardines de las Tullerías de París, en la documenta de Kassel y en la prestigiosa Serpentine Gallery de Londres, además de una muestra individual en el MoMA PS1 de Nueva York. En el High Line de esa ciudad presenta en estos días La evolución de Dios, y para 2015 tiene comprometidas muestras en París, Sharjah, Estocolmo, La Habana, Nueva York, Estambul e Italia.


AMALIA PICA

Neuquén, 1978. Representó a América latina en el Guggenheim de Nueva York

Las paredes blancas están cubiertas por figuras geométricas de colores, transparentes, que forman nuevos tonos cuando se superponen. Cuatro personas eligen figuras, las unen durante treinta segundos y vuelven a dejarlas en los estantes en una posición distinta de la que tenían cuando las tomaron. Luego hacen lo mismo con otras; el mismo encuentro no se volverá a repetir.
"Cuando estaba en el secundario, un maestro me dijo que los diagramas de Venn y la teoría de los conjuntos fueron prohibidos durante la dictadura. ¿Es posible que los dictadores hayan pensado: Si no podemos expresarlo en un lenguaje matemático, quizás tampoco ocurran estas relaciones entre las personas? Quise permitir que esa rama de las matemáticas fuera una metáfora, incluso una excusa para la interacción social", dice Amalia Pica sobre esta obra presentada en los últimos meses en el Guggenheim de Nueva York como parte de la muestra Bajo el mismo sol: arte actual de América Latina.
Nacida en 1978 en Neuquén -donde exhibió una antológica el año pasado- y criada bajo la dictadura militar, esta argentina conquistó el mundo con esculturas, performances, instalaciones, videos, fotografías y dibujos que aluden, sobre todo, a la comunicación. Realizó una residencia en Amsterdam, vive en Londres y su currículum incluye exposiciones en la Tate Modern y la Bienal de Venecia. Este año, en arteBA, un trabajo de su serie de figuras geométricas y su Conmutador realizado con latas unidas por hilos pasaron a integrar las colecciones del Macba y de Eduardo Costantini.



TOMÁS ESPINA

Buenos Aires, 1975. Ganador del premio arteBA-Petrobras 2009, brilla en las ferias internacionales
Las huellas de la desesperación, de manos que dejaron su marca en el hollín, eran el único rastro humano en la habitación quemada. Esa instalación, ganadora del premio arteBA-Petrobras 2009, marcó un antes y un después en la carrera de Tomás Espina. Ese mismo año realizó una intervención similar en la embajada de Brasil y presentó dibujos en la Bienal de Porto Alegre. Pero su fama internacional se consolidó de la mano de Ignacio Liprandi, quien vendió sus obras realizadas con pólvora en ferias internacionales como The Armory Show e Independent (Estados Unidos), Art Cologne (Alemania), Istanbul Art International (Turquía), ARCO (España), ArtBO (Colombia) y Parc (Perú).
"Me inicié en la práctica del grabado y la gráfica tradicional. Por lo general trabajo a partir de imágenes preexistentes y que tienen como común denominador el registro de la cultura en momentos de crisis o peligro. La violencia funciona como un determinante", dice este porteño nacido en 1975, que pasó su adolescencia en las sierras de Córdoba, donde acaba de nacer su primer hijo.
En 2013 participó de la Bienal de Estambul con una de sus obras más originales, realizada con Martín Cordiano y exhibida dos años antes en Francia. Dominio se titula la instalación que recrea un hogar en el que todos los objetos -vajilla, libros, anteojos, espejos- están rotos y vueltos a pegar. En forma más sutil que la pólvora, esas cicatrices sugieren que "el infierno está en los vestigios de lo propio, lo común y lo familiar".


MATÍAS DUVILLE
 
Quilmes, 1974. En 2015 expondrá en Río de Janeiro y San Pablo


Es el mayor de los cinco. Con cuarenta años cumplidos en abril, Matías Duville está agotado. Bosteza mientras cuenta que recién llega de Londres, donde inauguró una muestra individual en la galería Mot, y que apenas horas después de aterrizar ya estaba dando clases en la Universidad Torcuato Di Tella.
Su agenda no da respiro: en agosto presentó en FLORA ars+natura el trabajo realizado durante una residencia en Colombia, y en noviembre inaugurará una exposición en la galería Barro, en La Boca. Para marzo de 2015 ya tiene confirmadas otras dos paralelas en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y en la galería Luisa Strina, en San Pablo. En ese contexto presentará un libro financiado con la beca Guggenheim, que se suma a otros editados por el Drawing Center de Nueva York y por Kültur Büro Barcelona/Buenos Aires.
Nacido en Quilmes en 1974, Duville vivió su adolescencia en Mar del Plata. El contacto con la naturaleza lo marcó para siempre. Así lo reflejó especialmente en su primera muestra individual en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), en 2012, donde presentó el resultado de una experiencia en Alaska con una instalación, un video, fotografías y dibujos realizados con barro. Formado con Guillermo Kuitca y Jorge Macchi, sus escenas sórdidas o apocalípticas sin presencia humana, representadas con múltiples materiales, integran importantes colecciones, como las de Patricia Phelps de Cisneros, la Fundación ARCO y los museos Musac (España), Blanton (Estados Unidos), MALI (Perú), y Malba, Macro y Mamba, de la Argentina..

