EL TEATRO COLÓN SE LLENA DE PRIMERAS FIGURAS
DE LA MANO DEL MOZARTEUM

Clásica

La institución anunció su temporada 2014 con grandes visitas como Daniel Barenboim y la Orquesta Nacional de China


Por Helena Brillembourg  / LA NACIÓN

Para rendirle homenaje a quien fuera el alma de esta institución, nada mejor que el anuncio de una temporada como la que anticipó el Mozarteum para 2014. Es la primera vez que se realiza sin la experimentada mirada de Jeannette Arata de Erize, pero no queda duda de que su legado está impreso en esta programación en la que el público podrá disfrutar de los mejores intérpretes, voces y directores que actualmente brillan en el mundo y que llegan al país de la mano de esta organización para presentarse en el Teatro Colón. Será una temporada especial en la que se destaca, por sobre todo, la visita de importantes orquestas sinfónicas. Algunas regresan luego de exitosas presentaciones anteriores, como es el caso de la Orquesta West-Eastern Divan, dirigida por su fundador Daniel Barenboim, y otras que visitan el país por primera vez, como la Orquesta Nacional de China.
La inauguración oficial de la temporada será en abril, con dos presentaciones a cargo de la Orquesta de Cámara de Munich, una de las más antiguas y respetadas de Europa. Se destaca por combinar tradición con innovación y reside en el Prinzregententheater de Munich. En esta visita presentarán al trompetista sueco Hakan Hardenberger, uno de los solistas más destacados en la actualidad, de conocida predilección por la música contemporánea, quien vuelve como artista consagrado luego de su visita durante la temporada de 1993, cuando apenas iniciaba su carrera.
Para mayo están programadas tres presentaciones de gran envergadura. La Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, considerada entre las más destacadas organizaciones musicales de la actualidad, será la primera. En esta segunda visita estarán dirigidos por el letón Mariss Jansons, su director titular y quien durante la presente temporada ofreció dos conciertos inolvidables para el público argentino al frente de la Royal Concertgebouw Orchestra. Junto a la agrupación germana se presentará por primera vez en el país Mitsuko Uchida, notable pianista nacida en Japón.
La segunda presentación en mayo contará con un gran talento del piano: el argentino Nelson Goerner llegará desde Ginebra, donde desarrolla una importante carrera internacional para ofrecer dos recitales en la institución con la que mantiene una estrecha relación.
Para la última presentación de mayo y cuarta del programa anual, tendrá lugar una visita inédita. Por primera vez en la Argentina se presenta la Orquesta Sinfónica Nacional de China, máxima institución filarmónica de ese país y considerada por la revista Gramófono entre las diez orquestas de mayor proyección mundial. Bajo la batuta de Li Xincao contará con la participación especial de Li Biao, calificado por la crítica especializada de uno de los grandes solistas en percusión.
Durante las dos presentaciones de junio, la música de cámara vuelve a decir presente. En esta ocasión: la pianista rusa Elena Bashkirova, directora de la Jerusalem Festival Chamber Ensamble, acompañada por el Cuarteto Erlenbusch, cuyo primer violín es Michael Barenboim, hijo del director argentino-israelí.
Agosto brillará con el retorno de la Orquesta West-Eastern Divan, organismo sinfónico fundado por Barenboim como una prueba fehaciente del lenguaje universal de la música e integrada por talentosos jóvenes israelíes y palestinos. Serán dos los conciertos que vendrá a dirigir el maestro luego de haber cumplido tres años de su última actuación para el Mozarteum.
Ese mismo mes, en lo que será el séptimo evento de la temporada, Joyce DiDonato, estrella de la lírica que brilla en las grandes salas del mundo, ofrecerá dos recitales. La mezzosoprano de coloratura, de nacionalidad norteamericana y especializada en roles de Mozart, Handel y Rossini, vuelve luego de haber obtenido hace dos años resonantes actuaciones para el público de la institución.
El año próximo estará distinguido de manera especial por la visita de grandes orquestas. Eso se reafirma en la presentación de la orquesta Filarmónica de Dresde, de gran vinculación con el Mozarteum, en septiembre. Ofrecerá dos conciertos para la octava función de la temporada. Dirigida por el alemán Michael Sanderling tendrá la participación especial de la violinista Carolin Wildmann.
Octubre contará con la presentación de Sol Gabetta, violonchelista argentina considerada una de las mejores intérpretes de ese instrumento en la actualidad. En su presentación subirá al escenario junto a la Orquesta de Cámara de Basilea, dirigida por el director y flautista italiano Giovanni Antonini.
El cierre de esta temporada estará a cargo del contratenor francés Phillippe Jaroussky, quien grabó un disco este año con el repertorio de Farinelli, el "castrato" y de Porpora, su compositor de cabecera. Junto al Ensamble Artaserse ofrecerá dos presentaciones en noviembre.
Además de su temporada de abono, el Mozarteum continuará ofreciendo el Abono Especial de Música para la Juventud para menores de 25 años. También sus ciclos de Conciertos del Mediodía en su 55» temporada, así como la continuación de todas las actividades de las filiales en el interior del país. A su vez, a través del programa de becas continuará el apoyo a la formación de los jóvenes músicos argentinos. En febrero se conocerán en forma más detallada los programas de cada una de las presentaciones de esta prometedora temporada.

