Por orden del Gobierno nacional le hicieron arreglos similares a
los que dicen que necesita ahora. Los especialistas aseguran que no
puede haberse deteriorado tan rápido. Y que el fin es mudarlo.
Por Silvia Gómez
Sin descanso, el Gobierno nacional avanza con el desmantelamiento del Monumento a Cristóbal Colón.
Sin descanso, el Gobierno nacional avanza con el desmantelamiento del Monumento a Cristóbal Colón.
La grúa trabaja a destajo quitando partes del conjunto escultórico para
colocarlas en el piso, junto a la figura del navegante genovés que
desde el 29 de junio yace acostada sobre la plaza. Lo más curioso es que
el propio Gobierno nacional pagó por la restauración del monumento entre fines de 2006 y principios de 2007 y en aquella oportunidad no consideró necesario desmantelarlo.
Las obras estuvieron a cargo de la empresa Teximco, que subcontrató a
especialistas en diferentes áreas para reacondicionar todo el entorno de
la Casa Rosada.
Así, el trabajo de restauración de las
magníficas farolas doradas de la plaza y el monumento fue realizado por
el arquitecto Luis Chaia, titular de la empresa “Chaiaco Restauración de
Fachadas y Monumentos”.
“Bajo ninguna circunstancia se analizó
la posibilidad de desmantelarlo, básicamente porque para restaurarlo no
era necesario. En relación a lo que significa un monumento de este
porte, es imposible que en cinco años se haya deteriorado de tal manera que ahora deba desmantelarse para su restauración”, opinó Chaia.
En
realidad, lo que quiere el Ejecutivo es trasladar el monumento a Mar
del Plata y colocar en su lugar, en la plaza que está detrás de la Casa
Rosada, el de Juana Azurduy (1780-1862), heroína de la emancipación
Latinoamericana. El periodista Carlos Pagni recordó en La Nación
que en el último encuentro en Buenos Aires de Hugo Chávez con Cristina
Kirchner (en 2011), al observar la estatua a través de la enorme ventana
del despacho presidencial, Chávez preguntó: “¿Qué hace ahí ese
genocida?” A través de una cautelar, la Justicia prohibió sacar a Colón
de allí hasta el 12 de diciembre. Mientras tanto habilitó al Gobierno
nacional a que siga los trabajos de restauración. Los técnicos que
asesoran a la ONG Basta de Demoler y las entidades italianas que
intervienen en el conflicto sostienen que “es innecesario
desmantelarlo”. Piensan que detrás “de la simulación de la restauración,
lo que buscan es desmontar el monumento”.
2013. La foto, de ayer, muestra la estatua de Colón. Está hace 149 días en posición acostada./GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI |
Entre 2006 y 2007 a
Colón se le repararon las fisuras del mármol, que fueron selladas y se
les colocó un protector contra los rayos ultravioletas; se limpió la
suciedad y el ennegrecimiento, provocados por la contaminación
ambiental; también los excrementos de animales y la grasitud del hollín.
“No se habían detectado pérdidas del material –cuenta Chaia– aunque sí
biodeterioro que provocan los organismos vivos, como hongos y musgos,
que retienen la humedad y producen ácidos que modifican el color de la
roca”.
El análisis del estado del monumento fue realizado por un
experto en patologías, el arquitecto Eduardo Gordín, docente en el
Centro de Especialización Profesional de la Facultad de Arquitectura de
la UBA. Según informó Teximco a Clarín, el contrato de restauración de la plaza y su entorno se firmó con el Gobierno porteño, pero las obras fueron financiadas por Nación.
Desde 1996 –cuando se concretó la autonomía porteña– todos los
monumentos y plazas que se encuentren dentro de la Ciudad son propiedad
del Gobierno porteño: por eso fue necesario su aval para realizar los
trabajos.
La cautelar que impide trasladar el monumento seguirá
en vigencia hasta que la Justicia determine quién tiene potestad sobre
la escultura. En junio, luego de que tomara estado público el
desmantelamiento del grupo escultórico, el Ejecutivo nacional reconoció
que planeaba trasladarlo en camión hasta Mar del Plata para emplazarlo
en la plaza homónima.
Como muchas otras obras y monumentos
construidos entre fines del 1800 y principios del 1900, la figura de
Colón llegó al país en bloques. El Palacio de Aguas Corrientes (en
Córdoba y Riobamba) es uno de los ejemplos: los ladrillos esmaltados de
la fachada y las piezas cerámicas fueron fabricadas en Bélgica e
Inglaterra y arribaron a Buenos Aires numeradas, para facilitar el
montaje. “Que sean una especie de mecano no significa que se puedan
desarmar y volver a armar. Corren un riesgo innecesario”, explicó Chaia.
En junio, un equipo liderado por el escultor y taxidermista
Domingo Tellechea –trabajó sobre la restauración del cuerpo de Evita–
bajó del pedestal la imagen de un Cristóbal Colón (fue construido por
Arnaldo Zocchi e inaugurado en 1921) que llevaba 92 años mirando hacia
las costas del Río de la Plata: quedó recostado junto al pedestal. En
las últimas semanas, los trabajos de desmantelamiento continuaron. Desde
la Secretaría General de Presidencia insistieron con que son trabajos
de restauración y que esperarán la decisión de la Justicia.
Fuente: clarin.com