 
Fuente: Revista La Nación

MADRE (LITERARIA) HAY MÁS DE UNA:
CÓMO LOS ARGENTINOS NARRAN A MAMÁ

Una figura que está cambiando en los textos de los escritores actuales.
Sensuales, tiernas, protectoras, crueles, militantes y prostitutas.
Las madres de los libros, reales o de ficción.


Un salón que de pronto se embellece para la ceremonia de mirarte pasar / rodeada por un halo de orgullosa ternura,/ un lecho donde vuelves de la muerte sólo por no dolernos demasiado”, escribió Olga Orozco en el poema “Si me puedes mirar”, que le dedicó a su madre. “Mi madre era una muchacha muy bella y voluptuosamente delicada; aun cuando pasáramos la vida que vivimos en una casi absoluta soledad, tenía un modo extraordinariamente sensual de ser para sí y, claro, ahí estaba yo con mis siete años, también para mí”, dice la novela Una muchacha muy bella, de Julián López, apenas empieza. “Mamá, tanto que hemos peleado y nos hemos querido, que después de que te fuiste yo pensaba ¿cómo puede ser que todo eso que existió no exista más y que ahora ella ignore todo lo que me pasa, que dé lo mismo blanco que negro?”, empieza el cuento “Querida mamá”, de Hebe Uhart. “Mami, hoy a la vuelta del cine vamos a ver las vidrieras ¿me jurás que sí? Un rato largo en la vidriera de la juguetería con la vaquita pintada en madera y un árbol de alambre, las casitas de cartón feas más baratas porque la Felisa se va a atrasar con la cena y no va a estar lista”, le insiste Toto a Mita, los personajes que Manuel Puig inventó en La traición de Rita Hayworth para hablar de él y de Male, su mamá.
Es que madre, en literatura, no hay una sola.
Están estas madres, y también está la que, obligada por su familia, viene desde España a la Argentina del primer peronismo. Jorge Fernández Díaz la describe en su libro Mamá: “… era justamente nadie entre seiscientos, apenas una pueblerina de quince años que lo ignoraba todo, y que esperaba en la cubierta que el barco no llegara nunca a ningún puerto”.
Están las que inspiraron versos no sólo de Orozco, sino de Silvina Ocampo, Alfonsina Storni, Alberto Girri y Olegario Víctor Andrade que María Elena Walsh compiló en el libro A la madre, de 1981, en el que escribió: “La madre, al menos en la poesía argentina, tiene espaciosa y bien amueblada residencia”.
Está Doña Paula, a quien Sarmiento exalta en su autobiografía Recuerdos de provincia al decir:  “la madre es para el hombre la personificación de la providencia, es la tierra viviente a que se adhiere el corazón, como las raíces al suelo”: de semejante creadora cabe esperar un padre de la Patria, ese destino que el sanjuanino construía para sí mismo.
Está la que atraviesa la historia en el cuento “La mamá de Ernesto”, de Abelardo Castillo, y está la madre del protagonista de “Irlandeses detrás de un gato”, de Rodolfo Walsh: las dos tienen hijos, las dos son prostitutas y las dos fueron inventadas después de que Eva Perón partiera la escena política argentina al medio y se convirtiera para unos en una madre protectora y, para otros, en una puta.
“Es una madre recreada pero está basada en la real, a la que le cuento lo que se vive después de que ya no está”, dice Uhart sobre su “Querida mamá”. Para la autora, “una vez que se resuelve escribir, se resuelve mostrar”, no importa si se narra un escenario distante o la relación con alguien tan cercano como una madre.
Sobre las cuentas que se saldan al escribir sobre ese vínculo, López, cuya madre murió cuando él tenía diez años, reflexiona: “Haber escrito es una verdadera fortuna porque cuando queda todo por decir, no está mal prometerse un libro”. Aunque, dice el autor, “toda escritura es traición, sacar del secreto”.
“Narrar a la madre es uno de los mayores desafíos para un escritor. Debe navegar a dos aguas, entre convalidar su relato oficial y cuestionarlo, y lograr que de esa tensión surjan sentimientos cercanos y tremendos sin caer en el sentimentalismo. Caminar ese filo de la navaja y salir ileso”, cuenta Fernández Díaz, que para Mamá entrevistó a la suya durante unas cincuenta horas: “Nos reíamos y llorábamos”.
A pesar de los ejemplos, históricamente las madres no fueron las grandes protagonistas de la literatura argentina. La crítica literaria Nora Domínguez, que dirige el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, publicó en 2007 el libro de De dónde vienen los niños: “En esa investigación encontré que la madre como figura privilegiada estaba bastante ausente en la literatura argentina. Sí aparece en memorias, autobiografías o poesía intimista, pero su voz en primera persona era aún más escasa”, explica en diálogo con Clarín. Pero matiza: “En las últimas décadas esta situación cambió tal vez por diferentes razones: aparece una voz de madre habilitada para hablar en primera persona en la plaza pública; hay una mayor cantidad de escritoras indagando esa zona de amor-odio; un desarrollo de lo que se llamó “el giro intimista de la literatura”. El surgimiento de los de relatos de hijos e hijas de desaparecidos es un dato importante, son relatos que exploran esas historias faltantes”.
Madre, entonces, no hay una sola: hay tantas como autores que jueguen a recrear a la mujer que los inventó. “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, dijo alguna vez Jean-Paul Sartre. A veces, lo que hacemos es un libro.