Fuente: lanacion.com

NOTABLE COLECCIÓN DE CUERDAS
EN EL MUSEO ISAAC FERNÁNDEZ BLANCO

Cultura

La institución abrió una nueva sala con 14 instrumentos entre los que se cuentan un Guarnerius del Gesù, de 1732

Shar

Por María Elena Polack / La Nación

El Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco ha inaugurado una sala que es una joya para América: la Colección de Instrumentos Notables, liderada por un violín Guarnerius del Gesù, de 1732, y completada por otras 13 cuerdas, entre las que se destacan violas y violines de los siglos XVII y XVIII.
Además de poder visitar la sala, lo más destacado y novedoso de la exhibición es que, a partir del año próximo, el museo ofrecerá una temporada de conciertos con abono durante los cuales se ejecutarán por lo menos dos de estos instrumentos de colección que fueron restaurados y puestos a punto por el lutier argentino Horacio Piñeiro.
"En 2007 recuperamos la colección que estaba en el Teatro Colón, y comenzó una tarea de investigación, reclasificación, restauración y puesta a punto", explicó el director del museo, Jorge Cometti, a LA NACIÓN, que aclaró: "El Guarnerius del Gesù, que entre nosotros lo llamamos el violín del Tata, jamás salió de nuestro museo. Y siempre estuvo guardado en su estuche".
Isaac Fernández Blanco había adquirido el Guarnerius del Gesù en una subasta en París. Su último propietario había sido el violinista francés Jules Armingaud, quien había vendido su Stradivarius para comprarlo. Es el instrumento con el cual el primer coleccionista privado de nuestro país aparece en el retrato que León Bonnat pintó en París, en 1909.
"Fernández Blanco era un violinista aficionado y ha coleccionado muchos instrumentos musicales de dos siglos. Estamos trabajando para poder exhibir los demás instrumentos. En cuerdas son unos 50 entre arpas, pianofortes, guitarras, violas da gamba y muchos vientos. Hemos comenzado con esta sala, merced a la ley de mecenazgo que nos ha permitido tener el respaldo de American Express", señaló Cometti al hacer hincapié en que dedicaron cinco años "desde la recuperación de los instrumentos hasta poder exhibirlos en sala".
La Sala de Instrumentos Notables se completa con los violines Francesco Gobetti (1715), Santo Serafin (1730), Andrea y Giuseppe Guarneri (1695), con cabeza de Carlo F. Landolfi (1760), Gioffredo Cappa (1700), Camillo Mandelili di Calco (1901, 1905 y 1907), Giovanni Batista Guadagnini (1747) y Antonio Mucchi (1864), las violas Lorenzo Storioni (1780), Giovanni Grancino (1690) y Pietro Giovanni Mantegazza (1783) y el violín "pochette" Camillo Mandelli di Calco.
El nuevo espacio cuenta con una pantalla táctil con videos en los que se pueden apreciar distintos fragmenos de obras ejecutadas por las cuerdas exhibidas y que fueron filmados en distintos lugares del museo. Próximamente habrá headsets con MP3 para que el público pueda escuchar los temas.
Ubicado en Suipacha 1422, de esta ciudad, el museo alberga un amplio acervo histórico de más de 14.000 piezas. Puede visitarse de martes a viernes, de 14 a 19; sábados, domingos y feriados, de 11 a 19.

Fuente: lanacion.com

LA BASÍLICA QUE DESDE PALERMO
ES ORGULLO DE TODA LA CIUDAD

Es la de Nuestra Señora de Guadalupe, una belleza arquitectónica con más de 100 años.
Torres. Tienen 54 metros y cada una tiene un imponente reloj. / J J TRAVERSO








Por Eduardo Parise

En todo viaje, las bellezas arquitectónicas suelen ser uno de los principales atractivos. Y muchas veces, la atención se centra en imponentes obras que se relacionan con la religión. Buenos Aires no es la excepción y hay templos que se destacan en toda la Ciudad por su belleza o por su historia. Sin embargo, hay algunos que pasan desapercibidos, inclusive hasta para los propios vecinos. Uno de esas construcciones monumentales pocas veces admiradas es la Basílica del Espíritu Santo y Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, toda una tradición en el viejo barrio de Palermo.
La devoción por esta virgen en ese barrio surgió cuando inmigrantes llegados a fines del siglo XIX promovieron la creación de una capilla que se inauguró en 1890. Seis años después, se nombraba como primer párroco al padre Antonio Ernst, miembro de la Congregación del Verbo Divino, que se encargaba de administrarla. La congregación, de origen alemán, estaba en el país desde 1899. La capilla ya estaba bajo la advocación de la virgen de Guadalupe, patrona de México y Filipinas y considerada “emperatriz de América”.
En apenas unos años más, la capilla ya resultaba chica para aquel barrio en continuo crecimiento. Por eso decidieron la construcción del nuevo templo. La piedra fundamental (está detrás del altar mayor) se colocó en 1901 y se inauguró en 1907, en ese lugar donde confluyen la calle Paraguay con Guatemala, frente a la actual plaza Güemes. En esa pequeña plazuela, actual centro de siete bocacalles, supo haber una pequeña laguna, extensión de algún bañado del entonces no muy lejano arroyo Maldonado.
La Basílica impacta. De típico estilo románico con una planta de cruz latina (una nave central, dos laterales y un crucero), afuera se destacan las dos torres que miden 54 metros de alto. Con una ligera tendencia gótica expuesta en esa altura, en cada una de ellas hay un imponente reloj, cuya máquina es de origen alemán. El carillón tiene tres campanas. Más arriba de los relojes, están los campanarios propiamente dichos que contienen cinco campanas fundidas en el pueblo de Bochum, también en Alemania.
No es extraño, porque la mayoría de los materiales usados en la construcción de la Basílica llegaron desde Europa: el granito negro puesto en las columnas es de Austria; las baldosas, de Alemania y los brillantes vitreauxs, de Francia. También hay materiales nacionales como los mármoles y las maderas. En el frontis se destaca la imagen de Jesucristo en la cruz, como símbolo del calvario. Todo el edificio fue pensado por el padre Juan Beckert, un arquitecto integrante de la Congregación.
En el interior hay siete altares que se reparten en la gran nave central (mide 53 metros de largo por 20 ancho) y en las naves laterales. La altura interior ronda los 20 metros y el crucero, de punta a punta, alcanza los 43 metros. En el altar de la virgen de Guadalupe hay una imagen que fue traída desde México. Y se dice que todo el conjunto de la Basílica es el símbolo de “la Teología puesta en piedra”, porque en cada columna hay un símbolo y en cada arco, una interacción.
La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe se celebró el jueves último. Y la ceremonia se repite en cada 12 de diciembre (en México, el santuario de Guadalupe, ubicado en el cerro del Tepeyac del Distrito Federal, es visitado ese día por más de 5 millones de personas). Es una manera de recordar a esa imagen y evocarla en un edificio impresionante que ya superó el siglo de existencia en ese antiguo Palermo, un barrio con mucho pasado y muchos personajes que también dejaron su huella.
Es el caso de Evaristo Francisco Estanislao Carriego, un chico que a los 14 años llegó a la zona con su familia, para instalarse en una casa en lo que hoy es la calle Honduras, entre Bulnes y Mario Bravo. Su vida fue muy breve pero intensa: murió enfermo de tuberculosis el 13 de octubre de 1912. Tenía apenas 29 años. Por entonces ya se lo conocía simplemente como el poeta Evaristo Carriego, el alma del suburbio. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

MONUMENTO A COLÓN:
NO IRÁ A MAR DEL PLATA PERO IGUAL LO MUDARÁN

La comunidad italiana y varias ONG se oponen. Detrás de la Rosada, siguen los trabajos para desmantelarlo. El Gobierno nacional y el porteño acordaron sacarlo de donde está y buscarle otro espacio en la Ciudad.

Trabajos. Un andamio rodea al pedestal del monumento, que sigue siendo desmantelado en la plaza que está detrás de la Rosada. /FOTOS: NÉSTOR SIEIRA


Por Silvia Gómez

El desguace del grupo escultórico que sostenía la figura de Cristóbal Colón no se detiene. El sábado, y debajo de un sol impiadoso, una cuadrilla de obreros continuaba desmantelando las partes del monumento que la comunidad italiana donó en 1910 por el centenario de la Revolución de Mayo. Y en las últimas horas trascendió que los gobiernos de Nación y Ciudad habrían llegado a un acuerdo que dejaría las cosas en un virtual empate: el monumento no se trasladaría a Mar del Plata, sino que se mudaría a otra plaza porteña.
Según pudo reconstruir Clarín, ambos gobiernos llegaron a este acuerdo pero ahora buscarán contar con la aprobación o el apoyo de las asociaciones italianas, que son muchas; y aunque poseen opiniones diversas en relación a este tema, la mayoría estaría en contra. Los italianos conforman la mayor comunidad europea en el país, incluso superando a la española.
“Nos oponemos categóricamente al traslado del monumento”, sentenció el abogado Alejandro Marrocco, representante legal de siete asociaciones italianas. “Hay una ley, la 5105, que dice que tiene que estar ahí porque fue voluntad de los donantes. No podemos avalar este traslado y que los contribuyentes de la Ciudad o de la Nación terminen pagando por él”, opinó Marrocco. 
Estatua. Acostada desde el 29 de junio; corre riesgos de sufrir daños.

“Vamos a presentarnos ante la Justicia para denunciar que continúan desmantelando el monumento. Vamos a pedir que remuevan la grúa y todo otro equipo apto para el desmonte y finalmente que se aperciba a los funcionarios públicos involucrados, para que sean pasibles de responsabilidad patrimonial en relación a los daños ocasionados en la estructura”, contó Marrocco, quien representa, junto a Dario Ventimiglia, a las asociaciones Cultura Nazionale, Cristiana de Trabajadores Italianos, Mutualidad y Cultura de Almirante Brown, Mutualidad de San Miguel, al Centro Cultural Italiano, a la Federación de Asociaciones Bonaerenses de Italianos en Argentina y Unione y Benevolenza. También pedirán a la Justicia que se reabra la plaza, cerrada al público después de la crisis de diciembre de 2001.
Lo cierto es que la Justicia es la gran ignorada en esta causa. Mientras se espera el fallo sobre la cuestión de fondo –determinar quién tiene potestad sobre el Monumento a Colón– se prorrogó la cautelar que impide su traslado. El miércoles, la jueza federal Liliana Heiland le ordenó “al Poder Ejecutivo Nacional que se abstenga de concretar cualquier acto que implique el desmantelamiento, desmembramiento y/o traslado del grupo escultórico y/o de sus partes fuera de la Plaza Colón”. Todo esto, hasta que exista “sentencia definitiva y firme” sobre la cuestión.
La Legislatura había declarado al monumento patrimonio de la Ciudad. Y la semana pasada, a instancias de los diputados del PRO, se votó una ley que amplió el Area de Protección Histórica en la que está la escultura. Cuando la norma, que requiere una audiencia pública y una segunda lectura, sea aprobada, la estatua no podrá ser alterada ni removida.

Desarmadas. Las esculturas de la base también fueron desarmadas.
“Hay un proceso legal que debe atenderse y el único acuerdo debe hacerse ante la Justicia. Pero es obvio que a ninguno de los dos gobiernos les importa lo que dice la Justicia. Estos arreglos entre funcionarios generan mucho desasosiego”, le dijo a Clarín María Carmen Arias Usandivaras, de la ONG Basta de Demoler.
En el lugar del monumento a Colón se colocará otro en memoria de la heroína de la Independencia, Juana Azurduy, nacida en Bolivia. La orden para llevar a cabo este cambio fue dada por la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En estos últimos días, los trabajos de desmantelamiento se intensificaron: entre jueves y sábado se podía ver a nivel de la plaza una parte de la cara trasera del pedestal, que miraba hacia la Casa Rosada. Se trata de las figuras de una mujer y dos hombres que formaban parte de un mensaje en relación a “la fe triunfante y la llegada de la religión a América”.
“No puede haber conciliación entre dos demandados. Tiene que decidir la Justicia y no Nación y Ciudad. Todo el esfuerzo de una comunidad humilde y trabajadora no puede ser moneda de cambio de intereses políticos de los gobiernos de turno.
Hay que respetar la voluntad de los donantes”, opinó Horacio Savoia, del Círculo Italiano.
Hoy por la tarde, en una reunión convocada por la Ciudad, se sabrá si en la comunidad italiana avalan el acuerdo entre ambos gobiernos. Y entonces se podría comenzar a evaluar el destino final del monumento, de 623 toneladas y trabajado en mármol de Carrara por el escultor Arnaldo Zocchi.