BORGES: "AQUÍ ESTAMOS HABLANDO DE LOS DOS, EL RESTO ES LITERATURA"

El escritor le dedicó sus Obras Completas a su madre.  Tenían un vínculo intenso.

Borges y su madre,
Borges y su madre.

Jorge Luis Borges tuvo una relación intensa con su madre, Leonor Rita Acevedo Suárez de Borges, con quien vivió hasta los 68, cuando se casó con Elsa Astete, aunque el matrimonio duraría poco.
En 1948, cuando gobernaba Juan Domingo Perón, la madre y la hermana fueron detenidas tras gritar contra el presidente. Leonor tuvo que cumplir prisión domiciliaria.
Leonor murió en 1975. Un año antes, en sus obras completas, su hijo le dedicó una conmovedora dedicatoria.

A Leonor Acevedo de Borges

Quiero dejar escrita una confesión, que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosas que le ocurren a un hombre les ocurren a todos. Estoy hablando de algo ya remoto y perdido, los días de mi santo, los más antiguos. Yo recibía regalos y yo pensaba que no era más que un chico y que no había hecho nada, absolutamente nada, para merecerlos. Por supuesto, nunca lo dije; la niñez es tímida.
Desde entonces me has dado tantas cosas y son tantos los años y los recuerdos. Padre, Norah, los abuelos, tu memoria y en ella la memoria de los mayores —los patios, los esclavos, el aguatero, la carga de los húsares del Perú y el oprobio de Rosas—, tu prisión valerosa, cuando tantos hombres callábamos, las mañanas del Paso del Molino, de Ginebra y de Austin, las compartidas claridades y sombras, tu fresca ancianidad, tu amor a Dickens y a Eça de Queiroz, Madre, vos misma.
Aquí estamos hablando de los dos, et tout le reste est littérature, como escribió, con excelente literatura, Verlaine.


Fuente: clarin.com

MARAVILLOSOS DIBUJOS HOPI DE KACHINAS DEL AÑO 1903


Dibujos de diversas kachinas Hopi (o katcinas) creados principalmente por un hombre Hopi de 30 años de edad, de nombre Kutcahanauu o White-Bear, quien fue contratado en 1903 por el antropólogo estadounidense Jesse Walter Fewkes para registrar visualmente los cientos de diferentes kachinas venerados por la tribu.
Populares en la cultura Hopi y en la Pueblo, una kachina es un espíritu o personificación de una cosa en el mundo real, y puede representar cualquier cosa en el mundo natural o el cosmos, a partir de un antepasado venerado a un elemento, un lugar, una calidad, un fenómeno natural, o un concepto. El panteón local de estos seres espirituales varía en cada comunidad; puede haber kachinas para el sol, las estrellas, las tormentas, el viento, el maíz, los insectos y muchos otros conceptos. Se entienden como tener relaciones similares a las humanas; pueden tener tíos, hermanas y abuelas, y pueden casarse y tener hijos. Aunque no es adorado, cada uno es visto como un ser poderoso que, si se les da la veneración y respeto, puede usar su poder particular para el bien humano, por ejemplo, con lo que las precipitaciones, la curación, la fertilidad, o la protección.

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Fuente: The Public Domain Review - http://publicdomainreview.org