¿Quién gana? El otro Cristóbal

Por Guillermo Kellmer








Todas las disputas que macrismo y kirchnerismo sostuvieron en los últimos años, parecen haberse resuelto en los últimos días. Cuando Jorge Capitanich llevaba pocos días como jefe de Gabinete y convocó a Mauricio Macri a una reunión en la Rosada, el jefe de Gobierno dijo que esperaba que la cita no sólo fuera para la foto.
Hubo foto, sí. Pero además una serie de arreglos conjuntos que luego se irían revelando.
Pocos días antes, el ministro de Interior Florencio Randazzo anunció que Cristina había aprobado que se corriera unos 1.000 metros del cerco del Aeroparque para que la Ciudad pudiera concluir la extensión de la autopista Illia. Una obra con 10 años de atraso que supuestamente demandaba el movimiento de una torre de control de la que nadie se quería hacer cargo de su costo. Al día siguiente del OK presidencial, ya estaban las máquinas trabajando y se estima que en pocos meses la autopista Illia unirá finalmente el Centro porteño con la General Paz.
Claro que los créditos y la obra en la Illia con la que en definitiva ganarán los vecinos eran sólo parte del cotillón. El acuerdo entre Macri y el Gobierno tenía un claro ganador: Cristóbal López, al que lo bendijeron con el perdón a una deuda estimada en $ 2.000 millones y la posibilidad de que sus casinos y tragamonedas en la Ciudad sigan sin tributar Ingresos Brutos.
El Gobierno porteño habló de una acuerdo por el que recibirá $ 300 millones más por año. Es cierto y tan cierto como que no controla lo que factura López y que el convenio fue aprobado en la Legislatura por macristas y kirchneristas en apenas 15 minutos, a sobre cerrado y sin un discurso que defendiera lo indefendible.
Fue la misma Legislatura que con los votos macristas aprobó dos leyes para proteger a Colón y evitar su mudanza. Leyes inútiles porque está todo arreglado. De los dos Cristóbal, el que gana es López. Se ve que defender a Colón ya no garpa.

Fuente: clarin.com

NUESTRA OPINIÓN:


¿¿¿De qué empate nos habla Clarín??? ¿¿¿Entre quién y quién???
Aquí hay una clara ganadora: la presidenta de la Nación, que una vez más, a un costo altísimo - monetario, de logística carísima, de llevarse por delante toda la historia anterior, de disgustos y protestas de la colonia italiana y las ONG involucradas en este asunto, de sus habituales manganetas y chicanas legales y judiciales - se salió con la suya con su capricho chavista, que, claramente, era removerlo a Colón.
Una vez más, la presidenta de la Nación y su gente nos mintieron descaradamente y se burlaron de todos nosotros.
Desde el principio mismo de este asunto se supo, y lo denunciamos hasta el hartazgo, que la presidenta de la Nación y su gente, echando mano de procedimientos turbios, tramposos y con métodos patoteriles, de manera realmente repudiable, estaban creando el hecho consumado respecto del Monumento a Cristóbal Colón.
La meta era clara: el tema debería no tener vuelta atrás.
Al principio, la presidenta se mostró preocupada por el supuesto estado de deterioro del monumento. ¡Mentira! ¡Falso de toda falsedad!
Si el monumento estaba en tan mal estado, por supuesto se daba por sentado que lo más contraindicado, era moverlo.
Más adelante, tuvimos la confirmación de que el monumento ya había sido restaurado en 2006.
Nunca creimos en el supuesto interés de la presidenta en el estado de conservación del monumento a Colón y lo dijimos clara, explícitamente.
El tema era darle el gusto post-mortem al comandante bolivariano Chávez.
Por otro lado... ¿¿¿desde cuándo Cristóbal Colón fue un genocida???
¡¡¡Son revisionistas histéricos, no históricos!!!
A los pocos días de empezados el desguace y la destrucción del monumento, la presidenta, en el Instituto Balseiro de Bariloche, reconoció ante la prensa que la intención era sustituirlo a Colón por Juana Azurduy.
¿Hubiera sido menos homenaje que al monumento a Juana Azurduy se lo emplazara en cualquiera de los miles y miles de otros lugares que hay disponibles dentro de la Ciudad?
Nunca hablaron de los gastos que generaban todos estos movimientos en alquiler de grúas, etc. ¿No hubiera sido bueno, edificante, dar ejemplos de austeridad y de no de dilapidación de recursos en un país con tanta pobreza y con tantas necesidades básicas insatisfechas?
¿Con los miles y miles de dólares gastados sólo en alquiler de grúas no se hubiera podido dotar a las comunidades Qom del NOA con el agua potable de la cual carecen y por la que claman desde hace tiempo?
Como esta gente no escatima en manganetas ni en gastos cuando se trata de llevar a cabo algún antojo presidencial, a pesar de lo que dictaminado por la Justicia, siguieron trabajando día y noche para desguazar el Monumento a Colón con operarios que era evidente que no no estaban habituados al manejo de obras de arte.
El Monumento ha sido maltratado, roto, mutilado, y hemos presentado las pruebas fotográficas colectadas por la meritoria gente de SALVEMOS LAS ESTATUAS.
El traslado a Mar del Plata no era un problema. La presidenta de la Nación no tenía ni tiene jurisdicción sobre el monumento ni para decidir sobre su traslado. Se le "fabricó" sólo con la intención de removerlo de donde estaba para salirse con la suya. El objetivo siempre fue otro.
El monumento a Colón no es de propiedad de la presidencia ni del Estado Nacional. Fue un regalo de la colonia italiana a todo el pueblo argentino. Y la depositaria de ese regalo, es la Ciudad de Buenos Aires, que es la Capital Federal de la República y es quien tiene jurisdicción sobre la obra de arte en cuestión.
Ayer nos preguntábamos qué se puede esperar de un país en el que desde su más alta magistratura se avala la destrucción de una obra de arte tal como se ha hecho en este indignante caso.
¿Son ésos los buenos ejemplos que uno esperaría que se den desde la presidencia a la ciudadanía toda?
Ahora, viene la etapa de darle el gusto al cocalero Morales: ubicar en el lugar de Colón a Juana Azurduy, que a partir de ahora y contradiciendo toda su iconografía anterior, por decreto pasará a empuñar la espada con la mano izquierda. ¿Será un símbolo?
Lamento muchísimo que el Jefe de Gobierno de la Ciudad se haya sentado a negociar sobre este tema con el Jefe de Gabinete del PEN, cuando debió haber insistido judicialmente para que el monumento fuera vuelto a armar en el mismo lugar donde siempre estuvo y de donde nunca debió haber salido.
Me pregunto si no habrán volado el histórico ombú de la Plaza Roma para crear el nuevo emplazamiento para el Monumento a Colón.
Ya lo sabremos.


P.L.B.

"EL ARTE CONTEMPORÁNEO PREFIERE LO EXTREMO, LO FEO, INCLUSO EL ASCO"

El arte es siempre síntoma de época, dice la experta. En la nuestra no podría representar sino la desmesura, los excesos, la necesidad de desacomodar al espectador.
Elena Oliveras

Por Claudio Martyniuk

 

El arte contemporáneo cultiva la inquietud, traspasa límites y acoge lo que no tiene forma ni medida, lo monstruoso y el dolor. Quizás para sacudir indiferencia, o intensificar la existencia, el arte exhibe lo extremo, rebasando lo bello. Elena Oliveras, profesora de Estética y miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, así lo plantea: “¿Cuál es la medida de una deformidad? La belleza, en cambio, admite cifras, por ejemplo, para el cuerpo femenino: 90-60-90”.
¿Qué implica que el arte contemporáneo cultive una estética de lo extremo?

Implica una ruptura del paradigma estético tradicional, una puesta en cuestión de sus presupuestos básicos, como el de la representación. Sin embargo, desde las estéticas de lo extremo preguntamos si la representación del dolor extremo –la herida inconmensurable de una masacre, por ejemplo- es posible o si traiciona lo acontecido.
¿Cómo esa herida no sería traicionada?

No se la traicionaría en la medida en que exista algún resquicio para transformar la angustia, el dolor y la impotencia silenciosa en conciencia transformadora.
¿Qué papel cumple lo “no bello” en el arte?

En nuestra época, las estéticas de lo extremo, al incluir no sólo lo feo sino el asco, tiran por la borda los preconceptos que los excluyen del campo del arte. Lo feo sí era aceptable en el paradigma estético tradicional, pero no el asco porque lo representado produciría el mismo efecto que produce lo que se representa. Produciría también asco, es decir que no se lograría la distancia estética.

¿Podría dar un ejemplo?

Claro. No fueron pocos los que cuestionaron la adjudicación del Premio Petrobras 2011 a Carlos Herrera, quien colocó en el piso una escultura / objeto que incluía calamares en descomposición. El olor nauseabundo hacía que la obra, a su modo, ocupara “más espacio” al pasar los días.
¿Qué efecto estético estaría aquí en juego?

Estas obras extremizan, perforan el límite de lo aceptado como arte, aunque tenemos que tener en cuenta que lo extremo de hoy seguramente será la norma del mañana.

¿Cómo acercarnos a lo extremo?

Para un ser vivo, la situación extrema por excelencia es la muerte. Es un límite que exige respeto, reserva, intimidad. Sin embargo, ese bastión de lo privado se hace público por obra de los medios de comunicación. Y esta explosión de lo privado en lo público también se canaliza en el arte. Por ejemplo, el argentino Martín Weber exhibe las imágenes recibidas vía Skype de los últimos momentos de vida de su padre contrastando el trato amoroso de la familia con la manipulación posterior del cadáver. La mexicana Teresa Margolles exhibe cadáveres sin identificar para denunciar la violencia del narcotráfico en México, mientras que el colombiano Rosenberg Sandoval utiliza materiales no convencionales tales como fluidos corporales, partes de cuerpos, sangre, semen, vellos, suciedad y vísceras.
Parecen límites infranqueables. ¿Se puede ir todavía más allá?

La máxima expresión de lo extremo sería la posible muerte “en vivo y en directo” del artista. La encontramos en la conferencia- performance Autosabotaje de la artista cubana Tania Bruguera, cuando, en un momento de la acción, colocó un revólver sobre su sien y disparó jugando a la ruleta rusa. Tuvo la suerte de contar con un final feliz, pero hubiera podido perder la vida.
¿Por qué llegó a este extremo?

Según la artista cubana, en la actual circunstancia histórica es un deber de los artistas traspasar el plano de la representación y pasar a la acción, comprometiendo el propio cuerpo hasta sus últimas consecuencias.
El extremo estético, ¿puede ser minimalista?

Sí, las estéticas de lo extremo no sólo consideran las manifestaciones maximalistas sino también las minimalistas, no sólo las del grito sino también las del silencio. Entre estas últimas se cuentan las propuestas que valorizan el vacío, la oscuridad y el vapor. Por ejemplo, la Bienal de San Pablo de 2008 fue conocida –y no siempre en el mejor sentido- como “Bienal del vacío”. Su curador, Ivo Mesquita, dejó vacío el piso principal del pabellón donde se desarrollaba el evento. Su posición resultó polémica e irritante. Ocupó, como curador, el lugar del artista para exponer su discurso curatorial. Mesquita –que eligió el tema de las bienales como tesis de doctorado — centraliza ahora la pregunta: ¿las bienales deben mostrar muchas obras para ser buenas?, ¿a quiénes están destinadas?, ¿deben ser “para todos”?
¿Qué otros vacíos, menos literales, se han explorado?

Otra forma de vacío es la oscuridad, tal como la ejercitan el argentino Ernesto Ballesteros y los chilenos Beatriz Leyton y Alfredo Jaar. La oscuridad es, visualmente, un vacío de objetos mientras que el vapor, por su aspecto casi inmaterial, es percibido también como vacío. Así opera en las instalaciones de la artista Teresa Margolles en las que el vapor proviene del agua que lavó cadáveres. El cuerpo muerto –leitmotiv de su obra- alcanza al olfato y a la piel del espectador, por lo cual éste era advertido de la posible situación desagradable antes de entrar en la sala de exposición. En el libro de registros de la galería que presentó la instalación quedó documentada la visita de la reconocida ensayista norteamericana Susan Sontag, quien confesó que en esa oportunidad había “tocado” la muerte, la había “respirado”, una situación que la involucraba directamente al estar pasando por una etapa de recrudecimiento del cáncer que la afectaba y que terminó con su vida.
¿Y el arte conceptual también implica lo extremo?

Comencemos por el caso de la Invisible Sculpture de Oldenburg (1967), un ejemplo de vacío de materia y de forma. Oldenburg pidió a un grupo de sepultureros que cavaran en el Central Park de Nueva York, detrás del Museo Metropolitano, una especie de tumba, la que casi inmediatamente fue rellenada. Lo que él hizo, en este ejemplo de land art , fue des-definir la escultura con una “anti-escultura” en la que ponía en juego el concepto tradicional de “bulto” y eso era lo importante: presentar un pensamiento cuestionador del paradigma tradicional basado en el presupuesto de la visibilidad.

¿Hay ejemplos de esta línea de intervención en nuestro país?

En el arte argentino también tenemos interesantes ejemplos. Un caso extremo de invisibilidad fue Happening para un jabalí difunto (1966) de Raúl Escari, Eduardo Costa y Roberto Jacoby. El happening como ob-jectum (objeto enfrentado a nosotros) nunca se dio. Consistió en la información sobre el mismo dada por los medios; lo que “se exhibió” fue un pensamiento que resaltaba un lema de McLuhan: “el medio es el mensaje”. Años después, en 1989, Federico Peralta Ramos presentó como “obra” una sala completamente desocupada de la galería Altos de Sarmiento. El día de la inauguración anunció: “Señores, ésta es mi exposición. El arte son ustedes. Ustedes son mi obra de arte”. Subrayaba un concepto derivado de la práctica de Marcel Duchamp: “son los espectadores los que hacen la obra de arte”.
¿Acaso, entonces, el objeto extremo sea el pensamiento?

Lo que el arte conceptual pone de manifiesto es, precisamente, el hecho de que toda obra de arte es pensamiento, “cosa mental”, afirmaba Leonardo. Se suele decir que después de Duchamp todo arte es conceptual en la medida en que se pierde con él la ingenuidad de pensar que sólo apela a los sentidos. Y la ingenuidad, como la virginidad, una vez que se pierde, no tiene retorno.
¿En qué sentidos la estética de lo extremo es síntoma de nuestra época?

El arte es un modo de hacer mundo, en el sentido de hacerlo visible, de mostrarlo con la mayor lucidez y las obras auténticas no pueden sino mostrar su presente. Son síntomas de su tiempo. Me gusta la palabra síntoma –más que signo- porque revela una conexión necesaria, no arbitraria, con el referente “mundo”. Las obras “extremas” son “síntomas de nuestra época” en tanto exteriorizan sus rasgos característicos: los excesos de todo tipo, las sensaciones fuertes, lo moralmente inadmisible, la pornografía dura. Es obvio que no estamos en tiempos de mesura sino de desmesura, hybris . La violencia y la inseguridad estuvieron siempre, pero hoy las sentimos como extremas. La existencia se extremiza en el aislamiento y la depresión, en el consumo y el hedonismo.
Ese extremo, ¿no se hace mercancía?

Destacar lo extremo hace al éxito, es objeto de deseo, por eso el marketing y la publicidad lo enfatizan y, así, “extremo” es el nombre de un desodorante y de un modelo de automóvil todo terreno.
Esta estética que sobrevuela el arte contemporáneo, ¿es elitista, excluyente, para iniciados?

Existe un arte popular que llega a todos y tiene un nivel tan alto como el “arte de iniciados”. Es, para dar un ejemplo, la música que suena en nuestros oídos desde que somos niños. Por eso se dice: “música del hogar, música popular”. Pero hay otro hecho, y aunque no me guste debo decirlo. El arte contemporáneo -que en su mayor parte rompe el paradigma tradicional- no es para todos. ¿Acaso todos perciben que las latas Merde de artista de Piero Manzoni (que contienen excrementos en su interior y se venden según el peso al valor del dólar del día) son obras de arte? Y a casi un siglo del mingitorio de Duchamp ¿cuántos son los que piensan aún que es “cualquier cosa”? Hoy no todo se dirime en lo sensible o en la tranquila contemplación. Por su estado conceptual, el arte necesita de ciertas competencias del espectador. Hace falta conocimiento e investigación, un esfuerzo similar al que demandaría el discurso filosófico o científico. Y no podemos pedir al artista que baje el nivel de su obra para hacerla comprensible sino que debemos exigir a los que nos gobiernan que eleven el nivel educativo para que todos puedan apreciar las formas hoy “impopulares” del arte contemporáneo, incluidas las variantes de las estéticas de lo extremo. Por eso es muy importante que la formación en arte se inicie en la niñez.

Copyright Clarín, 2013.

Ante el horror: apostar al shock o buscar la justa distancia










Sobre la posibilidad de que el horror sea extremo, Elena Oliveras afirma: “Si la presentación del horror surge del pensamiento coherente del artista y despierta la conciencia del espectador para que vea lo que habitualmente no ve, estaríamos ante un hecho justificado. Pero hay presuntos artistas que –impermeables a una sensualidad inteligente- buscan sólo el efecto, el shock de un parque de diversiones. Son oportunistas que apuestan a la duración corta, no a la duración larga propia del arte. El drama de las obras que muestran el horror es que pueden generar sentimientos contradictorios. Al tiempo que atraen la mirada, estetizando el contenido, nos alejan de la existencia real de lo representado. Pero aun así los artistas siguen creyendo en la posibilidad de lograr la justa distancia para que el pensamiento sea posible. Y esto porque visibilizar sería, entonces, no sólo un hecho estético, sino también ético y político.” Para Oliveras, el extremo es híbrido: “El límite entre lo humano y la máquina pasa a ser, con las innovaciones de la era electrónica, difuso. El problema del cuerpo – máquina es abordado por artistas de todo el mundo, desde el australiano Sterlac a la argentina Nicola Costantino. Recordemos sus cerdos prensados en esferas (Chanchobolas), sus réplicas de nonatos y sus videos con dobles maquínicos.”

Fuente texto: clarin.com

EL ARGENTINO QUE LE CAMBIÓ LA CARA A MIAMI
A FUERZA DE ARTE Y LADRILLOS


Jorge Pérez. Constructor y coleccionista
Arte en casa. Pérez en el jardín de su vivienda junto a una escultura de Bastón Díaz.
Por Patricia Kolesnicov
Miami. Enviada Especial

No es defecto, es virtud ese acento raro que tiene Jorge Pérez, no soy de aquí ni soy de allá, o más bien, soy de aquí y también de allá. Es virtud: “El triunfo de Pérez en la Miami urbana y multicultural del siglo XXI quizá se deba a que ha logrado representar en sí mismo la triple identidad latinoamericana, cubana y estadounidense de la ciudad”, arriesga Hernán Iglesias Illa en su libro Miami. Así que acá, en los sillones de su casa en Coconut Grove –espléndida y cálida, si eso es posible–, acá, a metros del mar y a pasos de su propio amarradero, Pérez dice que sí, que es argentino, que vivió en Buenos Aires hasta los 9 años, que va a Buenos Aires dos, tres veces al año, que es “la ciudad más linda de las Américas ”. Chan. Los argentinos no decimos “las Américas”, decimos “América”, a secas. De eso hablábamos al principio. Ese es el hombre que hoy da nombre al Museo de Arte de Miami. No es un artista: el directorio del Museo aceptó que la institución se llamara Jorge Pérez Arts Museum of Miami Dade County después de que el señor le donara 40 millones de dólares entre obras –Wifredo Lam, Diego Rivera, Joaquín Torres-García, Antonio Berni, Alejandro Xul Solar, siguen firmas– y billetes. Algunos se enojaron; cuatro miembros del directorio renunciaron, alguno argumentó que no quería donar lo suyo para mayor gloria de Pérez. Pero la mayoría aceptó con felicidad y hace unos días Pérez y su hijo menor cortaron una ancha cinta rosada e inauguraron el nuevo edificio de museo. Dieciocho mil metros cuadrados, frente a la Bahía Biscayne. Y ahora viene la cuestión de cuánto tiene alguien capaz de donar 40 millones de dólares. La cifra pública, en este caso, son 1500 millones de dólares. Que Jorge Pérez amasó, enmantecó, horneó y desmoldó levantando edificios, sobre todo en Miami. Con la idea de hacer de la ciudad un verdadero centro urbano. Y, más adelante, un lugar de consumo de lujo, algo que incluye diseño y... ya llegamos al punto: obras de arte. En fin que para los documentos Jorge Pérez nació en 1950 en La Lucila, provincia de Buenos Aires. Era el hijo de dos cubanos; él, ejecutivo de un laboratorio; ella, una académica que llegaría a simpatizar con el Che y Fidel. Cuando tenía 9 años, la familia volvió a Cuba por trámites de una herencia y ahí los encontró la Revolución: se fueron a Colombia. Estudió en Estados Unidos –Economía, Filosofía y Planificación Urbana– y ahí, cuenta, empezó a coleccionar obras de arte: “Afortunadamente para mí, el arte latinoamericano casi no tenía valor económico en ese tiempo y podías comprar obras magníficas por casi nada”. Cuando egresó fue planificador urbano en Miami y empezó a construir. Viviendas sociales primero, más lujosas después. De ahí su ruta, hasta los 1500 millones. Y ahora el bronce, el museo. Y esta casa, con más obras de arte de las que se pueden ver en una visita. Hasta en el baño. En serio.
La cita con las periodistas es a las 8.30 y por 15 minutos. Llegamos puntuales, pero Pérez no está, está dando una entrevista arriba, en su cuarto. En el recibidor nomás hay obras de Guillermo Kuitca, de Antonio Seguí, de Eugenio Dittborn, de Matías Duville. Un paso hacia el living y aparecen también las fotos familiares: con los hijos de su primer matrimonio, con su esposa Darlene –que es gastroenteróloga y ejerce–, con Bill Clinton, con Obama. En el jardín se oyen las olas. “No tenemos cuándo disfrutar este lugar, siempre hay algo que hacer”, dice Darlene, que se sienta, conversa, ofrece café, frutas, tortilla de papas. Hasta que baja Pérez y se acomoda en uno de los sillones del ¿patio?. Sin apuro: la entrevista durará más de una hora. “Nadie creía que Miami pudiera tener un museo de esta calidad”, se ufana. “Empezamos hace 20 años, con un museo que no tenía colección propia. Pero aquí hay buenos coleccionistas, y ahora están donando... Hace 12, 13 años la feria Art Basel, que es la más importante del mundo, tomó una decisión, después de estudiar todas las ciudades de Estados Unidos: en vez de irse a Nueva York, decidieron venirse a Miami. Esto por la localización geográfica de Miami, entre Latinoamérica y Norteamérica. Miami es la capital de las Américas. Hoy en día Art Basel Miami es más grande que Art Basel en Basilea. Ha sido un éxito total y cimentó a Miami como capital de arte. Y el arte empezó a crecer de forma increíble, las galerías que han abierto son de todas partes del mundo. Este museo es la culminación de este centro de arte que nos estamos volviendo”.
–¿Cómo eligieron el diseño?
–Vimos a varios arquitectos y elegimos al estudio suizo Herzog & de Meuron, el mismo de la Tate Modern de Londres. Nos gustó que entendieran lo que era Miami: el sol, la luz, la modernidad. Creo que el museo va a ser un símbolo de Miami.
–El PAMM abre con una muestra de un artista muy político, el chino disidente Ai Weiwei.

–Ai Weiwei es chino, pero expresa mucho de lo que ha pasado en aquí, que mucha gente ha venido aquí por cuestiones políticas o económicas, para buscar una vida mejor. Ai Weiwei no pudo ni venir a la apertura de la muestra, creo que es muy importante que el museo abra con un artista de protesta. Hay otra muestra también, de Hew Locke que son barcos, parece hecho por un cubano hablando de venirse de Cuba en los barcos y no, es un tipo de Guyana, que se va a Escocia. Se considera un artista inglés, pero nunca pierde el lugar de donde vino y lo ves en los barcos, es un gran artista y creo que estamos muy conscientes de lo que es Miami: una ciudad de inmigrantes. Es una ciudad que especialmente el cubano y el latinoamericano han hecho lo que es y eso nos da mucho orgullo.
En un rato, cuando la charla termine, Pérez sacará al contingente a pasear por el jardín, que por supuesto está poblado de esculturas. Dice que compra cada vez más arte joven, contemporáneo, da algunos nombres, como el del arentino Matías Duville (“tengo cuatro obras, lo vi por primera vez en ArteBA) o el de Carlos Huffman, de quien acaba de comprar dos obras. “Eduardo Stupía es un artista muy reconocido, me gusta mucho y me encanta hablar con él y le hice un regalo de un cuadro precioso de él a Darlene, porque nos volvemos amigos de los artistas”.
No lo dice así, no dice “vínculos”, pero a eso vuelve a cada rato. Cuenta que un amigo suyo es dueño de un edificio, en Buenos Aires –el Central Park– pintado por Pérez Celis. Y que ahí “me hice superamigo de Huffman, de Kuitca, de Noé... Y vamos todos a La Boca, a tomar tragos. Me encanta porque es un ambiente muy bohemio, que yo no vivo todo el día, yo estoy todo el día con saco y corbata... Y no hablan de cosas como el real estate (el negocio inmobiliario)...” De eso habla. De los artistas amigos. Del que le hizo una escultura cuando nació su hijo. “Y se me pone la piel...” dice, y se pasa la mano por el brazo. “Uno se vuelve amigo”, subraya. “Amigo.” –Pero usted mezcla arte y negocios, sus condominios tienen obras de arte.

–Yo quiero entrar a un lobby que no sea comercial, que sea artístico, que tenga algo del alma. Creo que la gente se siente mejor rodeada de arte. Bueno, yo me siento mejor. Nos ha ayudado no solo a vender sino a crear edificios mejores, mucho más vivibles.
–Usted contrata a artistas de primera línea ¿no encarece mucho eso los departamentos?

–Si me cuesta 2, ¿voy a llevarme los 2 o 3? Uno hace el cálculo económico y siempre he creído que lo que he puesto en arte, en diseño, le agrega valor a la propiedad.
–Tiene proyectos por todas partes. ¿En Argentina?

–En Argentina nunca hemos podido hacer un proyecto, hemos tratado, god knows que hemos tratado, pero siempre hay algo, siempre hay una para . Porque el gobierno tal cosa, porque no dieron las aprobaciones y nos cansamos de esperar... Ibamos a hacer algo al lado de Puerto Madero, donde había una sede de Boca. Gastamos dinero haciendo planos, nos reunimos con el presidente Néstor Kirchner, con una cantidad de funcionarios del gobierno, yo creí que todo iba a ir bien y nunca llegó la aprobación.

Fuente: clarin.com

PARIS FESTEJA LA NAVIDAD

Globos llenos de helio sostienen en el aire una figura de Papá Noel que conduce un carro tirado por caballos (todo realizado en madera de balsa), creado por el artista Nasser Volant, cerca de la Torre Eiffel en Paris 12 diciembre de 2013.  (REUTERS / Charles Platiau)

Globos llenos de helio sostienen en el aire una figura de Papá Noel que conduce un carro tirado por caballos (todo realizado en madera de balsa), creado por el artista Nasser Volant, cerca de la Torre Eiffel en Paris 12 diciembre de 2013.

Fuente: REUTERS / Charles Platiau